El combinado portugués se consagró bicampeón en la cuarta edición de este certamen europeo

Portugal conquistó por segunda vez la UEFA Nations League tras superar a España en una final emocionante que se resolvió desde los doce pasos. El partido, disputado en Alemania, tuvo alternativas cambiantes y momentos de alto dramatismo, con Cristiano Ronaldo como gran figura.

España tomó la delantera dos veces, primero con gol de Zubimendi y luego con tanto de Oyarzabal. Portugal igualó en ambas ocasiones a través de Nuno Mendes y el propio Ronaldo, lo que forzó una definición por penales después de un empate 2-2 en el tiempo reglamentario.

Cristiano Ronaldo celebra con sus compañeros luego de que Portugal venciera en los penales a Espalña para ganar la Nations League, en el Allianz Arena, Múnich, Alemania – Junio 8, 2025. REUTERS/Kai Pfaffenbach

Esta fue la cuarta edición de la competencia que tuvo su estreno en la temporada 2018/19 con la consagración de Portugal ante Países Bajos en la final. La corona fue para Francia en la siguiente versión (2020/21) tras superar a España en el partido clave y finalmente los españoles lograron subir a lo más alto del podio en la edición 22/23 con una victoria por penales ante Croacia en el juego definitorio.

Con la Copa del Mundo 2026 en el horizonte como gran zanahoria para todas las selecciones, hay que tener presente que todavía queda pendiente la Finalíssima entre Argentina y España tras ser los actuales propietarios de la Copa América y la Eurocopa, respectivamente.

Pero también en 2025 están programadas ediciones de la Copa Africana de Naciones (entre diciembre del 25 y enero de 2026), la Copa Árabe de Naciones y la Copa de Oro de la Concacaf.

Actualmente, Argentina (23), Brasil (20) y Uruguay (19) figuran como las tres selecciones que más títulos obtuvieron en el escalafón mayor de los combinados nacionales.

Portugal sumó la tercera coronación de su historia tras ganar previamente la Eurocopa y la primera Nations League

La era Cristiano Ronaldo será difícil de equiparar seguramente para Portugal a lo largo de su historia. El luso de 40 años fue protagonista de los tres títulos de la selección mayor de su país. El combinado que el español Roberto Martínez este año guió rumbo a la corona en esta Liga de las Naciones de UEFA logró llevar el primer trofeo grande a sus vitrinas en el año 2016 cuando conquistó la Eurocopa.

En aquella ocasión, CR7 disputó los siete encuentros del certamen y colaboró con tres tantos: dos en el empate 3-3 con Hungría por la fase de grupos y el restante en el 2-0 sobre Gales en semifinales. La coronación llegó gracias al agónico grito de Éder para vencer a Francia 1-0 en el último juego.

Ese certamen los vio clasificarse por la ventana en la fase de grupos tras quedar terceros detrás de Hungría e Islandia, pero por delante de Austria. Como uno de los mejores terceros, debieron toparse con Croacia en octavos de final y, tras eliminar a ese equipo, jugaron ante Polonia (cuartos) y Gales (semifinales) antes del choque por el trofeo contra los galos.

Aquella celebración les permitió festejar por primera vez luego de haber quedado en las puertas del título con el subcampeonato del 2004 en una Eurocopa que los vio sucumbir ante Grecia.

Más de una década pasó para tener a Cristiano festejando con la camiseta de su país otra vez: ganaron la edición inaugural de la Nations League con una victoria 1-0 sobre Países Bajos gracias al tanto de Gonçalo Guedes en el duelo final.

Habían quedado como líderes del Grupo A3 tras sumar un triunfo (1-0) y un empate (0-0) ante Italia que se complementó con una misma combinación en los dos choques contra Polonia (1-1 y 1-0). En semifinales golearon 3-1 a Suiza con un hat-trick de Cristiano Ronaldo (sus únicos tres gritos en todo el certamen) para finalmente dar el golpe sobre Países Bajos.

En esta versión 2024/25, Portugal dominó de principio a fin. Lideró el Grupo A1 invicto por delante de Croacia, Escocia y Polonia con cuatro victorias y dos empates: CR7 aportó cinco tantos. Vencieron luego la llave de cuartos de final con un 6-3 sobre Dinamarca (Cristiano firmó uno de los goles) y finalmente se impusieron en una electrizante semifinal 2-1 sobre Alemania con otro grito de Ronaldo.

Esto le permite ocupar a Portugal un tercer lote en el contexto europeo de títulos con sus tres coronas, lejos todavía de los registros más Alemania y Francia (máximos ganadores con ocho trofeos entre las distintas competencias), pero también por detrás de las marcas de Italia (7) y España (6).

Hay que tener en cuenta que Italia ostenta en su palmarés cuatro Mundiales y dos Eurocopas. Pero también se le contabiliza el título de 1936 en los Juegos Olímpicos, ya que hasta 1948 fue un campeonato sin límite de edad teniendo en cuenta que en la actualidad es un Sub 23.

El luso puso fin a las especulaciones tras conquistar la Nations League

El mundo River vivió jornadas de gran expectativa y agitación tras la confirmación del contacto entre Marcelo Gallardo y Cristiano Ronaldo, con el objetivo de lograr el fichaje de una de las máximas leyendas del fútbol global. La noticia generó rápida repercusión en redes sociales y puso en vilo a millones de hinchas, ilusionados ante la posibilidad de ver al portugués con la camiseta riverplatense para afrontar el Mundial de Clubes 2025 y la Copa Libertadores.

La versión comenzó a tomar fuerza cuando trascendió que El muñeco, entrenador histórico del Millonario, se había comunicado personalmente con Cristiano para invitarlo a sumarse al plantel como refuerzo estelar. La propuesta, según circuló, contemplaba un contrato hasta diciembre y despertó una ola de apoyo entre los seguidores de River, que impulsaron campañas en redes sociales para convencer al astro portugués.

Ante la insistencia de la prensa, el propio Cristiano Ronaldo aclaró su panorama: “Prácticamente no va a cambiar nada”, respondió sobre su futuro inmediato. Cuando fue interrogado explícitamente acerca de su continuidad en Al-Nassr, el delantero respondió de manera categórica: “Sí”. Sus palabras parecieron terminar con el sueño riverplatense de sumar a una de las principales figuras del fútbol de las últimas décadas.

Ronaldo conquistó la Nations League con Portugal (AP)

Las declaraciones del portugués se interpretaron como un cierre a cualquier especulación. “No va a cambiar nada. Seguiré en Al-Nassr”, afirmó, descartando toda posibilidad de dejar Arabia Saudita y dando por finalizada la serie de rumores que lo vinculaban con River. El club de Núñez, que había apostado a dar un golpe en el mercado de pases y reforzarse para el principal objetivo del semestre, recibió la respuesta final por parte del goleador europeo.

La historia tuvo su eco durante la conferencia de prensa posterior a la final con España, cuando un periodista volvió a consultarlo de forma directa por River Plate. Cristiano se limitó a responder: “No, no estoy enterado, la verdad”. Otro de los presentes insistió con la propuesta y pidió abiertamente que jugara en la Argentina. El crack, fiel a su estilo, contestó: “Calma, calma, calma”. La incertidumbre, sin embargo, no duró mucho más.

El propio futbolista reconoció la existencia de ofertas y llamados de equipos de Argentina. Sobre esa situación, expresó: “Recibí llamados desde Argentina para jugar el Mundial de Clubes, nunca se sabe, pero es difícil. No soy argentino, pero tengo ganas de ir. Tengo mucho cariño por el país, por los argentinos y por Messi”. De esta manera, dejó una puerta entreabierta en cuanto al interés y al afecto, pero admitió las dificultades reales para concretar su llegada, dejando en claro, de todas maneras, su decisión de permanecer en Arabia Saudita.

Pese a los intentos y la expectativa generada, el futuro de Cristiano está lejos del Monumental. La movilización en redes sociales, la ilusión de la hinchada y la gestión directa de Gallardo constituyeron uno de los capítulos más comentados del mercado de pases. Finalmente, la historia terminó como una fantasía popular imposible de materializar y el club de Núñez deberá volcarse a otras alternativas para reforzar el equipo.

Así, River se prepara para debutar en el Mundial de Clubes el próximo 17 de junio, cuando se enfrente al Urawa Reds de Japón. Tres días más tarde deberá hacer lo propio ante el Monterrey mexicano y cerrará la fase de grupos frente al Inter de Lautaro Martínez.

Terminada la Liga de las Naciones de la UEFA, que consagró a Portugal en los penales ante España, muchos empezaron a preguntarse cuándo será la próxima competencia internacional de selecciones: la Finalissima.

El partido entre Argentina y España, campeones vigentes de la Copa América y la Eurocopa 2024 respectivamente, se perfila como uno de los encuentros más esperados por los aficionados al fútbol. La disputa de la Finalissima entre ambos seleccionados se proyecta para marzo de 2026, en lo que sería la antesala del Mundial que comenzará en junio de ese año. Este enfrentamiento reunirá a los dos equipos más destacados del momento, ambos repletos de figuras internacionales y con una rivalidad pendiente en este tipo de certamen.

Entre los asistentes a la reunión se encontraban el presidente de la AFA, Claudio ‘Chiqui’ Tapia, y el titular de la RFEF, Rafael Louzán, acompañados por equipos administrativos de la Conmebol y la UEFA. Durante el encuentro, se discutieron aspectos institucionales, responsabilidades organizativas, planificación logística, los calendarios de competencia de ambas selecciones y las fechas tentativas para la realización del partido. La opción más firme para la disputa del encuentro es marzo de 2026, aunque se mantiene abierta la posibilidad de que se realice en cualquier momento del primer semestre de ese año.

La lógica de la rotación de sedes sugiere que, tras la edición europea, la próxima Finalissima debería celebrarse en América. La Conmebol impulsa la candidatura de Estados Unidos como sede, argumentando la conveniencia de que el evento se realice en el mismo país que albergará el Mundial pocos meses después. No obstante, la UEFA ha manifestado su preferencia por mantener el partido en Europa, lo que ha generado un debate entre las confederaciones sobre la localización más adecuada para el evento.

El partido entre los campeones de América y Europa se ha convertido en un atractivo especial para los seguidores del fútbol, ya que enfrenta a los equipos que han demostrado mayor solidez y talento en sus respectivos continentes. Tanto Argentina como España continúan cumpliendo con sus compromisos en las eliminatorias sudamericanas y la Nations League, respectivamente, mientras la expectativa por el enfrentamiento entre ambos seleccionados crece entre los fanáticos.

La Finalissima, al reunir a los campeones de los dos torneos de selecciones más importantes del mundo, se presenta como una oportunidad para medir fuerzas antes del inicio del Mundial. El evento también implica desafíos logísticos y organizativos, ya que debe coordinarse con los calendarios de competencia de ambos equipos y las obligaciones institucionales de las federaciones involucradas. La reciente reunión en Asunción marcó el inicio formal de estos preparativos, aunque aún restan definiciones clave sobre la sede y la fecha exacta del partido.

La edición anterior de la Finalissima, que tuvo lugar en 2022, sirvió como antecedente para la organización de este tipo de encuentros entre campeones continentales. En esa oportunidad, la selección argentina se impuso con claridad ante Italia, lo que elevó el perfil del torneo y consolidó su importancia en el calendario internacional. Ahora, con la confirmación de Argentina y España como protagonistas, la expectativa por la próxima edición se ha incrementado.

El proceso de organización de la Finalissima involucra a las principales entidades del fútbol mundial, que buscan garantizar un espectáculo de alto nivel y una logística adecuada para los equipos y los aficionados. La elección de la sede, la definición de la fecha y la coordinación de los calendarios son algunos de los aspectos que las federaciones deberán resolver en los próximos meses, mientras la atención de la comunidad futbolística se centra en el esperado duelo entre los campeones de América y Europa.

La edición anterior de la Finalissima tuvo lugar el 1° de junio de 2022 en el estadio de Wembley, Londres, y enfrentó a las selecciones de Argentina e Italia, campeonas vigentes de la Copa América y la Eurocopa, respectivamente. El encuentro generó gran expectativa por el regreso de este formato luego de casi tres décadas y por la envergadura de los equipos, ambos plagados de figuras internacionales y con una fuerte historia en el fútbol mundial.

Argentina dominó el partido, impuso su estilo de juego y una notable solidez colectiva. Lautaro Martínez abrió el marcador en el primer tiempo tras una asistencia de Lionel Messi, quien resultó una de las grandes figuras de la noche. Ángel Di María amplió la ventaja antes del descanso y, en la segunda mitad, Paulo Dybala selló la goleada por 3 a 0, que consagró al seleccionado sudamericano como el campeón indiscutido del duelo intercontinental.

La contundente victoria le permitió a Argentina alzarse con el trofeo y consolidó el ciclo de Lionel Scaloni al frente del equipo, que venía de la consagración en la Copa América. Además, el equipo celebró junto a miles de hinchas presentes en Wembley, ratificó el liderazgo de sus principales figuras en un partido que reforzó la importancia de la Finalissima en el calendario internacional y le dio un renovado prestigio a la competencia.