Con el salto de la última semana, el paralelo acumula poco más de 12% desde que empezó 2023, bastante por detrás de la inflación que acumuló 21,7% en el primer trimestre.
El mercado cambiario volverá a operar este lunes con la atención puesta en la performance que pueda alcanzar el agro en la segunda semana del “dólar soja 3” y ante un segmento paralelo donde el dólar aparece más demandado y eso se tradujo en los precios. El viernes, el blue cerró en $400, su marca nominal más alta en la historia, mientras que el MEP y el contado con liquidación terminaron en $398 y $404, respectivamente.
La expectativa de la City es que con el correr de las ruedas el mecanismo de liquidaciones del agro se aceite y el Banco Central pueda recuperar en parte su posición compradora, al menos por estos 45 días de mayor oferta en el mercado. La semana pasada, el Central consiguió comprar unos US$ 300 millones en el mercado, con lo que redujo su saldo negativo de este mes.
Como el precio fijado para el dólar soja no se modificará hasta que se termine esta tercera fase del programa, la aceleración inflacionaria puede jugar a favor para que los productores aceleren su ritmo de liquidación. “Mientras más exitoso sea el programa en términos de liquidación, si bien traerá mayor calma en el frente externo, traerá consigo una mayor inyección de pesos, tal como sucedió en las ediciones anteriores”, advirtió el economista de GMA Capital, Nery Persichini.
Al mismo tiempo, el 7,7% que informó el INDEC respecto a la suba de precios en marzo no hace más que complicar el panorama cambiario, ya que si bien el Banco Central elevó el ritmo diario de devaluación, el desfasaje con el resto de los precios de la economía hacen que el precio de la moneda estadounidense en sus diferentes cotizaciones luzca “barato”.
Con el salto de la última semana, el dólar blue acumula en la calle una suba de poco más de 12% desde que empezó el año, bastante por detrás de la inflación que se acumuló desde finales de 2022, que alcanzó el 21,7% en el primer trimestre.
Algo similar sucede con las cotizaciones financieras: luego de las últimas modificaciones a la compra de bonos relacionadas con la operación del contado con liquidación, el llamado dólar cable, el alza de esta cotización, la que usan las empresas para dolarizarse, es de poco más de 17% desde enero, inferior a la que tuvieron el resto de los precios de la economía.
“En la carrera nominal los precios han tomado nuevamente la delantera, dejando atrás a las tasas de interés, el tipo de cambio oficial y a los salarios”, advirtió la consultora Delphos Investment en su último reporte semanal. Mientras que los sindicatos ya negocian ajustes paritarios cada tres meses, el Banco Central decidió el jueves pasado no expedirse respecto de su tasa de política monetaria.
La expectativa es que el organismo que preside Miguel Pesce tenga que convalidar una nueva suba de tasa de referencia a partir de esta semana, como para mantener dentro de un eje las variables financieras e intentar arrimarse a la meta de tasas reales positivas que fue planteada con el Fondo.
La tasa podría aumentar por lo menos 200 puntos básicos, para pasar del 78% de TNA actual al 80% de Tasa Nominal Anual. Sin embargo, en el mercado advierten que para superar el pico inflacionario del 7,7% mensual, el organismo debería hacer un ajuste mayor, de 500 puntos.
“El recalentamiento de los precios deja al Banco Central con la necesidad de acelerar la devaluación del tipo de cambio oficial y probablemente también subir las tasas de interés si tomamos en cuenta que la inflación de abril estaría cerca del 7% mensual“, sumaron en Delphos y advirtieron que ambas estrategias también contienen un componente inflacionario.
El desempleo alcanzó a 113.000 porteños en el cuarto trimestre del año pasado, con un fuerte impacto en mujeres y trabajadores de la zona sur
La desocupación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aumentó con fuerza en el cuarto trimestre de 2024, alcanzando el 6,7% de la Población Económicamente Activa (PEA), lo que equivale a 113.500 personas sin empleo. Este aumento representa un salto considerable en comparación con el 4,6% registrado un año atrás, lo que implica una suba del 50,7% en la cantidad de personas desocupadas.
Según el Instituto de Estadística y Censos de CABA, el impacto del desempleo no fue uniforme entre los distintos sectores de la población. Las mujeres fueron las más afectadas, con una tasa de desocupación del 7,8%, mientras que en los hombres se ubicó en el 5,7%. Asimismo, la crisis golpeó con mayor fuerza en la zona Sur de la Ciudad (Comunas 4, 8, 9 y 10), donde la desocupación trepó al 9,2%, muy por encima del promedio general y con un alza significativa respecto al 5,1% registrado en el mismo período del año anterior.
Los nuevos desocupados
Otro dato relevante es el perfil de quienes perdieron su empleo. El 93% de la población desocupada proviene del sector privado y, dentro de ese grupo, el 85,5% se desempeñaba en el sector de servicios. Además, el 71,3% realizaba tareas de baja calificación y el 72,8% tenía menos de cinco años de antigüedad en su última ocupación.
En cuanto a la modalidad laboral, la mayoría de estos nuevos desocupados (personas que perdieron su empleo recientemente y están buscando activamente un nuevo trabajo), había trabajado antes en relación de dependencia (71,7%), mientras que el 26,2% lo hacía como cuentapropista. De quienes eran asalariados, el 61,2% carecía de registro en la seguridad social, lo que pone de manifiesto la alta informalidad en el mercado laboral. Entre quienes sí estaban registrados, el 31,2% recibía descuentos jubilatorios. En este contexto, el 83,7% de los asalariados y el 64,4% de los trabajadores independientes perdieron su empleo por causas laborales.
La tasa de desempleo en Colombia para hombres y mujeres alcanzó el 8,4 % y el 12,9 % respectivamente en junio de 2024, reflejando una brecha de género de 4,5 puntos porcentuales – crédito iStock
Por otro lado, la tasa de subocupación horaria, que mide a quienes trabajan menos de 35 horas semanales y desean aumentar su carga laboral, se situó en 8,7%, una de las más bajas de la serie histórica desde 2014 para un cuarto trimestre. En este segmento, las mujeres también fueron las más afectadas, representando el 58% de la población subocupada.
Algunos datos positivos
Pese al aumento del desempleo, algunos indicadores del mercado laboral muestran tendencias positivas. La cantidad de asalariados creció un 3,2% interanual, y el porcentaje de trabajadores en relación de dependencia con descuentos jubilatorios se elevó al 73,2%, superando el 72,4% registrado un año antes. Sin embargo, la proporción de trabajadores por cuenta propia cayó al 20,9%, el nivel más bajo de los últimos tres años, reflejando una disminución del 5,3% en esta categoría, lo que contribuyó al crecimiento del desempleo.
En cuanto a la distribución del empleo por sectores, el 73,5% de los ocupados trabajan en el sector de servicios, seguido por el comercio, que representa el 14,6% del total. La industria y la construcción abarcan el 11,2%. Por otro lado, es importante mencionar que la carga horaria de los trabajadores se mantuvo estable en comparación con el año pasado, con un 45,7% trabajando entre 35 y 45 horas semanales y un 26,2% superando las 45 horas.
El aumento de la desocupación en CABA refleja una situación compleja del mercado laboral, con un fuerte impacto en sectores de menor calificación y una creciente disparidad por género y ubicación geográfica. Mientras algunos indicadores muestran leves mejoras, la expansión del desempleo y la precarización laboral plantean desafíos significativos para la economía porteña.
Si bien la inflación muestra una tendencia a la baja, la recuperación del empleo dependerá de la reactivación de la economía y de políticas que impulsen la formalización laboral.
Siguen activas las solicitudes en bancos e inmobiliarias, así como las visitas a inmuebles y las perspectivas hacia adelante son muy favorables
Las solicitudes de créditos hipotecarios y las visitas a inmobiliarias se mantuvieron activas en febrero, con un monto otorgado de $270 millones. La cifra refleja un crecimiento respecto de enero, cuando se entregaron $210 millones, pese a que el verano suele ser un período de menor movimiento en el mercado por razones estacionales.
En paralelo, un informe de First Capital Group señala que el stock de créditos hipotecarios, incluidos los ajustables por UVA, creció 12,8% mensual, alcanzando un saldo total de 2,3 billones de pesos.
Especialistas del sector proyectan que la demanda seguirá en aumento y estiman un crecimiento de 30% en 2025.
Según Guillermo Barbero, de First Capital Group, en términos interanuales, el financiamiento hipotecario aumentó 283,7% nominal y 131% en términos reales en los últimos 12 meses, consolidándose como la línea de crédito en pesos de mayor expansión.
Ante este escenario, destacan que es clave evaluar ciertos aspectos antes de tomar un préstamo, desde tasas y plazos hasta la relación cuota-ingreso y los costos asociados a la compra de una propiedad.
Las inmobiliarias registran un buen nivel de consultas y en 5 de cada 10 casos los interesados buscan comprar con financiamiento hipotecario.
También se realizan visitas a los inmuebles, y en su mayoría las propiedades buscadas para compra tienen valores de hasta USD 120.000 dentro del segmento medio del mercado inmobiliario.
Cuáles son las tasas de interés
A la hora de solicitar un crédito, especialistas aconsejan analizar las tasas y los costos asociados. El sistema ofrece herramientas de simulación de cuotas en las páginas web de los bancos, lo que permite comparar opciones.
También existen diferencias según la entidad financiera, la localización de la vivienda y si el solicitante es cliente o no del banco.
Las tasas de interés de los créditos hipotecarios mostraron una estabilización en el inicio de 2025, tras la tendencia alcista del año pasado.
Alan Daitch, CEO de Tasa Tasa, destacó que este cambio responde a un contexto macroeconómico más predecible, impulsado por la reducción del “crawling peg” al 1% y la moderación de la inflación.
“Los comenzaron a ofrecer condiciones más competitivas, con tasas desde el 3% anual en instituciones como el Banco Municipal de Rosario y el Banco Ciudad”, explicó.
Sin embargo, advirtió que más allá de la tasa nominal, es clave evaluar el Costo Financiero Total (CFT), que incluye seguros, comisiones y gastos administrativos.
Para el resto de 2025, Daitch proyectó que la demanda de créditos hipotecarios continuará en ascenso, si la estabilidad económica se consolida. “Si la inflación sigue en baja, podríamos ver tasas más accesibles y una aceleración en la toma de créditos, lo que permitiría superar los 30.000 préstamos otorgados en el año”, señaló.
No obstante, advirtió que el mercado inmobiliario también está en plena recuperación, con aumentos mensuales en los valores de las propiedades. “Esperar una baja de tasas puede parecer una estrategia lógica, pero si los precios de las viviendas suben más rápido que la reducción de intereses, postergar la decisión puede terminar siendo más costoso”, agregó.
El mercado está activo a esta altura del año (Imagen Ilustrativa Infobae)
A la hora de elegir un crédito, Daitch recomendó analizar el tipo de tasa –fija, variable o mixta– y utilizar simuladores para estimar la cuota real a lo largo del tiempo. También sugirió comparar el TIN (Tasa de Interés Nominal) con la TAE (Tasa Anual Equivalente), ya que esta última incluye costos adicionales y refleja el verdadero costo del financiamiento. “En algunos casos, un crédito con una tasa más baja puede terminar siendo más caro si los costos asociados son elevados”, explicó.
Levantamiento del cepo, clave para el crédito
El posible levantamiento del cepo cambiario tendrá un impacto limitado en el crédito hipotecario en el corto plazo, pero será determinante en el mediano plazo.
Federico González Rouco, economista de la consultora Empiria y especializado en el mercado inmobiliario, explicó que la eliminación de las restricciones cambiarias facilitará la securitización y la salida al mercado de capitales de los bancos locales, lo que les permitirá acceder a mayor liquidez en pesos y dólares para otorgar préstamos.
“El cepo afecta la capacidad de financiamiento de los bancos. Sin estas restricciones, podrán ampliar su oferta crediticia y mejorar las condiciones para quienes buscan un crédito”, afirmó.
A nivel macroeconómico, González Rouco sostuvo que la medida favorecerá el crecimiento de la economía, lo que derivará en una mejora en los ingresos. “Generalmente, una economía en crecimiento se traduce en más empleo, más consumo, más demanda y más dinero en circulación”.
En el mercado inmobiliario, el impacto también será significativo, ya que la mayor capacidad de financiamiento de los bancos impulsará la demanda de propiedades. “Será una excelente noticia porque habrá libre movilidad de inversiones y menos incertidumbre por el dólar”, añadió.
Dinamismo
Entre enero y febrero se otorgaron 5.500 créditos hipotecarios, la mitad de los entregados durante todo 2024 (11.000), lo que refleja una fuerte demanda y una recuperación del sector.
“Este ritmo de financiamiento muestra una evolución positiva y si se mantiene, podríamos acercarnos a los niveles de 2018″, señaló Fernando Álvarez de Celis, director ejecutivo de la Fundación Tejido Urbano.
Destacó que los bancos están más consolidados en el otorgamiento de este tipo de préstamos y que la demanda seguirá sostenida por la necesidad de acceso a la vivienda.
Febrero registró un leve incremento respecto de enero, consolidó la tendencia de crecimiento en el financiamiento hipotecario. Según Álvarez de Celis, este comportamiento confirma la recuperación del sector y anticipa un marzo con una mayor cantidad de créditos otorgados. “Es un muy buen año para los hipotecarios y todo indica que se superarán ampliamente los valores de 2018″, concluyó.
La industria y la construcción, dos de los rubros más impactados por la recesión de 2024, comenzaron el año con altibajos. El mercado ajustó hacia arriba su proyección de mejora del PBI para este año
La actividad económica muestra en la primera parte del 2025 que la tendencia general de recuperación todavía se sostiene, que hay sectores que todavía tienen un marcado rezago y, en las últimas semanas, un sube y baja en su variación mensual. Es la última foto que recogió un semáforo sectorial con los datos más recientes disponibles y que exhibe que la industria manufacturera y la construcción no logran enhebrar números positivos para recuperar el terreno perdido en 2024.
Un trabajo realizado por la consultora Econviews así lo observó al recopilar la información más actualizada de un grupo de indicadores decisivos que anticipan el Estimador Mensual de la Actividad (EMAE) que el Indec publica mes a mes y que funcionan como un adelanto de la variación del PBI.
El EMAE del año pasado, de punta a punta, mostró una caída de la economía de 1,8%, menor a la esperada por el mercado. Y que en diciembre, en comparación con diciembre del año anterior, hubo un repunte de 5,5 por ciento. En ese contexto, el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central midió que las proyecciones de mejora del PBI para este año fueron ajustadas al alza desde 4,6% que esperaban las consultoras un mes atrás, hasta 4,8 por ciento.
Para Leila García Kerman, economista de esa consultora y quien elaboró el semáforo sectorial, aseguró a Infobae: “Vemos que la actividad se recupera de manera heterogénea. Si bien en febrero los indicadores tempranos de la industria y la construcción mostraron subas mensuales, no somos muy optimistas respecto a estos sectores”, indicó. “En el caso de la construcción, el freno en la obra pública y los elevados costos de los insumos en dólares afectan su recuperación”, planteó.
“Sin embargo, la recuperación está liderada por el sector privado, alentada por los créditos hipotecarios. En cuanto a la industria, el panorama es más incierto: la apertura de importaciones y la estabilidad del dólar favorecen la compra de insumos, pero al mismo tiempo desincentivan las exportaciones y la adquisición de bienes finales locales”, aseveró García Kerman.
Cómo fue la última foto sectorial del 2024 según datos oficiales. (Fuente: PxQ)
“Otros sectores, como la minería, el petróleo y el gas, podrían contribuir a la recuperación. Por su parte, el crédito privado está creciendo hace varios meses seguidos y esto ayuda a la recuperación en todos los sectores en general. Un sector que se recupera en gran parte por el crédito es el comercio. En febrero, según nuestra desestacionalización, las ventas minoristas de CAME crecieron un 1,1% mensual. En conclusión, la recuperación de la actividad es heterogénea pero es evidente”, completó la economista de Econviews.
Semáforo sectorial: las luces en verde y en rojo, por rubro
Ese semáforo sectorial de Econviews, elaborado con datos oficiales y privados, arrojó distintas conclusiones: la producción industrial en enero registró una caída de 1,4% en términos mensuales, aunque mostró un leve crecimiento de 0,8% en la comparación trimestral. En el sector automotriz, la producción de vehículos aumentó 2,1% en febrero respecto del mes anterior y acumuló un alza de 1,9% en términos trimestrales.
Por otro, el siderúrgico presentó un comportamiento dispar. La producción de acero creció 7,3% en enero en la medición mensual, pero cayó 10,9% en términos trimestrales. En cuanto a la producción de alimentos, la industria avícola mostró un incremento de 6,9% en enero tanto en la variación mensual como en la anual. En contraste, la producción láctea descendió 1,4% en el mes, aunque subió 1,9% en términos trimestrales.
Otros indicadores mostraron que la faena vacuna cayó 5,4% en enero respecto del mes previo y acumuló una baja de 2,3% en el trimestre. En el sector inmobiliario, las escrituras en la Ciudad de Buenos Aires mostraron una fuerte caída de 19,8% en enero, a pesar de un crecimiento de 8,1% en el trimestre.
En la industria molinera, la producción de harina aumentó 0,4% en enero, con una leve mejora de 0,1% en términos trimestrales. En el sector energético, la producción de petróleo se mantuvo estable en enero, mientras que la de gas creció 4,7% en la medición mensual, aunque registró una baja de 2,7% en el trimestre.
El sector de la construcción mostró señales de recuperación. La producción de cemento subió 3,1% en febrero respecto de enero y acumuló un incremento de 5,2% en el trimestre. La actividad general de la construcción, en tanto, registró una leve caída mensual de 1% en enero, pero una mejora de 2,3% en términos trimestrales.
Semaforo de la actividad económica en los primeros meses del 2025. (Fuente: Econviews)
El consumo de combustibles mostró variaciones moderadas, con un aumento de 2,1% en la venta de naftas en enero, mientras que el patentamiento de motos cayó 14,4% en febrero, aunque acumuló un alza de 11,1% en el trimestre.
En el sector energético, el consumo de electricidad en noviembre se mantuvo sin cambios en la medición mensual, pero subió 3,4% en términos trimestrales. En transporte, los viajes en tren en octubre cayeron 3,7% en la comparación mensual y 3,4% en la trimestral.
Otras miradas: qué se espera para los próximos meses
LCG apuntó en un informe reciente qué puede pasar con la construcción, que con mucha diferencia fue el sector que más cayó a lo largo de 2024. “Después de dos meses consecutivos de crecimiento mensual, la construcción volvió a caer en enero: -1% mensual sin estacionalidad. Deja una contracción anual del 1,3 por ciento. Este último dato resalta ya que la base de enero era sensiblemente baja”, aseveró.
“Aun en este contexto, las perspectivas de estabilidad en la actividad de la construcción mejoraron entre las empresas dedicadas a obras privadas, con un aumento del 63% al 69% respecto al mes anterior. Al mismo tiempo, las expectativas de crecimiento se fortalecieron en el sector de obras públicas, pasando del 20% al 31%”, concluyeron en base a datos del Indec.
Sobre la industria, la Fundación FIEL dijo en su último informe: “La industria volverá a crecer en 2025 después de dos años, pero deberá profundizar los esfuerzos para elevar la productividad -lograr reducciones reales de costos- y con ello mejorar la competitividad, mientras el proceso de reformas puestas en marcha alcanza madurez”, mencionaron, aunque aseveraron que el sector deberá “sortear” desafíos.
Entre ellos, nombraron: “Un menor crecimiento esperado de Brasil –que experimenta mayores presiones inflacionarias y una política monetaria astringente‐, teniendo en cuenta que ese país significó en 2024 el destino del 38% de las exportaciones”, junto con “el crecimiento de importaciones en un contexto de atraso cambiario, mayor apertura y recuperación de actividad” y, por último, “las consecuencias de la guerra comercial global con la atención puesta en la búsqueda de mercados alternativos para la producción industrial de los países alcanzados por las restricciones aplicadas”.