La operación se cerrará en los próximos días con entidades con las que se negocia la tasa de interés. El Central anunció que recomprará los “puts” de bonos del Tesoro pendientes del 2024
El Gobierno ultima los detalles finales con un grupo de bancos para conseguir un préstamo de USD 2.000 millones para alimentar las reservas del Banco Central, en una negociación que se extendió algo más de lo esperado, debido a la persistencia del riesgo país y la volatilidad financiera internacional.
Según fuentes oficiales, luego de semanas de tironeo para establecer una tasa de interés para la operación, el anuncio de un acuerdo para la concreción del Repo (abreviatura utilizada en el mercado para repurchase agreement) tendría lugar finalmente esta semana. Se trata de una ampliación de un convenio iniciado en los primeros días de 2025 por USD 1.000 millones.
Por definición, se trata de una operación por la cual el Banco Central entrega a un grupo de entidades financieras internacionales una garantía a cambio de esos dólares prestados, que se depositan de manera directa en las arcas de la autoridad monetaria. No está involucrado el Tesoro -es decir, el Ministerio de Economía- como sería el caso en una emisión tradicional de bonos de deuda.
A cambio de esas divisas, el BCRA entregará a los bancos que terminen por firmar el acuerdo una tenencia de títulos que estén en manos del Central. En enero la entidad que preside Santiago Bausili entregó USD 1.750 millones de bonos Bopreal en dólares como colateral.
El nuevo tramo implicaría hasta otros USD 2.000 millones, que se suman a aquellos USD 1.000 millones emitidos en diciembre. En aquella operación habían participado cinco bancos (Santander, ICBC, JP Morgan, BBVA y Citi), en un Repo que fue cerrado con un plazo final de 2 años y 4 meses y una tasa de interés de 8,8% anual en dólares. En ese momento el riesgo país estaba en niveles también superiores a los 600 puntos, algo más bajo que las 688 unidades con las que cerró ese indicador la semana pasada.
Futuras colocaciones
La expectativa del Gobierno es volver a colocar deuda en algún momento de este año o en enero de 2026 para refinanciar los vencimientos de capital con bonistas, pero el contexto global, la posición de reservas y el historial crediticio de la Argentina le juegan en contra al Tesoro. También juega la incertidumbre sobre si el oficialismo tendrá una buena elección en las legislativas de octubre. En el BCRA entienden que como la autoridad monetaria “nunca estuvo en default” puede funcionar como punta de lanza para abrir los mercados.
El impacto en las reservas es directo, pero no así para la meta de acumulación de divisas en las arcas del BCRA. Eso sucede porque no toda la sumatoria de dólares en la autoridad monetaria son contabilizados para el umbral mínimo que estipuló el acuerdo con el Fondo Monetario. Los técnicos del organismo dejan afuera de esa cuenta tanto los desembolsos del propio FMI como los primeros USD 1.500 millones de deuda en moneda extranjera que coloque en el mercado un emisor soberano.
Dicho de otra forma, si el Repo finalmente tuviera como monto USD 2.000 millones, solo USD 500 millones se reflejarían en la cuenta que siguen de cerca en el staff del Fondo para considerar si el Central se acercó o no al objetivo. De todas formas, si bien la meta inicial se había planteado para este viernes 13 de junio, el Gobierno dejó trascender que todo el proceso de revisión y las fechas de corte se estirarán hasta fines de julio. Para sumar reservas de acuerdo a la contabilidad que hace el FMI es más útil, para el Gobierno, extender la emisión de los nuevos Bontes en pesos a cambio de dólares de inversores internacionales, como hizo por USD 1.000 millones el 28 de mayo. Ese monto, que el miércoles ingresó en las reservas, forma parte de las divisas consideradas en su totalidad por los técnicos del Fondo como acumuladas en las arcas.
Se compran “puts”
El Banco Central anunció en una comunicación que ofrecerá este martes a los bancos la posibilidad de rescindir anticipadamente las opciones de liquidez sobre títulos públicos que forman parte de sus carteras. Es decir, los “puts” que no fueron recomprados en la primera operación de julio del año pasado, en que el BCRA había cancelado casi el 80 por ciento.
La autoridad monetaria exigirá al banco que quiera adherir que entregue la totalidad de esos contratos de recompra, por lo que no podría vender una parte de su tenencia. La operación se realizará este martes. La medida forma parte del proceso iniciado en 2023, cuando el BCRA durante el Gobierno de Alberto Fernández introdujo opciones de recompra para acompañar las licitaciones de deuda del Tesoro y facilitar la absorción de pesos.
Según datos oficiales, en julio del año pasado el organismo ya había recomprado el 78% del stock en circulación, con un costo de $90.000 millones. La rescisión de estos contratos apunta a desarmar pasivos contingentes que podían convertirse en emisión monetaria potencial.
Mediante la resolución 764 publicada este lunes, el Gobierno disolvió el fondo fiduciario que fue creado en 2012 para facilitarle el acceso a la vivienda a muchas familias. Qué banco se hará cargo de esos préstamos
El Gobierno nacional avanzó con la disolución definitiva del Fondo Fiduciario Público Pro.Cre.Ar, el histórico programa de acceso a la vivienda creado en 2012, que facilitó a miles de familias la posibilidad de acceder a la casa propia mediante líneas de créditos hipotecarios y desarrollos urbanísticos en todo el país. La medida, oficializada a través de la Resolución 764/2025 y el Decreto 1018/2024, genera inquietud y dudas entre los titulares de créditos y las familias que aún esperan la finalización o adjudicación de sus viviendas.
Mediante la publicación de la resolución, el Ministerio de Economía dispuso el inicio del proceso de liquidación del Fondo Pro.Cre.Ar, a la vez que estableció los pasos para la administración de los préstamos vigentes, que quedarán en manos del Banco Hipotecario S.A. El Gobierno fundamentó la decisión en la necesidad de “mejorar el funcionamiento del Estado, reducir su sobredimensionamiento y transparentar el gasto”, además de considerar que el financiamiento de viviendas debe recaer en bancos comerciales y no en la gestión directa del Estado nacional.
En los considerandos de la medida, se refieren a informes de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) que detectaron “demoras en la entrega de viviendas, falta de condiciones de habitabilidad en unidades adjudicadas, desactualización de manuales de procedimiento y dificultades para el control y fiscalización de recursos”. La auditoría también subrayó sobrecostos generados por los atrasos y una administración tildada de poco transparente y ágil.
Qué pasará con los créditos ya otorgados
Uno de los mayores interrogantes tras la disolución del fondo es el destino de los créditos hipotecarios y personales que fueron otorgados bajo las distintas líneas del Procrear, tanto para adquisición, construcción o refacción de vivienda única, como créditos de desarrollos urbanísticos en ciudades de todo el país.
El Ministerio de Economía dispuso que la gestión de estos créditos continúe bajo la administración del Banco Hipotecario, que firmará un contrato con el Estado con iguales condiciones de retribución previstas en el fideicomiso original de 2012. Los titulares de los créditos mantendrán sus condiciones contractuales: monto, tasa de interés, sistema de actualización y cronograma de pago.
Esto significa que los beneficiarios no verán alterados sus derechos ni obligaciones. Las cuotas pactadas seguirán vigentes bajo el mismo esquema, sin modificaciones unilaterales y sin alterar la seguridad jurídica de quienes accedieron de acuerdo con la normativa vigente a lo largo de estos años.
La liquidación del fondo implica que la administración económica y legal de los créditos —cobro de cuotas, emisión de deuda y eventual renegociación— se mantendrá a cargo del Banco Hipotecario, tal como venía funcionando. Además, la Secretaría Legal del Ministerio de Economía será responsable de resolver eventuales causas judiciales derivadas de la operatoria del programa.
Qué ocurrirá con las obras sin terminar
La disolución del Procrear llega en un momento en el que se encuentran en desarrollo cerca de 17.000 viviendas en distintos puntos del país, muchas de ellas con diferentes grados de avance. El Gobierno nacional resolvió que la continuación y finalización de estos desarrollos urbanísticos quedará a cargo de las provincias, los municipios o, en su defecto, del sector privado.
Viviendas de desarrollos urbanísticos del Procrear cuya finalización dependerá ahora de las provincias y municipios
Este procedimiento ya comenzó durante 2024, con la transferencia de proyectos habitacionales inconclusos a distritos como Catamarca, Chubut, Corrientes, Mendoza, Río Negro, Santa Fe o la provincia de Buenos Aires. En ese último distrito, la gestión de Axel Kicillof asumió el compromiso de finalizar y adjudicar viviendas con fondos provinciales, especialmente en municipios del conurbano. Los municipios y gobiernos provinciales definirán ahora el futuro de las obras y la modalidad de adjudicación, ya sea a través de programas locales, subastas, o alianzas con el sector privado.
La Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) podrá recibir propiedades que no tengan contratos vigentes y gestionar la venta o cesión de los inmuebles. En el caso de terrenos o proyectos aportados por provincias o municipios, podrán acordarse devoluciones totales o parciales de los predios.
Las viviendas terminadas, pero aún no adjudicadas, posiblemente se incorporen al mercado por medio de ventas directas, lo que representaría un cambio significativo con respecto a la adjudicación vía sorteo que caracterizó al Procrear. Aún no se definió si contarán con financiamiento privado para facilitar el acceso a compradores.
Qué condiciones rigen para los proyectos pendientes
Los proyectos urbanísticos del Procrear —edificios multifamiliares o viviendas tipo PH en predios estatales— suman 85 en todo el país y equivalen a unas 18.500 unidades. Los desarrollos en marcha quedarán bajo la órbita provincial o municipal, a partir de distintos convenios y esquemas de traspaso. Para los proyectos que no hayan avanzado o no cuenten con contratos vigentes, el Ministerio de Economía podrá disponer la venta o transferencia a la AABE u otros organismos públicos.
Mientras tanto, para los créditos que aún no han sido desembolsados en su totalidad o presentan dificultades administrativas, la dirección de Normalización Patrimonial del Ministerio de Economía deberá adoptar las medidas necesarias para regularizar cada situación, priorizando la continuidad de las obligaciones ya asumidas.
La política habitacional futura
La eliminación de Procrear se inscribe en un proceso de reforma más amplio, que apunta a replegar la intervención estatal directa en materia de vivienda y dejar el protagonismo a los bancos privados, empresas constructoras y gobiernos provinciales y municipales. El acceso al crédito hipotecario, en adelante, dependerá de las condiciones del mercado financiero antes que de programas estatales orientados a los sectores medios o trabajadores formales. El Ministerio de Economía quedará a cargo de la liquidación definitiva del fondo, la administración de los bienes y la garantía de cumplimiento de todas las obligaciones pendientes.
El Gobierno fundamenta que la financiación y ejecución de viviendas debe ser parte de la operatoria bancaria habitual, sin la intervención estatal directa ni esquemas de subsidio o promoción pública.
La reducción de impuestos internos y de aranceles a la importación, para los smartphones, ya impactó en las listas de precios. Pero todavía no alcanza al 30% esperado por el Gobierno
La reciente reducción de los aranceles a la importación para celulares -de 16% a 8%- y de consolas de videojuegos -se redujo del 35% al 20%- sumado a la rebaja de los impuestos internos para televisores, aires acondicionados y también para los smartphones empezó ya a tener un impacto en precios, tal como esperaba el Gobierno. Sin embargo, todavía el efecto es acotado; y no tendrá, según los analistas, un impacto considerable en el índice de precios al consumidor de junio.
El Gobierno había anticipado una reducción de hasta el 30% en algunos de estos productos, pero las rebajas más importantes por el momento se lograron solamente en algunos modelos de celulares.
De hecho, la propia Motorola anunció días atrás que la nueva versión de la línea Edge (la 60) se vende 25% más barata que la generación anterior, la 50. Por ejemplo, el Edge 60 pro comenzó a venderse a $999.999, frente a los$1.199.999 que marcaba el Edge 50 pro. Lo mismo pasó con el iPhone. Aplicó descuentos de entre el 15% y el 19% en algunos de sus modelos, incluido el iPhone 16 Pro Max, que pasó de $2.630.000 a $2.288.100. También Samsung bajó precios, pero en porcentajes menores, tanto en celulares como televisores.
Samsung, por su parte, también redujo precios en su línea de celulares, con descuentos que promediaron el7,5%. El modelo Galaxy S25 Ultra de 256 GB, por ejemplo, bajó su precio desde $2.830.000 a $2.601.999. La empresa explicó que estos ajustes respondieron directamente a la nueva estructura de costos generada por la quita parcial de aranceles.
“En celulares pegó. Motorola bajó 25% y los iPhone aproximadamente eso también. En el resto de los productos, esperamos entre 10% y 15% ahora y 30% para fin de año. Hace falta que se implemente el courier, que reducirá costos de intermediación y permitirá que se puedan comprar directamente productos desde la isla (Tierra del Fuego)”, dijo una fuente del Gobierno.
Infobae hizo un relevamiento entre algunos retails y empresas y en la mayoría de los casos la respuesta fue unánime: hubo bajas de precios, pero no más de 15%, a excepción de los casos mencionados previamente, que no aplican a todos los modelos. En la mayoría de los casos, las rebajas son, en promedio, de 10%, pero en el mercado coinciden en que los precios van a seguir en caída, no sólo porque la competencia del producto importado será cada vez mayor y eso presionará a la baja los producidos localmente, sino porque, en el caso de los celulares, en enero el arancel a la importación directamente quedará eliminado.
El Iphone en la Argentina se redujo 20% aproximadamente a partir de la rebaja de aranceles a la importación y menor impuesto interno REUTERS/Adam Gray
De hecho, la industria fueguina comenzó una negociación con el gobierno nacional, el provincial y el sindicato para encontrar la manera de poder llegar a enero con medidas que mejoren la competitividad de la isla y los productos locales puedan competir con el importado. Eliminar algún otro impuesto podría ser una alternativa, evalúan en el sector, pero no hay certezas de eso porque depende de los números fiscales. Lo que está claro es que el Gobierno prioriza la mayor competencia para que ello se traduzca en menores precios para el consumidor.
La reducción de aranceles para celulares fue de 8 puntos y a partir del 15 de enero se terminará de eliminar ese gravamen. Para consolas de videojuegos, el arancel quedó fijado en 20%. En cuanto a los impuestos internos, para celulares, televisores y aires acondicionados importados, el impuesto interno bajó del 19% al 9,5%. Y para los mismos productos fabricados en Tierra del Fuego, el impuesto directamente pasó del 9,5% al 0 por ciento.
“En celulares, el promedio de rebaja es del 7%; en televisores, del 9% y en aires acondicionados, del 7%”, dijeron en un retail. En otro, en tanto, afirmaron que el promedio de las rebajas llegan al 15% y en un tercero, que algunas marcas de celulares bajaron hasta 8% los precios, vía la baja de los de lista, mediante promociones especiales, o directamente fijando valores más bajos en los nuevos modelos, como fue el caso de Motorola con su línea Edge.
“En línea blanca, lo que se ve es que está entrando mucha mercadería que no es fabricada en el país, en las categorías de lavado y cocinas, y eso es surtido nuevo, no es una rebaja en precios, pero sí que entran a precios mucho más competitivos”, dijo una fuente del mercado, al agregar que tal vez ingresa un lavarropas inverter a un precio casi igual del que no lo es. Y lo mismo está pasando con las heladeras.
Baja del consumo
Más allá de que las empresas deben mostrar que bajan los precios al Gobierno, lo hacen para subsistir. No sólo por la competencia importada, sino también porque el mercado permanece muy estancado. El Hot Sale fue bueno en comparación con otros rubros, pero las ventas están muy flojas y dependen mucho de los precios y, particularmente, de la financiación. Además, la competencia de plataformas de venta es cada vez mayor y las cadenas de retail intentan retener su participación de mercado ofreciendo los mejores precios posibles a los consumidores.
Los retailers coinciden en que las cuotas de financiación continúan siendo la clave en la decisión de compra. De hecho, se estima que más del 85% de las ventas de mayo fueron realizadas a través de tarjetas de crédito, y de esas transacciones, el 70% fue en cuotas, con un promedio de tres cuotas. Este comportamiento confirma que, si bien los consumidores están dispuestos a comprar productos electrónicos, lo hacen principalmente bajo condiciones de financiación accesibles.
El impacto de las rebajas en la inflación
Los números preliminares de junio que tienen algunas consultoras que relevan precios indican que se percibió una caída de precios en el rubro de electrónica debido a las medidas, pero su incidencia en el IPC de este mes no sería significativa. Aunque la inflación volvió a tener un camino descendente.
El informe semanal de inflación de Equilibra para la primera semana de junio muestra una tasa de 1,3%, con un promedio de las últimas cuatro semanas de 1,8% y una proyección para el mes de 2%. Al desagregar la inflación núcleo semanal sin alimentos y bebidas, se observa que el rubro “celulares” registró una baja de 2,5%, en tanto que los durables del hogar (electrodomésticos), apenas 0,3% de caída, es decir que tuvo ahí un impacto más acotado.
Tras hacer crecer el consumo interno a 49 kilos por habitante, superando al de carne vacuna, la industria avícola avizora oportunidades de crecimiento en Asia
Argentina atraviesa un punto de inflexión en su industria avícola. Por primera vez desde que existen registros, en 2024 se consumió más carne de pollo que de vaca en el país, con un promedio de 49,3 kilos por habitante, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Este hito refleja un cambio estructural en la dieta de los argentinos y marca también un límite: con un consumo per cápita que ya se encuentra entre los más altos del mundo, el crecimiento futuro del sector dependerá, cada vez más, de los mercados externos.
En ese contexto, la reapertura de dos destinos clave —China y Japón— marcó un giro estratégico para las exportaciones de carne aviar. Ambos países habían suspendido las compras a raíz de episodios sanitarios en Argentina, pero entre marzo y abril de este año volvieron a habilitar el ingreso de productos argentinos. Se trata de una señal de confianza hacia los estándares de control y sanidad locales, y un respiro para un sector que busca recuperar volumen exportador tras años de estancamiento productivo.
Faena estable, producción en pausa
Desde principios de siglo, la industria avícola argentina atravesó un fuerte proceso de expansión. La faena de aves creció un 110% entre 2000 y 2012, impulsada por el acceso a insumos clave como el maíz y la harina de soja, y por un fuerte crecimiento de la demanda local. Pero desde 2013 el sector entró en una meseta. La faena anual se estabilizó en torno a los 740 millones de aves, y la producción se mantuvo cerca de los 2,3 millones de toneladas.
(Fuente)
El freno en la expansión responde, en parte, a la saturación del mercado interno. En 2024, el consumo aparente de carne aviar fue de 2,1 Mt, sin variación respecto al año anterior. Esto se traduce en un consumo per cápita de 45,2 kilos, muy por encima del promedio mundial. Argentina se ubica como el sexto país con mayor consumo per cápita de pollo del planeta, y ese techo hace que sea difícil imaginar un nuevo salto de demanda dentro del país.
En los primeros cinco meses de 2025, la producción mostró un leve repunte del 1,9% respecto al mismo período del año anterior, lo que sugiere una reactivación moderada. Pero, según advierte el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), para sostener una curva ascendente se necesitarán nuevos mercados.
Exportaciones: pequeños pasos hacia Asia
En 2024, las exportaciones de carne aviar argentina alcanzaron las 185.000 toneladas por un valor de USD 222 millones, lo que representa apenas un 6% de los ingresos por exportaciones del complejo bovino. A pesar de un crecimiento interanual del 15,7%, el volumen exportado quedó un 15,9% por debajo del promedio de los últimos cinco años. La combinación de una producción estancada y un consumo interno robusto dejó poco margen para exportar.
Sin embargo, la reanudación de ventas a China —el principal destino de la carne aviar argentina antes del cierre sanitario de 2023— abre una ventana de oportunidad. En abril, se registraron exportaciones al gigante asiático por más de USD 1,1 millones, según datos oficiales. China había llegado a concentrar el 60% de las compras externas en 2022.
Japón, por su parte, había suspendido las importaciones en febrero de este año luego de detectar un caso de influenza aviar en aves de traspatio. Tras las gestiones sanitarias y diplomáticas, el país asiático volvió a habilitar el ingreso de carne aviar argentina al reconocer el estatus libre de la enfermedad, conforme a los criterios de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).
Ambas reaperturas representan un espaldarazo para el sector y una posible palanca para reactivar las exportaciones. En total, durante 2024 se exportaron productos avícolas a 24 países. Los tres principales destinos fueron Vietnam (17% del total), Brasil (14%) y Sudáfrica (11%).
Maíz, genética y política
En el reciente Congreso Maizar, Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), repasó la evolución del sector desde sus orígenes. “La industria comenzó en 1961/62, cuando se trajeron las primeras líneas híbridas de pollos porque el país tenía maíz. Desde aquí se exportaron reproductores a Brasil, que hoy es el primer productor y segundo exportador de carne aviar del mundo”, recordó.
Domenech subrayó que “en Argentina el maíz desarrolló al pollo, y en Brasil el pollo desarrolló al maíz”. A modo de ejemplo, señaló que los pollos brasileños se alimentaron durante años con maíz argentino. Hoy, sin embargo, el 63% del maíz producido localmente se exporta en grano, y sólo 21 millones de toneladas quedan en el mercado interno. De ese total, el sector avícola consume cerca de 6 millones de toneladas.
Roberto Domenech, presidente de CEPA, aseguró que el pollo dejó de ser un alimento de lujo para transformarse en un producto de consumo masivo.
También destacó los avances tecnológicos del sector: “Con genética y mejoras en la dieta pasamos de pollos que tardaban 120 días en alcanzar 2,25 kilos, a lograr ese peso en apenas 75 días. El pollo dejó de ser un alimento de lujo para transformarse en un producto de consumo masivo”.
La industria genera actualmente 75.000 empleos directos, y se compone de 48 frigoríficos y 3.700 granjas, según CEPA. Sin embargo, Domenech sostiene que el potencial es mucho mayor si se fomenta un modelo que considere a la producción aviar como un “proyecto país”. Desde su paso por la Secretaría de Agricultura, aprendió que “para que haya políticas, primero tiene que haber proyectos”.
El mundo demanda más pollo
Las perspectivas para el comercio internacional de carne aviar son alentadoras. De acuerdo con las proyecciones de la FAO, las importaciones globales de carne aviar crecerán un 10% entre 2025 y 2033, impulsadas principalmente por el aumento del consumo en países de África y Asia. Este incremento esperado supera al que se prevé para las carnes bovina, porcina y ovina.
Con un consumo interno consolidado y un mercado regional con escaso dinamismo, el desafío para la industria avícola argentina es posicionarse como proveedor confiable en Asia y África, aprovechando su fortaleza en genética, sanidad animal y disponibilidad de insumos.
El caso de China —con su demanda masiva, pero también con requisitos sanitarios estrictos— es ilustrativo: recuperar ese mercado puede ser el primer paso para que el pollo argentino vuelva a crecer, esta vez más allá de las fronteras.