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Economia

Por qué tantos argentinos dejaron de considerarse “clase media” y cuáles son sus expectativas para este año

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El porcentaje de la población que así se auto-percibe bajó fuertemente en los últimos 20 años. Qué marcadores, además del ingreso, señalan la pertenencia a un segmento social que identificó históricamente a la Argentina.

Argentina se forjó como un gran país de clase media y era de los pocos lugares, junto con Uruguay, en los que este sector de la sociedad, caracterizado por fuertes valores culturales y sociales, era tan voluminoso y pujante.

En palabras del analista Guillermo Olivetoque acaba de publicar un libro de la clase media, la pertenencia a este grupo se construía sobre un sistema de valores heredados, como el esfuerzo, el mérito, la educación, el sacrificio y la abnegación. El ascenso social no era un golpe de suerte, sino un camino trazado.

Pero esta identificación y este sentido de pertenencia a dicha clase social se fueron perdiendo con el tiempo y tras años de decadencia económica y cultural. Y eso fue calando hondo en la identidad de las personas.

Los bienes, tanto materiales como culturales empiezan a tambalear en términos de ese gran imaginario social de lo que es clase media (Iocco)

Un estudio de la consultora Moiguer sostiene que la clase media hoy está atravesada por tres fenómenos: está desdibujada en su imaginario de ´somos todos de clase media´; está desparametrizada en sus vectores de progreso; y por último, está desacoplada en su interior.

El primer fenómeno se explica con un simple dato. Mientras que en 2004 el 91% de la sociedad se autopercibía de clase media, diez años después ese porcentaje se redujo al 74%. Y, por el contrario, de un 9% de personas que se consideraba de clase baja en 2004, ese porcentaje hoy asciende al 26 por ciento.

Peor aún, cuando el encuestador acota las posibilidades de respuesta y la pregunta es si se autopercibe de clase alta, media o baja, ahí el 47% responde “clase media” y el 52%, “clase baja”, explicó la directora de contenido de Moiguer, Magdalena Iocco.

Mientras que en 2004 elMientras que en 2004 el 91% de la sociedad se autopercibía de clase media, diez años después ese porcentaje se redujo al 74 por ciento

En cuanto al segundo fenómeno, la desparametrización, no sólo habla de cómo está en cuestionamiento el capital material de la clase media, como el hecho de tener casa propia, por ejemplo, sino también el capital cultural. “Los bienes, tanto materiales como culturales empiezan a tambalear en términos de ese gran imaginario social de lo que es clase media”, planteó la directiva de la firma.

Respecto a lo material, se perdió poder adquisitivo (43% en el caso de la clase media), 4 de cada 10 argentinos de clase media creen que nunca van a llegar a poder comprarse una casa propia y el 44% de los argentinos de este sector no posee auto.

Según el informe de Moiguer, 4 de cada 10 argentinos de clase media creen que nunca van a llegar a poder comprarse una casa propia

Desde el capital cultural, la educación ya no garantiza la pertenencia de clase, dice el estudio. Y agrega que el 40% de los argentinos de clase media alcanzaron un mayor nivel educativo que sus padres, pero no perciben ascenso social.

Por otra parte, el trabajo en relación de dependencia no es percibido como garantía de progreso y 6 de cada 10 argentinos de clase media creen que su trabajo les permite subsistir, pero no crecer económicamente.

El estudio muestra cómo el imaginario de progreso cambió. Hoy 5 de cada 10 argentinos de clase media cree que desarrollar un emprendimiento le va a dar ascenso social. Y 3 de cada 10 prefiere invertir su dinero en soluciones financieras.

El trabajo en relación deEl trabajo en relación de dependencia no es percibido como garantía de progreso y 6 de cada 10 argentinos de clase media creen que su trabajo les permite subsistir, pero no crecer

El tercer fenómeno que caracteriza hoy a la clase media es el desacople. “Al interior de la clase media, cada vez hay más brecha. Ese segmento cada vez es más heterogéneo. Hay gente de clase media que tiene casa, auto y un buen ingreso. Y otro que empieza a aproximarse a estéticas y patrones más cercanos a los de la clase baja”, dijo Iocco, al remarcar que éste fue el gran hallazgo del estudio, las diferencias entre los segmentos C2 y C3 dentro de la clase media.

Incluso, ante la consulta respecto de a qué clase creen que pertenecen, mientras que el C2 mantiene la autopercepción de clase media, la mitad de los argentinos del C3 se perciben de clase baja, precisó la directiva.

La estructura social hoy

Según el informe de Moiguer, la estructura social actual se divide en 50% de clase baja (19% D2/E, con ingresos promedios por hogar de $500.000, y 31% D1, con ingresos de $980.000), 44% de clase media (26% C3, con ingresos de $1.300.000, y 18% de C2, con ingresos de $2.750.000) y 6% de clase alta y media alta (ABC1, con ingresos que van desde 8 hasta 20,5 millones de pesos).

Pero lo que marca el estudio es que la brecha entre el 26% de C3 y el 18% de C2 cada vez hay más brecha. Mientras que dentro del C2, 7 de cada 10 argentinos se percibe de clase media, 5 de cada 10 argentinos del grupo C3 considera que es de clase baja.

Además de estos datos de autopercepción, el desacople se observa al analizar la estructura de vida, las costumbres y los consumos de esas personas que habitan dentro de la clase media.

Por ejemplo, mientras que sólo el 57% de los argentinos del C3 tiene un trabajo formal, dentro del C2 ese porcentaje sube al 71%. Es decir, hay una diferencia de 20 puntos en personas que forman parte de lo que se denomina clase media.

Otros ejemplos son los siguientes:

  • Vivienda propia: El 45% del C3 tiene casa propia. Del C2, el 57%. En este caso, la brecha es de 21%.
  • Servicios domésticos: Mientras que el 64% de los argentinos del C2 cuentan con servicio domésticos, sólo lo tiene el 34% de los integrantes del C3.
  • Alto nivel de inglés: 38% de los de C2 y 25% de los argentinos del C3 (diferencia de 33%).
  • Viajes al exterior: Del C2, el 47% viaja al exterior, mientras que sólo el 21% del C3 lo hace. En este caso, la diferencia es del 55 por ciento.
  • Leyó libros en los últimos seis meses: El 74% del C2 y el 55% del C3 (diferencia de 26 por ciento).
  • Consumo expansivo (no redujo gastos cotidianos y realizó consumos suntuarios): lo hizo el 30% del C2 y el 23% del C3 (diferencia de 23 por ciento).
  • Compró en el exterior: 14% del C2 y 7% del C3 (50% de diferencia).
  • Puede ahorrar: 34% del C2 y 22% del C3 (diferencia de 35 por ciento).

La expectativa es que, aún en un escenario previsto de crecimiento económico, se va a profundizar más esta diferencia entre estas dos clases medias, pronosticó la directora de Moiguer.

Si se consolida la recuperación económica, “será claramente a dos velocidades muy distintas” (Iocco)

“Por un lado, una clase media que es este C2, que está recuperando poder adquisitivo y consumos, que tiene expectativas positivas todavía de mayor recuperación todavía; y por el otro, el C3, que es este 26% de la población hoy, el cual la mitad se auto percibe pobre, y que va a estar con mayores dificultades”, explicó Iocco.

Por lo tanto, si se consolida la recuperación económica, “será claramente a dos velocidades muy distintas”. “Estas dos clases medias durante ese tiempo van a estar bien separadas en términos de consumos, en términos estructurales, inclusive en términos estéticos y de consumos culturales, y eso es lo que va a predominar en los próximos años”, auguró la analista.

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Por qué la acumulación de reservas es clave para bajar el riesgo país, según analistas

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El ministro de Economía, Luis Caputo, sostuvo que no hay que preocuparse por la meta de acumulación con el FMI, pero varios economistas advirtieron que la compra de divisas mejoraría este indicador clave

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Con más demanda estacional de pesos, el tipo de cambio enfrenta presiones a la baja en diciembre

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En noviembre se notó una caída notoria en la cantidad demandada de dólares. El Central relajó los encajes para satisfacer la necesidad de moneda local y se espera que el sector privado venda divisas para afrontar el medio aguinaldo y las fiestas

Las próximas semanas tendrán un fuerte incremento de la demanda de dinero, como sucede en cada fin de año. La combinación del pago del medio aguinaldo y los gastos de las fiestas provocan este fenómeno, que según los expertos implica un aumento estacional de la cantidad de pesos equivalente a 10% de la base monetario. Esto implica una suba en pocas semanas cercana a $4 billones.

Las necesidades de pesos se pueden abastecer de distinta manera. El Banco Central ya alivió la semana pasada la exigencia de encajes a los bancos, lo que libera fondos. De hecho, en las últimas horas muchas entidades salieron a ofrecer adelantos de corto plazo para que las empresas puedan enfrentar el pago del medio aguinaldo a mediados de mes.

También es factible que aumente la venta de dólares luego de compras récord en los últimos meses. Desde que se abrió el cepo cambiario las compras del público e indirectamente de las empresas superaron los USD 35.000 millones en todo concepto. En octubre, mes electoral, la demanda de dólares neta de libre disponibilidad fue de USD 4.000 millones.

La semana pasada el Tesoro norteamericano confirmó que vendió USD 2.500 millones previo a las elecciones para calmar el tipo de cambio y defender el techo de la banda. Se trató de una intervención inédita que cumplió su objetivo. Ahora recompró esas divisas pero le otorgó al Central un swap de monedas por una cifra equivalente para que no hubiera impacto en el nivel de reservas.

El aumento de la demanda de pesos y la presión a la baja del tipo de cambio es un arma de doble filo. Sucede que puede dar la falsa idea de una situación controlada, que puede llevar a una expansión de dinero exagerada con el objetivo de impulsar el nivel de actividad.

El equipo económico quiere evitarEl equipo económico quiere evitar una expansión descontrolada de pesos, pese al crecimiento de la demanda. REUTERS/Matias Baglietto

Esto ya ha sucedido en otros períodos, incluso en los gobiernos de Alberto Fernández y también de Mauricio Macri. Todavía se recuerda la decisión del macrismo el 28 de diciembre de 2017 de aumentar el objetivo de inflación para el año siguiente, acompañado de una baja de tasas y mayor expansión monetaria. A los pocos meses estallaba la crisis cambiaria que terminó con un salvataje récord del FMI.

Para fin de año y sobre todo en enero se espera que crezca la demanda de dólares para turismo y en particular para hacer frente al pago de la tarjeta en el caso de los que viajaron al exterior. Pero, más allá de la evolución del dólar en el corto plazo, en el mercado no terminan de ponerse de acuerdo sobre lo que podría ocurrir en 2026.

Según un informe para inversores de Delphos Investment, el tipo de cambio real tendería a mantenerse estable el año próximo. “De hecho el mercado no cree que el techo de la banda permanezca con un ajuste del 1% mensual, como promete Economía, sino que aguarda un incremento del orden del 2% por mes”, señalaron.

Por su parte, Fernando Marengo, economista jefe de Black Toro, opinó que el escenario más probable es el de una apreciación del tipo de cambio: “Si se mantienen estos niveles de confianza van a entrar más dólares por la cuenta capital. Esto va a generar que el dólar tienda a caer y allí se verá en qué nivel el Tesoro o el Central están dispuestos a comprar, pero no debería ser muy lejos de los $ 1.400. Hoy el problema que tenemos por delante no es que el tipo de cambio toque el techo de la banda, sino que caiga rápido”.

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La inflación volvió a quedar por encima de 2% en noviembre, según consultoras privadas

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Las mediciones de alta frecuencia de las consultoras proyectaron un rango de entre 2,3% y 2,5% para el mes anterior. La estrategia de recorte de subsidios del Gobierno

Terminó noviembre y las consultoras privadas difundieron sus relevamientos de inflación en un mes en el que el Gobierno levantó el pie en los subsidios económicos al transporte y los servicios públicos, a lo que se suma el aumento de la carne, lo que impactaría de lleno en el indicador mensual.

Con la confianza que le dieron las urnas, durante el mes pasado el Gobierno primero autorizó un incremento en las boletas de luz y gas del 3,8% promedio y luego en el caso de los colectivos que entran y salen de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) un aumento de casi el 10%. Frente a estos movimientos, las consultoras privadas estiman que la inflación de noviembre se ubicará entre el 2,5% y 2,3%. De confirmarse este último dato, se ubicaría por segundo mes consecutivo en el mismo nivel.

La inflación de octubre fueLa inflación de octubre fue de 2,3%, según el Indec.

Desde Equilibra estimaron que el IPC Nacional subió 2,5% impulsado por Regulados (3,3%) y el componente Núcleo (+2,4%), “tras subas significativas en Carnes (4,5%) que impulsaron el rubro de Alimentos y bebidas no alcohólicas (2,8%)”. “Los Regulados (naftas + tarifas) lideraron (+3,3%) y el rubro Carnes subió 4,5% (la Vacuna trepó 5,7%), impulsando AyB no estacionales 2,8% (máximos desde abril). La estabilidad cambiaria trajo calma en bienes del Resto del IPC Núcleo (2,2%)”, especificó Gonzalo Carreras, economista de la consultora.

Si bien la carne ya venía acelerándose desde octubre, en noviembre profundizó esa tendencia y le dio un impulso significativo al rubro de alimentos consumidos en el hogar (que es el de mayor ponderación), que aumentó 2,6% en el mes, por encima del promedio. “El alza del rubro no fue mayor aún debido a una baja de 12 % en las verduras, que constituyen un componente estacional; en otros componentes también hubo algo de moderación con respecto a octubre”, destacó.

Equilibra registró un incremento deEquilibra registró un incremento de la inflación a 2,5% en noviembre.

Otro contrarresto vino por el Cyber Monday. El evento de ofertas virtuales derivó en una reducción de precios en varios rubros durante la primera semana del mes, con particular impacto en equipamiento del hogar, en donde se incluyen diversos electrodomésticos. En lo que hace a servicios regulados, transporte público, electricidad y gas mostraron alzas superiores a las de meses previos.

Un diagnóstico más “optimista” tuvieron en la consultora LCG. Según sus estimaciones, la inflación de noviembre se ubicará en torno al 2,3% nuevamente. En el relevamiento de precios de alimentos y bebidas registraron un incremento del 3,3%. Con una tendencia de fuertes aumentos en las primeras semanas. Siendo la misma proyección general que tienen en Analytica.

Por su parte, el sondeo de Fundación Libertad y Progreso registró una suba de 2,3%. “Con este resultado, la inflación acumulada en el año alcanzaría el 27,7%, mientras que la variación interanual se ubicaría en 31,2%, consolidando veintiún meses consecutivos de desaceleración”, aseguraron desde el think tank liberal.

“A lo largo del mes, la dinámica semanal mostró comportamientos dispares. La primera semana arrancó con un salto del 1,0%, explicado en gran parte por el aumento de precios regulados que, en línea con los meses anteriores, volvieron a traccionar al alza: las prepagas aumentaron alrededor de 2,1% y el transporte registró un avance del 4,1%. Luego, el ritmo se moderó, con incrementos de 0,2% y 0,1% en la segunda y tercera semana, respectivamente, mientras que la última semana cerró con una suba similar a la inicial”, reza el informe.

Para la Fundación Libertad yPara la Fundación Libertad y Progreso, la inflación se mantuvo en 2,3% en noviembre.

En el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que publicó el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la mediana de las consultoras encuestadas indicó que en noviembre la inflación sería del 1,9%. Para diciembre anticiparon un 2%; recién en enero de 2026 comenzaría la desaceleración. Vale destacar que las proyecciones se publicaron antes de que el Gobierno oficializara los aumentos en los servicios públicos. El dato oficial del mes previo se dará a conocer el jueves 11 de diciembre por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

La estrategia de recorte

No obstante, todavía quedan precios de la economía atrasados, según la consultora Invecq. “Pese a que haya habido avances significativos —especialmente en el 1.º cuatrimestre de 2024, antes de que el Gobierno comenzara a priorizar la desinflación—, el proceso de realineamiento continúa incompleto. Comparando la estructura vigente con la del 1.º semestre de 2019 —última etapa previa de orden macroeconómico—, la ‘inflación reprimida’ asciende a 4,2 puntos. Los mayores ajustes pendientes se concentran en servicios públicos“, destacaron en un reporte.

Para la consultora Invecq hayPara la consultora Invecq hay atraso en 14 rubros.

Entre los segmentos con retrasos de entre 30 % y 40 % figura “Energía eléctrica y gas”, seguido por Transporte entre un 30 % y 20 %, al igual que Teléfono e internet y combustibles. Sobre esta última variable clave de la economía, un informe de Energía y Economía expuso que Caputo resignó ingresos por más de USD 2.100 millones al no aplicar las actualizaciones correspondientes del impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono en lo que va del año.

Este se oficializó un aumento del 4,3 % (2,3 % por inflación y 2 % por recorte de subsidios) en colectivos, subtes y peajes en CABA; mientras que en la provincia de Buenos Aires se autorizó una suba del 14,8% en colectivos. En simultáneo, el Gobierno oficializó otro incremento en las boletas de luz y gas promedio del 2,8%. Lo que revela la convicción del ministro de Economía, Luis Caputo de avanzar con la estrategia de recorte de subsidios, tal como pactó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

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