Según una experta en consumo, la temperatura inestable y el diseño del dispositivo provocan una peligrosa combinación
En los últimos años, las freidoras de aire se convirtieron en uno de los electrodomésticos más populares en cocinas de todo el mundo. Su promesa de cocinar con menos aceite, de forma más rápida y limpia, atrajo tanto a aficionados como a cocineros experimentados.
Pero mientras crece el entusiasmo por experimentar con todo tipo de ingredientes, también aumentan las dudas sobre qué puede y qué no puede cocinarse en estos dispositivos.
Una advertencia de seguridad doméstica generó atención entre usuarios de electrodomésticos: hacer pochoclos en freidoras de aire puede ser peligroso.
Grace Forell advirtió sobre el peligro de hacer pochoclos en freidoras de aire (Imagen Ilustrativa Infobae)
Así lo afirmó Grace Forell, especialista en consumo, durante una participación en el programa británico Morning Live de la BBC.
Según explicó, la mayoría de estos dispositivos no alcanza la temperatura necesaria para que los granos revienten adecuadamente, lo que podría llevar a fallos técnicos y riesgo de incendio.
La popularidad de las freidoras de aire impulsó su uso para todo tipo de recetas, desde carnes hasta repostería. Pero Forell fue clara al advertir que este aparato no es adecuado para cocinar ciertos alimentos, especialmente el maíz pisingallo.
Además, existe el riesgo de causar un incendio en la cocina. “Los granos de palomitas de maíz también pueden alojarse dentro del elemento calefactor de la freidora de aire, lo que puede provocar un cortocircuito en el aparato y crear un peligro de incendio”, explicó en el programa.
Las freidoras de aire funcionan mediante la circulación de aire caliente, lo que permite cocinar los alimentos con menos aceite que los métodos tradicionales. Pero este sistema tiene limitaciones.
A diferencia de un microondas o una olla en la hornalla, el aire caliente no se distribuye de manera uniforme dentro de algunos modelos y no siempre alcanza temperaturas constantes. Esta inestabilidad térmica, sumada a la estructura interna del aparato, convierte a los pochoclos en una receta problemática.
Forell fue categórica al recomendar evitar este uso del aparato. “Si te dispones a disfrutar de una buena noche de película, quédate con el microondas o la hornalla para hacer pochoclos”, destacó en la BBC.
El maíz pisingallo no es apto para freidoras de aire, según Forell (Imagen Ilustrativa Infobae)
Otros alimentos que no deben ir a la freidora de aire
En el mismo programa de la BBC, Forell presentó una lista de alimentos que no deberían cocinarse en una freidora de aire. El brócoli, por ejemplo, tiende a secarse con facilidad bajo el flujo de aire caliente, lo que intensifica su sabor amargo y lo vuelve poco apetecible. En su lugar, recomienda asarlo o cocerlo al vapor.
La pasta cruda y el arroz sin hervir tampoco son compatibles con este tipo de cocción. Ambos requieren agua caliente en ebullición, algo que la freidora de aire no puede proporcionar.
“Puedes usar una freidora de aire para recalentar la pasta y la salsa que ya están cocidas, pero el microondas es una forma más eficiente de hacerlo”, agregó en la BBC.
Incluso las recetas con masa húmeda pueden acabar en desastre: la masa suele gotear y puede quemar la base del aparato, además de dejar residuos difíciles de limpiar. Todos estos alimentos no representan un riesgo, pero igualmente no se pueden cocinar en el electrodoméstico de moda.
Pasta cruda y arroz sin hervir no deben cocinarse en freidoras de aire (Imagen Ilustrativa Infobae)
Alternativas útiles: huevos y pizzas personales
No todo son restricciones. Forell destacó también algunos usos funcionales de la freidora. Entre ellos, la cocción de huevos duros o pasados por agua: solo hay que colocarlos en la canasta, cocinarlos entre 10 y 15 minutos a 130 °C, y luego enfriarlos en un baño de hielo.
También se pueden hacer pizzas personales, siempre que se cocine primero la base para evitar que se humedezca con los ingredientes.
Recomendó primero hacer una especie de prepizza al cocinarla por unos 3 minutos y luego, ahí mismo en la freidora hacer la pizza completa y luego cocinarla por los minutos que hagan falta.
Estas recomendaciones buscan no solo ampliar las posibilidades del electrodoméstico, sino también reducir los errores comunes y prevenir accidentes derivados del uso indebido del artefacto.
La ingesta regular de este alimentos ha sido recomendado por su fuente extraordinaria de componentes que liberan toxinas y ayudan en la salud de la glucosa en las arterias
Las semillas de chía han ganado popularidad en el ámbito de la nutrición por su alto contenido en fibra, antioxidantes y ácidos grasos omega 3. Diversos estudios han señalado que su consumo regular puede contribuir al control de la glucosa en sangre; especialmente, en personas con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2. Una de las formas más comunes de incorporarlas a la dieta es en ayunas, momento en el que el cuerpo puede absorber de forma más eficiente ciertos nutrientes.
¿Por qué la chía ayuda a controlar el azúcar?
Las semillas de chía contienen un tipo de fibra soluble que, al entrar en contacto con el agua, forma un gel que retrasa la digestión y la absorción de carbohidratos. Este efecto contribuye a evitar picos de glucosa en sangre tras las comidas. Además, la chía tiene un bajo índice glucémico, lo que significa que no provoca aumentos bruscos en los niveles de esta enzima en el cuerpo.
Según un estudio publicado en Diabetes Care (Jenkins et al., 2007), el consumo diario de chía puede reducir marcadores inflamatorios y mejorar la presión arterial en personas con diabetes tipo 2, lo cual puede estar asociado a una mejor regulación metabólica general.
La absorción de carbohidratos y los registros a favor del metabolismo corporal son otras de las grandes ventajas de ingerir la chía todas las mañanas | Crédito: Freepik
¿Cómo se deben consumir en ayunas?
Para obtener beneficios sobre el control glucémico, se recomienda consumir entre una y dos cucharadas de este tipo de semillas (aproximadamente 10 a 20 gramos) en ayunas, siempre hidratadas. El remojo previo es fundamental para facilitar su digestión y activar sus propiedades gelificantes.
Una preparación común consiste en mezclar una cucharada de este alimento con un vaso de agua (200-250 ml) y dejar reposar entre 20 minutos y 2 horas, preferentemente durante la noche. La mezcla resultante tendrá una consistencia gelatinosa, la cual puede beberse sola o con un poco de limón finalmente.
Otra opción es mezclarlas en ayunas con agua tibia y unas gotas de vinagre de manzana o jugo de limón, lo que puede contribuir al efecto saciante y mejorar la sensibilidad a la insulina en la primera comida del día.
Vaso con bebida refrescante de chía, limón y miel, acompañada de rodajas de limón y semillas flotantes. – (Imagen Ilustrativa Infobae)
Consideraciones a tomar en cuenta
El consumo de chía debe acompañarse con una adecuada ingesta de líquidos, ya que su alto contenido de fibra puede causar molestias digestivas si se consume en seco o sin suficiente agua. Además, aunque sus beneficios son significativos, no sustituye un tratamiento médico ni una dieta balanceada, especialmente en personas con diabetes diagnosticada.
Es recomendable iniciar con una pequeña cantidad e ir aumentando gradualmente para evitar efectos secundarios como hinchazón o gases. También se sugiere consultar con un especialista en nutrición o un médico antes de incorporarla de forma regular si se toman medicamentos para controlar la glucosa, ya que podría potenciar sus efectos.
Aun con una gran propaganda en contra, el consumidor del mundo desarrollado continúa dando señales de su preferencia por los productos naturales frente a sucedáneos multiprocesados
Los alimentos de origen animal han venido sufriendo toda clase de embates en el mundo desarrollado. Desde el ataque de grupos ambientalistas atribuyéndole responsabilidades en el cambio climático hasta las constantes recomendaciones de reducir su ingesta por cuestiones de salud. Ha habido incluso sugerencias al respecto en ámbitos oficiales de Estados Unidos y algunos países de la Unión Europea.
La realidad, la que se palpa a nivel del consumidor, parece ir en sentido contrario, y debería ser un aliciente para los ganaderos de todo el planeta. El español Juan Pascual, autor de “Razones para ser omnívoro”, dice que lo mejor para nuestra salud es tener una dieta variada y que contenga productos de origen animal. Y asegura que no hay señales de que los habitantes del mundo desarrollado estén pensando en abandonar la proteína que aporta la carne vacuna.
Su enumeración recuerda que muchos medios -algunos aún lo hacen- se animaban a titular con letras de molde: “El futuro será plant-based.Carne, leche y huevos terminarán arrinconados por sus sustitutos vegetales”. Pascual propone comprobar formalmente cómo “la realidad del consumo ha dejado esas predicciones en lo que eran: ciencia ficción”.
Tampoco han tenido mayor difusión los sustitutos lácteos multiprocesados. El consumidor prefiere los quesos originales (AP)
Las estadísticas demuestran que en Inglaterra en los últimos 10 años se ha reducido el consumo de cereales y se aumentó el de proteína animal en el desayuno. Como resultado, el negocio de cereales para la primera comida de la mañana (el del Reino Unido es el mayor de Europa) está al borde del colapso. “Por caso, un fabricante se prepara para recortar 300 empleos, mientras que otro ha presentado propuestas para cerrar una importante planta en Merseyside. También anunció que dejará de producir cereales de marca propia para supermercados. En conjunto, las 10 principales marcas de cereales del Reino Unido vendieron 10,1 millones de kilos menos durante el año pasado hasta septiembre”.
En el mismo camino, Pascual explica que las ventas de sustitutos de queso en Estados Unidos han caído a tan solo 8 millones de dólares al mes, con un volumen que baja un 4,4 % mensual. En cambio, las ventas de queso natural ascienden a 1200 millones de dólares al mes, con un crecimiento del 3,5 % mensual. “Al parecer, preferimos comida real a sustitutos lácteos ultraprocesados sin valor nutricional. ¡Quién lo hubiera dicho!”, ironiza el escritor.
Por lo demás, un grupo de especialistas encontró que en promedio, los sustitutos analizados contenían 60 veces menos proteínas, 8 veces menos calcio y un 50 % más de sal por cada 100 g de producto. La composición de ácidos grasos fue menos favorable en comparación con un queso semiduro convencional: un 50 % más de ácidos grasos saturados, casi cinco veces menos ácidos grasos monoinsaturados y solo un tercio de los ácidos grasos. poliinsaturados por cada 100 g de producto, respectivamente, pero sin ácidos grasos trans.
. Después de un primer momento de furor, el valor de las compañías que producen sucedáneos de la carne ha retrocedido fuertemente (AP)
Paralelamente, las valoraciones en Bolsa de las empresas que generan los productos vegetales que imitan lácteos están mostrando resultados desastrosos. No les está yendo mucho mejor a las empresas que elaboran alternativas vegetales a la carne: cierres, despidos, desinversión. “Es una pena para las personas involucradas. El producto simplemente no se vende”, resume Pascual.
La primera compañía en experimentar con sucedáneos de la carne en Estados Unidos se ha visto en la necesidad de recortar nuevamente su personal. La demanda no tiene nada que ver con la de la carne real, incluso en circunstancias extremas como la proximidad de un huracán. Pascual hace referencia a una famosa foto de una góndola en un supermercado en la Florida. La gente barrió con la carne vacuna ante la proximidad de un severo fenómeno climático, pero casi no tocó los sucedáneos elaborados a partir de vegetales.
La misma suerte -desinversión- está corriendo la carne cultivada. Aún no comercializada entre el gran público, sigue siendo una quimera y los inversores cada vez apuestan menos por ella. Incluso no pasa mucho tiempo hasta que es alcanzada por la prohibición en un nuevo estado de la Unión; entre los últimos están Wyoming y Montana.
La carne cultivada en laboratorio tampoco estaría en condiciones de desplazar a la carne vacuna de las preferencias del consumidor(Reuters 163)
Pascual destaca que, por el contrario, el consumo de carne aumenta en España en más de un 6% y los huevos casi un 8% en el último año. En países que tradicionalmente parecen más inclinados a reducir la imgesta de carne, lejos de ser así, este se incrementa. “La demanda varía con el tiempo, pero es evidente que las alternativas a la carne no han funcionado, el mercado las rechaza y son ya unas cuantas las empresas que cierran o quedan al borde del quebranto en la Bolsa”.
No es una cuestión de oferta insuficiente. Los productos alimenticios vegetales sustitutos de la carne son cada vez más comunes en supermercados y restaurantes. En 2019, Gallup descubrió que la mitad de los estadounidenses conocían estos productos y cuatro de cada 10 los habían probado. Quienes reportaron una reducción en su consumo de carne generalmente citaron razones de salud y ambientales para hacerlo. Sin embargo, estos cambios no se han traducido en un aumento en la adopción de dietas vegetarianas o veganas, ya que es bajo el porcentaje de los adultos estadounidenses que siguen cualquiera de estas dos opciones.
El especialista español insiste en dejar de lado discursos ideologizados y ceñirse a la ciencia y los datos disponibles. “Que cada uno coma lo que le apetezca, pero la densidad nutricional de carne, leche, huevos y pescado es única. Contienen nutrientes exclusivos y parece que la gran mayoría del público los prefiere.
Comer rápido, el estrés o ciertos alimentos pueden causar molestias digestivas. Aunque algunos síntomas podrían indicar un problema de salud subyacente
La hinchazón abdominal es un problema digestivo frecuente que afecta a millones de personas en todo el mundo. Puede presentarse de manera ocasional, tras una comida abundante, o convertirse en un malestar persistente que interfiere con la vida diaria.
Aunque suele ser una molestia temporal, en algunos casos puede ser síntoma de un trastorno subyacente. Según The Telegraph, expertos en gastroenterología explicaron las causas más comunes de la hinchazón y cómo aliviarla de manera efectiva.
George Goodchild, gastroenterólogo de The London Clinic, señaló que es normal experimentar hinchazón de vez en cuando, pero algunos factores pueden hacer que el malestar se prolongue o se vuelva más intenso.
Un aumento repentino de fibra en la dieta puede causar gases y malestar digestivo (Imagen Ilustrativa Infobae)
La doctora Megan Rossi, especialista en salud intestinal y fundadora de The Gut Health Doctor, explicó que la hinchazón es una sensación de presión en el sistema digestivo, diferente de la distensión abdominal, que implica una protuberancia visible en el abdomen.
Para quienes buscan reducir la hinchazón, es clave identificar su origen. Entre los motivos más frecuentes, los especialistas destacaron seis factores principales.
1- Hábitos alimenticios: el impacto de comer rápido o en exceso
Comer con prisa o ingerir grandes cantidades de alimentos en una sola comida puede contribuir significativamente a la hinchazón. La Dra. Goodchild explicó en The Telegraph que al comer rápido se traga más aire, lo que genera acumulación de gases en el intestino.
Además, una masticación insuficiente dificulta la digestión, lo que puede provocar fermentación excesiva y una mayor producción de gases.
Solución:
Comer lentamente y masticar bien los alimentos.
Optar por comidas más pequeñas y frecuentes en lugar de grandes porciones espaciadas.
2- Estrés y ropa ajustada: efectos sobre la digestión
El estrés crónico afecta la comunicación entre el cerebro y el intestino, lo que puede provocar inflamación y ralentizar la digestión. La Dra. Rossi explicó que el estrés activa la producción de cortisol, una hormona que reduce el movimiento intestinal y favorece la acumulación de gases.
Además, el uso frecuente de ropa ajustada puede generar presión sobre el abdomen y dificultar el tránsito intestinal, lo que agrava la sensación de hinchazón.
Solución:
Incorporar técnicas de relajación como respiración profunda o meditación.
Usar ropa más holgada para evitar la presión sobre el abdomen.
3- Dieta y fibra: equilibrio clave para la salud digestiva
El estreñimiento es una de las causas más comunes de hinchazón y puede estar relacionado con una dieta baja en fibra. Sin embargo, un aumento repentino de fibra también puede generar problemas, ya que el intestino necesita adaptarse a este cambio.
El doctor Goodchild advirtió que ciertos tipos de fibra fermentan más fácilmente en el intestino, lo que puede producir gases en exceso. Por otro lado, Lucy Kerrison, dietista especializada en salud intestinal, sugiere que la fibra debe incorporarse de manera gradual y acompañarse con una ingesta adecuada de líquidos.
Solución:
Aumentar el consumo de fibra de forma progresiva.
Incluir fuentes de fibra soluble, como semillas de lino o cáscara de psyllium, en la dieta.
Beber suficiente agua para facilitar el tránsito intestinal.
4- Condiciones de salud: trastornos intestinales relacionados con la hinchazón
Algunas afecciones médicas pueden causar hinchazón frecuente o persistente. Kerrison dijo que el síndrome del intestino irritable (SII), por ejemplo, es un trastorno digestivo que afecta a un tercio de la población británica y que, en el 80 % de los casos, incluye episodios de hinchazón.
Otra posible causa es el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO), una afección en la que un exceso de bacterias en el intestino genera fermentación anormal y gases. Goodchild señaló que esta condición es menos común que el SII, pero podría estar infradiagnosticada.
Las fluctuaciones hormonales durante la menstruación y menopausia afectan la digestión (Imagen Ilustrativa Infobae)
Solución:
Consultar a un especialista si la hinchazón es persistente o se presenta con otros síntomas como diarrea, pérdida de peso o sangre en las heces.
En casos de SII, seguir una dieta especializada bajo supervisión de un dietista.
5- Cambios hormonales: su impacto en la digestión
Las fluctuaciones hormonales pueden afectar el sistema digestivo y provocar hinchazón. Según un estudio de 2024 citado por The Telegraph, casi una cuarta parte de las mujeres experimenta hinchazón con regularidad, en comparación con solo un 10 % de los hombres.
Durante la menstruación, los niveles elevados de estrógeno favorecen la retención de líquidos, mientras que la progesterona ralentiza el tránsito intestinal, aumentando el riesgo de estreñimiento. Estos efectos también pueden presentarse en la menopausia, indicó el medio británico.
Solución:
Realizar ejercicio moderado, como caminatas o yoga, para reducir la retención de líquidos.
Mantener una hidratación adecuada y una alimentación balanceada.
6- Sensibilidades alimentarias: alimentos que pueden causar molestias
Algunas personas experimentan hinchazón después de consumir ciertos alimentos, especialmente aquellos ricos en fibra fermentable. El doctor Rossi explicó que ingredientes como el ajo, la cebolla, las legumbres y algunas frutas pueden generar gases en personas con intestinos sensibles.
Solución:
No eliminar completamente los alimentos fermentables, sino reintroducirlos progresivamente.
Consultar al médico si la hinchazón persiste o se acompaña de síntomas preocupantes (Imagen Ilustrativa Infobae)
Cuándo acudir al médico
La hinchazón ocasional es normal, pero si persiste por más de tres semanas o se acompaña de síntomas como pérdida de peso, diarrea crónica, fiebre o sangre en las heces, es fundamental buscar atención médica.
Goodchild enfatizó que algunos síntomas pueden indicar problemas de salud más serios, por lo que es importante no ignorarlos.
Según las guías del Servicio Nacional de Saluddel Reino Unido, se recomienda acudir al médico si la hinchazón ocurre a diario durante varias semanas o se presenta con signos de alarma.