Karina López (48) perdió parte del dinero de la venta de la casa de sus padres en Zoe y tuvo que pedir un préstamo al banco. A horas de que se defina la pena del líder de la organización, declarado culpable de estafa y asociación ilícita, asegura: “Mientras siga preso, no me interesa cuántos años de cárcel le den”
Sucedió casi a mediados de febrero de 2022. Karina López llegó a la casa central de Generación Zoe, ubicada en el barrio porteño de Belgrano, y notó algo extraño. Había ido, como en otras ocasiones, a retirar su dinero. Desde que había comenzado a invertir, en octubre del año anterior, siempre le habían pagado en tiempo y forma. Pero esta vez, el ambiente era distinto. La espera se alargaba, los empleados evitaban las miradas y las respuestas eran cada vez más vagas. No lo sabía aún, pero ese día marcaría el inicio de su peor pesadilla.
“De un momento a otro, las personas que nos recibían y nos pagaban, apagaron las computadoras y desalojaron el lugar. Se fueron y nos dejaron ahí, abandonados. Nadie nos daba ningún tipo de información. Solo nos pasaron un número de teléfono con la promesa de que nos iban a contestar por esa vía”, cuenta a Infobae.
La desesperación escaló cuando alguien le avisó que las cuentas de la empresa habían sido congeladas. Días después, esas líneas de contacto dejaron de funcionar y todas las sucursales cerraron. Karina estaba en shock. El dinero para la cirugía de su madre, hoy de 81 años, que debía realizarse en marzo, había quedado atrapado en Zoe. “¿Cómo llegué a esto?”, se preguntaba.
La sede de Generación Zoe, ubicada en el barrio porteño de Belgrano, funcionaba como la central de la organización (Foto/Franco Fafasuli)
“Te daban el dinero en el momento”
Karina López tiene 48 años, tres hijos de 29, 24 y 22, y trabaja como administrativa en una pyme. A Generación Zoe llegó a través de una recomendación del algoritmo de Instagram, tentada ante la posibilidad de hacer crecer el dinero que le dejó la venta de la casa de sus padres, un matrimonio de adultos mayores a los que cuida desde hace años. “Como ellos vivían en San Martín y yo en San Fernando, con mis hermanos decidimos vender su casa para mudarlos cerca mío. Para cubrir sus gastos, empecé a invertir en distintos lugares. Mi objetivo era costear su alquiler de su vivienda y sus necesidades a base de intereses. Al principio lo hacía en pesos, pero la inflación me comía bastante las ganancias”, relata.
En aquel entonces, su cuenta de Instagram comenzó a mostrarle videos de un chico que vivía en Mendoza y que promocionaba Generación Zoe. “Vos ponías 2.000 dólares para entrar y, sobre esa inversión mensual, te daban un 7%. Empecé a averiguar y me pareció serio. Decían que tenían respaldo del Banco Central y del ex juez Héctor Luis Yrimia. Todo eso me dio seguridad”, recuerda.
Decidida a comprobar la “solidez” de Generación Zoe, Karina se acercó a la sede de Belgrano, ubicada en la calle Crisólogo Larralde al 1800. “Era impresionante. El edificio tenía tres pisos con gente entrando y saliendo todo el tiempo. Había una sala con computadoras y personal de seguridad en la puerta. Yo veía cómo la gente cobraba en efectivo y se llevaba los dólares en la mano. Incluso yo misma retiré dinero de esa manera: me sentaba en un escritorio con un referente, ingresaban mi DNI en la plataforma, verificaban mi cuenta y me entregaban el dinero en el momento”, cuenta.
Leonardo Cositorto fue declarado culpable de asociación ilícita y estafa. Este martes se realizará la audiencia de cesura en la que se definirá cuál es la pena que deberá cumplir en prisión
El primer mes Karina cobró sus intereses sin problema. En diciembre de 2021, le ofrecieron una nueva inversión: el “robot navideño”. “Si ponía 5.000 dólares, en seis meses lo recuperaba con un 20% de interés. Además, me regalaban un viaje en crucero. Lo acepté y, en enero, volví a invertir. Ahí puse bastante más dinero”, recuerda.
La confianza era total: “Había sucursales en todo el país, conocía gente que también había puesto plata y, al igual que yo, cobraba. Incluso cuando mis hijos me advirtieron: ‘Mamá, vos estás loca’, para mí no había chances de que se viniera todo abajo. ‘En tres o seis meses recupero todo’, pensaba”. Pero eso que creyó imposible, pasó.
Octubre de 2022. Karina (a la derecha con el micrófono) junto a otros de los damnificados de Generación Zoe reclamaron frente a los Tribunales porteños
La debacle
Faltaban menos de dos semanas para la operación de su madre y el dinero para costear la cirugía estaba atrapado en Zoe. Desesperada, Karina le envió una carta a Leonardo Cositorto, con quien se había cruzado varias veces e, incluso, intercambiado algún saludo. “Le escribí explicándole mi situación. Él mismo había dicho que se encargaría de ayudar en casos urgentes. Le envié las facturas de la cirugía y pedí que me devolvieran el dinero. Nadie me respondió. Terminé endeudándome y sacando un préstamo bancario para pagar la operación”, cuenta.
López invirtió 30.000 dólares en Generación Zoe. “No solo era plata de mis padres, sino también mía. Cuando todo se destapó, entré en una depresión profunda. Lloraba todo el día. ‘¿Cómo llegué a esto?’, pensaba”.
—¿Llegaste a recomendarle a alguien que invirtiera dinero en Generación Zoe?
—No. Yo lo único que hacía era ir, invertir y retirar mi plata. No me interesaba otra cosa.
—¿En qué momento te diste cuenta de que habías caído en una estafa?
—En el momento en que estaba ingresando a mi mamá al quirófano y las personas que me decían que me iban a ayudar me soltaron la mano. Me sentí abusada. Fue una situación muy desesperante y horrible porque si yo no hubiese podido sacar el préstamo, ¿de dónde iba a sacar la plata para pagar la cirugía? Yo tomé la decisión de invertir para mantener a mis viejos y era la responsable de haber cometido una equivocación enorme.
Los damnificados por Zoe iniciaron una mega causa contra la justicia de la Ciudad y el lento avance de la causa. Los patrocina el abogado Gustavo D’Elia
“La unión hace la fuerza”
Para salir del bajón, Karina decidió ponerse en movimiento. “Empecé a contactar a otras víctimas y a organizarnos. Junté más de 600 personas y encontramos un abogado, Gustavo D’Elía, para presentar una demanda colectiva”, explica acerca de la causa que busca conocer el paradero de los millones de dólares que los ahorristas pusieron en Zoe.
La lucha, sin embargo, sigue en un limbo judicial. “La justicia se mueve lento. Aún no hay un juez designado”, denuncia.
—Pasaron tres años. ¿Te repusiste de este golpe, no solo económico, sino también emocional?
—Creo que uno nunca se repone del todo. Pero al menos pude ayudar a otras personas que estaban en mi misma situación y no sabían para dónde disparar. Con Gustavo D’Elia logramos reunir a más de mil inversores y presentamos una demanda colectiva. Estar unidos me dio la fuerza para salir de la depresión. Mi familia me entendió, obviamente, porque antes de ingresar a Zoe yo había hablado todo con mis hermanos, pero bueno… El primer año y medio estuve haciéndome cargo yo sola de todos los gastos de mis papás: alquiler, impuestos, médicos. En paralelo pagando el préstamo. Fue terrible. Hoy, por suerte, mis hermanos me ayudan a seguir cubriendo los gastos de mis padres.
—Sentí un alivio porque yo dije: “Bueno, este tipo no va a seguir estafando a nadie”. Al final, después abrió otra plataforma digital para atraer a inversores desde la cárcel. Ese fue otro disgusto.
—Mientras siga preso, no me interesa la pena que le den. Yo sigo en pie con demanda colectiva. No voy a bajar los brazos porque soy muy creyente. Tengo la convicción de que la justicia, tarde o temprano, tiene que llegar.
Ocurrió en el balneario municipal de Santa Elena. El joven habría cruzado la zona habilitada, que estaba delimitada por boyas
Un joven de 21 años murió ahogado este martes por la tarde tras adentrarse en las aguas profundas del río Paraná para recuperar una pelota. El trágico accidente ocurrió en el balneario Santa Elena, situado en la ciudad homónima, en Entre Ríos.
Fuentes policiales precisaron a Infobae que, alrededor de las 16 horas, un grupo de turistas jugaba con una pelota dentro del área delimitada por boyas. En determinado momento, la víctima perdió la pelota y cruzó la zona habilitada hacia aguas más profundas. Al no hacer pie y no saber nadar, comenzó a ahogarse.
El cuerpo no ha sido encontrado y la búsqueda continúa.
Si bien un compañero intentó ayudarlo, tuvo que soltarlo debido a que la víctima comenzó a arrastrarlo mientras se ahogaba. El joven fue identificado como Logan Daniel Videla, oriundo de La Matanza, provincia de Buenos Aires. En el caso intervinieron agentes de la Comisaría de Santa Elena, del Departamento La Paz, junto con personal de Prefectura Naval.
Hasta el momento, el cuerpo no ha sido encontrado y la búsqueda continúa hoy, confirmaron las fuentes. Las playas de Santa Elena, ubicadas a 150 kilómetros de la capital provincial, tienen una extensión de 300 metros.
El trágico accidente ocurrió en Río Ceballos (Foto: Prensa Policía)
Alarmante cifra de ahogamientos durante el verano
Un turista falleció el pasado 4 de febrero en Río Ceballos, Córdoba, convirtiéndose en la novena víctima fatal por ahogamiento del verano en la provincia. Identificado como Lucas Iván Paz, el joven de 24 años ingresó a un río en las proximidades del camino Pozos Verdes, en el barrio La Quebrada, con el objetivo de visitar una cascada junto a su hermana.
Según se pudo reconstruir, al notar que no podía mantenerse a flote, comenzó a pedir auxilio. A pesar de los esfuerzos de una persona que logró sacarlo del agua, ya no presentaba signos vitales, según informó El Doce TV.
En lo que va del verano, las víctimas fatales sufrieron accidentes en las localidades cordobesas de La Calera (Sierras Chicas), Nono (Traslasierra), Villa Rumipal (Valle de Calamuchita), Villa Carlos Paz (Valle de Punilla), el dique Piedras Moras (Calamuchita), Mina Clavero (Traslasierra) y Río Tercero (Tercero Arriba).
Las autoridades locales y los organismos de emergencia suelen emitir recomendaciones para evitar accidentes en los cursos de agua. Entre las medidas más comunes se encuentran evitar ingresar a zonas profundas, prestar atención a las corrientes y no nadar en áreas no habilitadas. Sin embargo, los incidentes registrados este verano reflejan que, en muchos casos, estas advertencias no son suficientes para prevenir tragedias.
Un turista de 65 años falleció en La Toma.
Solo dos días antes de la muerte de Lucas Iván Paz, falleció otro hombre identificado como Horacio Quiroga en la ciudad de Río Tercero. La víctima, de 37 años, disfrutaba de una jornada familiar cerca del balneario municipal; cuando ingresó al agua en la zona del predio del Centro Tradicionalista alrededor de las 19 horas. Testigos relataron que, tras lanzarse al río, Quiroga no volvió a salir a la superficie, lo que generó alarma entre los presentes.
Ante la emergencia, las autoridades locales y los Bomberos Voluntarios acudieron rápidamente al lugar. Según detalló Telefe Córdoba, lograron rescatar al hombre y trasladarlo de inmediato al hospital de la localidad. Sin embargo, pese a los esfuerzos médicos, se confirmó su fallecimiento horas después. Habría sufrido un paro cardiorrespiratorio tras ingresar al agua.
Días atrás, un hombre de 65 años, identificado como Norberto Jorge Amadeo, falleció en el balneario La Toma, ubicado en la localidad de Mina Clavero. El turista, oriundo de la provincia de Buenos Aires, resbaló mientras intentaba cruzar el río a nado, golpeó su cabeza contra una piedra y fue arrastrado por la corriente, lo que resultó en su trágico deceso.
La ciudad bonaerense vuelve poco a poco a la normalidad. El funcionamiento de los colectivos, la recolección de residuos y la entrega de donaciones. La atención al público en lugares habilitados para circular. Qué pasará con las clases y el clima
En el medio de la angustia que prevalece por las personas que aún están desaparecidas, incluyendo a las hermanas Delfina y Pilar Hecker, de uno y cinco años, las autoridades del municipio se mantienen trabajando en su búsqueda.
Por lo pronto las clases estarán suspendidas hoy y mañana debido a las complicadas condiciones de infraestructura en las que se encuentran las instituciones relevadas.
Alfredo Dagna, presidente del Club Olimpo de Bahía Blanca: “El club está colapsado con las ayudas”
Alfredo Dagna, presidente del Club Olimpo, confirmó que suspendieron el fútbol en Bahía Blanca, para ayudar a la ciudad
El presidente del Club Olimpo de Bahía Blanca, Alfredo Dagna, destacó la ayuda de gran parte de las instituciones deportivas de la Argentina: “Es un aluvión de donaciones que vienen. Me han llamado casi todos los presidentes de clubes para decirme que enviaban uno o dos camiones”. E informó que la idea es entregarlo “en forma inmediata” a la gente, ya que hay una situación de desesperación.
Respecto al rol de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), Dagna comentó que el organismo se encuentra recibiendo donaciones en el predio de la AFA, en Ezeiza, que provienen de los clubes del interior. Y subrayó que lo que más se necesita son elementos de higiene: “El tema es lo que pueda pasar desde el punto de vista sanitario en la Ciudad”.
Alfredo Dagna, presidente del Club Olimpo de Bahía Blanca
En cuanto a medidas, el dirigente relató: “En el fútbol lo que hicimos fue suspender el partido que teníamos ahora, jugábamos el domingo. Tengo dos helicópteros de la Policía Federal en la cancha de fútbol y suben y bajan todos los políticos que vinieron. El club está colapsado con las ayudas”.
Por último y sobre la situación actual en la localidad bonaerense, Dagna calificó al temporal como “una situación difícilmente de entender” y estimó que es poco probable que vuelva a suceder. “Son situaciones que uno las explica y las cuenta, pero el que las vive es una situación traumática porque pierde todo. Eso es como el Juego de la Oca, retrocedes 20 casilleros porque perdés todo. Hechos como estos desbordan cualquier previsibilidad posible”.
En este punto, concluyó: “Es dramático lo que pasó, de tal forma que, toda la ayuda que llega, si bien es un bálsamo para la gente, cuando pase la ayuda la gente va a tener que arrancar de cero. Y eso es lo más preocupante”.
10:28 hsHoy
Cómo están las rutas en Bahía Blanca
El desigual estado de las rutas en Bahía Blanca (Gustavo Gavotti)
Según informó Vialidad Nacional, el estado de las rutas nacionales que conectan la ciudad con el resto del país presenta diversas restricciones, incluyendo cortes totales y tramos transitables con precaución.
De acuerdo con el reporte oficial, la Ruta Nacional 3 (RN 3), muestra diferentes niveles de accesibilidad dependiendo del tramo. El segmento entre Azul y el empalme con la Ruta Nacional 229 (RN 229) se encuentra transitable sin inconvenientes. El tramo que conecta la RN 229 con El Triángulo y el que va desde este último punto hasta la calle Charlone (kilómetro 691) requieren precaución debido a las condiciones del camino.
Por otro lado, el tramo entre el Canal Maldonado (kilómetro 692) y el empalme con la Ruta Nacional 33 (RN 33) permanece completamente cerrado al tránsito.
Los trabajos para recuperar la circulación vial en algunos accesos a la ciudad de Bahía Blanca
El resto de los tramos de la RN 3 presentan una situación mixta. Desde el empalme con la RN 33 hasta el empalme con la Ruta Nacional 22 (RN 22), el tránsito es posible pero con precaución, mientras que el trayecto entre el empalme con la RN 22 y Patagones está habilitado sin restricciones.
Asimismo, el segmento que conecta el empalme con la RN 3 y Río Colorado, perteneciente a la RN 22, también es transitable con normalidad.
El pavimento resquebrajado, producto de las tormentas del viernes pasado
La Ruta Nacional 33 (RN 33) también presenta condiciones variables. El tramo entre el empalme con la RN 3 y La Vitícola está habilitado, pero se recomienda circular con precaución. Por su parte, el trayecto que conecta La Vitícola con Pigüé no presenta inconvenientes. Sin embargo, el tramo que une Pigüé con Trenque Lauquen requiere precaución debido a las condiciones del camino.
En cuanto a la Ruta Nacional 35 (RN 35), el panorama es más crítico. El tramo que conecta Bahía Blanca con el límite de la provincia de La Pampa se encuentra totalmente cerrado.
La Ruta 35, una de las más afectadas por el temporal
Por su parte, la Ruta Nacional 228 (RN 228), que conecta Necochea con Tres Arroyos, está habilitada sin restricciones. Por otro lado, la Ruta Nacional 229 (RN 229), que une el empalme con la RN 3 y Balneario Marisol en Punta Alta, es transitable, pero con precaución.
La Ruta Nacional 249 (RN 249), que conecta el empalme con la RN 3 y el empalme con la RN 229 en Punta Alta, también requiere precaución para su tránsito. Asimismo, la Ruta Nacional 252 (RN 252), que abarca el tramo entre la Rotonda de Villa Sarsfield y el puente La Niña, presenta condiciones similares.
Finalmente, la Ruta Nacional 1V03 (RN 1V03), que conecta el empalme con la RN 3 y la Rotonda Ex Indiada, también está habilitada, pero se recomienda circular con precaución.
10:12 hsHoy
El Hospital Penna reactiva algunos de sus servicios
El acceso a guardia del Hospital José Penna (REUTERS/Juan Sebastián Lobos)
El Hospital Provincial José Penna, principal centro de salud de Bahía Blanca, comenzó a recuperar su funcionamiento tras los graves daños sufridos durante el temporal del pasado viernes.
El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires implementó un amplio Plan de Contingencia que incluye la adecuación de espacios, la reorganización de servicios y el envío de recursos humanos y materiales para garantizar la atención médica en la región.
Más de 200 agentes sanitarios fueron enviados al hospital, junto con equipamiento médico, medicamentos, vacunas y personal especializado en salud mental. Estas medidas buscan restablecer la operatividad del establecimiento, que es clave para la atención de la población local.
La tormenta arrasó con el Hospital Penna y decenas de niños tuvieron que ser evacuados de la Neonatología. Saira Delmiro, de 16 años, vivió una odisea para reencontrarse con su hija, Amely. Su historia y la de la enfermera que la salvó
“Me agarró un ataque de nervios. No veía a mi bebé desde la noche anterior y en las imágenes no aparecía el sector donde ella estaba. Me desesperé. Pensé que no se iba a salvar”, recuerda Saira en diálogo con Infobae.
Amely nació el 15 de febrero pasado, con solo 27 semanas de gestación y un peso de 940 gramos. Desde entonces, la beba pasaba sus días en una incubadora, con respirador y asistencia médica constante. Saira, que recibió el alta tres días después de traerla al mundo, la visitaba dos veces al día. “Trataba de pasar la mayor cantidad de tiempo en la Neonatología. Le cambiaba los pañales, me sacaba leche para que se alimentara y le hablaba permanentemente. Me costaba mucho verla así, tan chiquita y llena de cables”, explica.
A pesar del buen cuidado, en sus primeras semanas de vida, la evolución de Amely era incierta: primero tuvo ictericia (NdR: una afección frecuente en los neonatos que provoca que la piel y las partes blancas de los ojos se tornen amarillas a partir de un exceso de bilirrubina en la sangre) y,luego, una infección que le comprometió los pulmones. “Todo venía siendo muy cuesta arriba”, explica su mamá
Diez días después del nacimiento, el 25 de febrero, los médicos le advirtieron a Saira que la beba tenía alto riesgo de mortalidad. “Antes de irme, me pidieron que me despidiera de ella, pero me negué. No quería transmitirle toda mi angustia”, recuerda y se le entrecorta la voz. Sin embargo, su hija resistió. “Le hicieron un drenaje, le sacaron el líquido y, para sorpresa de todos, mejoró. Ella es muy fuerte“, dice.
Pero la prueba más dura todavía estaba por llegar.
La primera imagen de Amely. La beba nació el 15 de febrero con solo 27 semanas de gestación y un peso de 940 gramos
“¿Dónde está mi bebé?“
Después de ver los videos, aquel viernes 7 de marzo, Saira decidió ir al hospital Penna a buscar a su bebé. Llegó alrededor de las 17 y ahí se enteró de que Amely ya no estaba allí. “Pregunté adónde estaba mi hija y me dijeron que la habían trasladado. ‘Ella está bien, pero la llevamos a OSECAC’, me explicó el director de Neonatología. El problema es que eso quedaba pasando el centro y, con mi mamá, no teníamos cómo llegar. Paramos una camioneta que se ofreció a llevarnos, pero tuvimos que bajarnos antes. Cuando salimos del coche, el agua nos llegaba por encima de la cintura y la corriente te llevaba. Tuvimos miedo”, cuenta.
Durante horas, Saira y su madre se quedaron atrapadas en una vereda, sin poder avanzar. “Tuvimos que esperar a que bajara el agua. Estábamos empapadas y embarradas. Al final, empezamos a caminar por calles sin luz. ‘No vamos a llegar’, le decía a mi mamá”, cuenta Saira.
Finalmente, cerca de las 21:30, llegaron a la clínica. “Entré y dije: ‘Soy la mamá de Amely, una de las bebés que trajeron del Penna’. Ahí me llevaron a la sala de padres para que me cambiara y después nos reencontramos. Cuando la vi, me largué a llorar. No podía creerlo.Creí que no iba a sobrevivir”, dice.
Luciana Marrero, la enfermera que cobijó a Amely en su pecho, debajo de su ambo, para darle calor y así salvarle la vida
“No tenés nada que agradecer”
Quien repone la otra parte de la historia, ahora, es Luciana Marrero, la enfermera que cobijó a Amely en su pecho, debajo de su ambo, para darle calor y así salvarle la vida. Junto a sus compañeras del Penna, Luciana puso en marcha un operativo de rescate que se extendió durante 18 horas ininterrumpidas hasta que lograron trasladar a todos los recién nacidos a un lugar seguro.
“Actuamos con el corazón y pensando en las madres que no pudieron llegar hasta sus hijos debido a la tormenta. Si no nos saliera del corazón, no podríamos haberlo hecho. La prioridad siempre son los bebés”, comentó la enfermera en una entrevista días atrás.
Luciana, quien trabaja en el turno noche de la Neonatología, conocía a Amely, pero no a Saira. Recién se vieron por primera vez días después de la tormenta. “Fue muy emotivo el encuentro. Ella estaba superagradecida por lo que hice. ‘No tenés nada que agradecer. Yo también soy mamá y te entiendo. Vos hubieras hecho lo mismo’, le dije. Me emocionó mucho verla afrontar una tarea tan enorme como la maternidad, siendo tan chiquita”, contó la enfermera a Infobae.
Así fue el encuentro entre Saira Delmiro y Luciana Marrero, la enfermera de neonatología del Hospital Penna de Bahía Blanca, que rescató a su bebé (Video/Telefe Noticias)
“A Luciana nunca la había visto porque yo me iba del hospital a las 21 y ella llegaba a las 24. El encuentro fue muy lindo. Me abrazó y me dijo que hizo lo que yo hubiera hecho. Si no fuera por ella, Amely no estaría hoy acá”, asegura Saira.
Pese a la incertidumbre por lo que vendrá, la joven se aferra a la esperanza. “Gracias a Dios, mi casa no se inundó y puedo ir y volver de OSECAC, aunque está mucho más lejos que el Penna. Amely sigue ganando peso y mientras ella esté bien, yo también lo estaré”, se despide Saira.
Amely, hoy. “Ya pesa más de un kilo. Mientras ella esté bien, yo también lo estaré”, dice su mamá
Volver a ponerse de pie
Tras la inundación, el hospital Penna, que también recibe pacientes de Tres Arroyos, Carmen de Patagones y otras localidades del sur de Buenos Aires, se encuentra en una situación crítica.
Ante la devastación, el personal de la institución solicitó la colaboración de la comunidad para reconstruir la sala de Neonatología y reponer los equipos perdidos. “Bahía necesita de la población. Nuestro sueño es volver a ver nuestra Neo en pie“, aseguraron las enfermeras.
Al cierre de esta nota, según informaron las autoridades locales, la ciudad comienza a reactivarse con la restauración de los medios de transporte y la recolección de basura. En tanto, este lunes, la Policía Científica logró establecer la identidad de 15 de las 16 víctimas fatales, quedando solo una, de entre 50 y 55 años, sin identificar. A su vez, se conoció que el número de evacuados descendió a 523 y que continúa la búsqueda de las hermanas Delfina y Pilar Hecker, de 1 y 5 años, quienes fueron arrastradas por la corriente durante el temporal.