El camerunés marcó un hito en la historia del fútbol argentino siendo uno de los fichajes más extravagantes. Los detalles del desembarco y su actualidad
“Este es Tchami, a ver Grone si sabés… ¡Tchami! Gooool”. El relato de Marcelo Araujo del gol del camerunés a River, por el Torneo Clausura 95 en el Monumental, en un triunfo 4-2 de Boca, quedó inmortalizado. El periodista que marcó un antes y un después con sus comentarios y extrema confianza para con los protagonistas adoptó de inmediato al simtático africano, así como el fútbol argentino lo recibió de brazos abiertos. Grone (Negro al revés) fue el apodo que a esa altura Alphonse ya había adquirido a gusto en el vestuario xeneize. Ese era su primer semestre en el club de La Ribera, su arribo y debut oficial había sido unos meses atrás. Exactamente un día como hoy, pero hace 30 años.
El 24 de febrero de 1995 Boca visitó a Banfield por la primera fecha del Clausura. El equipo dirigido por Silvio Marzolini, quien aprobó la llegada de Tchami, se impuso 2-0 ante el Taladro con un doblete de Sergio Martínez. El camerunés formó un tridente de ataque internacional sin precedentes con el Manteca y otro uruguayo como el Polillita Da Silva. Alphonse jugó 81 minutos y fue reemplazado por Sergio Zapatilla Sánchez, quien se iría expulsado junto al arquero banfileño Ángel David Comizzo instantes después. En el segundo partido del año, el camerunés se despachó con dos tantos en la Bombonera en un 2-0 ante Newell’s.
En una época en la que no existía internet ni podían ojearse jugadores a través de las redes sociales, los fanáticos de Boca se preguntaban de dónde había salido este potente moreno que prometía inflar redes rivales. Alphonse-Marie Tchami se había iniciado como futbolista profesional en el Unisport Bafang de Camerún, pero enseguida se mudó a Europa para militar en Dinamarca con el Vejle Boldklub, donde un puñado de goles le bastaron para ser fichado por un equipo más importante de la liga danesa, el Odense BK.
Alphonse Tchami firmó en Boca a principios de 1995 luego de disputar el Mundial 94 con Camerún
Allí militaba en 1994 cuando participó en su primera Copa del Mundo con su país. El seleccionado africano fue eliminado en fase de grupos luego de empatar 2-2 ante Suecia, perder con Brasil (3-0) y ser goleado 6-1 por Rusia. En este último duelo, en el que Roger Milla se convirtió en el jugador más veterano en anotar en Mundiales con 42 años y Oleg Salenko en el primero en celebrar cinco tantos, tuvo su estreno el atacante de 23 años que sustituyó a David Embe. Unos meses más tarde, firmaría su contrato en Boca Juniors.
Tchami, que estaba haciendo la pretemporada en Río de Janeiro con el Odense danés, no viajó solo a Argentina. Lo hizo con su hermano menor Bertrand, quien también estuvo a prueba en Boca y San Lorenzo, y el georgiano Georgi Kinkladze, un enganche zurdo que venía de jugar en la Segunda División de Alemania tras ser promocionado como el mejor futbolista de su tierra. En apenas dos entrenamientos, Marzolini limpió al georgiano y le levantó el pulgar al camerunés. Una crónica de El Gráfico recuerda que el DT le señaló a Kinkladze en una pizarra el sector de la cancha en el que debía moverse en la práctica, pero este no le llevó apunte, se ubicó como mediapunta centro y no por el carril izquierdo como le había solicitado. Y esa zona estaba cubierta con el Beto Márcico y Da Silva.
Marzolini le vio tanta pasta a Tchami que lo terminó poniendo en 17 de 19 partidos en el campeonato, donde fue tercer máximo anotador de Boca con 6 goles (detrás de los 9 del Manteca Martínez y los 7 de Walter Pico, uno de los únicos dos que disputó todos los encuentros junto al Mono Navarro Montoya). Ese plantel contaba en la delantera con Martínez, Márcico, Da Silva y algunos juveniles que asomaron y no despuntaron como Roberto Gómez, Sergio Sánchez y Leonardo Delfino. El Xeneize acabó en la cuarta posición del torneo, a seis puntos del campeón San Lorenzo (cuando todavía se concedían dos por cada victoria), que le arrebató el título a Gimnasia La Plata.
Gol de Tchami a River en el Monumental
Tchami y Boca se dieron el gran gusto de derrotar a River en la penúltima fecha: luego de estar abajo por el gol en contra de Fernando Gamboa, el Xeneize lo dio vuelta en el complemento con tantos de Julio César Saldaña, el Beto Márcico, el camerunés y Da Silva (descontó Enzo Francescoli de penal). A esa altura, Alphonse-Marie había dejado de ser un desconocido. Salía en las revistas deportivas y hasta había sido invitado a programas de TV (como El Contra, de Juan Carlos Calabró). Su intérprete, mano derecha y confidente fue el Beto Márcico, quien hablaba francés como él y le facilitaba las cosas.
“Era una persona muy prolija y ordenada por las costumbres que había adquirido en Dinamarca. Pero además era inteligente y rápido para entender las cosas. Marzolini le dijo que se acercara a mí para hablar y enseguida nos hicimos amigos. El Negro fue un fenómeno desde ese momento”, le dice Márcico a Infobae. En un principio, el Beto lo pasaba a buscar para ir a los entrenamientos por el departamento que le habían dado en el barrio de Belgrano, en la intersección de las calles La Pampa y Arcos. Pero en cuanto le consiguieron un auto, ya empezó a manejarse independientemente. De hecho hasta le hacía de chofer a Juan Román Riquelme, que en ese entonces no tenía vehículo y se acercaba en colectivo hasta esa zona para ir a las prácticas con él.
Aunque le costaba bastante hablarlo, sí entendía mucho el español porque había sido una de las lenguas que había estudiado en un importante colegio privado de su país. Su familia era de clase media alta, su padre era un diplomático que antes de que se convirtiera en futbolista le inculcó la relevancia de los estudios y educación. “Su llegada fue sorpresiva porque no era usual traer a un delantero desde el lugar que vino y no conocíamos mucho de él. Desde el primer momento causó empatía, tenía el poder de generar atracción. Y, como compañero, era excelente. Una gran persona”, es el recuerdo de Navarro Montoya, quien también tiene grabada la conexión que el moreno tuvo con los hinchas. Lógicamente, todo cimentado en los frutos que daba en cancha: “Era potente, sabía poner bien el cuerpo y lidiar con los centrales. Aparte era preciso en la definición”.
“El Negro es un fenómeno. Lo voy a llevar a casa para que juegue con las nenas”, fue la recordada frase de Maradona sobre Tchami
Para el mercado de mediados del 95, Boca impactó en el mercado con las contrataciones de Diego Armando Maradona y Claudio Paul Caniggia, además de otras figuras como Darío Scotto,que lo llevaron a repartir el protagonismo. Tchami le hizo un gol al Parma por la Copa Parmalat durante la pretemporada en Estados Unidos y convirtió sus únicos dos tantos en el campeonato a Platense (triunfo 1-0 de visitante) y Ferro (empate 2-2 en la Bombonera). Tras eso, se le humedeció la pólvora y estuvo 12 encuentros sin anotar. Recién volvió a hacerlo por la Fecha 14 del Clausura 96, cuando Carlos Salvador Bilardo era el DT. Reemplazó a Scotto y un doblete de cabeza llevó a Boca a darle vuelta el partido a Banfield 3-2 de local.
A esa altura Tchami ya tenía predilección por el bife de lomo y otros cortes de carne en Argentina. Aunque confesó hace un tiempo que lo que más lo había maravillado era un postre típico nacional: el dulce de batata con queso.“Hay un restaurante argentino en París en el que lo compro”, mencionó en una entrevista. Su mimetización con la idiosincrasia albiceleste le cayó en gracia a Maradona, quien ya lo conocía por su participación en el fatídico Mundial de Estados Unidos 1994 del que había sido expulsado por doping. El hecho de que Diego supiera de su existencia fue un halago completo para el africano. “El Negro es un fenómeno. Lo voy a llevar a casa para que juegue con las nenas”, llegó a declarar Maradona, maravillado por la simpatía de Tchami.
Luego del doblete ante Banfield por el Clausura 96, Alphonse no volvió a convertir hasta su anteúltimo partido con la camiseta de Boca, ya por el Clausura 1997, cuando Héctor Veira era el DT (triunfo 3-1 ante el Taladro en la Bombonera). El Bambino lo puso por última vez ante Deportivo Español en la derrota 3-1 en La Boca en la que también sustiuyó en el entretiempo al arquero Sandro Guzmán por el Pato Abbondanzieri. El nuevo entrenador no lo tuvo en consideración como sí lo había hecho Bilardo, con quien guarda una anécdota insólita.
Alphonse Tchami, con la camiseta de Boca y la bandera de Camerún
El equipo del Doctor había perdido 6-0 con el Gimnasia La Plata del Beto Márcico en La Bombonera y, tras el encuentro, varios jugadores intercambiaron las camisetas a través de los utileros. Márcico, el 10 del Lobo, le había enviado su casaca a Tchami, que cuando la tuvo en sus manos se percató de que la tela había sido cortada deliberadamente con una tijera. Esto había sido obra de Bilardo, quien ofuscado por la paliza en contra trató de recordarles a sus dirigidos que la indumentaria era sagrada y no debía cambiarse bajo ningún concepto.
Su importante paso por Boca lo llevó a estar otra vez en el fútbol europeo, en una liga de mayor calidad como la alemana. No pudo brillar demasiado en el Hertha Berlín, pero su roce en la Bundesliga le aseguró un boleto en el Mundial 98, donde fue suplente e ingresó en los tres partidos que Camerún disputó por el Grupo B ante Austria (1-1), Italia (0-3) y Chile (1-1). Ese año también disputó con su seleccionado nacional la Copa Africana de Naciones, pero los Leones Indomables fueron eliminados en cuartos de final por la República Democrática del Congo.
Su facilidad de adaptación, comprensión de idiomas y curiosidad lo llevaron a transformarse en un trotamundos. Su currículum apunta que estuvo en Emiratos Árabes Unidos (Al-Wasl 1999/2000) cuando todavía no estaba de moda, Escocia (Dundee United 2000), Francia (Niza 2001), Ucrania (Chernomorets Odessa 2001/2002), China (Shenyang Ginde 2002/2003) y Líbano (Al Nejmeh Beirut 2003) hasta colgar los botines en el RC Épernay Champagne francés en 2005.
Alphonse-Marie Tchami hoy es un hombre de negocios
Tchami no se alejó del todo del fútbol desde su retiro profesional. Se involucró un tiempo en la representación de futbolistas, pero su desempeño más relevante en el mundo fútbol de la línea de cal para afuera fue como directivo de la federación camerunesa de fútbol, donde llegó a ser vicepresidente y formó parte de la gestión de 2017 en la que el combinado nacional se adjudicó la Copa Africana de Naciones en Gabón. Se terminó alejando del fútbol ya que hubo ciertos manejos que le desagradaron: “Él es de pocas palabras, pero si las cosas no se hacen de forma correcta, da un paso al costado”.
Se dedicó además a la administración de empresas en Camerún y Francia, donde tiene distribuidos negocios y familia (sus hijos estudian en Reims, territorio francés). Hoy es socio de una compañía de seguridad y limpieza de bancos y edificios públicos en Camerún. Está siempre al tanto de la realidad deportiva de Boca Juniors, equipo con el que más identificado quedó a lo largo de su trayectoria. DE hecho, a principios del año pasado, realizó un viaje a Argentina y se reencontró con Juan Román Riquelme, quien lo invitó a ver un partido a la Bombonera. Los libros siempre dirán que Tchami le dio la asistencia a Román para su primer gol oficial con la camiseta azul y oro en aquel 6-0 a Huracán por el Apertura del 96.
La Academia superó por penales al Matador y se metió entre los mejores cuatro de la competencia. En semifinales chocará ante Boca
Racing venció a Tigre en una dramática definición por penales y las redes sociales se inundaron de bromas, memes y reacciones. El duelo, válido por los cuartos de final del Torneo Clausura 2025, mantuvo en vilo a los hinchas de ambos equipos en el Cilindro de Avellaneda y finalizó pasada la medianoche tras expulsiones, alargue y una tanda de penales, lo que contribuyó al ingenio de los usuarios. El partido concluyó con una emotiva definición por 4-2 en los penales a favor de la Academia, que avanzó a la semifinal, donde enfrentará a Boca Juniors.
Entre las imágenes más compartidas sobresalió la figura de Adrián Maravilla Martínez, quien algunas varias oportunidades de gol. Los usuarios aprovecharon una bandera que circula en cada partido de Racing en la que se lleva la cuenta de los goles convertidos por el delantero. A esa bandera ahora se le suman chistes sobre las ocasiones que desperdicia el goleador de la Academia o su merma en el nivel tras la salida de Maxi Salas rumbo a River, situaciones que fueron motivo de innumerables publicaciones con referencias a situaciones cotidianas en las que se falla justo antes de alcanzar un objetivo.
El horario de finalización del encuentro fue otro de los focos principales para la creatividad digital. El comienzo a las 21.30 y la extensión del juego hasta entrada la madrugada motivaron imágenes sobre hinchas llegando tarde a sus casas o cómo resistían el sueño.
La actuación de Joaquín Laso, defensor de Tigre y ex jugador de Independiente, también propulsó una ola de comentarios cuando malogró su penal. Tras el fallido disparo, la expresión de Facundo Cambeses, arquero del conjunto de Avellaneda, también se transformó rápidamente en meme.
El árbitro Andrés Merlos recibió atención de los internautas debido a su labor y una noche plagada de polémicas. Parte de los memes, además, anticipaban la conferencia de prensa de Gustavo Costas, director técnico del conjunto de Avellaneda, y las protestas que podría plantear por el desgaste del equipo de cara a la semifinal ante el conjunto de Claudio Úbeda.
Desde lo futbolístico, las acciones más determinantes sucedieron en tiempo suplementario, cuando Racing volvió a marcar un gol que fue anulado por posición adelantada y se produjeron dos expulsiones. Asimismo, los intentos de Tigre fueron fácilmente neutralizados hasta la serie de penales. Allí, Facundo Cambeses se transformó en figura tras atajar dos disparos y garantizar la presencia de su equipo entre los cuatro mejores del torneo.
Con la clasificación, la Academia enfrentará al Xeneize en una semifinal que ya acapara la atención de la mayoría del fútbol argentino. Por la otra parte del cuadro también habrá un emparejamiento electrizante, ya que se librará una nueva edición del Clásico de La Plata: Gimnasia se medirá contra Estudiantes.
En La Bombonera, el equipo de Claudio Úbeda eliminó a los dirigidos por Nico Diez y sumó su sexta victoria al hilo. Espera en semis por el ganador de Racing-Tigre
Boca Juniors avanzó a las semifinales del Torneo Clausura tras vencer por 1-0 a Argentinos Juniors en el estadio Alberto J. Armando (La Bombonera). El único gol del encuentro lo marcó Ayrton Costa en los primeros minutos, asegurando la clasificación del equipo local, que ahora espera por el ganador del cruce entre Racing y Tigre.
El equipo dirigido por Úbeda consolidó su candidatura al título al sumar su sexta victoria en siete partidos. Durante el partido, Agustín Marchesín fue determinante al evitar el empate en varias ocasiones, destacándose especialmente ante remates de Diego Porcel y Alan Lescano.
El Millonario necesitaba que el Granate siguiera en carrera por el Torneo Clausura, pero su derrota ante Tigre lo complicó. Qué necesita para participar del máximo certamen continental
La derrota de River Plate ante Racing por los octavos de final del Torneo Clausura en el Cilindro de Avellaneda, eliminó una de las chances que le quedaban al conjunto dirigido por Marcelo Gallardo para poder clasificarse a la Copa Libertadores 2026. Era la única en la que dependía de sí mismo.
Al no poder ser campeón, la Banda dejó atada a otros tres equipos su suerte para lograr un boleto para la fase previa del torneo internacional: lo conseguirá si se libera un cupo en la tabla anual, donde River Plate terminó en el cuarto puesto.
Sin embargo, una de estas tres posibilidades se esfumó esta noche, con la eliminación de Lanús del Torneo Clausura. Es que con la reciente conquista del Granate en la Sudamericana, la combinación extra a su favor era que el equipo de Mauricio Pellegrino se consagrara campeón del Clausura para liberar un cupo por la Tabla Anual que caería para los de Núñez.
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El artículo 27.10 del Reglamento de la Liga Profesional así lo indica: “Si un equipo argentino resultara Campeón de la Copa Conmebol Sudamericana 2025, el mismo obtendrá una plaza adicional a la Copa Conmebol Libertadores 2026. Si este equipo ganador de la Copa Conmebol Sudamericana 2025, ya ocupara alguna de las posiciones clasificatorias previstas en los artículos 27.1., 27.2., 27.4., 27.5. o 27.6., su lugar será ocupado por el siguiente equipo mejor ubicado de la Tabla General de Posiciones 2025 (artículo 24), según corresponda (River Plate), produciéndose el reordenamiento de Posiciones en las plazas de la Copa Conmebol Libertadores 2026 de acuerdo a la reglamentación aquí aludida, hasta cubrir la totalidad de las mismas (incluidas la Copa Conmebol Libertadores 2026 y Sudamericana 2026)“.
El equipo de Gallardo ya había visto cerrarse otras vías de clasificación tras ser eliminado de la Copa Libertadores por Palmeiras y de la Copa Argentina por Independiente Rivadavia. Por este motivo, la tabla anual se había transformado en la última esperanza para el club de Núñez. Si no logra el objetivo, River Plate deberá conformarse con disputar la próxima edición de la Copa Sudamericana, un desenlace que marcaría el cierre de un año adverso para la institución.
River Plate fue campeón de la Copa Libertadores en cuatro ocasiones: 1986, 1996, 2015 y 2018, las últimas dos bajo la conducción técnica de Gallardo. Hace siete años la coronación llegó con el valor agregado de vencer en la final a Boca Juniors en el recordado partido disputado en el Estadio Santiago Bernabéu, en Madrid.
Poder estar presente en la venidera Copa Libertadores representa un desafío deportivo por el prestigio del certamen, pero también un objetivo por lo económico. En caso de no conseguirlo por primera vez en doce años River Plate no disputará el principal torneo de clubes del continente.