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Vivir en el mar: de qué se trata la nueva utopía libertaria que busca redefinir el concepto de país

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El movimiento “seasteading” pretende construir comunidades flotantes que no se rijan por las leyes de ningún Estado y determinen su propia forma de gobernanza. Los avances de algunos proyectos y los desafíos para asentar la primera ciudad marítima

Las fronteras del mundo parecen inamovibles. Los países, con sus respectivas formas de gobierno, son estructuras establecidas que superan el paso del tiempo. En ese contexto, los océanos, las aguas internacionales, se proyectan como un escenario posible para la última quimera libertaria: vivir en el mar, con nuevos acuerdos de convivencia, con nuevos estilos de gobernanza que pretenden redefinir el concepto de país vigente.

El seasteading (del inglés “homestead”, establecerse en un lugar, y “sea”, mar) propone construir comunidades flotantes permanentes en aguas internacionales. Las ciudades marinas, antaño un sueño imposible, pronto podrían ser una realidad gracias a avances tecnológicos y en materiales de construcción. Más del 70% de la superficie terrestre es un océano sin soberanía estatal, un lienzo azul donde estos proyectos podrían prosperar.

“Es más fácil proporcionar libertad con una tecnología que con una ideología”, aseguró Joe Quirk en una entrevista con Infobae. Quirk preside la organización sin fines de lucro The Seasteading Institute. Lidera un movimiento que ansía expandir el modo en que pensamos la gobernanza, la libertad y la habitabilidad del planeta.

Para él, el seasteading no solo es una apuesta por la innovación, sino una vía hacia un nuevo contrato social: comunidades donde las personas puedan trasladar sus hogares y negocios a lo largo y ancho del mar, elegir los servicios y el sistema de gobernanza que más les convenga. “Esto evitará monopolios y permitirá soluciones pacíficas”, afirmó.

El corto camino del seasteading, sin embargo, está signado por los vaivenes.. Con su conceptualización a principios de los 2000, el movimiento siempre enfrentó críticas y escepticismo. Sus impulsores fueron poco menos que catalogados como lunáticos y las dudas en torno a la legalidad y viabilidad económica de su modelo estuvieron -y están- a la orden del día.

Los "Seapod", los prototipos deLos “Seapod”, los prototipos de vivienda de la compañía Ocean Builders

Aun así, la nueva utopía libertaria logró algunos avances, en especial en el sudeste asiático y América Latina. Empresas como Ocean Builders en Panamá y ArkPad en Filipinas ya construyeron los primeros prototipos de hogares flotantes permanentes, que por ahora están destinados a una elite económica por sus altos costos.

一¿Cómo se puede equilibrar la visión idealista con las realidades prácticas y políticas?

一La visión de la colonización marina es impulsar la evolución en la gobernanza 一respondió Quirk一. La primera tecnología práctica es una casa que pueda flotar permanentemente en el océano. Ya existen algunos ejemplos concretos.

一¿Qué modelos de gobierno imagina para las comunidades autónomas en el océano?

一Dependerá de las personas que construyan los asentamientos marinos. Espero que decenas de miles de habitantes aporten soluciones de gobernanza que ahora no podemos imaginar. Cuanta más diversidad de soluciones de gobernanza tengamos, más personas estarán satisfechas.

Uno de los conceptos más llamativos del seasteading es su presunto potencial para democratizar el poder. Al igual que los cruceros ofrecen un modelo de “gobernanza privada en el mar”, las ciudades flotantes permitirán experimentar con distintos sistemas políticos y económicos, alejado de las imposiciones y normativas de los distintos Estados tradicionales.

La idea de una libertad total puede sonar utópica, pero también plantea interrogantes. ¿Cómo se manejarán los recursos y los conflictos? ¿Cómo se abastecerán los asentamientos marinos? ¿Tendrán acceso a servicios educativos y de salud? ¿Podrán subsistir en el tiempo? Para Quirk, el secreto está en fomentar una competencia saludable entre los nuevos modelos de gobernanza, lo que podría llevar a soluciones innovadoras y sostenibles.

Por supuesto, también hay quienes cuestionan el impacto ambiental de las futuras comunidades flotantes. Aunque los seasteaders defienden que sus proyectos serán ecológicos y respetuosos con la biodiversidad marina, sus detractores cuestionan con razón que cualquier intervención humana en el océano conlleva riesgos.

El sueño del seasteading no es nuevo. Desde las ciudades sumergidas de Julio Verne hasta las plataformas petroleras adaptadas como residencias, el sueño por conquistar el océano se repite en la historia. Lo que distingue al movimiento actual es su base tecnológica y su filosofía libertaria. No se trata solo de vivir en el mar, sino que ellos pretenden redefinir qué significa ser ciudadano en el siglo XXI. Incluso redefinir el concepto mismo de país.

“Los cruceros son el mejor ejemplo de lo que podemos lograr. Solo necesitamos hacerlos más pequeños, más baratos y que floten permanentemente”, considera Quirk. Y es cierto que, al compás del desarrollo de las primeras ciudades flotantes, avanza la puesta a punto del primer barco que pretende formar una comunidad permanente en el mar.

Vivir en un barco

El proyecto Freedom Ship pretendeEl proyecto Freedom Ship pretende generar la primera comunidad flotante

Despertarte una mañana y tener a la Torre Eiffel en el horizonte. Despertarte algunas semanas después y navegar sobre las aguas cristalinas del Caribe. Esa es la promesa de Freedom Ship, un proyecto que busca construir la primera ciudad flotante móvil del mundo. Más que un simple barco, se trata de una megaestructura que albergará hasta 60.000 residentes permanentes y decenas de miles de visitantes diarios, lo que replantea la idea de hogar y comunidad.

“Nuestra misión no tiene una base libertaria per se, pero estamos aprovechando nuestra movilidad para ofrecer a los habitantes y visitantes la ‘libertad’ de diversas entidades reguladoras presentes en las comunidades terrestres”, explicó Roger Gooch, CEO de Freedom Ship, en diálogo con Infobae.

El concepto central de Freedom Ship es la movilidad. No será una ciudad estática flotando en un lugar fijo del océano, sino una ciudad en movimiento que dará vueltas al mundo. “El lugar de encuentro de la ciudad es móvil. Hará escala en alta mar frente a más de cien puertos internacionales. Los habitantes no solo podrán visitar diferentes países, sino también llevar a cabo negocios y comercio en un entorno verdaderamente global”, advirtió Gooch.

Para los emprendedores, cree, representa una buena oportunidad. La rotación constante de residentes y visitantes crea un flujo continuo de clientes potenciales. “Los dueños de negocios podrán exhibir sus productos o servicios tanto a los ciudadanos del barco como a los más de 10.000 visitantes de corta estancia”, detalló.

Sin embargo, construir una ciudad de estas dimensiones -1.371 metros de largo, 228 metros de ancho y 106 metros de alto- no está exento de desafíos. Gooch reconoció que el mayor obstáculo fue conseguir la capitalización necesaria para financiar un proyecto tan ambicioso. Aunque después de años de incertidumbre, asegura haber obtenido la financiación suficiente de “mercados extranjeros”.

La logística de operación también es un reto. Al igual que cualquier ciudad terrestre, Freedom Ship tendrá un sistema de gestión complejo que incluirá personal de mantenimiento, seguridad, y administración.

El barco albergará unos 60El barco albergará unos 60 mil residentes permanentes y miles de visitantes ocasionales

El diseño del barco está pensado para replicar una ciudad. Habrá escuelas, hospitales, mercados, bancos, lugares de entretenimiento, casinos y hasta instalaciones de investigación médica y fabricación ligera. Los suministros, desde alimentos hasta productos comerciales, serán entregados a diario mientras el barco esté amarrado frente a la costa de algún puerto internacional.

La movilidad del Freedom Ship no solo replantea la idea de comunidad, sino también la de ciudadanía. La vida a bordo estará regulada por las leyes del país en el que se registre el barco, aunque todavía no se definió cuál será. Luego los acuerdos de convivencia entre sus residentes marcará el estilo de vida dentro del barco. “Los servicios relacionados con la ciudadanía, como un sistema escolar y oportunidades para ocupaciones profesionales, serán altamente promovidos. Nuestra idea es ofrecer una libertad única, tanto en términos geográficos como regulatorios”, dijo Gooch.

El barco estará conectado con el mundo exterior. Para ello tendrá helipuertos y zonas para el aterrizaje y despegue de aeronaves. Freedom Ship promete ser un punto de encuentro entre lo tecnológico, lo práctico y lo visionario. La idea de una ciudad flotante, antes propiedad de la ciencia ficción, está próxima a concretarse. Su resultado, por ahora, es incierto.

Una micronación llamada Sealand

La antigua plataforma militar enLa antigua plataforma militar en la que se asentó la micronación de Sealand

Si Freedom Ship representa el futuro de las ciudades flotantes, Sealand es el ejemplo más cercano de cómo la vida en el mar puede convertirse en un acto de independencia, al menos en términos retóricos. Ubicada en una plataforma marina frente a la costa de Inglaterra, la diminuta micronación es un experimento vivo de soberanía y espíritu libertario.

Sealand surgió en 1967 cuando Paddy Roy Bates, un excéntrico exmilitar británico, tomó posesión de una antigua plataforma de defensa militar en el Mar del Norte. Bates proclamó el territorio como un estado independiente. Desafió así la jurisdicción británica y marcó un precedente en la historia -siempre lindera al absurdo- de las micronaciones. Desde entonces, Sealand defendió su status con una mezcla de audacia, diplomacia e incluso enfrentamientos legales.

Ante la consulta de Infobae, un portavoz de Sealand destacó: “Sealand pasó de ser una audaz declaración de independencia a convertirse en una micronación reconocida mundialmente, que ofrece títulos, productos y servicios digitales al tiempo que mantiene su legado único de resiliencia y autodeterminación”.

A lo largo de los años, Sealand debió afrontar escollos que pusieron en jaque su continuidad, desde tormentas que amenazaron su pequeña infraestructura hasta intentos de invasión por parte de oportunistas. Sin embargo, más de medio siglo después de su fundación, sigue en pie gracias al ingenio y la determinación de sus habitantes, y el apoyo de una comunidad global que ve en la micronación un símbolo de independencia.

“Los desafíos incluyen mantener la infraestructura en condiciones hostiles, garantizar la seguridad y respetar el derecho internacional”, explicó el vocero. A pesar de eso, Sealand se convirtió con el tiempo en una fuente de inspiración para los impulsores del movimiento seasteading, que sueñan con asentamientos marinos más grandes y ambiciosos.

Es que la economía de Sealand es un ejemplo de creatividad, adaptación y -¿por qué no decirlo?- de aprovechamiento del chiste. La micronación se financia mediante la venta de títulos nobiliarios, como lord y lady, que atrajeron a fans de todo el mundo. También lanzaron un programa de ciudadanía electrónica y venden mercancías oficiales, desde banderas hasta monedas conmemorativas. “Son nuestros partidarios los que ayudan a sostener nuestras operaciones y legado”, afirmó el representante.

Pero, más allá de su economía, Sealand encontró un lugar en la historia como pionera de la independencia en el mar. Su modelo inspiró a proyectos que buscan replicar su espíritu de innovación y autosuficiencia a una escala mucho mayor. “Sealand inspira la creación de asentamientos marinos al mostrar independencia e innovación en el mar”, agregó el portavoz.

A pesar de su tamaño ínfimo y sus recursos limitados, Sealand demostró que el océano puede ser más que un recurso o una barrera geográfica: que puede convertirse en un hogar. A medida que las comunidades flotantes afloren, que pasen de ser una idea teórica a una realidad, el mundo quizás pase a tomar más en serio a un movimiento cuyos impulsores reciben, hasta el momento, el mote de ilusos o lunáticos. Para quienes persiguen el ideal libertario, la frontera azul del océano dejó de ser una barrera para transformarse en el escenario de su última esperanza.

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Un turista de 21 años se metió al Río Paraná para buscar una pelota y murió ahogado

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Ocurrió en el balneario municipal de Santa Elena. El joven habría cruzado la zona habilitada, que estaba delimitada por boyas

Un joven de 21 años murió ahogado este martes por la tarde tras adentrarse en las aguas profundas del río Paraná para recuperar una pelota. El trágico accidente ocurrió en el balneario Santa Elena, situado en la ciudad homónima, en Entre Ríos.

El cuerpo no ha sidoEl cuerpo no ha sido encontrado y la búsqueda continúa.

Si bien un compañero intentó ayudarlo, tuvo que soltarlo debido a que la víctima comenzó a arrastrarlo mientras se ahogaba. El joven fue identificado como Logan Daniel Videla, oriundo de La Matanza, provincia de Buenos Aires. En el caso intervinieron agentes de la Comisaría de Santa Elena, del Departamento La Paz, junto con personal de Prefectura Naval.

El trágico accidente ocurrió enEl trágico accidente ocurrió en Río Ceballos (Foto: Prensa Policía)

Alarmante cifra de ahogamientos durante el verano

Según se pudo reconstruir, al notar que no podía mantenerse a flote, comenzó a pedir auxilio. A pesar de los esfuerzos de una persona que logró sacarlo del agua, ya no presentaba signos vitales, según informó El Doce TV.

En lo que va del verano, las víctimas fatales sufrieron accidentes en las localidades cordobesas de La Calera (Sierras Chicas), Nono (Traslasierra), Villa Rumipal (Valle de Calamuchita), Villa Carlos Paz (Valle de Punilla), el dique Piedras Moras (Calamuchita), Mina Clavero (Traslasierra) y Río Tercero (Tercero Arriba).

Las autoridades locales y los organismos de emergencia suelen emitir recomendaciones para evitar accidentes en los cursos de agua. Entre las medidas más comunes se encuentran evitar ingresar a zonas profundas, prestar atención a las corrientes y no nadar en áreas no habilitadas. Sin embargo, los incidentes registrados este verano reflejan que, en muchos casos, estas advertencias no son suficientes para prevenir tragedias.
Un turista de 65 añosUn turista de 65 años falleció en La Toma.

Solo dos días antes de la muerte de Lucas Iván Paz, falleció otro hombre identificado como Horacio Quiroga en la ciudad de Río Tercero. La víctima, de 37 años, disfrutaba de una jornada familiar cerca del balneario municipal; cuando ingresó al agua en la zona del predio del Centro Tradicionalista alrededor de las 19 horas. Testigos relataron que, tras lanzarse al río, Quiroga no volvió a salir a la superficie, lo que generó alarma entre los presentes.

Ante la emergencia, las autoridades locales y los Bomberos Voluntarios acudieron rápidamente al lugar. Según detalló Telefe Córdoba, lograron rescatar al hombre y trasladarlo de inmediato al hospital de la localidad. Sin embargo, pese a los esfuerzos médicos, se confirmó su fallecimiento horas después. Habría sufrido un paro cardiorrespiratorio tras ingresar al agua.

Días atrás, un hombre de 65 años, identificado como Norberto Jorge Amadeo, falleció en el balneario La Toma, ubicado en la localidad de Mina Clavero. El turista, oriundo de la provincia de Buenos Aires, resbaló mientras intentaba cruzar el río a nado, golpeó su cabeza contra una piedra y fue arrastrado por la corriente, lo que resultó en su trágico deceso.

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Temporal en Bahía Blanca, en vivo: se reactivó el transporte público y será gratis por 30 días

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La ciudad bonaerense vuelve poco a poco a la normalidad. El funcionamiento de los colectivos, la recolección de residuos y la entrega de donaciones. La atención al público en lugares habilitados para circular. Qué pasará con las clases y el clima

Bahía Blanca se reconstruye después del fuerte temporal que azotó a la ciudad el viernes pasado, provocando grandes daños y destrozos. La ciudad recibió la llegada del.

En el medio de la angustia que prevalece por las personas que aún están desaparecidas, incluyendo a las hermanas Delfina y Pilar Hecker, de uno y cinco años, las autoridades del municipio se mantienen trabajando en su búsqueda.

Por lo pronto las clases estarán suspendidas hoy y mañana debido a las complicadas condiciones de infraestructura en las que se encuentran las instituciones relevadas.

En tanto, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires anunció un paquete de medidas como créditos blandos, subsidios, transporte gratis y beneficios impositivos.

Alfredo Dagna, presidente del Club Olimpo de Bahía Blanca: “El club está colapsado con las ayudas”
Alfredo Dagna, presidente del Club Olimpo, confirmó que suspendieron el fútbol en Bahía Blanca, para ayudar a la ciudad

El presidente del Club Olimpo de Bahía BlancaAlfredo Dagna, destacó la ayuda de gran parte de las instituciones deportivas de la Argentina: “Es un aluvión de donaciones que vienen. Me han llamado casi todos los presidentes de clubes para decirme que enviaban uno o dos camiones”. E informó que la idea es entregarlo “en forma inmediata” a la gente, ya que hay una situación de desesperación.

Respecto al rol de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), Dagna comentó que el organismo se encuentra recibiendo donaciones en el predio de la AFA, en Ezeiza, que provienen de los clubes del interior. Y subrayó que lo que más se necesita son elementos de higiene: “El tema es lo que pueda pasar desde el punto de vista sanitario en la Ciudad”.

Alfredo Dagna, presidente del ClubAlfredo Dagna, presidente del Club Olimpo de Bahía Blanca

En cuanto a medidas, el dirigente relató: “En el fútbol lo que hicimos fue suspender el partido que teníamos ahora, jugábamos el domingo. Tengo dos helicópteros de la Policía Federal en la cancha de fútbol y suben y bajan todos los políticos que vinieronEl club está colapsado con las ayudas”.

Por último y sobre la situación actual en la localidad bonaerense, Dagna calificó al temporal como “una situación difícilmente de entender” y estimó que es poco probable que vuelva a suceder. “Son situaciones que uno las explica y las cuenta, pero el que las vive es una situación traumática porque pierde todo. Eso es como el Juego de la Oca, retrocedes 20 casilleros porque perdés todo. Hechos como estos desbordan cualquier previsibilidad posible”.

En este punto, concluyó: “Es dramático lo que pasó, de tal forma que, toda la ayuda que llega, si bien es un bálsamo para la gente, cuando pase la ayuda la gente va a tener que arrancar de cero. Y eso es lo más preocupante”.

10:28 hsHoy

Cómo están las rutas en Bahía Blanca

El desigual estado de lasEl desigual estado de las rutas en Bahía Blanca (Gustavo Gavotti)

Según informó Vialidad Nacional, el estado de las rutas nacionales que conectan la ciudad con el resto del país presenta diversas restricciones, incluyendo cortes totales y tramos transitables con precaución.

De acuerdo con el reporte oficial, la Ruta Nacional 3 (RN 3), muestra diferentes niveles de accesibilidad dependiendo del tramo. El segmento entre Azul y el empalme con la Ruta Nacional 229 (RN 229) se encuentra transitable sin inconvenientes. El tramo que conecta la RN 229 con El Triángulo y el que va desde este último punto hasta la calle Charlone (kilómetro 691) requieren precaución debido a las condiciones del camino.

Por otro lado, el tramo entre el Canal Maldonado (kilómetro 692) y el empalme con la Ruta Nacional 33 (RN 33) permanece completamente cerrado al tránsito.

Los trabajos para recuperar laLos trabajos para recuperar la circulación vial en algunos accesos a la ciudad de Bahía Blanca

El resto de los tramos de la RN 3 presentan una situación mixta. Desde el empalme con la RN 33 hasta el empalme con la Ruta Nacional 22 (RN 22), el tránsito es posible pero con precaución, mientras que el trayecto entre el empalme con la RN 22 y Patagones está habilitado sin restricciones.

Asimismo, el segmento que conecta el empalme con la RN 3 y Río Colorado, perteneciente a la RN 22, también es transitable con normalidad.

El pavimento resquebrajado, producto deEl pavimento resquebrajado, producto de las tormentas del viernes pasado

La Ruta Nacional 33 (RN 33) también presenta condiciones variables. El tramo entre el empalme con la RN 3 y La Vitícola está habilitado, pero se recomienda circular con precaución. Por su parte, el trayecto que conecta La Vitícola con Pigüé no presenta inconvenientes. Sin embargo, el tramo que une Pigüé con Trenque Lauquen requiere precaución debido a las condiciones del camino.

En cuanto a la Ruta Nacional 35 (RN 35), el panorama es más crítico. El tramo que conecta Bahía Blanca con el límite de la provincia de La Pampa se encuentra totalmente cerrado.

La Ruta 35, una deLa Ruta 35, una de las más afectadas por el temporal

Por su parte, la Ruta Nacional 228 (RN 228), que conecta Necochea con Tres Arroyos, está habilitada sin restricciones. Por otro lado, la Ruta Nacional 229 (RN 229), que une el empalme con la RN 3 y Balneario Marisol en Punta Alta, es transitable, pero con precaución.

La Ruta Nacional 249 (RN 249), que conecta el empalme con la RN 3 y el empalme con la RN 229 en Punta Alta, también requiere precaución para su tránsito. Asimismo, la Ruta Nacional 252 (RN 252), que abarca el tramo entre la Rotonda de Villa Sarsfield y el puente La Niña, presenta condiciones similares.

Finalmente, la Ruta Nacional 1V03 (RN 1V03), que conecta el empalme con la RN 3 y la Rotonda Ex Indiada, también está habilitada, pero se recomienda circular con precaución.

10:12 hsHoy

El Hospital Penna reactiva algunos de sus servicios

El acceso a guardia delEl acceso a guardia del Hospital José Penna (REUTERS/Juan Sebastián Lobos)

El Hospital Provincial José Penna, principal centro de salud de Bahía Blanca, comenzó a recuperar su funcionamiento tras los graves daños sufridos durante el temporal del pasado viernes.

El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires implementó un amplio Plan de Contingencia que incluye la adecuación de espacios, la reorganización de servicios y el envío de recursos humanos y materiales para garantizar la atención médica en la región.

Más de 200 agentes sanitarios fueron enviados al hospital, junto con equipamiento médico, medicamentos, vacunas y personal especializado en salud mental. Estas medidas buscan restablecer la operatividad del establecimiento, que es clave para la atención de la población local.

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“¿Dónde está mi bebé?”: la angustia de una madre adolescente y la hazaña de una enfermera en medio de la inundación en Bahía Blanca

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La tormenta arrasó con el Hospital Penna y decenas de niños tuvieron que ser evacuados de la Neonatología. Saira Delmiro, de 16 años, vivió una odisea para reencontrarse con su hija, Amely. Su historia y la de la enfermera que la salvó

El viernes 7 de marzo, Saira Delmiro (16) se despertó sobresaltada en su casa del barrio 9 de Noviembre, en Bahía Blanca. Eran las cuatro de la madrugada y afuera llovía sin parar. Horas después, cuando ya se había desatado el peor temporal de la historia de la ciudad, llegó a su teléfono un video que le heló la sangre: el hospital Penna, donde su hija Amely llevaba tres semanas internada en el sector de Neonatología, se había inundado.

“Me agarró un ataque de nervios. No veía a mi bebé desde la noche anterior y en las imágenes no aparecía el sector donde ella estaba. Me desesperé. Pensé que no se iba a salvar”, recuerda Saira en diálogo con Infobae.

Amely nació el 15 de febrero pasado, con solo 27 semanas de gestación y un peso de 940 gramos. Desde entonces, la beba pasaba sus días en una incubadora, con respirador y asistencia médica constante. Saira, que recibió el alta tres días después de traerla al mundo, la visitaba dos veces al día. “Trataba de pasar la mayor cantidad de tiempo en la Neonatología. Le cambiaba los pañales, me sacaba leche para que se alimentara y le hablaba permanentemente. Me costaba mucho verla así, tan chiquita y llena de cables”, explica.

A pesar del buen cuidado, en sus primeras semanas de vida, la evolución de Amely era inciertaprimero tuvo ictericia (NdR: una afección frecuente en los neonatos que provoca que la piel y las partes blancas de los ojos se tornen amarillas a partir de un exceso de bilirrubina en la sangre) y, luego, una infección que le comprometió los pulmones. “Todo venía siendo muy cuesta arriba”, explica su mamá

Pero la prueba más dura todavía estaba por llegar.

La primera imagen de Amely.La primera imagen de Amely. La beba nació el 15 de febrero con solo 27 semanas de gestación y un peso de 940 gramos

“¿Dónde está mi bebé?“

Después de ver los videos, aquel viernes 7 de marzo, Saira decidió ir al hospital Penna a buscar a su bebé. Llegó alrededor de las 17 y ahí se enteró de que Amely ya no estaba allí. “Pregunté adónde estaba mi hija y me dijeron que la habían trasladado. ‘Ella está bien, pero la llevamos a OSECAC’, me explicó el director de Neonatología. El problema es que eso quedaba pasando el centro y, con mi mamá, no teníamos cómo llegar. Paramos una camioneta que se ofreció a llevarnos, pero tuvimos que bajarnos antes. Cuando salimos del coche, el agua nos llegaba por encima de la cintura y la corriente te llevaba. Tuvimos miedo”, cuenta.

Durante horas, Saira y su madre se quedaron atrapadas en una vereda, sin poder avanzar. “Tuvimos que esperar a que bajara el agua. Estábamos empapadas y embarradas. Al final, empezamos a caminar por calles sin luz. ‘No vamos a llegar’, le decía a mi mamá”, cuenta Saira.

Finalmente, cerca de las 21:30, llegaron a la clínica. “Entré y dije: ‘Soy la mamá de Amely, una de las bebés que trajeron del Penna’. Ahí me llevaron a la sala de padres para que me cambiara y después nos reencontramos. Cuando la vi, me largué a llorar. No podía creerlo. Creí que no iba a sobrevivir”, dice.
Luciana Marrero, la enfermera queLuciana Marrero, la enfermera que cobijó a Amely en su pecho, debajo de su ambo, para darle calor y así salvarle la vida

“No tenés nada que agradecer”

Quien repone la otra parte de la historia, ahora, es Luciana Marrero, la enfermera que cobijó a Amely en su pecho, debajo de su ambo, para darle calor y así salvarle la vida. Junto a sus compañeras del Penna, Luciana puso en marcha un operativo de rescate que se extendió durante 18 horas ininterrumpidas hasta que lograron trasladar a todos los recién nacidos a un lugar seguro.

“Actuamos con el corazón y pensando en las madres que no pudieron llegar hasta sus hijos debido a la tormenta. Si no nos saliera del corazón, no podríamos haberlo hecho. La prioridad siempre son los bebés”, comentó la enfermera en una entrevista días atrás.

Luciana, quien trabaja en el turno noche de la Neonatología, conocía a Amely, pero no a Saira. Recién se vieron por primera vez días después de la tormenta. “Fue muy emotivo el encuentro. Ella estaba superagradecida por lo que hice. ‘No tenés nada que agradecer. Yo también soy mamá y te entiendo. Vos hubieras hecho lo mismo’, le dije. Me emocionó mucho verla afrontar una tarea tan enorme como la maternidad, siendo tan chiquita”, contó la enfermera a Infobae.
Así fue el encuentro entre Saira Delmiro y Luciana Marrero, la enfermera de neonatología del Hospital Penna de Bahía Blanca, que rescató a su bebé (Video/Telefe Noticias)

“A Luciana nunca la había visto porque yo me iba del hospital a las 21 y ella llegaba a las 24. El encuentro fue muy lindo. Me abrazó y me dijo que hizo lo que yo hubiera hecho. Si no fuera por ella, Amely no estaría hoy acá”, asegura Saira.

Pese a la incertidumbre por lo que vendrá, la joven se aferra a la esperanza. “Gracias a Dios, mi casa no se inundó y puedo ir y volver de OSECAC, aunque está mucho más lejos que el Penna. Amely sigue ganando peso y mientras ella esté bien, yo también lo estaré”, se despide Saira.

Amely, hoy. "Ya pesa másAmely, hoy. “Ya pesa más de un kilo. Mientras ella esté bien, yo también lo estaré”, dice su mamá

Volver a ponerse de pie

Tras la inundación, el hospital Penna, que también recibe pacientes de Tres Arroyos, Carmen de Patagones y otras localidades del sur de Buenos Aires, se encuentra en una situación crítica.

Ante la devastación, el personal de la institución solicitó la colaboración de la comunidad para reconstruir la sala de Neonatología y reponer los equipos perdidos. “Bahía necesita de la población. Nuestro sueño es volver a ver nuestra Neo en pie“, aseguraron las enfermeras.

Al cierre de esta nota, según informaron las autoridades locales, la ciudad comienza a reactivarse con la restauración de los medios de transporte y la recolección de basura. En tanto, este lunes, la Policía Científica logró establecer la identidad de 15 de las 16 víctimas fatales, quedando solo una, de entre 50 y 55 años, sin identificar. A su vez, se conoció que el número de evacuados descendió a 523 y que continúa la búsqueda de las hermanas Delfina y Pilar Hecker, de 1 y 5 años, quienes fueron arrastradas por la corriente durante el temporal.

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