El presidente de la filial argentina se refirió a la necesidad de mejorar el parque automotor y habló de la agenda de sustentabilidad. También ponderó la baja de la inflación y se esperanzó con más baja de impuestos
Así como ocurrió con la industria automotriz en general, el 2024 comenzó con una notoria caída de ventas que impactó fuertemente en el resultado anual para todas las terminales. Sin embargo, a diferencia de los fabricantes de autos y pick-ups, que no pudieron llegar a igualar los niveles de 2023, ni siquiera con la fuerte recuperación del segundo semestre, para el sector de trasporte pesado se mejoró un 4% y el año terminó con números en verde.
Raúl Barcesat, CEO de Mercedes-Benz Camiones y Buses, explicó que el año arrojó un resultado positivo tambien para la compañía que dirige, ya que terminó el año con el 70% de mercado en buses y el 38% en camiones, pero a la vez con la satisfacción de alcanzar la mejor participación del mercado de transporte pesado de Mercedes-Benz en todos los países en los que se encuentra la marca.
—¿Cómo pasaron el primer año de Milei como empresa automotriz dedicada exclusivamente al transporte de cargas y pasajeros?
—Teníamos pensado que iba a ser un año de transición e imaginamos un año todavía más difícil de lo que fue. Por un lado, estaba el plazo de pago y el permiso para importar. Las SIRA rápidamente se levantaron, desapareció ese sistema y pasó a ser todo mucho más automático. Y los plazos de pago, que en un primer momento llegaron a 6 meses, terminaron el año en 30 días. Entonces el flujo de los nuevos negocios se flexibilizó y para la gran bola de deuda vieja sin resolver apareció la opción del BOPREAL, que nos permitió documentar esa deuda. Fue una muy buena transición. Esas medidas mostraron certidumbre y reglas claras al exterior y es uno de los logros más importantes de este primer año de gobierno, al menos para una empresa multinacional.
—¿Cómo evolucionaron las ventas en el mercado local?
—Nosotros vendemos camiones y buses, que son bienes de capital. En este mercado, el proceso de baja de la inflación favorece mucho el negocio porque permite la planificación para renovar las unidades de los clientes. Con inflación alta era casi imposible por el precio del camión y por la tasa alta para tomar un crédito. Por eso, el primer trimestre fue tan malo, con una baja de un 30%. En el año se fue recuperando y terminamos incluso un poco arriba de 2023. Pasamos de 11.800 a 12.500 unidades en ventas de toda la industria del camión, y en buses terminamos con 2.100 unidades. No estamos en niveles de mercado que queremos, todavía falta mucho por crecer. Pero terminar arriba es un logro muy importante.
En 2024, Mercedes-Benz Camiones y Buses tuvo la mejor performance del mundo de la marca en Argentina (Mercedes-Benz Camiones y Buses)
—¿La llegada del crédito es más importante en una industria como la del transporte que en el de autos?
—En el mundo, el 98% de los camiones y buses se venden con un crédito prendario o leasing. En Argentina, llegamos a tocar el 70% en años con tasas más accesibles y después caímos a 50%, por ejemplo el año pasado; y ahora estamos ya otra vez arriba del 60%. El cliente se anima a pagar a crédito porque en lugar de pagar a tasas del 200% como era hace dos años, hoy rondan el 30%/40%. Siguen siendo altas, pero son lógicas. Lo bueno es ver la tendencia. La inflación baja, hay estabilidad de precios y nosotros colaboramos, porque salió el impuesto PAIS y nosotros lo trasladamos a precio. Ojalá sigan con el impuesto al cheque y con otros impuestos.
—Ante este escenario de recuperación, ¿qué prevén para el 2025?
—Deberíamos crecer entre 25% y 30%, una cifra parecido a la que se habla en el mercado automotriz en general. Así como en autos se espera alcanzar las 500.000 unidades, en camiones vemos que sería lógico saltar a 15.000 unidades y en buses, a casi 3.000 unidades. Argentina tuvo un atraso muy fuerte del mercado y eso hace que tengamos un parque automotor muy viejo.
El nuevo Centro Industrial en Zárate se inauguró parcialmente en 2024 con el centro de distribución de repuestos. En 2026 comenzarán a fabricarse camiones y chasis de buses en el predio
—Se ve en las calles y las rutas mucho transporte pesado antiguo circulando. ¿Cuánto puede mejorar esta situación?
—Al mejorar el producto, también se mejora porque hay menos contaminación, porque entran unidades Euro 5 contra “Euro nada”, porque estamos hablando de camiones de 50 años. En buses no es tan alto porque ha ley no te permite transportar pasajeros con vehículos de más de 10 años, pero el atraso más grande está en camiones. También con nuevos vehículos hay menos accidentes y más seguridad. En Argentina tenemos un parque de 500.000 camiones y 40.000 buses. Una renovación del parque actual necesita que vendamos unas 20.000 unidades por año para ir creciendo y cambiando camiones viejos. Si esto sigue mejorando, en un par de años podríamos estar en esas 20.000 unidades anuales.
—¿Cuál es la agenda de sustentabilidad de la marca? ¿La separación de la empresa en dos diferentes, con camiones y buses separado de autos y vans tiene que ver con las distintas opciones de movilidad sustentable que pueden tener?
—La separación fue más que lógica porque cuando Mercedes-Benz decidió hacer esto, era la única empresa que hacía desde un auto chico hasta un camión 8×4. El bien de capital es una compra más racional que necesita más autonomía de energías limpias. Una distancia lógica de un camión puede ser 800 km en un día. El auto es muy raro que recorra más de 150 km por día. Entonces el foco es diferente. Mercedes se fusionó con otro fabricante para desarrollar el hidrógeno y eso en el auto es impensado. Pero después tenés el software. El camión tiene que ser una herramienta de trabajo útil y no necesita ciertos dispositivos que no los va a pagar el cliente. Eso nos llevó a desarrollar muchos proyectos que tienen como misión mantener el país en movimiento. El camión traslada las mercaderías que consumimos y las materias primas a las fábricas, y el bus lleva a las personas a trabajar o a actividades recreativas. Por eso tenes que tener toda una red lista para que el vehículo esté parado la menor cantidad de tiempo posible.
—¿La clave del transporte es no tener tiempo ocioso?
—El bien de capital tiene que seguir trabajando siempre. El transportista, al momento de elegir una marca, analiza todo el ciclo de vida, porque probablemente se quede diez años con un camión o un bus. Entonces evalúa cuánto tiempo para y cuánto es el valor de reventa. Esa es la gran virtud de Mercedes, acompañar durante todo el ciclo de vida del producto y estar en los malos momentos. Nosotros en 74 años pasamos momentos en los que era difícil importar, no se podía pagar, y siempre abastecimos de repuestos y estuvimos en el mercado.
—¿Entonces cómo se recorre la transición energética?
—Brasil tiene normas Euro 6, nosotros estamos trabajando con un futuro de esa norma. Se puede hablar de eléctricos e hidrógeno, suena muy lindo, pero con un parque viejo tenemos que pensar primero en pasar los más viejos a Euro 3 y los que son de esa norma a Euro 5. Mejorar la eficiencia de los térmicos. Saltar de un parque de más de 25 años de antigüedad a un eléctrico o hidrógeno es casi imposible, porque el costo de esa tecnología todavía es caro. Hay que hacer un plan realista. Creemos que la primera ventana de eléctrico es el transporte de distribución urbana. Pasajeros o cargas con un circuito corto que lo permita su autonomía, por eso este año vamos a empezar a comercializar el chasis de bus eléctrico.
El chasis de Bus que Mercedes-Benz exporta desde Argentina a México, un negocio que crecerá aún más cuando se produzca en Zárate, a sólo 10 km del puerto
—¿Y cuánto los perjudica estar más retrasados que Brasil a nivel de emisiones?
—Eso no es bueno. Tendríamos que ir de la mano. Seguir produciendo distintas tecnologías te quita flexibilidad. Mañana si a Brasil le sobra un producto, no lo puede colocar en Argentina, lo mismo si es a la inversa. Lo lógico con un mercado común como el Mercosur es que todos tengamos las mismas normas, pero eso no se logró nunca. Ni en Euro 3 ni en Euro 5 o Euro 6. Es cuestión de sentarse los gobiernos y decir que para determinada fecha hay que ir a Euro 6, y ya decir cuándo se va a pasar conjuntamente a Euro 7. Tenes que tener a las petroleras de tu lado para tener el combustible con el nivel de azufre adecuado para esas fechas. Hay que ponerlo en agenda de normas de emisiones con Brasil. Todos los que fabricamos acá tenemos fábricas también en Brasil.
—¿Por qué eligieron Zárate para el centro de logística y para la nueva fábrica de camiones y chasis?
—Creemos que Zárate es estratégico para la industria automotriz. Está a menos de diez kilómetros del puerto, estamos cerca de otra compañía muy fuerte que atrae la instalación de autopartistas. Tenemos el acceso directo, y la ruta 9 es clave para la distribución de camiones, buses y repuestos. El proyecto con México para exportar buses se verá muy beneficiado con esa nueva localización de la planta. En Virrey del Pino estamos lejos, y ahora vamos a tener todo al lado de la fábrica. Siempre son inversiones que se hacen con visión de largo plazo.
El ministro de Economía, Luis Caputo, sostuvo que no hay que preocuparse por la meta de acumulación con el FMI, pero varios economistas advirtieron que la compra de divisas mejoraría este indicador clave
De cara a los vencimientos en moneda extranjera de 2026, el equipo económico que lidera el ministro Luis Caputo tiene un plan A y B. El primero de ellos depende de que el riesgo país baje y la Argentina pueda acceder a los mercados internacionales de deuda. Si bien luego de la victoria electoral del oficialismo el indicador que mide el JP Morgan tuvo una baja considerable, parece haber encontrado un piso que lo complica.
El principal interrogante que sobrevuela hoy en el mercado es qué se necesita para que el riesgo país perfore los 600 puntos básicos. Las consultoras privadas calculan que para acceder a una tasa preferencial en los mercados internacionales se necesitaría que esté y se mantenga entre las 400 y 500 unidades.
La variable arrancó diciembre a 648 puntos, a pesar de que a principios de noviembre tocó un mínimo de 598. Esta baja desde los 1.100 estuvo influida por el envión que le dio la victoria en las urnas al Gobierno, pero también la versión que llegó desde Washington D. C. por parte de Bloomberg de que Caputo le adelantó a inversores la recompra de deuda, a la par de modificaciones en el régimen cambiario de bandas.
El viernes las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) cayeron a USD 40.000 millones por el pago de Bopreal y movimientos de encajes de bancos de fin de mes.
No obstante, para el director de la consultora PxQ, Emmanuel Álvarez Agis, la acumulación de reservas internacionales ayudaría a que el riesgo país baje. “Todo esto se basa en el problema libertario de no comprar reservas porque eso implica emitir dinero (…)”, destacó en Ahora Play.
A la vez, el ex viceministro de Economía señaló que el nivel de reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) se ubica en un peor nivel que el que heredó el oficialismo actual. “Y lo que recibiste es la peor herencia en materia de reservas netas en la historia de la Argentina (…)”, comentó. Y detalló que el riesgo país tiene tres drivers: el político, el fiscal y el de reservas internacionales: “Milei está bien en lo político y bien en lo fiscal, por eso el riesgo vale 650 y no 1.500, pero en el de reservas está horrible”.
A pesar de las advertencias de los analistas, la no compra de reservas no es un problema para el ministro de Economía, Luis Caputo, quien acordó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de tener netas por USD -2.600 millones para diciembre de 2025. “Lejos de ser algo que nosotros subestimamos, para nosotros es una prioridad, pero hoy por hoy está separado lo que es acumulación de reservas de lo que es el pago de nuestras deudas (…). Hoy estamos en una situación que cambió, se abrieron varias avenidas desde lo financiero. No solo tenemos el swap chino y el apoyo de Estados Unidos, sino que ahora se han abierto otras alternativas que es la que escuchan, también estamos hablando con bancos”, afirmó el ministro durante su participación en la Conferencia Industrial de la UIA.
Para el director de la consultora Analytica, Claudio Caprarulo, más allá del buen resultado electoral y del apoyo concreto de los Estados Unidos, el equipo económico aún no logró dar señales respecto a cambios que permitan mejorar la sostenibilidad del actual esquema cambiario lo que complica la baja. “Entre otras cosas, por el momento el pago de USD 4.216 millones el próximo 9 de enero con bonistas debería hacerse activando nuevamente el swap de monedas con el Tesoro de Estados Unidos y/o con los dólares que desembolsó el FMI en abril. Resta ver si en las próximas semanas hay anuncios que den mayor certidumbre sobre la deuda argentina y permitan reducir el riesgo país en el corto plazo”, comentó.
Una postura similar tuvo el director de C&T Asesores Económicos, Camilo Tiscornia, para quien la publicación del Wall Street Journal sobre que se habría suspendido el préstamo por USD 20.000 millones de bancos norteamericanos para hacer operaciones en el mercado de deuda, generó ruido entre los inversores. “Fue un cambio en las expectativas, al no estar seguro o claro lo que va a pasar con eso, gana peso el tema de la acumulación de reservas”, destacó. Bajo su perspectiva, no hay dudas que la administración libertaria pagará los vencimientos de enero de 2026.
La clave para Tiscornia va a estar en cómo reaccione el Gobierno este mes, cuando quienes compraron dólares para resguardarse en la previa de las elecciones los venda porque necesita pesos y comience a aparecer la cosecha de trigo que será récord. “Si el BCRA aparece comprando los dólares, el Tesoro es más complicado porque no tiene tantos pesos”, concluyó el consultor.
En noviembre se notó una caída notoria en la cantidad demandada de dólares. El Central relajó los encajes para satisfacer la necesidad de moneda local y se espera que el sector privado venda divisas para afrontar el medio aguinaldo y las fiestas
Las próximas semanas tendrán un fuerte incremento de la demanda de dinero, como sucede en cada fin de año. La combinación del pago del medio aguinaldo y los gastos de las fiestas provocan este fenómeno, que según los expertos implica un aumento estacional de la cantidad de pesos equivalente a 10% de la base monetario. Esto implica una suba en pocas semanas cercana a $4 billones.
El dólar oficial ya viene mostrando desde las elecciones legislativas una demanda mucho menor y se alejó del techo de la banda cambiaria. Ayer la cotización minorista cerró a $ 1.475 y el mayorista lo hizo a $ 1.451, sin mayores variaciones respecto al cierre del viernes.
Las necesidades de pesos se pueden abastecer de distinta manera. El Banco Central ya alivió la semana pasada la exigencia de encajes a los bancos, lo que libera fondos. De hecho, en las últimas horas muchas entidades salieron a ofrecer adelantos de corto plazo para que las empresas puedan enfrentar el pago del medio aguinaldo a mediados de mes.
Otra forma es que elBCRA intervenga en elmercado cambiario para comprar dólares e inyecte pesos de manera simultánea. Pero hasta ahora el equipo económico se mostró muy cuidadoso con este esquema, que en realidad es parte de un plan mucho más amplio para remonetizar la economía.
También es factible que aumente la venta de dólares luego de compras récord en los últimos meses. Desde que se abrió el cepo cambiario las compras del público e indirectamente de las empresas superaron los USD 35.000 millones en todo concepto. En octubre, mes electoral, la demanda de dólares neta de libre disponibilidad fue de USD 4.000 millones.
Sin embargo, la expectativa es que a partir de una mejora de la confianza, como está sucediendo ahora, esa compra de dólares afloje notoriamente. Esta reducción en el ritmo de demanda de divisas es lo que le permitió al tipo de cambio acomodarse sin intervención por debajo del techo de la banda cambiaria.
La semana pasada elTesoro norteamericano confirmó que vendió USD 2.500 millones previo a las elecciones para calmar el tipo de cambio y defender el techo de la banda. Se trató de una intervención inédita que cumplió su objetivo. Ahora recompró esas divisas pero le otorgó al Central un swap de monedas por una cifra equivalente para que no hubiera impacto en el nivel de reservas.
El aumento de la demanda de pesos y la presión a la baja del tipo de cambio es un arma de doble filo. Sucede que puede dar la falsa idea de una situación controlada, que puede llevar a una expansión de dinero exagerada con el objetivo de impulsar el nivel de actividad.
El equipo económico quiere evitar una expansión descontrolada de pesos, pese al crecimiento de la demanda. REUTERS/Matias Baglietto
Esto ya ha sucedido en otros períodos, incluso en los gobiernos de Alberto Fernández y también de Mauricio Macri. Todavía se recuerda la decisión del macrismo el 28 de diciembre de 2017 de aumentar el objetivo de inflación para el año siguiente, acompañado de una baja de tasas y mayor expansión monetaria. A los pocos meses estallaba la crisis cambiaria que terminó con un salvataje récord del FMI.
Para fin de año y sobre todo en enero se espera que crezca la demanda de dólares para turismo y en particular para hacer frente al pago de la tarjeta en el caso de los que viajaron al exterior. Pero, más allá de la evolución del dólar en el corto plazo, en el mercado no terminan de ponerse de acuerdo sobre lo que podría ocurrir en 2026.
Según un informe para inversores de Delphos Investment, el tipo de cambio real tendería a mantenerse estable el año próximo. “De hecho el mercado no cree que el techo de la banda permanezca con un ajuste del 1% mensual, como promete Economía, sino que aguarda un incremento del orden del 2% por mes”, señalaron.
Por su parte, Fernando Marengo, economista jefe de Black Toro, opinó que el escenario más probable es el de una apreciación del tipo de cambio: “Si se mantienen estos niveles de confianza van a entrar más dólares por la cuenta capital. Esto va a generar que el dólar tienda a caer y allí se verá en qué nivel el Tesoro o el Central están dispuestos a comprar, pero no debería ser muy lejos de los $ 1.400. Hoy el problema que tenemos por delante no es que el tipo de cambio toque el techo de la banda, sino que caiga rápido”.
Las mediciones de alta frecuencia de las consultoras proyectaron un rango de entre 2,3% y 2,5% para el mes anterior. La estrategia de recorte de subsidios del Gobierno
Terminó noviembre y las consultoras privadas difundieron sus relevamientos de inflación en un mes en el que el Gobierno levantó el pie en los subsidios económicos al transporte y los servicios públicos, a lo que se suma el aumento de la carne, lo que impactaría de lleno en el indicador mensual.
Luego de que en octubre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicara en 2,3%, tercer mes consecutivo de aceleración, la expectativa se focaliza en qué pasó en noviembre y si se logró cortar con esa tendencia. En ese contexto, la decisión del equipo económico de recordar subsidios económicos tras el triunfo electoral podría complicar la dinámica inflacionaria.
Con la confianza que le dieron las urnas, durante el mes pasado el Gobierno primero autorizó un incremento en las boletas de luz y gas del 3,8% promedio y luego en el caso de los colectivos que entran y salen de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) un aumento de casi el 10%. Frente a estos movimientos, las consultoras privadas estiman que la inflación de noviembre se ubicará entre el 2,5% y 2,3%. De confirmarse este último dato, se ubicaría por segundo mes consecutivo en el mismo nivel.
La estimación más “pesimista”, aunque por mínimas diferencias, es de la consultora Eco Go: calcularon que el IPC arrojará 2,5%. Una cifra a la que llegan porque relevaron aumento en el rubro “Alimentos y bebidas no alcohólicas” del 3%. “Carnes arrancó a subir fuerte a fines de octubre y por la ponderación que tiene, eso empujó bastante el nivel general. Además, regulados viene con incidencia alta también”, explicó el economista de Eco Go, Lucio Garay Méndez.
La inflación de octubre fue de 2,3%, según el Indec.
Desde Equilibra estimaron que el IPC Nacional subió 2,5% impulsado por Regulados (3,3%) y el componente Núcleo (+2,4%), “tras subas significativas en Carnes (4,5%) que impulsaron el rubro de Alimentos y bebidas no alcohólicas (2,8%)”. “Los Regulados (naftas + tarifas) lideraron (+3,3%) y el rubro Carnes subió 4,5% (la Vacuna trepó 5,7%), impulsando AyB no estacionales 2,8% (máximos desde abril). La estabilidad cambiaria trajo calma en bienes del Resto del IPC Núcleo (2,2%)”, especificó Gonzalo Carreras, economista de la consultora.
Según el relevamiento en el Gran Buenos Aires (GBA) de C&T Asesores Económicos, la inflación de noviembre fue del 2,4%. “La dinámica de los precios durante el mes estuvo particularmente influida por tres factores: el precio de la carne vacuna, el Cyber Monday y los servicios regulados“, marcaron.
Si bien la carne ya venía acelerándose desde octubre, en noviembre profundizó esa tendencia y le dio un impulso significativo al rubro de alimentos consumidos en el hogar (que es el de mayor ponderación), que aumentó 2,6% en el mes, por encima del promedio. “El alza del rubro no fue mayor aún debido a una baja de 12 % en las verduras, que constituyen un componente estacional; en otros componentes también hubo algo de moderación con respecto a octubre”, destacó.
Equilibra registró un incremento de la inflación a 2,5% en noviembre.
Otro contrarresto vino por el Cyber Monday. El evento de ofertas virtuales derivó en una reducción de precios en varios rubros durante la primera semana del mes, con particular impacto en equipamiento del hogar, en donde se incluyen diversos electrodomésticos. En lo que hace a servicios regulados, transporte público, electricidad y gas mostraron alzas superiores a las de meses previos.
Un diagnóstico más “optimista” tuvieron en la consultora LCG. Según sus estimaciones,la inflación de noviembre se ubicará en torno al 2,3% nuevamente. En el relevamiento de precios de alimentos y bebidas registraron un incremento del 3,3%. Con una tendencia de fuertes aumentos en las primeras semanas. Siendo la misma proyección general que tienen en Analytica.
Por su parte, el sondeo de Fundación Libertad y Progreso registró una suba de 2,3%. “Con este resultado, la inflación acumulada en el año alcanzaría el 27,7%, mientras que la variación interanual se ubicaría en 31,2%, consolidando veintiún meses consecutivos de desaceleración”, aseguraron desde el think tank liberal.
“A lo largo del mes, la dinámica semanal mostró comportamientos dispares. La primera semana arrancó con un salto del 1,0%, explicado en gran parte por el aumento de precios regulados que, en línea con los meses anteriores, volvieron a traccionar al alza: las prepagas aumentaron alrededor de 2,1% y el transporte registró un avance del 4,1%. Luego, el ritmo se moderó, con incrementos de 0,2% y 0,1% en la segunda y tercera semana, respectivamente, mientras que la última semana cerró con una suba similar a la inicial”, reza el informe.
Para la Fundación Libertad y Progreso, la inflación se mantuvo en 2,3% en noviembre.
En el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que publicó el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la mediana de las consultoras encuestadas indicó que en noviembre la inflación sería del 1,9%. Para diciembre anticiparon un 2%; recién en enero de 2026 comenzaría la desaceleración. Vale destacar que las proyecciones se publicaron antes de que el Gobierno oficializara los aumentos en los servicios públicos. El dato oficial del mes previo se dará a conocer el jueves 11 de diciembre por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
La estrategia de recorte
No obstante, todavía quedan precios de la economía atrasados, según la consultora Invecq. “Pese a que haya habido avances significativos —especialmente en el 1.º cuatrimestre de 2024, antes de que el Gobierno comenzara a priorizar la desinflación—, el proceso de realineamiento continúa incompleto. Comparando la estructura vigente con la del 1.º semestre de 2019 —última etapa previa de orden macroeconómico—, la ‘inflación reprimida’ asciende a 4,2 puntos. Los mayores ajustes pendientes se concentran en servicios públicos“, destacaron en un reporte.
Para la consultora Invecq hay atraso en 14 rubros.
Entre los segmentos con retrasos de entre 30 % y 40 % figura “Energía eléctrica y gas”, seguido por Transporte entre un 30 % y 20 %, al igual que Teléfono e internet y combustibles. Sobre esta última variable clave de la economía, un informe de Energía y Economía expuso que Caputo resignó ingresos por más de USD 2.100 millones al no aplicar las actualizaciones correspondientes del impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono en lo que va del año.
Este se oficializó un aumento del 4,3 % (2,3 % por inflación y 2 % por recorte de subsidios) en colectivos, subtes y peajes en CABA; mientras que en la provincia de Buenos Aires se autorizó una suba del 14,8% en colectivos. En simultáneo, el Gobierno oficializó otro incremento en las boletas de luz y gas promedio del 2,8%. Lo que revela la convicción del ministro de Economía, Luis Caputo de avanzar con la estrategia de recorte de subsidios, tal como pactó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).