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Sociedad

El derrumbe de Kevin Spacey: nuevas denuncias de abusos sexuales y conductas impropias tras las absoluciones

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Un documental de Max revela nuevos testimonios en contra del actor. Los relatos van desde ex compañeros del secundario hasta colegas que compartieron el set en House of Cards. Los intentos de la estrella de Hollywood por volver a brillar en el cine o el teatro

Se trató de una de las caídas más abruptas y fulminantes de la historia del espectáculo. De súper estrella a paria y delincuente sexual aun cuando la justicia no se había expedido.

Kevin Spacey era el actor principal y productor ejecutivo de House of Cards, un enorme suceso, el mascarón de proa de Netflix y, hasta se podría decir que de las series de las plataformas de streaming. Pero no se trataba nada más que de un fenómeno pasajero. Llevaba más de dos décadas en la cima. Premios, prestigio, fama, millones de dólares, trabajo en Estados Unidos e Inglaterra. Hasta que una denuncia por abuso sexual derrumbó su carrera. Nadie lo contrató durante años, Netflix lo despidió, rehicieron la película que lo tenía como protagonista y se estaba por estrenar. Otro ejemplo: la primera película encabezada por él que se estrenó tras el aluvión de denuncias recaudó durante el primer día de exhibición en Estados Unidos 127 dólares: la cifra más baja de la historia de Hollywood. Su carrera quedó destrozada en pocas semanas.

Seis años después de las primeras denuncias, Spacey fue absuelto en dos causas penales tanto en su país como en Europa. Parecía que el resurgimiento era posible. Pero un documental reciente reabrió el caso y una vez más Kevin Spacey y su carrera están envueltos en el descrédito y el escándalo.

La serie que le quita la máscara a Spacey

En Spacey Unmasked, el documental de dos capítulos que la plataforma Max estrenó pocos días atrás, diez hombres (9 de ellos nunca habían dado su testimonio) cuentan situaciones en la que sufrieron abusos, acosos o situaciones sexuales impropias por parte de Kevin Spacey a lo largo de los últimos 50 años. Desde ex compañeros del secundario hasta actores de House of Cards. Varias de las situaciones que se narran difícilmente constituyan un delito aunque sin duda pueden ser enmarcadas como conductas impropias.

Uno de los que aparece es el hermano mayor de Spacey. Su aspecto es una rara mezcla entre Phil Spector y el Rod Stewart tardío. Narra los abusos que su padre, simpatizante nazi, cometió contra él cuando era un niño y la pena que sintió al abandonar el hogar y por ende a su hermano menor apenas abandonó la adolescencia.

 Kevin Spacey a la salida del tribunal londinense luego de escuchar el fallo que lo declaró inocente (Reuters/Susannah Ireland)Kevin Spacey a la salida del tribunal londinense luego de escuchar el fallo que lo declaró inocente (Reuters/Susannah Ireland)

En ninguno de los testimonios del documental de Max se dice que Spacey prometió brindar oportunidades laborales a cambio de favores sexuales. Era más una sensación que flotaba en el aire, la posibilidad cierta de que sucediera, el aura de estrella infalible que sería atendido en cualquier teléfono, lo que hacía que sus víctimas accedieran a sus avances y manoseos. Todos, aunque no hubiera sido dicho en voz alta, estaban convencidos de que en caso de rechazar a Spacey, sus incipientes carreras habrían terminado antes de empezar. La gran mayoría de los hombres describen situaciones en las que un hombre muy influyente en la industria realiza avances y/o tocamientos sexuales no consensuados ni deseados y que, como receptores de ellos, como víctimas, no se sintieron libres de rechazarlos, de elevar una queja o de denunciarlo.

Los testimonios contra Spacey

En los testimonios sobrevuela otra idea más allá de las acusaciones específicas contra Spacey: por lo menos hasta el MeToo este tipo de situaciones estaba naturalizada. Ni Harvey Wenstein ni Spacey parecen ser extrañas excepciones. Un modus operandi, un sistema normativo no escrito que determinaba que quién se resistiera o levantara la voz de alarma sería enviado al ostracismo, quedaría marcado y nunca tendría una verdadera oportunidad dentro de la industria.

Como respuesta al documental, Kevin Spacey publicó un mensaje en su cuenta de X. Alegó que los realizadores del documental no le dieron tiempo suficiente para analizar el documental (siete días) y elaborar una respuesta. Expresó también que era víctima de un ataque por parte de una cadena televisiva moribunda (Channel Four). Y que cada vez que le habían dado la oportunidad y el tiempo adecuado para defenderse, las acusaciones habían caído y que había sido declarado inocente por jueces tanto en Inglaterra como en Estados Unidos.

Kevin Spacey tiene varios talentos ostensibles. Lo demostró en decenas de películas y en el teatro. Recibió todos los premios que alguien puede recibir en su oficio. Dos Oscars, Globos de Oro, innumerables nominaciones al Emmy (y varios ganados como productor), Premios Tony. La dirección del Old Vic. Cine, teatro y televisión lo vieron triunfar durante décadas.

Comenzó como actor teatral mientras conseguía pequeños papeles en cine. En 1992 participó en Glengarry Glen Ross, el film basado en la obra teatral de David Mamet, que se convirtió en un implacable duelo actoral con Al Pacino. Luego llegaría un lustro casi perfecto para él, el de la consagración. Una conjunción de guiones bien elegidos, grandes directores, carisma y potencia actoral.

En estado de gracia, parecía que cada película en la que participaba era mejor que la otra, que Spacey contaba con una especie de infalibilidad para decidir de qué proyectos participar y aportarles su talento. La lista impresiona: Los sospechosos de siempre, Los Ángeles al desnudo (L.A. Confidential), Seven: pecados capitales, Medianoche en el jardín del bien y del mal, Belleza americana y otras películas menores en las que se incluyen hasta dibujos animados.

Después de haber triunfado en el cine y en el teatro, Spacey conquistó la televisión con su protagónico en House of CardsDespués de haber triunfado en el cine y en el teatro, Spacey conquistó la televisión con su protagónico en House of Cards

Clint Eastwood, David Fincher y dos Oscars (por su papel de Keyser Soze en Los sospechosos de siempre y por Belleza americana) en cinco años. Convertido en una estrella (literalmente: en esos años colocaron la suya en el Paseo de la Fama en Hollywood) siguió protagonizando películas. En el 2003 fue elegido director del teatro Old Vic en Londres, un prestigioso cargo que ocupó durante doce años.

En cuanto a lo personal siempre fue discreto y logró estar años alejado de los chimentos. Sin embargo, a lo largo de toda su carrera, se especuló sobre la sexualidad de Spacey. Él negó enfáticamente ser gay cada vez que se lo preguntaron. En el pináculo de la fama, luego de los dos Oscars casi consecutivos, la revista Esquire sacó un perfil en el que hablaba del “secreto de Spacey”, en el que daba a entender que era homosexual. Él no pisaba ninguna alfombra roja sin la correspondiente compañía femenina. Lo cierto es que su negativa a develar su homosexualidad no estaba fundada nada más en la intención de preservar su vida privada. Para ese entonces ninguna gran estrella, ningún actor o actriz relevante se habían declarado abiertamente como homosexuales. El outing no era una posibilidad para los que aspiraban a liderar proyectos.

Su siguiente y definitivo éxito fue en el terreno que todavía se había mostrado esquivo para él, la televisión. Pero la suya fue una apuesta nada menor. Era un nuevo formato, una manera de consumirla que todavía no estaba instalada, pero que el colosal suceso que tuvo House of Cards dio a conocer y hasta consolidó. La primera gran serie de la era del streaming. El caballo de batalla de Netflix. La pionera de aquellas que provocaron la conversación global y el binge watching que no fue producida por una de las cadenas televisivas de aire o de cable que monopolizaban el mercado. Una nueva era había comenzado, la era de Netflix. Y Kevin Spacey se convirtió en su cara más visible.

Tal vez su status de estrella (y su poder) nunca fue tan grande cómo en ese momento.

Los éxitos del actor

En esos años, otros cinco años triunfales, Spacey se paseaba con olímpico esplendor por entrevistas y entregas de premios. Era un ganador y tenía prestigio. En la serie que contaba los entresijos de la alta política norteamericana, él además oficiaba de productor ejecutivo. Cada entrega de premios lo contaba entre sus principales figuras (en 2017, pocos meses antes de su caída, hasta condujo la entrega de los Tony, los premios teatrales), las revistas se peleaban por tenerlo en tapa y cada aparición en un talk show era un suceso.

La famosa selfie de la entrega de los Oscars. Hoy esa imagen sería imposible. Desde 2017, Spacey es un paria de la industria
(De izquierda a derecha, Jared Leto, Jennifer Lawrence, Channing Tatum, Maryl Streep, Ellen Degeneres, Julia Roberts, Kevin Spacey, Bradley Cooper, Brad Pitt, Lupita Nyong'o, Peter Nyong'o y Angelina Jolie)La famosa selfie de la entrega de los Oscars. Hoy esa imagen sería imposible. Desde 2017, Spacey es un paria de la industria (De izquierda a derecha, Jared Leto, Jennifer Lawrence, Channing Tatum, Maryl Streep, Ellen Degeneres, Julia Roberts, Kevin Spacey, Bradley Cooper, Brad Pitt, Lupita Nyong’o, Peter Nyong’o y Angelina Jolie)

Luego llegó la caída. Estrepitosa y abrupta. No hubo gradaciones ni su figura se fue difuminando. Cancelado. En octubre de 2017, mientras Spacey rodaba la última temporada de House of Cards todo se desmoronó como un castillo de naipes. El título de la serie mutó en profético.

Anthony Rapp, un actor, denunció que había sufrido avances sexuales de Spacey en 1986. En ese entonces Rapp tenía 14 años y Spacey 26. Alegó que Spacey lo había emborrachado y que lo había manoseado. Al parecer Rapp ya había contado esto en otras oportunidades, pero no había sido publicado.

En 2001 lo expresó en una entrevista en la revista gay Advocate, aunque no fue publicado por temor a acciones judiciales. Pero en 2017 todo había cambiado. El #MeToo y el Efecto Weinstein hicieron su trabajo. Las denuncias contra Kevin Spacey empezaron a aparecer de manera aluvional. Cada día alguien más se animaba a dar su testimonio.

La caída de Spacey

La respuesta del actor fue inmediata y equivocada. Emitió un comunicado por Twitter en el que decía no recordar los hechos, pedía disculpas si algo incorrecto había sucedido y culpaba al alcohol. Pero además utilizó la ocasión para hacer su outing. Expresó que a pesar de haber tenido relaciones amorosas con mujeres y con hombres, él sabiendo que desde hace años circulaban versiones sobre su vida privada, aprovechaba la ocasión para declarar que era gay.

Esa declaración, lejos de alivianar su situación ante la opinión pública, la agravó. Una disculpa despreocupada y el intento de generar empatía revelando su orientación sexual, de volver a tomar el centro de la escena, se volvió intolerable para muchos.

Varios representantes de organizaciones LGTBI+ repudiaron que mezclara las cosas y que esa declaración permitiera asimilar la vida homosexual con los abusos. Sin embargo, se trató de mucho más que de un mal comunicado de prensa. Y de un ataque de soberbia de alguien que se sentía –con bastantes argumentos- intocable. Un diluvio de denuncias que lo tenían como protagonista de ataques y abusos sexuales (la mayoría con hombres jóvenes como víctimas) cayó sobre él y su reputación.

En tiempo récord Netflix decidió echarlo y volver a encausar la última temporada de House of Cards: redujo los capítulos de 13 a 8, modificó los guiones y filmó todo de nuevo con el protagonismo exclusivo de Robin Wright. Al mismo tiempo guardó, al parecer para siempre, Gore, una biopic del escritor Gore Vidal.

Peter Five Eight fue la primera película que protagonizó después del escándalo y de sus absoluciones cuando creía que su carrera podía resurgirPeter Five Eight fue la primera película que protagonizó después del escándalo y de sus absoluciones cuando creía que su carrera podía resurgir

Los productores de Todo el dinero del mundo, la película dirigida por Ridley Scott que ya se encontraba listo para ser lanzado en diciembre de 2017, en un movimiento inédito decidieron refilmar la mayoría de las escenas en tiempo récord para reemplazar a Spacey, su actor principal. Christopher Plummer rehizo cada una de las escenas en las que aparecía Kevin Spacey y fue nominado al Oscar. Pudo haber ganado si hubieran creado la categoría Mejor actor de reemplazo súbito.

Tiempo después, Kevin Spacey intentó un contraataque. Caracterizado como Frank Underwood y rompiendo la cuarta pared, hablándole al público como era la característica del personaje, emitió un mensaje entre críptico, desafiante y engreído que no ayudó en nada a mejorar su imagen. Una muestra de fuerza vana y menguada.

Los estudios cinematográficos y los gigantes de la industria que tomaron medidas irrevocables de inmediato solo estaban tratando de salvar su negocio, de resguardar lo que podían, de minimizar sus pérdidas. Muchas de las denuncias que se hicieron públicas luego de la de Rapp ya se habían realizado en la intimidad de cada uno de estos trabajos y desechadas, minimizadas u ocultadas por quienes tenían poder y capacidad de decisión. Solo reaccionaron ante el cambio de vientos de época y al temor del escarnio público.

En los meses posteriores a su caída, aparecieron alrededor de treinta denuncias, algunas judiciables y otras no. Uno de sus compañeros de elenco de Los Sospechosos de siempre contó que el rodaje tuvo que detenerse dos días para solucionar (aplacar) la denuncia de un joven actor contra Spacey por una conducta sexual impropia.

Con los años la situación empeoró. Son muchos los actores del Old Vic o de House of Cards, dos de los lugares en los que Spacey tuvo posición dominante y poder de decisión, que denunciaron acoso y abusos. Cuentan que obsesionado con quien hacía de guardaespaldas de Frank Underwood, actor al que él había dirigido en el teatro londinense, presionó a los guionistas de la serie para que incorporaran una escena en la que tenía un trío sexual con él. El día que se rodó esa escena, Spacey hizo acudir al set a la esposa del actor para que presenciara la grabación.

El actor fue absuelto en los juicios penales que hubo en su contra a ambos lados del Atléntico  REUTERS/Susannah Ireland/File PhotoEl actor fue absuelto en los juicios penales que hubo en su contra a ambos lados del Atléntico REUTERS/Susannah Ireland/File Photo

Lo cierto es que en todas las causas penales en su contra, Spacey fue absuelto. Primero un tribunal norteamericano desechó la acusación de abuso contra el actor que presentó un joven que en el 2016 tenía 18 años. Alegaba que lo había emborrachado (en Estados Unidos está prohibido el consumo de alcohol para menores de 21 años) para propasarse con él. Spacey se declaró inocente. El juez desestimó las imputaciones por las inconsistencias del denunciante y porque se negó a presentar su teléfono celular en el que según la defensa de Spacey se encontraban las pruebas de una relación consensuada. Fue el primer respiro que tuvo en más de un año y medio, su primer triunfo.

Después, también en Estados Unidos, fue declarado inocente en la causa originada en la denuncia de Anthony Rapp y entró que tuvo lugar en Inglaterra en la que había sido denunciado por cuatro hombres. Se desecharon los nueve cargos en su contra.

La demanda que el actor perdió fue en sede civil. El juez falló en favor de los productores de House of Cards obligando a Spacey a pagar 31 millones de dólares en carácter de indemnización por los daños patrimoniales causados por sus inconductas. El magistrado sostuvo que el acoso laboral y sexual está incluido en la cláusula de mal desempeño en el set y conducta no profesional y que esas fueran las claras causas de la baja de la serie. Pero a principios de este año, Spacey recibió una gran noticia. Esa suma, por un acuerdo de partes, se redujo a sólo 1 millón de dólares que Spacey pagará en cómodas cuotas anules siempre y cuando no represente más del 10% de sus ingresos. El acuerdo se produjo porque los productores consiguieron que Spacey los apoyara y prestara testimonio en el juicio que tienen contra las aseguradoras (Spacey apenas las primeras acusaciones se hicieron públicas y Netflix lo despidió se internó en una clínica para tratar una presunta adicción al sexo: lo que el juez debe determinar es si esa internación fue real, o una maniobra preventiva para conseguir que el seguro pagara porque una de las cláusulas indicaba que la compañía aseguradora se haría cargo de las pérdidas en caso de problemas de salud del intérprete principal).

Poco antes de su caída, Kevin Spacey fue el conductor de la ceremonia de los Premios TonyPoco antes de su caída, Kevin Spacey fue el conductor de la ceremonia de los Premios Tony

Apenas fue absuelto por el tribunal londinense, Spacey declaró que esa circunstancia marcaba su regreso. Que había varios productores que estaban esperando el fallo de inocencia para contratarlo, que ese momento sería el de la largada del segundo tramo de su carrera. Pero nada de eso sucedió. Ni las plataformas ni los estudios se mostraron dispuestos a tomar semejante riesgo. Al ser consultado, un especialista en la industria cinematográfica declaró que “en una escala del 1 al 10, las chances de Kevin Spacey de regresar a los primeros planos es de menos 1″.

Sin embargo, parecía que habría una vuelta. Desde la absolución, Spacey volvió al teatro con un monólogo shakespereano en un homenaje en Londres (fue ovacionado), participó de dos películas independientes y, según consigna, IMDB estará en otras dos que se encuentran en preproducción. Habrá que ver qué sucede con esas intervenciones después de esta nueva ola de acusaciones.

Kevin Spacey tiene 64 años. Pero su carrera parece haber terminado ya hace un par de años. Parece imposible que pueda volver a reactivarla, parece imposible que alguien lo contrate para un nuevo papel. Solo le queda disfrutar de su fortuna si no la pierde entre abogados y acuerdos extrajudiciales.

Él no se resigna. Intenta volver. Creyó que las absoluciones judiciales lo liberarían de la carga y le permitirían un retorno (lento). En el último tiempo había recibido el apoyo de varios de sus colegas. Liam Neeson, Sharon Stone, Murray F. Abraham y Stephen Fry fueron algunos de los que pidieron por su rehabilitación una vez que la justicia se expidió.

Pero este documental parece volver a hundirlo, parece sepultar sus últimas esperanzas de resurgimiento.

Ha sido cancelado. No solo por el público. También por quienes antes lo contrataban, y en virtud de ese contrato lo encubrían o se convertían en sus cómplices. Pero tanto contratarlo cuando aseguraba taquilla y prestigio, como desecharlo ahora son nada más que dos caras del mismo negocio, los dos movimientos que parecen contradictorios responden a la misma lógica, sin que les importe la verdad o la vulnerabilidad de los involucrados.

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Qué son los exosomas y por qué podrían ser claves en la lucha contra el Alzheimer

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Un reciente avance científico señala que la función de estas diminutas estructuras celulares resulta decisiva para el intercambio de señales entre neuronas y ofrece nuevas perspectivas para comprender y abordar enfermedades neurodegenerativas hereditarias

Un equipo de la Universidad de Aarhus realizó un hallazgo importante para entender el Alzheimer familiar, una forma hereditaria de esta enfermedad que afecta la memoria y capacidades cognitivas.

El papel de SORL1 y los mensajes celulares

El estudio, dirigido por Kristian Juul-Madsen y Thomas E. Willnow, en colaboración con el Max-Delbrueck-Center for Molecular Medicine de Alemania, se centró en la variante N1358S del gen SORL1. Esta mutación se encontró en casos de Alzheimer de inicio temprano.

La salud cerebral depende en gran medida de la comunicación eficiente entre neuronas y células de soporte, que permite procesar información, almacenar recuerdos y coordinar funciones vitales (Freepik)

El gen SORL1 es responsable de fabricar una proteína llamada SORLA, que tiene la tarea de organizar el transporte de sustancias dentro de las células cerebrales. Hasta ahora se sabía que SORLA ayudaba a evitar la formación de depósitos dañinos relacionados con el Alzheimer, pero los científicos quisieron saber si su función iba más allá de este proceso.

Uno de los grandes descubrimientos es que, aunque la mutación N1358S no cambia la interacción de SORLA con la sustancia relacionada con la formación de placas en el Alzheimer, sí altera el grupo de proteínas con las que suele trabajar.

La proteína SORLA, producida aLa proteína SORLA, producida a partir del gen SORL1, interviene en mecanismos que van más allá de la prevención de sustancias dañinas, facilitando que las células cerebrales gestionen y transmitan señales de forma adecuada (Imagen Ilustrativa Infobae)

El análisis detallado reveló que los cambios afectan principalmente a la producción y liberación de exosomas. Estas son pequeñas vesículas que las células utilizan para enviarse mensajes e instrucciones entre sí.

Cuando los científicos compararon células con y sin la mutación, vieron una clara disminución en la cantidad de exosomas liberados por células que tenían la variante N1358S o que carecían del gen SORLA.

Además, los exosomas de estas células eran algo más pequeños y presentaban una consecuencia aún más importante: perdían su capacidad para ayudar en el crecimiento y desarrollo de otras neuronas. En las pruebas, exosomas normales aplicados a neuronas jóvenes estimulaban su maduración, mientras que los provenientes de células con la mutación ya no ofrecían ese beneficio.

Las vesículas conocidas como exosomasLas vesículas conocidas como exosomas transportan instrucciones y materiales entre las células; los cambios en su cantidad y contenido pueden afectar el desarrollo y la protección de las neuronas (Imagen Ilustrativa Infobae)

El contenido de los exosomas también se vio afectado. Los exosomas de las células modificadas llevaban menos microARNes que apoyan el desarrollo neuronal, y más microARNes con efectos opuestos. Este desequilibrio se asoció con la incapacidad de los exosomas alterados para apoyar la maduración de otras neuronas.

Nuevas pistas para el entendimiento y tratamiento

El descubrimiento llevó a los autores a concluir que SORLA regula la cantidad y la calidad de los exosomas que las células liberan, y que cuando esto falla, la comunicación entre las células se ve interrumpida. Este defecto en el envío de mensajes entre las células cerebrales, y no solo la acumulación de sustancias dañinas, podría estar en el origen del Alzheimer familiar.

La investigación también observó que el papel de SORLA en la fabricación de exosomas existe tanto en neuronas como en microglía, lo que sugiere que su función es amplia dentro del cerebro.

Los investigadores concluyen afirmando que este avance ofrece la posibilidad de desarrollar nuevas estrategias para diagnosticar y tratar la enfermedad, dirigidas a restaurar la comunicación entre las células cerebrales y mejorar la calidad de vida de los pacientes con Alzheimer familiar.

 

 

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Así luce Britney Spears hoy, a los 44 años

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La artista transita una etapa de cambios profundos, con reconciliaciones familiares, vida más reservada en México y nuevos desafíos en torno a su bienestar y privacidad

El 2 de diciembre, Britney Spears celebra su cumpleaños número 44 en medio de una etapa marcada por la transformación y la búsqueda de equilibrio personal. La referente indiscutida del pop desde finales de los 90 festeja un nuevo año de vida tras superar retos personales y familiares, y al iniciar su residencia en México, donde procura mayor tranquilidad y privacidad.

Desde el final de su tutela en 2021, retomó el contacto con sus hijos, Sean Preston y Jayden James, intentando fortalecer los lazos con su familia. Su reciente aparición junto a Kim y Khloé Kardashian en Hidden Hills, California, evidenció su nuevo impulso social y su apertura a vínculos públicos.

Britney Spears se aleja deBritney Spears se aleja de los paparazzi y opta por una vida más reservada, compartiendo momentos cotidianos en redes sociales (REUTERS/Mario Anzuoni/File Photo)

En 2025, protagonizó un episodio mediático durante un vuelo privado al encender un cigarrillo y consumir alcohol, lo que provocó una amonestación de las autoridades a su llegada a Los Ángeles. A pesar de estos contratiempos, la cantante asegura estar enfocada en su recuperación y aprendizaje, priorizando su privacidad y salud mental. La búsqueda de autonomía y protección familiar es uno de los pilares en este nuevo capítulo.

Cómo fue la carrera de Britney Spears

Su imagen evolucionó paralelamente a los cambios en la industria y desafíos personales. Spears enfrentó la presión extrema de los medios, factores que propiciaron la tutela legal en 2008. Sin embargo, continuó lanzando música y colaborando con grandes figuras, manteniendo su popularidad y relevancia.

La carrera de Britney SpearsLa carrera de Britney Spears revolucionó la música pop con éxitos como ‘…Baby One More Time’ y una residencia histórica en Las Vegas (Foto AP/Chiang Ying-ying)

En Las Vegas marcó un precedente al inaugurar una residencia exitosa que inspiró a otros artistas. Talento escénico y espíritu de reinvención permitieron que su figura permaneciera activa durante más de dos décadas en el panorama musical internacional.

Qué le pasó a Britney Spears

En 2008, Britney Spears fue sometida a una tutela que la privó del control sobre sus finanzas y muchas decisiones personales, con el argumento de proteger su salud mental y seguridad. Jamie Spears, su padre, fue nombrado tutor principal, lo que deterioró el vínculo entre ambos.

El arduo proceso legal para terminar la tutela se extendió hasta 2021, convirtiéndose en un caso emblemático de debate público y de movimientos de apoyo. Una vez recuperada su libertad, Spears confesó haber sufrido “daño cerebral” por experiencias traumáticas del régimen legal y expresó sentirse afortunada de “estar viva” tras superar ese periodo adverso. El lanzamiento del libro de Kevin Federline, su exmarido, con nuevas acusaciones sobre la vida familiar, volvió a encender la discusión pública.

Britney Spears mantiene su vidaBritney Spears mantiene su vida amorosa en reserva tras la separación de Sam Asghari, priorizando la independencia emocional y el entorno familiar

Pese a los desafíos prioriza recuperar los vínculos con sus hijos y hermanos, y busca el equilibrio en su salud mental. Después de publicar sus memorias y superar distintas controversias, la artista decidió enfocarse en proyectos personales y mantener distancia de los escenarios por el momento.

Qué se sabe de la vida amorosa de Britney Spears en la actualidad

Tras su separación de Sam Asghari en 2024, Britney Spears optó por la reserva en su vida sentimental. Las noticias actuales no la vinculan con una pareja estable y la cantante protege la intimidad sobre sus relaciones.

Spears privilegia su bienestar y la reconstrucción de su entorno familiar. Eventos sociales como su encuentro con las Kardashian generaron especulaciones en redes, pero la artista evita confirmar novedades amorosas y elige centrarse en su independencia emocional y personal. Su entorno más cercano destaca que respeta su propio tiempo y espacio en esta etapa.

Con más de veinte añosCon más de veinte años de trayectoria, Spears suma premios Grammy, MTV y el lanzamiento de su línea de joyería B Tiny en 2025 (Grosby)

Los premios que recibió Britney Spears a lo largo de su carrera

En más de 20 años de trayectoria, Britney Spears ha sido reconocida con numerosos galardones internacionales. Recibió un Premio Grammy, varios MTV Video Music Awards, y premios en diferentes ceremonias internacionales. Sus discos han alcanzado múltiples certificaciones de platino y oro, consolidando su lugar en la historia musical.

Además de los premios estrictamente musicales, Spears ha sido homenajeada por su impacto en la cultura pop y su influencia en la industria del entretenimiento. Su residencia en Las Vegas revitalizó el formato y sus coreografías y videoclips han dejado huella en varias generaciones. En 2025, sorprendió con el anuncio de su línea de joyería, B Tiny, mostrando una faceta emprendedora y creativa.

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Las confesiones de la mujer que fue obligada a casarse a los 3 años con el líder de los “Niños de Dios”: “Mi mamá me entregó”

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Serena Kelley contó todo lo que vivió en la secta. “Era apenas una ficha dentro de un orden sagrado que solo admitía obediencia”, afirma. Los rastros de la organización de David Berg en Argentina

El tiempo parece no haber pasado en la memoria de Serena Kelley. Al cerrar los ojos, reconoce los pasillos de paredes descascaradas, el olor persistente de sopa recalentada en las cocinas colectivas, las colchas remendadas y los rezos monótonos que llenaban el aire. Pero nada pesa tanto como el día en que, a los tres años, fue obligada por los líderes de la secta Niños de Dios a casarse con su fundador, un hombre de sesenta y siete años llamado David Berg. Aquel “matrimonio” fue una ceremonia fría: nadie lloró, todos aplaudieron, y una multitud de adultos —hombres y mujeres sedientos de redención— entonaron himnos bajo una luz mortecina.

La secta Niños de Dios, nacida en Estados Unidos a finales de los años 60, creció bajo la voluntad absoluta de David Berg, quien exigía la sumisión más extrema y disfrazaba sus violencias con palabras de amor y promesas de salvación. Para los niños, la vida bajo su credo fue una condena: no les fue permitido jugar, dudar, ni siquiera crecer en paz.

David Berg, el líder de la secta “Niños de Dios”

Himnos y rutina: el instante donde murió la niñez

La ceremonia sucedió en una sala común, adornada con flores plásticas y mantas mal dobladas. Alguien, con voz solemne, murmuró junto al oído de Serena Kelley:—Sonríe, pequeña. Es un honor. Eres la elegida del profeta.

El trauma de ese instante quedaría suspendido para siempre. “Nunca tuve la sensación de ser una persona. Me percibía como un objeto, un bien que podía cambiar de manos según la decisión de los mayores”, contó Serena más de treinta años después.

La ceremonia no fue el fin, ni el peor de los males. Solo marcó el principio de una vida tejida en abusos, secretos y silencios impuestos por quienes juraban protegerla. Estados UnidosAmérica Latina y Europa. La secta dispersó a sus fieles en comunidades cerradas donde la infancia era solo un rastro difuso, rápidamente asfixiado.

La doctrina del abuso

David Berg, quien se hacía llamar “Moisés modernizado”, construyó una estructura cerrada e implacable. Sus seguidores —la familia espiritual— se regían por normas estrictas: rezos al despuntar el alba, trabajo doméstico, evangelización y absoluta devoción al profeta. Fueron miles los niños criados en este régimen. Él grababa cassettes y enviaba largas cartas manuscritas que todos debían memorizar.

La secta de David BergLa secta de David Berg tuvo seguidores en varias partes del mundo

Un día, en una de estas grabaciones, Berg insistió: “El Señor exige entrega sin peros. Los niños son del rebaño, y nosotros solo guiamos sus pasos hacia Su gracia”.

Cualquier duda, cualquier resistencia, era castigada con dureza. Temían más el rechazo de la comunidad que el afuera desconocido. Por las noches, mientras la oscuridad envolvía las casas comunes, la madre de Serena le susurraba:“Nada temas, hija. Todo ocurre porque Él lo dispone”.

Los juegos, cuando existían, eran premios fugaces por la obediencia, o máscaras detrás de las cuales se ocultaban castigos y pruebas de disciplina.

Serena Kelley con su familiaSerena Kelley con su familia cuando era parte de la secta “Niños de Dios”

El despojo gradual: madre, niña y el silencio

Serena tenía prohibido preguntar por qué ya no dormía con otros niños; por qué la llamaban “esposa pequeña” en voz baja y “elegida” en público. Las respuestas nunca llegaban. Solo quedaba el miedo de los pasillos, el frío de las miradas y la certeza de que su madre ya no podía protegerla. “Iba perdiendo mi voz. Me reconocía cada vez menos cuando me miraba a los espejos polvorientos del lugar”, recuerda.

Salían poco a la calle. Cuando lo hacían, era custodiadas por adultos devotos —llamados “tíos” y “tías”—, que evitaban cualquier contacto con el mundo exterior, temerosos de agentes del demonio, curiosos, periodistas o policías. “Aquí afuera está el infierno. Solo la familia es segura, solo nuestro pastor sabe lo que te conviene”, sentenció un día la madre de Serena ante la menor duda.

La expansión de los Niños de Dios: redes de fe y dolor

La secta Niños de Dios nació en California a finales de los años 60, con David Berg a la cabeza. Pronto, su mensaje —una mezcla de carisma, radicalismo y devoción bíblica— logró arrastrar a decenas y luego miles. Prometía una familia extensa, una comunidad capaz de proteger a sus miembros del veneno del mundo.

La realidad era otra. El “amor libre” y la obediencia estricta camuflaban abusos y sometimiento. Cambiaban de ciudad a menudo, mudándose incluso de país, huyendo de las autoridades y de cualquier rumor peligroso para la organización.

La secta se expandió a América Latina y EuropaEl horror se replicaba sin distinción geográfica: todos los niños, todas las niñas eran vulnerables. Nadie escapaba al mandato del profeta.

Serena fue obligada a casarseSerena fue obligada a casarse con el líder de la secta cuando tenía apenas 3 años

’}En 1993, la Policía Federal argentina realizó siete allanamientos en distintos puntos del país, ordenados por el juez Roberto Marquevich. La denuncia era de corrupción de menores y llegaba impulsada por el consulado estadounidense que buscaba a cuatro chicos secuestrados por la secta los Niños de Dios.

La Justicia rescató 268 menores que habían sido cooptados por los Niños de Dios, la secta liderada por Berg. Así lo contó la periodista Emilse Pizarro en una nota publicada en 2019 en Infobae.

La vida de una niña rota: años de miedo continuo

A los seis años, Serena Kelley ya no tenía recuerdos de antes de la secta. Cada cumpleaños era solo una fecha en el almanaque; un día igual a todos, con nuevas obligaciones y promesas de mayor entrega. La infancia, para ella y los demás, era solo una palabra.

—Pronto, el profeta te confiará una misión inmensa —le advirtió una vez una tía, con una sonrisa ahogada.

En la comunidad, la obediencia era condición para la supervivencia. El silencio, una manera de sobrevivir. Llorar o rebelarse traía castigos que iban desde la humillación pública hasta la segregación en habitaciones oscuras.

David Berg gobernaba con mano firme. Los niños eran herramientas, símbolos de pureza y objetos de propiedad espiritual y carnal.

Serena Kelley intenta rehacer suSerena Kelley intenta rehacer su vida tras el trauma que vivió en su niñez

La toma de conciencia fue lenta. Adolescente, Serena Kelley comenzó a escribir pequeños relatos y a leer libros clandestinos que circulaban entre los jóvenes rebeldes de la secta. Descubrió que el mundo exterior no era un abismo, sino una opción.

La huida no fue gloriosa. Llevó tiempo, dudas, amenazas de ostracismo y un trabajo minucioso para frenar el adoctrinamiento instalado desde la cuna. “La libertad aterra al principio. Te sientes incompleta, culpable, deseando volver solo para no tener que decidir sola,” cuenta Serena.

Tras su salida, las pesadillas fueron constantes. Los recuerdos volvían con frecuencia. La voz grave de Berg, las miradas de los fieles, las frases envenenadas por la devoción. Nadie la persiguió, pero la vergüenza y la sospecha nunca la abandonaron.

El testimonio y la recuperación

Solo al contar su historia, primero en círculos privados, después en reportajes y foros internacionales de víctimas de sectas, Serena Kelley halló un propósito difícil: luchar por la memoria colectiva y el reconocimiento de los horrores sufridos por los hijos de la secta Niños de Dios.

Serena a los 3 añosSerena a los 3 años cuando fue obligada a casarse con el líder de los “Niños de Dios”

No pido piedad ni ira. Solo exijo memoria y verdad, para que ninguna niña tenga que vivir en carne propia lo que a mí me arrebataron”, reclama Serena cada vez que toma un micrófono.

Decenas de personas contaron historias similares. Los patrones se repiten: control total, aislamiento, abuso físico y psicológico. Las estructuras legales no siempre llegaron a tiempo. La secta —dispersa y debilitada tras la muerte de Berg en 1994— sobrevivió en pequeñas células, amparada muchas veces por la inacción judicial y el olvido social.

En una carta pública leída en una conferencia para sobrevivientes de sectas en Los ÁngelesSerena Kelley resumió el sentido de su lucha:

“A quienes me piden que olvide, les digo: sigo siendo una niña de tres años, con un vestido viejo y la promesa del profeta clavada en el pecho. No dejaré que esto se olvide. Hablo por todas las que no pudieron, las que aún callan, las que murieron esperando otra oportunidad de ser libres”.

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