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Salud

Sustancias químicas vinculadas al cáncer de mama se filtran en los alimentos, según un estudio

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Una investigación reciente publicada en Frontiers in Toxicology advirtió que cerca de 200 sustancias químicas presentes en envases de cartón, plásticos y resinas podrían migrar a los productos que consumimos. La palabra de los expertos.

Durante años, el uso de envases plásticos ha sido una práctica común para almacenar y preservar alimentos. Sin embargo, estudios recientes revelaron que estos materiales podrían ser una fuente oculta de sustancias carcinógenas, especialmente vinculadas al cáncer de mama.

Según el trabajo, estas sustancias incluyen aminas aromáticasbencenoestireno y otros compuestos conocidos por inducir tumores en modelos animales y humanos.

El impacto de las sustancias químicas en el cuerpo humano

Según un estudio reciente, el benceno, un químico ampliamente utilizado en envases de alimentos, está directamente vinculado con el desarrollo de cáncer de mama en animales y humanos, lo que subraya la necesidad de una regulación más estricta sobre su usoSegún un estudio reciente, el benceno, un químico ampliamente utilizado en envases de alimentos, está directamente vinculado con el desarrollo de cáncer de mama en animales y humanos, lo que subraya la necesidad de una regulación más estricta sobre su uso

Este estudio del Food Packaging Forum encendió las alarmas sobre la conexión entre los materiales en contacto con los alimentos y el riesgo de desarrollar cáncer de mama. La coautora del estudio, Jane Muncke, destacó en un comunicado de prensa que la exposición a estas sustancias ocurre de manera crónica y, en muchos casos, de forma involuntaria. Esto se debe a que los productos químicos migran de los envases hacia los alimentos que ingerimos diariamente.

“El potencial de prevención del cáncer mediante la reducción de sustancias químicas peligrosas en la vida diaria no se ha explorado lo suficiente y merece mucha más atención”, afirmó la experta en el escrito, quien es directora general y directora científica del Food Packaging Forum, una fundación sin fines de lucro con sede en Zúrich, Suiza, que se centra en la comunicación y la investigación científica.

En ese sentido, en los autores de la investigación señalaron: “Nuestros hallazgos implican que la exposición crónica de toda la población a presuntos carcinógenos mamarios de los alimentos en contacto con alimentos es la norma y destaca una importante, pero actualmente subestimada, oportunidad para la prevención”.

Las tasas de cáncer de mama en mujeres menores de 50 años han aumentado, y los expertos sugieren que la exposición a sustancias químicas en envases de alimentos podría ser uno de los factores que contribuyen al desarrollo temprano de la enfermedad
(Gettyimages)Las tasas de cáncer de mama en mujeres menores de 50 años han aumentado, y los expertos sugieren que la exposición a sustancias químicas en envases de alimentos podría ser uno de los factores que contribuyen al desarrollo temprano de la enfermedad (Gettyimages)

El estudio identificó la presencia de sustancias químicas como benceno, un carcinógeno conocido vinculado al cáncer de mama tanto en animales como en humanos; 4,4′-metilenbis-(2-cloroanilina), considerado un probable carcinógeno asociado con el cáncer de vejiga; 2,4-toluendiamina, que ha sido relacionado con cáncer de mama y otros tipos de cáncer en animales; y 3,3′-dimetilbencidina y o-toluidina, colorantes utilizados en la fabricación de plásticos y papel.

Además, los PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas), conocidos como “químicos permanentes” debido a su incapacidad para degradarse en el medio ambiente, representan un riesgo adicional, ya que se utilizan en envases de alimentos para evitar la filtración de grasa y agua en productos como envoltorios de comida rápida o recipientes de bebidas.

La investigación, basada en 181 estudios de migración realizados en los últimos tres años, identificó 76 carcinógenos potenciales relacionados con el cáncer de mama. De los cuales se ha observado que 61 (80%) migran desde plásticos, 23 (30%) provienen de materiales no especificados, 21 (28%) se transfieren desde papel y cartón, 8 (11%) desde metales y 6 (8%) desde materiales compuestos.

Además, 10 de los 76 compuestos detectados en estudios recientes de migración en materiales en contacto con alimentos (FCM) tienen evidencia directa de inducir tumores mamarios en modelos de roedores, como el bencenoestireno y varias aminas aromáticas primarias. Por otro lado, 35 de estos carcinógenos presentan propiedades genotóxicas (sustancias que dañan el ADN y pueden provocar mutaciones o cáncer).

Los PFAS, conocidos como “químicos permanentes”, se encuentran en envases de alimentos y no se descomponen en el medio ambiente, lo que aumenta el riesgo de exposición crónica a estas sustancias peligrosas para la salud humana
(Imagen Ilustrativa Infobae)Los PFAS, conocidos como “químicos permanentes”, se encuentran en envases de alimentos y no se descomponen en el medio ambiente, lo que aumenta el riesgo de exposición crónica a estas sustancias peligrosas para la salud humana (Imagen Ilustrativa Infobae)

Al menos 40 de los 76 carcinógenos mamarios potenciales detectados ya habían sido clasificados con advertencias de peligro por diversas agencias reguladoras. Por ejemplo, 19 de estos carcinógenos ya están en las listas de candidatos y seis en las listas de autorización de REACH (Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Sustancias Químicas) es una normativa de la Unión Europea que regula el uso de productos químicos para proteger la salud humana y el medio ambiente.

Incluso, 26 de estos carcinógenos pertenecen a categorías bajo escrutinio regulatorio en diversas agencias, como seis bisfenolessiete ortoftalatosdoce aminas aromáticas y un PFAS (Lambré et al., 2023; Departamento de Ecología del Estado de Washington, 2023; Parlamento Europeo y Consejo, 2004; FDA de EE. UU., 2024b).

Lo cierto es que no es la primera vez que se ponen bajo la lupa estos productos, en un estudio anterior, publicado en enero de este año, se advirtió, en modelos animales, que ciertos productos químicos inducen tumores mamarios o activan señales hormonales, como las de estrógeno y progesterona, con lo cual se podría aumentar el riesgo de desarrollar esta patología oncológica en humanos.

Para abordar esta problemática, los investigadores recopilaron datos sobre la actividad endocrina y la genotoxicidad de estos compuestos en ratones. Utilizando bases de datos como las Monografías de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) y el programa ToxCast de la EPA, seleccionaron sustancias químicas que estimulan la producción de estradiol y progesterona, clasificándolas según la fuerza de su actividad endocrina.

Investigaciones recientes muestran que algunas sustancias químicas de los envases de alimentos, como el bisfenol A, los ftalatos y los PFAS, actúan como disruptores endocrinos, lo que puede alterar el sistema hormonal y aumentar el riesgo de cáncer de mama
Investigaciones recientes muestran que algunas sustancias químicas de los envases de alimentos, como el bisfenol A, los ftalatos y los PFAS, actúan como disruptores endocrinos, lo que puede alterar el sistema hormonal y aumentar el riesgo de cáncer de mama

Los resultados del análisis revelaron que muchas de estas sustancias tienen un impacto significativo en las vías hormonales, lo que las convierte en potenciales factores de riesgo para el desarrollo de cáncer de mama, siendo que el estudio identificó 279 carcinógenos mamarios y otros 642 productos químicos que afectaban la señalización hormonal.

Además, se descubrió que los carcinógenos mamarios estaban fuertemente asociados con la esteroidogénesis (proceso de producción de hormonas sexuales como el estrógeno y la progesterona) y la genotoxicidad (capacidad de una sustancia para dañar el ADN y causar mutaciones), lo que sugiere que estas características pueden ayudar a predecir la capacidad de un químico para inducir tumores mamarios en roedores y, por ende, aumentar el riesgo de cáncer de mama en humanos.

Los autores del estudio advirtieron que muchos de estos compuestos no deberían considerarse de bajo riesgo sin una investigación exhaustiva sobre sus efectos en los tejidos mamarios. Asimismo, propusieron mejorar las evaluaciones de riesgo mediante pruebas más exhaustivas y un enfoque más detallado para identificar productos químicos peligrosos y reducir la exposición humana.

Vale destacar que, en un estudio de referencia publicado en 2007 en Environmental Factors in Breast Cancer, los investigadores de Silent Spring identificaron 216 sustancias químicas que causan tumores mamarios en animales. Este análisis, basado en datos de fuentes nacionales e internacionales, resultó en la creación de la Mammary Carcinogens Review Database, una suerte de nómina en línea que proporciona información detallada sobre cada uno de estos carcinógenos.

Los envases de alimentos, especialmente los de plástico, contienen casi 200 sustancias químicas con potencial cancerígeno, muchas de las cuales pueden migrar a los alimentos que consumimos a diario, incrementando el riesgo de desarrollar cáncer de mama según estudios recientes
(Shutterstock España)Los envases de alimentos, especialmente los de plástico, contienen casi 200 sustancias químicas con potencial cancerígeno, muchas de las cuales pueden migrar a los alimentos que consumimos a diario, incrementando el riesgo de desarrollar cáncer de mama según estudios recientes (Shutterstock España)

Entre las sustancias identificadas, 73 se encuentran en productos de consumo o como contaminantes en alimentos, 35 son contaminantes del aire y 25 están relacionadas con exposiciones laborales que afectan a más de 5.000 mujeres al año. Además, 29 de estos compuestos se producen en grandes cantidades en Estados Unidos, superando el millón de libras anuales. El estudio reveló, además, que la mayoría de las sustancias químicas a las que las personas están expuestas no han sido evaluadas en cuanto a su riesgo de causar cáncer, lo que subraya la necesidad de realizar más investigaciones.

La opinión de los expertos

El cáncer de mama es el tumor más frecuente a nivel mundial. Según la OMS, en 2020 se diagnosticaron 2,3 millones de casos y se registraron 685.000 muertes. Aunque suele asociarse con mujeres mayores de 50 años, el 10% de los casos afecta a menores de 44 años, lo que refleja un aumento en mujeres jóvenes. En Argentina, un estudio de la Sociedad Argentina de Mastología indicó que el 10% de las pacientes tiene menos de 40 años.

“En este grupo etario, la incidencia aumentó de 21 casos cada 100 mil habitantes en 2010 a 24,3 casos cada 100 mil habitantes en 2019″, había explicado a Infobae el doctor Alexis Ostinelli (MN 152625), oncólogo clínico de Instituto Alexander Fleming (IAF). Esta cifra representa un alza del 15% durante la última década de la que se tiene registro.

Los envases de papel y cartón utilizados para alimentos también representan un riesgo, ya que contienen al menos 89 carcinógenos sospechosos, lo que pone en duda la seguridad de estos materiales aparentemente inofensivos
EFE/Nathalia Aguilar
Los envases de papel y cartón utilizados para alimentos también representan un riesgo, ya que contienen al menos 89 carcinógenos sospechosos, lo que pone en duda la seguridad de estos materiales aparentemente inofensivos EFE/Nathalia Aguilar

“El artículo habla de dos cosas. Primero, de la carcinogenicidad, con lo cual, al ingerir ese carcinógeno, es posible que se produzca un efecto. Pero, a su vez, los seres humanos tenemos un montón de otros factores que pueden influir en el desarrollo de un cáncer de mama como, por ejemplo, el cigarrillo. Entonces, si la paciente fuma, además de la alimentación, es un factor más que influye en la posibilidad de tener cáncer”, explicó a Infobae el doctor Diego Kaen, presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica, al analizar el reciente estudio.

En ese sentido, aclaró que “a su vez, influye la genética, como así tambien, además del cigarrillo, la obesidad y la mala alimentación, por citar un ejemplo. Todo eso va generando lo que se llama un factor de riesgo y, a fin de cuentas, la alimentación es un factor de riesgo”. Además, el experto destacó que desde el estudio se propone “un cambio en la gestión del riesgo en relación a la alimentación”, al tiempo que se establece “un listado de probables o posibles cancerígenos. También dice qué alimentos los contienen y cuáles no, pero eso depende de las concentraciones que tenga cada alimento”.

Esta no es la primera vez que se cuestionan y analizan distintas sustancias que se utilizan para fabricar plásticos o resinas que contiene alimentos. En ese sentido, hace casi un año la Comisión Europea planeaba prohibir el bisfenol A, una sustancia química industrial, que se usa desde la década de 1950, en recipientes que almacenan alimentos y bebidas, como las botellas de agua, entre otros. Según los expertos, actúa como un disruptor endocrino y altera el organismo.

Entre los químicos más preocupantes presentes en los envases de alimentos se encuentran el benceno, los ftalatos y los PFAS, que han sido vinculados con diversas enfermedades, incluido el cáncer de mama y otras afecciones crónicas, según estudios científicos recientes
(iStock)Entre los químicos más preocupantes presentes en los envases de alimentos se encuentran el benceno, los ftalatos y los PFAS, que han sido vinculados con diversas enfermedades, incluido el cáncer de mama y otras afecciones crónicas, según estudios científicos recientes (iStock)

“No solo los envases de plástico de tipo policarbonato tienen bisfenol A. También hay concentraciones de la sustancia en los sellantes odontológicos. Se encuentra en las latas de conserva que están pintadas con pintura para evitar que se oxiden o en la tinta de las impresoras”, había resaltado a Infobae el doctor Enrique Luque, del Instituto de Salud y Ambiente del Litoral, que depende del Conicet.

Al tiempo que agregó: “Es tan amplia la gama de productos con la sustancia, que más del 90% de los seres humanos tienen concentraciones de bisfenol en la orina. Todos estamos contaminados con bisfenol A”. Lo cierto es que los expertos de la Agencia Europea establecieron una ingesta diaria temporal de 0,2 nanogramos (2 mil millonésimas de gramo) por kilogramo de peso corporal al día. Es decir, la ingesta diaria tolerable es aproximadamente 20.000 veces menor que antes.

De acuerdo con Ángel Nadal, catedrático de Fisiología en la Universidad Miguel Hernández de Elche, en España, en la actualidad es casi imposible evitar el consumo excesivo de bisfenol, pero recomendó limitar la ingesta de alimentos que están envasados con ese producto: “Es especialmente importante en embarazadas y niños de hasta tres años, que son más susceptibles al daño que pueden producir. Los disruptores endocrinos alteran la expresión de los genes y en esta fase se produce la mayor expresión génica”.

Ante esta situación, Kaen resaltó que “más allá de este artículo, es importante tener en cuenta que la alimentación influye el cáncer de mama en particular, pero también en el cáncer en general. Es importante cuidar la alimentación, buscar una dieta más saludable, rica en frutas y verduras, y evitar o disminuir el consumo de alimentos ultraprocesados”.

Los expertos advierten la importancia de realizar estudios clínicos, como son las mamografías, para detectar tumores antes de que brinden síntomasLos expertos advierten la importancia de realizar estudios clínicos, como son las mamografías, para detectar tumores antes de que brinden síntomas

“A su vez, es esencial no olvidar que el cáncer podría disminuirse o evitarse en un 40% si no fumás, tomás alcohol —porque el alcohol también produce cáncer—, si hacés ejercicio cuatro o cinco veces a la semana más de 45 minutos de ejercicio aeróbico, si te vacunás con todas las vacunas, por lo menos las del calendario, si evitás el sol y, a su vez, mantenés una alimentación sana —mayor cantidad de frutas y verduras, y menos comida procesada o ultraprocesada—, el riesgo de cáncer en general, y de cáncer de mama en particular, disminuye”, dijo el presidente de la AAOC.

Y agregó: “La obesidad y la alimentación tienen que ver, y son factores relacionados con las hormonas, porque la mayoría de los cánceres, el 80% te diría son hormonales. Claramente, no estamos comiendo bien y eso es evidente. Y cada vez consumimos más alimentos ultraprocesados, lo que aumenta la hipercolesterolemia y el número de infartos”

Por último, recalcó la importancia de “la detección temprana. En la actualidad, una de cada ocho mujeres va a tener cáncer de mama y la única maniobra que ha demostrado disminuir la mortalidad, es decir que salva más vidas, es el screening mediante la mamografía anual a partir de los 50 años”.

Mientras que la doctora Laura Lapuchesky, (MN 166275) oncóloga, jefe de Residentes de Oncología Clínica del IAF, completó: “Las técnicas de ultrasonido son un buen complemento para la evaluación del tejido celular más denso. Por su parte, la resonancia magnética nuclear (RMN) permite la evaluación más detallada, en especial en aquellas pacientes que presentan riesgo aumentado de cáncer de mama, ya sea por factores hereditarios o ambientales (por ejemplo, radioterapia previa)”.

Salud

Cómo influye la cocción del huevo en su valor nutricional

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Optar por técnicas suaves y evitar aceites facilita la digestión, promueve el adecuado uso de micronutrientes y contribuye a una alimentación enfocada en el bienestar general

La capacidad del huevo para adaptarse a distintas formas de preparación lo convirtió en uno de los pilares de la alimentación mundial. No obstante, el modo en que se cocina puede modificar de manera significativa el aporte de proteínasvitaminas y minerales. Desde la seguridad alimentaria hasta el impacto en la biodisponibilidad de nutrientes esenciales, el proceso de cocción va mucho más allá del simple cambio de textura y sabor.

Cuál es la forma más saludable de comer huevo

Expertos recomiendan consumir uno oExpertos recomiendan consumir uno o dos huevos al día dentro de una dieta equilibrada para adultos sanos (Imagen Ilustrativa Infobae)

No obstante, exponer el huevo a temperaturas excesivas puede reducir la presencia de antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, dos compuestos esenciales para la salud ocular y especialmente sensibles al calor. Por ello, los métodos como hervir los huevos o cocinarlos al vapor son los más recomendados por los especialistas.

Estas técnicas no solo preservan la mayoría de los nutrientes, sino que también disminuyen el riesgo de infecciones alimentarias, ya que eliminan la posible presencia de patógenos en el alimento. Además, evitan la incorporación de aceites o grasas adicionales, haciéndolos aptos para personas que buscan una dieta baja en grasas o controlar su consumo calórico.

El consumo regular de huevo se asocia con la mejora del perfil lipídico y el aumento del colesterol bueno (Imagen Ilustrativa Infobae)

Como recalca el estudio citado, la clara contiene el 60% de la proteína total del huevo, mientras que la yema aporta la mayoría de las vitaminas y minerales, así como la colina, fundamental para el desarrollo cerebral, especialmente en mujeres embarazadas y niños en crecimiento. Por estas razones, la elección de un método de cocción adecuado resulta determinante para aprovechar las virtudes nutricionales del huevo.

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Cómo afecta la forma de cocinar el huevo en su valor nutricional

El impacto del tipo de cocción va mucho más allá del simple contenido calórico. Freír los huevos, según un análisis en Science Direct, puede llevar a que absorban entre el 64% y el 88% del aceite o manteca utilizada, multiplicando fácilmente la cantidad de grasa presente en la ingesta final.

Aunque los ácidos grasos originales del huevo permanecen estables, la fritura expone el alimento a compuestos oxidativos y, si el aceite es reutilizado o calentado durante largos periodos, pueden generarse sustancias potencialmente nocivas para el organismo.

Freír el huevo incrementa laFreír el huevo incrementa la absorción de grasas y puede generar compuestos nocivos si se reutiliza el aceite (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por el contrario, hervir o cocinar al vapor contribuye a conservar los micronutrientes esenciales, como proteínas, colina, vitamina D y folato, fundamentales para diversas funciones fisiológicas, desde la regulación del metabolismo hasta el mantenimiento de los huesos. Además, estos métodos evitan que se añadan calorías indeseadas y ayudan a promover la saciedad, característica ampliamente valorada en regímenes de control de peso.

Para quienes deben disminuir la ingesta de colesterol, se recomienda optar por la clara, que contiene una menor concentración de esta sustancia, mientras aporta una parte importante de las proteínas totales del huevo. Conforme destacan entidades como Mayo Clinic, es clave evitar añadir ingredientes ricos en grasas como manteca, panceta o queso, para no aumentar el perfil calórico del plato. De esta manera, es posible disfrutar de todo el potencial nutricional del huevo con un mínimo de riesgo para la salud cardiovascular.

El huevo cocido ofrece unaEl huevo cocido ofrece una digestibilidad del 90,9%, frente al 51,3% del huevo crudo, según estudios científicos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cuántos huevos se pueden comer por día

Durante años el consumo de huevo estuvo inmerso en la polémica, principalmente por su presunta relación directa con el aumento del colesterol en sangre. Sin embargo, investigaciones recientes han desmentido este mito. Según la Comisión Internacional del Huevo (IEC) y estudios de la Universidad de Castilla, el huevo, sobre todo la yema, contiene colesterol dietético, pero su impacto en el colesterol sanguíneo resulta ser mucho menor de lo que tradicionalmente se pensaba.

Además, existe evidencia científica que asocia un consumo regular de huevos con la mejora del perfil lipídico, en particular con el aumento de la lipoproteína Apolipoproteína A1, conocida como “colesterol bueno”, lo que contribuye a la protección frente a enfermedades cardiovasculares.

La clara del huevo aportaLa clara del huevo aporta el 60% de la proteína total, mientras que la yema concentra vitaminas, minerales y colina (Imagen ilustrativa Infobae)

Para la mayoría de las personas sanas, la ingestión de un huevo diario se considera segura y beneficiosa, pues aporta alrededor de seis gramos de proteína de alta calidad, todos los aminoácidos esenciales y nutrientes clave para la salud muscular y metabólica.

Asimismo, expertos de la Universidad de Castilla sostienen que consumir uno o hasta dos huevos al día dentro de una dieta equilibrada no implica riesgos significativos en adultos sin contraindicaciones médicas específicas. Se recomienda adaptar la cantidad conforme a las particularidades individuales, como el estado de salud, la actividad física y el consumo total de grasas saturadas y calorías en la dieta diaria.

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Salud

Tos convulsa en Argentina: confirmaron la muerte de siete niños y remarcaron la importancia de la vacunación

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El último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud detalló las cifras y la situación a nivel nacional de los casos de coqueluche. Cuáles son las regiones más comprometidas

El incremento de casos de coqueluche, también conocida como tos convulsa, preocupa a las autoridades sanitarias: hay notificaciones en 20 jurisdicciones y una marcada concentración en las regiones Centro y Sur, especialmente en la Provincia de Buenos Aires y en relación con el brote de Tierra del Fuego, según datos del Ministerio de Salud.

Entre las semanas uno y 47 de 2025 -mediados de noviembre-, se reportaron 5.110 casos sospechosos, de los cuales 688 fueron confirmados, lo que representa una incidencia acumulada de 1,45 casos por cada 100.000 habitantes. Este aumento supera las cifras registradas en el mismo período desde 2020 y se sitúa por encima de los registros de 2023, año en el que la provincia de Salta notificó el mayor número de casos.

“Existen vacunas seguras y efectivas para prevenir la infección por Bordetella pertussis. Sin embargo, se registra a nivel mundial, regional y nacional un descenso progresivo de las coberturas que redunda en una acumulación de personas susceptibles a contraer la enfermedad”, repasaron en el documento.

Para el año 2025, el 69 por ciento de los casos sospechosos de coqueluche notificados en Argentina recibió confirmación de laboratorio (Imagen Ilustrativa Infobae)

“A partir de la semana 27 de 2025 -principios de julio- se registra un nuevo ascenso, inicialmente asociado al brote en Ushuaia (Tierra del Fuego) y al aumento de casos confirmados en la Región Centro, especialmente en la provincia de Buenos Aires. En las últimas semanas el crecimiento continúa en curso, con notificaciones provenientes de múltiples jurisdicciones del país, predominando en las regiones Centro y Sur (particularmente casos relacionados con el brote en Río Grande, Tierra del Fuego)“, escribieron en el Boletín.

La coqueluche, también conocida como tos convulsa o tos ferina, es una enfermedad respiratoria aguda prevenible mediante vacunación, que puede afectar a personas de todas las edades.

Sin embargo, los lactantes y niños pequeños presentan las tasas más elevadas de morbilidad y mortalidad. Los adolescentes y adultos jóvenes pueden cursar la enfermedad de manera leve o atípica, aunque también pueden presentar las manifestaciones clásicas, constituyéndose en una fuente relevante de transmisión hacia los más pequeños.

La importancia de la vacunación

La vacunación se mantiene como la principal herramienta de prevención y protección frente a la coqueluche. El Ministerio de Salud subraya la necesidad de mejorar las coberturas y reducir las desigualdades entre jurisdicciones. Provincias como Tierra del Fuego, La Pampa, Jujuy, Neuquén, Mendoza y San Juan exhiben altas tasas de vacunación, con buen inicio de esquemas y refuerzos sostenidos, lo que se traduce en una menor acumulación de personas susceptibles.

En contraste, Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Formosa, Santa Fe, Corrientes y Misiones presentan coberturas intermedias o bajas, especialmente en los refuerzos administrados a los cinco y once años, donde se observan los valores más críticos. En el caso de las embarazadas, la cobertura también varía considerablemente entre provincias, con algunas alcanzando niveles óptimos y otras manteniéndose en rangos subóptimos.

En Argentina, el esquema de vacunación contempla la administración de la vacuna con componente pertussis a los dos, cuatro, seis, quince a dieciocho meses y a los cinco años. Desde 2009, se incorporó la dosis a los once años para reducir los reservorios en adolescentes. En 2012, se recomendó la vacunación contra la tos convulsa para todas las personas gestantes a partir de la semana veinte de gestación, y en 2013 esta indicación se integró al Calendario Nacional de Vacunación.

El Boletín Epidemiológico Nacional subrayaEl Boletín Epidemiológico Nacional subraya que, aunque la introducción de la vacuna redujo la incidencia global de tos convulsa, la enfermedad persiste especialmente en no vacunados y en quienes no completaron el esquema (Imagen Ilustrativa Infobae)

El objetivo es lograr el pasaje transplacentario de anticuerpos y proteger al lactante durante los primeros meses de vida, disminuyendo así la morbi-mortalidad en este grupo. Las recomendaciones actuales establecen la aplicación de la vacuna dTpa (triple bacteriana acelular) después de la semana veinte de gestación, en cada embarazo, sin importar la edad, antecedentes de vacunación ni el tiempo transcurrido desde el embarazo anterior.

La introducción de las vacunas antipertussis ha permitido reducir la incidencia global de la enfermedad. En este contexto, la vigilancia epidemiológica resulta esencial para evaluar el impacto de la vacunación, monitorear tendencias nacionales, identificar poblaciones en riesgo y orientar estrategias de prevención y control. La coqueluche presenta un patrón cíclico, con picos epidémicos cada tres a cinco años, y su desarrollo clínico se divide en tres fases: catarral, paroxística y de convalecencia. Las formas clínicas pueden variar desde leves hasta graves, especialmente en lactantes menores de seis meses.

Según Mayo Clinic, la tos ferina es una infección de las vías respiratorias altamente contagiosa. En muchas personas, se manifiesta como una tos seca intensa seguida de un sonido agudo al inhalar, similar a un chillido. Antes de la introducción de la vacuna, la tos ferina era considerada una enfermedad propia de la infancia, pero actualmente afecta principalmente a niños que no han completado el esquema de vacunación y a adolescentes y adultos que han perdido la inmunidad.

La consulta médica oportuna esLa consulta médica oportuna es fundamental para abordar el cuadro (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las muertes asociadas a la tos ferina son poco frecuentes, aunque ocurren con mayor frecuencia en bebés. Por este motivo Mayo Clinic enfatiza la importancia de que las mujeres embarazadas y quienes estarán en contacto directo con el bebé reciban la vacuna contra la tos ferina. Una vez que se produce el contagio, los signos y síntomas suelen aparecer entre siete y diez días después, aunque en ocasiones pueden demorar más. Inicialmente, los síntomas son leves y se asemejan a los de un resfriado común: moqueo, congestión nasal, ojos enrojecidos y llorosos, fiebre y tos.

Después de una o dos semanas, los síntomas se agravan debido a la acumulación de mucosidad espesa en las vías respiratorias, lo que provoca una tos incontrolable. Los ataques graves y prolongados de tos pueden inducir vómitos, enrojecimiento o coloración azulada del rostro, fatiga extrema y, en ocasiones, terminan con un sonido silbante y chillón al inhalar aire. No obstante, muchas personas no presentan este sonido característico, y en adolescentes o adultos, una tos seca persistente puede ser el único indicio de la enfermedad. En los bebés, la tos puede estar ausente, pero pueden experimentar dificultades respiratorias o incluso pausas temporales en la respiración.

Mayo Clinic recomienda consultar al médico si una persona o su hijo presentan ataques de tos prolongados que provoquen vómitos, cambios de coloración en la piel, dificultad para respirar, pausas notables en la respiración o inhalaciones acompañadas de un sonido chillón.

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