Los niveles de felicidad en 2024 se encuentran entre los más bajos de los últimos años. Al menos uno de cada tres argentinos se siente tan agotado que no quiere realizar actividades después del trabajo.
Un informe encendió las alarmas sobre los niveles de burnout (agotamiento/fatiga laboral) de los argentinos, que se encuentran en los valores más altos de los últimos años, en medio de la crisis económica. De hecho, al menos uno de cada tres se encuentra tan cansado que no puede realizar otras actividades después del trabajo. Además, el 24% de la población señala que no puede relajarse después del trabajo y que le cuesta cada vez más iniciar una nueva jornada laboral.
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Por Agustina Arredondo
El Observatorio de Tendencias de Insight 21 (Universidad Siglo 21) se propuso relevar los estados de ánimo de las personas desde 2018 hasta 2024 y descubrió que los argentinos son cada vez menos felices. Solo el 50.7% de los argentinos se siente satisfecho con su vida y el 36.6% está conforme con su situación actual.
Los resultados también indican que el grupo de edad de 50 a 59 años presenta niveles de burnout superiores. Por otro lado, el nivel educativo ha sido considerado tradicionalmente como un factor protector contra el estrés elevado; sin embargo, en el último año, las personas con estudios de posgrado han experimentado un preocupante aumento en la percepción de estrés.
El estudio, utilizando la “Escala de satisfacción con la vida” (Satisfaction With Life Scale), muestra una tendencia decreciente en la felicidad de los argentinos desde 2018, con una leve mejora en 2023, seguida por una caída en 2024. Los jóvenes de entre 18 y 29 años son el único grupo etario que muestra un aumento en los niveles de felicidad, mientras que las personas de entre 50 y 59 años presentan la mayor disminución.
Desde una perspectiva económica, los costes del burnout y el bajo bienestar representan un desafío significativo para las políticas públicas. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha señalado que la promoción del bienestar puede reducir los costes de atención sanitaria y aumentar la productividad económica. Además, según datos del Foro Económico Mundial (WEF), las intervenciones en bienestar y salud mental pueden generar un retorno de inversión de 4 dólares por cada dólar gastado, debido a la reducción en el absentismo y el aumento en la productividad.
Estos informes de Insight 21, que serán actualizados a finales del 2024, son herramientas de conocimiento para la toma de decisiones a nivel de políticas públicas y corporativas. Además, son un termómetro que refleja cómo afectan las diferentes coyunturas políticas, económicas y sociales a la sociedad
Esta tecnología analiza patrones complejos en imágenes y asiste a los profesionales para abordar la enfermedad. La explicación de los especialistas.
Este 11 de junio es el Día Mundial del Cáncer de Próstata. Esta enfermedad se caracteriza por una proliferación de células que comienza en una pequeña glándula que ayuda a producir el semen.
La próstata se encuentra justo debajo de la vejiga y es parte del sistema reproductor masculino, de acuerdo a los expertos de Mayo Clinic.
Según estos especialistas, inicialmente, la patología puede no mostrar síntomas. En la mayoría de los casos, se detecta en etapas tempranas.
El proceso de diagnóstico generalmente comienza con un examen y un análisis de sangre. Si los resultados sugieren alguna anomalía, se pueden realizar estudios de imágenes. Además, podría ser necesaria la extracción de una muestra de células de la próstata para su análisis y confirmar la presencia de cáncer.
En ese sentido, especialistas han destacado el uso de inteligencia artificial (IA) como complemento para la detección.
(Imagen Ilustrativa Infobae)
“El cáncer de próstata es la preocupación más grande de los hombres por su frecuencia y, frente a este escenario, la detección precoz es la herramienta que tenemos para abordarla con un tratamiento con fines curativos”, explicó el oncólogo clínico Juan Sade, jefe de la Unidad Genitourinaria del Instituto Alexander Fleming (IAF).
Diagnóstico más preciso y reducción de intervenciones
Actualmente, las resonancias magnéticas multiparamétricas son el estándar para detectar lesiones sospechosas en pacientes con niveles elevados de PSA. En este contexto, la IA asiste al profesional al analizar patrones complejos en las imágenes, lo que permite determinar con mayor claridad si una lesión es clínicamente significativa.
“Nos hace mucho más precisos y al paciente le ahorra no solo tiempo, sino también someterse a estudios invasivos e innecesarios”, señaló el doctor Lisandro Paganini, subjefe del Servicio de Diagnóstico por Imágenes del IAF.
Las resonancias magnéticas multiparamétricas combinadas con IA permiten identificar lesiones significativas y evitar biopsias innecesarias en pacientes con PSA elevado
De acuerdo a los expertos, hay tratamientos realizados para cáncer de próstata que resultan innecesarios: muchos corresponden a falsos positivos o a pacientes con tumores de bajo riesgo.
En ese sentido, “al evitar biopsias innecesarias, el paciente puede omitir procedimientos intervencionistas con potenciales complicaciones”, afirmó el doctor Fernando Daniel Losada López, especialista en Diagnóstico por Imágenes del IAF.
Cabe recordar que, cuando se presentan signos de la enfermedad, estos pueden incluir: presencia de sangre en la orina y semen, aumento en la frecuencia para orinar, dificultad al comenzar la micción y más despertares nocturnos para ir al baño.
Un software certificado y resultados prometedores
El IAF incorporó un software que utiliza IA para detectar el cáncer de próstata en sus fases iniciales. Esta herramienta cuenta con certificación de la FDA de Estados Unidos, CE de la Unión Europea y UKCA del Reino Unido.
La próstata es una glándula masculina de 20 gramos ubicada debajo de la vejiga. (Foto: Infobae Perú / Clínica San Pablo)
“Se estima que el uso de la resonancia multiparamétrica con el score de PI-RADS permite evitar más del 25% de biopsias innecesarias, acorde a lo reportado en publicaciones como el PROMIS y PRECISION. También hay estudios que informan hasta un 90% menos de detección de enfermedad de bajo riesgo omitiendo tratamientos innecesarios. El uso de IA favorece dichos resultados”, agregó Losada López, quien también coordina el área de Imágenes de Cuerpo y forma parte del Comité de Tumores Genitourinarios del IAF.
Pese a los beneficios, los especialistas advierten que la IA no sustituye la labor médica, sino que la complementa.
“Es una herramienta valiosa, pero sus resultados deben ser supervisados y validados por el médico, ya que puede omitir lesiones o detectar falsos positivos. Además, la IA no estadifica los tumores ni brinda información adicional sobre otros potenciales hallazgos en la resonancia”, advirtió Losada López.
Por su parte, Sade remarcó que el abordaje de estos tumores requiere la intervención de múltiples disciplinas. “Tratar hoy en día estos tumores requiere de muchas especialidades: imagenólogos, gerontólogos clínicos, cardiólogos y por supuesto, oncólogos, urólogos y radioterapeutas. De a poco la inteligencia artificial empieza a asistirlos en la toma de decisiones, pero lejos estamos de reemplazar semejante equipo con años de dedicación y experiencia”.
Apoyo a la labor médica y equipos interdisciplinarios
Hasta un 30% de los tratamientos para cáncer de próstata resultan innecesarios; la vigilancia activa se consolida como estrategia clave
Desde el punto de vista profesional, la IA permite reducir la carga de tareas repetitivas y mejorar la eficiencia del diagnóstico por imágenes, siempre de acuerdo a los especialistas.
“Hay herramientas que son muy valiosas y que hacen a la eficiencia, a la reducción de tiempo, y de dosis de contraste, entre otros aspectos positivos”, sostuvo Daniel Mysler, jefe del Servicio de Diagnóstico por Imágenes del IAF.
En pacientes con tumores de bajo riesgo, la tecnología también ayuda a tomar decisiones clínicas más precisas, en combinación con paneles genéticos y criterios actualizados.
“Los pacientes con cáncer de próstata de bajo riesgo son un ejemplo de cómo se fueron disminuyendo estudios y tratamientos, y los procesos de IA pueden mejorar aún más”, señaló el doctor Alberto Villaronga, jefe del Servicio de Cirugía Urológica del IAF.
Según una publicación del Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, la aplicación de vigilancia activa en pacientes de bajo grado creció de un 26,5% en 2014 a un 59,6% en 2021.
Detección temprana y posibilidades de curación
Cuando el cáncer de próstata se diagnostica de forma temprana, mientras el tumor está localizado, las tasas de curación alcanzan niveles muy altos.
La inteligencia artificial optimiza el uso del puntaje PI-RADS, evitando más del 25% de biopsias innecesarias según estudios recientes como PROMIS y PRECISION (Foto: Andina)
“Los tratamientos son curativos, siempre y cuando el tumor esté localizado. Hay que tener en cuenta también que el cáncer de próstata tiene una chance de curación directamente proporcional a su grupo de riesgo”, indicó Sade.
El screening inicial comienza generalmente a partir de los 50 años, aunque puede adelantarse en pacientes de riesgo. Si el nivel de PSA resulta elevado, se realiza una resonancia multiparamétrica, y solo se indica biopsia dirigida cuando se detectan lesiones relevantes.
“Antes se biopsiaban a todos los pacientes con PSA elevado. Hoy podemos seleccionar a quiénes biopsiar y de dónde tomar la muestra”, afirmó Losada López.
Además, la IA podría mejorar la localización de zonas específicas para la biopsia, y ayudaría a distinguir entre focos tumorales de diferente agresividad en una misma próstata.
La detección temprana del cáncer de próstata eleva las tasas de curación a más del 99% cuando el tumor está localizado
“En la próstata puede haber cáncer en distintos focos y estos distintos focos pueden ser distintos entre sí, con más o menos agresividad. Y uno siempre quiere diagnosticar el más agresivo porque es el que va a determinar el pronóstico del paciente y el tratamiento que uno tiene que darle. La inteligencia artificial puede ayudar a detectar ese foco, especialmente en próstatas grandes, con mucha hiperplasia en pacientes añosos, en los que es más difícil detectarlo”, dijo Sade.
Más allá del calor, este síntoma trae consecuencias físicas y emocionales que muchas veces son malinterpretadas, detalla el número especial de “Controle sus hormonas”, una completa guía que aborda sus efectos
Primero, una oleada de calor se instala en el rostro. Luego desciende por el cuello y el pecho, como un incendio interno imposible de controlar. La ropa molesta, la piel se humedece de sudor y el corazón se acelera sin razón aparente. Puede seguirle una sensación de agobio, incomodidad o incluso vergüenza. No es fiebre. No es una enfermedad. Es una reacción común que muchas mujeres comienzan a experimentar a partir de cierta edad, y es completamente normal: y se lo conoce como un sofoco.
Según explica el número especial de Controle sus hormonas, una guía que aborda los efectos de la menopausia, los sofocos —también conocidos como síntomas vasomotores— son una de las señales más características de la transición menopáusica.
Se manifiestan con una sensación repentina de calor intenso, acompañada muchas veces de sudoración, enrojecimiento facial y aceleración del ritmo cardíaco. Aunque su duración varía, estos episodios pueden extenderse desde segundos hasta varios minutos, y repetirse varias veces al día o en la noche, interfiriendo con el descanso y las actividades diarias.
Son, en realidad, una respuesta fisiológica a los cambios internos del cuerpo que, lejos de ser psicológicos o imaginarios, tienen raíces concretas en el sistema endocrino y nervioso.
La disminución de estrógeno y otras hormonas desencadena los sofocos durante la perimenopausia y la menopausia – (Portada Manage Your Hormones)
El rol de las hormonas en los sofocos
Los sofocos están profundamente ligados a los cambios hormonales que ocurren durante la perimenopausia y la menopausia. El principal desencadenante es la disminución del estrógeno, una hormona que regula, entre otras funciones, la temperatura corporal a través del hipotálamo.
Con menos estrógeno disponible, el cerebro interpreta erróneamente señales térmicas normales como si fueran sobrecalentamiento, activando mecanismos de enfriamiento como la dilatación de los vasos sanguíneos y la sudoración.
Pero no solo el estrógeno está implicado. La caída de la progesterona también contribuye al desequilibrio térmico, afectando el sistema nervioso autónomo. A esto se suma la disminución de testosterona y otros esteroides sexuales que modulan la percepción del calor, el estado de ánimo y la tolerancia al estrés.
Las hormonas tiroideas también juegan un papel indirecto: tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo pueden generar síntomas similares a los sofocos, como sensibilidad al calor o sudoración. Finalmente, la hormona cortisol, relacionada con el estrés, puede amplificar estos episodios, especialmente en mujeres que enfrentan altos niveles de presión emocional o alteraciones del sueño.
El hipotálamo y el sistema nervioso central juegan un papel clave en la aparición de los sofocos menopáusicos – (Imagen Ilustrativa Infobae)
Etapas hormonales: cuándo y por qué aparecen los sofocos
Los sofocos no aparecen de forma repentina. Su aparición está asociada con un proceso progresivo de cambios hormonales que se desarrollan a lo largo de tres etapas clave: premenopausia, perimenopausia y menopausia.
Premenopausia: aunque aún hay menstruación regular, ya se pueden detectar fluctuaciones hormonales leves. Algunas mujeres comienzan a experimentar sensibilidad al calor, sudoraciones nocturnas o alteraciones leves del estado de ánimo, señales tempranas del cambio que se avecina.
Perimenopausia: esta es la fase más activa en términos de síntomas. La producción de estrógeno y progesterona se vuelve errática. Esto genera irregularidades menstruales y una termorregulación inestable. Es aquí cuando los sofocos suelen intensificarse en frecuencia e intensidad.
Menopausia: una vez que han pasado 12 meses sin menstruación, se considera que una mujer ha llegado a la menopausia. Aunque los niveles hormonales ya son bajos y estables, los sofocos pueden persistir durante varios años, afectando el descanso, el humor y la calidad de vida si no se tratan adecuadamente.
Estas etapas no son idénticas para todas las mujeres. Algunas pueden atravesarlas sin síntomas significativos, mientras que otras experimentan sofocos debilitantes y persistentes. La genética, el estilo de vida, el nivel de estrés y las condiciones médicas preexistentes influyen en cómo se manifiestan estos cambios.
Los sofocos pueden acompañarse de sudoración, palpitaciones, ansiedad, insomnio y cambios de humor – (Imagen Ilustrativa Infobae)
Más que calor: los síntomas que acompañan los sofocos
Los sofocos no son solo una sensación térmica incómoda. Vienen acompañados de un conjunto de síntomas físicos y emocionales que pueden impactar severamente la calidad de vida. Entre los más frecuentes se encuentran:
Sudoración intensa, especialmente en el rostro, cuello y pecho, que en casos nocturnos puede obligar a cambiar la ropa o las sábanas.
Palpitaciones o sensación de taquicardia, que aumentan la ansiedad en el momento del episodio.
Ansiedad o sensación de angustia repentina, a veces sin razón aparente.
Escalofríos posteriores, ya que el cuerpo intenta recuperar su equilibrio térmico.
Insomnio, uno de los efectos más persistentes, causado por los sofocos nocturnos o la hiperactivación del sistema nervioso.
Además, muchas mujeres reportan cambios de humor,irritabilidad, dificultad para concentrarse y fatiga crónica. Estos síntomas no siempre son entendidos por el entorno o incluso por profesionales de la salud, lo que puede llevar a subestimarlos o diagnosticarlos erróneamente como trastornos psicológicos aislados.
Afectan la vida laboral, social y emocional. Quienes los experimentan pueden evitar ciertas actividades por miedo a tener un episodio en público, lo que incrementa el aislamiento o la autopercepción negativa.
El tratamiento de los sofocos debe ser integral y adaptado a cada mujer. – Crédito Canva
El cerebro detrás del calor: el papel del hipotálamo y el sistema nervioso
Aunque los sofocos se manifiestan en la piel, el origen del problema está en el cerebro. El responsable principal es el hipotálamo, una estructura que regula funciones básicas como la temperatura corporal, el hambre, el sueño y las emociones. En condiciones normales, el hipotálamo mantiene la temperatura interna estable en un rango estrecho. Pero cuando los niveles de estrógeno bajan, este “termostato” biológico se vuelve más sensible a los cambios.
Pequeñas variaciones en la temperatura interna o factores externos —como una bebida caliente, una situación de estrés o el consumo de alcohol— pueden interpretarse como un sobrecalentamiento. En respuesta, el cerebro activa el sistema nervioso simpático: los vasos sanguíneos se dilatan, la piel se enrojece, el corazón se acelera y aparece el sudor. Es decir, el cuerpo trata de enfriarse rápidamente, como si se enfrentara a una amenaza térmica urgente.
Además, el sistema nervioso central responde a la caída hormonal alterando la regulación del cortisol, hormona del estrés, lo que agrava la intensidad de los sofocos. Por eso muchas mujeres los sienten más intensamente en momentos de tensión emocional o cuando están fatigadas.
Este enfoque neuroendocrino es clave: entender que los sofocos no son solo un problema “de hormonas” sino una alteración de la comunicación entre el sistema hormonal y el sistema nervioso permite abordajes más efectivos y personalizados.
La terapia hormonal sustitutiva es el método más eficaz para reducir la frecuencia e intensidad de los sofocos – (Imagen Ilustrativa Infobae)
Cómo aliviar los sofocos: tratamientos, hábitos y soluciones reales
El tratamiento de los sofocos debe ser integral y adaptado a cada mujer. No existe una solución única, pero sí un abanico de posibilidades eficaces que van desde la terapia hormonal hasta ajustes cotidianos.
1. Terapia hormonal sustitutiva (THS): es el tratamiento más efectivo. Consiste en administrar estrógeno (solo o combinado con progesterona, si la mujer conserva el útero) en dosis personalizadas. Reduce la frecuencia e intensidad de los sofocos en pocas semanas. Sin embargo, no es recomendable en mujeres con antecedentes de cáncer hormonodependiente, trombosis o problemas hepáticos.
2. Medicamentos no hormonales: algunas mujeres no pueden —o no desean— recibir hormonas. En estos casos se utilizan:
ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), como la paroxetina o fluoxetina.
Gabapentina, un anticonvulsivo que ayuda a estabilizar los episodios nocturnos.
Clonidina, un antihipertensivo que reduce los sofocos en ciertos casos.
Ropa ligera y en capas para manejar los cambios térmicos.
Ventilación adecuada y reducción del estrés térmico durante el sueño.
Actividad física moderada, que mejora la termorregulación y el ánimo.
Técnicas de respiración y mindfulness, útiles para calmar la activación simpática.
4. Terapias complementarias
Fitoterapia con isoflavonas de soja, trébol rojo o cimicífuga: su eficacia es variable, pero algunas mujeres encuentran alivio.
Acupuntura, yoga o meditación: ayudan a reducir el estrés, mejorar el sueño y estabilizar el sistema nervioso.
5. Seguimiento profesional: es fundamental que cualquier tratamiento se realice bajo supervisión médica. La autoexploración y el registro de síntomas ayudan a identificar patrones y adaptar mejor las estrategias.
El reconocido experto propone, en diálogo con Biohack Yourself Magazine, abandonar el término “mental” y adoptar un enfoque integral basado en tres pilares fundamentales respaldados por décadas de investigación clínica
Según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la cantidad de personas que viven con enfermedad de Alzheimer se duplica cada cinco años después de los 65, y se proyecta que alcanzará los 14 millones para 2060. Además, aproximadamente el 26% de los adultos estadounidenses —es decir, casi uno de cada cuatro— experimenta anualmente algún trastorno mental diagnosticable.
Ante esta realidad, el reconocido psiquiatra Daniel Amen propone un cambio de paradigma: sustituir el término “salud mental” por “salud cerebral”, con el fin de eliminar el estigma asociado y fomentar el autocuidado de este órgano esencial.
Una nueva narrativa sobre el bienestar mental
Daniel Amen, autor de doce bestsellers del New York Times y fundador de las Amen Clinics, es el protagonista de la portada de Biohack Yourself Magazine y figura central en la docuserie “Biohack Yourself: Lifespanning Our Vitality”. En esta producción de Lolli Brands Entertainment, encabezada por TereZa Hakobyan-Lolli y Anthony Lolli, expertos en longevidad y bienestar comparten sus métodos con una audiencia amplia.
Daniel Amen en la portada de Biohack Yourself Magazine
Amen abrió las puertas de su hogar a los realizadores para mostrar de primera mano sus métodos, centrados en redefinir la salud mental desde una perspectiva cerebral. En el documental, el psiquiatra explica: “En lugar de etiquetar a alguien como ‘mental’ y avergonzarlo, deberíamos referirnos a ellos como que tienen problemas de salud cerebral, elevándolos en lugar de denigrarlos”. Para él, la clave está en priorizar el cuidado del cerebro: una mente sana sigue naturalmente a un cerebro sano.
Compromiso personal y trayectoria profesional
El interés de Amen por la salud cerebral comenzó en su etapa como estudiante de medicina, pero se intensificó al comparar una imagen de su propio cerebro con la de su madre. Ese momento, que él denomina “envidia cerebral”, desencadenó un compromiso de por vida con la optimización cerebral.
Con más de 35 años de experiencia, Amen, psiquiatra con doble certificación de junta, trabajó con una amplia gama de personas, incluidas celebridades como Justin Bieber, quienes mostraron mejoras notables con sus métodos clínicos.
Las Amen Clinics utilizan imágenes Brain SPECT para diagnosticar problemas cerebrales con mayor precisión y eficacia que los métodos tradicionales (Imagen Ilustrativa Infobae)
Los tres pilares de la salud cerebral
El experto detalló tres principios fundamentales para el cuidado del cerebro, basados en su extensa experiencia clínica:
Cuidar activamente el cerebro: a diferencia de otros órganos, el cerebro no se ve y, por tanto, suele ser ignorado. El especialista sostiene que su mantenimiento debe ser tan prioritario como el del corazón o los pulmones, incluyendo chequeos regulares y hábitos saludables.
Evitar daños cerebrales: hábitos como una dieta rica en azúcar, falta de sueño, exposición excesiva a pantallas y escasa actividad al aire libre son perjudiciales. Recomienda una dieta rica en nutrientes y un estilo de vida que minimice los factores de riesgo.
Potenciar el cerebro con actividades cotidianas: el buen descanso permite al cerebro eliminar toxinas. Además, el ejercicio físico regular y prácticas como la atención plena pueden reducir la ansiedad y la depresión.
Tecnología al servicio del diagnóstico psiquiátrico
Las Amen Clinics transformaron el diagnóstico en psiquiatría mediante el uso de Brain SPECT imaging, una técnica que permite visualizar el flujo sanguíneo y la actividad cerebral con mayor precisión que los métodos tradicionales. Este enfoque proporciona una evaluación integral que contempla aspectos biológicos, psicológicos, sociales y espirituales.
La atención personalizada y el énfasis en soluciones menos tóxicas y más eficaces son características centrales de este modelo. Nuevamente, se destaca el caso de Justin Bieber, como ejemplo de los beneficios obtenidos con esta metodología.
Alzheimer: ¿una enfermedad reversible?
Según el CDC, el Alzheimer afecta a más personas cada cinco años y podría alcanzar los 14 millones de casos en Estados Unidos en 2060 (Imagen Ilustrativa Infobae)
Uno de los interrogantes más relevantes en el campo de la salud cerebral es la posibilidad de revertir el Alzheimer. Aunque no existe una cura definitiva, Amen sostiene que una intervención temprana y un enfoque integral pueden ralentizar su progresión e incluso mejorar la función cognitiva en algunos casos.
“Te proporcionamos las herramientas que necesitas para tener un mejor cerebro y una mejor vida, ahora y en el futuro”, afirma el especialista. Esta visión proactiva contrasta con enfoques tradicionales enfocados en el manejo de síntomas.
El legado de un enfoque integral
A través de su participación en “Biohack Yourself”, Amen refuerza su llamado a transformar la forma en que concebimos la salud mental. Propone dejar atrás el estigma para avanzar hacia una cultura de empoderamiento y prevención, donde el cerebro ocupa el lugar central en el bienestar integral. Su propuesta actúa como un puente entre ciencia avanzada y aplicación práctica, con el objetivo de hacer accesible el cuidado cerebral para todas las personas.