A Carlos Menem le aprobaron la reforma del Estado en tan sólo 40 días.
Alberto Fernández tuvo la autorización del Congreso para crear el impuesto PAIS a días de haber asumido.
Néstor Kirchner emitió 270 decretos y en su mayoría no pasaron por la bicameral del Congreso.
De Carlos Menem a Mauricio Macri, de Raúl Alfonsín a los Kirchner, todos recibieron un guiño del Congreso para arrancar su gestión de Gobierno. Incluso, Fernando de la Rúa, el presidente con mayor debilidad política que tuvo la Argentina desde el retorno de la democracia, consiguió el aval del parlamento para avanzar con medidas centrales en los primeros 100 días de su mandato. Algo que no parece repetirse con Javier Milei, quien no consigue la sanción de la Ley Bases trabada en el Senado.
A esta altura es claro que el proyecto “fundacional” del gobierno libertario era más que ambicioso cuando llegó en diciembre del año pasado con más de 600 artículos modificando cientos de leyes y promoviendo una fuerte reestructuración del Estado. Pero ni su reducción a menos de la mitad de artículos fue suficiente y aún sigue siendo reservado el pronóstico de aprobación de la norma.
Por costumbre o tradición, el Congreso supo dar beneficios a cada gobierno entrante. Raúl Alfonsín obtuvo su primera ley 6 días después de llegar a la Casa Rosada, en diciembre de 1983, con la derogación de la Ley de Amnistía, que permitió llevar a cabo el Juicio a las Juntas en el que fueron condenados Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera, Roberto Eduardo Viola, Armando Lambruschini y Orlando Ramón Agosti.
Menem lo hizo
Ya en la presidencia de Carlos Menem, después de la crisis inflacionaria que terminó con el gobierno de Alfonsín, se dan situaciones impensadas en el escenario actual del Congreso. Tan sólo 40 días después de su asunción en julio de 1989, Menem conseguía la aprobación de lo que sería su primera gran ley. La Reforma del Estado (formalmente Ley N.º 23 696) que lo habilitó a avanzar con un amplío proceso privatización de las empresas estatales y a la fusión y disolución de diversos entes públicos. Casi un déjà vu de la era Milei.
A Carlos Menem le aprobaron la reforma del Estado en tan sólo 40 días. Foto Cecilia Profetico
A diferencia del libertario, Menem contaba con el apoyo del Partido Justicialista y de sus aliados, entre ellos la UCeDe de Alvaro Alsogaray, quien por aquellos años pregonaba que “achicar el Estado es agrandar la Nación”. En septiembre de 1989 consiguió la aprobación de la emergencia económica, que se tradujo en suspensiones de subsidios y subvenciones, la interrupción de los regímenes de promoción industrial y de minería como el compre nacional. Para completar se prohibió la incorporación de nuevos empleados a la administración pública. En aquellos días, como ahora, también se discutía sobre la actualización de las jubilaciones, que en ese momento estaban en los 12 dólares.
De la Rúa y el ajuste de Machinea para bajar el déficit
Fernando De la Rúa necesitó 5 días. En diciembre de 1999, el Senado avanzó con la ley que ratificaba los objetivos de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, un organismo que hoy Milei tiene en la mira dentro de su plan de disolución. Pero las medidas que pretendían ser los cimientos del gobierno de la Alianza llegaron antes de fines de ese año con la aprobación de una reforma tributaria de José Luis Machinea.
Aquí también se dan al menos dos hechos curiosos, De la Rúa venció la resistencia del peronismo a la reforma pero también consiguió que se rechacen las modificaciones del Senado, que obviamente era controlado por el PJ.
En un paralelismo con el momento actual, Machinea también perseguía por esos días una disminución del déficit fiscal y la nueva normativa se traduciría en un golpazo para la clase media -tal como en la era Milei- ya que contemplaba importantes modificaciones al impuesto a las Ganancias, quitas a las jubilaciones, la generalización del IVA y un amplio aumento en los impuestos internos. Para coronar se eliminaba el impuesto docente, un fondo destinado al sueldo de los maestros.
Tras la crisis de 2001 y la caída de De la Rúa, Eduardo Duhalde tomó el poder el 2 de enero de 2002 a partir de un acuerdo político con Alfonsín. Después de ver pasar 5 presidentes en 10 días, ninguno de los bloques legislativos estaba en condiciones de poner trabas a la gestión interina. Y en menos de una semana, el ex gobernador consiguió la sanción de la Ley de Emergencia Pública y de Reforma del Régimen Cambiario. Así se terminaba la convertibilidad con la primera devaluación en 10 años y se avanzaba en una modificación de la política cambiaria que liberará al peso del dólar.
Cristina Kirchner y la mayoría en el Congreso. Foto: Juano Tesone.
La era Kirchner con récord de decretos y mayorías en el Congreso
El 25 de mayo de 2003 desembarcó Néstor Kirchner, con un país hundido en una crisis socioeconómica brutal que aún hoy arrastra sus consecuencias. A diferencia de sus antecesores, el patagónico creyó más en los decretos que en las leyes y se convirtió en el presidente que más DNU firmó por año. Fueron 270 en 4 años, en su mayoría sin pasar por la ahora rigurosa Comisión Bicameral. Si bien el Congreso aprobó 56 proyectos del Ejecutivo en el primer año, Kirchner prefirió prolongar por decreto las emergencias alimentaria, sanitaria y ocupacional, que prohibía los despidos y establecía una doble indemnización.
Cristina Kirchner, en tanto, apuró cuestiones impositivas a días de haber asumido en 2007 y a principios de 2008, en el período de sesiones extraordinarias, aprobó el reordenamiento de la actividad ferroviaria. La entonces presidenta no tenía problemas de números en el Congreso ya que contaba con más de 130 diputados y en el Senado, el bloque comandado por Miguel Angel Pichetto superaba los 40 escaños.
Mauricio Macri y la misión de gobernar sin mayoría en el Congreso.Foto Emmanuel Fernández
En sintonía con sus antecesores, Mauricio Macri, quien llegó al poder en 2015 por la alianza del PRO, los radicales y el fuerte apoyo de Elisa Carrió, también optó por los decretazos. Por esa vía modificó aspectos tributarios, suspendió la aplicación del Código Procesal Penal y dejó en manos de la Corte las escuchas judiciales. El decreto más polémico fue el de designación de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, como miembros de la Corte Suprema, que finalmente no prosperó y tuvo que cumplir con la legislación vigente.
Pero la gran muestra de poder de Macri llegó dentro de los 100 días, cuando en marzo de 2016 consiguió que el Congreso le apruebe el pacto con los fondos buitre, un paso inevitable para acceder a crédito internacional. Lo logró no sólo con los votos de Juntos por el Cambio sino también de peronistas disidentes y gracias a la fractura del kirchnerismo.
Alberto Fernández y su vice Cristina Kirchner en el Congreso. Foto: Juano Tesone.
El peronismo volvió al poder de la mano de Alberto Fernández, bendecido por la elección de Cristina, y a 10 días de haber jurado en 2019 recibió una amplia cesión de poderes por parte del Congreso gracias a la aprobación de la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva en el Marco de la Emergencia Pública. Un proyecto de 84 artículos que le dio facultades al Gobierno para crear el impuesto PAIS, actualizó Bienes Personales y las retenciones a las exportaciones agropecuarias.
La demora en la aprobación de la Ley Bases genera tensiones en el Congreso, Juliana Santillán, diputada de La Libertad Avanza, destacó que el equipo económico de Javier Milei “logró el equilibrio fiscal y financiero en los primeros 70 días” y alertó que “el Senado detiene los tiempos y los procesos para que la Argentina se recupere más rápido”.
Pero, Paula Oliveto, diputada de la Coalición Cívica, advirtió que hubo “una estrategia equivocada del Gobierno” al mandar un proyecto de ley ómnibus, que “era imposible de votarla a libro cerrado”. Ahora, el misterio es cómo continuará la historia en el Congreso.
En La Plata mantienen las dudas sobre el accionar de la agrupación ultra K en los acuerdos subterráneos. Entre los intendentes creen que lograrán acercar posturas
Idas y vueltas. Una vez más. Van y vienen los pedidos de apoyo para que el Gobierno bonaerense tenga la habilitación para endeudarse y respire hondo en el medio de una gestión asfixiada por la falta de fondos de la Casa Rosada. Detrás de esas negociaciones cruzadas, permanentes e inestables, está presente la interna del peronismo. La relación tormentosa y furiosa que tienen el kicillofismo y el cristinismo.
Ayer por la tarde, Kicillof hizo un pedido concreto y directo. Tomó la precaución de dejar expuesta la necesidad que tiene su gobierno de obtener el endeudamiento y la situación de debilidad en la que deja a la gestión si la ley no sale. En La Plata se encargaron de reforzarlo. “Si no logramos sacarlo, quedamos en una situación crítica”, precisaron.
“La provincia de Buenos Aires necesita las herramientas para no desproteger a nuestro pueblo. Es una emergencia económica del país y de la provincia. Estamos atravesando una profunda recesión que afecta a todos los sectores”, expresó el Gobernador durante una conferencia de prensa que brindó en La Plata.
Kicillof aseguró que se perdieron “5.000 empresas en la provincia” y “172.000 puestos de trabajo”, además de destacar que hay “mil obras frenadas en todos los rubros” con una gran cantidad de “despidos, suspensiones y cierres de empresas”. El Gobernador habló de “asfixia financiera” por parte del gobierno de Milei.
En la conferencia, que buscó ser una muestra de alineamiento detrás del pedido del Gobernador, había referentes del Frente Renovador, La Cámpora y el peronismo bonaerense, identificado, sobre todo, en los intendentes y el sector sindical.
La cuestión por el endeudamiento deja al descubierto la interna peronista en la Provincia de Buenos Aires (Adrián Escandar)
Sin embargo, hay dos versiones de una misma historia. El presidente del bloque de diputados de Fuerza Patria en la Legislatura Bonaerense, Facundo Tignanelli, es el vocero de la postura del kirchnerismo. En los últimos días no se ha movido un centímetro de su discurso público. Consideró que es necesario sacar la ley de endeudamiento “para poder cumplir con todas las obligaciones que la provincia tiene”. Además, sostuvo que en el peronismo vienen “trabajando para tratar de lograr esa ley tan necesaria”.
La unidad que expresa el legislador camporista, no es decodificada de la misma forma en el kicillofismo, donde desconfían, en forma permanente, de cada una de las negociaciones de la que es parte el cristinismo. “Nos corren el arco todo el tiempo. A la mañana dicen una cosa, a la tarde otra y a la noche una nueva”, se quejó un importante funcionario platense.
En el Gobierno bonaerense y en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) hay una desconfianza permanente sobre cada movimiento del cristinismo. Tiene que ver con que, en el fondo, advierten que la relación política está rota y que nadie de esa tribu quiere que Kicillof sea el candidato a presidente del peronismo ni que se convierta en el sucesor de Cristina Kirchner.
Kicillof en la presentación del Presupuesto 2026
Si no quieren el objetivo de fondo, tampoco van a querer el objetivo a corto plazo. Entonces, el desgaste de la gestión estará siempre presente como una postura del cristinismo para con el kicillofismo. “Quieren ver cuántos nos sacan, cuánto nos debilitan. Están jugando en tándem con algunos sectores de la oposición”, indicaron en una oficina importante de la gobernación.
Entre los intendentes hay una visión más moderada. Creen que no hay “temas sensibles“ sin cerrar y que este miércoles el peronismo llegará con una posición unificada. La clave, entonces, será buscar los votos en los sectores más blandos de la oposición.
La vocación de cerrar acuerdos va a contramano de los sentimientos que atraviesan la relación política entre el kicillofismo y La Cámpora. No se eligen, no se quieren, pero el contexto y las necesidades de ambas partes los lleva a tener que buscar un punto de acuerdo forzado.
En una llamada, de menos de 15 minutos, el presidente de Estados Unidos le dijo al líder del régimen chavista que tenía una semana para abandonar Venezuela con su familia. Ese plazo habría expirado el viernes, según dos fuentes
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se está quedando sin opciones para dimitir y salir de su país bajo un salvoconducto garantizado por Estados Unidos, tras una breve llamada con el presidente estadounidense, Donald Trump, el mes pasado, donde el presidente rechazó una serie de solicitudes del líder venezolano, según cuatro fuentes informadas sobre la llamada.
El llamado, del 21 de noviembre, se produjo después de meses de creciente presión estadounidense sobre Venezuela, incluidos ataques contra presuntos barcos de tráfico de drogas en el Caribe, reiteradas amenazas de Trump de extender las operaciones militares a tierra y la designación del Cártel de los Soles, un grupo que la administración Trump dice incluye a Maduro, como una organización terrorista extranjera.
Maduro y su gobierno siempre han negado todas las acusaciones criminales y dicen que Estados Unidos está buscando un cambio de régimen para tomar el control de los vastos recursos naturales de Venezuela, incluido el petróleo.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa, incluida la eliminación de todas las sanciones estadounidenses y el fin de un caso emblemático que enfrenta ante la Corte Penal Internacional, dijeron tres de las fuentes.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa (REUTERS)
También solicitó el levantamiento de las sanciones a más de 100 funcionarios del gobierno venezolano, muchos de ellos acusados por Estados Unidos de abusos a los derechos humanos, tráfico de drogas o corrupción, según las tres personas.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes.
Trump rechazó la mayoría de sus solicitudes en la llamada, que duró menos de 15 minutos, pero le dijo a Maduro que tenía una semana para salir de Venezuela al destino de su elección junto con sus familiares.
Ese pasaje seguro expiró el viernes, lo que llevó a Trump a declarar el sábado que el espacio aéreo de Venezuela estaba cerrado, dijeron dos de las fuentes. El Miami Herald informó previamente varios detalles de la llamada. La fecha límite del viernes no se había revelado previamente.
Trump confirmó el domingo que había hablado con Maduro, sin proporcionar detalles. La Casa Blanca se negó a dar más detalles, y el Ministerio de Información de Venezuela, encargado de todas las consultas de prensa del gobierno, no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes (REUTERS)
El gobierno de Trump ha declarado que no reconoce a Maduro, en el poder desde 2013, como presidente legítimo de Venezuela. Maduro se proclamó reelegido el año pasado en unas elecciones nacionales que Estados Unidos y otros gobiernos occidentales calificaron de farsa y que, según observadores independientes, obtuvo una victoria abrumadora de la oposición.
El lunes, al dirigirse a los manifestantes, Maduro juró “absoluta lealtad” al pueblo venezolano.
No está claro si Maduro aún puede presentar una nueva propuesta que incluya un salvoconducto. Trump se reunió este lunes con sus principales asesores para abordar la campaña de presión sobre Venezuela, entre otros temas, según informó un alto funcionario estadounidense.
Una fuente con sede en Washington informada sobre las discusiones internas de la administración Trump no descartó la posibilidad de una salida negociada de Maduro, pero enfatizó que aún quedan desacuerdos significativos y detalles importantes sin resolver.
La recompensa millonaria por la captura del dictador Nicolás Maduro
Estados Unidos ha aumentado a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro y ofrece 25 millones de dólares por otros altos funcionarios del gobierno, incluido el ministro del Interior, Diosdado Cabello, acusado en Estados Unidos de presunto narcotráfico, entre otros delitos. Todos han negado las acusaciones.
La administración de Maduro ha solicitado otra llamada con Trump, según las tres fuentes.
El oficialismo podría presentar un bloque de 94 miembros. Mientras, busca que los gobernadores le quiebren la bancada al peronismo
El mundo libertario se encamina a tener el primer festejo parlamentario con la nueva composición del Congreso de la Nación.
Luego del fallido intento por Lorena Villaverde en el Senado, el bloque de LLA tendrá algo para mostrar a la exigente Casa Rosada que solo quiere triunfos y no perdona derrotas. Por estas horas estará ingresando el documento que lleva la firma de Gabriel Bornoroni con el listado de los legisladores que conformarán el bloque de LLA y se quedaría con la primera minoría de laCámara de Diputados.
“En solo 4 años pasamos de dos diputados –Javier Milei y Victoria Villarruel– a ganar la presidencia y sumar 94, 95 diputados” señala, exultante, un diputado de LLA que va a empezar a transitar su tercer año de mandato en pocos días.
Mientras la oposición buscaba reorganizarse y trabajaba sus propias versiones de los proyectos de reformas, el oficialismo se dedicó a salir de caza por el recinto y se llevó en solo un mes más de 14 diputados.
Al término de la elección, el bloque de LLA iba a estar conformado por 79 legisladores. Hubo un principio de conversación con el PRO por un interbloque y el partido amarillo aseguró que iba a apostar por la independencia. Luego de esa decisión, y antes de que comenzara noviembre, se fueron Damián Arabia, Sabrina Ajmechet, Laura Rodríguez Machado, Patricia Vásquez y Silvana Giuidici. Luego se sumaron Marilú González Estevarena, Belén Avico, Carlos Almena y en las últimas horas Verónica Razzini y Alejandro Bongiovanni.
Verónica Razzini junto a Patricia Bullrich y Martín Menem
A este grupo se le sumó el bloque de los radicales con peluca con el tucumano Mariano Campero, el cordobés Luis Picat y el correntino Federico Tournier. Hasta acá, los libertarios sumaban 91 diputados.
Pero los pases no parecen haber terminado y en las últimas horas los libertarios apuestan a sumar entre tres y cuatro diputados más y, por otro lado, incentivan a los gobernadores peronistas no kirchneristas para que se vayan del bloque de UP y armen uno nuevo.
En lo que se refiere a posibles incorporaciones al mundo libertario, se espera la llegada de José Nuñez y de Lorena Petrovich, ambos del PRO. Esta última asumirá para completar el mandato de Silvia Lospennato y todos tienen en Patricia Bullrich su terminal política.
De completarse todos estos pases, el bloque que conduce el cordobés Gabriel Bornoroni llegará a la sesión preparatoria con 94 diputados.
Ese número los dejaría a las puertas de arrebatarle al peronismo la primera minoría y ya sin “peceras” a dónde ir a pescar, la estrategia libertaria se concentró en “empujar” a los gobernadores peronistas a romper el bloque en el Congreso. Principalmente al catamarqueño Raúl Jalil que viene amagando desde hace tiempo con retirar a sus legisladores del bloque de UP.
El peronismo logró contener en las urnas la cantidad de legisladores y el 27 de octubre el bloque que conduce Germán Martínez amaneció con 98 integrantes.
El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, y el de Tucumán, Osvaldo Jaldo (NA)
Pero al poco tiempo el tucumano Javier Noguera anunció que no iba a asumir en el bloque y se iba a Independencia, el bloque del gobernador de esa provincia, Osvaldo Jaldo. Un camino similar seguiría el diputado por San Luis, Jorge “Gato” Fernández.
Pero lo que busca el oficialismo es que los cuatro diputados catamarqueños que responden todos al gobernador Raúl Jalil; o los siete santiagueños que responden a Gerardo Zamora.
“No necesitamos que los gobernadores rompan, necesitamos que uno solo lo haga, con eso nos alcanza”, reconoció un libertario que transita los pasillos de Diputados.
Las negociaciones se mantienen. El oficialismo promete a los gobernadores vía el ministro del Interior, Diego Santilli, y la oposición les recuerda que en dos años no les cumplieron la promesa.
“No sé que van a hacer los catamarqueños, lo que sí te adelanto es que los santiagueños están adentro” aseguró una alta fuente del bloque del peronismo en Diputados.
Los bloques tienen tiempo hasta hoy para presentar su conformación por lo que las negociaciones continuarán durante toda la jornada. En el oficialismo la expectativa es la de pegar el “zarpazo” y quedar como la primera minoría que, más allá del título, los deja muy bien posicionados para lo que será el reparto de las sillas en las comisiones; y con una posición de fortaleza que habrá que ver cómo se traduce en el recinto.