El jury de enjuiciamiento bonaerense lo apartó de su cargo luego de seis años de acumular denuncias. Qué pruebas hay en su contra.
Anacona, Bustamante, Santellán, Acosta, Ortellado Céspedes. Estos cinco apellidos podrían remitir a un equipo de papi fútbol. Pero no, corresponden a las carátulas de las cinco causas judiciales que el jury de enjuiciamiento bonaerense tomó en cuenta para separar de su cargo al fiscal de San Isidro Claudio Scapolan (51).
Acusado por primera vez en 2016 (por Elisa Carrió) de liderar una banda con policías que armaban causas contra narcos -con los que finalmente terminaban haciendo negocios o extorsionando-, Scapolan fue procesado por la jueza Arroyo Salgado en octubre de 2021. Lo hizo luego de más de un año de dilaciones: el fiscal faltó cuatro veces a su indagatoria y apareció por el juzgado cuando no le quedó más remedio.
Arroyo Salgado, a quien los acusados del caso sí lograron apartar del expediente (al menos de momento), pidió el desafuero de Scapolan al momento del procesamiento.
Cuando el fiscal se sentó frente a la jueza, ella le leyó de que lo estaba acusando: “Haber formado parte de una organización destinada- en apariencia- a garantizar una eficiente prestación del servicio de justicia y de prevención y persecución de delitos, cuando, en verdad, se trató de una empresa criminal estratégicamente montada por los imputados -mayormente funcionarios judiciales y policiales-“.
Allanamientos en San Isidro por una causa que involucra al fiscal Claudio Scapolan y a varios policías bonaerenses.
La jueza les atribuyó que “utilizaron de manera tergiversada las herramientas funcionales que les confería la potestad punitiva estatal para investigar y perseguir hechos de narcotráfico, con el exclusivo fin de beneficiarse personalmente de la regulación y gerenciamiento mismo del narcotráfico“.
“En definitiva: una red de ilegalidad que involucró abuso de poder y corrupción de funcionarios públicos encargados de hacer cumplir la ley, con altas responsabilidades y amplias facultades, de las que se valieron para estructurar un esquema que administró, gestionó y en alguna medida reguló el tráfico de estupefacientes, constituyéndose en un engranaje más en la cadena de tráfico, y en cuyo marco, se han cometido innumerable cantidad de delitos“, dijo Arroyo Salgado en la causa.
Sus conceptos fueron tomados íntegramente por el jury en su resolución de 112 páginas, a las que tuvo acceso Clarín.
La resolución de apartamiento del fiscal Claudio Scapolan.
Pero el trámite del jury, si bien avanzó un casillero la semana pasada, tampoco viene resultando sencillo: con el apoyo del massismo, Scapolan logró contrapesar durante meses la acusación que le hizo el procurador de la Corte bonaerense Julio Conte Grand, reclamando a su vez que el jurado de enjuiciamiento apurara el proceso de remoción.
Este escudo protector que lo mantenía de licencia en su puesto de jefe de la UFI de Investigaciones Complejas de San Isidro comenzó a derrumbarse el miércoles 3 de mayo, con su “apartamiento preventivo”. Y de seguir viento el popa, el destino de Scapolan sería la cárcel debido a los serios delitos de los que el fiscal federal de San Isidro Fernando Domínguez encontró todo tipo de pruebas.
Desde arrepentidos, hasta información guardada en celulares, videos incriminadores y fallos judiciales, la investigación de Domínguez fue exhaustiva y hasta logró detener a medio centenar de policías, muchos de los cuales están a punto de ir a juicio oral en una primera etapa de este megacaso de corrupción.
A la hora de poner en juego los fueros de Scapolan, fueron cinco los casos que tomó Conte Grand para sostener su acusación… uno más escandaloso que otro.
El fiscal Claudio Scapolan y la jueza Sandra Arroyo Salgado.
“Anacona”, alias “Leones Blancos”
Ocurrió en 2013. Es la causa más conocida y la que tiene más condimentos. Primero: un financista de la City que trabajaba para narcos, servicios de inteligencia y también la Policía de la provincia. Segundo: un poderoso clan narco que enviaba toneladas de cocaína a España. Tercero: el “mexicaneo” de media tonelada de droga a manos de una brigada de la Bonaerense.
A la causa se la conoce como “Leones Blancos” porque uno de los allanamientos se hizo en una quinta de Moreno en cuya entrada había dos grandes leones de yeso. Pero en el registro judicial se la ubica como “Anacona” por el apellido de uno de los detenidos.
El Operativo Leones Blancos, durante el gobierno de Daniel Scioli. Archivo Clarín
Sobre “Leones Blancos” se podrían escribir tres libros (al menos), pero un breve resumen sería así: Diego Guastini, que lavaba dinero para el clan narco de los Loza, entregó a sus amigos de la Bonaerense un cargamento de una tonelada de cocaína que sus clientes estaban moviendo.
El operativo se orquestó con Scapolan como cabeza judicial. Se hizo en Moreno, con policías de Quilmes y un fiscal penal ordinario de San Isidro (Scapolan). Todo fue tan irregular que el juicio oral se cayó y los jueces mandaron a investigar lo que había pasado en realidad. El fallo -anulando todo- quedó firme en la Corte.
El fiscal Domínguez logró establecer en su investigación no sólo que operativo era trucho, sino también que los policías, bajo la batuta de Scapolan, se habían robado media tonelada de droga que luego comercializaron en la Costa Atlántica.
Diego Xavier Guastini.
“Bustamante” y 40 kilos de cocaína de coima
Ocurrió en el año 2014 y tuvo como origen un supuesto llamado anónimo recibido el 10 de febrero en Delegación San Isidro de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
El llamado- que en realidad era inexistente- señalaba como narco a un tal “Pirulo”, que resultó ser Carlos Alberto Bustamante. Meses después, un segundo “llamado” anónimo dio pie a intervenciones telefónicas y amplió el número de investigados.
El juez de primera instancia ordenó -por pedido del fiscal Scapolan- el allanamiento de siete lugares. En algunos ellos se encontró droga. Es más, en una casaquinta habitada por Mariana Molina y su pareja, Israel Gastón Aquino, se encontró una cocina de cocaína. Sin embargo, ninguno de los dos fueron detenidos. La razón: el padre de la mujer pagó una coima para que ella y su yerno no quedaran involucrados.
Todo esto salió a la luz en el juicio oral contra Bustamante y el resto de los detenidos del caso. Terminaron todos absueltos y el tribunal tuvo duras palabras para con Scapolan. Ese fallo fue confirmado por la Corte.
Arrepentidos hablaron de una coima de 40 kilos de cocaína y dinero. En esta causa, como en otras, actuó el informante (“buchón”) Víctor Hugo Gutiérrez (alias “Primo”), un civil al que disfrazaban de policía, participaba de los operativos, plantaba droga, revendía la secuestrada y está actualmente prófugo.
José Gutiérrez, alias “Primo”, pieza clave en la causa que tiene al fiscal Claudio Scapolan acorralado por la Justicia.
“Santellán”, un video y un pariente narco
El objetivo de esta causa armada -en junio de 2014- fue Sergio Leandro Santellán, quien estaba lejos de ser un cualquiera: su esposa era Sofía Andrada, hija del capo narco Claudio Andrada (conocido como “Piturro” o “Gallo”). Para cuando los policías fueron por Santellán, “Piturro” ya estaba preso. Arroyo Salgado lo había detenido con media tonelada de cocaína en 2013.
Scapolan pidió quince allanamientos a diversos domicilios, entre los que se incluía el de Santellán, el de su ex pareja (y madre de sus hijos) y el de un estacionamiento de autos. Todos los domicilios eran en José León Suarez, pero el allanamiento del garaje resultó un boomerang para el fiscal y su equipo de policías de la Delegación San Isidro de Investigaciones de Tráfico de Drogas Ilícitas: quedaron filmados en actitudes más que sospechosas.
Claudio “Piturro” Andrada.
Santellán denunció “al ingresar el personal policial a su vivienda, una persona vestida de civil, que fuera sindicada por el arrepentido Cabral como “el informante”, de nombre José Víctor Gutiérrez, le exigió junto al subcomisario Caviglia y al sargento Cabré la suma de treinta mil dólares estadounidenses bajo amenaza de “reventar” el domicilio de su ex pareja y el de Sofía Andrada, pareja de aquel momento de Santellán”.
Santellán entregó el dinero en una bolsa, la misma que se vería en el video que hoy es prueba de cargo contra Scapolan. Tanto el fiscal Domínguez como el abogado de Santellán -Damián Odetti (querellante en la causa)- sostienen que se ve claramente cuando la Policía planta droga, hecho señalado por varios testigos. La coima dejó afuera de la causa a su pareja y a su ex pareja, pero Santellán fue preso… tres años.
“Acosta” y la falsa denuncia anónima
El caso lleva el nombre de una de sus víctimas, Celeste Noelia Acosta, quien fue detenida junto a su pareja, Javier Adrián Rodríguez, en una causa de drogas a cargo de Scapolan. Lo interesante del caso es que se volvió contra el fiscal luego de en septiembre de 2018 lo incluyera en la lista de casos armados uno de los policías de la brigada, que declaró como arrepentido ante el fiscal Domínguez.
Este policía-testigo contó que la causa había sido armada, que se había inventado una primera llamada anónima y las tareas de inteligencia previas no habían existido. Como ya se detectó en otros casos, se había armado un “rulo”. ¿Qué es un rulo? Un mecanismo por el cual se avanza sobre una jurisdicción que no es propia (en el caso de Scapolan, sobre San Martín) a partir de una mentira que ubica el origen de las actuaciones donde los protagonistas sí pueden actuar.
El fiscal Claudio Scapolan (izq.), el 8 de junio durante un operativo contra una banda que robaba ruedas en San Isidro.
En este caso, según el arrepentido, se inventó un seguimiento desde San Isidro para poder allanar en José León Suárez.
“Al momento de ser convocados a prestar declaración testimonial Celeste Noelia Acosta y Javier Adrián Rodríguez, se pronunciaron sobre los detalles de la extorsión ejercida por quienes se hallaban en dicha oportunidad“, se lee en el procesamiento de Scapolan firmado por Arroyo Salgado.
Como en otros casos bajo investigación, los allanamientos solo se hacían para exigir dinero a cambio de desvincular a uno o varios parientes del supuesto narco.
Allanamientos en San Isidro por una causa que involucra al fiscal Claudio Scapolan y a varios policías bonaerenses.
“Ortellado Céspedes”, marihuana y debate presidencial
“La Policía interceptó una camioneta en pleno centro de Moreno. Escondido en el portón de la caja había tres kilos de cocaína. El conductor estaría vinculado a un megaoperativo que secuestró 15 toneladas de marihuana dentro de un camión cisterna en octubre del 2015 también en Moreno. Inmediatamente los uniformados allanaron una vivienda desde donde provenía este sujeto: 80 kilos de marihuana“, dice la noticia publicada en todos los medios, en junio de 2018.
Y sigue: “Durante la tarde de este miércoles 20 de junio se interceptó una camioneta Ford Ranger azul que circulaba sobre la calle De La Quintana, entre Bartolomé Mitre y Alcorta Norte, en el casco céntrico de Moreno. En el vehículo viajaba un sujeto de 51 años y de nacionalidad paraguaya. Fue identificado como Jesús María Ortellado Céspedes. Obligado a descender, el individuo fue esposado e introducido en el asiento trasero de un patrullero“.
Al igual que Leones Blancos, el secuestro “récord” de la marihuana en el camión cisterna (2015) fue armado con variados fines, pero ninguno de ellos fue combatir el narcotráfico. Un detalle: ese secuestro ocurrió apenas unos días antes del debate entre Daniel Scioli (por entonces gobernador bonaerense) y Mauricio Macri por las elecciones presidenciales.
A.J, de 49 años, escapó a Santa Fe luego de que la víctima lo denunciara tras cumplir la mayoría de edad. Fue capturado por la División Homicidios de la Policía Federal
A.J, de 49 años, oriundo de Villa Martelli, fue detenido la semana pasada en Villa Ocampo, provincia de Santa Fe, acusado de un delito aberrante: violar a su hijastra durante seis años, desde sus 12 hasta sus 18. Fue capturado por la División Homicidios de la Policía Federal, luego de que los investigadores descubrieran que se refugiaba en la zona. Puntualmente en un domicilio que, supuestamente, le alquilaba un familiar directo.
Tras lograr que saliera, lo arrestaron y lo trasladaron de vuelta a territorio bonaerense, donde ahora deberá responder por la acusación en su contra -realizada por la Unidad Funcional de Instrucción Especializada en Violencia de Género de Vicente López- por el delito de abuso sexual reiterado, agravado por el vínculo.
A.J -ex empleado de una empresa de limpieza- fue denunciado el año pasado por su víctima, que hoy tiene 19 años. En su relato, la joven relató los ataques que sufrió a lo largo de los años y contó que siempre fueron bajo amenazas: su padrastro, supuestamente, aseguraba que los mataría a ella y a sus hermanos si es que hablaba.
La víctima también trazó un mapa de los lugares donde fue abusada. A.J, si es que es culpable, no solo la atacó en la casa que compartían, cuando la madre no se encontraba: además la llevaba a un terraplén del tren Belgrano Norte cercano a su domicilio, donde la abusaba entre las piedras y las plantas. Era en plena vía pública, entre la calle Melo y la avenida Mitre.
Luego, insólitamente, la violó en un punto más lejano: el albergue transitorio O’Brien, ubicada en la calle del mismo nombre, en la zona de Constitución.
El albergue de Constitución donde, según la víctima, ocurrieron los abusos (Google View)
La joven denunció a su padrastro al cumplir la mayoría de edad y, en consecuencia, el hombre escapó de inmediato. Ante esta situación, la División Homicidios de la PFA -que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales, con una larga tradición de capturas de prófugos difíciles de hallar-comenzó a rastrearlo.
Entre los operativos, allanaron la casa de la madre del hombre en Florida Oeste, sin resultado positivo.
Sus registros personales y comerciales, sin embargo, revelaban una pista: un viejo domicilio registrado en Villa Ocampo. Luego, llegaron al dato clave: el alquiler en la zona.
La captura de A.J no es la única detención resonante de la División Homicidios realizada este año. En enero último, capturaron en Mar del Plata a Santiago Nicolás Mallol, alias “Pipa”,acusado de matar 12 años atrás a la psicóloga Martha Landívar en Pinamar.
El cadáver de Landívar, de 37 años, fue descubierto el 20 de mayo de 2012 por un grupo de sus amigas que llegaron a su domicilio en la calle De Las Almejas ante la falta de respuesta a sus mensajes.
Allí, vieron a Landívar ya muerta desde una ventana. Los forenses en la escena detectaron que el cuerpo tenía un disparo en el pecho y otro en su mano. La bala en el pecho, calibre .22, impactó en su clavícula y le perforó la aorta, causando un fuerte sangrado.
El crimen no parecía tratarse de un hecho de inseguridad. La casa no parecía ser el blanco de un robo. Nada estaba revuelto. Tiempo después, se detuvo a un funcionario municipal vinculado a la víctima, que fue liberado por falta de pruebas.
Micaela Garrido, con rango de cabo, se encuentra detenida en un penal bonaerense, acusada de desvalijar a un hombre en Villa La Ñata. El nuevo auge de un delito que termina en muerte y la paradoja del Código Penal
Micaela Alejandra Garrido, cabo de la PFA, se encuentra en prisión, acusada de ser una viuda negra. El fiscal Cosme Iribarren, uno de los encargados de la acusación en el juicio por la muerte de Diego Armando Maradona, la imputó por desvalijar a un hombre en Villa La Ñata, partido de Tigre.
El hecho ocurrió el 14 de diciembre pasado en un bar de Plaza Serrano, en la zona de Palermo, donde Garrido conoció a su supuesto blanco. Enlazar en vivo a una víctima es una técnica en desuso; las viudas negras, hoy, prefieren marcar sus potenciales robos en plataformas de citas como Tinder. Tras compartir unos tragos, Garrido, según la acusación en su contra, le propuso al hombre pasar la noche juntos. Así, se dirigieron a la casa de la víctima en Villa La Ñata, partido de Tigre. Como suele ocurrir en los ataques de viudas negras, los recuerdos del hombre de aquella noche terminaron poco después.
Despertó a la mañana siguiente, aturdido, con su casa revuelta. Faltaban varios objetos de valor. También, faltaba su auto. Luego, formuló la denuncia ante la Policía Bonaerense.
La Unidad N°59 de Merlo, donde Garrido se encuentra detenida (foto: SPB)
El fiscal Iribarren, titular de la UFI de Benavidez, le encargó la investigación a la Sub DDI de Tigre. El auto fue hallado abandonado, cuatro días más tarde. Poco después, los detectives llegaron a Garrido, de 29 años, con un domicilio registrado en Ciudad Oculta. Descubrieron su condición de policía, además del lugar donde se desempeñaba: la comisaría de la terminal de micros de Retiro. Entonces, Iribarren pidió su arresto. El subcomisario de la Federal a cargo de esa dependencia fue notificado. Allí, detuvieron a Garrido, en un operativo conjunto entre la Federal y la Policía Bonaerense e incautaron su celular a fines de enero último.
Hoy, según información policial, la presunta viuda negra continúa detenida en la Unidad N°59, el penal de Merlo del Servicio Penitenciario Bonaerense. La PFA la separó de sus funciones y la colocó en estado de situación pasiva. Según sus registros comerciales, cobró sus aportes, al menos, hasta el mes pasado.
El nuevo auge de las viudas y la paradoja del Código Penal
A mediados del mes pasado, el juez Martín Peluso procesó con prisión preventiva y un embargo de 30 millones de pesos a Juliana J., de 20 años de edad, detenida por la Policía de la Ciudad, acusada de drogar y desvalijar a un informático de 46 años en Palermo. Tras captarlo en Tinder, luego ocho meses de trabajo fino y una noche juntos, Juliana, según la acusación en su contra, le robó casi 24 mil dólares, 1,2 millones de pesos, tres computadoras, lentes Gucci y seis botellas de Champagne Veuve Clicquot. Juliana no fue la única viuda que Peluso procesó y envió a prisión en los últimos tiempos. Shamira Yoselí, con 18 años recién cumplidos, oriunda de la la Villa 21-24, empleada de una estación de servicio en Villa Lugano, fue detenida a fines del año pasado, acusada de drogar y desvalijar a un turista alemán en un departamento del Abasto tras conocerlo en una app de citas.
Los casos de mujeres jóvenes que dopan con clonazepam y le roban a hombres mucho mayores se repiten en las crónicas de este periodista con particular intensidad al menos desde mediados de 2023. La villa Zavaleta es un nodo para la actividad, con varias imputadas que provienen de la zona, con rateros del barrio en autos de apoyo.
Juliana J., presunta viuda negra, presa y procesada
Peluso buscó enviar un mensaje en el procesamiento a Juliana J.: la cárcel y el embargo de Juliana se debían a la particular gravedad del delito, donde el informático, con su bebida dopada, podría haber muerto.
Sucede que, en las últimas semanas, dos hombres murieron por presuntos ataques de viudas negras en el AMBA, un caso en Balvanera y otro en Lanús Oeste, un jubilado de 77 años cuya supuesta asesina fue una mujer de 62.
Sin embargo, el juez aplicó la calificación máxima que el Código Penal ofrece para estos casos: robo simple.
El proceso comenzó hoy y se desarrolla desde las 9.30 Habrá más de 100 testigos y durará casi cinco meses
El juicio contra el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov por la muerte de Diego Armando Maradonacomienza hoy en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) número tres de San Isidro.
Desde las 9.30, están sentados en el banquillo de los acusados por presunto “homicidio simple con dolo eventual” Luque, Cosachov, el enfermero Ricardo Almirón, su jefe Mariano Perroni, el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna, la médica coordinadora de Swiss Medical, Nancy Edith Forlini y el psicólogo Carlos Díaz.
Por su parte, la enfermera Gisela Dahiana Madrid enfrentará un juicio por jurados populares durante el segundo semestre una vez que finalice el debate principal.
09:56 hsHoy
Llegaron Dalma y Gianina Maradona
Las hijas de Diego Maradona ingresaron al tribunal.
09:40 hsHoy
Ojeda a Cosachov: “Perra malparida”
Verónica Ojeda, ex pareja de Diego Maradona (Maximiliano Luna)
Con una remera de Diego, la ex pareja del Diez, Verónica Ojeda, llegó al Tribunal en reclamo de Justicia y se largó a llorar cuando ingresó al edificio. Cuando se cruzó con la psiquiatra Agustina Cosachov, comenzaron los gritos: Ojeda la increpó y comenzó a insultarla.
“Perra malparida”, le gritó la última mujer de Diego. Tuvieron que intervenir las autoridades del tribunal y la policía para calmar la situación.
Tras el incidente, la imputada se alejó hasta la otra punta del pasillo y Ojeda volvió a llorar.
09:36 hsHoy
El cambio físico de Leopoldo Luque
El neurocirujano Leopoldo Luque (Reuters)
El neurocirujano, acusado por la muerte de Maradona, llegó irreconocible a la primera audiencia del juicio en su contra que, se estima, durará casi 5 meses.
Ahora es fisicoculturista: según su abogado, desde el fallecimiento del astro se dedica a entrenar diariamente en Adrogué. Antes de entrar a la sala, habló con su colega Agustina Cosachov, también acusada.
09:32 hsHoy
“Diego no se murió”
Un nutrido grupo de fanáticos se ubicaron desde temprano en frente de los Tribunales de San Isidro para pedir Justicia por Diego Maradona, en la primera jornada de juicio contra los siete médicos acusados por su muerte.
“Diego no se murió” y “Justicia por Diego” son algunos de los cantos que repiten mientras las partes van llegando al tribunal.
Además, insultan a los imputados. “No nos olvidamos de lo que hicieron”, le gritaron a la psiquiatra Cosachov, cuando llegó a la audiencia junto a su abogado, Vadim Mischanchuk.
09:18 hsHoy
Los últimos días del ídolo
El documental de Infobae que reveló cómo fueron las últimas horas de Diego Maradona.
09:17 hsHoy
Comienza el primer juicio por la muerte de Maradona: habrá más de 100 testigos y durará casi cinco meses
Se desarrollará desde las 9 en los Tribunales de San Isidro. Son siete los profesionales de la salud que serán juzgados. Las pruebas en su contra
Comienza el juicio por la muerte de Diego Armando Maradona
Tras un largo camino judicial, este martes en los tribunales de San Isidro finalmente comenzará el primer juicio, y el principal, contra siete de los ocho profesionales de la salud acusados de haber tenido responsabilidad en la muerte de Diego Maradona (60), ocurrida en su casa del barrio San Andrés de Tigre el 25 de noviembre de 2020.