El presidente confirmó ayer cambios de gabinete tras las elecciones. Especulaciones por el “rol central” de Santiago Caputo. La ofensiva feroz del consultor. La disputa con Guillermo Francos y el dilema de Karina Milei. Provincias Unidas, en la mira
No importa el resultado electoral: en el seno de La Libertad Avanza y en buena parte del sistema político ya se descuenta que Javier Milei introducirá cambios de gabinete y posibles modificaciones en su desgastado sistema de toma de decisiones a partir del lunes 27. El propio presidente confirmó anoche, en una entrevista con LN+, que meterá mano en el staff de ministros, más allá de las salidas obligadas de los funcionarios candidatos, y deslizó que su asesor estrella, el consultor Santiago Caputo, podría “tener un rol central” en el inicio del segundo tramo de la gestión, en lo que puertas adentro arriesgan como una especie de relanzamiento de la administración, atravesada por una seria crisis política.
“No se adelantan los nombres ni los cambios”, se justificó Milei sin mayores precisiones.
El rediseño del gobierno libertario concentra la mayor atención del oficialismo y de sus aliados, del establishment y de buena parte del sistema político, y el proceso empezó a acelerarse desde que la administración de Donald Trump pusiera sobre la mesa, como moneda de cambio del rescate al programa económico, la necesidad de construir acuerdos de gobernabilidad post electorales para la agenda de reformas que prevé desplegar Milei a partir del 10 de diciembre.
Colapsada la línea de mando del gobierno, en el círculo rojo político y empresario sobrevuela una incógnita: el nivel de modificaciones que Milei está dispuesto a autorizar en la estructura jerárquica y en el funcionamiento de la gestión. Es decir: si aplicará bisturí o motosierra a partir del lunes 27. Y más aún: si el presidente prevé impulsar un sistema de toma de decisiones más lógico y racional que el actual.
El enigma adquirió en las últimas semanas mayor relevancia porque la aparente decisión del presidente de rediseñar su gabinete lo encuentra en medio de una disputa cada vez más feroz en el interior de su administración, que se tornó invivible. “No se sabe con quién hay que hablar en Casa Rosada”, explicó un alto funcionario. La pelea en el seno del triángulo de hierro contaminó toda la gestión, y exhibió la imposibilidad de esos sectores de pactar una tregua, aún cuando la gravedad de la crisis llevó al gobierno al borde del abismo hasta que intervino el Tesoro americano. “Estaba viniendo el tsunami y se estaban peleando por las reposeras en la playa”, graficó un operador del PRO que ocupa un rol central en las conversaciones con LLA.
En esas conversaciones, Santiago Caputo tiene un papel protagónico. En buena medida, porque el consultor decidió en las últimas semanas pasar a la ofensiva y ejercer una presión extrema para que el gobierno de un golpe de timón tras las elecciones del domingo 26. El asesor se ocupó en que trascienda que intervino directamente en el Congreso para que el proyecto de modificación del régimen de DNU sea devuelto al Senado en la sesión de Diputados de la semana pasada, y que realizó gestiones extraoficiales en las negociaciones con la administración norteamericana, entre Washington y Buenos Aires. Por algo viajó a la capital de Estados Unidos por fuera de la comitiva oficial.
Javier Milei y Mauricio Macri (Prensa Senado)
El consultor mantuvo la semana anterior, en un departamento de Puerto Madero, un encuentro con Cristian Ritondo, Miguel Ángel Pichetto y Rodrigo de Loredo junto al lobista republicano Barry Bennett y otros colaboradores, en teoría para empezar a delinear posibles acuerdos de gobernabilidad en el Parlamento.
La ofensiva política de Caputo encierra un dilema: un posible “rol central” en el próximo gabinete, como aventuró ayer Milei, ¿cuenta con la aprobación de Karina Milei, que ya ha demostrado su capacidad de veto? La secretaria general ha sido, hasta ahora, intocable. Nada indica que eso vaya a cambiar. Hay menos certezas en el caso de algunos de sus colaboradores. Otra pregunta: ese eventual nuevo rol, ¿implica la salida o una reformulación de las tareas de Guillermo Francos? En Casa Rosada explicaron anoche que empezaban a aparecer indicios serios en torno a la posibilidad de que el consultor ocupe ese lugar. Los trascendidos cayeron pésimo en la Jefatura de Gabinete.
Fuentes oficiales deslizaron que, hasta ahora, el consultor no había querido levantar el perfil y que incluso había rechazado en más de una oportunidad un ofrecimiento del presidente para ocupar un puesto jerárquico. ¿Qué cambió para que en las últimas semanas se blanqueara además en redes sociales a través de una cuenta de X con su nombre? El propio asesor se encargó de ventilar a la luz del día las gestiones que antes realizaba desde las sombras.
Ayer, las versiones en el seno del gobierno fueron durante todo el día incesantes. A la tarde, las presiones para amplificar los acuerdos de gobernabilidad se incrementaron cuando Mauricio Macri definió hacer pública la posición que hace dos semanas le manifestó en privado a Milei en Olivos. En un extenso posteo en X, el expresidente pidió “construir una nueva mayoría”, la promulgación de la ley de presupuesto y una convocatoria “después del 26 al diálogo, con humildad y honestidad”. “Que acepte eventualmente una oposición constructiva que traerá propuestas desde cada rincón del país para realizar las reformas necesarios”, planteó el jefe del PRO.
Macri incrementó en los últimos meses su vinculación, por ejemplo, con algunos de los gobernadores de Provincias Unidas, un bloque que desde su fundación se convirtió en un polo de poder que empezó a ser mirado con interés por el círculo rojo. Esos gobernadores ya trabajan con un alto grado de sinergia en el Parlamento, lograron esconder notorias diferencias políticas, que existen y están a la vista, y proyectan la conformación de un interbloque en el Congreso a partir del 10 de diciembre con algo más de una veintena de legisladores en la Cámara baja, según el resultado electoral. ¿Podrían sumarse más gobernadores hacia fin de año? Es probable. Dependerá, en parte, del resultado de electoral.
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En el gobierno creen que algunos de esos gobernadores pueden transformarse en aliados legislativos a partir del año próximo, aunque esa relación debería tener, como eje central, una convivencia mucho más lógica y beneficios directos para las provincias. Es decir, una billetera mucho más generosa por parte de la Casa Rosada. “Hoy no hay incentivos para hacerlo”, aseguró un dirigente que trabaja en ese armado. En ese listado se inscriben dirigentes como Juan Schiaretti, que un esquema de alianzas más razonable debería tener otra relación con el oficialismo. El ex gobernador puede propinarle en dos domingos a LLA una derrota dura en Córdoba, un distrito clave. El cierre de alianzas en esa provincia dejó al gobierno en una situación de debilidad: se excluyó a Rodrigo de Loredo, que ahora podría sumarse al gabinete, y se eligió a un candidato desconocido, como Gonzalo Roca, por su sociedad con Gabriel Bornoroni.
El expresidente Macri se mantiene expectante. Desconfía. Quiere pruebas concretas. Apoya los trazos gruesos del proyecto libertario, pero se cansó del destrato. Primero quiere conocer el resultado de las elecciones. De la segunda visita a Olivos, de hace dos viernes, salió con algo más de optimismo que de la primera, que el propio Macri definió como “mala” frente a algunos interlocutores. Pero en el segundo encuentro, tomó nota de un dato que le llamó la atención: Karina Milei mantuvo un sugerente silencio durante buena parte de sus intervenciones.
Hasta ahora, la secretaria general mantuvo siempre una posición de rechazo a la posibilidad de incorporar cuadros técnicos del macrismo a la gestión, y se ocupó, hasta sellar el acuerdo electoral para estas elecciones en la capital, en avanzar contra el PRO en su casa matriz. Ese avance tuvo su broche de oro en las elecciones de mayo, cuando Manuel Adorni, que en principio asumiría su banca en la Legislatura hasta volver al gabinete en otro rol, derrotó a Silvia Lospennato. Esa derrota dejó secuelas no solo entre LLA y el PRO, sino dentro del macrismo, en particular en la relación entre Jorge Macri y su primo. Una disputa que alimentó en estos últimos tiempos las especulaciones en torno al interés del jefe de Gobierno en la postulación de Ricardo López Murphy.
Pero a la presión pública de Macri se sumó ayer un sorpresivo posteo de Santiago Caputo, que desde su cuenta oficial de X escribió: “Estamos de acuerdo, Presidente Macri”, y resaltó la necesidad de una “nueva mayoría reformista” en el Congreso para empujar “los cambios de fondo” que, subrayó, “lidera” Milei.
El secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, habla mientras él y el Representante de Comercio de EE.UU., Jamieson Greer, celebran una rueda de prensa al margen de las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial en Washington, D.C., EE.UU., 15 de octubre de 2025. REUTERS/Ken Cedeño
El consultor propicia una coalición parlamentaria. Es más: está decidido a impulsar a Ritondo como presidente de la Cámara baja en lugar de Martín Menem, blanco predilecto de Las Fuerzas del Cielo. Pero en Casa Rosada existen dudas acerca de hasta qué punto el asesor, en un hipotético “rol central”, como deslizó ayer el presidente, abonaría a una apertura mayor en el gabinete, en segundas y terceras líneas, para dirigentes vinculados con Macri. Ayer, por ejemplo, sonó en el Ministerio de Economía el nombre de una dirigente con experiencia en gestión, muy vinculada con el expresidente, como un posible desembarco. Fue una sugerencia que le hicieron llegar al ministro Luis Caputo.
Distinto es el caso de dirigentes como Diego Santilli o Guillermo Montenegro, o el propio Ritondo, que, como suele resaltar un lúcido operador, hace tiempo que responden con mayor rapidez a las directivas de “Balcarce 50 que a las de Balcarce 412″, donde funciona la sede del PRO. En el caso del cabeza de lista en la provincia de Buenos Aires, arrastra cansancio de la labor legislativa. Ve con muy buenos ojos una convocatoria al gabinete. A Seguridad, por ejemplo, el sillón que deja vacante Patricia Bullrich próximamente. El intendente Diego Valenzuela, que hoy recibirá a Milei y a Santilli en Tres de Febrero, también aspira a sumarse al gabinete.
El futuro de Francos es, en ese sentido, una incógnita. También el de Lisandro Catalán. La permanencia del jefe de Gabinete es una variable que el macrismo sigue con especial atención porque en estos tiempos el funcionario se convirtió en uno de los principales interlocutores de Macri y de parte de su entorno con el gobierno. El sábado previo a la primera reunión del expresidente en Olivos, el jefe de ministros fue hasta la casa de Acassuso del jefe del PRO. Después tuvieron varias conversaciones telefónicas, más allá de los dos encuentros en Olivos junto a los hermanos Milei. Francos empezó a hablar además con otros colaboradores de Macri por temas de gestión. La salida del ministro coordinador y un eventual empoderamiento de Santiago Caputo no sería, a priori, la noticia más alentadora en términos de la reestructuración de la gestión para el expresidente.
El martes, por caso, desde Las Fuerzas del Cielo se criticó abiertamente a Macri, al que se lo mencionó como posible “embajador” en el mundo del gobierno en medio de la avanzada de ese sector contra el canciller Gerardo Werthein, cuya permanencia también entró en terreno desconocido. “Basta de viejos demócratas, de viejos que no ganaron las elecciones, que no representan la ideología del gobierno ni la del presidente”, vociferó Daniel Parisini, “El Gordo Dan”, desde su canal de streaming. Parisini responde directamente a Santiago Caputo.
En La Plata mantienen las dudas sobre el accionar de la agrupación ultra K en los acuerdos subterráneos. Entre los intendentes creen que lograrán acercar posturas
Idas y vueltas. Una vez más. Van y vienen los pedidos de apoyo para que el Gobierno bonaerense tenga la habilitación para endeudarse y respire hondo en el medio de una gestión asfixiada por la falta de fondos de la Casa Rosada. Detrás de esas negociaciones cruzadas, permanentes e inestables, está presente la interna del peronismo. La relación tormentosa y furiosa que tienen el kicillofismo y el cristinismo.
Ayer por la tarde, Kicillof hizo un pedido concreto y directo. Tomó la precaución de dejar expuesta la necesidad que tiene su gobierno de obtener el endeudamiento y la situación de debilidad en la que deja a la gestión si la ley no sale. En La Plata se encargaron de reforzarlo. “Si no logramos sacarlo, quedamos en una situación crítica”, precisaron.
“La provincia de Buenos Aires necesita las herramientas para no desproteger a nuestro pueblo. Es una emergencia económica del país y de la provincia. Estamos atravesando una profunda recesión que afecta a todos los sectores”, expresó el Gobernador durante una conferencia de prensa que brindó en La Plata.
Kicillof aseguró que se perdieron “5.000 empresas en la provincia” y “172.000 puestos de trabajo”, además de destacar que hay “mil obras frenadas en todos los rubros” con una gran cantidad de “despidos, suspensiones y cierres de empresas”. El Gobernador habló de “asfixia financiera” por parte del gobierno de Milei.
En la conferencia, que buscó ser una muestra de alineamiento detrás del pedido del Gobernador, había referentes del Frente Renovador, La Cámpora y el peronismo bonaerense, identificado, sobre todo, en los intendentes y el sector sindical.
La cuestión por el endeudamiento deja al descubierto la interna peronista en la Provincia de Buenos Aires (Adrián Escandar)
Sin embargo, hay dos versiones de una misma historia. El presidente del bloque de diputados de Fuerza Patria en la Legislatura Bonaerense, Facundo Tignanelli, es el vocero de la postura del kirchnerismo. En los últimos días no se ha movido un centímetro de su discurso público. Consideró que es necesario sacar la ley de endeudamiento “para poder cumplir con todas las obligaciones que la provincia tiene”. Además, sostuvo que en el peronismo vienen “trabajando para tratar de lograr esa ley tan necesaria”.
La unidad que expresa el legislador camporista, no es decodificada de la misma forma en el kicillofismo, donde desconfían, en forma permanente, de cada una de las negociaciones de la que es parte el cristinismo. “Nos corren el arco todo el tiempo. A la mañana dicen una cosa, a la tarde otra y a la noche una nueva”, se quejó un importante funcionario platense.
En el Gobierno bonaerense y en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) hay una desconfianza permanente sobre cada movimiento del cristinismo. Tiene que ver con que, en el fondo, advierten que la relación política está rota y que nadie de esa tribu quiere que Kicillof sea el candidato a presidente del peronismo ni que se convierta en el sucesor de Cristina Kirchner.
Kicillof en la presentación del Presupuesto 2026
Si no quieren el objetivo de fondo, tampoco van a querer el objetivo a corto plazo. Entonces, el desgaste de la gestión estará siempre presente como una postura del cristinismo para con el kicillofismo. “Quieren ver cuántos nos sacan, cuánto nos debilitan. Están jugando en tándem con algunos sectores de la oposición”, indicaron en una oficina importante de la gobernación.
Entre los intendentes hay una visión más moderada. Creen que no hay “temas sensibles“ sin cerrar y que este miércoles el peronismo llegará con una posición unificada. La clave, entonces, será buscar los votos en los sectores más blandos de la oposición.
La vocación de cerrar acuerdos va a contramano de los sentimientos que atraviesan la relación política entre el kicillofismo y La Cámpora. No se eligen, no se quieren, pero el contexto y las necesidades de ambas partes los lleva a tener que buscar un punto de acuerdo forzado.
En una llamada, de menos de 15 minutos, el presidente de Estados Unidos le dijo al líder del régimen chavista que tenía una semana para abandonar Venezuela con su familia. Ese plazo habría expirado el viernes, según dos fuentes
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se está quedando sin opciones para dimitir y salir de su país bajo un salvoconducto garantizado por Estados Unidos, tras una breve llamada con el presidente estadounidense, Donald Trump, el mes pasado, donde el presidente rechazó una serie de solicitudes del líder venezolano, según cuatro fuentes informadas sobre la llamada.
El llamado, del 21 de noviembre, se produjo después de meses de creciente presión estadounidense sobre Venezuela, incluidos ataques contra presuntos barcos de tráfico de drogas en el Caribe, reiteradas amenazas de Trump de extender las operaciones militares a tierra y la designación del Cártel de los Soles, un grupo que la administración Trump dice incluye a Maduro, como una organización terrorista extranjera.
Maduro y su gobierno siempre han negado todas las acusaciones criminales y dicen que Estados Unidos está buscando un cambio de régimen para tomar el control de los vastos recursos naturales de Venezuela, incluido el petróleo.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa, incluida la eliminación de todas las sanciones estadounidenses y el fin de un caso emblemático que enfrenta ante la Corte Penal Internacional, dijeron tres de las fuentes.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa (REUTERS)
También solicitó el levantamiento de las sanciones a más de 100 funcionarios del gobierno venezolano, muchos de ellos acusados por Estados Unidos de abusos a los derechos humanos, tráfico de drogas o corrupción, según las tres personas.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes.
Trump rechazó la mayoría de sus solicitudes en la llamada, que duró menos de 15 minutos, pero le dijo a Maduro que tenía una semana para salir de Venezuela al destino de su elección junto con sus familiares.
Ese pasaje seguro expiró el viernes, lo que llevó a Trump a declarar el sábado que el espacio aéreo de Venezuela estaba cerrado, dijeron dos de las fuentes. El Miami Herald informó previamente varios detalles de la llamada. La fecha límite del viernes no se había revelado previamente.
Trump confirmó el domingo que había hablado con Maduro, sin proporcionar detalles. La Casa Blanca se negó a dar más detalles, y el Ministerio de Información de Venezuela, encargado de todas las consultas de prensa del gobierno, no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes (REUTERS)
El gobierno de Trump ha declarado que no reconoce a Maduro, en el poder desde 2013, como presidente legítimo de Venezuela. Maduro se proclamó reelegido el año pasado en unas elecciones nacionales que Estados Unidos y otros gobiernos occidentales calificaron de farsa y que, según observadores independientes, obtuvo una victoria abrumadora de la oposición.
El lunes, al dirigirse a los manifestantes, Maduro juró “absoluta lealtad” al pueblo venezolano.
No está claro si Maduro aún puede presentar una nueva propuesta que incluya un salvoconducto. Trump se reunió este lunes con sus principales asesores para abordar la campaña de presión sobre Venezuela, entre otros temas, según informó un alto funcionario estadounidense.
Una fuente con sede en Washington informada sobre las discusiones internas de la administración Trump no descartó la posibilidad de una salida negociada de Maduro, pero enfatizó que aún quedan desacuerdos significativos y detalles importantes sin resolver.
La recompensa millonaria por la captura del dictador Nicolás Maduro
Estados Unidos ha aumentado a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro y ofrece 25 millones de dólares por otros altos funcionarios del gobierno, incluido el ministro del Interior, Diosdado Cabello, acusado en Estados Unidos de presunto narcotráfico, entre otros delitos. Todos han negado las acusaciones.
La administración de Maduro ha solicitado otra llamada con Trump, según las tres fuentes.
El oficialismo podría presentar un bloque de 94 miembros. Mientras, busca que los gobernadores le quiebren la bancada al peronismo
El mundo libertario se encamina a tener el primer festejo parlamentario con la nueva composición del Congreso de la Nación.
Luego del fallido intento por Lorena Villaverde en el Senado, el bloque de LLA tendrá algo para mostrar a la exigente Casa Rosada que solo quiere triunfos y no perdona derrotas. Por estas horas estará ingresando el documento que lleva la firma de Gabriel Bornoroni con el listado de los legisladores que conformarán el bloque de LLA y se quedaría con la primera minoría de laCámara de Diputados.
“En solo 4 años pasamos de dos diputados –Javier Milei y Victoria Villarruel– a ganar la presidencia y sumar 94, 95 diputados” señala, exultante, un diputado de LLA que va a empezar a transitar su tercer año de mandato en pocos días.
Mientras la oposición buscaba reorganizarse y trabajaba sus propias versiones de los proyectos de reformas, el oficialismo se dedicó a salir de caza por el recinto y se llevó en solo un mes más de 14 diputados.
Al término de la elección, el bloque de LLA iba a estar conformado por 79 legisladores. Hubo un principio de conversación con el PRO por un interbloque y el partido amarillo aseguró que iba a apostar por la independencia. Luego de esa decisión, y antes de que comenzara noviembre, se fueron Damián Arabia, Sabrina Ajmechet, Laura Rodríguez Machado, Patricia Vásquez y Silvana Giuidici. Luego se sumaron Marilú González Estevarena, Belén Avico, Carlos Almena y en las últimas horas Verónica Razzini y Alejandro Bongiovanni.
Verónica Razzini junto a Patricia Bullrich y Martín Menem
A este grupo se le sumó el bloque de los radicales con peluca con el tucumano Mariano Campero, el cordobés Luis Picat y el correntino Federico Tournier. Hasta acá, los libertarios sumaban 91 diputados.
Pero los pases no parecen haber terminado y en las últimas horas los libertarios apuestan a sumar entre tres y cuatro diputados más y, por otro lado, incentivan a los gobernadores peronistas no kirchneristas para que se vayan del bloque de UP y armen uno nuevo.
En lo que se refiere a posibles incorporaciones al mundo libertario, se espera la llegada de José Nuñez y de Lorena Petrovich, ambos del PRO. Esta última asumirá para completar el mandato de Silvia Lospennato y todos tienen en Patricia Bullrich su terminal política.
De completarse todos estos pases, el bloque que conduce el cordobés Gabriel Bornoroni llegará a la sesión preparatoria con 94 diputados.
Ese número los dejaría a las puertas de arrebatarle al peronismo la primera minoría y ya sin “peceras” a dónde ir a pescar, la estrategia libertaria se concentró en “empujar” a los gobernadores peronistas a romper el bloque en el Congreso. Principalmente al catamarqueño Raúl Jalil que viene amagando desde hace tiempo con retirar a sus legisladores del bloque de UP.
El peronismo logró contener en las urnas la cantidad de legisladores y el 27 de octubre el bloque que conduce Germán Martínez amaneció con 98 integrantes.
El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, y el de Tucumán, Osvaldo Jaldo (NA)
Pero al poco tiempo el tucumano Javier Noguera anunció que no iba a asumir en el bloque y se iba a Independencia, el bloque del gobernador de esa provincia, Osvaldo Jaldo. Un camino similar seguiría el diputado por San Luis, Jorge “Gato” Fernández.
Pero lo que busca el oficialismo es que los cuatro diputados catamarqueños que responden todos al gobernador Raúl Jalil; o los siete santiagueños que responden a Gerardo Zamora.
“No necesitamos que los gobernadores rompan, necesitamos que uno solo lo haga, con eso nos alcanza”, reconoció un libertario que transita los pasillos de Diputados.
Las negociaciones se mantienen. El oficialismo promete a los gobernadores vía el ministro del Interior, Diego Santilli, y la oposición les recuerda que en dos años no les cumplieron la promesa.
“No sé que van a hacer los catamarqueños, lo que sí te adelanto es que los santiagueños están adentro” aseguró una alta fuente del bloque del peronismo en Diputados.
Los bloques tienen tiempo hasta hoy para presentar su conformación por lo que las negociaciones continuarán durante toda la jornada. En el oficialismo la expectativa es la de pegar el “zarpazo” y quedar como la primera minoría que, más allá del título, los deja muy bien posicionados para lo que será el reparto de las sillas en las comisiones; y con una posición de fortaleza que habrá que ver cómo se traduce en el recinto.