Sociedad
El “lado B” de tener un nombre único en Argentina: “Estuve sin DNI durante meses hasta que un juez habilitó mi inscripción”
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1 mes atráson
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Nombrar a un hijo nunca resulta una decisión simple. En ese proceso se entrecruzan las tradiciones familiares, los significados culturales, las modas del momento y, cada vez más, la búsqueda de un nombre diferente que aporte originalidad. En un país como Argentina, marcado por la mezcla de raíces europeas, pueblos originarios e influencias de inmigraciones recientes, las posibilidades se multiplican y convierten la elección en un desafío tan amplio como simbólico.
Detrás de cada uno de ellos hay una historia particular, muchas veces atravesada por la creatividad, la búsqueda de identidad o incluso un error ortográfico que quedó plasmado para siempre.

Dentro de esa lista aparece “Coven”, uno de esos nombres singulares que, lejos de quedar en el olvido, hoy identifica a un joven de 27 años oriundo de Banfield. Su caso forma parte de un universo que muestra cómo, a la hora de elegir un nombre, los argentinos pueden ser tan creativos como transgresores.

La primera vez que el nombre Coven llegó a los oídos de la familia Marchetti fue a través de un inmigrante. Su bisabuelo escuchó ese apellido, le gustó y decidió utilizarlo para su hijo. Así nació “Coven Oscar”, el primer portador dentro del linaje familiar, que es el abuelo de joven y está fallecido. Con el tiempo, esa rareza quedó registrada en los documentos y se transformó en una marca dentro del árbol genealógico.
Sin embargo, el padre de Coven, no heredó el nombre. Sus padres lo llamaron “Fernando”, como tantos otros en la Argentina. Pero cuando llegó el momento de elegir cómo llamar a su hijo, el hombre decidió rescatar ese nombre único que había marcado a su padre. Y así fue como en 1998 intentó inscribir a su hijo como Coven, aunque el camino no fue tan sencillo.

Los problemas en el Registro Civil
Los padres de Coven se encontraron con un problema burocrático: el nombre no figuraba en ninguna lista oficial y el abuelo que lo había portado ya había fallecido, lo que dificultaba acreditar el antecedente.
Para que el registro lo aceptara, tuvieron que recurrir a un juez, quien elaboró un documento con diez ítems justificativos: que era de fácil pronunciación, que no resultaba ofensivo, que no estaba en otro idioma, entre otras condiciones.

Finalmente, la resolución salió a favor. “Tengo esa hoja encuadrada en mi habitación, firmada y sellada, que aprueba mi nombre”, contó Coven con orgullo. Durante dos meses, mientras tanto, fue un bebé sin documento oficial, hasta que la Justicia lo habilitó.
“Como plan alternativo, mis padres pensaban ponerme Federico, aunque en la intimidad de la familia me iban a llamar Coven”, admitió.
La anécdota que recuerda con humor es la de una empleada del registro que, al escuchar el nombre, le dijo a su madre: “Con tantos nombres lindos, ¿le vas a poner ese?”. Lejos de desanimarse, esa reacción terminó de convencerla.

Coven creció en la localidad bonaerense de Banfield, partido de Lomas de Zamora, a apenas cinco cuadras de la cancha del “Taladro”. Sin embargo, a pesar de que casi toda su familia y sus amigos son fanáticos de Banfield, él tomó otro camino. Su corazón futbolero quedó ligado a Aldosivi de Mar del Plata.
El flechazo surgió en la infancia, en los viajes familiares a Miramar. Su padre, enamorado de la costa atlántica, lo incentivaba a mirar hacia ese club marplatense. “Mi viejo me mostraba la sede de Aldosivi en Punta Mogotes cada vez que pasábamos, me decía que era un buen club. Yo empecé a investigar y me atrapó su historia”, recordó.
El primer partido que presenció fue un Aldosivi-River en la B Nacional. Desde entonces, se hizo socio y compartió con su padre incontables viajes a la costa para alentar al equipo. “Era algo más que fútbol: era un momento de unión con mi viejo, una tradición familiar”, remarcó.

Hace un mes, Coven asumió un nuevo puesto en la Unidad Funcional de Defensa Nº 26 (UFD N° 26) de Ezeiza, que es la defensoría penal que representa a personas imputadas en delitos, brindando asesoramiento y patrocinio jurídico en el fuero penal.
El último episodio fue en las elecciones, cuando al acercarse a la mesa de votación generó confusión entre fiscales y autoridades. “Me miraban esperando que dijera el nombre de verdad. Me pasa seguido, aunque ya aprendí a tomármelo con humor”, aseguró.
También hizo alusión a la reacción de sus amigos de la infancia. “Cuando me conocieron en la primaria, llegaban a sus casas y le decían a sus padres que tenían un compañero llamado Coven. Los padres no les creían, pensaban que era un apellido. Al día siguiente volvían a preguntar en clase para comprobarlo”, señaló.

Descubrir que era el único
El propio Coven comprobó la singularidad de su nombre en 2012, cuando todavía estaba en la secundaria. En ese momento circulaba una nota sobre el sitio del RENAPER que permitía chequear la popularidad de los nombres en el país. “Me metí y decía que en 1998 había nacido una sola persona con ese nombre: yo. Ahí confirmé lo que todos sospechaban: que era único”, recordó.
Desde entonces, cada tanto, amigos y conocidos le reenvían el enlace, como recordatorio de que su nombre sigue siendo una rareza.

Aunque su abuelo fue el primero, él es quien terminó consolidando la singularidad del nombre. Más allá de este rasgo distintos, Coven no planea repetirlo en sus futuros hijos porque prefiere evitar las confusiones que generan los nombres idénticos dentro de una misma familia.
Coven está en pareja con Agustina desde hace 5 años, y a principios de este año arrancaron con la convivencia. “Nunca me gustó la idea de un ‘junior’. Tal vez sí como segundo nombre, o quizás se lo deje a mi hijo para que lo transmita a un nieto, salteando una generación, como pasó conmigo”, reflexionó.

En el resto de su familia predominan los nombres comunes: su hermana se llama Micaela, su padre Fernando y su madre —que falleció hace varios años— se llamaba Mariana. Él es, sin dudas, la excepción.
A lo largo de su vida, Coven aprendió a llevar con orgullo ese nombre único. Sabe que a veces genera desconcierto o dudas, pero también lo identifica de manera inconfundible. “Es parte de mi historia y de la de mi familia. Cada vez que me preguntan, me da la oportunidad de contarla”, concluyó.
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Sociedad
Tras las fuertes lluvias, cómo estará el tiempo en el AMBA durante el inicio de la semana
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3 días atráson
13 octubre, 2025Por
Admin
De acuerdo con el pronóstico del SMN, las condiciones comenzarían a mejorar a partir de hoy
Tras un fin de semana largo marcado por la inestabilidad y la presencia de fuertes tormentas, inicia una nueva semana y llega con una leve mejoría en el tiempo. Si bien no se esperan lluvias en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el cielo estará mayormente nublado. También se espera un aumento en la temperatura.
Hacia el interior de la provincia de Buenos Aires, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), habrá nubosidad variable, con mayor presencia de nubes en el este bonaerense, desde Punta Indio hasta Miramar.

Ya para el martes se prevé que cesen las alertas para todo el territorio bonaerense. Asimismo, el tiempo tendrá una leve mejoría en el AMBA. Si bien la temperatura mínima será de 16 °C y la máxima solamente aumentará a 24 °C, habrá menos viento y el cielo estará más despejado.
En la previa del fin de semana volverá a registrarse un descenso en la temperatura. Aunque la mínima continuará en 17 °C, la máxima solamente alcanzará los 23 °C.
Las alertas que están vigentes en el resto del país
El SMN lanzó advertencias para Chubut (Meseta de Escalante – Sarmiento – Sudoeste de Florentino Ameghino) y Santa Cruz (Meseta de Deseado – Meseta de Magallanes) para este lunes por viento.
Estas áreas serán afectadas por vientos del sector oeste con velocidades entre los 40 y 60 km/h, con ráfagas que pueden alcanzar los 90 km/h.

De la misma manera, el organismo emitió una alerta amarilla para el martes en Mendoza (zona baja de Malargüe) por viento Zonda y en San Luis (zona baja de Belgrano – zona baja de Juan Martín de Pueyrredón), La Rioja (General Juan Facundo Quiroga – General San Martín – Rosario Vera Peñaloza) y Catamarca (Ambato – Ancasti – Capayán – Capital – El Alto – Fray Mamerto Esquiú – La Paz – Paclín – Santa Rosa – Valle Viejo – Zona serrana de Pomán) por viento.
El área de Mendoza afectada por viento Zonda tendrá velocidades estimadas entre 30 y 45 km/h con ráfagas que podrían alcanzar los 65 km/h. Este fenómeno puede provocar reducción de la visibilidad, aumento repentino de la temperatura y condiciones de humedad relativa muy bajas.
Por ello, el SMN recomienda asegurar los elementos que puedan volarse, mantenerse alejado de los árboles, ya que la fuerza del viento podría quebrar alguna de sus ramas, no estacionar vehículos bajo los árboles y mantener las viviendas cerradas de la manera más hermética posible.

Además, aconsejaron contar con una mochila de emergencias que incluya una linterna, una radio, documentos personales y un teléfono, elementos considerados fundamentales para afrontar cualquier eventualidad. Además, subrayaron la importancia de mantenerse informado a través de los canales oficiales, lo que permite recibir actualizaciones y alertas en tiempo real.
Sociedad
Un adolescente fue detenido por el crimen de una chica de 14 años en una fiesta clandestina en Quilmes
Publicado
3 días atráson
13 octubre, 2025Por
Admin
La Policía bonaerense capturó este domingo a A.S., de 17 años, mientras que otro joven, de 18 y apodado “Capucha”, continúa prófugo por el homicidio
Tras el homicidio de Melody Cerdan Avendaño, la adolescente de 14 años que recibió un disparo en su rostro, en medio de un confuso episodio ocurrido durante una fiesta clandestina en Quilmes, personal de la DDI capturó, en las últimas horas, a un sospechoso de 17, indicaron fuentes policiales a Infobae.
Las fuentes precisaron que la aprehensión de presunto homicida, identificado como A.S., se concretó este domingo y su localización fue posible tras las tareas investigativas efectuadas por personal de las divisiones Homicidios y Unidades Investigativas de la DDI Quilmes.
Ahora la Policía se encuentra tras los rastros de T.G., alias “Capucha”, quien también habría participado de la disputa que terminó con la muerte de Melody.
Melody murió tras recibir un balazo en la cabeza mientras participaba de una fiesta clandestina en la Villa La Iapi, en la ciudad de Bernal Oeste, partido de Quilmes.
El escenario del hecho fue una vivienda particular donde, según publicaciones difundidas en redes sociales, se celebraban habitualmente encuentros a los que se accedía mediante el pago de una entrada de 500 pesos y en los que también se vendían bebidas alcohólicas. La reunión derivó en una pelea entre dos adolescentes, pero luego la violencia escaló y se desató el caos.
Testigos informaron que la situación se descontroló rápidamente y produjo pánico, corridas y gritos. En medio de la confusión, Melody fue alcanzada por un disparo que le quitó la vida casi de manera instantánea.
Luego de ello, y según informó el portal La Noticia de Quilmes, algunos de los asistentes a la reunión llamaron de inmediato al 911, y personal del Comando de Patrullas departamental acudió junto a una ambulancia del SAME que trasladó de urgencia a la joven al hospital Iriarte. Los médicos de turno confirmaron su fallecimiento pese a los esfuerzos por reanimarla.
El hecho derivó en un operativo a cargo de agentes de la Comisaría Séptima de Quilmes y de la Fiscalía del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil N°1 de Quilmes, dependiente del Departamento Judicial local.
Los investigadores buscan establecer la secuencia precisa, identificar a quienes portaban armas y determinar quién disparó el proyectil mortal.
Durante la madrugada permanecieron demorados varios adolescentes que estuvieron involucrados en los disturbios, mientras que el personal policial se abocó a tomando declaraciones de posibles testigos. Se secuestraron teléfonos celulares para analizar audios, mensajes y videos compartidos en redes sociales que pudieran aportar elementos para reconstruir la escena.
Además, la Policía continúa revisando las grabaciones de cámaras de seguridad públicas y privadas ubicadas en la cercanía de la vivienda. El objetivo es rastrear movimientos de los asistentes antes, durante y después de la fiesta, y detectar posibles vehículos sospechosos que hayan abandonado la zona poco después del hecho.
Según la familia, muchas personas habrían presenciado el crimen, pero existe temor a represalias y falta de confianza en las autoridades.
Sociedad
Está postrada hace siete años y pide acceder a la eutanasia: “Cualquiera que pase 24 horas como yo pediría lo mismo”
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3 días atráson
13 octubre, 2025Por
Admin
María vive en Moreno, tiene 63 años y una enfermedad autoinmune irreversible que avanza sobre sus articulaciones y huesos. La Corte bonaerense debe resolver su caso
El botón de descarga del inodoro no anda. No importa porque María, la dueña y única habitante estable de esta casita en el fondo de un terreno en La Reja, Moreno, no va al baño de su casa hace siete años. No puede. Una enfermedad autoinmune la tiene postrada en su cama, así que los ocho o diez pasos que separan su cama del inodoro son un abismo infranqueable.
No puede comer si nadie le corta tan chiquito como se les corta a los bebés de seis meses que apenas ingieren sólidos, o si la galletita no se deshizo en el café con leche. No sabe por cuánto tiempo podrá apenas eso a la hora de comer: la parálisis, dice, empieza a apropiarse también de la deglución. No puede quedarse dormida si nadie acomoda las almohadas como las necesita y si esa misma persona no le pone pañales limpios.

María quiere morirse. Y necesita, como para todas las demás acciones desde hace casi una década, ayuda. En noviembre del año pasado, a través de un defensor oficial y con el acompañamiento de su única hija, Mariela, y de su hermana Bety, presentó un recurso de amparo para acceder a un proceso de eutanasia. Pide asistencia legal para morir sin que nadie sea penalizado por el proceso, algo que no está legislado en la Argentina y que por eso intenta gestionar por la vía judicial. No tiene dudas sobre lo que pide, y dice: “Cualquiera que pase 24 horas como yo pediría lo mismo”.

“Esto no es vida”
María del Carmen Ludueña supo con certeza en 2001 de dónde venían los dolores articulares que habían empezado varios años antes. En enero de ese año, y gracias a la intervención de un médico reumatólogo del Hospital Nuestra Señora de Luján, le pudo poner nombre a su cuadro: artritis reumatoidea poliarticular, seropositiva y erosiva en curso grave, resistente a antiinflamatorios, corticoides e hidroxicloroquina. A eso se le sumaba el diagnóstico de osteoporosis con alto riesgo de fractura.
“Los dolores habían empezado en unas vacaciones, en Entre Ríos. Un día me desperté con los pies completamente hinchados y doloridos, ahí empezó todo”, reconstruye María, que se acuerda de cada fecha, de cada médico, de cada internación, de cada droga a la que su cuerpo se fue volviendo resistente. Dolían los pies y las manos, pero sobre todo las rodillas. A veces, todavía le duele la rodilla izquierda, que le amputaron en mayo de este año: es el síndrome del miembro fantasma, que le hace sentir dolor incluso en las partes de su cuerpo que ya no están ahí.
“Yo al Dr. Somma, que es el médico que finalmente logró diagnosticarme, le pregunté si la enfermedad me podía dejar en silla de ruedas. Me dijo que sí. Entonces le pregunté si me podía dejar completamente postrada en una cama. Me dijo que sí. Y yo le agradecí, porque me dijo la verdad y porque hasta ese momento nadie me sabía decir qué iba a pasarme”, cuenta María en la cama desde la que se escucha la tele puesta en un noticiero y se ve el dibujo que hizo su nieta más chica, pegado en una de las puertas del placard.
“Los síntomas eran cada vez peores. Se hinchaba más, dolía más, se deformaban más las manos y los pies”, cuenta María, que igual seguía trabajando. “Yo estaba sola con mi hija, que todavía era chica. Siempre me arreglé para que no nos faltara nada. Así que me arrastraba, arrastraba mis pies, pero iba. Trabajé limpiando casas, en un hotel, me armé un negocito en mi casa. Pero en un momento no pude más”.

La enfermedad autoinmune que sufre María tiene tratamiento pero no tiene cura. En sus formas más graves, deforma articulaciones, cartílagos y huesos. Destruye la estructura ósea y articular del cuerpo. Y duele. Todos los días, a todas las horas. María perdió su pierna izquierda -del muslo para abajo- porque la prótesis que tuvieron que ponerle después de que su rodilla se destruyera fue rechazada por su cuerpo y sufrió una infección casi mortal. Su brazo derecho está doblado a la altura del codo, paralizado, como sus dedos, estirados en distintas direcciones, rígidos.
El riesgo alto de fracturas, producto de la artritis y la osteoporosis, se cobró sus facturas. María tuvo dos caídas graves. “La última fue la que me postró, hace siete años. Yo pensé que con rehabilitación iba a poder recuperarme, pero no pude más nada. Mi cuerpo ya no pudo recuperarse y fui perdiendo cada vez más movilidad”, describe María. Sobre su cama, hay una estructura que, en otras condiciones, le permitiría agarrarse para poder levantarse, o al menos acomodarse en la cama por sus propios medios.
El colchón antiescaras en el que duerme se lo provee PAMI: está roto, se desinfla. La cama ortopédica, indicada por su médica, llegó la semana pasada: PAMI demoró casi un año en darle acceso a esa prestación. Los remedios e insumos que la médica solicita pero que PAMI no provee se pagan con la jubilación de 270.000 pesos que cobra María mensualmente: al menos 70.000 se van en la farmacia.
“¿Quién me puede decir que esto es vida? Esto no es vida, esto es una tortura. Me hablan de darme las mejores condiciones para que tenga la mayor calidad de vida posible, ¿qué calidad de vida? Esto es un calvario, yo lo único que pido es clemencia, que alguien me escuche y me ayude”, dice María. La palabra “calvario” se repite una, dos, diez veces. Es la que más usa para contar cómo es esa permanencia a perpetuidad en la cama en la que la acomodan, la alimentan, le alcanzan agua o una chata, le cambian los pañales para irse a dormir, le cambian el canal del televisor, le dan la pastilla que la ayuda a parar de pensar y dormir.
Cinco proyectos, ninguna ley
Argentina sancionó la Ley de Muerte Digna en 2012. Se trata de la posibilidad de que una persona, ante una enfermedad incurable o terminal, rechace tratamientos médicos que prolonguen artificialmente su vida o causen un sufrimiento desmesurado. Sin embargo, la asistencia legal para morir, también llamada eutanasia activa, no está legislada.

Ahora mismo, y contemplando la Cámara de Diputados y el Senado, hay cinco proyectos de ley para regular la eutanasia que fueron presentados en el Congreso de la Nación y que aún tienen estado parlamentario, es decir, que pueden debatirse. Mariana Juri, Rodolfo Suárez y Miguel Ángel Pichetto son algunos de los legisladores que impulsan alguno de esos proyectos, denominados, según el caso, “Ley de Buena Muerte”, “Buena muerte médicamente asistida” o “Régimen legal de asistencia para terminar con la propia vida”, entre otros. En caso de no debatirse en lo que queda del año legislativo, los cinco proyectos perderán el estado parlamentario y deberán volver a presentarse desde cero.
Como no hay ley que la ampare, María acudió a la vía judicial para que su caso en particular sea evaluado. “El juzgado de primera instancia rechazó el recurso de amparo in limine, es decir, de cuajo, sin interiorizarse con la historia y la situación de María. Simplemente determinó ‘esto no es legal, no se hace’. Apelamos y la Cámara volvió a rechazarlo, así que estamos ante la Corte de la Provincia, donde presentamos un recurso extraordinario”, explica Pablo Molins, defensor oficial en Moreno y abogado de María.
La Corte, que tiene nombrados sólo a tres de los siete jueces que tiene previstos, dio traslado del expediente que cuenta la historia y el pedido de María tanto a la Procuraduría como al Ministerio de Salud provincial para que lo revisen. Esa cartera sería, en última instancia y si se da lugar al pedido de María, la que determine quién le prestaría la asistencia legal para morir. Esa persona, a la vez y por adelantado, debería ser despenalizada.
“La Corte provincial está sobrepasada de trabajo. La Provincia es el mayor distrito judicial del país, por lejos, así que sabemos que puede tardar en definirse, pero es importante algo que pidió el Ministerio Público: que los jueces de ese organismo se acerquen a conocer de cerca la historia de María”, describe Molins.
“Si yo hubiera podido hacer algo, ya lo hubiera hecho”
“Después de la última caída, yo tenía la esperanza de que me iba a recuperar e iba a poder seguir caminando. Con mis dificultades, pero que iba a poder. Pero no me pude levantar más de la cama, mi cuerpo se deterioró muy rápido y ya no pude más. Si yo hubiera podido hacer algo para irme, para morirme, ya lo hubiera hecho. Pero ni siquiera tengo fuerza ni movilidad para eso”, dice María. Habla, concretamente, del suicidio. “Cuando tuve la oportunidad de tomar algo o de tirarme debajo de un tren, todavía tenía la esperanza de que iba a mejorar. Pero la caída me postró y ya no pude hacer nada”, dice.

La decisión de pedir asistencia legal para morir llegó el año pasado. “Una vez que decidí, decidí. Nunca fui y vine con eso, estoy completamente decidida y por eso lo pido. No quiero esta supuesta vida. Mi mejor calidad de vida es que me saquen de este calvario. Esto es demasiado para un ser humano, no puedo más”, asegura María.
Habló con su familia sobre su decisión: “Les dije que yo no quiero vivir más así, que tomé esta decisión. Mi hermana me ayudó a contactar a los abogados para que me ayuden, y gracias a Dios me escucharon. Ahora necesito que me escuchen los jueces”.
No extraña nada, dice María. “No extraño nada porque sé que no puedo hacer nada de lo que extrañe, así que me mentalicé para no entrar esos pensamientos, porque no hay nada de lo que yo podía hacer que ahora pueda seguir haciendo”. No puede jugar al voley como hizo hasta casi los 40 años. No puede cuidar a sus nietos de 15 y de 9. No puede trabajar. No puede subir o bajar de un colectivo. No puede cocinar, ni cambiar de canal el televisor, ni caminar hasta el baño, ni comer una galletita que no venga disuelta en el café con leche que toma con bombilla.
Dice que cree en Dios. “Necesito creer en algo porque creer es como un apoyo, pero esto me lleva a creer cada vez menos, porque si hay un Dios, ¿por qué no me ayuda? ¿por qué no me ayuda lo que sea que haya en el universo”. María llora y, de a ratos, también llora Mariela, su hija, de 41 años.
Mariela vive con sus dos hijos en la casa más grande del terreno, la casa donde su mamá la crió y donde ahora ella atiende a las clientas que buscan arreglarse las uñas o las cejas pero que a fin de cada mes escasean. “Ahora hay una cuidadora de PAMI 8 horas por día, pero antes hacía todo yo”.
Ahora mismo, Mariela se ocupa de todos los trámites ante PAMI y junto a los abogados, de insistir cuando algunos remedios no llegan, de preguntar para cuándo la cama ortopédica. De cortar la comida bien chiquita, limpiar las comisuras de su mamá, acercarle el vaso con agua y la pajita, bajar el volumen de la tele, abrigarla, desabrigarla, acomodarle los almohadones. De acompañarla en este deterioro irreversible que empezó por los dedos de los pies y ahora está paralizando casi completamente todas las cervicales.
“Soy hija única, ya no tengo a mi papá. Es mi mamá y me duele pensar en no tenerla conmigo porque es mi compañera, la que me escucha, la que me pelea, la que me da consejos”, dice Mariela, llora y sigue: “Pero sé lo que sufre, sé cómo es su vida, los dolores que tiene, lo que le toca vivir. Por eso entiendo lo que pide y la acompaño”.

—María, ¿cómo te imaginás el momento que pedís que llegue? El de que alguien te ayude a morir.
—Creo que sería un momento feliz. Que me iría contenta y que libraría mucho a mi hija. Por eso pido que alguien me escuche y se ponga de mi lado. Que alguien trate de vivir un minuto como yo vivo las 24 horas del día. Mirando un techo que ya me sé de memoria, con dolores que no paran. Siento un cansancio de cuerpo y de mente que no puedo describir, por eso quisiera cerrar los ojos e irme. No sé qué me espera después de eso, pero creo que va a ser mejor que lo que tengo ahora.

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