Ayer se cruzaban reproches por la inscripción dispersa en la Capital de candidatos por fuera de la alianza LLA-PRO y del peronismo. El último intento de Manes. Acusaciones cruzadas con Rodríguez Larreta. Bronca de gobernadores con Schiaretti. Inquietudes en torno al 7S
El domingo, a media tarde, al filo del plazo legal de la inscripción de candidatos, un emisario de Facundo Manes llamó al teléfono de Hernán Reyes, reunido junto a dirigentes y asesores de la Coalición Cívica en las oficinas del bloque, frente al Congreso. A esa hora, los intentos por reflotar una opción de centro, moderada, la revitalización de ese espacio que alguna vez se conformó bajo el paraguas de Juntos por el Cambio, la coalición que llevó a Mauricio Macri a la Presidencia en el 2015, estaban caídos. Cuando cortó -una llamada breve-, el legislador que responde a Elisa Carrió contó que el neurocientífico se proponía para la boleta del Senado en esa lista que, al final del día, se inscribiría en soledad. Gastón Manes, hermano del diputado, llamaría un rato más tarde a la fundadora de la Coalición Cívica, que amagó hace meses con presentarse en la provincia de Buenos Aires.
El sábado a la mañana, Carrió, Graciela Ocaña y Reyes aún preveían fotografiarse por la tarde en Recoleta para sellar un acuerdo que, semanas antes, se negoció con la inclusión del radicalismo. También de Manes. Horacio Rodríguez Larreta, legislador electo, participó de las tratativas. Se llegó incluso a crear un grupo de WhatsApp con dirigentes y colaboradores -“Octubre”, lo bautizaron-, se convocó a un consultor que les presentó una serie de encuestas en una oficina vinculada a la líder de Confianza Pública. Martín Lousteau acercó propuestas, en su entorno llegaron a invitar a algunos posibles candidatos sin trayectoria política pero muy taquilleros. Intentó involucrarse Daniel “El Tano” Angelici, sin éxito. El sábado a las 5 de la tarde, Ocaña y Reyes firmaron una postulación conjunta, para el Senado y para Diputados, respectivamente. Veinticuatro horas después, la alianza ya estaba dinamitada.
“Se intentó, estaba todo cerrado, pero nos cambiaron dos veces el acuerdo”, aseguró ayer un colaborador de alguno de esos candidatos que participó de las negociaciones. El domingo a la noche, Ocaña y Lousteau se anotaron bajo el sello de “Ciudadanos Unidos”, la Coalición Cívica se inscribió en soledad, Ricardo López Murphy hizo lo propio, y Manes se postuló por su lado, para el Senado.
El caso de Manes es, tal vez, el más paradigmático. Levantó notablemente el perfil a principios de año cuando se cruzó de manera áspera con Santiago Caputo en la apertura de sesiones de marzo, en el Congreso. Después anunció que se postularía en territorio bonaerense, e incluso llegó a hacer la presentación formal en el distrito de Tigre. Auspiciado por Juan Schiaretti, bajó después a la Ciudad de Buenos Aires. En el cierre de alianzas, propuso un espacio con Lousteau. Entonces negociaron con Rodríguez Larreta, que, según trascendió, puso una serie de objeciones. Cerca de Manes dicen que el recelo fue mutuo. Colaboradores de Lousteau y la UCR también resaltaron que el ex jefe de Gobierno se encargó personalmente de boicotear un renovado espacio de centro que pudiera opacar su elección de mayo, con la que volvió a posicionarse en el escenario porteño, para ser él el que reclute cada sector de cara al 2027, cuando intente otra vez postularse a la Jefatura de Gobierno. Dicen además que lo hizo en compañía de un consultor que tiene especial influencia en las decisiones de Schiaretti.
Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau
“No es así, nosotros queríamos la unidad, teníamos el acuerdo con los ‘lilitos’, con Ocaña y con el radicalismo”, respondieron cerca del legislador electo. Sí reconocen que había resistencia a la figura de Manes. Y que fue Carrió la que planteó reparos con Lousteau.
La dispersión en la Capital de la oferta de centro volvió a reforzar la polarización entre el gobierno y el kirchnerismo de cara a las elecciones de octubre, y exhibió otra vez las dificultades para quebrar esa atracción entre esos dos polos electorales. Peor aún: mostró la desconfianza entre la dirigencia, un mal de época que, de todos modos, atraviesa al sistema político en general.
Ignacio Torres, Maximiliano Pullaro, Martín Llaryora, Carlos Sadir, Claudio Vidal, Santa Cruz
Un escenario similar se plasmó el fin de semana en la inscripción de candidatos para la provincia de Buenos Aires. Al filo del límite legal, Provincias Unidas, el frente de los gobernadores conformado por Carlos Sadir, Ignacio Torres, Martín Llaryora, Maximiliano Pullaro y Claudio Vidal, postuló a Florencio Randazzo, acompañado por Emilio Monzó y Margarita Stolbizer. Ese grupo de dirigentes ya se había juntado para lanzar un espacio de cara a las elecciones provinciales del próximo 7 de septiembre, bajo el sello “Somos Buenos Aires”. Incluía a los intendentes del radicalismo, al GEN y la Coalición Cívica. Y a Julio Zamora, de Tigre, candidato a senador en la primera sección electoral. Al poco tiempo, explotó por el aire. El domingo a las 9 de la noche, la CC de Carrió estaba a punto de presentarse en soledad en territorio bonaerense para el calendario de octubre. Antes de la medianoche se inscribieron finalmente junto a un grupo de intendentes de la UCR.
Ayer, desde ese grupo de gobernadores todavía se masticaba bronca contra Schiaretti, promotor de la postulación de Randazzo en territorio provincial: según trascendió, se había acordado no presentar candidaturas ni en la Capital ni en la provincia de Buenos Aires, solo en sus distritos. Incluso, hubo fuertes discusiones internas por la postulación de una lista con esa marca en San Juan que le competía de manera directa al gobernador Marcelo Orrego.
“Rompieron la marca”, mascullaba ayer un operador del grupo de gobernadores que se presentó en sociedad hace varias semanas bajo el “grito federal”. “Es hora de una depuración”, auspició otro estratega. Más aún: desde ese sector abundaron en que, hacia octubre, no prevén un trabajo activo en post de la boleta de Randazzo. No es, en ese sentido, una buena noticia para el gobierno, que, a diferencia de septiembre, proyecta una elección mucho más auspiciosa. En los últimos meses, desde usinas oficiales, se insistió de manera sistemática con la necesidad de apuntalar una opción de centro que le quite adhesiones a los candidatos del kirchnerismo.
Es la misma estrategia que utilizó en el 2017 María Eugenia Vidal a instancias de sus operadores políticos en las elecciones de medio término. También con Randazzo como candidato, para tratar de esmerilar la postulación de Cristina Kirchner bajo la denominación de Unidad Ciudadana. Su compañero de fórmula para el Senado era Jorge Taiana, ahora cabeza de lista en la provincia de Buenos Aires, asesorados en su momento por el catalán Antoni Gutiérrez-Rubi en su primera incursión en Argentina.
En el caso de la elección bonaerense del 7S, la dispersión de la oferta de centro se materializó después de una complicado cierre de listas que incluyó peleas, discusiones acaloradísimas y escenas de alto voltaje al filo de la inscripción de candidaturas. Un antecedente similar tuvo lugar en mayo, en la Capital, después de los intentos infructuosos del PRO por juntar a todas las piezas de la extinta coalición de Juntos por el Cambio. Cuando el expresidente Macri buscó convencer a Rodríguez Larreta, ya era tarde. ¿El resultado? El PRO, el ex jefe de Gobierno, el radicalismo y la Coalición Cívica se postularon por separado, y La Libertad Avanza ganó por primera vez en la Capital. Con ese precedente, Macri exploró insistentemente un acuerdo con el Gobierno, y se resignó a quedarse con solo dos candidatos a diputados en las listas oficializadas el fin de semana para las elecciones de octubre.
Los referentes políticos que conforman el espacio de Lilita Carrió
En los últimos días, desde el gobierno se mostraron cautelosos frente a la postulación de Zamora en la primera sección electoral. Inquietos frente a la posibilidad de que esa candidatura pierda algo de vigor. Lo mismo sucedía con el espacio de los hermanos Passaglia, de San Nicolás, en la segunda sección electoral, pero desde el otro campamento, el del peronismo, ocupados en que esa oferta de centro no pierda entusiasmo.
La preocupación se extiende en la polarización de la elección bonaerense. Los estrategas de las principales secciones encontraron en estos días un denominador común, sumado al de la alta apatía evidenciada en los comicios de este año: una buena cantidad de votantes no sabe aún qué se vota, y hay una confusión generalizada entre las provinciales de septiembre y las nacionales de octubre.
En La Plata mantienen las dudas sobre el accionar de la agrupación ultra K en los acuerdos subterráneos. Entre los intendentes creen que lograrán acercar posturas
Idas y vueltas. Una vez más. Van y vienen los pedidos de apoyo para que el Gobierno bonaerense tenga la habilitación para endeudarse y respire hondo en el medio de una gestión asfixiada por la falta de fondos de la Casa Rosada. Detrás de esas negociaciones cruzadas, permanentes e inestables, está presente la interna del peronismo. La relación tormentosa y furiosa que tienen el kicillofismo y el cristinismo.
Ayer por la tarde, Kicillof hizo un pedido concreto y directo. Tomó la precaución de dejar expuesta la necesidad que tiene su gobierno de obtener el endeudamiento y la situación de debilidad en la que deja a la gestión si la ley no sale. En La Plata se encargaron de reforzarlo. “Si no logramos sacarlo, quedamos en una situación crítica”, precisaron.
“La provincia de Buenos Aires necesita las herramientas para no desproteger a nuestro pueblo. Es una emergencia económica del país y de la provincia. Estamos atravesando una profunda recesión que afecta a todos los sectores”, expresó el Gobernador durante una conferencia de prensa que brindó en La Plata.
Kicillof aseguró que se perdieron “5.000 empresas en la provincia” y “172.000 puestos de trabajo”, además de destacar que hay “mil obras frenadas en todos los rubros” con una gran cantidad de “despidos, suspensiones y cierres de empresas”. El Gobernador habló de “asfixia financiera” por parte del gobierno de Milei.
En la conferencia, que buscó ser una muestra de alineamiento detrás del pedido del Gobernador, había referentes del Frente Renovador, La Cámpora y el peronismo bonaerense, identificado, sobre todo, en los intendentes y el sector sindical.
La cuestión por el endeudamiento deja al descubierto la interna peronista en la Provincia de Buenos Aires (Adrián Escandar)
Sin embargo, hay dos versiones de una misma historia. El presidente del bloque de diputados de Fuerza Patria en la Legislatura Bonaerense, Facundo Tignanelli, es el vocero de la postura del kirchnerismo. En los últimos días no se ha movido un centímetro de su discurso público. Consideró que es necesario sacar la ley de endeudamiento “para poder cumplir con todas las obligaciones que la provincia tiene”. Además, sostuvo que en el peronismo vienen “trabajando para tratar de lograr esa ley tan necesaria”.
La unidad que expresa el legislador camporista, no es decodificada de la misma forma en el kicillofismo, donde desconfían, en forma permanente, de cada una de las negociaciones de la que es parte el cristinismo. “Nos corren el arco todo el tiempo. A la mañana dicen una cosa, a la tarde otra y a la noche una nueva”, se quejó un importante funcionario platense.
En el Gobierno bonaerense y en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) hay una desconfianza permanente sobre cada movimiento del cristinismo. Tiene que ver con que, en el fondo, advierten que la relación política está rota y que nadie de esa tribu quiere que Kicillof sea el candidato a presidente del peronismo ni que se convierta en el sucesor de Cristina Kirchner.
Kicillof en la presentación del Presupuesto 2026
Si no quieren el objetivo de fondo, tampoco van a querer el objetivo a corto plazo. Entonces, el desgaste de la gestión estará siempre presente como una postura del cristinismo para con el kicillofismo. “Quieren ver cuántos nos sacan, cuánto nos debilitan. Están jugando en tándem con algunos sectores de la oposición”, indicaron en una oficina importante de la gobernación.
Entre los intendentes hay una visión más moderada. Creen que no hay “temas sensibles“ sin cerrar y que este miércoles el peronismo llegará con una posición unificada. La clave, entonces, será buscar los votos en los sectores más blandos de la oposición.
La vocación de cerrar acuerdos va a contramano de los sentimientos que atraviesan la relación política entre el kicillofismo y La Cámpora. No se eligen, no se quieren, pero el contexto y las necesidades de ambas partes los lleva a tener que buscar un punto de acuerdo forzado.
En una llamada, de menos de 15 minutos, el presidente de Estados Unidos le dijo al líder del régimen chavista que tenía una semana para abandonar Venezuela con su familia. Ese plazo habría expirado el viernes, según dos fuentes
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se está quedando sin opciones para dimitir y salir de su país bajo un salvoconducto garantizado por Estados Unidos, tras una breve llamada con el presidente estadounidense, Donald Trump, el mes pasado, donde el presidente rechazó una serie de solicitudes del líder venezolano, según cuatro fuentes informadas sobre la llamada.
El llamado, del 21 de noviembre, se produjo después de meses de creciente presión estadounidense sobre Venezuela, incluidos ataques contra presuntos barcos de tráfico de drogas en el Caribe, reiteradas amenazas de Trump de extender las operaciones militares a tierra y la designación del Cártel de los Soles, un grupo que la administración Trump dice incluye a Maduro, como una organización terrorista extranjera.
Maduro y su gobierno siempre han negado todas las acusaciones criminales y dicen que Estados Unidos está buscando un cambio de régimen para tomar el control de los vastos recursos naturales de Venezuela, incluido el petróleo.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa, incluida la eliminación de todas las sanciones estadounidenses y el fin de un caso emblemático que enfrenta ante la Corte Penal Internacional, dijeron tres de las fuentes.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa (REUTERS)
También solicitó el levantamiento de las sanciones a más de 100 funcionarios del gobierno venezolano, muchos de ellos acusados por Estados Unidos de abusos a los derechos humanos, tráfico de drogas o corrupción, según las tres personas.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes.
Trump rechazó la mayoría de sus solicitudes en la llamada, que duró menos de 15 minutos, pero le dijo a Maduro que tenía una semana para salir de Venezuela al destino de su elección junto con sus familiares.
Ese pasaje seguro expiró el viernes, lo que llevó a Trump a declarar el sábado que el espacio aéreo de Venezuela estaba cerrado, dijeron dos de las fuentes. El Miami Herald informó previamente varios detalles de la llamada. La fecha límite del viernes no se había revelado previamente.
Trump confirmó el domingo que había hablado con Maduro, sin proporcionar detalles. La Casa Blanca se negó a dar más detalles, y el Ministerio de Información de Venezuela, encargado de todas las consultas de prensa del gobierno, no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes (REUTERS)
El gobierno de Trump ha declarado que no reconoce a Maduro, en el poder desde 2013, como presidente legítimo de Venezuela. Maduro se proclamó reelegido el año pasado en unas elecciones nacionales que Estados Unidos y otros gobiernos occidentales calificaron de farsa y que, según observadores independientes, obtuvo una victoria abrumadora de la oposición.
El lunes, al dirigirse a los manifestantes, Maduro juró “absoluta lealtad” al pueblo venezolano.
No está claro si Maduro aún puede presentar una nueva propuesta que incluya un salvoconducto. Trump se reunió este lunes con sus principales asesores para abordar la campaña de presión sobre Venezuela, entre otros temas, según informó un alto funcionario estadounidense.
Una fuente con sede en Washington informada sobre las discusiones internas de la administración Trump no descartó la posibilidad de una salida negociada de Maduro, pero enfatizó que aún quedan desacuerdos significativos y detalles importantes sin resolver.
La recompensa millonaria por la captura del dictador Nicolás Maduro
Estados Unidos ha aumentado a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro y ofrece 25 millones de dólares por otros altos funcionarios del gobierno, incluido el ministro del Interior, Diosdado Cabello, acusado en Estados Unidos de presunto narcotráfico, entre otros delitos. Todos han negado las acusaciones.
La administración de Maduro ha solicitado otra llamada con Trump, según las tres fuentes.
El oficialismo podría presentar un bloque de 94 miembros. Mientras, busca que los gobernadores le quiebren la bancada al peronismo
El mundo libertario se encamina a tener el primer festejo parlamentario con la nueva composición del Congreso de la Nación.
Luego del fallido intento por Lorena Villaverde en el Senado, el bloque de LLA tendrá algo para mostrar a la exigente Casa Rosada que solo quiere triunfos y no perdona derrotas. Por estas horas estará ingresando el documento que lleva la firma de Gabriel Bornoroni con el listado de los legisladores que conformarán el bloque de LLA y se quedaría con la primera minoría de laCámara de Diputados.
“En solo 4 años pasamos de dos diputados –Javier Milei y Victoria Villarruel– a ganar la presidencia y sumar 94, 95 diputados” señala, exultante, un diputado de LLA que va a empezar a transitar su tercer año de mandato en pocos días.
Mientras la oposición buscaba reorganizarse y trabajaba sus propias versiones de los proyectos de reformas, el oficialismo se dedicó a salir de caza por el recinto y se llevó en solo un mes más de 14 diputados.
Al término de la elección, el bloque de LLA iba a estar conformado por 79 legisladores. Hubo un principio de conversación con el PRO por un interbloque y el partido amarillo aseguró que iba a apostar por la independencia. Luego de esa decisión, y antes de que comenzara noviembre, se fueron Damián Arabia, Sabrina Ajmechet, Laura Rodríguez Machado, Patricia Vásquez y Silvana Giuidici. Luego se sumaron Marilú González Estevarena, Belén Avico, Carlos Almena y en las últimas horas Verónica Razzini y Alejandro Bongiovanni.
Verónica Razzini junto a Patricia Bullrich y Martín Menem
A este grupo se le sumó el bloque de los radicales con peluca con el tucumano Mariano Campero, el cordobés Luis Picat y el correntino Federico Tournier. Hasta acá, los libertarios sumaban 91 diputados.
Pero los pases no parecen haber terminado y en las últimas horas los libertarios apuestan a sumar entre tres y cuatro diputados más y, por otro lado, incentivan a los gobernadores peronistas no kirchneristas para que se vayan del bloque de UP y armen uno nuevo.
En lo que se refiere a posibles incorporaciones al mundo libertario, se espera la llegada de José Nuñez y de Lorena Petrovich, ambos del PRO. Esta última asumirá para completar el mandato de Silvia Lospennato y todos tienen en Patricia Bullrich su terminal política.
De completarse todos estos pases, el bloque que conduce el cordobés Gabriel Bornoroni llegará a la sesión preparatoria con 94 diputados.
Ese número los dejaría a las puertas de arrebatarle al peronismo la primera minoría y ya sin “peceras” a dónde ir a pescar, la estrategia libertaria se concentró en “empujar” a los gobernadores peronistas a romper el bloque en el Congreso. Principalmente al catamarqueño Raúl Jalil que viene amagando desde hace tiempo con retirar a sus legisladores del bloque de UP.
El peronismo logró contener en las urnas la cantidad de legisladores y el 27 de octubre el bloque que conduce Germán Martínez amaneció con 98 integrantes.
El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, y el de Tucumán, Osvaldo Jaldo (NA)
Pero al poco tiempo el tucumano Javier Noguera anunció que no iba a asumir en el bloque y se iba a Independencia, el bloque del gobernador de esa provincia, Osvaldo Jaldo. Un camino similar seguiría el diputado por San Luis, Jorge “Gato” Fernández.
Pero lo que busca el oficialismo es que los cuatro diputados catamarqueños que responden todos al gobernador Raúl Jalil; o los siete santiagueños que responden a Gerardo Zamora.
“No necesitamos que los gobernadores rompan, necesitamos que uno solo lo haga, con eso nos alcanza”, reconoció un libertario que transita los pasillos de Diputados.
Las negociaciones se mantienen. El oficialismo promete a los gobernadores vía el ministro del Interior, Diego Santilli, y la oposición les recuerda que en dos años no les cumplieron la promesa.
“No sé que van a hacer los catamarqueños, lo que sí te adelanto es que los santiagueños están adentro” aseguró una alta fuente del bloque del peronismo en Diputados.
Los bloques tienen tiempo hasta hoy para presentar su conformación por lo que las negociaciones continuarán durante toda la jornada. En el oficialismo la expectativa es la de pegar el “zarpazo” y quedar como la primera minoría que, más allá del título, los deja muy bien posicionados para lo que será el reparto de las sillas en las comisiones; y con una posición de fortaleza que habrá que ver cómo se traduce en el recinto.