A pesar de que la estrategia de confrontación y la ausencia de diálogo llevaron al Gobierno a una derrota inédita en el Senado, en las filas del oficialismo se ha profundizado un desprecio por las normas legales y se multiplican las apelaciones a la violencia
El jueves por la tarde, cuando se empezó a vislumbrar la derrota que el oficialismo tendría en el Senado, un hombre muy cercano al Presidente reprodujo un comentario en X donde se le pedía a Javier Milei que repartiera armas para tomar el Congreso y otro donde se sugería que sacara “los tanques a la calle”. La recomendación fue efectuada por Daniel Parisini, el simpático Gordo Dan. Su cercanía al primer mandatario se podrá percibir en unos días cuando ambos –el Presidente y Parisini—compartan un acto en la ciudad de Córdoba, durante el festival llamado “La Derecha Fest”. En la apertura de sesiones ordinarias, además, Parisini apareció en los palcos junto a Santiago Caputo, uno de los vértices del “triángulo de hierro”. Parisini tiene también un programa de streaming que ha sido honrado hace poco más de un mes con una visita presidencial de seis horas. El último hit del conductor fue un programa donde se ensañaba con el legislador socialista Esteban Paulón. Como se trata de un diputado gay, Parisini y los suyos le decían “pedófilo”, una y otra vez, entre carcajadas.
Gordo Dan
Toda esa simbología acompaña a la troupe libertaria desde que Javier Milei irrumpió en la política argentina. Las más de las veces, para sorpresa de cualquiera que recorra la historia de las últimas décadas, estuvo asociada a múltiples victorias. Milei decía que no creía en la democracia, y ganaba. Sus colaboradores dinfundían frases denigrantes para los homosexuales, y Milei ganaba. El candidato, cuando lo era, y el Presidente, desde que lo fue, insultaba a cualquier disidente, y volvía a ganar. Lo curioso de la última semana, es que esas provocaciones –o barbaridades, según quien las describa- quedaron asociadas a una de las derrotas más contundentes que un Gobierno tuvo en el Parlamento argentino. En pocas horas, el Senado aprobó o le dio media sanción a cinco proyectos de ley que el Gobierno resistía. Casi todas las votaciones tuvieron un resultado abrumador. Más de cincuenta votos a favor, 0 en contra.
Se trata de un hecho muy excepcional. En general, los Gobiernos no pierden en el Parlamento. Tienen múltiples recursos para evitar una sesión donde el oficialismo es minoría, o alternativas variadas para realizar alianzas, negociaciones o promover faltazos que eviten el quórum. Hay excepciones, claro. Pero, aun cuando pierdan, las diferencias son mínimas, como ocurrió, por ejemplo, en la famosa votación de la 125, donde Julio Cobos debió desempatar.
Votación en el Senado
En este caso, la derrota fue por demolición. Ese resultado reflejó además la existencia de una alianza, tal vez efímera, entre fuerzas habitualmente antagónicas. Por una vez, coincidieron el kirchnerista bonaerense Axel Kicillof, el radical mendocino Alfredo Cornejo, el peronista cordobés Martín Llaryora y referentes del PRO como el entrerriano Rogelio Frigerio, el chubutense Nacho Torres o el jefe de gobierno porteño Jorge Macri. A todos ellos, luego de la sesión, se sumó nada menos que la vicepresidenta Victoria Villarruel, cuando explicó que los jubilados y los discapacitados no pueden esperar, y en todo caso, si Milei quiere ahorrar fondos, que gaste menos en la SIDE y los viajes al exterior. ¿Kicillof y Villarruel en el mismo barco? ¿Qué es eso?
Hay varias explicaciones posibles para semejante golpazo. Una es lineal: el Gobierno tiene una posición tan extrema que finalmente terminó aislado y perdió. No negocia con nadie, no hace ningún esfuerzo para establecer diálogos ni relaciones permanente ni siquiera con los más cercanos, le pelea a los gobernadores –incluso a los aliados— el territorio de manera muy agresiva. Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe.
Otra explicación posible es que la causa que defendía el Gobierno era tan difícil de defender que, entonces, nadie la defendió. ¿Qué tipo de ajuste es el que le niega todo a los jubilados que cobran la mínima y a los discapacitados una asistencia básica? ¿No estaba escrito que, tarde o temprano, primero la sociedad y luego el Parlamento le pondría un límite a eso? Luis Juez fue bastante explícito cuando detalló por qué votaba a favor de los discapacitados. La tercera explicación agrega a las anteriores la torpeza: se trata de un gobierno con demasiados interlocutores que se odian entre sí y con un Presidente errático e intolerante en el proceso de negociación.
Victoria Villarruel
Pero hay una última variante que tranquiliza al oficialismo. La intransigencia sería, en este caso, la más exitosa de las estrategias posibles. Si triunfa, porque triunfa. Y si es derrotada, porque expone ante la sociedad la perfidia de los victoriosos. Esto último es lo que intentó explicar el ministro de Economía, Luis Caputo, en las horas siguientes a la derrota. Las leyes aprobadas no causarán daño a la economía, explicó. Pero permitirán a la sociedad darse cuenta de quiénes son los que sabotean el futuro de la Patria y eso potenciará el triunfo oficialista en octubre. Se trataba, claro, de una reacción ante el resultado consumado. El jueves de la sesión, tarde, desde la Casa Rosada hicieron lo imposible por hacerla fracasar. Y fracasaron.
De todos modos, la explicación de Caputo abre una pregunta legítima. ¿Será así como él dice? ¿Será que haga lo que haga a Milei le sale todo bien? ¿Si gana gana y si pierde también gana? Caputo tiene algunos antecedentes para ser optimista. Desde el comienzo de su carrera política, Milei aceleró siempre. En todo tiempo y lugar, era él contra el mundo. Y vuelve a ser él contra todos. Tiene a dos tercios de los legisladores en su contra, a todos los gobernadores, a su propia vicepresidenta, a casi todos los medios de comunicación, a la inmensa mayoría de los periodistas más reconocidos, a prácticamente todos los economistas. En la mayoría de los casos, esa relación de fuerzas termina en derrotas terribles como la del jueves, o aún peores.
Pero la verdad es que él ha desafiado una y otra vez esa ley de la naturaleza. Por eso es Presidente. Y, en los comienzos de su mandato, en alguien que lograba poner de rodillas a la clase política que despreciaba mediante la estrategia de la intransigencia.
Algunas cosas han cambiado desde entonces. El tiempo suma imágenes muy potentes que desafían esa idea según la cual de un lado está el Presidente y del otro la casta: el pastor evangélico visitado por Milei que convierte los pesos en dólares; los aliados del presidente que pasan valijas sin que nadie las controle; los visitantes a la Casa Rosada que entran y salen de bóvedas con cajas de seguridad en los días previos al caso $Libra; los diputados que cobran varios millones mientras aleccionan a los médicos y enfermeros del Hospital Garrahan. Todo eso mete un ruido bárbaro y tal vez tenga potencia para debilitar la magia presidencial. Hubo un tiempo en que el Presidente lograba con su sola palabra hacer que todas estas cosas perdieran el sentido que tienen: era él quien definía dónde estaba el bien y dónde estaba el mal. Así son los presidentes cuando tienen poder. En pocos meses se podrá saber si conserva ese don o si, en cambio, él cree que lo tiene pero la sociedad ya sabe que está desnudo.
Javier Milei
En el medio de estos episodios, el oficialismo ha profundizado su desprecio por las normas legales. No se trata solo de Parisini. Desde el jueves, una manada de funcionarios oficialistas, encabezados por el presidente Milei y su ministra Patricia Bullrich, sostiene que la sesión del Senado no fue legítima. Es rarísimo el argumento, pese a que lo repitan una y otra vez. El Senado se reúne todos los jueves. Era jueves. Para que la sesión se realice debe haber una asistencia mínima de 38 senadores. Hubo 42. Previo a la sesión había una discusión sobre si los dictámenes de comisión eran legítimos. Como lo sostiene el reglamento, el Senado votó sobre el tema a favor: eso los hizo legítimos. Pero, además, los proyectos fueron votados por dos tercios de los presentes, lo que les habría otorgado legitimidad aun cuando no hubieran sido aprobados previamente en comisión. Más legal imposible. Sin embargo, el oficialismo negó todo eso. La ley no importa. En ese sentido, la agresión contra Villarruel es una arbitrariedad. Ella hizo lo que una vicepresidenta debía hacer: presidir una sesión en la que había quórum. En la concepción libertaria, el que no obedece es traidor, aun para obedecer deba violar la le ley.
Mientras tanto, tal vez el Gobierno debería pensar acerca de la conveniencia –para la sociedad y para ellos mismos—de utilizar ciertos métodos. En las horas previas a la última elección de la ciudad de Buenos Aires, apareció en las redes un video construido con inteligencia artificial donde Mauricio Macri pedía a los porteños que votaran por Manuel Adorni. Macri se quejó. Milei lo destrató. Con ese antecedente era gracioso, esta misma semana, ver como el secretario de Finanzas Pablo Quirno, el ministro de Economía Luis Caputo y el presidente Javier Milei se indignaban con un video editado donde el periodista Alejandro Fantino pronosticaba varios meses de caos financiero. Si los videítos falsos van en un sentido, después vuelven en otro. Y esto recién empieza.
Lo mismo puede ocurrir con las originales ideas de repartir armas.
En el mundo oficialista más cerrado se ha vuelto común explicar estas reacciones como “chistes”, como cuando el mismo personaje sostuvo que sus seguidores serían el “brazo armado” de Milei y luego explicó que el arma serían los celulares. ¿A quién se le ocurriría de verdad repartir armas para tomar el Congreso? Tal vez sean chistes, tal vez sea un deseo no realizado, vaya uno a saber. Pero, en estos casos, siempre sirve hacer un ejercicio muy sencillo. ¿Cuál hubiera sido la reacción social si un dirigente camporista hubiera llamado a repartir fusiles para defender al Gobierno en 2012? De hecho, hace dos semanas, un militante peronista fue detenido en Santa Fe porque había pintado en una pared una leyenda que decía “Ojo, Rosatti”, algo menos amenazante que la propuesta de repartir armas.
Igual, es posible que haya sido un chiste lo de repartir armas.
Un chiste re gracioso.
Salvo por el hecho de que, al igual que los videos, los chistes los hacen unos y después los hacen los otros.
Así es como todos nos vamos volviendo cada vez más chistosos.
En La Plata mantienen las dudas sobre el accionar de la agrupación ultra K en los acuerdos subterráneos. Entre los intendentes creen que lograrán acercar posturas
Idas y vueltas. Una vez más. Van y vienen los pedidos de apoyo para que el Gobierno bonaerense tenga la habilitación para endeudarse y respire hondo en el medio de una gestión asfixiada por la falta de fondos de la Casa Rosada. Detrás de esas negociaciones cruzadas, permanentes e inestables, está presente la interna del peronismo. La relación tormentosa y furiosa que tienen el kicillofismo y el cristinismo.
Ayer por la tarde, Kicillof hizo un pedido concreto y directo. Tomó la precaución de dejar expuesta la necesidad que tiene su gobierno de obtener el endeudamiento y la situación de debilidad en la que deja a la gestión si la ley no sale. En La Plata se encargaron de reforzarlo. “Si no logramos sacarlo, quedamos en una situación crítica”, precisaron.
“La provincia de Buenos Aires necesita las herramientas para no desproteger a nuestro pueblo. Es una emergencia económica del país y de la provincia. Estamos atravesando una profunda recesión que afecta a todos los sectores”, expresó el Gobernador durante una conferencia de prensa que brindó en La Plata.
Kicillof aseguró que se perdieron “5.000 empresas en la provincia” y “172.000 puestos de trabajo”, además de destacar que hay “mil obras frenadas en todos los rubros” con una gran cantidad de “despidos, suspensiones y cierres de empresas”. El Gobernador habló de “asfixia financiera” por parte del gobierno de Milei.
En la conferencia, que buscó ser una muestra de alineamiento detrás del pedido del Gobernador, había referentes del Frente Renovador, La Cámpora y el peronismo bonaerense, identificado, sobre todo, en los intendentes y el sector sindical.
La cuestión por el endeudamiento deja al descubierto la interna peronista en la Provincia de Buenos Aires (Adrián Escandar)
Sin embargo, hay dos versiones de una misma historia. El presidente del bloque de diputados de Fuerza Patria en la Legislatura Bonaerense, Facundo Tignanelli, es el vocero de la postura del kirchnerismo. En los últimos días no se ha movido un centímetro de su discurso público. Consideró que es necesario sacar la ley de endeudamiento “para poder cumplir con todas las obligaciones que la provincia tiene”. Además, sostuvo que en el peronismo vienen “trabajando para tratar de lograr esa ley tan necesaria”.
La unidad que expresa el legislador camporista, no es decodificada de la misma forma en el kicillofismo, donde desconfían, en forma permanente, de cada una de las negociaciones de la que es parte el cristinismo. “Nos corren el arco todo el tiempo. A la mañana dicen una cosa, a la tarde otra y a la noche una nueva”, se quejó un importante funcionario platense.
En el Gobierno bonaerense y en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) hay una desconfianza permanente sobre cada movimiento del cristinismo. Tiene que ver con que, en el fondo, advierten que la relación política está rota y que nadie de esa tribu quiere que Kicillof sea el candidato a presidente del peronismo ni que se convierta en el sucesor de Cristina Kirchner.
Kicillof en la presentación del Presupuesto 2026
Si no quieren el objetivo de fondo, tampoco van a querer el objetivo a corto plazo. Entonces, el desgaste de la gestión estará siempre presente como una postura del cristinismo para con el kicillofismo. “Quieren ver cuántos nos sacan, cuánto nos debilitan. Están jugando en tándem con algunos sectores de la oposición”, indicaron en una oficina importante de la gobernación.
Entre los intendentes hay una visión más moderada. Creen que no hay “temas sensibles“ sin cerrar y que este miércoles el peronismo llegará con una posición unificada. La clave, entonces, será buscar los votos en los sectores más blandos de la oposición.
La vocación de cerrar acuerdos va a contramano de los sentimientos que atraviesan la relación política entre el kicillofismo y La Cámpora. No se eligen, no se quieren, pero el contexto y las necesidades de ambas partes los lleva a tener que buscar un punto de acuerdo forzado.
En una llamada, de menos de 15 minutos, el presidente de Estados Unidos le dijo al líder del régimen chavista que tenía una semana para abandonar Venezuela con su familia. Ese plazo habría expirado el viernes, según dos fuentes
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se está quedando sin opciones para dimitir y salir de su país bajo un salvoconducto garantizado por Estados Unidos, tras una breve llamada con el presidente estadounidense, Donald Trump, el mes pasado, donde el presidente rechazó una serie de solicitudes del líder venezolano, según cuatro fuentes informadas sobre la llamada.
El llamado, del 21 de noviembre, se produjo después de meses de creciente presión estadounidense sobre Venezuela, incluidos ataques contra presuntos barcos de tráfico de drogas en el Caribe, reiteradas amenazas de Trump de extender las operaciones militares a tierra y la designación del Cártel de los Soles, un grupo que la administración Trump dice incluye a Maduro, como una organización terrorista extranjera.
Maduro y su gobierno siempre han negado todas las acusaciones criminales y dicen que Estados Unidos está buscando un cambio de régimen para tomar el control de los vastos recursos naturales de Venezuela, incluido el petróleo.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa, incluida la eliminación de todas las sanciones estadounidenses y el fin de un caso emblemático que enfrenta ante la Corte Penal Internacional, dijeron tres de las fuentes.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa (REUTERS)
También solicitó el levantamiento de las sanciones a más de 100 funcionarios del gobierno venezolano, muchos de ellos acusados por Estados Unidos de abusos a los derechos humanos, tráfico de drogas o corrupción, según las tres personas.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes.
Trump rechazó la mayoría de sus solicitudes en la llamada, que duró menos de 15 minutos, pero le dijo a Maduro que tenía una semana para salir de Venezuela al destino de su elección junto con sus familiares.
Ese pasaje seguro expiró el viernes, lo que llevó a Trump a declarar el sábado que el espacio aéreo de Venezuela estaba cerrado, dijeron dos de las fuentes. El Miami Herald informó previamente varios detalles de la llamada. La fecha límite del viernes no se había revelado previamente.
Trump confirmó el domingo que había hablado con Maduro, sin proporcionar detalles. La Casa Blanca se negó a dar más detalles, y el Ministerio de Información de Venezuela, encargado de todas las consultas de prensa del gobierno, no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes (REUTERS)
El gobierno de Trump ha declarado que no reconoce a Maduro, en el poder desde 2013, como presidente legítimo de Venezuela. Maduro se proclamó reelegido el año pasado en unas elecciones nacionales que Estados Unidos y otros gobiernos occidentales calificaron de farsa y que, según observadores independientes, obtuvo una victoria abrumadora de la oposición.
El lunes, al dirigirse a los manifestantes, Maduro juró “absoluta lealtad” al pueblo venezolano.
No está claro si Maduro aún puede presentar una nueva propuesta que incluya un salvoconducto. Trump se reunió este lunes con sus principales asesores para abordar la campaña de presión sobre Venezuela, entre otros temas, según informó un alto funcionario estadounidense.
Una fuente con sede en Washington informada sobre las discusiones internas de la administración Trump no descartó la posibilidad de una salida negociada de Maduro, pero enfatizó que aún quedan desacuerdos significativos y detalles importantes sin resolver.
La recompensa millonaria por la captura del dictador Nicolás Maduro
Estados Unidos ha aumentado a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro y ofrece 25 millones de dólares por otros altos funcionarios del gobierno, incluido el ministro del Interior, Diosdado Cabello, acusado en Estados Unidos de presunto narcotráfico, entre otros delitos. Todos han negado las acusaciones.
La administración de Maduro ha solicitado otra llamada con Trump, según las tres fuentes.
El oficialismo podría presentar un bloque de 94 miembros. Mientras, busca que los gobernadores le quiebren la bancada al peronismo
El mundo libertario se encamina a tener el primer festejo parlamentario con la nueva composición del Congreso de la Nación.
Luego del fallido intento por Lorena Villaverde en el Senado, el bloque de LLA tendrá algo para mostrar a la exigente Casa Rosada que solo quiere triunfos y no perdona derrotas. Por estas horas estará ingresando el documento que lleva la firma de Gabriel Bornoroni con el listado de los legisladores que conformarán el bloque de LLA y se quedaría con la primera minoría de laCámara de Diputados.
“En solo 4 años pasamos de dos diputados –Javier Milei y Victoria Villarruel– a ganar la presidencia y sumar 94, 95 diputados” señala, exultante, un diputado de LLA que va a empezar a transitar su tercer año de mandato en pocos días.
Mientras la oposición buscaba reorganizarse y trabajaba sus propias versiones de los proyectos de reformas, el oficialismo se dedicó a salir de caza por el recinto y se llevó en solo un mes más de 14 diputados.
Al término de la elección, el bloque de LLA iba a estar conformado por 79 legisladores. Hubo un principio de conversación con el PRO por un interbloque y el partido amarillo aseguró que iba a apostar por la independencia. Luego de esa decisión, y antes de que comenzara noviembre, se fueron Damián Arabia, Sabrina Ajmechet, Laura Rodríguez Machado, Patricia Vásquez y Silvana Giuidici. Luego se sumaron Marilú González Estevarena, Belén Avico, Carlos Almena y en las últimas horas Verónica Razzini y Alejandro Bongiovanni.
Verónica Razzini junto a Patricia Bullrich y Martín Menem
A este grupo se le sumó el bloque de los radicales con peluca con el tucumano Mariano Campero, el cordobés Luis Picat y el correntino Federico Tournier. Hasta acá, los libertarios sumaban 91 diputados.
Pero los pases no parecen haber terminado y en las últimas horas los libertarios apuestan a sumar entre tres y cuatro diputados más y, por otro lado, incentivan a los gobernadores peronistas no kirchneristas para que se vayan del bloque de UP y armen uno nuevo.
En lo que se refiere a posibles incorporaciones al mundo libertario, se espera la llegada de José Nuñez y de Lorena Petrovich, ambos del PRO. Esta última asumirá para completar el mandato de Silvia Lospennato y todos tienen en Patricia Bullrich su terminal política.
De completarse todos estos pases, el bloque que conduce el cordobés Gabriel Bornoroni llegará a la sesión preparatoria con 94 diputados.
Ese número los dejaría a las puertas de arrebatarle al peronismo la primera minoría y ya sin “peceras” a dónde ir a pescar, la estrategia libertaria se concentró en “empujar” a los gobernadores peronistas a romper el bloque en el Congreso. Principalmente al catamarqueño Raúl Jalil que viene amagando desde hace tiempo con retirar a sus legisladores del bloque de UP.
El peronismo logró contener en las urnas la cantidad de legisladores y el 27 de octubre el bloque que conduce Germán Martínez amaneció con 98 integrantes.
El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, y el de Tucumán, Osvaldo Jaldo (NA)
Pero al poco tiempo el tucumano Javier Noguera anunció que no iba a asumir en el bloque y se iba a Independencia, el bloque del gobernador de esa provincia, Osvaldo Jaldo. Un camino similar seguiría el diputado por San Luis, Jorge “Gato” Fernández.
Pero lo que busca el oficialismo es que los cuatro diputados catamarqueños que responden todos al gobernador Raúl Jalil; o los siete santiagueños que responden a Gerardo Zamora.
“No necesitamos que los gobernadores rompan, necesitamos que uno solo lo haga, con eso nos alcanza”, reconoció un libertario que transita los pasillos de Diputados.
Las negociaciones se mantienen. El oficialismo promete a los gobernadores vía el ministro del Interior, Diego Santilli, y la oposición les recuerda que en dos años no les cumplieron la promesa.
“No sé que van a hacer los catamarqueños, lo que sí te adelanto es que los santiagueños están adentro” aseguró una alta fuente del bloque del peronismo en Diputados.
Los bloques tienen tiempo hasta hoy para presentar su conformación por lo que las negociaciones continuarán durante toda la jornada. En el oficialismo la expectativa es la de pegar el “zarpazo” y quedar como la primera minoría que, más allá del título, los deja muy bien posicionados para lo que será el reparto de las sillas en las comisiones; y con una posición de fortaleza que habrá que ver cómo se traduce en el recinto.