Menos de un cuarto de los jefes provinciales que firmaron el acuerdo en el 2024 preveían anoche viajar para la vigilia oficial del 9 de julio. Se complica el escenario en el Congreso para el Ejecutivo
Un año después de la firma del Pacto de Mayo, menos de un cuarto de los gobernadores que esa fría noche del 2024 viajaron a Tucumán preveían ayer volver al acto de vigilia del 9 de Julio, que Javier Milei encabezará esta noche en esa provincia.
El contraste es muy significativo porque esa madrugada, con excepción de los más opositores, los jefes provinciales coparon la capital tucumana para sellar una alianza política con la Casa Rosada que se evidenció en la aprobación de la ley de bases y el paquete fiscal, la piedra fundacional de Milei que le dio gobernabilidad en el Parlamento. Ese pacto está en riesgo. La semana pasada, los gobernadores presentaron en el Senado dos proyectos para distribuir los aportes del tesoro y repartir de manera directa el impuesto a los combustibles que podrían tener media sanción el próximo jueves, y amenazan con no blindar al gobierno en el veto a la actualización de las jubilaciones si es que el proyecto de recomposición es aprobado en el Congreso. Una luz de alerta máxima en el tablero de decisiones del Ejecutivo y en la relación con las provincias.
“Mañana definimos”, dijo anoche un gobernador peronista, de buena relación con el Ejecutivo, en alusión al acto de hoy del presidente. El viernes, el área de protocolo envió las invitaciones formales a las provincias. El fin de semana, varios gobernadores intercambiaron mensajes para definir si asistir o no a la ceremonia de vigilia del 9 de Julio. Los del PRO y la UCR definieron no ser de la partida. Excusados, en su mayoría, por compromisos previos, como Maximiliano Pullaro, que viajó a Washington y Nueva York en busca de financiamiento de su plan de obras. Incluso, Alfredo Cornejo, el representante de las provincias en el demoradísimo Consejo de Mayo, se justificó por la falta de vuelos y porque ya había organizado el desfile patrio en su distrito.
Entre los jefes provinciales todavía había chanzas anoche por la confirmación del misionero Hugo Passalacqua, que se apuró en confirmar su presencia pensando que el resto de los colegas sería de la partida. Además del anfitrión, Osvaldo Jaldo, se preveía ayer la visita del salteño Gustavo Sáenz. Todavía era una incógnita si Raúl Jalil, un aliado,viajaría a Tucumán. “Los gobernadores ya hemos ajustado, incluso más que la Nación”, subrayó el catamarqueño el domingo en un reportaje en el diario La Nación. Se esperaba la participación de algunos vicegobernadores. El viernes, en el acto de anuncio de ampliación del Gasoducto Cordillerano en Chubut, el anfitrión, Ignacio Torres, escuchó con asombro como sus colegas Rolando Figueroa y Alberto Weretilneck hablaron a viva voz, sin filtro, contra la Casa Rosada. Torres no suele asombrarse por nada.
Karina Milei, Eduardo “Lule” Menem y el gobernador Gustavo Sáenz
Es que la vigilia de hoy se da en medio de una suerte de rebelión de los gobernadores que se agruparon en su totalidad, incluido el jefe de Gobierno porteño, para reclamarle al Ejecutivo por un reparto más justo de los recursos coparticipables y la eliminación de casi media docena de fondos fiduciarios que se nutren del impuesto a los combustibles líquidos, y que las provincias quieren recibir directamente para hacerle frente a la caída abrupta de los ingresos que reciben de Nación, que se desplomaron por la recesión económica.
“Si en mi provincia todos los intendentes, los del peronismo pero también los del PRO o los de la UCR, se reunieran en mi contra, yo me preocuparía…”, resaltó este lunes un gobernador peronista del norte que está muy inquieto por la falta de respuestas de la Casa Rosada.
Hasta ayer, nadie del Gobierno se había comunicado con los jefes provinciales para dar una respuesta a los pedidos que, tras las advertencias, terminaron el miércoles pasado a las 19 en la mesa de entradas del Senado. Ayer, se especulaba con que la oposición y los aliados podrían convocar a una sesión para este jueves para avanzar con la actualización de las jubilaciones. Trascendió además que existía una moción de los mandatarios provinciales para que los dos proyectos presentados, de distribución de los ATN -el remante sin repartir ascendía a un billón de pesos- y del impuesto a los combustibles, puedan ser tratados sobre tablas, sin pasar por comisiones.
De prosperar, la iniciativa formalizaría un antecedente muy complejo para el Ejecutivo, que ya avisó que tiene previsto volver a vetar cualquier proyecto que altere el programa fiscal de déficit cero. ¿Tiene el Gobierno los votos para blindar otra vez cualquier intento de veto?
“Nosotros queremos que al Gobierno le vaya bien. Lo que no sabemos es si la Casa Rosada quiere que nos vaya bien a nosotros”, se descargó ayer un gobernador aliado del centro del país. Y agregó: “La fortaleza que tiene ahora el Gobierno es la herramienta del veto, si pierden eso no les queda nada”.
El proyecto de los gobernadores
La avanzada de las provincias, reflejada por este medio en las últimas semanas, se da además en medio de una serie de trascendidos cada vez más palpables en torno al funcionamiento del sistema de toma de decisiones del triángulo de hierro, atravesado por una interna feroz entre los primos Eduardo “Lule” y Martín Menem, del riñón de Karina Milei, y el sector que responde al consultor Santiago Caputo, que se había erigido hasta ahora como el principal negociador con los gobernadores en el Congreso. La relación de fuerzas pareció empezar a cambiar en los últimos tiempos, acentuada por la irrupción del calendario electoral y algunos cierres, como el reciente de Corrientes, que alejó a la Casa Rosada con Gustavo Valdés.
Ayer, Sáenz, un aliado que la semana pasada se desmarcó del gobierno cuando aportó al quórum en una sesión incómoda para el Ejecutivo, viajó hasta Buenos Aires para fotografiarse en Casa Rosada con la hermana del presidente y “Lule” Menem. Una imagen con impacto entre los gobernadores que hizo ruido puertas adentro. “El dato político no es el encuentro, si no quiénes lo recibieron en Casa Rosada”, opinó un operador provincial. ¿Se trató solo de un caso aislado?
Es una pregunta que rondó por las provincias en estas horas y que tiene que ver con el destrato que recibieron los gobernadores en las últimas semanas: primero fue Carlos Guberman, el secretario de Hacienda, enviado por el ministro de Economía al CFI a rechazar las propuestas de los 23 jefes provinciales y el jefe de gobierno de la Ciudad, y después la cúpula del Ejecutivo, que no operó de manera activa como en otros debates parlamentarios para reducir el margen de acción de la oposición y los aliados. En oficinas del PRO aseguran, incluso, que hasta Mauricio Macri, cuya presencia de hace un año en Tucumán se destacó porque volvió de urgencia de Europa para esa puesta en escena y apenas fue reconocido, está embanderado con el reclamo de las provincias.
Hasta ayer a la tarde, ni Guberman, ni Guillermo Francos, tampoco Lisandro Catalán, que el fin de semana sí se comunicó con algunos gobernadores para reiterar la invitación a Tucumán, habían activado el WhatsApp para trasladar alguna nueva propuesta. Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, uno de los más creativos en la redacción de las iniciativas, había sugerido repartir en partes iguales los ATN entre la nación y las provincias. Tampoco tuvieron respuesta.
El ex presidente Mauricio Macri en la firma del Pacto de Mayo (Nicolás Nuñez)
En el caso de Milei, su interacción con los jefes provinciales también se redujo drásticamente en los últimos meses hasta el mínimo. El presidente, de todos modos, nunca tuvo un vínculo aceitado con las provincias. Jamás le interesó. El sábado, de hecho, viajó hasta Chaco para participar de la inauguración de un acto evangélico y ni siquiera tuvo un mano a mano con Leandro Zdero, con el que tejió una alianza electoral en las elecciones provinciales de principio de año. A Milei no le interesan los vínculos políticos. A pesar de lo que creen varios funcionarios y operadores de su administración, que avizoran un escenario que puede afectar la gobernabilidad antes de las elecciones de octubre.
En La Plata mantienen las dudas sobre el accionar de la agrupación ultra K en los acuerdos subterráneos. Entre los intendentes creen que lograrán acercar posturas
Idas y vueltas. Una vez más. Van y vienen los pedidos de apoyo para que el Gobierno bonaerense tenga la habilitación para endeudarse y respire hondo en el medio de una gestión asfixiada por la falta de fondos de la Casa Rosada. Detrás de esas negociaciones cruzadas, permanentes e inestables, está presente la interna del peronismo. La relación tormentosa y furiosa que tienen el kicillofismo y el cristinismo.
Ayer por la tarde, Kicillof hizo un pedido concreto y directo. Tomó la precaución de dejar expuesta la necesidad que tiene su gobierno de obtener el endeudamiento y la situación de debilidad en la que deja a la gestión si la ley no sale. En La Plata se encargaron de reforzarlo. “Si no logramos sacarlo, quedamos en una situación crítica”, precisaron.
“La provincia de Buenos Aires necesita las herramientas para no desproteger a nuestro pueblo. Es una emergencia económica del país y de la provincia. Estamos atravesando una profunda recesión que afecta a todos los sectores”, expresó el Gobernador durante una conferencia de prensa que brindó en La Plata.
Kicillof aseguró que se perdieron “5.000 empresas en la provincia” y “172.000 puestos de trabajo”, además de destacar que hay “mil obras frenadas en todos los rubros” con una gran cantidad de “despidos, suspensiones y cierres de empresas”. El Gobernador habló de “asfixia financiera” por parte del gobierno de Milei.
En la conferencia, que buscó ser una muestra de alineamiento detrás del pedido del Gobernador, había referentes del Frente Renovador, La Cámpora y el peronismo bonaerense, identificado, sobre todo, en los intendentes y el sector sindical.
La cuestión por el endeudamiento deja al descubierto la interna peronista en la Provincia de Buenos Aires (Adrián Escandar)
Sin embargo, hay dos versiones de una misma historia. El presidente del bloque de diputados de Fuerza Patria en la Legislatura Bonaerense, Facundo Tignanelli, es el vocero de la postura del kirchnerismo. En los últimos días no se ha movido un centímetro de su discurso público. Consideró que es necesario sacar la ley de endeudamiento “para poder cumplir con todas las obligaciones que la provincia tiene”. Además, sostuvo que en el peronismo vienen “trabajando para tratar de lograr esa ley tan necesaria”.
La unidad que expresa el legislador camporista, no es decodificada de la misma forma en el kicillofismo, donde desconfían, en forma permanente, de cada una de las negociaciones de la que es parte el cristinismo. “Nos corren el arco todo el tiempo. A la mañana dicen una cosa, a la tarde otra y a la noche una nueva”, se quejó un importante funcionario platense.
En el Gobierno bonaerense y en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) hay una desconfianza permanente sobre cada movimiento del cristinismo. Tiene que ver con que, en el fondo, advierten que la relación política está rota y que nadie de esa tribu quiere que Kicillof sea el candidato a presidente del peronismo ni que se convierta en el sucesor de Cristina Kirchner.
Kicillof en la presentación del Presupuesto 2026
Si no quieren el objetivo de fondo, tampoco van a querer el objetivo a corto plazo. Entonces, el desgaste de la gestión estará siempre presente como una postura del cristinismo para con el kicillofismo. “Quieren ver cuántos nos sacan, cuánto nos debilitan. Están jugando en tándem con algunos sectores de la oposición”, indicaron en una oficina importante de la gobernación.
Entre los intendentes hay una visión más moderada. Creen que no hay “temas sensibles“ sin cerrar y que este miércoles el peronismo llegará con una posición unificada. La clave, entonces, será buscar los votos en los sectores más blandos de la oposición.
La vocación de cerrar acuerdos va a contramano de los sentimientos que atraviesan la relación política entre el kicillofismo y La Cámpora. No se eligen, no se quieren, pero el contexto y las necesidades de ambas partes los lleva a tener que buscar un punto de acuerdo forzado.
En una llamada, de menos de 15 minutos, el presidente de Estados Unidos le dijo al líder del régimen chavista que tenía una semana para abandonar Venezuela con su familia. Ese plazo habría expirado el viernes, según dos fuentes
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se está quedando sin opciones para dimitir y salir de su país bajo un salvoconducto garantizado por Estados Unidos, tras una breve llamada con el presidente estadounidense, Donald Trump, el mes pasado, donde el presidente rechazó una serie de solicitudes del líder venezolano, según cuatro fuentes informadas sobre la llamada.
El llamado, del 21 de noviembre, se produjo después de meses de creciente presión estadounidense sobre Venezuela, incluidos ataques contra presuntos barcos de tráfico de drogas en el Caribe, reiteradas amenazas de Trump de extender las operaciones militares a tierra y la designación del Cártel de los Soles, un grupo que la administración Trump dice incluye a Maduro, como una organización terrorista extranjera.
Maduro y su gobierno siempre han negado todas las acusaciones criminales y dicen que Estados Unidos está buscando un cambio de régimen para tomar el control de los vastos recursos naturales de Venezuela, incluido el petróleo.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa, incluida la eliminación de todas las sanciones estadounidenses y el fin de un caso emblemático que enfrenta ante la Corte Penal Internacional, dijeron tres de las fuentes.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa (REUTERS)
También solicitó el levantamiento de las sanciones a más de 100 funcionarios del gobierno venezolano, muchos de ellos acusados por Estados Unidos de abusos a los derechos humanos, tráfico de drogas o corrupción, según las tres personas.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes.
Trump rechazó la mayoría de sus solicitudes en la llamada, que duró menos de 15 minutos, pero le dijo a Maduro que tenía una semana para salir de Venezuela al destino de su elección junto con sus familiares.
Ese pasaje seguro expiró el viernes, lo que llevó a Trump a declarar el sábado que el espacio aéreo de Venezuela estaba cerrado, dijeron dos de las fuentes. El Miami Herald informó previamente varios detalles de la llamada. La fecha límite del viernes no se había revelado previamente.
Trump confirmó el domingo que había hablado con Maduro, sin proporcionar detalles. La Casa Blanca se negó a dar más detalles, y el Ministerio de Información de Venezuela, encargado de todas las consultas de prensa del gobierno, no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes (REUTERS)
El gobierno de Trump ha declarado que no reconoce a Maduro, en el poder desde 2013, como presidente legítimo de Venezuela. Maduro se proclamó reelegido el año pasado en unas elecciones nacionales que Estados Unidos y otros gobiernos occidentales calificaron de farsa y que, según observadores independientes, obtuvo una victoria abrumadora de la oposición.
El lunes, al dirigirse a los manifestantes, Maduro juró “absoluta lealtad” al pueblo venezolano.
No está claro si Maduro aún puede presentar una nueva propuesta que incluya un salvoconducto. Trump se reunió este lunes con sus principales asesores para abordar la campaña de presión sobre Venezuela, entre otros temas, según informó un alto funcionario estadounidense.
Una fuente con sede en Washington informada sobre las discusiones internas de la administración Trump no descartó la posibilidad de una salida negociada de Maduro, pero enfatizó que aún quedan desacuerdos significativos y detalles importantes sin resolver.
La recompensa millonaria por la captura del dictador Nicolás Maduro
Estados Unidos ha aumentado a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro y ofrece 25 millones de dólares por otros altos funcionarios del gobierno, incluido el ministro del Interior, Diosdado Cabello, acusado en Estados Unidos de presunto narcotráfico, entre otros delitos. Todos han negado las acusaciones.
La administración de Maduro ha solicitado otra llamada con Trump, según las tres fuentes.
El oficialismo podría presentar un bloque de 94 miembros. Mientras, busca que los gobernadores le quiebren la bancada al peronismo
El mundo libertario se encamina a tener el primer festejo parlamentario con la nueva composición del Congreso de la Nación.
Luego del fallido intento por Lorena Villaverde en el Senado, el bloque de LLA tendrá algo para mostrar a la exigente Casa Rosada que solo quiere triunfos y no perdona derrotas. Por estas horas estará ingresando el documento que lleva la firma de Gabriel Bornoroni con el listado de los legisladores que conformarán el bloque de LLA y se quedaría con la primera minoría de laCámara de Diputados.
“En solo 4 años pasamos de dos diputados –Javier Milei y Victoria Villarruel– a ganar la presidencia y sumar 94, 95 diputados” señala, exultante, un diputado de LLA que va a empezar a transitar su tercer año de mandato en pocos días.
Mientras la oposición buscaba reorganizarse y trabajaba sus propias versiones de los proyectos de reformas, el oficialismo se dedicó a salir de caza por el recinto y se llevó en solo un mes más de 14 diputados.
Al término de la elección, el bloque de LLA iba a estar conformado por 79 legisladores. Hubo un principio de conversación con el PRO por un interbloque y el partido amarillo aseguró que iba a apostar por la independencia. Luego de esa decisión, y antes de que comenzara noviembre, se fueron Damián Arabia, Sabrina Ajmechet, Laura Rodríguez Machado, Patricia Vásquez y Silvana Giuidici. Luego se sumaron Marilú González Estevarena, Belén Avico, Carlos Almena y en las últimas horas Verónica Razzini y Alejandro Bongiovanni.
Verónica Razzini junto a Patricia Bullrich y Martín Menem
A este grupo se le sumó el bloque de los radicales con peluca con el tucumano Mariano Campero, el cordobés Luis Picat y el correntino Federico Tournier. Hasta acá, los libertarios sumaban 91 diputados.
Pero los pases no parecen haber terminado y en las últimas horas los libertarios apuestan a sumar entre tres y cuatro diputados más y, por otro lado, incentivan a los gobernadores peronistas no kirchneristas para que se vayan del bloque de UP y armen uno nuevo.
En lo que se refiere a posibles incorporaciones al mundo libertario, se espera la llegada de José Nuñez y de Lorena Petrovich, ambos del PRO. Esta última asumirá para completar el mandato de Silvia Lospennato y todos tienen en Patricia Bullrich su terminal política.
De completarse todos estos pases, el bloque que conduce el cordobés Gabriel Bornoroni llegará a la sesión preparatoria con 94 diputados.
Ese número los dejaría a las puertas de arrebatarle al peronismo la primera minoría y ya sin “peceras” a dónde ir a pescar, la estrategia libertaria se concentró en “empujar” a los gobernadores peronistas a romper el bloque en el Congreso. Principalmente al catamarqueño Raúl Jalil que viene amagando desde hace tiempo con retirar a sus legisladores del bloque de UP.
El peronismo logró contener en las urnas la cantidad de legisladores y el 27 de octubre el bloque que conduce Germán Martínez amaneció con 98 integrantes.
El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, y el de Tucumán, Osvaldo Jaldo (NA)
Pero al poco tiempo el tucumano Javier Noguera anunció que no iba a asumir en el bloque y se iba a Independencia, el bloque del gobernador de esa provincia, Osvaldo Jaldo. Un camino similar seguiría el diputado por San Luis, Jorge “Gato” Fernández.
Pero lo que busca el oficialismo es que los cuatro diputados catamarqueños que responden todos al gobernador Raúl Jalil; o los siete santiagueños que responden a Gerardo Zamora.
“No necesitamos que los gobernadores rompan, necesitamos que uno solo lo haga, con eso nos alcanza”, reconoció un libertario que transita los pasillos de Diputados.
Las negociaciones se mantienen. El oficialismo promete a los gobernadores vía el ministro del Interior, Diego Santilli, y la oposición les recuerda que en dos años no les cumplieron la promesa.
“No sé que van a hacer los catamarqueños, lo que sí te adelanto es que los santiagueños están adentro” aseguró una alta fuente del bloque del peronismo en Diputados.
Los bloques tienen tiempo hasta hoy para presentar su conformación por lo que las negociaciones continuarán durante toda la jornada. En el oficialismo la expectativa es la de pegar el “zarpazo” y quedar como la primera minoría que, más allá del título, los deja muy bien posicionados para lo que será el reparto de las sillas en las comisiones; y con una posición de fortaleza que habrá que ver cómo se traduce en el recinto.