En el Día del Trabajador, un nuevo informe de Idesa traza un escenario preocupante del mercado laboral argentino: inactividad, baja calidad del empleo y salarios en retroceso
El 1° de mayo no solo es una jornada de conmemoración para los trabajadores, sino también una oportunidad para reflexionar sobre el estado del empleo en la Argentina. En un país atravesado por reformas económicas profundas, recesión e inflación que bajó pero persiste, el mercado laboral se encuentra en un punto crítico.
El Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) publicó un informe que traza una radiografía detallada del mercado laboral urbano en base a los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). El diagnóstico es contundente: la estructura laboral argentina está marcada por una alta inactividad, una baja proporción de empleos de calidad y una fuerte caída del poder adquisitivo de los salarios. Estos tres fenómenos no son nuevos, pero se han profundizado en los últimos años y ponen en cuestión la capacidad del sistema actual para generar empleo productivo e inclusivo.
A continuación, un análisis de los tres principales desafíos que enfrenta hoy el mercado laboral argentino, según Idesa.
1. Alta inactividad: millones de personas en edad laboral no trabajan
Uno de los datos más preocupantes del estudio es la elevada proporción de personas en edad de trabajar que no participan del mercado laboral. De los 18 millones de argentinos urbanos en edad de trabajar (hombres entre 15 y 64 años, y mujeres entre 15 y 59), 5 millones están inactivos, es decir, no tienen empleo ni lo están buscando activamente. Esto representa el 27% de la población en edad activa.
La cifra implica que 1 de cada 3 personas en edad laboral no trabaja, ya sea por estudiar, por desaliento ante las escasas oportunidades, o por otras responsabilidades que no se reconocen como empleo, como las tareas de cuidado. Este nivel de inactividad implica una pérdida considerable de capital humano y limita la capacidad del país de expandir su base productiva.
2. Empleo de baja calidad: la informalidad domina el mercado laboral
De las 13 millones de personas activas, solo 4 millones —el 21% de la población en edad de trabajar— acceden a un empleo considerado de calidad, es decir, trabajos registrados en el sector privado o cuentapropistas profesionales. En contraste, 6,2 millones de personas están ocupadas en condiciones laborales precarias: informalidad, empleo no profesional, monotributo social o trabajo en cooperativas.
Esto significa que solo 1 de cada 5 personas en edad de trabajar tiene un empleo formal de calidad. El resto enfrenta formas más frágiles de inserción laboral, con baja protección social, ingresos irregulares y sin posibilidades reales de estabilidad o crecimiento profesional.
La estructura ocupacional actual refleja una economía con baja productividad, donde la formalización del empleo se ha vuelto una excepción y no la norma. Esto genera un círculo vicioso: trabajos de baja calidad perpetúan la desigualdad, reducen el aporte tributario y limitan la cobertura de la seguridad social.
3. Deterioro de los salarios: caída del poder adquisitivo y mayor desigualdad
El tercer gran desafío tiene que ver con los ingresos. La caída sostenida del salario real afecta tanto a trabajadores formales como informales. Entre enero de 2019 y enero de 2025, el salario real del empleo registrado en el sector privado cayó un 9%, y el de los trabajadores informales se desplomó más de un 25%, según datos de Idesa basados en el INDEC.
La pérdida de poder adquisitivo se produce en un contexto de inflación elevada, recesión y deterioro del consumo. Además, la brecha entre los diferentes tipos de empleo es notable: por cada 10 pesos generados en el empleo formal, el informal produce apenas 5. Esto refleja una profunda desigualdad salarial, que limita las posibilidades de progreso incluso para quienes logran insertarse en el mercado.
El informe también destaca que los trabajadores cuentapropistas con formación profesional se encuentran en la cima de la escala salarial, lo que confirma que la educación superior sigue siendo un factor clave para acceder a mejores ingresos, aunque con retornos cada vez más desparejos.
Una crisis estructural
Los tres desafíos —inactividad, precarización y salarios bajos— tienen raíces comunes en la falta de empleos productivos. Según Idesa, esta situación se explica en buena parte por reglas laborales que desincentivan la contratación genuina. Altas cargas sociales, convenios colectivos rígidos y una estructura legal diseñada para grandes empresas pero aplicada de forma homogénea, afectan especialmente a las pequeñas y medianas empresas, que son las principales generadoras de empleo.
A esto se suma la crisis del sistema educativo, que golpea la empleabilidad. Los bajos resultados en términos de calidad y equidad educativa limitan la formación de capital humano, y se ven agravados por una estructura institucional que muchas veces prioriza intereses sindicales por encima del mérito y la innovación pedagógica.
La falta de empleos productivos no es un fenómeno coyuntural, sino el resultado de décadas de políticas fallidas y degradación institucional. El informe de Idesa concluye que, sin una reforma integral del sistema laboral y educativo, será imposible revertir esta dinámica y construir un mercado de trabajo que permita generar desarrollo social con equidad.
La organización, que no mencionó el conflicto entre Israel e Irán, reiteró una visión optimista sobre la situación global
La OPEP elevó su previsión de demanda de petróleo de sus países miembros y aliados en un 0,2% para este año y en un 0,5% para el próximo, situándola en 42,7 y 43,1 millones de barriles diarios (mbd) respectivamente. Reiteró una visión optimista sobre la situación global.
Las nuevas cifras fueron publicadas en el informe mensual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y superan en 100.000 y 200.000 barriles diarios las estimaciones del mes anterior.
El documento no se refiere de manera explícita al aumento reciente de los precios del crudo derivado de los temores por un posible recorte en el suministro a causa del conflicto armado entre Israel e Irán. Además, mantiene sin modificaciones la mayoría de las proyecciones presentadas en el informe previo.
Se ratifica la expectativa de que la demanda mundial de crudo alcance un promedio de 105 mbd en 2025, con un aumento de 1,3 mbd respecto al año pasado, y que sume otros 1,28 mbd en 2026, llegando a 106,28 mbd.
Las estimaciones se sostienen en la previsión de un crecimiento económico mundial del 2,9% para este año y de un 3,1% para el siguiente.
Según los analistas de la organización: “La economía mundial mantuvo una trayectoria de crecimiento estable, apoyada por un crecimiento saludable en el primer trimestre de 2025 y los tímidos avances en las negociaciones comerciales con Estados Unidos”.
Fotografía de archivo de la plataforma petrolífera noruega Statfjord A en el Mar del Norte (EPA/StatoilHydro/Oyvind Hagen)
Durante el primer semestre, la economía mundial “ha superado las expectativas”, con datos que señalan un crecimiento superior al previsto en India, China y Brasil. Estados Unidos mantuvo un crecimiento sólido, en tanto que la zona del euro mostró “un modesto repunte”.
El informe añade: “Se prevé que esta sólida base (…) proporcione apoyo e impulso suficiente para un sólido segundo semestre”.
El documento precisa que el barril de referencia de la OPEP se vendió en mayo a una media de 63,62 dólares, lo que representa una baja del 7,8% (o 5,36 dólares) respecto a abril.
Al mismo tiempo, el precio del Brent y del petróleo intermedio de Texas (WTI) cayó 3,7% y 3,2% respectivamente, hasta promediar 64 y 61 dólares por barril.
La OPEP atribuye esta baja mensual del precio del petróleo al hecho de que “el mercado está bien abastecido” y a una menor percepción de riesgo.
Este último aspecto, según la mayoría de los analistas, se intensificó en los últimos días, pero la organización no menciona en su reporte los acontecimientos más recientes, como la guerra iniciada entre Israel e Irán, que disparó el temor a cortes en el suministro desde Oriente Medio.
Balancines de plataformas petroleras extraen crudo de la zona de depósitos petroleros de Wilmington Field, donde opera Tidelands Oil Production Company, cerca de Long Beach, California, Estados Unidos (REUTERS/David McNew/Archivo)
El viernes, el Brent cotizó en 78,32 dólares por barril, su valor más alto desde el 27 de enero, mientras que el WTI se acercó a los 72 dólares, según datos de Bloomberg difundidos por EFE.
Sobre la oferta petrolera, la OPEP calcula que 54 mbd procederán este año de países ajenos a la alianza OPEP+ (OPEP y aliados), cifra igual a la de hace un mes.
Para el próximo año, se redujo ligeramente esa estimación en 70.000 barriles diarios, situándola en 54,81 mbd.
En mayo, los 22 países de la OPEP+ aumentaron su producción en 180.000 barriles diarios, alcanzando los 41,23 mbd, de acuerdo con datos de “fuentes secundarias” (institutos independientes).
El aumento resultó mucho menor al compromiso de 411.000 bd anunciado por la alianza de petroestados liderada por Arabia Saudita y Rusia, tanto para ese mes como para junio y julio.
El principal incremento se observó en Arabia Saudita, con 177.000 bd adicionales hasta 9,18 mbd, seguida por Libia (+36.000), Emiratos Árabes Unidos (+27.000), Nigeria y Sudán del Sur (+22.000 cada uno) y Guinea Ecuatorial (+12.000).
Algunos de estos aumentos se vieron contrarrestados por recortes en Irak (-50.000), Venezuela (-32.000), Irán (-25.000) y Kazajistán (-21.000).
La decisión alcanzó a un utilitario producido en Buenos Aires, que ahora figura con valores expresados en moneda nacional por primera vez en dos décadas
Una automotriz con planta en la provincia de Buenos Aires modificó su política comercial y redujo en promedio un 4% los precios sugeridos en pesos de un modelo utilitario que produce desde hace casi tres décadas en el país. La medida se conoció días después de que otras marcas del sector aplicaran aumentos en sus listas. El vehículo en cuestión siempre cotizó en dólares hasta este mes, a pesar de tratarse de una unidad fabricada en la Argentina.
Mercedes-Benz comunicó que los nuevos precios del modelo oscilan entre $57.809.911 y $113.499.854, dependiendo de la versión. La baja se aplicó directamente sobre los precios de lista y no incluye promociones adicionales en concesionarios. El porcentaje promedio del ajuste a la baja es del 4%, lo que en valores nominales implica una reducción de entre $2,4 millones y $4,7 millones por unidad respecto del valor anterior.
La terminal produce el vehículo en cuestión en el Centro Industrial Juan Manuel Fangio, una planta ubicada en la localidad bonaerense de Virrey del Pino, partido de La Matanza. Esa fábrica comenzó a operar en 1951 y fue la primera instalación de la empresa fuera de Alemania. Allí trabaja una dotación de aproximadamente 1.800 empleados.
Desde su lanzamiento en 1996, el utilitario nacional cuenta con cuatro variantes: furgón, furgón mixto, combi y chasis. Todas se ofrecen en el mercado interno y también se exportan a Brasil y otros países de la región. En total, la marca produjo más de 400.000 unidades del modelo en el país. La tercera generación del utilitario comenzó a fabricarse en 2019, luego de una inversión de 150 millones de dólares. La producción continuará en esa planta al menos hasta 2029, año en el que se prevé completar el ciclo de diez años planificado para la generación vigente.
La rebaja en los valores coincide con una serie de mensajes y advertencias públicas del Gobierno nacional al sector automotor. En las últimas semanas, el ministro de Economía, Luis Caputo, mantuvo reuniones con directivos de terminales automotrices y difundió comentarios en redes sociales en los que planteó su intención de monitorear precios y de utilizar “herramientas” para proteger a los consumidores.
La planta que fabrica el utilitario está en Virrey del Pino, funciona desde 1951 y emplea a unas 1.800 personas (Crédito: Prensa Mercedes-Benz)
A diferencia de la empresa que aplicó la baja, otrascuatro terminales aumentaron los valores de sus vehículos durante junio. Ford incrementó sus precios en un 2% promedio, Toyota en un 1,9%, Renault en un 1,7%, y General Motors en un 1,2%. Estas subas estuvieron en línea con las proyecciones de inflación relevadas por consultoras privadas, aunque superaron el índice oficial de 1,5% de mayo, difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Además del ajuste de precios y su conversión a pesos, la automotriz inició la comercialización de dos nuevos modelos de autos: el GLC 200 4MATIC Avantgarde (MHEV) y el Clase C 300 Avantgarde (MHEV). Ambos forman parte de su línea de vehículos premium y se venden en el país a US$ 105.000 y US$ 76.900, respectivamente.
La decisión de pesificar los valores de lista del utilitario constituye una modificación relevante dentro del mercado. Durante al menos veinte años, ese modelo nacional se ofrecía en dólares, con el argumento de que tenía una alta proporción de componentes importados. La nueva administración mantuvo el esquema de producción con piezas del exterior, pero cambió el criterio de facturación para facilitar el acceso de los consumidores y adaptarse al contexto del mercado.
El cambio se conoció el mismo día en que Prestige Auto Open Cars oficializó su desembarco como nuevo representante de la marca en el país. La empresa, liderada por Pablo Peralta, un empresario del sector financiero, y por Daniel Herrero, ex presidente de Toyota Argentina, completó la adquisición de las operaciones locales tras un proceso de transición de cuatro meses que incluyó la salida formal de Mercedes-Benz AG de la Argentina.
Según el acuerdo alcanzado entre las partes, Prestige Auto tomó el control de la producción en Virrey del Pino y de las actividades de comercialización e importación. A su vez, se comprometió a mantener el empleo en los términos establecidos por el convenio de venta. También cerró un acuerdo con la casa matriz alemana para conservar el uso de la red de concesionarios vigente en el país y para seguir ofreciendo servicios postventa a los usuarios de la marca.
La nueva administración invertirá US$ 100 millones y analiza retomar la producción de otro modelo en el país (Matias Arbotto)
La venta de las operaciones en Argentina se dio en un marco más amplio de reestructuración global por parte del grupo alemán. Durante la presentación de resultados de 2024, el CEO del fabricante, Ola Källenius, confirmó que la compañía planeaba también salir de la planta que opera en Iracemápolis, Brasil, y que buscaba reducir un 10% sus costos de producción hacia 2027. En ese ejercicio, la empresa registró una caída del 28,4% en sus ganancias netas, hasta 10.409 millones de euros, debido a la debilidad del mercado en China, uno de los principales destinos de sus productos.
Por su parte, la compañía argentina que asumió el control anunció una inversión adicional de 100 millones de dólares para ampliar las operaciones en Virrey del Pino. Dentro de ese plan, se analiza la posibilidad de retomar la fabricación local del modelo Vito, una van que se producía en el país y dejó de ensamblarse en años recientes. Esa decisión todavía no se oficializó.
La terminal que aplicó la rebaja busca además mantener el impulso de las ventas, que durante mayo mostraron signos de recuperación. Según datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA), los patentamientos de autos 0 kilómetro crecieron un 59,1% interanual ese mes. Aunque parte de ese incremento se explica por una base de comparación baja, las automotrices consideran clave sostener el volumen comercial en un escenario económico caracterizado por alta inflación, recesión y contracción del crédito.
A diferencia de otros sectores que dependen en mayor medida del consumo masivo, el mercado automotor presenta una lógica propia, condicionada por variables como el tipo de cambio, los costos de importación, los impuestos internos y el financiamiento disponible. En ese sentido, la empresa que decidió bajar los precios de su utilitario tomó una postura distinta respecto de la mayoría de las terminales, que ajustaron sus listas por encima de la inflación proyectada para el mes.
El caso adquiere relevancia adicional por tratarse de una unidad de producción nacional que, por primera vez en décadas, tiene precios expresados en pesos. Esa decisión puede impactar en la dinámica de competencia del segmento de vehículos comerciales ligeros, uno de los más relevantes dentro del parque automotor argentino.
Nuevos valores impactan directamente en usuarios que viajan con y sin tarjeta registrada; también habrá diferencias por tramos recorridos
Desde el miércoles 18 de junio más de 100 líneas de colectivos de jurisdicción nacional que circulan en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) aplicarán una suba del 7% en el precio del pasaje. Esta actualización tarifaria responde a la fórmula de ajuste mensual que rige desde abril de 2025, combinando el último índice de inflación informado por el INDEC con un incremento adicional del 2% respecto al valor anterior.
Las nuevas tarifas alcanzarán a los usuarios según el tramo recorrido y si disponen de una tarjeta SUBE registrada o no registrada. La diferencia de precio entre ambas modalidades continuará vigente, como parte de la política que busca incentivar el registro de tarjetas y facilitar la aplicación de descuentos a los grupos alcanzados por la Tarifa Social.
Nuevos valores para colectivos de jurisdicción nacional
Los boletos de las líneas de jurisdicción nacional subirán a partir del 18 de junio. Los valores, según distancia recorrida y condición de la tarjeta, serán los siguientes:
SUBE registrada
0-3 km: $424,91
3-6 km: $473,35
6-12 km: $509,81
12-27 km: $546,31
Más de 27 km: $582,56
Tarifa Social
0-3 km: $191,19
3-6 km: $212,01
6-12 km: $229,41
12-27 km: $245,83
Más de 27 km: $262,65
SUBE sin registrar
0-3 km: $675,60
3-6 km: $752,62
6-12 km: $810,60
12-27 km: $868,63
Más de 27 km: $926,28
El aumento alcanzará a las líneas nacionales que operan dentro del AMBA. Estas no actualizaban su cuadro tarifario desde agosto de 2024. Entre las líneas alcanzadas se encuentran: 1, 2, 8, 9, 10, 15, 17, 19, 20, 21, 22, 24, 28, 29, 31, 32, 33, 37, 41, 45, 46, 49, 51, 53, 55, 56, 57, 59, 60, 63, 67, 70, 71, 74, 75, 78, 79, 80, 85, 86, 87, 88, 91, 92, 93, 95, 96, 97, 98, 100, 101, 103, 105, 110, 111, 113, 114, 117, 119, 123, 124, 126, 127, 128, 129, 130, 133, 134, 135, 136, 140, 143, 145, 146, 148, 150, 152, 153, 154, 158, 159, 160, 161, 163, 164, 166, 168, 169, 172, 174, 176, 177, 178, 179, 180, 181, 182, 184, 185, 188, 193, 194 y 195.
La actualización mensual se basa en la inflación oficial y un 2% extra, vigente desde abril de 2025 (Maximiliano Luna)
Cuadro tarifario para colectivos de CABA
Desde el 1° de julio, los pasajeros de las 31 líneas que operan exclusivamente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires comenzarán a pagar un 3,5% más en sus boletos, también ajustado bajo la fórmula oficial de inflación + 2%.
SUBE registrada
0-3 km: $488,70
3-6 km: $544,41
6-12 km: $586,36
12-27 km: $628,31
Tarifa Social
0-3 km: $219,90
3-6 km: $245,01
6-12 km: $263,84
12-27 km: $283,84
SUBE sin registrar
0-3 km: $776,02
3-6 km: $865,13
6-12 km: $931,57
12-27 km: $998,38
Las líneas de CABA incluidas en esta suba son: 4, 6, 7, 12, 23, 25, 26, 34, 39, 42, 44, 47, 50, 61, 62, 64, 65, 68, 76, 84, 90, 99, 102, 106, 107, 108, 109, 115, 118, 132 y 151.
Tarifas actualizadas para colectivos de la Provincia de Buenos Aires
A partir de la misma fecha, el 1° de julio, también subirán los precios de 250 líneas provinciales y municipales que operan en el conurbano bonaerense. El incremento será del 3,5% y se aplicará del siguiente modo:
SUBE registrada
0-3 km: $489,43
3-6 km: $545,27
6-12 km: $587,25
12-27 km: $629,28
Más de 27 km: $670,07
Tarifa Social
0-3 km: $220,25
3-6 km: $245,38
6-12 km: $264,28
12-27 km: $283,19
Más de 27 km: $301,97
SUBE sin registrar
0-3 km: $778,27
3-6 km: $866,96
6-12 km: $933,25
12-27 km: $1.000,63
Más de 27 km: $1.102,99
La SUBE registrada y la Tarifa Social permiten pagar valores más bajos en todos los medios de transporte (Ministerio de Transporte)
Subte y Premetro: tarifas ajustadas desde el 1° de julio
También desde el 1° de julio, se prevé que el subte y el premetro incrementen sus boletos en un 3,5%, conforme a la misma fórmula que el resto de los medios de transporte del AMBA. Si bien las autoridades no oficializaron aún el nuevo cuadro, los valores estimados según tramo mensual serían los siguientes:
Subte – según cantidad de viajes
1 a 20 viajes/mes:
SUBE registrada: $996,71
SUBE sin registrar: $1.584,66
21 a 30 viajes/mes:
SUBE registrada: $797,37
SUBE sin registrar: $1.267,77
31 a 40 viajes/mes:
SUBE registrada: $697,69
SUBE sin registrar: $1.109,33
Más de 41 viajes/mes:
SUBE registrada: $598,03
SUBE sin registrar: $950,16
Premetro
SUBE registrada: $996,71
SUBE sin registrar: $348,86
Sistema de actualización mensual
Desde abril de 2025, el Gobierno nacional implementó un mecanismo automático de ajuste tarifario para el transporte público. La Secretaría de Transporte estableció un modelo basado en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), al que se le suma un 2% mensual adicional. El objetivo declarado es mantener un sistema de revisión que refleje la evolución de precios sin generar saltos abruptos.
Según este esquema, las tarifas se actualizan todos los meses y aplican por etapas diferenciadas según la jurisdicción (nacional, provincial o porteña). La fórmula no varía por tipo de transporte: se aplica tanto a colectivos como al subte y al premetro.
Registro de SUBE y acceso a Tarifa Social
Para registrar una tarjeta SUBE, el usuario debe ingresar en el sitio oficial del sistema y seguir estos pasos:
Ingresar en el sitio web y seleccionar “Regístrala”.
Completar el formulario con número de tarjeta y datos personales.
También es posible registrar la SUBE por teléfono (0800-777-7823, opción 3), en los centros de atención con DNI, o desde la app oficial para Android e iOS.
El registro permite acceder a la Tarifa Social, que implica un descuento del 55% para beneficiarios de programas sociales, jubilados, monotributistas sociales, trabajadores de casas particulares y personas desempleadas, entre otros.