En Washington hubo elogios para Argentina de los organismos, el Tesoro de EEUU y los grandes bancos de inversión. Pero la euforia tiene techo: el resultado del Gobierno en las elecciones legislativas
El Gobierno retomó la iniciativa en el arranque del segundo trimestre. Puso en marcha el sistema de bandas cambiarias, eliminó el cepo para las personas y flexibilizó el acceso al dólar para los nuevos flujos que ingresen las empresas, con obligación de permanencia por 180 días. El resultado fue incluso mejor al esperado, con un tipo de cambio oficial que se mantiene por debajo de los $1.200, un 12% por debajo de las cotizaciones financieras antes de las medidas.
La inflación también aflojó en las dos últimas semanas, al quedar claro que el dólar no se va a disparar. El escenario más probable es que vuelva a dar levemente arriba del 3%, pero con tendencia a la baja. Ahora las miradas apuntan a mayo, mes de baja estacionalidad en materia de precios. La inflación de ese mes podría ser cercana al 2%, con alguna chance baja incluso de que lo perfore.
Luego de un primer trimestre errático, los indicadores parecen acomodarse. Las reservas subieron fuerte por los desembolsos del FMI y el Banco Mundial, llegando a los USD 39.000 millones. El dólar se acomodó a la baja y lo mismo ocurrirá con la inflación. En los próximos meses esto debería también repercutir en una mejora de los ingresos que permita reactivar más rápido a la economía.
En ese sentido, Esteban Domecq, director de Invecq Consultora, explicó que la recuperación en “V” de la economía no llega a graficar del todo bien cómo se está dando el rebote: “Hay sectores que nunca cayeron, como el energético, la minería o el real estate. Y hay otros que todavía no logran repuntar, como la construcción o el consumo masivo. En el medio, están los bienes durables que consolidan la mejora a partir de un tipo de cambio más estable y la reaparición del crédito”.
Elogios y superávit
Luis Caputo y su equipo recibieron todo tipo de elogios por la marcha del plan económico. Argentina será este año uno de los países con mayor repunte de actividad (el FMI estimó 5,5% contra solo 2% de Brasil, por ejemplo) y entre los pocos que tendrá superávit fiscal.
Pero sobre todo hay mucha expectativa por la “normalización” de la economía y la liberación de restricciones cambiarias.
Incluso el secretario del Tesoro americano, Scott Bessent, adelantó que EEUU está dispuesto a poner a disposición de la Argentina una línea crediticia en caso de ser necesario. También elogió el préstamo del FMI: “En el caso de la Argentina es justificado que lo reciba, pero quizás no lo sea tanto en la situación de otros países”, explicó.
Pero también hubo un baño de realidad, que llegó de parte de Kristalina Georgieva. En una conferencia habló sobre las grandes oportunidades de la Argentina, pero también hizo referencia a los riesgos. Y allí se despachó, al considerar como muy importante que “las elecciones confirmen el rumbo elegido y que el país no descarrile”.
Los inversores quieren la seguridad de que el rumbo económico tendrá respaldo electoral y continuidad política EFE/Enrique García Medina
La titular del FMI expresó en buena medida lo que los mercados empezaron a mirar con detenimiento luego del acuerdo con el organismo. La inquietud es siempre la misma: que al Gobierno le pase lo mismo que a Mauricio Macri, que parecía que se quedaba por ocho años pero al final volvió el kirchnerismo.
Este recuerdo está todavía fresco en la memoria, fue hace solo seis años y la caída de los activos generó millonarias pérdidas a bancos y fondos de inversión. La respuesta del equipo económico ya es conocida: “Esta vez será diferente, nunca tuvimos una situación como la actual”, dice Caputo, una y otra vez.
Por lo pronto, es cierto que hay muchas diferencias respecto a la experiencia macrista. Quizás la más importante es que a casi un año y medio de haber llegado al poder el gobierno no logró conseguir acceso a los mercados. Y ello pese a conseguir superávit fiscal desde el primer mes de gestión. Con Macri paso exactamente al revés: nunca logró equilibrio en las cuentas públicas, pero logró financiamiento desde el primer día por un total de casi USD 50.000 millones a lo largo de dos años y medio. Aquel final ya es conocido.
Por eso, ahora la gran preocupación del gobierno es lograr un resultado electoral favorable. El interés de los inversores por las elecciones legislativas quedó al desnudo durante la presentación que realizó Alejandro Catterberg, director de Poliarquía, en un evento organizado por el J.P.Morgan en Washington. Es el mismo en donde habló Bessentt y el propio Caputo.
El día después
El politógo recibió decenas de preguntas sobre el “día después” de las elecciones legislativas. Las miradas apuntan en particular a la provincia de Buenos Aires. No es casualidad que Javier Milei considerara la semana pasada como muy factible una alianza entre libertarios y el PRO, aún luego de las críticas de Mauricio Macri.
Dado el gran interés que el mercado tiene en relación a las inversiones, parece razonable que el equipo económico apueste en los próximos meses a un claro objetivo, que es bajar aún más la inflación.
El esquema de flotación con bandas cambiarias va en esa dirección: se puso un piso bastante bajo y la decisión oficial es que el Banco Central no intervenga hasta que la cotización dólar caiga hasta los 1.000 pesos.
La expectativa de una mayor caída del tipo de cambio es importante para retomar el proceso de desinflación en los próximos meses. Se trata de un factor clave para lograr un resultado electoral lo más contundente posible.
La expectativa de una mayor caída del tipo de cambio es importante para retomar el proceso de desinflación en los próximos meses.
Parece difícil que los bonos argentinos tengan mucho más fuerte rally en la previa electoral. Lo mismo podría decirse del ingreso de capitales, en especial de largo plazo. Son pocos los que arriesgarán a tomar este tipo de decisiones sin mayores certezas políticas. La derrota de Macri en las PASO a manos de Alberto Fernández provocó un derrumbe récord en los precios de los activos, que costó más de cinco remontar o al menos volver a la carga.
Por eso la apuesta por el mercado argentino conlleva sus riesgos. Si sale bien, el espacio para una suba de las cotizaciones es significativo. Pero el peligro de un regreso a políticas populistas tendría un impacto enorme sobre los activos, tanto o más que lo ocurrido en 2019. Por eso, la mayoría prefiere la cautela mientras no haya certezas del resultado de las políticas que viene llevando adelante Milei.
El 1,5% de mayo fue más bajo respecto a los pronósticos previos, pero será difícil que se repita este mes, porque se registra un repunte en alimentos. Caputo sacó rédito a su política de privilegiar la desinflación por sobre el fortalecimiento de reservas
La abrupta caída de la inflación de mayo a 1,5%, el menor registro en cinco años, representa un triunfo para la estrategia elegida por el ministro de Economía. Luis Caputo privilegió la estabilidad cambiaria y el estricto control de los agregados monetarios por sobre la acumulación de reservas. El objetivo de esta política fue justamente poner como prioridad la desaceleración de precios, reflejado ayer en los datos divulgados por el INDEC.
El objetivo cada vez más explícito del Gobierno es mostrar el éxito alcanzado en la lucha contra la inflación. Y sobre todo transmitir que el ajuste fiscal y el control del gasto público finalmente tienen su premio.
Lo más destacado del dato conocido ayer es que el rubro alimentos y bebidas subió apenas 0,5%, mientras que la canasta alimentaria cayó 0,4%. Se trata de datos claves, ya que la desaceleración de precios en este segmento impacta positivamente en la base de la pirámide social. Son las familias de menores ingresos las que más se ven favorecidas, teniendo en cuenta que la mayor parte de su gasto se dedica a compras en supermercados y autoservicios.
Aún con todo lo positivo, el dato de mayo tuvo algunas señales amarillas. Por un lado, la fuerte desaceleración en alimentos se explicó por fuertes caídas de precios en frutas y verduras, algo que difícilmente se repita hacia adelante. Por otra parte, la inflación núcleo -que excluye productos regulados y estacionales- se mantuvo bastante más arriba, arrojando un 2,2%.
La inflación de servicios también se ubicó bien por encima de la promedio, llegando a 2,7%, reflejando el impacto real de los ajustes de precios sobre la clase media. Aquí entran tarifas de servicios públicos, alquileres, Internet, prepagas, restaurantes y cuotas de colegios, entre otros rubros.
Con estos datos, la pregunta razonable es si semejante caída de la inflación es sostenible en los próximos cuatro meses, es decir en la previa electoral.
Existe una probabilidad alta que se mantenga efectivamente por debajo del 2% mensual. Sin embargo, es menor claro que se pueda mantener la tendencia descendente desde los niveles actuales en los próximos meses.
La consultora LCG, por ejemplo registró un fuerte repunte en alimentos en la segunda semana de junio, con incrementos de 1,7% tras haber registrado estabilidad de precios en la primera semana. Entre los productos que lideran las subas hay varios de la canasta básica: aceites aumentaron 5,9%, verduras 4% (tras la caída de junio) y carnes 1,3%. La inflación promedio para las últimas cuatro semanas en este rubro fue de 1,6%, bien por encima del registro de mayo.
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Por lo tanto, no será fácil que este mes se mantenga un nivel similar al de mayo, pero sí existe una probabilidad alta de que se mantenga por debajo del 2%. La probabilidad de que este comportamiento se mantenga hasta la medición de septiembre también aumentó considerablemente.
La expectativa del Gobierno es que mantener la inflación en niveles acotados sea clave para conseguir un buen resultado electoral en octubre. Javier Milei siempre tuvo claro que la principal demanda de la sociedad cuando asumió era la reducción de la inflación, que pasó del 25,5% en diciembre de 2023 (producto de la devaluación) a solo 1,5% en la última medición.
Que la baja se explique sobre todo en la mayor estabilidad registrada en alimentos también es una buena noticia para la Casa Rosada, ya que el impacto se siente en sectores populares, históricamente más cercanos al peronismo o al kirchnerismo.
Por supuesto que por delante quedan muchos desafíos, en particular consolidar la reactivación para que se transforme en crecimiento genuino. También la necesidad de crear puestos de trabajo para al menos compensar la destrucción de empleo de sectores como las pymes industriales. Pero posiblemente esto sean temas que figurarán en las demandas de los próximos dos años, ya pensando en la elección presidencial de 2027.
La magnitud de la inundación que afectó a las ciudades de Bahía Blanca y General Daniel Cerri impactó a toda la comunidad y también dañó gravemente al Complejo Industrial, uno de los pilares productivos de la trasportadora de gas
Después de la inundación y la tragedia que sufrió la ciudad bonaerense de Bahía Blanca, y tras tres meses de trabajo intenso e ininterrumpido, la trasportadora de gas TGS anunció que su Complejo Cerri se encuentra nuevamente 100% operativo.
Se trata de una planta cuya principal actividad es la producción de líquidos derivados del gas natural —etano, propano, butano y gasolina natural— con una capacidad anual superior a 1.050.000 toneladas. “Además, allí, se realiza el fraccionamiento y envío de estos líquidos por ductos hacia la Planta Galván, también de tgs, donde se almacenan antes de su despacho al mercado local y regional”, explicaron desde la empresa cuyo 51% pertenece en partes iguales a Pampa Energía y a un grupo de inversores liderado por la familia Sielecki.
“En nombre de todo TGS, quiero agradecer profundamente a nuestros colaboradores, proveedores, contratistas, vecinos y a toda la comunidad de Bahía Blanca por su apoyo incondicional y su compromiso durante estos meses. Lo que logramos en este tiempo récord no solo demuestra capacidad técnica, sino también una enorme vocación de servicio, solidaridad y sentido de pertenencia. Gracias a todos por ayudarnos a poner nuevamente de pie una instalación clave para la energía del país, luego de lo tristemente sufrido”, afirmó Oscar Sardi, CEO de TGS.
Oscar Sardi, CEO de TGS, en el centro, acompañado por los accionistas Marcelo Mindlin (Pampa Energía) y Daniel Sielecki, en octubre del 2024, en el NYSE de Nueva York, cuando se celebraron los 30 años de cotización de la empresa en Wall Street
Desde la compañía energética destacaron que para la recuperación, trabajaron no solo colaboradores de TGS provenientes de distintos puntos del país, sino también más de 150 proveedores y contratistas de servicios y materiales, cuyo trabajo coordinado y compromiso resultaron clave para la recuperación del complejo.
“A pesar de la magnitud del evento climático y del hecho de que el complejo alberga dos plantas compresoras esenciales para el sistema de transporte de gas natural, TGS nunca interrumpió la provisión del servicio. Gracias a una rápida respuesta operativa y a la implementación de maniobras extraordinarias, la compañía logró mantener la continuidad del suministro con los más altos estándares de seguridad, garantizando así el abastecimiento de gas natural en todo momento”, cerró el comunicado de TGS.
El Ejecutivo eliminó barreras para la operación de fondos internacionales con títulos públicos y redujo las condiciones para el retiro de divisas
El Gobierno nacional avanzó con un nuevo paquete de medidas orientadas a estimular la entrada de divisas mediante la flexibilización de normas que hasta ahora limitaban la operatoria de capital extranjero en el mercado financiero local. Las decisiones, tomadas en simultáneo por la Comisión Nacional de Valores (CNV) y el Banco Central (BCRA), apuntaron a facilitar tanto el ingreso como el egreso de fondos especulativos de corto plazo que inviertan en instrumentos de deuda emitidos por el Tesoro Nacional.
Desde el lado regulatorio, la CNV publicó la Resolución General N.º 1068, por la cual se amplió el conjunto de excepciones al límite diario de $200 millones que regía para transferencias al exterior de valores negociables por parte de inversores no residentes. A partir de esta disposición, esa restricción dejó de aplicarse en casos en los que se trate de bonos del Tesoro con vencimiento igual o mayor a 180 días desde su fecha de emisión y que hayan sido adquiridos en colocación primaria, siempre hasta el valor nominal suscripto.
El presidente del organismo, Roberto Silva, indicó que esta medida se enmarca en una política general de remoción de trabas al funcionamiento del mercado de capitales. Según el comunicado oficial, la CNV buscó avanzar con la normalización de operaciones y acompañar la estrategia general del Ejecutivo nacional, que prioriza el financiamiento en moneda extranjera sin intervención directa del Banco Central.
En paralelo, el BCRA confirmó que eliminará el plazo mínimo de permanencia de 180 días para los fondos del exterior que ingresen al país y participen en operaciones en el Mercado Libre de Cambios (MLC) o en licitaciones primarias de títulos públicos del Ministerio de Economía. Esta condición, vigente desde abril de este año tras la Comunicación “A” 8230, había sido parcialmente modificada en mayo con la Comunicación “A” 8245 para permitir la suscripción del Bonte 2030 en dólares. Ahora, la permanencia mínima se suprime completamente.
El presidente del BCRA, Santiago Bausili, explicó que la decisión respondió a una revisión del esquema de restricciones cambiarias vigente. Consideró que el “cepo” aplicado desde 2019 había dejado de cumplir su función original y se transformó en un obstáculo para el ingreso de nuevos fondos. Según declaraciones públicas, el funcionario sostuvo que los inversores que querían salir ya lo habían hecho y que actualmente no existían trabas relevantes que justificaran mantener el régimen anterior.
El Bonte 2030, con tasa elevada y suscripción en dólares, se volvió una herramienta central para el financiamiento del Tesoro y la compra de dólares para las reservas (Reuters)
Estas modificaciones se dieron en un contexto de estrategia coordinada entre la autoridad monetaria y el Ministerio de Economía, orientada a reforzar las reservas internacionales mediante el ingreso de divisas del exterior. Para ello, el equipo liderado por Luis Caputo activó dos mecanismos: por un lado, la firma de un acuerdo de financiamiento tipo REPO con siete bancos internacionales por un monto de US$2.000 millones; por el otro, una nueva licitación del Bonte 2030, que permite suscripción en dólares por parte de inversores locales y extranjeros.
El llamado a licitación se programó para el viernes 13 de junio y apuntó a captar US$500 millones, la mitad del monto obtenido en la primera colocación de abril, que se orientó exclusivamente a no residentes. En esta oportunidad, tanto residentes como no residentes pudieron participar en la oferta, lo que amplió el universo potencial de suscriptores.
En su debut, el Bonte 2030 ofreció una tasa del 29,5%, superior a las expectativas de mercado. Esta rentabilidad, combinada con la eliminación de las restricciones de salida, representó un atractivo importante para los fondos internacionales, que encontraron mejores condiciones para operar en el mercado local. Además, se estableció un límite mensual de US$1.000 millones para este tipo de colocaciones, lo que permitió mantener cierto grado de control sobre los flujos.
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, confirmó que el menú de la licitación incluiría además letras capitalizables con vencimientos en julio, agosto, septiembre y noviembre, orientadas a captar el interés de fondos comunes de inversión. Asimismo, se pusieron en oferta dos Bonos Capitalizables (BONCAP) con vencimientos en enero y junio de 2026.
Desde el Ministerio de Economía, el subsecretario de Política Económica, José Luis Daza, consideró que estas decisiones formaban parte de un plan para anticipar el regreso a los mercados voluntarios de deuda con legislación extranjera. En declaraciones a medios, sostuvo que el programa económico avanzaba mejor de lo previsto y que la colocación de instrumentos en moneda dura reflejaba ese ritmo.
Por otro lado, el Tesoro anunció que a partir de este mes se publicará un cronograma anual de licitaciones de deuda pública. Esta medida apunta a brindar previsibilidad y permitir que los agentes financieros planifiquen su participación de forma más ordenada, tanto en moneda local como extranjera.
El objetivo del Gobierno nacional consistió en asegurar un flujo constante de divisas que le permita reforzar las reservas internacionales, cumplir los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y enfrentar el segundo semestre sin sobresaltos financieros. En este período, se proyecta una baja en la liquidación de exportaciones agroindustriales, así como un aumento en la dolarización de portafolios minoristas en vísperas del calendario electoral.
Diversos analistas interpretaron que la relajación de controles podría facilitar el ingreso de capitales de corto plazo que busquen aprovechar el diferencial de tasas. Al mismo tiempo, advirtieron sobre la posibilidad de que esos flujos generen mayor volatilidad en caso de una salida masiva o imprevista. Aunque destacaron que estas medidas podían ayudar a sostener el tipo de cambio en el corto plazo, también consideraron que podrían consolidar un nivel mínimo más alto para el dólar.
Con esta serie de anuncios, el Gobierno argentino consolidó una estrategia de financiamiento basada en el mercado voluntario local, con foco en la emisión de instrumentos que puedan ser suscriptos en dólares y liquidados en pesos. El desafío de las próximas semanas será evaluar la respuesta del mercado y la capacidad del esquema para sostener la acumulación de reservas sin necesidad de intervención directa del BCRA.