Ayer hubo algarabía en Casa Rosada en el día 1 sin cepo, y se monitorea el impacto en los precios en el inicio del calendario electoral. El Ejecutivo intentará otra vez “inundar la zona”. Reflexiones sobre Santa Fe y escala la pelea con los Macri
Otra vez euforia. A la salida de un verano esquivo, con crisis de reservas y pérdida del control de la agenda pública, la algarabía volvió al Gobierno. Hacía tiempo que no se vivía un clima así. Habría que remontarse al año pasado. Anoche, en una extensísima entrevista en el canal de streaming Neura, Javier Milei cantó algunas de las estrofas del tema burlón y ofensivo contra “mandriles”, anclado en la liberación del cepo, que ideó su cineasta y que más temprano había sido compartido con euforia por el presidente con el equipo económico en el Ministerio de Economía. Hubo festejos muy airados tras la visita del secretario del Tesoro norteamericano –Scott Bessent estuvo más tiempo arriba de un avión que en Buenos Aires, un dato que habla por sí solo-, el acuerdo con el Fondo Monetario y un lunes sin traumas para el nuevo esquema cambiario. “¿Ya podemos afirmar sin lugar a dudas que es la mejor salida del cepo de la historia?”, se preguntó, altivo, Santiago Caputo ayer desde las redes. El asesor, principal estratega de la comunicación oficial, con control de buena parte de los resortes más sensibles del Estado, desplegó la narrativa durante todo el fin de semana tras el anuncio del viernes de Luis “Toto” Caputo que marcó el inicio de la nueva etapa del gobierno, y una apuesta crucial para el futuro del proyecto libertario.
Anoche, en la charla con Alejandro Fantino, después de que el precio del dólar oficial se acomodara en el primer día sin restricciones en torno a los $1.230, Milei fue un paso más: pronosticó que la divisa se irá hasta el piso de la banda establecido por el gobierno, que habrá una acumulación de reservas de 4.000 millones de dólares y que los precios van a bajar porque “los que están remarcando no van a tener demanda”. “O bajan los precios o quiebran, es su decisión”, desafío el mandatario.
Más temprano, José Luis Daza, el viceministro de Economía, había dicho que no le inquietaba el pass through, y que la inflación “va a colapsar” en la Argentina.
El gobierno cambió el chip, urgido por la fatiga del programa económico. Desde el estallido del caso $LIBRA de febrero que Milei no tenía semejante dominio de la agenda pública, aunque desde el Ejecutivo reconocen que los próximos meses serán claves y que la evolución de la nueva etapa del programa monetario y cambiario tendrá impacto en la suerte de La Libertad Avanza en las elecciones de medio término.
La Casa Rosada anunció el viernes las nuevas medidas dos horas después de que el INDEC oficializara que la inflación de marzo giró en torno al 3,7% y que se acumularan dos meses consecutivos de alza en los precios. Milei está convencido de que el plan, acompañado de una recalibración en el ajuste del déficit fiscal de 0,3 puntos del PBI, como confirmó el viernes el ministro de Economía, va a funcionar. Que los desembolsos del Fondo y de otros organismos como el Banco Mundial desde hoy hasta mediados de año son suficientes para el sostenimiento del programa y que, en todo caso, habrá un traslado a precios de algunos meses que volverá a corregirse antes de octubre. Fue lo que, hasta ahora, le sirvió a Milei como sostén y que en los últimos meses había empezado a mostrar algunas señales de agotamiento: la sensación de estabilidad.
El presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo (Foto: AFP)
Se trata, por caso, de la mirada más optimista de un plan a largo plazo que, más allá de los resultados, devolvió al Gobierno a un status comunicacional y político de control general que había perdido durante el verano desde el caso $LIBRA, y que no le ocasionó mayores dolores de cabeza por la fragmentación y descrédito de buena parte del sistema político. “Los conejos de la galera son más eficaces que los tiros en los pies”, dijo ayer Andrés Malamud en Infobae en vivo. Por esa polémica que investiga la Justicia, el próximo martes deberá presentarse en el Congreso el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el primero de los cuatro funcionarios citados por la oposición. Ayer se evaluaba si valía la pena que el ministro comparezca este miércoles en Diputados para dar su informe de gestión establecido por la Constitución, en vísperas además del fin de semana largo de Semana Santa.
El Gobierno intentará capitalizar la euforia y aprovechar esta nueva etapa de la gestión con una batería de temas que se prevén soltar en las próximas semanas, y que incluyen, por ejemplo, una reforma migratoria para más adelante sobre la que se trabaja en estos días, en especial, para terminar de definir si tiene sustento “constitucional”. Es lo que en su momento Steve Bannon, asesor de Donald Trump, patentó como “flood the zone”, “inundar la zona”: saturar a la opinión pública y a los medios de comunicación con cataratas de anuncios y medidas para acaparar la discusión.
En esa conjunción de factores, el económico y el mediático, el Gobierno se encamina a la etapa más decisiva de una campaña electoral que este domingo tuvo su primer test en Santa Fe, en las elecciones locales y de convencionales constituyentes, que arrojó algunas conclusiones preliminares.
Mauricio Macri, Jorge Macri y Cristian Ritondo
La primera, la baja participación, por debajo del 60%, que en la provincia adjudican a la confusión en la convocatoria y a una posible apatía de parte del electorado con el sistema político. La segunda, el triunfo de Maximiliano Pullaro, que alcanzó 33 de 69 convencionales con él mismo como principal candidato. La tercera, una performance algo apática por parte de La Libertad Avanza, que terminó tercero a nivel provincial más allá de un resultado muy auspicioso en Rosario. “Acá todos dicen que ganaron, pero perdieron todos. Algunos poco, otros mucho”, sentenció una fuente provincial.
Pullaro volvió a imponerse como la figura más relevante y hegemónica de Santa Fe, pero perdió votos en comparación a 2023. En el caso de LLA, fue su primer test provincial. El peronismo volvió a ir dividido. El escenario provincial, en ese sentido, volvió a confirmar un tablero de tercios.
En ese contexto, en el Gobierno existía ayer una sensación amarga. La decisión de encolumnarse detrás del diputado Nicolás Mayoraz, en una oferta separada a la candidatura de Amalia Granata, no terminó de aglutinar consensos puertas adentro. “Había que hacer un acuerdo o no competir, pero no competir por separado”, dijo ayer un operador libertario.
Se impuso, de todos modos, la postura de Eduardo “Lule” Menem, uno de los principales asesores de Karina Milei.
Así, en el partido libertario conviven dos posturas: el interés en los armados provinciales, por un lado, y la necesidad de privilegiar la estrategia nacional. En el primer bando se ubican los Menem.
Tienen particular injerencia en las decisiones de la hermana del Presidente, que está a cargo del espacio y que tiene la palabra final en el territorio y en el armado de la estrategia electoral.
Para la hermana de Milei, cobra por eso especial relevancia la elección a legisladores de la Ciudad de Buenos Aires que ayer volvió a subir un escalón en el nivel de tensión entre la familia presidencial y los Macri, Mauricio y Jorge, de cara al 18 de mayo. La escalada exhibe, por un lado, que Milei está decidido a enfrentar a su antecesor y a tratar de convertirse en el único referente del electorado de derecha y la centroderecha. Y que Macri está dispuesto a defenderse de esta avanzada aún cuando su partido quede reducido a un distrito y a una composición parlamentaria muchísimo menor a la actual.
No hay por el momento indicios de que la disputa vaya a zanjarse, y hay versiones insistentes de que en cualquier momento puede salirse de cauce. Ayer Milei se refirió a la Capital como el “reducto” de los Macri, dijo que había sido el jefe de Gobierno el que rompió cualquier tipo de acuerdo cuando adelantó el calendario y que, por el contrario, culpaban a su hermana por esa puja en torno a la “casa matriz”, como llaman dentro del PRO a la capital.
La disputa llegó a tal nivel que el Gobierno avanzó llamativamente desde Migraciones contra Antoni Gutiérrez-Rubi, el consultor catalán de los Macri al que le revocaron deliberadamente la residencia en el país porque el Presidente lo acusa de haber montado en el 2023 una campaña sucia contra él cuando trabajaba para el Frente de Todos. El asesor se presentará hoy en Migraciones a través de sus abogados, para pedir una “reconsideración” de esa decisión.
En el Gobierno tienen confianza en la candidatura de Manuel Adorni. Es interesante porque tanto el PRO como LLA tienen un solo objetivo: superar al otro, aún cuando eso implique cederle el primer lugar al peronismo. En el caso de Adorni, la apuesta del Ejecutivo es doble porque es el candidato de Karina Milei, que ordenó avanzar sobre el territorio porteño y el bastión insignia del PRO, y que pone en juego su rol de armadora electoral.
Por su parte, Macri volvió a hablar el lunes. Está visiblemente enojado con los Milei. Mostró apoyo a la apertura del cepo, aunque aclaró: “Devaluación va a haber, obviamente”. En privado destila más furia. Públicamente, volvió a cagar contra Milei y su hermana y exhibió otra vez la fractura con la familia presidencial, acusando al presidente de mentiroso un rato después de que el jefe de Estado dijera que está muy avanzado el acuerdo con el PRO en territorio bonaerense. En TN, Macri remarcó que aún no hay ningún acuerdo cerrado, subrayó que incluso había hablado antes de entrar al estudio de televisión con Cristian Ritondo y que éste le dijo que no hubo más avances que las fotos que el Gobierno se encargó de filtrar en las últimas semanas. La reunión de estar tarde, convocada por el diputado para discutir con los intendentes del Gran Buenos Aires, habría quedado en stand-by. Para mostrar empatía con el jefe del PRO, aunque por abajo siguen las negociaciones.
Javier Milei y Scott Bessent, secretario del Tesoro de los Estados Unidos
Lo cierto es que hay algunos dirigentes del PRO, con Diego Santilli y Guillermo Montenegro a la cabeza -dos de los que se reunieron la semana pasada con el Gobierno-, que ya están decididos a trabajar en una alianza conjunta con LLA de cara a las elecciones provinciales de septiembre próximo, convocadas por Axel Kicillof.
La elección bonaerense se encamina a convertirse tan o más relevante que la de la capital. En ambos casos, porque tanto Jorge Macri como el gobernador se juegan el futuro político. Y la gobernabilidad de los próximos años.
La baja participación en los comicios de Santa Fe de este domingo abren ahora un interrogante en la provincia de Buenos Aires tras la decisión de Kicillof de adelantar el calendario y organizar por primera vez un cronograma electoral desdoblado del nacional. Representa además un desafío extra para el Gobierno en una región, como el Gran Buenos Aires, en la que el peronismo K tiene su mayor caudal electoral, y en la que la economía presenta su peor cara.
En La Plata mantienen las dudas sobre el accionar de la agrupación ultra K en los acuerdos subterráneos. Entre los intendentes creen que lograrán acercar posturas
Idas y vueltas. Una vez más. Van y vienen los pedidos de apoyo para que el Gobierno bonaerense tenga la habilitación para endeudarse y respire hondo en el medio de una gestión asfixiada por la falta de fondos de la Casa Rosada. Detrás de esas negociaciones cruzadas, permanentes e inestables, está presente la interna del peronismo. La relación tormentosa y furiosa que tienen el kicillofismo y el cristinismo.
Ayer por la tarde, Kicillof hizo un pedido concreto y directo. Tomó la precaución de dejar expuesta la necesidad que tiene su gobierno de obtener el endeudamiento y la situación de debilidad en la que deja a la gestión si la ley no sale. En La Plata se encargaron de reforzarlo. “Si no logramos sacarlo, quedamos en una situación crítica”, precisaron.
“La provincia de Buenos Aires necesita las herramientas para no desproteger a nuestro pueblo. Es una emergencia económica del país y de la provincia. Estamos atravesando una profunda recesión que afecta a todos los sectores”, expresó el Gobernador durante una conferencia de prensa que brindó en La Plata.
Kicillof aseguró que se perdieron “5.000 empresas en la provincia” y “172.000 puestos de trabajo”, además de destacar que hay “mil obras frenadas en todos los rubros” con una gran cantidad de “despidos, suspensiones y cierres de empresas”. El Gobernador habló de “asfixia financiera” por parte del gobierno de Milei.
En la conferencia, que buscó ser una muestra de alineamiento detrás del pedido del Gobernador, había referentes del Frente Renovador, La Cámpora y el peronismo bonaerense, identificado, sobre todo, en los intendentes y el sector sindical.
La cuestión por el endeudamiento deja al descubierto la interna peronista en la Provincia de Buenos Aires (Adrián Escandar)
Sin embargo, hay dos versiones de una misma historia. El presidente del bloque de diputados de Fuerza Patria en la Legislatura Bonaerense, Facundo Tignanelli, es el vocero de la postura del kirchnerismo. En los últimos días no se ha movido un centímetro de su discurso público. Consideró que es necesario sacar la ley de endeudamiento “para poder cumplir con todas las obligaciones que la provincia tiene”. Además, sostuvo que en el peronismo vienen “trabajando para tratar de lograr esa ley tan necesaria”.
La unidad que expresa el legislador camporista, no es decodificada de la misma forma en el kicillofismo, donde desconfían, en forma permanente, de cada una de las negociaciones de la que es parte el cristinismo. “Nos corren el arco todo el tiempo. A la mañana dicen una cosa, a la tarde otra y a la noche una nueva”, se quejó un importante funcionario platense.
En el Gobierno bonaerense y en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) hay una desconfianza permanente sobre cada movimiento del cristinismo. Tiene que ver con que, en el fondo, advierten que la relación política está rota y que nadie de esa tribu quiere que Kicillof sea el candidato a presidente del peronismo ni que se convierta en el sucesor de Cristina Kirchner.
Kicillof en la presentación del Presupuesto 2026
Si no quieren el objetivo de fondo, tampoco van a querer el objetivo a corto plazo. Entonces, el desgaste de la gestión estará siempre presente como una postura del cristinismo para con el kicillofismo. “Quieren ver cuántos nos sacan, cuánto nos debilitan. Están jugando en tándem con algunos sectores de la oposición”, indicaron en una oficina importante de la gobernación.
Entre los intendentes hay una visión más moderada. Creen que no hay “temas sensibles“ sin cerrar y que este miércoles el peronismo llegará con una posición unificada. La clave, entonces, será buscar los votos en los sectores más blandos de la oposición.
La vocación de cerrar acuerdos va a contramano de los sentimientos que atraviesan la relación política entre el kicillofismo y La Cámpora. No se eligen, no se quieren, pero el contexto y las necesidades de ambas partes los lleva a tener que buscar un punto de acuerdo forzado.
En una llamada, de menos de 15 minutos, el presidente de Estados Unidos le dijo al líder del régimen chavista que tenía una semana para abandonar Venezuela con su familia. Ese plazo habría expirado el viernes, según dos fuentes
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se está quedando sin opciones para dimitir y salir de su país bajo un salvoconducto garantizado por Estados Unidos, tras una breve llamada con el presidente estadounidense, Donald Trump, el mes pasado, donde el presidente rechazó una serie de solicitudes del líder venezolano, según cuatro fuentes informadas sobre la llamada.
El llamado, del 21 de noviembre, se produjo después de meses de creciente presión estadounidense sobre Venezuela, incluidos ataques contra presuntos barcos de tráfico de drogas en el Caribe, reiteradas amenazas de Trump de extender las operaciones militares a tierra y la designación del Cártel de los Soles, un grupo que la administración Trump dice incluye a Maduro, como una organización terrorista extranjera.
Maduro y su gobierno siempre han negado todas las acusaciones criminales y dicen que Estados Unidos está buscando un cambio de régimen para tomar el control de los vastos recursos naturales de Venezuela, incluido el petróleo.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa, incluida la eliminación de todas las sanciones estadounidenses y el fin de un caso emblemático que enfrenta ante la Corte Penal Internacional, dijeron tres de las fuentes.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa (REUTERS)
También solicitó el levantamiento de las sanciones a más de 100 funcionarios del gobierno venezolano, muchos de ellos acusados por Estados Unidos de abusos a los derechos humanos, tráfico de drogas o corrupción, según las tres personas.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes.
Trump rechazó la mayoría de sus solicitudes en la llamada, que duró menos de 15 minutos, pero le dijo a Maduro que tenía una semana para salir de Venezuela al destino de su elección junto con sus familiares.
Ese pasaje seguro expiró el viernes, lo que llevó a Trump a declarar el sábado que el espacio aéreo de Venezuela estaba cerrado, dijeron dos de las fuentes. El Miami Herald informó previamente varios detalles de la llamada. La fecha límite del viernes no se había revelado previamente.
Trump confirmó el domingo que había hablado con Maduro, sin proporcionar detalles. La Casa Blanca se negó a dar más detalles, y el Ministerio de Información de Venezuela, encargado de todas las consultas de prensa del gobierno, no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes (REUTERS)
El gobierno de Trump ha declarado que no reconoce a Maduro, en el poder desde 2013, como presidente legítimo de Venezuela. Maduro se proclamó reelegido el año pasado en unas elecciones nacionales que Estados Unidos y otros gobiernos occidentales calificaron de farsa y que, según observadores independientes, obtuvo una victoria abrumadora de la oposición.
El lunes, al dirigirse a los manifestantes, Maduro juró “absoluta lealtad” al pueblo venezolano.
No está claro si Maduro aún puede presentar una nueva propuesta que incluya un salvoconducto. Trump se reunió este lunes con sus principales asesores para abordar la campaña de presión sobre Venezuela, entre otros temas, según informó un alto funcionario estadounidense.
Una fuente con sede en Washington informada sobre las discusiones internas de la administración Trump no descartó la posibilidad de una salida negociada de Maduro, pero enfatizó que aún quedan desacuerdos significativos y detalles importantes sin resolver.
La recompensa millonaria por la captura del dictador Nicolás Maduro
Estados Unidos ha aumentado a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro y ofrece 25 millones de dólares por otros altos funcionarios del gobierno, incluido el ministro del Interior, Diosdado Cabello, acusado en Estados Unidos de presunto narcotráfico, entre otros delitos. Todos han negado las acusaciones.
La administración de Maduro ha solicitado otra llamada con Trump, según las tres fuentes.
El oficialismo podría presentar un bloque de 94 miembros. Mientras, busca que los gobernadores le quiebren la bancada al peronismo
El mundo libertario se encamina a tener el primer festejo parlamentario con la nueva composición del Congreso de la Nación.
Luego del fallido intento por Lorena Villaverde en el Senado, el bloque de LLA tendrá algo para mostrar a la exigente Casa Rosada que solo quiere triunfos y no perdona derrotas. Por estas horas estará ingresando el documento que lleva la firma de Gabriel Bornoroni con el listado de los legisladores que conformarán el bloque de LLA y se quedaría con la primera minoría de laCámara de Diputados.
“En solo 4 años pasamos de dos diputados –Javier Milei y Victoria Villarruel– a ganar la presidencia y sumar 94, 95 diputados” señala, exultante, un diputado de LLA que va a empezar a transitar su tercer año de mandato en pocos días.
Mientras la oposición buscaba reorganizarse y trabajaba sus propias versiones de los proyectos de reformas, el oficialismo se dedicó a salir de caza por el recinto y se llevó en solo un mes más de 14 diputados.
Al término de la elección, el bloque de LLA iba a estar conformado por 79 legisladores. Hubo un principio de conversación con el PRO por un interbloque y el partido amarillo aseguró que iba a apostar por la independencia. Luego de esa decisión, y antes de que comenzara noviembre, se fueron Damián Arabia, Sabrina Ajmechet, Laura Rodríguez Machado, Patricia Vásquez y Silvana Giuidici. Luego se sumaron Marilú González Estevarena, Belén Avico, Carlos Almena y en las últimas horas Verónica Razzini y Alejandro Bongiovanni.
Verónica Razzini junto a Patricia Bullrich y Martín Menem
A este grupo se le sumó el bloque de los radicales con peluca con el tucumano Mariano Campero, el cordobés Luis Picat y el correntino Federico Tournier. Hasta acá, los libertarios sumaban 91 diputados.
Pero los pases no parecen haber terminado y en las últimas horas los libertarios apuestan a sumar entre tres y cuatro diputados más y, por otro lado, incentivan a los gobernadores peronistas no kirchneristas para que se vayan del bloque de UP y armen uno nuevo.
En lo que se refiere a posibles incorporaciones al mundo libertario, se espera la llegada de José Nuñez y de Lorena Petrovich, ambos del PRO. Esta última asumirá para completar el mandato de Silvia Lospennato y todos tienen en Patricia Bullrich su terminal política.
De completarse todos estos pases, el bloque que conduce el cordobés Gabriel Bornoroni llegará a la sesión preparatoria con 94 diputados.
Ese número los dejaría a las puertas de arrebatarle al peronismo la primera minoría y ya sin “peceras” a dónde ir a pescar, la estrategia libertaria se concentró en “empujar” a los gobernadores peronistas a romper el bloque en el Congreso. Principalmente al catamarqueño Raúl Jalil que viene amagando desde hace tiempo con retirar a sus legisladores del bloque de UP.
El peronismo logró contener en las urnas la cantidad de legisladores y el 27 de octubre el bloque que conduce Germán Martínez amaneció con 98 integrantes.
El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, y el de Tucumán, Osvaldo Jaldo (NA)
Pero al poco tiempo el tucumano Javier Noguera anunció que no iba a asumir en el bloque y se iba a Independencia, el bloque del gobernador de esa provincia, Osvaldo Jaldo. Un camino similar seguiría el diputado por San Luis, Jorge “Gato” Fernández.
Pero lo que busca el oficialismo es que los cuatro diputados catamarqueños que responden todos al gobernador Raúl Jalil; o los siete santiagueños que responden a Gerardo Zamora.
“No necesitamos que los gobernadores rompan, necesitamos que uno solo lo haga, con eso nos alcanza”, reconoció un libertario que transita los pasillos de Diputados.
Las negociaciones se mantienen. El oficialismo promete a los gobernadores vía el ministro del Interior, Diego Santilli, y la oposición les recuerda que en dos años no les cumplieron la promesa.
“No sé que van a hacer los catamarqueños, lo que sí te adelanto es que los santiagueños están adentro” aseguró una alta fuente del bloque del peronismo en Diputados.
Los bloques tienen tiempo hasta hoy para presentar su conformación por lo que las negociaciones continuarán durante toda la jornada. En el oficialismo la expectativa es la de pegar el “zarpazo” y quedar como la primera minoría que, más allá del título, los deja muy bien posicionados para lo que será el reparto de las sillas en las comisiones; y con una posición de fortaleza que habrá que ver cómo se traduce en el recinto.