La reciente baja del crudo Brent amenaza con recortar el flujo de divisas por exportaciones y generar incertidumbre entre las compañías que planifican proyectos en la Cuenca Neuquina. En un contexto de alta dependencia del superávit comercial, el impacto externo podría comprometer tanto la rentabilidad como el acceso a financiamiento
La caída en el precio internacional del petróleo introdujo incertidumbre sobre uno de los pilares del esquema económico del Gobierno de Javier Milei: el ingreso de divisas por exportaciones energéticas. Además, amenaza con afectar las inversiones proyectadas en la formación de Vaca Muerta. Como contrapartida, podría aliviar las presiones sobre los precios internos de los combustibles. No obstante, aún resta observar si la tendencia bajista se consolida.
El barril de crudo Brent, referencia para el mercado local, comenzó la semana con una baja cercana al 2% y acumula una caída del 14% en cinco ruedas, alcanzando su menor valor en cuatro años. Dos hechos clave impulsaron este comportamiento: el anuncio de nuevos aranceles por parte del presidente estadounidense Donald Trump y la decisión de la OPEP de aumentar su producción.
Para Argentina, esta baja representa una amenaza concreta a la balanza comercial y al ingreso de dólares. Según un informe de Portfolio Personal Inversiones (PPI), la caída del Brent de USD 75 a USD 64 por barril podría traducirse en una merma de aproximadamente USD 1.100 millones en exportaciones petroleras este año, que inicialmente se proyectaban en torno a los USD 7.500 millones.
Balanza comercial energética (Consultora Economía y Energía)
A esta pérdida se suma la caída en el valor de la cosecha de soja, también afectada por la baja general de los commodities, lo que representa un impacto adicional de cerca de USD 2.000 millones en el frente externo. Esta situación adquiere particular relevancia en un contexto donde el Gobierno busca consolidar el superávit comercial devengado como ancla de su política cambiaria en vistas del déficit que mostró la cuenta de servicio.
Desde el sector energético, el panorama es aún más complejo. Un analista del sector, que prefirió mantener el anonimato, advirtió que por cada USD 10 que cae el precio del barril, la industria pierde alrededor de USD 2.500 millones. “Vaca Muerta era rentable con un barril a USD 50, pero con un tipo de cambio más alto que el actual”, explicó.
A esta preocupación se suma la mirada de Juan José Carbajales, director de la consultora Paspartú, quien sostuvo que “la coyuntura internacional afecta directamente la producción de hidrocarburos en nuestro país”. El especialista identificó tres factores de riesgo: “Primero, porque los vaivenes globales dificultan a un país emergente como Argentina insertarse de manera estable en el mercado petrolero y avanzar hacia ser un exportador neto de gas natural licuado. Segundo, porque la reacción de la OPEP+ de aumentar la producción impacta en el precio del Brent y compromete el break even de los proyectos si se perfora la barrera de los 60 dólares. Y tercero, porque estamos buscando off-takers (compradores) para desarrollar proyectos de GNL, cuyo financiamiento se complica en este contexto de tasas altas”.
Pese al nuevo escenario, los números recientes del sector muestran un desempeño destacado. Según la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH), en 2024 la producción promedia los 139 millones de metros cúbicos diarios de gas natural y 717 mil barriles diarios de petróleo, los niveles más altos en 17 años. De mantenerse la tendencia, la producción petrolera podría alcanzar los 830 mil barriles diarios a fin de año, acercándose al récord histórico de 1998.
El flanco más débil del programa económico tiene que ver con los dólares, especialmente con la escasez de reservas del BCRA (AP)
Este crecimiento se reflejó también en la balanza energética, con un superávit de USD 1.321 millones en el primer bimestre del año, un 35% superior al registrado en el mismo período de 2023. Las exportaciones energéticas crecieron un 20%, mientras que las importaciones cayeron un 10%. En total, el superávit comercial energético de 2024 ascendió a USD 5.668 millones, el mejor resultado desde 2006.
Las perspectivas de expansión del sector no sólo dependen de inversiones sostenidas en producción, sino también en infraestructura para evacuar el crudo y gas de la Cuenca Neuquina. En este sentido, se destacan proyectos como el oleoducto Vaca Muerta Sur que impulsa YPF y las ampliaciones de Oldelval, en el marco del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). Pero el futuro inmediato del sector parece atado no solo a decisiones internas, sino también a los vaivenes de un contexto global volátil.
En el Gobierno aseguran que el escenario de volatilidad estaba previsto y aseguran que continuarán en la senda del orden fiscal. El flanco más débil del programa económico tiene que ver con los dólares, especialmente con la escasez de reservas del BCRA y la sangría que se aceleró en las últimas semanas ante la expectativa de que el nuevo programa con el FMI traiga aparejado cambios en el esquema cambiario. La Argentina busca que el organismo desembolse de inmediato entre USD 10.000 y USD 12.000 millones del acuerdo total por USD 20.000 millones. Esta semana podría haber novedades desde Washington en ese sentido.
Las reservas del BCRA cerraron este lunes en USD 24.791 millones, el stock más bajo desde el 23 de enero de 2024. Las netas estiraron su saldo negativo a USD -7.200 millones, según Cohen. Con este resultado, en lo que va del año las reservas brutas y netas acumulan una caída en torno a los USD 5.000 millones. En julio vencen USD 4.800 millones con bonistas privados, USD 2.000 millones en intereses con el FMI a lo largo del año y comienza a vencer el tramo activado del swap con China por USD 5.000 millones.
El 1,5% de mayo fue más bajo respecto a los pronósticos previos, pero será difícil que se repita este mes, porque se registra un repunte en alimentos. Caputo sacó rédito a su política de privilegiar la desinflación por sobre el fortalecimiento de reservas
La abrupta caída de la inflación de mayo a 1,5%, el menor registro en cinco años, representa un triunfo para la estrategia elegida por el ministro de Economía. Luis Caputo privilegió la estabilidad cambiaria y el estricto control de los agregados monetarios por sobre la acumulación de reservas. El objetivo de esta política fue justamente poner como prioridad la desaceleración de precios, reflejado ayer en los datos divulgados por el INDEC.
El objetivo cada vez más explícito del Gobierno es mostrar el éxito alcanzado en la lucha contra la inflación. Y sobre todo transmitir que el ajuste fiscal y el control del gasto público finalmente tienen su premio.
Lo más destacado del dato conocido ayer es que el rubro alimentos y bebidas subió apenas 0,5%, mientras que la canasta alimentaria cayó 0,4%. Se trata de datos claves, ya que la desaceleración de precios en este segmento impacta positivamente en la base de la pirámide social. Son las familias de menores ingresos las que más se ven favorecidas, teniendo en cuenta que la mayor parte de su gasto se dedica a compras en supermercados y autoservicios.
Aún con todo lo positivo, el dato de mayo tuvo algunas señales amarillas. Por un lado, la fuerte desaceleración en alimentos se explicó por fuertes caídas de precios en frutas y verduras, algo que difícilmente se repita hacia adelante. Por otra parte, la inflación núcleo -que excluye productos regulados y estacionales- se mantuvo bastante más arriba, arrojando un 2,2%.
La inflación de servicios también se ubicó bien por encima de la promedio, llegando a 2,7%, reflejando el impacto real de los ajustes de precios sobre la clase media. Aquí entran tarifas de servicios públicos, alquileres, Internet, prepagas, restaurantes y cuotas de colegios, entre otros rubros.
Con estos datos, la pregunta razonable es si semejante caída de la inflación es sostenible en los próximos cuatro meses, es decir en la previa electoral.
Existe una probabilidad alta que se mantenga efectivamente por debajo del 2% mensual. Sin embargo, es menor claro que se pueda mantener la tendencia descendente desde los niveles actuales en los próximos meses.
La consultora LCG, por ejemplo registró un fuerte repunte en alimentos en la segunda semana de junio, con incrementos de 1,7% tras haber registrado estabilidad de precios en la primera semana. Entre los productos que lideran las subas hay varios de la canasta básica: aceites aumentaron 5,9%, verduras 4% (tras la caída de junio) y carnes 1,3%. La inflación promedio para las últimas cuatro semanas en este rubro fue de 1,6%, bien por encima del registro de mayo.
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Por lo tanto, no será fácil que este mes se mantenga un nivel similar al de mayo, pero sí existe una probabilidad alta de que se mantenga por debajo del 2%. La probabilidad de que este comportamiento se mantenga hasta la medición de septiembre también aumentó considerablemente.
La expectativa del Gobierno es que mantener la inflación en niveles acotados sea clave para conseguir un buen resultado electoral en octubre. Javier Milei siempre tuvo claro que la principal demanda de la sociedad cuando asumió era la reducción de la inflación, que pasó del 25,5% en diciembre de 2023 (producto de la devaluación) a solo 1,5% en la última medición.
Que la baja se explique sobre todo en la mayor estabilidad registrada en alimentos también es una buena noticia para la Casa Rosada, ya que el impacto se siente en sectores populares, históricamente más cercanos al peronismo o al kirchnerismo.
Por supuesto que por delante quedan muchos desafíos, en particular consolidar la reactivación para que se transforme en crecimiento genuino. También la necesidad de crear puestos de trabajo para al menos compensar la destrucción de empleo de sectores como las pymes industriales. Pero posiblemente esto sean temas que figurarán en las demandas de los próximos dos años, ya pensando en la elección presidencial de 2027.
La magnitud de la inundación que afectó a las ciudades de Bahía Blanca y General Daniel Cerri impactó a toda la comunidad y también dañó gravemente al Complejo Industrial, uno de los pilares productivos de la trasportadora de gas
Después de la inundación y la tragedia que sufrió la ciudad bonaerense de Bahía Blanca, y tras tres meses de trabajo intenso e ininterrumpido, la trasportadora de gas TGS anunció que su Complejo Cerri se encuentra nuevamente 100% operativo.
Se trata de una planta cuya principal actividad es la producción de líquidos derivados del gas natural —etano, propano, butano y gasolina natural— con una capacidad anual superior a 1.050.000 toneladas. “Además, allí, se realiza el fraccionamiento y envío de estos líquidos por ductos hacia la Planta Galván, también de tgs, donde se almacenan antes de su despacho al mercado local y regional”, explicaron desde la empresa cuyo 51% pertenece en partes iguales a Pampa Energía y a un grupo de inversores liderado por la familia Sielecki.
“En nombre de todo TGS, quiero agradecer profundamente a nuestros colaboradores, proveedores, contratistas, vecinos y a toda la comunidad de Bahía Blanca por su apoyo incondicional y su compromiso durante estos meses. Lo que logramos en este tiempo récord no solo demuestra capacidad técnica, sino también una enorme vocación de servicio, solidaridad y sentido de pertenencia. Gracias a todos por ayudarnos a poner nuevamente de pie una instalación clave para la energía del país, luego de lo tristemente sufrido”, afirmó Oscar Sardi, CEO de TGS.
Oscar Sardi, CEO de TGS, en el centro, acompañado por los accionistas Marcelo Mindlin (Pampa Energía) y Daniel Sielecki, en octubre del 2024, en el NYSE de Nueva York, cuando se celebraron los 30 años de cotización de la empresa en Wall Street
Desde la compañía energética destacaron que para la recuperación, trabajaron no solo colaboradores de TGS provenientes de distintos puntos del país, sino también más de 150 proveedores y contratistas de servicios y materiales, cuyo trabajo coordinado y compromiso resultaron clave para la recuperación del complejo.
“A pesar de la magnitud del evento climático y del hecho de que el complejo alberga dos plantas compresoras esenciales para el sistema de transporte de gas natural, TGS nunca interrumpió la provisión del servicio. Gracias a una rápida respuesta operativa y a la implementación de maniobras extraordinarias, la compañía logró mantener la continuidad del suministro con los más altos estándares de seguridad, garantizando así el abastecimiento de gas natural en todo momento”, cerró el comunicado de TGS.
El Ejecutivo eliminó barreras para la operación de fondos internacionales con títulos públicos y redujo las condiciones para el retiro de divisas
El Gobierno nacional avanzó con un nuevo paquete de medidas orientadas a estimular la entrada de divisas mediante la flexibilización de normas que hasta ahora limitaban la operatoria de capital extranjero en el mercado financiero local. Las decisiones, tomadas en simultáneo por la Comisión Nacional de Valores (CNV) y el Banco Central (BCRA), apuntaron a facilitar tanto el ingreso como el egreso de fondos especulativos de corto plazo que inviertan en instrumentos de deuda emitidos por el Tesoro Nacional.
Desde el lado regulatorio, la CNV publicó la Resolución General N.º 1068, por la cual se amplió el conjunto de excepciones al límite diario de $200 millones que regía para transferencias al exterior de valores negociables por parte de inversores no residentes. A partir de esta disposición, esa restricción dejó de aplicarse en casos en los que se trate de bonos del Tesoro con vencimiento igual o mayor a 180 días desde su fecha de emisión y que hayan sido adquiridos en colocación primaria, siempre hasta el valor nominal suscripto.
El presidente del organismo, Roberto Silva, indicó que esta medida se enmarca en una política general de remoción de trabas al funcionamiento del mercado de capitales. Según el comunicado oficial, la CNV buscó avanzar con la normalización de operaciones y acompañar la estrategia general del Ejecutivo nacional, que prioriza el financiamiento en moneda extranjera sin intervención directa del Banco Central.
En paralelo, el BCRA confirmó que eliminará el plazo mínimo de permanencia de 180 días para los fondos del exterior que ingresen al país y participen en operaciones en el Mercado Libre de Cambios (MLC) o en licitaciones primarias de títulos públicos del Ministerio de Economía. Esta condición, vigente desde abril de este año tras la Comunicación “A” 8230, había sido parcialmente modificada en mayo con la Comunicación “A” 8245 para permitir la suscripción del Bonte 2030 en dólares. Ahora, la permanencia mínima se suprime completamente.
El presidente del BCRA, Santiago Bausili, explicó que la decisión respondió a una revisión del esquema de restricciones cambiarias vigente. Consideró que el “cepo” aplicado desde 2019 había dejado de cumplir su función original y se transformó en un obstáculo para el ingreso de nuevos fondos. Según declaraciones públicas, el funcionario sostuvo que los inversores que querían salir ya lo habían hecho y que actualmente no existían trabas relevantes que justificaran mantener el régimen anterior.
El Bonte 2030, con tasa elevada y suscripción en dólares, se volvió una herramienta central para el financiamiento del Tesoro y la compra de dólares para las reservas (Reuters)
Estas modificaciones se dieron en un contexto de estrategia coordinada entre la autoridad monetaria y el Ministerio de Economía, orientada a reforzar las reservas internacionales mediante el ingreso de divisas del exterior. Para ello, el equipo liderado por Luis Caputo activó dos mecanismos: por un lado, la firma de un acuerdo de financiamiento tipo REPO con siete bancos internacionales por un monto de US$2.000 millones; por el otro, una nueva licitación del Bonte 2030, que permite suscripción en dólares por parte de inversores locales y extranjeros.
El llamado a licitación se programó para el viernes 13 de junio y apuntó a captar US$500 millones, la mitad del monto obtenido en la primera colocación de abril, que se orientó exclusivamente a no residentes. En esta oportunidad, tanto residentes como no residentes pudieron participar en la oferta, lo que amplió el universo potencial de suscriptores.
En su debut, el Bonte 2030 ofreció una tasa del 29,5%, superior a las expectativas de mercado. Esta rentabilidad, combinada con la eliminación de las restricciones de salida, representó un atractivo importante para los fondos internacionales, que encontraron mejores condiciones para operar en el mercado local. Además, se estableció un límite mensual de US$1.000 millones para este tipo de colocaciones, lo que permitió mantener cierto grado de control sobre los flujos.
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, confirmó que el menú de la licitación incluiría además letras capitalizables con vencimientos en julio, agosto, septiembre y noviembre, orientadas a captar el interés de fondos comunes de inversión. Asimismo, se pusieron en oferta dos Bonos Capitalizables (BONCAP) con vencimientos en enero y junio de 2026.
Desde el Ministerio de Economía, el subsecretario de Política Económica, José Luis Daza, consideró que estas decisiones formaban parte de un plan para anticipar el regreso a los mercados voluntarios de deuda con legislación extranjera. En declaraciones a medios, sostuvo que el programa económico avanzaba mejor de lo previsto y que la colocación de instrumentos en moneda dura reflejaba ese ritmo.
Por otro lado, el Tesoro anunció que a partir de este mes se publicará un cronograma anual de licitaciones de deuda pública. Esta medida apunta a brindar previsibilidad y permitir que los agentes financieros planifiquen su participación de forma más ordenada, tanto en moneda local como extranjera.
El objetivo del Gobierno nacional consistió en asegurar un flujo constante de divisas que le permita reforzar las reservas internacionales, cumplir los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y enfrentar el segundo semestre sin sobresaltos financieros. En este período, se proyecta una baja en la liquidación de exportaciones agroindustriales, así como un aumento en la dolarización de portafolios minoristas en vísperas del calendario electoral.
Diversos analistas interpretaron que la relajación de controles podría facilitar el ingreso de capitales de corto plazo que busquen aprovechar el diferencial de tasas. Al mismo tiempo, advirtieron sobre la posibilidad de que esos flujos generen mayor volatilidad en caso de una salida masiva o imprevista. Aunque destacaron que estas medidas podían ayudar a sostener el tipo de cambio en el corto plazo, también consideraron que podrían consolidar un nivel mínimo más alto para el dólar.
Con esta serie de anuncios, el Gobierno argentino consolidó una estrategia de financiamiento basada en el mercado voluntario local, con foco en la emisión de instrumentos que puedan ser suscriptos en dólares y liquidados en pesos. El desafío de las próximas semanas será evaluar la respuesta del mercado y la capacidad del esquema para sostener la acumulación de reservas sin necesidad de intervención directa del BCRA.