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Salud

El cuerpo en reposo también trabaja: cuántas calorías se queman mientras dormimos, según Harvard

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El informe señala que continuamos procesando y regulando funciones incluso en cortos períodos de descanso diurno, según reseñó Womens Health

Aunque se lo considere el momento de mayor quietud del día, el sueño es en realidad una etapa de intensa actividad metabólica. Mientras descansamos, el cuerpo continúa desempeñando funciones esenciales que requieren energía.

Un metabolismo silencioso, pero activo

El cuerpo humano no “se apaga” durante la noche. De hecho, reseña Womens Health, muchas de sus funciones vitales se intensifican durante el sueño para favorecer la reparación celular, la consolidación de la memoria y la regulación hormonal. Estas tareas no se realizan sin costo energético.

El sueño impulsa procesos vitalesEl sueño impulsa procesos vitales como la regeneración celular y la regulación hormonal, demandando energía incluso en reposo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Harvard estima que durante el sueño el organismo quema un 15% menos de calorías que en estado de vigilia. Esto significa que una persona que permanece en reposo consciente, pero sin dormirse, consume más energía que una persona dormida. No obstante, el dato más relevante es que el gasto energético no se anula.

El rango de 40 a 55 calorías por hora de sueño no es una cifra fija. Existen factores que influyen directamente en la cantidad de energía que el cuerpo utiliza durante el descanso nocturno. Entre ellos se encuentran:

  • Tasa metabólica basal (TMB): es el número de calorías que el cuerpo necesita para mantener sus funciones vitales en reposo. Esta tasa varía según la edad, el sexo, la masa muscular, el peso corporal y el estado general de salud.
  • Composición corporal: las personas con mayor proporción de masa muscular tienden a tener un metabolismo más activo, incluso mientras duermen.
  • Calidad del sueño: un descanso fragmentado o interrumpido puede afectar la eficiencia metabólica.
  • Condiciones médicas o hormonales: trastornos como el hipotiroidismo o el síndrome metabólico pueden reducir el gasto calórico durante el sueño.

Por ejemplo, una persona con un metabolismo más acelerado o con mayor masa muscular puede quemar cerca de 400 calorías durante ocho horas de sueño, mientras que otra con metabolismo lento o bajo peso podría quemar apenas 250.

Una siesta de una horaUna siesta de una hora también quema hasta 55 calorías, evidenciando que el cuerpo nunca detiene su actividad metabólica (Imagen Ilustrativa Infobae)

El descanso diurno también se traduce en consumo energético. Una siesta de una hora puede representar una quema de hasta 55 calorías, según el mismo informe. Si bien no reemplaza a la actividad física, sí constituye una evidencia más de que el cuerpo nunca cesa por completo su actividad metabólica.

¿Puede optimizarse el gasto calórico durante el sueño?

Aunque el sueño no puede considerarse una herramienta para perder peso de forma significativa, ciertos hábitos saludables pueden contribuir a maximizar la eficiencia metabólica nocturna:

  1. Mantener una rutina de ejercicios: la actividad física regular incrementa la tasa metabólica basal, lo que a su vez aumenta el gasto calórico en reposo.
  2. Dormir adecuadamente: el descanso insuficiente o de mala calidad puede alterar el equilibrio hormonal e influir en la acumulación de grasa corporal.
  3. Alimentación equilibrada: cenar de forma ligera y nutritiva, evitando alimentos pesados o ultraprocesados antes de dormir, favorece una mejor digestión y metabolismo durante la noche.
  4. Higiene del sueño: crear un entorno propicio para el descanso —ambiente oscuro, silencioso y sin pantallas— mejora la calidad del sueño profundo, momento de mayor gasto energético reparador.
Hábitos como ejercicio regular, cenunaHábitos como ejercicio regular, cenuna dieta equilibrada y un ambiente adecuado optimizan la quema calórica durante el sueño (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un dato que revaloriza el descanso

La idea de que el cuerpo solo “trabaja” cuando se mueve es, según los datos de Harvard, un concepto limitado. El organismo se encuentra en constante funcionamiento, incluso durante las horas de sueño. La quema calórica nocturna, aunque discreta, forma parte de un complejo sistema que garantiza la supervivencia y el equilibrio interno.

Comprender estos mecanismos no implica sustituir la actividad física ni sobrevalorar el gasto calórico pasivo, pero sí permite reconocer que dormir bien es también una forma de cuidar el cuerpo. Más allá de su función regenerativa y mental, el sueño aporta energía al bienestar físico.

Salud

Las 15 señales de que el cuerpo necesita más descanso

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Una investigación de la Universidad de California reveló que dormir menos de lo recomendado aumenta las posibilidades de contraer enfermedades comunes

Un estudio dirigido por el doctor Aric Prather, investigador de la Universidad de California en San Francisco, reveló que las personas que duermen menos de seis horas por noche tienen más del doble de probabilidades de resfriarse que aquellas que duermen más de siete.

Si bien el sueño se asocia habitualmente con la sensación de cansancio, su influencia abarca todos los sistemas corporales, desde la inmunidad hasta la piel. El cuerpo no solo se restaura al dormir, también se protege, se equilibra y se prepara para funcionar.

Según diferentes estudios de Verywell Health, existen al menos 15 manifestaciones concretas, algunas sutiles y otras más visibles, que pueden advertir que el cuerpo está operando con un déficit de descanso.

1- Dolores musculares sin causa aparente

Dormir menos de seis horasDormir menos de seis horas afecta la recuperación de los tejidos musculares y agrava estados inflamatorios (Imagen ilustrativa, no real, realizada por IA)

Durante el sueño se lleva a cabo la reparación de tejidos musculares. La interrupción de este proceso impide la regeneración celular y fomenta estados inflamatorios.

2- Fatiga persistente

Sentirse somnoliento no es lo mismo que experimentar fatiga. Esta última se manifiesta como una caída pronunciada de la energía vital, incluso después de haber dormido una cierta cantidad de horas. Si el cuerpo no consigue reponerse durante la noche, puede quedar en un estado de debilidad general que impide sostener la rutina diaria.

3- Ojeras y deterioro de la piel alrededor de los ojos

La zona ocular suele ser el primer lugar en mostrar señales. La piel que rodea los ojos, al ser la más fina del cuerpo, acusa inmediatamente la falta de regeneración celular provocada por el mal descanso. Esto genera acumulación de sangre por mala circulación y deriva en ojeras.

También puede notarse flacidez o palidez, y en casos prolongados, el desarrollo de arrugas prematuras como las llamadas “patas de gallo”.

Ojeras y arrugas prematuras sonOjeras y arrugas prematuras son señales visibles de que el cuerpo no está descansando lo suficiente (Imagen ilustrativa, no real, realizada por IA)

4- Dificultades para conciliar el sueño

Un exceso de actividad físicamental emocional puede desencadenar un estado de sobreestimulación que impide que el cuerpo se relaje para dormir, incluso si se siente agotado. Esta contradicción, señalada por un estudio, es habitual en personas que atraviesan episodios de estrés intenso o que entrenan en exceso.

5- Bajo rendimiento cognitivo y funcional

Solo una o dos horas menos de sueño por noche pueden afectar la capacidad para ejecutar tareas cotidianas. Las consecuencias incluyen mayor número de errores, tiempos de reacción más lentos y menor concentración. En actividades como manejar un vehículo o estudiar, estos efectos pueden ser particularmente graves.

6- Pérdida de motivación

La privación de sueño altera la evaluación del esfuerzo. El cerebro comienza a valorar menos la recompensa que se obtiene a cambio del trabajo realizado, lo que puede generar una sensación de apatía y falta de iniciativa, aun ante tareas habituales.

El bajo rendimiento cognitivo estáEl bajo rendimiento cognitivo está relacionado con la falta de sueño, dificultando tareas cotidianas y aumentando errores (Imagen ilustrativa, no real, realizada por IA)

7- Problemas en la visión

Los ojos también necesitan descanso. Dormir poco reduce la lubricación ocular, lo que se traduce en sequedad, picazón y enrojecimiento. También pueden aparecer espasmos (tics oculares), sensibilidad a la luz y visión borrosa, debido a que los músculos oculares no logran adaptarse con normalidad.

8- Irritabilidad y mal humor

Dormir mal reduce la capacidad de regulación emocional. Las personas cansadas tienden a reaccionar con mayor intensidad ante estímulos negativos, a tener menos tolerancia al estrés y a percibir las situaciones cotidianas como más adversas de lo que son.

9- Aumento de peso

La falta de sueño altera las hormonas que regulan el hambre y se incrementa la grelina (que estimula el apetito) y disminuye la leptina (que produce saciedad). Este desequilibrio favorece la ingesta excesiva, especialmente de alimentos poco nutritivos, como respuesta al agotamiento mal interpretado por el cuerpo como necesidad de energía inmediata.

La relación entre sueño yLa relación entre sueño y hormonas afecta el hambre, aumentando el riesgo de aumento de peso (Imagen ilustrativa, no real, realizada por IA)

10- Lapsos de memoria y microsueños

Durante el sueño, el cerebro organiza y archiva información. Sin ese proceso, los recuerdos se desorganizan y la capacidad de retención disminuye. A esto se suma el fenómeno del microsueño, que son momentos breves en que una persona se queda dormida por unos segundos sin darse cuenta, lo que puede derivar en pérdida de información importante.

11- Mayor propensión a la ansiedad y la depresión

El insomnio crónico (no dormir bien al menos tres noches por semana durante tres meses o más) eleva el riesgo de trastornos del estado de ánimo. Esta relación es bidireccional: la ansiedad y la depresión también pueden interferir con el sueño, creando un ciclo perjudicial difícil de romper.

12- Mayor frecuencia de enfermedades

El sistema inmunológico depende del sueño para producir anticuerpos y proteínas esenciales. Cuando el cuerpo no descansa, se vuelve más susceptible a infecciones.

Un estudio citado en el artículo indica que dormir menos de siete horas triplica el riesgo de contraer un resfriado. A largo plazo, este déficit puede contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas como hipertensión, obesidad o enfermedades cardíacas.

Problemas cutáneos como acné oProblemas cutáneos como acné o resequedad empeoran con la falta de descanso reparador (Imagen ilustrativa, no real, realizada por IA)

13- Frecuencia cardíaca en reposo más alta

Un aumento en los niveles de cortisol, la hormona del estrés, producto del mal descanso, puede elevar la frecuencia cardíaca. Esta señal es especialmente relevante en atletas, ya que puede indicar sobre entrenamiento o recuperación incompleta. También se vinculó con el desarrollo de ansiedad.

14- Brotes en la piel y deterioro cutáneo

Al dormir, se incrementa el flujo sanguíneo a la piel y se favorece la producción de colágeno y elastina. Dormir poco interrumpe estos procesos, debilita la flora bacteriana protectora (como el Staphylococcus epidermidis) y agrava condiciones como el acné, la resequedad o la sensibilidad cutánea.

15- Descenso del deseo sexual

El agotamiento físico y mental puede disminuir la libido. En el plano hormonal, la falta de descanso reduce los niveles de testosterona, con impacto directo en el deseo sexual de personas de cualquier sexo. Un estudio citado por Verywell Health indica que una hora más de sueño aumentó la actividad sexual en mujeres en un 14 % al día siguiente.

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Salud

Cuál es el factor que aumenta el riesgo de ACV durante al menos una década

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Investigaciones recientes proponen cambios en la prevención médica tras episodios relacionados con coágulos cerebrales

(HealthDay News) – El riesgo de un ACV (accidente cerebrovascular) seguirá siendo alto durante al menos una década después de que una persona tenga un roce leve con un ACV, en forma de un ataque isquémico transitorio o un ACV menor, señala un estudio reciente.

Lo que nos sorprendió es en realidad la magnitud de ese riesgo más allá de los 90 días”, dijo el investigador Faizan Khan, becario postdoctoral de la Universidad de Calgary, a tctMD, un servicio de noticias de la Fundación de Investigación Cardiovascular.

La detección temprana mejora lasLa detección temprana mejora las probabilidades de recuperación tras un ACV (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un ataque isquémico transitorio es un bloqueo temporal del flujo sanguíneo al cerebro, según la Asociación Americana del Accidente Cerebrovascular (American Stroke Association).

El coágulo que causa el bloqueo generalmente se disuelve por sí solo o se desplaza, y los síntomas generalmente duran menos de cinco minutos.

Un accidente isquémico transitorio no causa daños permanentes, pero se considera un “accidente cerebrovascular de advertencia” que muestra que un accidente cerebrovascular en toda regla podría estar a la vista, dice la ASA. Los síntomas de un accidente isquémico transitorio incluyen debilidad, dificultad para hablar o entender, y mareos intensos sin razón aparente.

La práctica clínica actualmente se enfoca en el riesgo de ACV dentro de los primeros 90 días tras un AIT o un ACV menor, basándose en investigaciones que muestran que el riesgo de un ACV subsiguiente es alto durante ese periodo, señalaron los investigadores en las notas de respaldo. Sin embargo, los estudios no han evaluado de manera concluyente el riesgo a largo plazo que estos cuasi accidentes con ACV plantean para el cerebro de una persona, apuntaron los investigadores.

Para evaluar ese riesgo, los investigadores agruparon datos de 38 estudios previos en los que participaron más de 171,000 pacientes que sufrieron un AIT o un accidente cerebrovascular menor y cuya salud fue objeto de seguimiento durante al menos un año.Los resultados muestran que el riesgo de un accidente cerebrovascular es aproximadamente un 6% más en un año, pero aumenta al 13% a los cinco años y al 20% a los 10 años.

Nuevos estudios sugieren un mayorNuevos estudios sugieren un mayor riesgo a largo plazo tras incidentes menores de bloqueo de flujo sanguíneo en el cerebro (Pixabay)

El riesgo de accidente cerebrovascular mortal dentro de una década alcanza hasta un alarmante 3%. El riesgo a 10 años de un paciente de sufrir un accidente cerebrovascular provocado por un coágulo es alrededor de un 18 por ciento más alto, y tiene alrededor de un 3 por ciento más de probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular mortal en una década, muestran los resultados.

Estos resultados indican que los médicos deben considerar un AIT o un accidente cerebrovascular menor como una advertencia de luz roja intermitente de que un accidente cerebrovascular más grave podría estar en camino, dijo a tctMD el investigador principal, el Dr. Michael Hill, profesor de medicina de la Universidad de Calgary.”Este es el momento de prestar atención y arreglarlo, y arreglarlo para siempre”, dijo Hill.

* La Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares (American Stroke Association) ofrece más información sobre los ataques isquémicos transitorios. FUENTES: Revista de la Asociación Médica Americana, 26 de marzo de 2025; tctMD, 26 de marzo de 2025

* Dennis Thompson, HealthDay Reporters ©The New York Times 2025

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Salud

Qué vitaminas necesita el cuerpo para mantenerse saludable, según la edad

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El organismo humano cambia con los años y sus necesidades nutricionales también. Cuáles son las claves para sostener la energía, cuidar los huesos y fortalecer las defensas

Las vitaminas son compuestos orgánicos esenciales que el organismo necesita en pequeñas cantidades para funcionar correctamente.

Durante la infancia, por ejemplo, el cuerpo demanda nutrientes que favorezcan el crecimiento y el desarrollo cognitivo. En la adultez, las necesidades se enfocan en mantener la energía y prevenir enfermedades. En la vejez, es fundamental preservar la salud ósea y la función cognitiva.

Las vitaminas mantienen la saludLas vitaminas mantienen la salud ósea y cognitiva en las personas mayores (Imagen Ilustrativa Infobae)

En algunos casos, cuando la dieta no cubre las necesidades, puede ser necesario recurrir a suplementos bajo supervisión médica. Sin embargo, la prioridad debe ser siempre la obtención de nutrientes mediante fuentes naturales.

“Los adultos sanos no necesitan tomar suplementos según la última evidencia científica. En cambio, hay grupos que pueden ser más vulnerables y requiere la consulta con un profesional de la salud”, aclaró.

¿Qué vitaminas necesitan los niños?

Durante la infancia, las vitaminasDurante la infancia, las vitaminas A, D, C, hierro y calcio son esenciales (freepik)

Durante la infancia, el crecimiento acelerado y el desarrollo del sistema inmunológico requieren una ingesta adecuada de vitaminas.

La vitamina A es esencial para la visión y el sistema inmunológico; se encuentra en alimentos como zanahorias, espinacas y batatas. La vitamina D, necesaria para la formación ósea, se obtiene a través de la exposición solar y alimentos como pescados grasos y huevos.

Durante la infancia, las vitaminasDurante la infancia, las vitaminas A, D, C, hierro y calcio son esenciales (Imagen Ilustrativa Infobae)

La vitamina C contribuye al crecimiento y reparación de tejidos y fortalece el sistema inmunológico; cítricos, fresas y kiwis son buenas fuentes.

El hierro es vital para la producción de hemoglobina y el desarrollo cerebral; se halla en carnes magras, legumbres y cereales fortificados.

El calcio, fundamental para huesos y dientes, abunda en productos lácteos, tofu y vegetales de hoja verde.

¿Qué vitaminas se requieren entre los 20 y los 40 años?

Una alimentación balanceada con frutas,Una alimentación balanceada con frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables es fundamental para obtener las vitaminas necesarias (Imagen Ilustrativa Infobae)

Entre los 20 y los 40 años, mantener la energía y prevenir enfermedades es prioritario. Las vitaminas del complejo B, como B6 y B12, son cruciales para el metabolismo energético y la función cerebral; se encuentran en carnes, huevos y productos lácteos.

La vitamina C sigue siendo importante para el sistema inmunológico y la síntesis de colágeno; frutas cítricas y pimientos son excelentes fuentes.

El ácido fólico es relevante para mujeres en edad fértil, ya que previene defectos del tubo neural en el feto; se obtiene de vegetales de hoja verde, legumbres y cereales fortificados.

El hierro continúa siendo esencial, especialmente para mujeres con menstruaciones abundantes, y puede obtenerse de carnes rojas, espinacas y lentejas.

¿Qué vitaminas necesitamos entre los 40 y los 60 años?

Los frutos secos contienen vitaminasLos frutos secos contienen vitaminas B, E, ácido fólico y vitamina D. (Imagen Ilustrativa Infobae)

A partir de los 40 años, el metabolismo se ralentiza y aumenta el riesgo de enfermedades crónicas. La vitamina D y el calcio son fundamentales para mantener la salud ósea y prevenir la osteoporosis; se encuentran en productos lácteos, pescados grasos y se sintetizan con la exposición solar.

El magnesio ayuda a regular la presión arterial y favorece la función muscular; se halla en frutos secos, legumbres y cereales integrales.

Los ácidos grasos omega-3 contribuyen a la salud cardiovascular y cognitiva; pescados como el salmón y las semillas de lino son buenas fuentes. La vitamina B12, cuya absorción puede disminuir con la edad, es esencial para la función nerviosa y se obtiene de alimentos de origen animal.

¿Qué vitaminas necesitamos después de los 60 años?

Después de los 60 años,Después de los 60 años, las prioridades vitamínicas incluyen la vitamina D, calcio, vitamina B12, omega-3 y vitamina E (Imagen Ilustrativa Infobae)

En la tercera edad, mantener la salud ósea, cognitiva y cardiovascular es esencial. La vitamina D y el calcio siguen siendo prioritarios para prevenir la osteoporosis.

La vitamina B12 es crucial para la función cognitiva y puede requerir suplementos si hay dificultades de absorción. Los ácidos grasos omega-3 apoyan la salud del corazón y el cerebro.

Además, la vitamina E actúa como antioxidante, protegiendo las células del daño; se encuentra en aceites vegetales, frutos secos y semillas. Mantener una dieta variada y equilibrada, adaptada a las necesidades cambiantes del organismo, es clave para un envejecimiento saludable.

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