Las últimas señales indicaban que las distintas tribus del peronismo habían iniciado una ronda de diálogo razonable por el calendario electoral de la provincia de Buenos Aires. La negociación había comenzado con una cumbre reservada en La Plata el último domingo, con el gobernador Axel Kicillof, el titular del PJ bonaerense Máximo Kirchner y el excandidato presidencial Sergio Massa. El martes, las conversaciones habían continuado en una reunión de trabajo en el ministerio de Gobierno de la gobernación. Allí estuvieron Carlos “Carli” Bianco y Agustina Vila, por Kicillof, Facundo Tignanelli y Eduardo “Lalo” Révora, por La Cámpora, más Sebastián Galmarini y Alexis Guerrera por el massismo.
Sin embargo, este miércoles el clima volvió a tensarse al conocerse que la senadora provincial Teresa García -muy cercana a CFK- presentó un proyecto en la Legislatura para suspender las PASO y al mismo tiempo hacer coincidir los comicios provinciales con los nacionales: lo que en la jerga se conoce como elecciones ‘concurrentes’. “Rompieron todo”, fue la reacción del axelismo.

Como se sabe, Kicillof manifestó varias veces que la intención del gobierno bonaerense es suspender las PASO este año -como ya se hizo a nivel nacional y en la CABA- para luego desdoblar las elecciones y, posiblemente, adelantarlas.
La presentación del proyecto por parte de la senadora García puede ser leída como una desautorización hacia el propio mandatario. Un gesto duro, acaso sin retorno. Otra lectura, en cambio, atribuye esa iniciativa a una estrategia: la intención de incorporar un elemento de presión, pero sin interrumpir las conversaciones.
En las próximas horas se sabrá cuál de las dos interpretaciones refleja mejor el devenir de los acontecimientos.
El proyecto difundido por García, secretaria general del PJ a nivel nacional, tiene las rúbricas de dieciséis senadores de Unión por la Patria. En sus fundamentos, el texto cuestiona abiertamente la pretensión de desdoblar las elecciones bonaerenses respecto de los comicios a nivel nacional. Por ley, el llamado a las urnas para elegir cargos nacionales está previsto para el domingo 26 de octubre.
Desacoplar las fechas para adelantar la votación de cargos provinciales es, por otro lado, la estrategia elegida por Kicillof. Y para eso tiene el apoyo de un grupo significativo de intendentes.
“La organización de una elección desdoblada (en una fecha diferente a la de la elección nacional) por primera vez en más de 40 años de democracia requeriría una extraordinaria preparación logística, presupuestaria y de los recursos provinciales, que no es posible realizar en estos escasos meses que preceden a la elección”, dice textualmente el proyecto firmado por García y la quincena de senadores provinciales.
El proyecto -además- cita como argumento una serie de manifestaciones realizadas por el juez federal con competencia electoral en la PBA, Alejo Ramos Padilla, sobre los riesgos de un desdoblamiento.
“Resulta relevante mencionar que ha sido ni más ni menos que la Justicia electoral nacional la que ha advertido los serios riesgos que afrontaría la provincia de Buenos Aires en un escenario de desdoblamiento de la elección”, señala el texto.
Pero el informe de Ramos Padilla no fue el único pronunciamiento sobre los riesgos de esta elección. En el Ministerio de Gobierno bonaerense realizaron varios estudios de simulación de voto con residentes en la provincia de Buenos Aires. El objetivo era probar cómo funcionarían las elecciones ‘concurrentes’ en el distrito más poblado del país: esto es, votar el mismo día, en urnas distintas, con Boleta Única de Papel y boleta partidaria tradicional (lista sábana).
Los estudios demostraron que se atrasaría el tiempo de votación y miles de electores se quedarían sin ejercer su derecho al voto. Esas complejidades explican la difícil negociación que llevan adelante los tres espacios políticos más importantes -no los únicos- de la coalición peronista.

La cumbre del domingo
Las tratativas habían empezado informalmente pero el domingo por la noche llegaron a su instancia de máximo nivel: horas antes de la marcha del 24 de marzo, el gobernador recibió en La Plata al presidente del PJ bonaerense y al titular del Frente Renovador.
En ese cara a cara, Kicillof, Kirchner y Massa estuvieron acompañados cada uno por un allegado de confianza. Bianco escoltó al mandatario provincial; el diputado bonaerense Facundo Tignanelli llegó junto al jefe de La Cámpora. En tanto, el presidente de la Cámara de Diputados provincial, Alexis Guerrera, ingresó con Massa.
En esa cumbre se acordaron algunas cuestiones; otras, no. Según lo que pudo reconstruir Tiempo, Kicillof, Kirchner y Massa no se pusieron de acuerdo en el tema de fondo, una disyuntiva imposible de saldar sin dejar heridos: ¿desdoblamiento o elecciones concurrentes? Sí coincidieron en que el escenario político obliga a hacer lo posible para preservar la unidad.
La segunda coincidencia fue que el peronismo de la provincia de Buenos Aires necesita que las elecciones del distrito se desarrollen con normalidad, de modo razonable, sin acusaciones ni sospechas.
Un inconveniente reconocido por todos fue que si se suspenden las PASO la alianza Unión por la Patria debería establecer otra metodología para la selección interna de candidatos. Eso obligará al frente electoral -habrá que ver si en las próximas elecciones se sigue llamando así- a rediscutir sus actas constitutivas.
En lo que asomaron posiciones irreductibles fue en el debate sobre el desdoblamiento: la postura transmitida por Máximo Kirchner fue que no acepta suspender las PASO si eso está acompañado por un desacople de la elección provincial.
Esta tesis explica la presentación del proyecto de ley para calzar la suspensión de las primarias con la realización de elecciones ‘concurrentes’. Tal iniciativa fue rápidamente elogiada por la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza: “Coherencia para defender a nuestro pueblo de tanta irracionalidad”, posteó este miércoles desde la red social X.
La discusión electoral tuvo su segunda ronda el martes por la tarde. El escenario fueron las oficinas de Bianco. En esa reunión de segundas líneas participaron dos interlocutores por cada espacio: por un lado, Bianco y Vila, secretaria general de la gobernación; por otro, Guerrera y el director del Bapro Sebastián Galmarini; también Tignanelli y el abogado camporista Eduardo “Lalo” Révora, subsecretario de Asuntos Municipales.
Lo primero que se convino en esa charla fue que cualquier cambio en el llamado a las urnas llevará su tiempo y que habrá que construir consensos amplios en la Legislatura, más allá de las filas del peronismo. Por lo pronto, la sesión para debatir en Diputados los proyectos de suspensión de las primarias se postergará para el martes 1° de abril o incluso para el jueves 3.

En la búsqueda de consensos podrían cumplir un rol importante los legisladores radicales. Están dispuestos a acompañar la suspensión de las PASO pero le piden a Kicillof que, pese a las presiones, avance con el desdoblamiento.
Por otro lado, los legisladores del Frente Renovador quieren sostener a toda costa el límite a la reelección de los intendentes, una ley que lleva la marca del massismo.
“La reunión (del martes, en el Ministerio de Gobierno de la gobernación) fue muy buena. Estamos avanzando despacito. Sergio (por Massa) me pidió que garanticemos la unidad y el mayor de los consensos con todos los sectores de la política de la provincia de Buenos Aires, para que la elección sea transparente, segura e íntegra”, dijo a Tiempo Sebastián Galmarini, uno de los representantes del sector.
La negociación, de cualquier modo, está plagada de desconfianzas y tensiones. Su desenlace podría determinar el futuro de muchos protagonistas.