Para el Gobierno, es una de las fuentes potenciales de presión sobre el dólar en caso de un desarme de los controles cambiarios. En 2024 el BCRA utilizó los bonos Bopreal para que las compañías puedan girar parte de sus utilidades
Una posible fuente de presión sobre el mercado de cambios en caso iniciar un desarme del cepo, es el de la cantidad de dividendos y utilidades de empresas multinacionales que las filiales locales no pudieron girar a sus casas matrices, algo que según estimaciones privadas implica un monto total de entre 6 y 7 mil millones de dólares y que para el equipo económico representa un “riesgo de stock”.
La cuestión de los dividendos atrapados por el cepo cobra fuerza en medio de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, que atraviesan su etapa final y que podrían reconfigurar el esquema cambiario con el cual se desenvuelve el plan económico del gobierno de Javier Milei.
En mayo pasado el Banco Central abrió una ventana para darle salida a parte de ese stock acumulado al permitir que empresas que busquen girar utilidades al exterior lo hagan a través del bono Bopreal, en dólares, que emitió la autoridad monetaria para bajar la deuda importadora. En aquel momento el mercado especulaba con que había una demanda grande de bancos para sumarse a esa operatoria.
El Fondo Monetario, en la octava y última revisión técnica, mencionó al tema, al que le dio relevancia, y estimó que tras la operación con Bopreales quedaron unos USD 4.000 millones pendientes de giro. “A fines de abril de 2024, la cartera de deuda cambiaria pendiente de Argentina ascendía a aproximadamente USD 21.000 millones, de los cuales USD 17.000 millones reflejaban el exceso de deuda de importadores y un estimado de USD 4.000 millones de dividendos no distribuidos, derivados de restricciones a la distribución de dividendos en el exterior”, aseguró en ese documento.
El presidente del BCRA Santiago Bausili había mencionado, en diciembre pasado, que los dividendos representaban un “riesgo de stock” y que por eso el Gobierno buscaba una forma de darle salida ordenada y que no presionaran al tipo de cambio. “Hay dos o tres bolsillos que quedan afectados por el cepo y que representan un riesgo de stock”, explicó Bausili en una presentación ante la Bolsa de Comercio de Córdoba.
“Quedan dos o tres lugares con liquidez atrapada. Por eso en el mientras tanto liberamos (controles) donde no están (atrapados). El comercio es lo más importante para nosotros, que sea lo más libre posible para que baje el costo argentino y fluya la actividad económica”, planteó el titular del Central, y señaló que los sectores con demanda potencial de dólares son aquello con “stocks de deuda financiera inter company, dividendos, son bolsillos donde hay demanda latente”.
La discusión sobre qué hacer con ese stock volvió a tomar fuerza en medio de la discusión con el FMI. “Si hubiera certeza respecto de cuándo o en qué orden se levantarían las restricciones cambiarias, incentivaría una serie de comportamientos perjudiciales para el precario pero logrado orden macroeconómico. Por ejemplo, empresas extranjeras que abulten sus ganancias contables este año para aprovechar una próxima ventana de giro de utilidades a sus casas matrices que no disfrutan hace años, lo cual reduciría la muy necesaria y escasa inversión privada”, aseguró un informe de la consultora Epyca.
“El monto de utilidades acumuladas en estos años de cepo que esperan su turno para ser remitidas al exterior no es menor: superaría los USD 6.000 millones a fin de este año”, analizó recientemente un informe de la consultora Epyca. EcoGo, tenía una estimación que rondaba entre esa cifra y los USD 7.000 millones.
Estimaciones del economista Amílcar Collante hablaban de que en 2016 hubo un crecimiento muy marcado del giro de dividendos tras la salida del cepo en el inicio del mandato de Cambiemos, con un promedio mensual de USD 260 millones. Desde la reinstauración de los controles en el mercado de cambios, ese promedio cayó todos los años y en 2023 terminó en USD 25 millones mensuales. En definitiva, con cepo el promedio mensual desde 2003 hasta acá fue de USD 38 millones, mientras que sin cepo, fue USD 165 millones, calculó Collante.
La inminente firma de un nuevo préstamo del FMI da señales sobre la “hoja de ruta” para eliminar las restricciones, mediante un nuevo esquema cambiario y el aporte de fondos frescos. Qué dicen los analistas
El mercado financiero se mueve bajo la expectativa de un prontoacuerdo con el FMI (Fondo Monetario Internacional), que ayude a tranquilizar los ánimos y anticipe el fin de las restricciones cambiarias, conocidas como cepo.
Muestra de la inquietud fue el avance de las cotizaciones alternativas del dólar otra vez en la zona de $1.300, una brecha cambiaria que se tensó hasta el 20% y una intensa demanda de divisas que obligó a ventas de reservas a manos del Banco Central, a la par de una retracción en el nivel de liquidaciones del agro.
Por ese motivo, el jueves 27 el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció que se solicitó al staff del Fondo un monto de USD 20.000 millones, que va a someter a la aprobación del board del organismo.
Durante su discurso, Caputo también dijo que se está negociando con el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y CAF, un paquete de libre disponibilidad para reforzar las reservas del Banco Central.
De esta manera, el ministro afirmó que, tras un diálogo con la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, se decidió informar que se acordó con el staff del organismo el monto de USD 20.000 millones, que se “va a someter a la aprobación del board”.
Durante su discurso, Caputo también indicó que el acuerdo con el FMI es “diferente a cualquier acuerdo que ha hecho con otros países” debido a que “tradicionalmente implican desembolsos graduales mientras se exige una serie de ajustes fiscales y monetarios para poner la economía en orden. Este no es el propósito de este acuerdo porque ese ajuste ya lo hemos hecho”.
En este sentido, Caputo se refirió las medidas del Gobierno para ordenar la economía y terminar con el déficit fiscal y con la emisión monetaria. Además, el ministro destacó que, con el financiamiento acordado, las reservas brutas del Banco Central alcanzarán un monto cercano a USD 50.000 millones. “Estos nuevos fondos no van a ser para financiar gastos, sino para recapitalizar el activo del Banco Central. No va a aumentar la deuda bruta y vamos a reponer los activos necesarios para los pesos que circulan estén bien respaldados”, sostuvo.
Las reservas brutas subirían a USD 50.000 millones, contando también con otros préstamos de organismos multilaterales
“Cuando asumimos decían que el tipo de cambio iba a ir inmediatamente a $2.000 o $3.000, y algunos decían $8.000. Resulta que, en 15 meses, apenas se movió 15%”, precisó el funcionario, y cuestionó a quienes utilizan a la política para “perpetuarse y vivir de la plata de la gente. Para nosotros hacer política es para servir al pueblo. Vinimos para hacer una Argentina grande y queremos que nos acompañen en este proceso”.
El presidente Javier Mileiconfió en diálogo con El Observador FM que la salida del cepo “depende de cómo me reestructuran los desembolsos. No hay aire para suba del tipo de cambio con reservas de USD 50.000 millones contra una Base Monetaria de USD 26.000 millones”.
Fuente: Portfolio Personal Inversiones
El anuncio del acuerdo con el FMI fue oportuno, cuando además de la inquietud financiera, desde el frente político se avecina una nueva huelga de la CGT contra la administración ultraliberal el 10 de abril, en el marco de meses que serán de “alto voltaje” por las elecciones legislativas de octubre.
Toda esta tensión quedó cristalizada en las cifras que ofreció el mercado de cambios -en sus diferentes variantes- en los últimos días. Los dólares alternativos regresaron a máximos en seis meses; la brecha cambiaria superó el 20% por primera vez en cinco meses y las reservas brutas del BCRA tocaron un piso en 14 meses.
Las reservas brutas son hoy de poco más de USD 26.200 millones, por lo que el anuncio sugiere un nivel alto de desembolsos iniciales (Max Capital)
Además, el ente monetario atravesó la serie de ventas en el mercado más abultada desde las 14 ruedas consecutivas con ventas entre el 27 de junio y el 14 de julio de 2023, por un total de USD 3.133 millones. Por otra parte, marzo rompió una racha positiva de siete meses seguidos para la intervención oficial en la plaza mayorista.
Se espera que el Directorio del FMI se reúna a mediados de abril para finalizar el programa. Ningún miembro del staff realizó declaraciones sobre el nivel del acuerdo, lo que indica que las negociaciones continúan”, afirmó un informe de Federico Filippini y Javier Casabal de Adcap Grupo Financiero.
“Es probable que una parte de los USD 20.000 se desembolse de manera escalonada para alinearse con los vencimientos hasta febrero de 2029”, estimaron los analistas de Adcap (Foto: Reuters)
“Los USD 20.000 millones -equivalentes a USD 15.000 de DEG a un tipo de cambio de $1.326- serán destinados en su totalidad al fortalecimiento de las reservas del Banco Central. Si estos desembolsos son anticipados y se suman USD 4.000 millones Banco Mundial, el BID y la CAF, las reservas brutas alcanzarían los USD 50.000 de dólares. Faltan detalles específicos, pero creemos que es probable que una parte de los USD 20.000 se desembolse de manera escalonada para alinearse con los vencimientos hasta febrero de 2029. Estos futuros desembolsos estarán sujetos a revisiones trimestrales. Además, no se brindaron detalles sobre el régimen cambiario que definirá el nuevo programa”, estimaron los expertos de Adcap.
Desde Max Capitalsubrayaron que “las reservas brutas son hoy de poco más de USD 26.200 millones, por lo que el anuncio sugiere un nivel alto de desembolsos iniciales, si bien el ritmo de desembolsos no es claro aún”.
El Gobierno enfrentaría vencimientos con el FMI por USD 14.000 millones durante el programa, por lo que el monto del préstamo anunciado por el ministro sugiere un financiamiento neto en todo el periodo del programa de USD 6.000 millones (Max Capital)
“El Gobierno enfrentaría vencimientos con el FMI por USD 14.000 millones durante el programa, por lo que el monto del préstamo anunciado por el ministro sugiere un financiamiento neto en todo el período del programa de USD 6.000 millones, con mayor asistencia al principio. En su presentación, el ministro de Economía adujo que las reservas brutas respaldando los pesos serían más altas que en la convertibilidad si se miran respecto a la Base Monetaria, tratando de anclar las expectativas de tipo de cambio”, añadió Max Capital.
“Los nuevos fondos del FMI podrían superar los USD 8.000 millones, que es nuestra base. Un nuevo financiamiento superior a esa cantidad permitiría a las autoridades no solo sortear el período electoral, sino también acelerar la eliminación de los controles cambiarios”, explicó en un reporte el BancTrust & Company, con sede en Londres.
“Cuánto podrían acelerar la eliminación de los controles dependerá de la cantidad final de nuevos fondos. Si bien esto podría generar especulaciones optimistas, es probable que la incertidumbre sobre el futuro marco cambiario siga presionando los mercados cambiarios y provoque una mayor fuga de reservas”, agregó el informe del banco de inversión.
“La ratificación en la Cámara de Diputados del DNU que aprueba el acuerdo con el FMI es una gran noticia para los mercados, disipando la incertidumbre política y acercando al Gobierno a la salida del cepo. De todas formas, la firma del acuerdo es condición necesaria pero no suficiente para remover los controles de capitales, y la acumulación de reservas deberá continuar a lo largo del año”, sintetizó el Grupo IEB (Invertir en Bolsa).
“¿Por qué Argentina tiene que hacer un acuerdo con el FMI? Porque ya tiene un acuerdo vigente, no tiene forma de pagar lo que debe, entonces va a tener que renegociar de alguna manera y no le conviene ni al Fondo ni a la Argentina entrar al default”, sostuvo el analista financiero Christian Buteler.
“A algún acuerdo teníamos que llegar, está muy bien que se refinancie, que se busque la forma de que Argentina pueda pagar lo que debe. Ahora de ahí a volver a incrementar la deuda con el FMI ya hay una diferencia, lo cual algunos como yo en este caso, no estamos de acuerdo porque no pasa por tomar más deuda las soluciones que la Argentina necesita”, dijo Buteler.
No tiene aire para suba del tipo de cambio con reservas de USD 50.000 millones contra una Base Monetaria de USD 26.000 millones (Milei)
“Lo que estás viendo es que la Argentina -entre comillas- es rica en dólares. La contracara de eso es que faltan dólares en algún lado. Las cuentas externas se tornaron negativas en términos cambiarios ya en junio, fundamentalmente porque mandabas el 20% de la exportación al contado con liquidación. Ahora, ese desequilibrio de la cuenta corriente cambiaria se financió por la cuenta capital, que estaba originada en el blanqueo”, sintetizó en Infobae en Vivo Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva de la consultora EcoGo.
“Argentina usó a lo largo de los últimos 20 años el equivalente a USD 300.000 millones en emisión de pesos. Eso es medio PBI. Eso explica que el Banco Central tenga reservas negativas. El excedente de pesos que había en la Argentina, es un excedente para una economía con alta inflación, donde la gente no ahorra en pesos o no quiere tener pesos”, enfatizó Dal Poggetto, en referencia a la presión cambiaria coyuntural.
“Argentina usó a lo largo de los últimos 20 años el equivalente a USD 300.000 millones en emisión de pesos. Eso es medio PBI. Eso explica que el Banco Central tenga reservas negativas”, dijo a Infobae en Vivo Marina Dal Poggetto (Foto: Reuters)
“En dicho sentido, se esperan precisiones sobre el nuevo esquema cambiario, entre ellos tal vez uno de bandas -ya que no se arrancaría inicialmente con una flotación libre a fin de evitar correr riesgos que pudieran afectar el proceso de desinflación- y sobre la posibilidad de continuar con el crawling peg del 1% o si sería modificado o hasta eliminado. Donde existe mayor consenso es que el esquema del dólar blend sería como mínimo reducido gradualmente, ya que una genuina acumulación de reservas resulta crucial dentro de la estrategia de fortalecer el balance del BCRA, lo cual se podría complementar con los fondos frescos que pudiera aportar el FMI”, expresó Gustavo Ber, economista del Estudio Ber.
Se esperan precisiones sobre el nuevo esquema cambiario, entre ellos tal vez uno de bandas -ya que no se arrancaría inicialmente con una flotación libre (Ber)
“Mientras los dólares financieros siguen ‘testeando’ los $1.300, con una brecha en el orden del 20%, las miradas de los operadores siguen dirigidas especialmente hacia el saldo diario del BCRA, incluso más tras la racha vendedora reciente, y la dinámica de las tasas en pesos así como la de los futuros. Ello se debe a que una normalización de las mismas, o sea tasas en pesos superiores a las tasas de los futuros, resulta importante para que se reactiven no sólo las apuestas hacia el carry-trade sino principalmente las liquidaciones de exportaciones, claves justamente en la etapa de mayor oferta de divisas por la cosecha gruesa que se avecina.”, acotó Ber.
“El mercado de renta fija local está a la espera de definiciones respecto del acuerdo con el FMI y el levantamiento de los controles de capitales. La aprobación del DNU para el acuerdo con el FMI por parte de la Cámara de Diputados generó cierta expectativa de un posible levantamiento de éstos”, publicó la correduría Balanz Capital.
La corrida que ya costó U$S 1600 millones en dos semanas apuró las negociaciones. El Banco Central se quedó sin poder de fuego para intervenir en las cotizaciones del dólar.
Lo que en un principio se había presentado como una operación para fortalecer el patrimonio del Banco Central se fue convirtiendo con el correr de los días en lo más parecido a un salvataje para un gobierno necesitado de convencer a los mercados de que no habrá devaluación. La ayuda del Fondo Monetario Internacional se tornó en una dosis de oxígeno indispensable para la supervivencia del programa económico de Javier Milei.
Si en un principio el gobierno hablaba de conseguir 10 o 12 mil millones de dólares, ahora se blanqueó que pidió 20 mil millones. Las conversaciones iniciales con el FMI se extendieron a otros organismos como el BID, el Banco Mundial y la CAF. La ambiciosa intención de levantar el cepo mutó primero por rescatar letras intransferibles del Banco Central, luego por postergar pagos al Fondo en los próximos cuatro años y ahora por conseguir recursos de libre disponibilidad.
Como si hubieran aplicado el “principio de revelación” que suele usar Milei cuando las cosas le salen mal, los mercados entendieron que el gobierno se está quedando sin divisas y reaccionaron con un fuerte proceso de dolarización antes de que sea tarde. El Banco Central tuvo que vender más de U$S 1600 millones en diez días y sus reservas brutas cayeron al nivel más bajo desde enero de 2024.
El apetito por cubrirse de una posible devaluación se observó en la licitación de títulos del último jueves, cuando la Secretaría de Finanzas adjudicó letras y bonos “dollar-linked” (atados a la cotización del dólar oficial) por U$S 1032 millones. En la anterior licitación, dos semanas atrás, ese renglón había quedado desierto.
Poder de fuego
La libertad que tendrá el gobierno para disponer de los dólares que consiga se volvió, por estas horas, en un tema casi excluyente. Está claro que el Banco Central perdió poder de fuego y necesita usarlos para hacer bajar las cotizaciones.
Los analistas creen que el margen de maniobra que otorgará el FMI no será grande. “Si pensamos el financiamiento como recibido neto de amortizaciones durante el plazo del nuevo programa (que sería de 48 meses), entonces el Fondo nos prestará U$S 6000 millones netos”, estimó la consultora 1816 en un informe a sus clientes.
La economista Lorena Giorgio, de la consultora Equilibra, evaluó la situación desde el punto de vista del FMI: “Que se cierre un programa por U$S 20.000 millones no implica ni de casualidad que el FMI desembolse de entrada ese monto. En los próximos cuatro años vencen U$S 15.000 millones de capital con el Fondo. Es esperable que los desembolsos se «matcheen» con los pagos y la exposición del FMI a la Argentina suba sólo U$S 5000 millones”.
Milei dio por sentado que, con el préstamo, las reservas brutas del Banco Central duplicarán la base monetaria y que eso servirá de respaldo para evitar cualquier corrida. Pero… “La historia argentina ha sido pródiga en episodios de estrés y crisis cambiarias muy severas, aún con niveles mucho mayores de la relación entre reservas y base monetaria”, señalaron desde la consultora Aurum. Así recordaron que en agosto de 2019 Mauricio Macri sufrió una corrida cuando la relación reservas/base monetaria era de 194%. Y en enero de 2001, cuando se estaba incubando la crisis de la convertibilidad, era de 260%. Ya se sabe cómo terminaron esos episodios.
El nudo de la cuestión, sin embargo, sigue siendo la sensación de que el gobierno no tiene dólares y que el retraso cambiario no incentiva el ingreso de divisas, sino que empuja a gastarlas. El FMI insiste en revisar ese punto y su vocera Julie Kozack pidió “un conjunto de políticas fiscales, monetarias y cambiarias coherente” como condición para el acuerdo.
Esa advertencia genera dos preguntas: si el gobierno se animará a devaluar antes de las elecciones de octubre, con el previsible costo inflacionario y por ende político que eso generaría, y en caso negativo cuánto puede aguantar el Banco Central vendiendo reservas que, en términos netos, no posee.
Jorge Carrera, exdirector del Central, arriesgó una hipótesis: que el acuerdo incluya una cláusula secreta por la que el gobierno se comprometa a dar un volantazo luego de los comicios. “Podría existir en ese memo reservado, un compromiso de devaluar post elecciones. La primera revisión al 30 de septiembre se informará en noviembre. En esa revisión se podrían cambiar algunas metas y políticas, incluida la cambiaria”, advirtió. «
Los envasados, la harina y productos como galletitas y leche sufrieron remarcaciones muy por arriba del IPC de febrero, del 2,4%. Entre las causas de este impulso se encuentra la volatilidad del dólar.
La inflación de marzo rondará el 3%, tras una fuerte escalada de los alimentos que se consolidó en la última semana del mes, con la carne como protagonista clara de las remarcaciones a lo largo del mes, pero también con continuos, aunque leves, ajustes de los precios de alimentos de los grandes proveedores de la industria.
El empresariado cárnico justificó los aumentos como consecuencia del impacto de las lluvias, que irrumpieron en febrero y siguieron durante todo este mes. También es cierto que el sector fue el que menos aumentó durante 2024 y venía pujando por una actualización de sus precios, que finalmente llegó a las góndolas y los mostradores de barrio.
Otros precios muy dinámicos fueron los de productos lácteos y huevos, que treparon un 5,8% en las últimas cuatro semanas, superando el 5% que registraron las carnes, desde la perspectiva del Índice LCG – Alimentos y Bebidas, que realiza la consultora LCG.
El informe da cuenta de otros aumentos importantes en ese período, como el del precio de las verduras, que saltó 3,3%, y el de bebidas sin alcohol, que varió 2,2 por ciento. Y agrega incrementos menores en condimentos, aceites y panificados.
LCG vio una desaceleración de los precios de los alimentos a partir de la segunda semana del mes. En la última semana esa baja obedeció a que los aumentos de carnes fueron compensados por una baja importante de los productos panificados y por los precios de las bebidas. Sin embargo, la inflación de las últimas cuatro semanas llegó al 3,8 por ciento.
Otras miradas
Al mes le resta un día hábil para que los números sean completos. En el mismo tramo, el Monitor de Precios de PxQ, que dirige el ex viceministro de Economía, Emmanuel Álvarez Agis, arrojó un aumento medio mensual del 2,7 por ciento. En la última semana del mes la variación fue del 0,5% en general, con el rubro Alimentos y bebidas como principal traccionador debido al empuje de las comidas fuera del hogar (1,9%) y carnes y derivados (1,2%), más algún repunte importante en frutas y verduras.
En el mes los precios del rubro aumentaron un 4,3%, e hicieron disparar la estimación de la inflación mensual, que para esta fuente es del 2,9 por ciento.
En sintonía, otras consultoras que siguen de cerca la evolución de los precios prevén que la aceleración de los alimentos llevará la inflación mensual por encima del promedio de los meses anteriores y lejos de la expectativa del gobierno nacional, que no puede romper el piso del 2%.
EcoGo, la consultora que lidera la economista Marina Dal Poggetto, registró un aumento de los alimentos del 1,1% sólo en la última semana y un avance del 3,2% mensual, que impactaría en un promedio de los precios general del 2,6%.
En el Gran Buenos Aires, Analytica, de Ricardo Delgado, midió una evolución de los alimentos y bebidas del 0,6% en la cuarta semana del mes que hizo trepar el promedio mensual al 3,3 por ciento. La proyección mensual general es de 2,5 por ciento.
Los precios que más aumentaron en esa zona del país fueron los de verduras, con el 13,6%; y carnes y derivados, con el 4%. Por debajo del promedio pero igualmente con promedios altos quedaron los precios de pescados y mariscos, bebidas sin alcohol y azúcar.
Volvieron las listas con nuevos precios
Todo pasa en medio de las versiones de una modificación al tipo de cambio que el gobierno públicamente descarta mientras los precios de los productos de consumo masivo sufren ajustes en forma permanente. Al compás de los rumores, se mueven los números.
Los proveedores por ahora niegan esos ajustes y aseguran que en las últimas semanas aumentaron poco o nada, pero en los comercios chicos de la provincia de Buenos Aires, almacenes y autoservicios de barrio, el segmento que le vende alimentos al 70% de la población, cuentan otra cosa.
La versión es que desde mediados de marzo los precios de almacén, limpieza y tocador empezaron a llegar con aumentos, leves pero constantes y sostenidos, a los comercios de cercanía.
La ubicación temporal coincide con el nerviosismo que rodea la negociación del gobierno con el FMI y la cantada actualización del precio del dólar. En el caso de los alimentos, la turbulencia parece empezar a romper el enfriamiento paulatino con el que el Ejecutivo había logrado planchar la inflación.
Los productos que aumentan son los de mayor demanda, en el último tirón del mes se destacó el de la harina, del orden del 10%; y para la primera semana de abril ya están avisados de un aumento del 3% de la leche, que parecería menor si no fuera porque el producto aumentó todos los meses desde que empezó 2025 y a esta altura acumula un promedio del 10 por ciento.
También remarcaron hasta el 8% las fábricas de galletitas dulces con el argumento de que llevaban cuatro meses sin tocar los precios; y llegan subidos además los aceites y los quesos.
Otra cosa que los comerciantes denuncian como frecuente es la entrega de mercadería al límite del vencimiento, una práctica que se atribuye a especulaciones de fábricas y autoservicios mayoristas con la evolución del tipo de cambio. «
El gasto de los hogares en la mira
Un informe reciente del Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (Isepci) indica que, en 2018, cuando la Encuesta de Gastos de los Hogares (Engho) del Indec reveló el aumento del componente de servicios en el gasto de las familias superando a los alimentos y bebidas, se pudo cambiar esa metodología de medición del Indec.
Ese cambio en la estructura del gasto cotidiano explica en buena medida la impotencia del bolsillo para cubrir los productos que hacen a la subsistencia del grupo familiar.
A diferencia de otros comerciantes enfocados en el consumo masivo, los almaceneros le ven la cara al cliente y toman nota de un cansancio que contradice la tendencia presuntamente bajista de la inflación que el gobierno defiende como uno de sus logros políticos y que utilizará como espada en la campaña legislativa de este año. El cuadro se complica porque, ni bien asoma la inestabilidad en el horizonte, los precios reaccionan subiendo, como en la última semana, con sigilo pero sin pausa.