El Gobierno busca coronar este miércoles su apuesta en Diputados. Es una necesidad política para atender un objetivo económico central: lo antes posible, ya en el arranque de la carrera electoral. Eso incluye juego de alianzas y señales inquietantes de la oposición dura
El Gobierno debería agradecer a dos legisladores de su lista de castigados por la mano que acaban de darle para avanzar en el Congreso con el DNU de aval a las tratativas con el FMI. El oficialismo debió transpirar y negociar en la bicameral de Trámite Legislativo para allanar el camino al dictamen que este miércoles llega al recinto de Diputados. Es una prueba central para Olivos frente a los mercados, de humor inestable, y con la carrera electoral ya disparada. También es un test para aliados, dialoguistas y oposición dura, que en el caso del peronismo/kirchnerismo sugiere llevar el tema al terreno judicial.
La velocidad con que se sucede todo lo que hace a la negociación con el Fondo expone de manera abierta el cruce de necesidades económicas y políticas. El Gobierno anotó estas tratativas al mismo nivel que el control de la inflación. Van de la mano, en todo sentido, como objetivo y por dependencia mutua. Y mueven el tablero político. Eso incluye y supera al Congreso: trasciende la lectura local y es un ingrediente de las conversaciones no sólo técnicas con el organismo internacional.
Luis Caputo debe lidiar con esa situación y ratificar el camino para atender especulaciones sobre los movimientos del dólar y las reservas, en un paño global complejo. En ese contexto, el aval político no sólo es indispensable, sino que además gravitan cada vez más los tiempos. El Gobierno eligió el camino del decreto y no de una ley para sostener su posición y darle velocidad al paso legislativo, según su visión del tema. Los apoyos y las discusiones que se abren están lejos de emitir un mensaje uniforme.
Los apoyos recibidos y el abanico que se proyecta para el recinto muestran a socios más o menos habituales y novedades, como la anticipada por Elisa Carrió. En esas filas heterogéneas, incluso en el PRO y en la bancada radical más dispuesta al diálogo, se notan algunos gestos de acompañamiento menos ligado al instrumento que a los riesgos de la disputa en este terreno. Hay quienes consideran que una derrota política del Gobierno en este terreno sería realmente desestabilizante. En cambio, como ocurre en las pulseadas por el criptogate, no se replican los mismos alineamientos.
En ese terreno fragmentado creció ayer mismo la disputa por el caso $LIBRA y avanzó la opción que sostiene el apoyo a la negociación con el FMI a partir de blindar el decreto en la Cámara baja. Ese paso es suficiente, de acuerdo a las reglas impulsadas hace años por Cristina Fernández de Kirchner. Nadie cree conveniente un rechazo en el Senado, aún sin efecto práctico y más allá de haber sido descontado de antemano a la hora de elegir este camino.
La bicameral expuso como siempre la necesidad oficialista de sumar votos, incluso a disgusto y en medio de disputas de mala imagen, a contramano del discurso de diferenciación con la política tradicional. El encuentro sobrevivió una primera prueba frente al intento insostenible de evitar el cambio de autoridades de la comisión. Finalmente, una jugada en la que fue decisiva la intervención del senador Francisco Paoltroni -también clave después al asegurar dictamen- destrabó el conflicto y coronó como titular al diputado Oscar Zago. Los dos, en diferentes momentos, quedaron “excomulgados” de los bloques oficialistas en nombre del verticalismo. Zago viene además de una pelea en público, a nada de las trompadas, con Lisando Almirón, libertario alineado que ahora debió respaldarlo.
El asunto, si este miércoles pasa la prueba del recinto, seguirá como objetivo destacado de la carga de la oposición más cerrada. La representación de UxP envió una nota a las autoridades del FMI advirtiendo que el decreto va en contra de la ley bautizada Martín Guzmán –recurso de la gestión de Alberto Fernández y CFK en función de sus necesidades del momento– y de las normas constitucionales. De mínima, llamativo por dos razones: como antecedente, por lo que hizo el kirchnerismo en sus distintas etapas, y hacia adelante, por la sugerida intención de judicializar este capítulo de la pelea.
Cristina Kirchner, al frente de la reunión del PJ. Oposición cerrada y advertencia sobre el decreto por el FMI
Con la misma letra y el mismo mensaje hacia el exterior, el Consejo Nacional del PJ realizó una reunión de “urgencia”. La cita y el documento difundido sin demora exhibieron un movimiento ajustado a la decisión de la ex presidente, preocupada siempre por reafirmar su poder doméstico y, últimamente, por evitar que el oficialismo ponga en duda su condición de única referencia para polarizar. La serie de enfrentamientos con Axel Kicillof juega en esa dirección.
Las decisiones en el interior del peronismo también comienzan a acelerarse en función de movidas ajenas, es decir, que no dependen de su eje. La primera línea de esa agenda sigue dependiendo de la provincia de Buenos Aires, por lo que ocurre en el distrito y por los tiempos que corren en la política porteña.
Sin dudas, impactó la reciente reunión entre Javier Milei -con Karina Milei en lugar central, incluso como imagen- y la dupla del PRO integrada por Cristian Ritondo y Diego Santilli. Constituyó un mensaje de lecturas diversas, pero con eje en el posible armado de una coalición local para darle batalla al peronismo/kirchnerismo en su principal distrito.
Esa reunión fue interpretada en clave amarilla, aunque no linealmente. Un mensaje frente a la jugada de adelantar la fecha en la Ciudad por parte de Jorge Macri y para forzar una instancia de negociación con el eje de Mauricio Macri. Eso,aprovechando además la astilla de Horacio Rodríguez Larreta, señalado -en principio, por lo bajo- como funcional a Karina Milei y a la vez, aunque parezca contradictorio, a una confluencia de intereses de la oposición local que incluye, por supuesto, al PJ. Visto de manera menos enredada, tal vez marquen el fin de la idea de jugadas calcadas en todos los distritos entre LLA y el PRO o, más ampliamente, lo que fue JxC.
Como sea, esa movida dejó en la banquina el armado de un encuentro entre el PRO y la UCR bonaerenses, para aumentar en conjunto peso político en la precipitada disputa local. Y al mismo tiempo, impactó en el peronismo como necesidad de resolver sin más vueltas dos cuestiones gravitantes para la carrera provincial: la suspensión de las PASO y la fijación de fecha para la elección de legisladores provinciales.
Kicillof acaba de convocar formalmente a las primarias para julio, pero desde el círculo del gobernador se apuraron a destacar públicamente que sólo se trata de eso, de una formalidad, y que el objetivo es suspenderlas. El reclamo va dirigido a la Legislatura, que naturalmente debe resolver el tema, pero en rigor es una demanda al interior del oficialismo provincial. El armado del gobernador y el núcleo K deben resolver cuándo votar cargos provinciales. Es difícil suponer que sea un mismo domingo.
Por lo pronto, también vuelve a colar el reclamo de jefes municipales para rehabilitar las reelecciones propias. Hay un guiño desde La Plata. Y eso supera las líneas del peronismo. Son días de discursos disociados de la realidad. La cita de dirigentes del PRO con el Presidente y Karina Milei fue celebrada desde el Gobierno como un paso para “erradicar al populismo”. Cuesta ver que se trate de una sola vereda.
En La Plata mantienen las dudas sobre el accionar de la agrupación ultra K en los acuerdos subterráneos. Entre los intendentes creen que lograrán acercar posturas
Idas y vueltas. Una vez más. Van y vienen los pedidos de apoyo para que el Gobierno bonaerense tenga la habilitación para endeudarse y respire hondo en el medio de una gestión asfixiada por la falta de fondos de la Casa Rosada. Detrás de esas negociaciones cruzadas, permanentes e inestables, está presente la interna del peronismo. La relación tormentosa y furiosa que tienen el kicillofismo y el cristinismo.
Ayer por la tarde, Kicillof hizo un pedido concreto y directo. Tomó la precaución de dejar expuesta la necesidad que tiene su gobierno de obtener el endeudamiento y la situación de debilidad en la que deja a la gestión si la ley no sale. En La Plata se encargaron de reforzarlo. “Si no logramos sacarlo, quedamos en una situación crítica”, precisaron.
“La provincia de Buenos Aires necesita las herramientas para no desproteger a nuestro pueblo. Es una emergencia económica del país y de la provincia. Estamos atravesando una profunda recesión que afecta a todos los sectores”, expresó el Gobernador durante una conferencia de prensa que brindó en La Plata.
Kicillof aseguró que se perdieron “5.000 empresas en la provincia” y “172.000 puestos de trabajo”, además de destacar que hay “mil obras frenadas en todos los rubros” con una gran cantidad de “despidos, suspensiones y cierres de empresas”. El Gobernador habló de “asfixia financiera” por parte del gobierno de Milei.
En la conferencia, que buscó ser una muestra de alineamiento detrás del pedido del Gobernador, había referentes del Frente Renovador, La Cámpora y el peronismo bonaerense, identificado, sobre todo, en los intendentes y el sector sindical.
La cuestión por el endeudamiento deja al descubierto la interna peronista en la Provincia de Buenos Aires (Adrián Escandar)
Sin embargo, hay dos versiones de una misma historia. El presidente del bloque de diputados de Fuerza Patria en la Legislatura Bonaerense, Facundo Tignanelli, es el vocero de la postura del kirchnerismo. En los últimos días no se ha movido un centímetro de su discurso público. Consideró que es necesario sacar la ley de endeudamiento “para poder cumplir con todas las obligaciones que la provincia tiene”. Además, sostuvo que en el peronismo vienen “trabajando para tratar de lograr esa ley tan necesaria”.
La unidad que expresa el legislador camporista, no es decodificada de la misma forma en el kicillofismo, donde desconfían, en forma permanente, de cada una de las negociaciones de la que es parte el cristinismo. “Nos corren el arco todo el tiempo. A la mañana dicen una cosa, a la tarde otra y a la noche una nueva”, se quejó un importante funcionario platense.
En el Gobierno bonaerense y en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) hay una desconfianza permanente sobre cada movimiento del cristinismo. Tiene que ver con que, en el fondo, advierten que la relación política está rota y que nadie de esa tribu quiere que Kicillof sea el candidato a presidente del peronismo ni que se convierta en el sucesor de Cristina Kirchner.
Kicillof en la presentación del Presupuesto 2026
Si no quieren el objetivo de fondo, tampoco van a querer el objetivo a corto plazo. Entonces, el desgaste de la gestión estará siempre presente como una postura del cristinismo para con el kicillofismo. “Quieren ver cuántos nos sacan, cuánto nos debilitan. Están jugando en tándem con algunos sectores de la oposición”, indicaron en una oficina importante de la gobernación.
Entre los intendentes hay una visión más moderada. Creen que no hay “temas sensibles“ sin cerrar y que este miércoles el peronismo llegará con una posición unificada. La clave, entonces, será buscar los votos en los sectores más blandos de la oposición.
La vocación de cerrar acuerdos va a contramano de los sentimientos que atraviesan la relación política entre el kicillofismo y La Cámpora. No se eligen, no se quieren, pero el contexto y las necesidades de ambas partes los lleva a tener que buscar un punto de acuerdo forzado.
En una llamada, de menos de 15 minutos, el presidente de Estados Unidos le dijo al líder del régimen chavista que tenía una semana para abandonar Venezuela con su familia. Ese plazo habría expirado el viernes, según dos fuentes
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se está quedando sin opciones para dimitir y salir de su país bajo un salvoconducto garantizado por Estados Unidos, tras una breve llamada con el presidente estadounidense, Donald Trump, el mes pasado, donde el presidente rechazó una serie de solicitudes del líder venezolano, según cuatro fuentes informadas sobre la llamada.
El llamado, del 21 de noviembre, se produjo después de meses de creciente presión estadounidense sobre Venezuela, incluidos ataques contra presuntos barcos de tráfico de drogas en el Caribe, reiteradas amenazas de Trump de extender las operaciones militares a tierra y la designación del Cártel de los Soles, un grupo que la administración Trump dice incluye a Maduro, como una organización terrorista extranjera.
Maduro y su gobierno siempre han negado todas las acusaciones criminales y dicen que Estados Unidos está buscando un cambio de régimen para tomar el control de los vastos recursos naturales de Venezuela, incluido el petróleo.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa, incluida la eliminación de todas las sanciones estadounidenses y el fin de un caso emblemático que enfrenta ante la Corte Penal Internacional, dijeron tres de las fuentes.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa (REUTERS)
También solicitó el levantamiento de las sanciones a más de 100 funcionarios del gobierno venezolano, muchos de ellos acusados por Estados Unidos de abusos a los derechos humanos, tráfico de drogas o corrupción, según las tres personas.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes.
Trump rechazó la mayoría de sus solicitudes en la llamada, que duró menos de 15 minutos, pero le dijo a Maduro que tenía una semana para salir de Venezuela al destino de su elección junto con sus familiares.
Ese pasaje seguro expiró el viernes, lo que llevó a Trump a declarar el sábado que el espacio aéreo de Venezuela estaba cerrado, dijeron dos de las fuentes. El Miami Herald informó previamente varios detalles de la llamada. La fecha límite del viernes no se había revelado previamente.
Trump confirmó el domingo que había hablado con Maduro, sin proporcionar detalles. La Casa Blanca se negó a dar más detalles, y el Ministerio de Información de Venezuela, encargado de todas las consultas de prensa del gobierno, no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes (REUTERS)
El gobierno de Trump ha declarado que no reconoce a Maduro, en el poder desde 2013, como presidente legítimo de Venezuela. Maduro se proclamó reelegido el año pasado en unas elecciones nacionales que Estados Unidos y otros gobiernos occidentales calificaron de farsa y que, según observadores independientes, obtuvo una victoria abrumadora de la oposición.
El lunes, al dirigirse a los manifestantes, Maduro juró “absoluta lealtad” al pueblo venezolano.
No está claro si Maduro aún puede presentar una nueva propuesta que incluya un salvoconducto. Trump se reunió este lunes con sus principales asesores para abordar la campaña de presión sobre Venezuela, entre otros temas, según informó un alto funcionario estadounidense.
Una fuente con sede en Washington informada sobre las discusiones internas de la administración Trump no descartó la posibilidad de una salida negociada de Maduro, pero enfatizó que aún quedan desacuerdos significativos y detalles importantes sin resolver.
La recompensa millonaria por la captura del dictador Nicolás Maduro
Estados Unidos ha aumentado a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro y ofrece 25 millones de dólares por otros altos funcionarios del gobierno, incluido el ministro del Interior, Diosdado Cabello, acusado en Estados Unidos de presunto narcotráfico, entre otros delitos. Todos han negado las acusaciones.
La administración de Maduro ha solicitado otra llamada con Trump, según las tres fuentes.
El oficialismo podría presentar un bloque de 94 miembros. Mientras, busca que los gobernadores le quiebren la bancada al peronismo
El mundo libertario se encamina a tener el primer festejo parlamentario con la nueva composición del Congreso de la Nación.
Luego del fallido intento por Lorena Villaverde en el Senado, el bloque de LLA tendrá algo para mostrar a la exigente Casa Rosada que solo quiere triunfos y no perdona derrotas. Por estas horas estará ingresando el documento que lleva la firma de Gabriel Bornoroni con el listado de los legisladores que conformarán el bloque de LLA y se quedaría con la primera minoría de laCámara de Diputados.
“En solo 4 años pasamos de dos diputados –Javier Milei y Victoria Villarruel– a ganar la presidencia y sumar 94, 95 diputados” señala, exultante, un diputado de LLA que va a empezar a transitar su tercer año de mandato en pocos días.
Mientras la oposición buscaba reorganizarse y trabajaba sus propias versiones de los proyectos de reformas, el oficialismo se dedicó a salir de caza por el recinto y se llevó en solo un mes más de 14 diputados.
Al término de la elección, el bloque de LLA iba a estar conformado por 79 legisladores. Hubo un principio de conversación con el PRO por un interbloque y el partido amarillo aseguró que iba a apostar por la independencia. Luego de esa decisión, y antes de que comenzara noviembre, se fueron Damián Arabia, Sabrina Ajmechet, Laura Rodríguez Machado, Patricia Vásquez y Silvana Giuidici. Luego se sumaron Marilú González Estevarena, Belén Avico, Carlos Almena y en las últimas horas Verónica Razzini y Alejandro Bongiovanni.
Verónica Razzini junto a Patricia Bullrich y Martín Menem
A este grupo se le sumó el bloque de los radicales con peluca con el tucumano Mariano Campero, el cordobés Luis Picat y el correntino Federico Tournier. Hasta acá, los libertarios sumaban 91 diputados.
Pero los pases no parecen haber terminado y en las últimas horas los libertarios apuestan a sumar entre tres y cuatro diputados más y, por otro lado, incentivan a los gobernadores peronistas no kirchneristas para que se vayan del bloque de UP y armen uno nuevo.
En lo que se refiere a posibles incorporaciones al mundo libertario, se espera la llegada de José Nuñez y de Lorena Petrovich, ambos del PRO. Esta última asumirá para completar el mandato de Silvia Lospennato y todos tienen en Patricia Bullrich su terminal política.
De completarse todos estos pases, el bloque que conduce el cordobés Gabriel Bornoroni llegará a la sesión preparatoria con 94 diputados.
Ese número los dejaría a las puertas de arrebatarle al peronismo la primera minoría y ya sin “peceras” a dónde ir a pescar, la estrategia libertaria se concentró en “empujar” a los gobernadores peronistas a romper el bloque en el Congreso. Principalmente al catamarqueño Raúl Jalil que viene amagando desde hace tiempo con retirar a sus legisladores del bloque de UP.
El peronismo logró contener en las urnas la cantidad de legisladores y el 27 de octubre el bloque que conduce Germán Martínez amaneció con 98 integrantes.
El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, y el de Tucumán, Osvaldo Jaldo (NA)
Pero al poco tiempo el tucumano Javier Noguera anunció que no iba a asumir en el bloque y se iba a Independencia, el bloque del gobernador de esa provincia, Osvaldo Jaldo. Un camino similar seguiría el diputado por San Luis, Jorge “Gato” Fernández.
Pero lo que busca el oficialismo es que los cuatro diputados catamarqueños que responden todos al gobernador Raúl Jalil; o los siete santiagueños que responden a Gerardo Zamora.
“No necesitamos que los gobernadores rompan, necesitamos que uno solo lo haga, con eso nos alcanza”, reconoció un libertario que transita los pasillos de Diputados.
Las negociaciones se mantienen. El oficialismo promete a los gobernadores vía el ministro del Interior, Diego Santilli, y la oposición les recuerda que en dos años no les cumplieron la promesa.
“No sé que van a hacer los catamarqueños, lo que sí te adelanto es que los santiagueños están adentro” aseguró una alta fuente del bloque del peronismo en Diputados.
Los bloques tienen tiempo hasta hoy para presentar su conformación por lo que las negociaciones continuarán durante toda la jornada. En el oficialismo la expectativa es la de pegar el “zarpazo” y quedar como la primera minoría que, más allá del título, los deja muy bien posicionados para lo que será el reparto de las sillas en las comisiones; y con una posición de fortaleza que habrá que ver cómo se traduce en el recinto.