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Salud

¿Los virus desencadenan el Alzheimer?

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Un grupo cada vez mayor de científicos cree que sí, y se pregunta si los antivirales podrían tratar la enfermedad.

En el verano de 2024 varios grupos de científicos publicaron un curioso hallazgo: las personas vacunadas contra el herpes zóster tenían menos probabilidades de desarrollar demencia que sus compañeros no vacunados. Dos de los trabajos procedían del laboratorio de Pascal Geldsetzer, de la Universidad de Stanford. Analizando historiales médicos de Gran Bretaña Australia, los investigadores llegaron a la conclusión de que alrededor de una quinta parte de los diagnósticos de demencia podrían evitarse mediante la vacuna original contra el herpes zóster, que contiene el virus vivo de la varicela zóster. Otros dos estudios, uno realizado por la empresa farmacéutica GSK y otro por un grupo de académicos británicos, también informaron de que una vacuna “recombinante” más reciente, más eficaz para prevenir el herpes zóster que la versión viva, parecía conferir una protección aún mayor contra la demencia.

Durante años, la mayor parte de la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer -la causa más común de demencia- se ha centrado en dos proteínas, conocidas como amiloide y tau. Estas proteínas se acumulan en el cerebro de las personas que padecen la enfermedad, formando placas y ovillos que impiden que las neuronas funcionen correctamente. La mayoría de los científicos suponían que estas proteínas eran la causa principal de la enfermedad de Alzheimer. Pero los estudios sobre el herpes zóster publicados en 2024, junto con una serie de nuevos trabajos, dan más peso a una idea alternativa que se remonta a décadas: que los virus desencadenan la enfermedad. Según esta teoría, las placas y los ovillos de proteínas podrían ser la respuesta del organismo a una infección vírica subyacente. Si esto es cierto, la eliminación del virus podría prevenir o tratar el Alzheimer.

En raras ocasiones, el virus también puede provocar una inflamación masiva en las mismas zonas cerebrales más afectadas por el Alzheimer. En experimentos realizados a principios de la década de 2000, la profesora Itzhaki descubrió que si infectaba células cerebrales humanas cultivadas en laboratorio con el VHS1, los niveles de amiloide en el interior de las células aumentaban drásticamente. Esto la llevó a sospechar que existía una relación causal.

Pero la creciente desilusión con la principal hipótesis sobre la causa del Alzheimer ha llevado a los científicos a buscar alternativas, como los virus. Durante décadas, por ejemplo, se han invertido decenas de miles de millones de dólares en desarrollar tratamientos para reducir los niveles de amiloide y tau en el cerebro, pero los resultados han sido decepcionantes: los fármacos contra el amiloide sólo tienen un efecto modesto sobre la enfermedad. El descubrimiento de que los patógenos pueden desencadenar otras enfermedades neurológicas, como la conexión entre el virus de Epstein-Barr y la esclerosis múltiple, ha hecho aún más plausible el vínculo.

En un intento de impulsar la teoría de la profesora Itzhaki, un grupo de 25 científicos y empresarios de todo el mundo se han reunido en la Iniciativa del Patobioma del Alzheimer (AlzPI). Su misión es aportar pruebas formales de que la infección desempeña un papel central en el desencadenamiento de la enfermedad. En los últimos años se han publicado en las mejores revistas científicas sus trabajos, que detallan cómo los virus desencadenan la acumulación de proteínas relacionadas con el Alzheimer.

Una nueva idea, apoyada por algunos miembros del AlzPI, es que el amiloide y la tau pueden ser en realidad la primera línea de defensa del cerebro contra los patógenos. Según William Eimer, de la Universidad de Harvard, estas proteínas son pegajosas, por lo que pueden aferrarse a virus o bacterias para frenar su propagación antes de que entren en acción respuestas inmunitarias más sofisticadas. Por tanto, en pequeñas cantidades, las proteínas parecen mejorar la salud del cerebro. Sin embargo, la presencia de un VHS1 activo o de otros patógenos puede hacer que el sistema inmunitario se desborde, haciendo que las proteínas se adhieran entre sí y creen las placas y ovillos que dañan las neuronas en la enfermedad de Alzheimer.

La genética parece influir en este proceso, lo que responde a algunas críticas. La elevada incidencia de la enfermedad en las personas con síndrome de Down, por ejemplo, podría explicarse por el hecho de que sus organismos producen más cantidad de la proteína que, en determinadas condiciones, se convierte en amiloide. Según la teoría de algunos científicos del AlzPI, este mayor suministro potencial de amiloide podría facilitar la formación de placas en respuesta a un virus. Las personas con Down también son más propensas a las infecciones.

Es más, en 1997 la profesora Itzhaki descubrió que las personas con una variante genética conocida por aumentar el riesgo de Alzheimer, la ApoE4, sólo eran más propensas a contraer la enfermedad si también tenían HSV1 en el cerebro. En 2020, un grupo de científicos franceses demostró que las activaciones repetidas del virus, aparentemente inofensivas en personas sin ApoE4, triplicaban con creces la probabilidad de desarrollar Alzheimer en quienes lo padecían.

Investigadores de la Universidad de Tufts, en colaboración con el profesor Itzhaki, han investigado por qué se produce dicha reactivación. En 2022 descubrieron que la infección con un segundo patógeno, el virus del herpes zóster, podía despertar el HSV1 latente y desencadenar la acumulación de placas y ovillos. Esto podría explicar por qué la vacunación contra el herpes zóster parece proteger contra la demencia. En otro estudio publicado en enero, los investigadores de Tufts también demostraron que una lesión cerebral traumática -un conocido factor de riesgo del Alzheimer– también podría despertar al VHS1 e iniciar la agregación de proteínas en células cerebrales cultivadas en una placa.

La teoría viral tiene implicaciones prometedoras para el tratamiento. Las terapias actuales contra el Alzheimer, que intentan reducir los niveles de amiloide en las células cerebrales, se limitan a ralentizar la progresión de la enfermedad. Sin embargo, si los virus son un factor desencadenante, la vacunación o los fármacos antivirales podrían prevenir futuros casos. Estos tratamientos también podrían ralentizar o detener la progresión del Alzheimer en quienes ya padecen la enfermedad. Nada de esto requiere grandes avances. Ya existen antivirales contra el herpes labial que no están protegidos por patentes. Y la vacuna contra el herpes zóster se ofrece ahora de forma rutinaria a las personas mayores en muchos países.

Muchos investigadores han revisado historiales médicos en busca de vínculos entre los antivirales y la reducción de los diagnósticos de demencia. Este tipo de análisis retrospectivos suelen ser difíciles de interpretar, ya que las personas que toman medicamentos o se vacunan tienden a ser más conscientes de su salud en general, lo que las hace menos propensas a desarrollar enfermedades como el Alzheimer. Pero algunos de los resultados son prometedores. Un estudio publicado en 2018 descubrió que para las personas mayores de Taiwán que tenían herpes labial, tomar un antiviral reducía el riesgo de demencia en un 90%. Varios análisis posteriores de datos médicos de otros países encontraron efectos protectores más modestos de los antivirales, normalmente entre el 25 y el 50%.

Ya está en marcha el primer ensayo clínico aleatorizado y doble ciego para probar la eficacia de los antivirales contra la demencia. Un grupo de investigadores, en su mayoría de la Universidad de Columbia, está comprobando si el valaciclovirun antivírico utilizado contra el VHS1, puede ralentizar el deterioro cognitivo en personas con alzhéimer en fase inicial. Entre 2018 y 2024, los investigadores reclutaron a 120 pacientes y trataron a la mitad con el antiviral. Esperan publicar sus hallazgos a finales de este año y los críticos de la teoría del virus dicen que un resultado positivo en este ensayo sería suficiente para convencerlos de lo contrario. Si Geldsetzer y su equipo consiguen financiación, es posible que pronto se realice un ensayo similar con la vacuna contra el herpes zóster.

Alrededor de 32 millones de personas en todo el mundo padecen la enfermedad de Alzheimer. Si los tratamientos antivirales consiguen ralentizar, retrasar o prevenir incluso un pequeño subgrupo de estos casos, el impacto podría ser tremendo.

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Salud

Cuál es el indicador menos conocido que revela un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en mujeres

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Un estudio realizado en la Argentina encontró que mujeres consideradas de bajo riesgo pueden tener signos tempranos de daño vascular. Cómo lo hicieron y qué recomiendan

Una de cada tres mujeres se muere por enfermedades cardiovasculares. Se llega a esa situación dramática porque tienen una mayor carga familiar, social y laboral que hace que consulten más tarde. O también porque los equipos de salud pueden subestimar que ellas puedan estar en riesgo de tener un infartoataque cardiovascular (ACV) o muerte cardiovascular.

A través de un trabajo, que fue publicado en la revista American Journal of Preventive Cardiology, los investigadores revelaron que se podría estar subestimando la estimación de riesgo a 10 años en casos de mujeres que no tienen factores de riesgo tradicionales, como la hipertensión, la diabetes o el tabaquismo.

Los modelos tradicionales no toman en cuenta factores específicos del sexo, como la preeclampsia, la menopausia temprana, enfermedades autoinmunes, antecedentes de tratamientos oncológicos, entre otros. Estos son considerados “factores potenciadores de riesgo cardiovascular”. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Postularon el uso de un indicador de las lesiones vasculares tempranas como una manera que posibilitaría la mejora en la detección temprana de jóvenes que pueden llegar a tener enfermedad cardiovascular.

Las mujeres tienden a retrasarLas mujeres tienden a retrasar la consulta médica debido a cargas familiares, sociales y laborales, y sus riesgos cardiovasculares suelen ser subestimados tanto por los equipos de salud como por los modelos tradicionales de evaluación de riesgos. (Imagen Ilustrativa Infobae)

De acuerdo con la Federación Mundial del Corazón, las enfermedades cardiovasculares representan la principal causa de muerte entre las mujeres a nivel global. Son responsables del 30 % de los fallecimientos femeninos cada año.

Esta cifra supera con creces el número de muertes causadas por todos los tipos de cáncer combinados: es un grave problema de salud pública.

Sin embargo, a pesar de su impacto, las enfermedades cardiovasculares en mujeres continúan siendo subestimadas, mal diagnosticadas y tratadas de manera insuficiente, debido a una combinación de factores que incluyen la falta de conciencia y la persistencia de conceptos erróneos tanto entre la ciudadanía en general como entre profesionales de la salud, de acuerdo con la organización médica.

Cómo se subestima a las mujeres en los diagnósticos

Entre los problemas cardiovasculares queEntre los problemas cardiovasculares que pueden sufrir las mujeres se incluyen los infartos y los ataques cerebrovasculares (Imagen Ilustrativa Infobae)

La primera autora de la investigación, la doctora Albertina Ghelfi, que trabaja en la Unidad de Hipertensión Arterial y Riesgo Cardiovascular del Hospital Escuela Eva Perón de Santa Fe y es miembro de la Sociedad Argentina de Hipertensión, contó a Infobae que buscaron abordar el problema relacionado con la evaluación del riesgo cardiovascular en mujeres.

Los modelos tradicionales de estratificación no contemplan ciertos factores específicos del sexo, llamados “potenciadores de riesgo cardiovascular”, los cuales pueden intensificar el riesgo en las mujeres.

Esos factores, a menudo subestimados, incluyen aspectos específicos del sexo como preeclampsia, menopausia temprana, enfermedades autoinmunes, antecedentes de tratamientos oncológicos, entre otros.

Investigadores argentinos advirtieron que inclusoInvestigadores argentinos advirtieron que incluso mujeres sin factores de riesgo tradicionales (como hipertensión, diabetes o tabaquismo) pueden desarrollar rigidez arterial y daño vascular temprano, no detectado por los métodos de evaluación convencional. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los métodos convencionales pueden hacer que algunas mujeres sean clasificadas como de bajo riesgo. Pero no explican por qué desarrollan enfermedades cardiovasculares aunque no tenían factores tradicionales como hipertensión arterial, diabetes, obesidad o tabaquismo.

Investigaciones previas ya habían sugerido que esas mujeres pueden desarrollar rigidez arterial, aunque no registran síntomas. Esto significa que pueden tener alteraciones en la elasticidad de las arterias, que son indicadores tempranos de daño vascular que no es detectado siempre por los métodos tradicionales de evaluación.

Cómo hicieron el nuevo estudio

Se propone el uso deSe propone el uso de la medición no invasiva de la velocidad de onda de pulso carotídeo-femoral, un parámetro que mide la rigidez arterial, como una herramienta para mejorar la detección de mujeres jóvenes en riesgo cardiovascular./ Freepik

El estudio utilizó una metodología de diseño multicéntrico y transversal. Fue desarrollado entre 2022 y 2024 en cuatro centros de salud en Argentina.

Se incluyeron mujeres de entre 18 y 59 años, clasificadas con bajo riesgo cardiovascular a 10 años y sin factores tradicionales de riesgo cardiovascular (hipertensión, diabetes, obesidad, entre otros.

Estas mujeres fueron divididas en dos grupos: el primero con al menos un potenciador de riesgo cardiovascular, como antecedentes de preeclampsia, enfermedades autoinmunes en remisión, tratamientos oncológicos previos, entre otros; y un grupo de control sin un potenciador.

Se realizaron mediciones de presión arterial, análisis bioquímicos y cálculo de la velocidad de onda de pulso carotídeo-femoral con un dispositivo validado.

Hallazgos para mejorar la prevención de la enfermedad cardiovascular

Se hizo un estudio enSe hizo un estudio en Argentina entre 2022 y 2024. Analizaron a mujeres jóvenes sin factores tradicionales de riesgo (Imagen ilustrativa Infobae)

El principal hallazgo del estudio fue que las mujeres con al menos un potenciador de riesgo presentaron una mayor prevalencia de rigidez arterial en comparación con el grupo de control. Estos resultados se mantuvieron incluso al restringir el análisis a mujeres con presión arterial normal.

“Encontramos que los potenciadores influyen significativamente en la rigidez arterial. Pero es un aspecto que no se aborda adecuadamente en los modelos tradicionales de estratificación de riesgo cardiovascular”, señaló la experta.

Tras los resultados, los investigadores consideran que la medición de la velocidad de onda de pulso carotídeo-femoral podría utilizarse como una herramienta complementaria o independiente para identificar daño vascular precoz en mujeres con factores potenciadores de riesgo cardiovascular.

Asimismo, se instaron a replantear los modelos actuales de evaluación del riesgo para captar de forma más precisa la verdadera vulnerabilidad cardiovascular en mujeres jóvenes o asintomáticas. “Consideramos que esas estrategias podrían facilitar intervenciones tempranas y personalizadas que reduzcan el riesgo a largo plazo”, expresó.

Los resultados del estudio indicaronLos resultados del estudio indicaron que las mujeres con al menos un potenciador de riesgo presentaron mayor rigidez arterial, incluso en ausencia de factores tradicionales y con presión arterial normal (Imagen Ilustrativa Infobae)

Si bien enfermedades autoinmunes, los problemas durante el embarazo o tener depresión pueden parecer desconectados de los problemas del corazón, el nuevo estudio sugirió lo contrario.

Mujeres con esos antecedentes deberían acceder a una evaluación más profunda de su salud cardiovascular, incluso si sus análisis iniciales son normales.

“Es esencial identificar estas señales de daño temprano para poder actuar a tiempo y cambiar la trayectoria de estas pacientes a lo largo de su vida”, sugirieron los autores.

En diálogo con Infobae, el doctor Nicolás Renna, presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión, investigador del Conicet y uno de los coautores, comentó: “Nuestro artículo demuestra entre las 174 mujeres con potenciadores o re-estratificadores de riesgo, más de 140 estaban en edad fértil. La frecuencia de rigidez vascular estuvo en torno al 50%. Sin embargo, esas mujeres estaban consideradas como de bajo riesgo por las calculadoras convencionales. Es decir, eran mujeres aparentemente sanas. Por lo cual, al detectarse la presencia de rigidez arterial fueron reclasificadas como de mayor riesgo”.

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Salud

7 alimentos que mejoran la memoria y protegen el cerebro del envejecimiento

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Estas comidas pueden mejorar la cpacidad mental, la concentración y el estado de ánimo. Descubre cómo una alimentación equilibrada puede potenciar tu salud mental, según Women’s Health

El cerebro es uno de los órganos más complejos y esenciales del cuerpo humano, y su salud depende en gran medida de la alimentación. Cada vez más personas buscan mejorar su rendimiento mental a través de la dieta, ya sea para contrarrestar la “niebla mental” (o brain fog), mejorar la concentración o simplemente optimizar su bienestar general.

Sin embargo, especialistas en nutrición afirman que una dieta adecuada puede beneficiar la función cognitiva en cualquier etapa de la vida.

En la misma línea, la nutricionista de celebridades Gabriela Peacock subraya la importancia de adoptar hábitos saludables desde temprana edad. “La nutrición influye en la concentración, la memoria y el estado de ánimo a lo largo de toda la vida, por lo que cuanto antes empecemos a cuidarnos, mejor”, afirmó.

A continuación, repasamos siete alimentos que pueden convertirse en grandes aliados para la salud del cerebro.

1. Arándanos

Los mirtilos, conocidos también como arándanos, son considerados un superalimento gracias a su alto contenido en antioxidantes. Según Peacock, “protegen el cerebro del estrés oxidativo, ayudando a reducir el envejecimiento celular”.

Arándanos: alto contenido en antioxidantesArándanos: alto contenido en antioxidantes y polifenoles que estimulan el flujo sanguíneo y fortalecen la función cognitiva (Imagen ilustrativa Infobae)

Además, Medlin destaca que estas bayas contienen polifenoles, especialmente antocianinas, que aumentan el flujo sanguíneo en el cerebro.

Estudios sugieren que este efecto puede mejorar la memoria, la concentración y la atención, convirtiendo a los mirtilos en un excelente aliado para la función cognitiva.

2. Huevos y lácteos

El vínculo entre la alimentación y la salud cerebral también se refleja en la calidad del sueño y el estado de ánimo. “Los productos de origen animal contienen vitaminas del grupo B, esenciales para la producción de neurotransmisores que regulan el estrés, el humor y la capacidad de relajación”, explicó Medlin.

Huevos y lacteos: fuente deHuevos y lacteos: fuente de colina, nutriente esencial para la memoria y el aprendizaje mediante la formación de neurotransmisores

El huevo, en particular, es una fuente de colina, un nutriente clave para la formación de acetilcolina, un neurotransmisor relacionado con la memoria y el aprendizaje.

3. Vegetales de hoja verde

Espinacas, brócoli y col rizada son algunos de los vegetales de hoja oscura que pueden fortalecer el cerebro. “Son ricos en vitamina K y ácido fólico, dos nutrientes asociados con una mejor memoria y menor deterioro cognitivo”, explica Peacock.

Vegetales de hoja verde: espinacasVegetales de hoja verde: espinacas y brócoli aportan vitamina K y ácido fólico, asociados a menor deterioro cognitivo (Imagen ilustrativa Infobae)

Varios estudios han vinculado el consumo de estos vegetales con un menor riesgo de enfermedades neurodegenerativas, lo que los convierte en un componente esencial de una dieta equilibrada.

4. Frutos secos

Las nueces y almendras son bien conocidas por sus beneficios para la salud cardiovascular, pero también tienen un impacto positivo en la función cerebral. Peacock confiesa que siempre lleva frutos secos en su bolso: “Son una excelente fuente de grasas saludables, vitamina E y magnesio, que contribuyen a la función cognitiva”.

Frutos secos: nueces y almendrasFrutos secos: nueces y almendras mejoran la salud cerebral con grasas saludables, vitamina E y magnesio (Imagen Ilustrativa Infobae)

La vitamina E, en particular, es un antioxidante clave para proteger las células cerebrales del envejecimiento y del daño oxidativo.

5. Pescados grasos

El salmón, la caballa y la sardina son ejemplos de pescados ricos en ácidos grasos Omega-3, esenciales para la salud cerebral. “Estos ácidos grasos desempeñan un papel crucial en la memoria y las funciones cognitivas”, señaló Peacock.

Pescados grasos: ricos en Omega-3,Pescados grasos: ricos en Omega-3, fundamentales para la preservación de las células cerebrales y mejor rendimiento mental (Imagen Ilustrativa Infobae)

Medlin añade que, en condiciones ideales, los ácidos grasos Omega-3 (especialmente el DHA) deberían constituir entre el 30% y el 40% de las grasas presentes en el cerebro.

“Si no consumimos suficientes pescados grasos, el cerebro sustituye el DHA por otras grasas menos efectivas en la protección de las células cerebrales”, advierte la experta.

6. Algas marinas

Para quienes siguen dietas vegetarianas o veganas, las algas marinas pueden ser una excelente opción para obtener Omega-3 sin recurrir a los pescados.

Algas marinas: alternativa vegana paraAlgas marinas: alternativa vegana para obtener Omega-3 y yodo, elementos esenciales para la función cognitiva y hormonal

Este alimento también aporta minerales como el yodo, fundamental para la función cognitiva y la regulación hormonal, lo que lo convierte en un complemento ideal para una alimentación equilibrada.

7. Cúrcuma

La cúrcuma es ampliamente conocida por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, lo que la convierte en una especia valiosa para la salud cerebral. Peacock recomienda incorporarla en la dieta de diversas maneras: “Úsala en curris, agrégala a batidos energéticos o prepárate un té de cúrcuma”.

La curcumina, su compuesto activo, ha demostrado tener efectos neuroprotectores, ayudando a prevenir enfermedades como el Alzheimer y mejorando la función cognitiva en general.

Cúrcuma: su compuesto activo, laCúrcuma: su compuesto activo, la curcumina, protege al cerebro y previene enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer (Visualesia)

Así como la dieta influye en la salud del cuerpo, también desempeña un papel fundamental en el bienestar del cerebro. Incluir estos siete alimentos en la alimentación diaria puede mejorar la memoria, la concentración y el estado de ánimo, además de reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.

Adoptar hábitos saludables desde una edad temprana no solo optimiza la función cognitiva en el presente, sino que también actúa como una inversión a largo plazo para la salud mental. Como subraya Gabriela Peacock, “una buena nutrición es clave para mantener la mente en su mejor forma, sin importar la edad”.

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Salud

El aspartamo, uno de los sustitutos del azúcar, podría aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas

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Científicos experimentaron en ratones que este edulcorante artificial promovió elevados niveles de insulina, inflamación en los vasos sanguíneos y acumulación de placas grasas en las arterias

Un reciente estudio científico publicado en la revista Cell Metabolism volvió a encender nuevamente el debate sobre los efectos del edulcorante artificial aspartamo en la salud.

¿Cómo afecta el aspartamo al organismo?

Los ratones del estudio fueron alimentados con una dieta rica en grasas y colesterol (HFCD) que contenía un 0,15 por ciento de aspartamo (una cantidad que se utiliza habitualmente en estudios con ratones, un poco más del doble de la cantidad que se permite que contengan las bebidas para humanos) o un 15 por ciento de azúcar normal (sacarosa).

Los estudios en ratones fueronLos estudios en ratones fueron concluyentes sobre lo nocivo del aspartamos, aunque los investigadores no lo extrapolaron a humanos todavía (Freepik)

Durante el estudio, los investigadores administraron aspartamo a ratones durante 12 semanas, en cantidades comparables a las que un humano consumiría al beber tres latas de gaseosas light al día. Los resultados mostraron que estos animales presentaban niveles elevados de insulina, inflamación en los vasos sanguíneos y acumulación de placas grasas en las arterias.

Uno de los hallazgos más reveladores fue la identificación de una proteína inflamatoria clave, llamada CX3CL1. Los investigadores descubrieron que esta molécula se vuelve más activa con el aumento de insulina y que su presencia en la aorta promueve la inflamación de la pared de los vasos sanguíneos.

En los ratones que carecían del receptor de esta proteína, el aspartamo no generó el mismo nivel de daño arterial, lo que sugiere que CX3CL1 podría ser un objetivo potencial para futuros tratamientos contra enfermedades cardiovasculares.

Implicaciones para la salud humana

Científicos detectan que el aspartamoCientíficos detectan que el aspartamo activa la proteína CX3CL1, lo que provoca inflamación en los vasos sanguíneos y acelera la formación de placas

Si bien el estudio se llevó a cabo en ratones modificados genéticamente para ser más propensos a desarrollar aterosclerosis, algunos experimentos en primates reforzaron la hipótesis de que el aspartamo puede afectar la liberación de insulina en organismos más cercanos a los humanos. Sin embargo, los investigadores advierten que aún es prematuro extrapolar estos resultados directamente a nuestra especie.

El doctor James Leiper, fisiólogo cardiovascular de la British Heart Foundation, quien no participó en el estudio, subraya la importancia de seguir investigando antes de llegar a conclusiones definitivas: “Es importante destacar que estos hallazgos aún no se han observado en humanos”. Además, el químico Oliver Jones, de la Universidad RMIT de Australia, matiza que “si el aspartamo causara algún aumento en el riesgo cardiovascular (lo cual este estudio no prueba), entonces ese riesgo probablemente sería muy pequeño comparado con cosas como dietas ricas en grasas y azúcares y la falta de ejercicio”.

El aspartamo ha sido un tema de debate en el ámbito científico y nutricional desde su introducción en la industria alimentaria en la década de 1980. Se encuentra en una amplia gama de productos, desde refrescos y chicles hasta yogures y medicamentos. Su uso fue promovido como una alternativa al azúcar, especialmente para personas que buscan reducir su consumo calórico o controlar la diabetes.

El estudio comparó el aspartamoEl estudio comparó el aspartamo con el azúcar y descubrió que el edulcorante aumentaba la inflamación arterial sin causar el aumento de peso (Freepik)

Sin embargo, diversos estudios han sugerido posibles efectos adversos del aspartamo. Además de los riesgos cardiovasculares, investigaciones previas han vinculado su consumo con problemas neurológicos, como ansiedad y dificultades en el aprendizaje. En 2012, un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition encontró una correlación entre el consumo de bebidas dietéticas y un mayor riesgo de diabetes tipo 2.

A pesar de estos hallazgos, agencias reguladoras como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) han mantenido que el aspartamo es seguro en las cantidades permitidas para el consumo humano. La EFSA realizó una revisión exhaustiva en 2013 y concluyó que no había pruebas suficientes para prohibir su uso en la alimentación.

Pero en 2023 la Organización Mundial de la Salud (OMScomunicó que el consumo de aspartamo es “posiblemente cancerígeno para el ser humano”. Aunque reconocieron que existen pruebas limitadas que demuestran que haya una relación de causalidad clara entre el aspartamo y el cáncer.

La controversia sobre los edulcorantes artificiales

Científicos buscan determinar si otrosCientíficos buscan determinar si otros edulcorantes artificiales tienen efectos similares sobre la insulina y el riesgo de aterosclerosis en humanos (Freepik)

Los edulcorantes artificiales en general fueron objeto de debate en la comunidad científica. Si bien se presentan como una opción más saludable en comparación con el azúcar refinado, sus efectos a largo plazo siguen siendo inciertos. Algunos estudios demostraron que estos compuestos pueden alterar el microbioma intestinal, afectando la digestión y el metabolismo.

Un informe publicado en Nature en 2014 reveló que ciertos edulcorantes pueden inducir intolerancia a la glucosa en ratones y humanos, lo que sugiere que podrían contribuir al desarrollo de la diabetes. Esto contrasta con la creencia generalizada de que los edulcorantes artificiales son completamente inofensivos.

Ahora, Yihai Cao y su equipo buscan ampliar la investigación para analizar si otros edulcorantes artificiales, como la sucralosa y el acesulfamo K, tienen efectos similares en la insulina y la salud cardiovascular. “Los edulcorantes artificiales han penetrado en casi todo tipo de alimentos, por lo que debemos conocer el impacto a largo plazo sobre la salud”, advierte Cao.

El aspartamo no provocó unEl aspartamo no provocó un aumento de peso en los ratones, pero sí elevó la insulina y la inflamación arterial, un posible factor de riesgo cardiovascular

Ante estos nuevos hallazgos, los consumidores pueden preguntarse si deberían evitar por completo los edulcorantes artificiales. Si bien los estudios en animales sugieren posibles riesgos, no existen pruebas concluyentes de que el aspartamo tenga efectos nocivos en humanos cuando se consume en niveles permitidos por las agencias reguladoras.

Los expertos recomiendan moderación y equilibrio en la dieta. En lugar de depender únicamente de edulcorantes artificiales o del azúcar refinado, los nutricionistas sugieren optar por fuentes naturales de dulzura, como la miel o los edulcorantes naturales como la stevia. Además, reducir el consumo de productos ultraprocesados y centrarse en una alimentación basada en alimentos enteros puede ser una estrategia efectiva para mejorar la salud metabólica.

El estudio del Instituto Karolinska aporta nuevas pistas sobre cómo el aspartamo podría influir en la salud cardiovascular, pero no es una sentencia definitiva contra su consumo. Se necesitan más investigaciones en humanos para confirmar estos hallazgos y comprender mejor los mecanismos biológicos involucrados.

Investigadores exploran cómo la alimentaciónInvestigadores exploran cómo la alimentación y el estilo de vida pueden modificar el impacto de los edulcorantes artificiales en la salud cardiovascular (Freepik)

Mientras tanto, es recomendable que los consumidores se mantengan informados y tomen decisiones basadas en un enfoque equilibrado. Como concluyen los propios autores del estudio: “Comprender los mecanismos que subyacen a la exacerbación de la aterosclerosis por edulcorantes artificiales es crucial para la prevención y el tratamiento cardiovascular”.

El futuro de los edulcorantes artificiales en la alimentación dependerá de los avances en la investigación y de la capacidad de las agencias reguladoras para adaptar sus recomendaciones a las nuevas evidencias científicas. Por ahora, el aspartamo sigue siendo un ingrediente aprobado, pero el debate sobre su impacto en la salud está lejos de resolverse.

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