Los ex presidentes se rodearon de la vieja guardia para enfrentar la disputa por sus electorados. Axel Kicillof le pelea el peronismo bonaerense a CFK y Milei se viene fagocitando el voto de derecha. El sondeo que revela que la polémica cripto por ahora no afectó la imagen del Presidente
Enseña con magistral precisión el experimentado analista Rosendo Fraga que los líderes políticos pueden cambiar de ideas, de programas de gobierno y hasta de religión, pero no de personalidad. Se trata de una máxima que adquiere enorme actualidad porque Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Javier Milei -ordenados más que por importancia por fría e imparcial temporalidad- la vienen confirmando en los últimos días, frente a los desafíos y pruebas que les presenta la realidad.
Más allá de que el líder libertario ocupa el centro de la escena política y es el astro respecto al cual orbitan los demás, los presidentes del PJ y del PRO -que asumieron la conducción de sus partidos para custodiar una identidad y un legado- están siendo sometidos a amenazas internas y externas que los pusieron a la defensiva y reaccionaron de un modo similar: repliegue sobre estructuras partidarias y apoyo en veteranos de batallas a veces perdidas y a veces ganadas.
Es un momento bisagra porque ambos ex mandatarios entienden que deben alinear ideas y dirigentes para enfrentar a un presidente al que intuyen dotado de menos fortaleza que hace dos viernes. Con los manuales políticos de otros años, dan por hecho que a Milei el criptoescándalo $LIBRA le dejó un magullón que puede convertirse en herida abierta. Una encuesta a la que accedió Infobae pone en duda esas certezas.
El sondeo realizado entre el martes y el jueves pasado por Aresco, la consultora que dirige Federico Aurelio, reveló que la evaluación de la gestión de Milei se mantuvo en torno al 54%, entre positiva y regular positiva, frente al 45% que expresó opiniones negativas o regular negativas. Hay en el análisis de ese universo que apoya al presidente un núcleo duro o “convencido” y otro más blando o “esperanzado”. En ambos hay reacciones diferentes y muy interesantes respecto al caso $LIBRA. Los primeros dijeron que se trató de “un error del presidente, pero sin intención de cometer delito”, mientras que los segundos consideraron que “no tienen conocimiento suficiente para evaluar el tema” y evadieron dar una respuesta. “Fingieron demencia”, resumió el encuestador en diálogo con este medio.
La encuesta realizada entre martes y jueves pasado por Aresco para medir el impacto en la opinión pública del criptoescándalo
Es uno de los tantos sondeos que llegaron a funcionarios clave del gobierno nacional y al propio presidente Milei, que por estas horas encara decisiones gravitantes para su gestión, desde la conformación de una nueva Corte Suprema, a la decisión de si mantiene o cambia a algunos de sus funcionarios, y la elaboración del discurso que dará ante los diputados y senadores reunidos en Asamblea Legislativa la noche del próximo sábado, en medio del fin de semana XXL por el Carnaval. Aseguran los que vienen hablando con el presidente que hablará de Ficha Limpia, pero también “de motosierra, ajuste y más motosierra”. ¿Habrá algún proyecto de ley sorpresa? ¿Un golpe de efecto para retomar en plenitud la agenda?
Cuando Milei esté en el atril de frente a los diputados y senadores nacionales, funcionarios, dignatarios y jueces y de espaldas a la vicepresidente Victoria Villarruel, ya habrá pasado la reunión del PJ de Cristina Kirchner y la respuesta de Mauricio Macri a la revelación del Gobierno de que fue suya la mano que boicoteó la licitación de la Hidrovía. Cada uno lidia con sus demonios y con deseos ajenos que amenazan lo que consideran propio.
CFK tiene que lidiar con un desafío que surgió en el corazón mismo del kirchnerismo. De un proyecto hegemónico nacional -llegó a gobernar 20 de 24 distritos-, el peronismo K se contrajo a la provincia de Buenos Aires y, luego, se arrinconó en la veintena de partidos que componen el Conurbano bonaerense. Allí surgió la última disidencia que hace tambalear el bastión que le quedó a la estirpe que llegó desde Santa Cruz al gobierno nacional. La renovación la empujan Axel Kicillof y un grupo de intendentes que soltaron amarras y prometen romper con la tutela del PJ provincial de Máximo Kirchner.
La respuesta de CFK saldrá de Matheu 130, la mítica sede del Partido Justicialista Nacional. Allí estará con el formoseño José Mayans, la catamarqueña Lucía Corpacci, otros intendentes, sindicalistas y la primera línea de La Cámpora. Sin caras nuevas, los veteranos de otras guerras se alinearán por una nueva batalla electoral, donde todo empieza moverse para que la ex vicepresidenta vuelva a estar en una boleta como candidata, una vez más. ¿Alcanzará para contener la rebelión bonaerense? “No la quieren a Cristina como jefa, pero todos quieren sus votos”, le dijo a este cronista una fuente con acceso a su intimidad. La misión es cuidar un legado, pero también su electorado.
Cristina Kirchner visitó a Pepe Mugica y Lucía Topolansky en su chacra de Uruguay
Para Mauricio Macri las cosas no lucen muy distintas. “Se terminó”, le dijo la semana pasada a sus interlocutores, en una reunión que se suponía era de sub 40, pero había varios que hace tiempo cruzaron el medio siglo. Es una definición escuchada entre el fastidio y la perplejidad. El ingeniero no entiende al economista libertario que le niega lo que le pide por los valiosos votos en el Congreso frente a la embestida del ejército de demolición peronista que él sufrió en soledad entre 2015 y 2019. No habrá Hidrovía ni jueces ni nada que Milei perciba como imposición o necesidad. Tal vez milanesas o un chateo con el “presi”.
El presidente del PRO ya movió: suspendió las PASO, adelantó al máximo la fecha de votación y vela las armas para alambrar la ciudad de Buenos Aires, la casa matriz, lo que sería para CFK el Conurbano. Está pensando con su delegado, el primo Jorge Macri, si es Waldo Wolff, Fernán Quirós o un tapado el que compita como cabeza de lista. El acto que protagonizó ayer Karina Milei y Pilar Ramírez es la respuesta y la ratificación de que no hay acuerdo posible y que habrá una lucha sin cuartel por el mismo electorado. Son los votos lo que pesan y miden los políticos cuando tienen que dirimir, además del poder, el futuro.
Foto de archivo del expresidente de Argentina Mauricio Macri (2015-2019). EFE/ Elvis González
Milei no se detiene en el criptoescándalo y está convencido de que su estrella sigue brillando. Volvió eufórico de Estados Unidos y de las reuniones que tuvo con el FMI, con el Banco Mundial y el BID, pero sobre todo por el recibimiento y el trato que le dio Donald Trump y el show político de alcance global que representó Elon Musk con la motosierra que le regaló con la leyenda “Viva La Libertad Carajo”. Hay en el entorno crece el convencimiento de que es hora de avanzar más rápido: “Este gobierno es un auto que viene sin la R de reversa. Mientras cualquiera recomendaría esperar, doblar o hacer otra cosa, creo que estos van a acelerar”.
En carpeta está la posible designación por decreto simple de los jueces de la Corte y cambiar a algún funcionario. Por lo pronto, hoy se quedará en la ciudad de Buenos Aires y no viajará a Tandil, donde querían verlo arriba de un F16 de entrenamiento.
En La Plata mantienen las dudas sobre el accionar de la agrupación ultra K en los acuerdos subterráneos. Entre los intendentes creen que lograrán acercar posturas
Idas y vueltas. Una vez más. Van y vienen los pedidos de apoyo para que el Gobierno bonaerense tenga la habilitación para endeudarse y respire hondo en el medio de una gestión asfixiada por la falta de fondos de la Casa Rosada. Detrás de esas negociaciones cruzadas, permanentes e inestables, está presente la interna del peronismo. La relación tormentosa y furiosa que tienen el kicillofismo y el cristinismo.
Ayer por la tarde, Kicillof hizo un pedido concreto y directo. Tomó la precaución de dejar expuesta la necesidad que tiene su gobierno de obtener el endeudamiento y la situación de debilidad en la que deja a la gestión si la ley no sale. En La Plata se encargaron de reforzarlo. “Si no logramos sacarlo, quedamos en una situación crítica”, precisaron.
“La provincia de Buenos Aires necesita las herramientas para no desproteger a nuestro pueblo. Es una emergencia económica del país y de la provincia. Estamos atravesando una profunda recesión que afecta a todos los sectores”, expresó el Gobernador durante una conferencia de prensa que brindó en La Plata.
Kicillof aseguró que se perdieron “5.000 empresas en la provincia” y “172.000 puestos de trabajo”, además de destacar que hay “mil obras frenadas en todos los rubros” con una gran cantidad de “despidos, suspensiones y cierres de empresas”. El Gobernador habló de “asfixia financiera” por parte del gobierno de Milei.
En la conferencia, que buscó ser una muestra de alineamiento detrás del pedido del Gobernador, había referentes del Frente Renovador, La Cámpora y el peronismo bonaerense, identificado, sobre todo, en los intendentes y el sector sindical.
La cuestión por el endeudamiento deja al descubierto la interna peronista en la Provincia de Buenos Aires (Adrián Escandar)
Sin embargo, hay dos versiones de una misma historia. El presidente del bloque de diputados de Fuerza Patria en la Legislatura Bonaerense, Facundo Tignanelli, es el vocero de la postura del kirchnerismo. En los últimos días no se ha movido un centímetro de su discurso público. Consideró que es necesario sacar la ley de endeudamiento “para poder cumplir con todas las obligaciones que la provincia tiene”. Además, sostuvo que en el peronismo vienen “trabajando para tratar de lograr esa ley tan necesaria”.
La unidad que expresa el legislador camporista, no es decodificada de la misma forma en el kicillofismo, donde desconfían, en forma permanente, de cada una de las negociaciones de la que es parte el cristinismo. “Nos corren el arco todo el tiempo. A la mañana dicen una cosa, a la tarde otra y a la noche una nueva”, se quejó un importante funcionario platense.
En el Gobierno bonaerense y en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) hay una desconfianza permanente sobre cada movimiento del cristinismo. Tiene que ver con que, en el fondo, advierten que la relación política está rota y que nadie de esa tribu quiere que Kicillof sea el candidato a presidente del peronismo ni que se convierta en el sucesor de Cristina Kirchner.
Kicillof en la presentación del Presupuesto 2026
Si no quieren el objetivo de fondo, tampoco van a querer el objetivo a corto plazo. Entonces, el desgaste de la gestión estará siempre presente como una postura del cristinismo para con el kicillofismo. “Quieren ver cuántos nos sacan, cuánto nos debilitan. Están jugando en tándem con algunos sectores de la oposición”, indicaron en una oficina importante de la gobernación.
Entre los intendentes hay una visión más moderada. Creen que no hay “temas sensibles“ sin cerrar y que este miércoles el peronismo llegará con una posición unificada. La clave, entonces, será buscar los votos en los sectores más blandos de la oposición.
La vocación de cerrar acuerdos va a contramano de los sentimientos que atraviesan la relación política entre el kicillofismo y La Cámpora. No se eligen, no se quieren, pero el contexto y las necesidades de ambas partes los lleva a tener que buscar un punto de acuerdo forzado.
En una llamada, de menos de 15 minutos, el presidente de Estados Unidos le dijo al líder del régimen chavista que tenía una semana para abandonar Venezuela con su familia. Ese plazo habría expirado el viernes, según dos fuentes
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se está quedando sin opciones para dimitir y salir de su país bajo un salvoconducto garantizado por Estados Unidos, tras una breve llamada con el presidente estadounidense, Donald Trump, el mes pasado, donde el presidente rechazó una serie de solicitudes del líder venezolano, según cuatro fuentes informadas sobre la llamada.
El llamado, del 21 de noviembre, se produjo después de meses de creciente presión estadounidense sobre Venezuela, incluidos ataques contra presuntos barcos de tráfico de drogas en el Caribe, reiteradas amenazas de Trump de extender las operaciones militares a tierra y la designación del Cártel de los Soles, un grupo que la administración Trump dice incluye a Maduro, como una organización terrorista extranjera.
Maduro y su gobierno siempre han negado todas las acusaciones criminales y dicen que Estados Unidos está buscando un cambio de régimen para tomar el control de los vastos recursos naturales de Venezuela, incluido el petróleo.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa, incluida la eliminación de todas las sanciones estadounidenses y el fin de un caso emblemático que enfrenta ante la Corte Penal Internacional, dijeron tres de las fuentes.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa (REUTERS)
También solicitó el levantamiento de las sanciones a más de 100 funcionarios del gobierno venezolano, muchos de ellos acusados por Estados Unidos de abusos a los derechos humanos, tráfico de drogas o corrupción, según las tres personas.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes.
Trump rechazó la mayoría de sus solicitudes en la llamada, que duró menos de 15 minutos, pero le dijo a Maduro que tenía una semana para salir de Venezuela al destino de su elección junto con sus familiares.
Ese pasaje seguro expiró el viernes, lo que llevó a Trump a declarar el sábado que el espacio aéreo de Venezuela estaba cerrado, dijeron dos de las fuentes. El Miami Herald informó previamente varios detalles de la llamada. La fecha límite del viernes no se había revelado previamente.
Trump confirmó el domingo que había hablado con Maduro, sin proporcionar detalles. La Casa Blanca se negó a dar más detalles, y el Ministerio de Información de Venezuela, encargado de todas las consultas de prensa del gobierno, no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes (REUTERS)
El gobierno de Trump ha declarado que no reconoce a Maduro, en el poder desde 2013, como presidente legítimo de Venezuela. Maduro se proclamó reelegido el año pasado en unas elecciones nacionales que Estados Unidos y otros gobiernos occidentales calificaron de farsa y que, según observadores independientes, obtuvo una victoria abrumadora de la oposición.
El lunes, al dirigirse a los manifestantes, Maduro juró “absoluta lealtad” al pueblo venezolano.
No está claro si Maduro aún puede presentar una nueva propuesta que incluya un salvoconducto. Trump se reunió este lunes con sus principales asesores para abordar la campaña de presión sobre Venezuela, entre otros temas, según informó un alto funcionario estadounidense.
Una fuente con sede en Washington informada sobre las discusiones internas de la administración Trump no descartó la posibilidad de una salida negociada de Maduro, pero enfatizó que aún quedan desacuerdos significativos y detalles importantes sin resolver.
La recompensa millonaria por la captura del dictador Nicolás Maduro
Estados Unidos ha aumentado a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro y ofrece 25 millones de dólares por otros altos funcionarios del gobierno, incluido el ministro del Interior, Diosdado Cabello, acusado en Estados Unidos de presunto narcotráfico, entre otros delitos. Todos han negado las acusaciones.
La administración de Maduro ha solicitado otra llamada con Trump, según las tres fuentes.
El oficialismo podría presentar un bloque de 94 miembros. Mientras, busca que los gobernadores le quiebren la bancada al peronismo
El mundo libertario se encamina a tener el primer festejo parlamentario con la nueva composición del Congreso de la Nación.
Luego del fallido intento por Lorena Villaverde en el Senado, el bloque de LLA tendrá algo para mostrar a la exigente Casa Rosada que solo quiere triunfos y no perdona derrotas. Por estas horas estará ingresando el documento que lleva la firma de Gabriel Bornoroni con el listado de los legisladores que conformarán el bloque de LLA y se quedaría con la primera minoría de laCámara de Diputados.
“En solo 4 años pasamos de dos diputados –Javier Milei y Victoria Villarruel– a ganar la presidencia y sumar 94, 95 diputados” señala, exultante, un diputado de LLA que va a empezar a transitar su tercer año de mandato en pocos días.
Mientras la oposición buscaba reorganizarse y trabajaba sus propias versiones de los proyectos de reformas, el oficialismo se dedicó a salir de caza por el recinto y se llevó en solo un mes más de 14 diputados.
Al término de la elección, el bloque de LLA iba a estar conformado por 79 legisladores. Hubo un principio de conversación con el PRO por un interbloque y el partido amarillo aseguró que iba a apostar por la independencia. Luego de esa decisión, y antes de que comenzara noviembre, se fueron Damián Arabia, Sabrina Ajmechet, Laura Rodríguez Machado, Patricia Vásquez y Silvana Giuidici. Luego se sumaron Marilú González Estevarena, Belén Avico, Carlos Almena y en las últimas horas Verónica Razzini y Alejandro Bongiovanni.
Verónica Razzini junto a Patricia Bullrich y Martín Menem
A este grupo se le sumó el bloque de los radicales con peluca con el tucumano Mariano Campero, el cordobés Luis Picat y el correntino Federico Tournier. Hasta acá, los libertarios sumaban 91 diputados.
Pero los pases no parecen haber terminado y en las últimas horas los libertarios apuestan a sumar entre tres y cuatro diputados más y, por otro lado, incentivan a los gobernadores peronistas no kirchneristas para que se vayan del bloque de UP y armen uno nuevo.
En lo que se refiere a posibles incorporaciones al mundo libertario, se espera la llegada de José Nuñez y de Lorena Petrovich, ambos del PRO. Esta última asumirá para completar el mandato de Silvia Lospennato y todos tienen en Patricia Bullrich su terminal política.
De completarse todos estos pases, el bloque que conduce el cordobés Gabriel Bornoroni llegará a la sesión preparatoria con 94 diputados.
Ese número los dejaría a las puertas de arrebatarle al peronismo la primera minoría y ya sin “peceras” a dónde ir a pescar, la estrategia libertaria se concentró en “empujar” a los gobernadores peronistas a romper el bloque en el Congreso. Principalmente al catamarqueño Raúl Jalil que viene amagando desde hace tiempo con retirar a sus legisladores del bloque de UP.
El peronismo logró contener en las urnas la cantidad de legisladores y el 27 de octubre el bloque que conduce Germán Martínez amaneció con 98 integrantes.
El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, y el de Tucumán, Osvaldo Jaldo (NA)
Pero al poco tiempo el tucumano Javier Noguera anunció que no iba a asumir en el bloque y se iba a Independencia, el bloque del gobernador de esa provincia, Osvaldo Jaldo. Un camino similar seguiría el diputado por San Luis, Jorge “Gato” Fernández.
Pero lo que busca el oficialismo es que los cuatro diputados catamarqueños que responden todos al gobernador Raúl Jalil; o los siete santiagueños que responden a Gerardo Zamora.
“No necesitamos que los gobernadores rompan, necesitamos que uno solo lo haga, con eso nos alcanza”, reconoció un libertario que transita los pasillos de Diputados.
Las negociaciones se mantienen. El oficialismo promete a los gobernadores vía el ministro del Interior, Diego Santilli, y la oposición les recuerda que en dos años no les cumplieron la promesa.
“No sé que van a hacer los catamarqueños, lo que sí te adelanto es que los santiagueños están adentro” aseguró una alta fuente del bloque del peronismo en Diputados.
Los bloques tienen tiempo hasta hoy para presentar su conformación por lo que las negociaciones continuarán durante toda la jornada. En el oficialismo la expectativa es la de pegar el “zarpazo” y quedar como la primera minoría que, más allá del título, los deja muy bien posicionados para lo que será el reparto de las sillas en las comisiones; y con una posición de fortaleza que habrá que ver cómo se traduce en el recinto.