Esta realidad genera altos índices de ansiedad, estrés y depresión. Desde el Observatorio Humanitario de la organización, resaltaron además que un 33 % afirma sentirse solo u olvidado. Cómo se podría revertir
El envejecimiento de la población es un fenómeno global que está redefiniendo las prioridades de las políticas públicas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 2020 y 2050, el número de personas mayores de 60 años en el mundo se duplicará, alcanzando los 2.100 millones. Un panorama que plantea desafíos no solo para los sistemas de salud y asistencia social, sino también para garantizar un entorno inclusivo y adaptado a las necesidades de este grupo en crecimiento.
En ese sentido, la tercera edición del informe “Calidad de vida de personas adultas mayores en Argentina”, elaborado por el Observatorio Humanitario de la Cruz Roja, en 2024, afirma que más del 65 % de los adultos mayores a nivel nacional carece de acceso a salud mental. Una situación que provoca altos índices de ansiedad, estrés y soledad.
Lo cierto es que en Argentina, los adultos mayores enfrentan una situación que refleja desigualdades, tales como que el 29% de las personas mayores no logra cubrir sus necesidades alimentarias, mientras que el 40% percibe un deterioro en su situación económica, advierte el informe. Asimismo, se evidencia un escenario de vulnerabilidad que afecta tanto su bienestar físico como emocional.
La conexión entre el bienestar emocional y la salud mental es fundamental en las personas mayores, donde el 66,6% de esta población no accede a terapias o tratamientos, reflejando las barreras persistentes en el acceso a servicios esenciales. (Imagen ilustrativa Infobae)
El informe incorpora el Índice de Bienestar de los Adultos Mayores (IBAM), una herramienta que evalúa cinco dimensiones clave: alimentación, salud, economía, recreación y afecto.
En 2024, el IBAM registró un puntaje promedio de 4.9 sobre 10, lo que representa un descenso respecto a los años anteriores. Este índice permite medir el bienestar general de esta población y además identificar áreas críticas que requieren atención prioritaria, como el acceso a alimentos, servicios de salud y espacios recreativos.
Salud: una urgencia en mental y física
El acceso a la salud mental en las personas mayores en todo el territorio nacional enfrenta barreras significativas, según el informe del Observatorio Humanitario de la Cruz Roja Argentina. En ese sentido, advierte que “el 66,6% de los encuestados no accede a ningún tipo de terapia ni tratamiento vinculado a la salud mental”.
El 26% de las personas mayores reportó haber sufrido destrato en oficinas públicas en 2024, más del doble que en 2022, lo que refleja una problemática creciente de discriminación en servicios básicos. (Imagen ilustrativa Infobae)
“Cabe destacar la presencia de padecimientos de salud mental entre la población encuestada. Si bien las frecuencias son más bien marginales, dan cuenta de un proceso reflexivo por parte de la muestra de su salud mental”, resalta el documento y agrega: “Estos datos se complementan con la exploración de si las personas encuestadas acuden en la actualidad a algún tipo de terapia”.
En ese sentido, el escrito resalta que “la categoría con más frecuencia en esta variable es ‘ninguna de las anteriores’ (66,6%), es decir, que no realizaron ningún tipo de las terapias incluidas en las categorías ofrecidas”. En tanto, “en segundo lugar, se encuentra ‘realizó terapia en el pasado, pero ya no’ con 12,8%. El resto de las categorías presentan frecuencias menores al 10% y 5%.”.
Dicho de otro modo, aunque los padecimientos en salud mental son menos frecuentes, el relevamiento muestra que la mayoría de las personas no utiliza los servicios disponibles, lo que refuerza las barreras de acceso en este ámbito y se presenta con manifestaciones tales como ansiedad, depresión y estrés.
El Observatorio Humanitario de la Cruz Roja Argentina realizó un nuevo informe sobre bienestar de los adultos mayores
La falta de atención en esta área también contribuye al aislamiento social. El 33 % de los encuestados expresó sentirse solo o olvidado debido a su condición de adulto mayor, más del doble que en los años 2021 y 2022, cuando esta percepción alcanzaba el 20 %. Estas cifras dejan en evidencia cómo la ausencia de apoyo psicológico pone barreras en el bienestar emocional de esta población.
Además, se destaca que las limitaciones económicas y geográficas son factores clave que restringen el acceso a servicios de salud mental. Solo una pequeña proporción de adultos mayores puede cubrir el costo de terapias individuales, mientras que las opciones gratuitas o subsidiadas son escasas. “La falta de infraestructura y de personal especializado deja a un porcentaje significativo sin alternativas”, resalta el escrito.
A pesar de los desafíos, el informe destaca posibles soluciones, tales como programas comunitarios, talleres de apoyo y actividades grupales, los cuales podrían mitigar la soledad y mejorar la salud mental de las personas mayores. Estas iniciativas permitirían crear redes de contención emocional accesibles, especialmente en comunidades con escasos recursos.
La salud en deuda: más de la mitad de los adultos mayores tiene enfermedades crónicas
El 30% de las personas mayores indicó que sus necesidades de atención médica están poco o nada satisfechas, lo que refleja las desigualdades en el acceso a servicios esenciales. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Más allá de las carencias en cuanto al bienestar emocional, los adultos mayores advierten un acceso desigual a la atención sanitaria. Según indicaron, el 30 % de los encuestados afirmó que sus necesidades médicas están poco o nada satisfechas, lo que representa un aumento de 7 puntos porcentuales en comparación con el 23 % registrado en 2022.
Entre los problemas de salud más frecuentes se encuentran las enfermedades crónicas, siendo que el 51,3 % de los adultos mayores sufre de hipertensión arterial, mientras que el colesterol alto afecta al 30,9 % y la diabetes al 25 %.
Además, dolencias como la artritis (17,6 %) y problemas óseos (16,4 %) destacan en los reportes, en los cuales reflejando el impacto acumulativo del envejecimiento. Sin embargo, la falta de acceso a terapias regulares y tratamientos adecuados incrementa la carga sobre el sistema público, dejando a muchos adultos mayores con condiciones mal gestionadas.
En tanto, el acceso a la cobertura médica muestra una distribución heterogénea: el 71,7% de las personas encuestadas cuenta con cobertura a través de PAMI u obras sociales, mientras que un 12,9% depende del sistema público de salud y un 13,6% recurre a prepagas.
Aunque el 67,7% de las personas mayores mantiene encuentros frecuentes con vínculos cercanos, la baja participación en actividades recreativas muestra una falta de opciones accesibles. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Sin embargo, a pesar de la existencia de estas opciones, las limitaciones en la disponibilidad de turnos, los costos asociados y la accesibilidad geográfica generan barreras significativas para esta población. En cuanto al estado de salud percibido, solo el 9,1% calificó su estado como “muy bueno”, mientras que el 34,9% lo consideró “regular” y un 5,7% lo describió como “muy malo”.
Este deterioro en la percepción de la salud fue acompañado por un aumento de enfermedades crónicas como la hipertensión arterial (51,3%), el colesterol alto (30,9%) y la diabetes (25%). Problemas óseos y artritis también forman parte de las dolencias más frecuentes.
De manera global, los datos expuestos en el relevamiento indican que es esencial fortalecer el sistema de salud pública, priorizando la atención integral de las personas mayores. Los autores del informe subrayan que “es urgente garantizar la equidad en el acceso a servicios sanitarios de calidad, independientemente de la condición socioeconómica o el lugar de residencia”.
El Índice de Bienestar de Adultos Mayores (IBAM): Metodología y hallazgos principales
Dentro del 80,5% que toma medicación, el 75,3% accede a través de PAMI u obras sociales, ya sea con descuento (59,2%) o cobertura total gratuita (16,1%). Un 8,8% accede con descuento por prepaga y el 6,2% cubre el costo completo de su bolsillo.(Observatorio Humanitario de la Cruz Roja Argentina)
El Índice de Bienestar de los Adultos Mayores (IBAM) es una herramienta diseñada por el Observatorio Humanitario de la Cruz Roja Argentina para evaluar de manera integral las condiciones de vida de las personas mayores de 60 años. Este indicador sintetiza datos sobre cinco dimensiones clave: alimentación, economía, salud, recreación y afecto. En su tercera edición alcanzó un puntaje promedio de 4.9 sobre 10, cifra que mostró un descenso respecto a los valores anteriores.
“El IBAM 2024 es de 4.9 puntos, en una escala donde 1 es bajo bienestar y 10 es alto bienestar. Esto supone un descenso significativo de 0.8 puntos en relación a 2022, y de 0.3 entre 2021. Se evidencia un empeoramiento del bienestar general de las personas adultas mayores encuestadas, incluso con la incidencia de la pandemia covid-19 en 2021 y 2022”, destaca el documento.
Para obtener estos datos, el Observatorio Humanitario de la Cruz Roja advirtió que la metodología utilizada incluyó la recopilación de datos mediante encuestas realizadas a 1.164 personas mayores de 60 años residentes en 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; una muestra representativa que permitió identificar áreas críticas y las problemáticas más urgentes en este grupo etario
La participación en talleres y actividades recreativas es limitada para el 70,7% de las personas mayores, evidenciando la necesidad de fomentar espacios de socialización accesibles y adaptados. (Imagen Ilustrativa Infobae)
El informe desglosa los puntajes del este indice según variables sociodemográficas como, por ejemplo, el nivel educativo:
Para aquellas personas encuestadas con nivel primario (incompleto o completo) el IBAM es 4.41.
Para la población encuestada con nivel secundario (incompleto o completo) el IBAM es 4.94.
Personas adultas mayores que accedieron a estudios superiores (terciario, universidad o posgrado) es de 5.47.
En lo que se refiere a los grupos etarios, “el menor puntaje en el IBAM corresponde al rango de 65 a 69 años con 4.64. Luego siguen el rango de 81 años o más con 4.90 y 70 a 80 años con 4.91. El puntaje más alto corresponde al rango de 60 a 64 años con 5.19, situándose levemente por encima de la media”.
Recreación, alimentación y trato social: claves del bienestar emocional y físico
Un tercio de las personas mayores en Argentina no logra cubrir sus necesidades alimentarias, según un informe de 2024 (Observatorio Humanitario de la Cruz Roja Argentina)
En lo que se refiere a la recreación, alimentación y trato social, son factores que desempeñan un papel crucial en la calidad de vida de las personas mayores. En ese sentido, el informe del Observatorio Humanitario de la Cruz Roja Argentina, en 2024, el 41% de los encuestados afirmó que sus necesidades recreativas están “poco o nada satisfechas”, un porcentaje que no muestra mejoras con respecto a los valores registrados durante la pandemia en 2021. Un aspecto que impacta en las oportunidades de mantener una vida activa y con vínculos significativos.
El acceso a una alimentación adecuada también presenta desafíos: “El 29% de las personas mayores no logra cubrir sus necesidades alimentarias”, lo que representa un aumento de 12 puntos porcentuales respecto a 2022. Además, solo el 68% de los participantes considera que sus necesidades alimenticias están “bastante” o “muy satisfechas”, lo que refleja las dificultades económicas y el encarecimiento de los alimentos esenciales.
En cuanto al trato social, el 26% de los encuestados reportó haber percibido destrato en oficinas públicas en 2024, un porcentaje más del doble del 11% registrado en 2022. Los centros de salud también reflejan esta problemática, con un 21% de personas mayores indicando haber sufrido maltrato en estos espacios, y el entorno familiar no queda exento, con un aumento del 4% en 2022 al 11% en 2024.
Más del 71% de las personas mayores en Argentina cuenta con cobertura de salud a través de PAMI u obras sociales, pero las barreras de acceso persisten en áreas rurales y para sectores vulnerables. (Imagen Ilustrativa Infobae)
El entorno familiar no queda exento: el 11% de los participantes manifestó haber experimentado agravios, en comparación con el 4% de 2022, mostrando un deterioro generalizado en los distintos ámbitos.
El aislamiento y la soledad emergen como preocupaciones constantes. “El 33% de las personas mayores expresó sentirse solas o olvidadas debido a su condición de persona adulta mayor”, más del doble que en 2021 y 2022, cuando esta percepción alcanzaba el 20%.
Aunque el informe señala que el 67,7% de los encuestados mantiene encuentros frecuentes con amistades o vínculos cercanos, la baja participación en talleres, cursos u otras actividades recreativas (70,7% de inasistencia) aún se mantiene como una barrera importante para el bienestar emocional.
Ante este panorama, los autores del informe destacan que es urgente garantizar la equidad en el acceso a servicios esenciales, incluyendo espacios recreativos, alimentos nutritivos y un trato digno, para mejorar la calidad de vida de las personas mayores
El acceso a medicamentos esenciales continúa siendo un reto para muchos adultos mayores, especialmente aquellos que dependen del sistema público de salud y enfrentan dificultades económicas. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Desafíos futuros: políticas públicas más inclusivas y sostenibles
Los hallazgos del informe del Observatorio Humanitario de la Cruz Roja Argentina evidencian una serie de desafíos estructurales que afectan a las personas mayores, especialmente en términos de acceso a servicios esenciales, inclusión social y satisfacción de necesidades básicas. En 2024, dimensiones como alimentación, salud, recreación y trato social han mostrado retrocesos preocupantes, destacando la urgencia de diseñar políticas públicas inclusivas que mejoren la calidad de vida de este grupo etario.
Uno de los aspectos clave señalados en el informe es la necesidad de fortalecer el sistema de salud pública, priorizando la atención integral y equitativa. “El empeoramiento del IBAM 2024 es consecuente y se contextualiza con las cifras oficiales de pobreza e indigencia en este grupo poblacional, expresadas anteriormente“, afirma el escrito.
Es por ello que, según los autores del documento, “es urgente garantizar la equidad en el acceso a servicios sanitarios de calidad, independientemente de la condición socioeconómica o el lugar de residencia”.
Espacios públicos inclusivos y accesibles son fundamentales para garantizar un envejecimiento digno, promoviendo la salud física y la interacción social entre las personas mayores. (Imagen ilustrativa Infobae)
Otro desafío destacado es el combate al aislamiento social y el maltrato, problemáticas que impactan no solo en el bienestar emocional, sino también en la percepción general de inclusión en la sociedad. El 33% de las personas mayores se siente sola u olvidada, mientras que el maltrato en oficinas públicas y centros de salud ha experimentado aumentos significativos en los últimos dos años. Los autores del informe subrayan que es esencial implementar campañas de sensibilización y programas comunitarios que promuevan el respeto, la empatía y la integración social.
El acceso a la alimentación y las actividades recreativas también requiere una atención prioritaria. El 29% de las personas mayores no logra cubrir sus necesidades alimentarias, mientras que el 70,7% no participa regularmente en talleres, cursos o actividades recreativas. Estas carencias, según el informe, reflejan la necesidad de promover políticas que garanticen la seguridad alimentaria y fomenten espacios de socialización accesibles y adaptados a las personas mayores.
Finalmente, el informe destaca la importancia de abordar las desigualdades estructurales dentro de este grupo poblacional. Además de garantizar un envejecimiento digno para las personas mayores, el cual requiere un enfoque integral que aborde no solo las necesidades inmediatas, sino también las causas estructurales del deterioro en su calidad de vida.
Es por este motivo que señalaron que “es fundamental reforzar el acceso de las personas adultas mayores al sistema público de salud, implementar políticas públicas inclusivas y sensibilizar a la población general sobre las consecuencias del maltrato, promoviendo un envejecimiento digno y equitativo”.
La edición 2025 reunió a 40 equipos universitarios: solo 20 provenían de fuera de Estados Unidos. La meta era desarrollar y poner a prueba un prototipo de satélite. El grupo del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) fue el único de América Latina en competir y lograr un puesto en el Top 5.
Pese a las políticas que desfinancian y buscan desprestigiar al sector de la ciencia y técnica en Argentina, el sector sigue demostrando su altísimo nivel. Diez estudiantes universitarios locales ganaron el mundial aeroespacial que impulsa la NASA. Se trata de la CanSat Competition, un evento anual de relevancia internacional que consiste en desarrollar y poner a prueba un prototipo de satélite. Además de subir al podio, el equipo del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) fue el único de América Latina en competir y lograr un puesto en el Top 5.
El grupo campeón está integrado por Ezequiel Bolzicco, Daniela Maradei, Thomas Marthi y Agustin Pilotto en Estructura y Materiales; Agustin Haarth, Santiago Agosti, Emanuel Albornoz y Rafael Dalzotto en Hardware; Micaela Perillo en Software; Santiago Bolzicco en Operaciones, y Eduardo Barbier como Advisor. Son estudiantes de las carreras de Ingeniería Mecánica, Electrónica, Industrial, Informática y Bioingeniería.
Comenzaron a trabajar en enero, en el marco de una iniciativa extra curricular no obligatoria para participar en la competición internacional de ingeniería organizada por la American Astronautical Society (AAS) con el respaldo de la NASA, Lockheed Martin, Siemens y otras instituciones.
La edición 2025 reunió a 40 equipos universitarios: solo 20 provenían de fuera de Estados Unidos. La competencia se divide en varias etapas, desde el prediseño hasta la misión final. El equipo argentino alcanzó un 99% de cumplimiento técnico en la primera entrega, lo que les permitió clasificarse como uno de los cinco mejores grupos a nivel global antes de viajar a la ciudad de Virginia, donde el certamen comenzó el 3 de junio y terminó este lunes, con el triunfo.
Un mini satélite
El equipo del ITBA tenía la misión de diseñar, construir y lanzar un satélite funcional del tamaño de una lata de gaseosa. Debía transmitir datos en tiempo real, registrar video aéreo y medir variables ambientales durante su descenso controlado desde una altura de 700 metros.
“El satélite se lanza a 700 metros, se abre y unas aspas comienzan a girar a 18 kilómetros por hora en caída. Va girando como un helicóptero. Nosotros usamos una antena direccional que tenemos que ir apuntando a donde va a estar el satélite y ahí empieza la toma de datos”, explicó antes de la final Thomas Marthi, estudiante de Ingeniería Electrónica del ITBA, en diálogo con Infobae. “El dispositivo no entra en órbita, pero transmite datos como temperatura, presión y posición tras ser lanzado”, detalló por su parte Daniela Maradei, estudiante de Ingeniería Mecánica.
El objetivo de la competición es hacer una simulación de un proyecto real aeroespacial, tal como ocurre en la industria. Por eso los dispositivos fueron evaluados por profesionales con trayectoria en la NASA.
Varios de los ganadores ya habían participado en ediciones anteriores de la competencia, y el ITBA había sido finalista en 2021, 2022 y 2024. Solo faltaba el triunfo definitivo.
Más logros
El triunfo del equipo argentino en Estados Unidos no fue el único logro del área en el último tiempo. A fines de mayo, un equipo de la Universidad de Buenos Aires (UBA) se ubicó entre los cinco mejores en el mundial de satélites enlatados organizado por la Universidad Nacional de México. El grupo fue seleccionado entre más de 100 equipos participantes.
Los participantes fueron Clara Telesca, Pedro Monczor, Pilar Risso, Santiago Perez Garber y Juan Valle, estudiantes de las carreras de Física y Química de la Facultad de Ciencias Exactas.
Se habían anotado en diciembre de 2024, y tras superar las primeras cuatro etapas recibieron la premiación que los ubicó entre los mejores cinco equipos de la competencia.
A la Luna
Las promesas universitarias argentinas tienen su correlato en el regreso de la exploración humana del espacio profundo después de más de 50 años, que contará con la presencia de un microsatélite desarrollado por investigadores locales.
Se trata del microsatélite ATENEA, resultado de un esfuerzo conjunto entre la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) e instituciones académicas y científicas, entre ellas la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (FIUBA), el Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
Todo tiene aún más valor en el contexto de crisis sin precedentes que atraviesa el sector científico, tecnológico y universitario por las políticas de ajuste –a la par de ataques discursivos– del Gobierno nacional.
En 2024, el pluriempleo tocó un inédito 12,4%, mientras que la sobreocupación -personas que trabajan más de 45 horas semanales- continuó creciendo. Esto demuestra que la sobreexplotación se muestra como una alternativa a los bajos salarios.
En medio de la profundización en la pérdida del poder adquisitivo de los argentinos, los fenómenos que más crecen por estos tiempos son el pluriempleo y la sobreocupación -personas que trabajan más de 45 horas semanales. Esta sobreexplotación, también responde a la “flexibilización encubierta del mercado laboral”, donde la multiplicidad de empleos y la ampliación de horas de trabajo se presentan como una adaptación a la precarización.
En 2024, el pluriempleo tocó el inédito 12,4%, equivalente a 2,4 millones de trabajadores que recurren a múltiples ocupaciones para compensar la insuficiencia de ingresos de su empleo principal, a eso se suman 3,5 millonesde ocupadosque buscan activamente empleo (ocupados demandantes – 16,6%). Mientras que, la sobreocupación alcanzó el 29,2%, lo cual implica que unas 5,8 millones de personas trabajan más de 45 horas semanales, y muchas de ellas superan las 57 horas semanales, lo que equivale a entre 9 y 11 horas por día.
“El fenómeno refleja que el problema no es la falta de trabajo sino el tipo de empleo disponible, de baja calidad y escasa remuneración”, enfatizó Ana Rameri, coordinadora del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP).
IPyPP en base a EPH-INDEC.
Caída del poder adquisitivo
Todo ello se da en un contexto de caída real de los salarios: los estatales se hundieron 34% desde el cierre de 2017, mientras que los privados tuvieron una pérdida de poder adquisitivo del 18,83%. Si se toma desde el gobierno de Javier Milei, la baja de los haberes públicos es del 15,33% real, aunque los privados recuperaron el nivel y ganaron un leve 0,6%, que hacia marzo de este año ya lo perdieron. El deterioro del poder adquisitivo evidencia la necesidad de complementar ingresos ante la erosión de la capacidad de consumo, así como también el proceso de flexibilización encubiertadel mercado laboral.
“Este fenómeno adquiere especial relevancia en contextos de crisis, donde los hogares enfrentan mayores dificultades para cubrir necesidades básicas con sus ingresos. El pluriempleo récord en 2024 refleja fallas en la generación de empleode calidad y en la protección social, con implicancias para el bienestar laboral y la productividad”, recalca el informe “¿Recuperación ilusoria? Pobreza y desigualdad en Argentina durante 2024” realizado por Eduardo Chávez Molina, Mariana Sosa y José Rodríguez de la Fuente de la UBA.
Desde 2017 hasta fines de 2024, que es hasta el momento que se tienen datos, el número de pluriempleados creció en 790.000 personas, que además trabajan en promedio 2,5 horas más por semana que en 2017.
Solo entre mediados de 2023 y fines de 2024, 370.000 personas más pasaron a tener múltiples empleos, detallan desde IPyPP. Esto se debe a la devaluación y la fuerte crisis de inflación, que luego solo se tradujo en una caída marcada de los salarios, con mayor énfasis en los públicos.
Residentes del Hospital Garrahan y Posadas
Los médicos residentes del Hospital Garrahan reclaman por un aumento salarial, ya que actualmente se encuentran con haberes por debajo de los $800.000, que no llega a cubrir la canasta básica total de una familia tipo -mide el umbral de pobreza- que se ubicó en abril en los $1.110.063, mientras que la alimentaria -mide la indigencia- fue de $502.291, según el INDEC.
Cabe aclarar que los residentes -médicos en formación, pero con la carrera finalizada- trabajan 65 horas semanales, de las cuales deben tener un 75% de asistencia y cumplir guardias para alcanzar la formación total. De esta manera, a los residentes se les dificulta la posibilidad de tomar horas en otra clínica.
Al reclamo de los residentes del Garrahan, ahora se le adicionó el de los trabajadores del Hospital Posadas que denuncian que la retribución básica actual es de $797.000 “con una carga horaria de más de 60 o 70 horas semanales, sin ningún bono compensatorio”.
Tras 15 años de formación entre los módulos teóricos y prácticos, el sueldo inicial de un médico de planta es de $ 1.800.000 en el Hospital Garrahan. Por ese salario, los profesionales de la salud trabajan 42 horas semanales y hacen una guardia de 16 horas por semana.
Sobreocupados: trabajan un 47,4% más de horas, pero ganan apenas un 12,8% más que el promedio
Sobre el universo de personas con extensas jornadas laborales, la última EPH permite mirar en detalle que casi 4 millones de personas trabajan en promedio 50 horas semanales, un millón cerca de 62, y otras 900.000 sostienen jornadas de entre 13 y 16 horas diarias.
De todo el universo de sobreocupados, el 45,6% son asalariados formales, lo que demuestra que la “sobreexplotación” no se restringe únicamente a la informalidad laboral.
IPyPP en base a Cuenta Generación de Ingresos-INDEC.
“No se trata de ocupaciones en extinción. Al contrario, muchas de ellas se concentran en sectores como la venta directa, el telemarketing, el transporte (incluyendo el trabajo “plataformizado”) o los servicios de vigilancia. Es decir, en actividades donde el tiempo laboral se estira y los ingresos siguen siendo insuficientes”, destacan desde IPyPP.
Además, estas extenuantes jornadas de trabajo tampoco se traducen en un salario mucho más alto que la media. Pese a trabajar 47,4% más horas, los sobreocupados ganan solo 12,8% más que el promedio, con una retribución horaria 23,4% menor.
Durante el último trimestre de 2024, el tiempo de trabajo siguió en ascenso. La carga horaria promedio por puesto aumentó un 4%. Entre asalariados registrados, la suba fue aún mayor: 5,2%, producto del incremento de horas extra trabajadas, según la Cuenta Generación del Ingreso del INDEC.
La sobreexplotación no garantiza estar por fuera de la línea de pobreza
La sobreexplotación de los trabajadores se explica en un marco de precarización laboral y caída del poder adquisitivo, donde hasta el salario mínimo, vital y móvil ($302.600) está por debajo de la canasta básica total que mide la línea de pobreza de un adulto mayor ($359.246).
“A pesar de estar ocupadas, casi tres de cada diez personas (27,9%) son pobres y un 4,3% son indigentes, lo que revela que el trabajo no garantiza siquiera un umbral básico de reproducción. Esta situación se agrava si se analiza por categoría ocupacional: el 42,2% de los asalariados no registrados y el 38,4% de los cuentapropistas son pobres, mientras que incluso dentro del segmento formal, el 16,6% de los asalariados registrados también se encuentra por debajo de la línea de pobreza“, precisa Rameri.
A su vez, la especialista añade que el 24,7% de los trabajadores obtiene ingresos por debajo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, que, por primera vez en la historia reciente, se ubica por debajo de la línea de pobreza para un adulto. Incluso entre quienes trabajan jornadas completas o extendidas, el fenómeno persiste: el 13,9% de los sobreocupados -es decir, quienes trabajan más de 45 horas semanales- tampoco llega a cubrir ese umbral mínimo.
No pagó una pequeña fracción de intereses correspondientes a una deuda de corto plazo de U$S 220 millones. En total adeuda U$S 1100 millones.
El Grupo Albanesi formalizó este jueves el default de su deuda. El hecho, si bien previsible y anunciado un mes antes por la propia empresa, impactó en los medios financieros locales y del exterior y podría derivar en una nueva venta de activos argentinos, cuyo nivel de riesgo aumentará.
El default de Albanesi sucedió una vez vencidos los 30 días de negociaciones entre la empresa y sus acreedores. En realidad, lo que dejaron de pagar las dos subsidiarias de Albanesi –Generación Mediterránea (Gemsa) y Central Térmica Roca– es una fracción (un tramo de los intereses) de una deuda de corto plazo de U$S 220 millones y una total del grupo de U$S 1100 millones.
El recurso de Albanesi
Albanesi envió a la Comisión Nacional de Valores (CNV) un texto en el que aseguró: “Vencido el plazo de gracia previsto en los términos y condiciones de las Obligaciones Negociables y no habiéndose efectuado el pago de los intereses correspondientes, se ha configurado un Supuesto de Incumplimiento”.
El incumplimiento corresponde al bono Clase XXXIX, identificado en los mercados por el ticker MR390, con vencimiento en 2031. Se trata de un título que había despertado el interés de los inversores por su tasa del 11% anual en dólares, muy por encima de los rendimientos promedio del sector energético local.
En el mismo comunicado a la CNV, Albanesi consignó que, con la ayuda de sus asesores financieros y legales, locales e internacionales, inició “un proceso de reordenamiento financiero”. Agregó que “el objetivo final es readecuar la carga de nuestras obligaciones al flujo de caja generado por nuestras operaciones».
También anticipó que está «analizando distintas alternativas para resolver esta situación a la mayor brevedad posible, buscando priorizar la continuidad de su operación y preservar los intereses de sus acreedores».
Tiempoobservó dos semanas atrás que el desequilibrio financiero de Albanesi empezó con la decisión del gobierno nacional de pagar acreencias acumuladas con un bono y no con cash. Y que luego se acentuó con la modificación de las condiciones cambiarias, que cortó la bicicleta financiera a la que muchas empresas apelaron para arrancar otra con nuevas condiciones.
Pero en ese cambio, las empresas que tomaron deudas en dólares para transformar esos fondos en pesos y ganar renta con las elevadas tasas de interés, perdieron el beneficio y terminaron quedándose con deudas en dólares a tasas elevadas. Albanesi emitió el bono Clase XXXIX el 30 de octubre de 2024, con un valor nominal de US$ 350,25 millones, y posteriormente realizó una emisión adicional el 8 de noviembre de 2024 por US$ 3,7 millones a una tasa de interés del 11%. Ese nivel de renta solo era pagable con la bicicleta financiera (o «carry trade»,en la jerga del sector). Insostenible.