La deficiencia de este nutriente esencial puede combatirse con opciones alimenticias accesibles y saludables. Qué comer para prevenir enfermedades como la osteoporosis, fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la salud mental
Incluir frutos secos en la dieta no solo es una decisión saludable, sino también estratégica para el bienestar general.
Estos alimentos, ricos en nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y grasas saludables, pueden contribuir significativamente a prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida.
Además, algunos de ellos son fuentes notables de vitamina D, un nutriente indispensable para que el cuerpo humano absorba calcio, el componente principal del hueso. Según explicaron expertos de Mayo Clinic, “las propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y neuroprotectoras de la vitamina D desempeñan un papel importante en la salud del sistema inmune, la función muscular y la actividad de las células cerebrales, regulando diversas funciones celulares en el organismo”.
Los frutos secos que contienen vitamina D
Frutos secos como las almendras y las nueces de Brasil contienen vitamina D (Imagen Ilustrativa Infobae)
La vitamina D no se encuentra naturalmente en muchos alimentos, pero puede obtenerse de algunos como leche fortificada, cereales fortificados, pescado graso y frutos secos.
Almendras
Este fruto seco es una fuente rica en vitamina D, además de aportar vitamina E antioxidante, proteínas y grasas saludables. Las almendras también contienen minerales como magnesio, que es esencial para numerosas funciones corporales. Para una opción más baja en grasa, se puede consumir leche de almendras enriquecida con vitamina D.
Nueces de Brasil
Destacan por su contenido en vitamina D y otros nutrientes como el selenio, conocido por su papel antioxidante. Estas nueces también aportan proteínas vegetales y grasas saludables, lo que las convierte en una excelente elección para mejorar la calidad de la dieta.
Las semillas de lino, además de vitamina D, contienen omega-3 (Imagen Ilustrativa Infobae)
Semillas de girasol
Ricas en vitamina D y calcio, estas semillas son beneficiosas para la salud ósea. Además, contienen grasas saludables y otros nutrientes esenciales que contribuyen al funcionamiento general del organismo.
Semillas de lino
Aunque contienen menos vitamina D que otros frutos secos, las semillas de lino no procesadas pueden ser una buena opción para sumar este nutriente a la dieta. También son una excelente fuente de omega-3, que ayuda a mantener la salud cardiovascular.
Para maximizar su aporte, es recomendable elegir aquellas versiones no procesadas y combinarlas con otros alimentos ricos en nutrientes, como ensaladas o yogures.
Consumir estos frutos secos con regularidad, combinados con otros alimentos saludables, puede ser una forma efectiva de asegurar un aporte adecuado de vitamina D y disfrutar de sus beneficios para la salud.
¿Cuáles son los síntomas de deficiencia de vitamina D?
Una deficiencia de vitamina D puede causar debilidad muscular y fatiga (Imagen Ilustrativa Infobae)
La carencia de vitamina D puede pasar desapercibida en sus primeras etapas, pero con el tiempo puede manifestarse a través de síntomas como debilidad muscular, dolor en los huesos, fatiga constante y un sistema inmunológico debilitado. En casos más graves, puede derivar en enfermedades como la osteomalacia en adultos o el raquitismo en niños.
Además, una deficiencia prolongada de este nutriente puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, algunos trastornos cardiovasculares y problemas de salud mental, incluidos la depresión y la ansiedad. Por esta razón, es crucial prestar atención tanto a la dieta como a la exposición solar diaria.
¿Por qué la vitamina D es importante para el organismo?
La exposición solar diaria es fundamental para mantener niveles adecuados de vitamina D (Imagen Ilustrativa Infobae)
La vitamina D desempeña un papel central en la salud ósea al facilitar la absorción de calcio, un mineral esencial para el fortalecimiento y mantenimiento de los huesos. Sin niveles adecuados de vitamina D, el cuerpo no puede procesar el calcio de manera eficiente, lo que incrementa el riesgo de osteoporosis y fracturas.
Además, este nutriente tiene un impacto positivo en el sistema inmunológico, ayudando al organismo a combatir infecciones y virus. También demostró ser relevante para la salud mental, contribuyendo a la reducción de síntomas asociados con la ansiedad y la depresión.
La exposición solar es una de las formas más efectivas de obtener vitamina D. Sin embargo, en climas fríos o en estilos de vida con poca exposición al sol, es fundamental recurrir a alimentos ricos en este nutriente, como los frutos secos mencionados, para mantener niveles óptimos y prevenir problemas de salud a largo plazo.
Incorporar frutos secos ricos en vitamina D a la alimentación diaria no solo contribuye a una dieta equilibrada, sino que también actúa como una medida preventiva clave para mantener el bienestar integral del organismo.
Optar por técnicas suaves y evitar aceites facilita la digestión, promueve el adecuado uso de micronutrientes y contribuye a una alimentación enfocada en el bienestar general
La capacidad del huevo para adaptarse a distintas formas de preparación lo convirtió en uno de los pilares de la alimentación mundial. No obstante, el modo en que se cocina puede modificar de manera significativa el aporte de proteínas, vitaminas y minerales. Desde la seguridad alimentaria hasta el impacto en la biodisponibilidad de nutrientes esenciales, el proceso de cocción va mucho más allá del simple cambio de textura y sabor.
Estudios recientes destacaron cuál es la mejor forma de aprovechar al máximo los beneficios de este alimento sin poner en riesgo la salud, lo que renueva el interés por elegir las técnicas de preparación que más favorecen la absorción de sus compuestos clave.
Cuál es la forma más saludable de comer huevo
La cocción del huevo influye directamente en la cantidad y tipo de nutrientes que el organismo puede digerir y absorber. Según un estudio publicado en la National Library of Medicine de Estados Unidos, los huevos cocidos presentan una digestibilidad del 90,9%, marcadamente superior al 51,3% de los huevos crudos. El calor facilita este proceso porque desnaturaliza las proteínas, volviéndolas más accesibles para las enzimas digestivas humanas.
Expertos recomiendan consumir uno o dos huevos al día dentro de una dieta equilibrada para adultos sanos (Imagen Ilustrativa Infobae)
No obstante, exponer el huevo a temperaturas excesivas puede reducir la presencia de antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, dos compuestos esenciales para la salud ocular y especialmente sensibles al calor. Por ello, los métodos como hervir los huevos o cocinarlos al vapor son los más recomendados por los especialistas.
Estas técnicas no solo preservan la mayoría de los nutrientes, sino que también disminuyen el riesgo de infecciones alimentarias, ya que eliminan la posible presencia de patógenos en el alimento. Además, evitan la incorporación de aceites o grasas adicionales, haciéndolos aptos para personas que buscan una dieta baja en grasas o controlar su consumo calórico.
El consumo regular de huevo se asocia con la mejora del perfil lipídico y el aumento del colesterol bueno (Imagen Ilustrativa Infobae)
Como recalca el estudio citado, la clara contiene el 60% de la proteína total del huevo, mientras que la yema aporta la mayoría de las vitaminas y minerales, así como la colina, fundamental para el desarrollo cerebral, especialmente en mujeres embarazadas y niños en crecimiento. Por estas razones, la elección de un método de cocción adecuado resulta determinante para aprovechar las virtudes nutricionales del huevo.
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Cómo afecta la forma de cocinar el huevo en su valor nutricional
El impacto del tipo de cocción va mucho más allá del simple contenido calórico. Freír los huevos, según un análisis en Science Direct, puede llevar a que absorban entre el 64% y el 88% del aceite o manteca utilizada, multiplicando fácilmente la cantidad de grasa presente en la ingesta final.
Aunque los ácidos grasos originales del huevo permanecen estables, la fritura expone el alimento a compuestos oxidativos y, si el aceite es reutilizado o calentado durante largos periodos, pueden generarse sustancias potencialmente nocivas para el organismo.
Freír el huevo incrementa la absorción de grasas y puede generar compuestos nocivos si se reutiliza el aceite (Imagen Ilustrativa Infobae)
Por el contrario, hervir o cocinar al vapor contribuye a conservar los micronutrientes esenciales, como proteínas, colina, vitamina D y folato, fundamentales para diversas funciones fisiológicas, desde la regulación del metabolismo hasta el mantenimiento de los huesos. Además, estos métodos evitan que se añadan calorías indeseadas y ayudan a promover la saciedad, característica ampliamente valorada en regímenes de control de peso.
Para quienes deben disminuir la ingesta de colesterol, se recomienda optar por la clara, que contiene una menor concentración de esta sustancia, mientras aporta una parte importante de las proteínas totales del huevo. Conforme destacan entidades comoMayo Clinic, es clave evitar añadir ingredientes ricos en grasas como manteca, panceta o queso, para no aumentar el perfil calórico del plato. De esta manera, es posible disfrutar de todo el potencial nutricional del huevo con un mínimo de riesgo para la salud cardiovascular.
El huevo cocido ofrece una digestibilidad del 90,9%, frente al 51,3% del huevo crudo, según estudios científicos (Imagen Ilustrativa Infobae)
Cuántos huevos se pueden comer por día
Durante años el consumo de huevo estuvo inmerso en la polémica, principalmente por su presunta relación directa con el aumento del colesterol en sangre. Sin embargo, investigaciones recientes han desmentido este mito. Según la Comisión Internacional del Huevo (IEC) y estudios de la Universidad de Castilla, el huevo, sobre todo la yema, contiene colesterol dietético, pero su impacto en el colesterol sanguíneo resulta ser mucho menor de lo que tradicionalmente se pensaba.
Además, existe evidencia científica que asocia un consumo regular de huevos con la mejora del perfil lipídico, en particular con el aumento de la lipoproteína Apolipoproteína A1, conocida como “colesterol bueno”, lo que contribuye a la protección frente a enfermedades cardiovasculares.
La clara del huevo aporta el 60% de la proteína total, mientras que la yema concentra vitaminas, minerales y colina (Imagen ilustrativa Infobae)
Para la mayoría de las personas sanas, la ingestión de un huevo diario se considera segura y beneficiosa, pues aporta alrededor de seis gramos de proteína de alta calidad, todos los aminoácidos esenciales y nutrientes clave para la salud muscular y metabólica.
Asimismo, expertos de la Universidad de Castilla sostienen que consumir uno o hasta dos huevos al día dentro de una dieta equilibrada no implica riesgos significativos en adultos sin contraindicaciones médicas específicas. Se recomienda adaptar la cantidad conforme a las particularidades individuales, como el estado de salud, la actividad física y el consumo total de grasas saturadas y calorías en la dieta diaria.
El último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud detalló las cifras y la situación a nivel nacional de los casos de coqueluche. Cuáles son las regiones más comprometidas
El incremento de casos de coqueluche, también conocida como tos convulsa, preocupa a las autoridades sanitarias: hay notificaciones en 20 jurisdicciones y una marcada concentración en las regiones Centro y Sur, especialmente en la Provincia de Buenos Aires y en relación con el brote de Tierra del Fuego, según datos del Ministerio de Salud.
En lo que va del año, se han registrado siete fallecimientos, todos en menores de dos años, de acuerdo con el último Boletín Epidemiológico Nacional.
Entre las semanas uno y 47 de 2025 -mediados de noviembre-, se reportaron 5.110 casos sospechosos, de los cuales 688 fueron confirmados, lo que representa una incidencia acumulada de 1,45 casos por cada 100.000 habitantes. Este aumento supera las cifras registradas en el mismo período desde 2020 y se sitúa por encima de los registros de 2023, año en el que la provincia de Salta notificó el mayor número de casos.
El Boletín Epidemiológico Nacional detalla que, de los 688 casos confirmados, 586 contaron con confirmación de laboratorio. En el 81,9% de estos (480 casos) se identificó la bacteria Bordetella pertussis, mientras que dos correspondieron a B. parapertussis y 104 permanecen sin identificación de especie. El patrón de distribución de los casos es heterogéneo, con predominio en ciertas regiones y variaciones notables entre provincias.
“Existen vacunas seguras y efectivas para prevenir la infección por Bordetella pertussis. Sin embargo, se registra a nivel mundial, regional y nacional un descenso progresivo de las coberturas que redunda en una acumulación de personas susceptibles a contraer la enfermedad”, repasaron en el documento.
Para el año 2025, el 69 por ciento de los casos sospechosos de coqueluche notificados en Argentina recibió confirmación de laboratorio (Imagen Ilustrativa Infobae)
“A partir de la semana 27 de 2025 -principios de julio- se registra un nuevo ascenso, inicialmente asociado al brote en Ushuaia (Tierra del Fuego) y al aumento de casos confirmados en la Región Centro, especialmente en la provincia de Buenos Aires. En las últimas semanas el crecimiento continúa en curso, con notificaciones provenientes de múltiples jurisdicciones del país, predominando en las regiones Centro y Sur (particularmente casos relacionados con el brote en Río Grande, Tierra del Fuego)“, escribieron en el Boletín.
La coqueluche, también conocida como tos convulsa o tos ferina, es una enfermedad respiratoria aguda prevenible mediante vacunación, que puede afectar a personas de todas las edades.
Sin embargo, los lactantes y niños pequeños presentan las tasas más elevadas de morbilidad y mortalidad. Los adolescentes y adultos jóvenes pueden cursar la enfermedad de manera leve o atípica, aunque también pueden presentar las manifestaciones clásicas, constituyéndose en una fuente relevante de transmisión hacia los más pequeños.
La importancia de la vacunación
La vacunación se mantiene como la principal herramienta de prevención y protección frente a la coqueluche. El Ministerio de Salud subraya la necesidad de mejorar las coberturas y reducir las desigualdades entre jurisdicciones. Provincias como Tierra del Fuego, La Pampa, Jujuy, Neuquén, Mendoza y San Juan exhiben altas tasas de vacunación, con buen inicio de esquemas y refuerzos sostenidos, lo que se traduce en una menor acumulación de personas susceptibles.
En contraste, Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Formosa, Santa Fe, Corrientes y Misiones presentan coberturas intermedias o bajas, especialmente en los refuerzos administrados a los cinco y once años, donde se observan los valores más críticos. En el caso de las embarazadas, la cobertura también varía considerablemente entre provincias, con algunas alcanzando niveles óptimos y otras manteniéndose en rangos subóptimos.
En Argentina, el esquema de vacunación contempla la administración de la vacuna con componente pertussis a los dos, cuatro, seis, quince a dieciocho meses y a los cinco años. Desde 2009, se incorporó la dosis a los once años para reducir los reservorios en adolescentes. En 2012, se recomendó la vacunación contra la tos convulsa para todas las personas gestantes a partir de la semana veinte de gestación, y en 2013 esta indicación se integró al Calendario Nacional de Vacunación.
El Boletín Epidemiológico Nacional subraya que, aunque la introducción de la vacuna redujo la incidencia global de tos convulsa, la enfermedad persiste especialmente en no vacunados y en quienes no completaron el esquema (Imagen Ilustrativa Infobae)
El objetivo es lograr el pasaje transplacentario de anticuerpos y proteger al lactante durante los primeros meses de vida, disminuyendo así la morbi-mortalidad en este grupo. Las recomendaciones actuales establecen la aplicación de la vacuna dTpa (triple bacteriana acelular) después de la semana veinte de gestación, en cada embarazo, sin importar la edad, antecedentes de vacunación ni el tiempo transcurrido desde el embarazo anterior.
La introducción de las vacunas antipertussis ha permitido reducir la incidencia global de la enfermedad. En este contexto, la vigilancia epidemiológica resulta esencial para evaluar el impacto de la vacunación, monitorear tendencias nacionales, identificar poblaciones en riesgo y orientar estrategias de prevención y control. La coqueluche presenta un patrón cíclico, con picos epidémicos cada tres a cinco años, y su desarrollo clínico se divide en tres fases: catarral, paroxística y de convalecencia. Las formas clínicas pueden variar desde leves hasta graves, especialmente en lactantes menores de seis meses.
Según Mayo Clinic, la tos ferina es una infección de las vías respiratorias altamente contagiosa. En muchas personas, se manifiesta como una tos seca intensa seguida de un sonido agudo al inhalar, similar a un chillido. Antes de la introducción de la vacuna, la tos ferina era considerada una enfermedad propia de la infancia, pero actualmente afecta principalmente a niños que no han completado el esquema de vacunación y a adolescentes y adultos que han perdido la inmunidad.
La consulta médica oportuna es fundamental para abordar el cuadro (Imagen Ilustrativa Infobae)
Las muertes asociadas a la tos ferina son poco frecuentes, aunque ocurren con mayor frecuencia en bebés. Por este motivo Mayo Clinic enfatiza la importancia de que las mujeres embarazadas y quienes estarán en contacto directo con el bebé reciban la vacuna contra la tos ferina. Una vez que se produce el contagio, los signos y síntomas suelen aparecer entre siete y diez días después, aunque en ocasiones pueden demorar más. Inicialmente, los síntomas son leves y se asemejan a los de un resfriado común: moqueo, congestión nasal, ojos enrojecidos y llorosos, fiebre y tos.
Después de una o dos semanas, los síntomas se agravan debido a la acumulación de mucosidad espesa en las vías respiratorias, lo que provoca una tos incontrolable. Los ataques graves y prolongados de tos pueden inducir vómitos, enrojecimiento o coloración azulada del rostro, fatiga extrema y, en ocasiones, terminan con un sonido silbante y chillón al inhalar aire. No obstante, muchas personas no presentan este sonido característico, y en adolescentes o adultos, una tos seca persistente puede ser el único indicio de la enfermedad. En los bebés, la tos puede estar ausente, pero pueden experimentar dificultades respiratorias o incluso pausas temporales en la respiración.
Mayo Clinic recomienda consultar al médico si una persona o su hijo presentan ataques de tos prolongados que provoquen vómitos, cambios de coloración en la piel, dificultad para respirar, pausas notables en la respiración o inhalaciones acompañadas de un sonido chillón.
Profesionales de la salud señalan que ciertos cambios sutiles en el organismo pueden servir como una advertencia temprana de un desbalance en la presión, permitiendo una detección más rápida y una intervención oportuna
La hipertensión arterial es una de las enfermedades crónicas más comunes en la población adulta, y suele asociarse a síntomas ampliamente reconola Institución de Mayo Clinic.
Sin embargo, existe un síntoma que suele pasar desapercibido para muchas personas, aunque puede ser la primera señal clara de un daño en la salud.
El impacto de la presión arterial alta en la retina
Ese síntoma poco conocido, la visión borrosa, puede ser la primera señal de que la hipertensión está causando daño silencioso pero progresivo en el ojo. Esta surge como consecuencia directa del daño que la presión elevada ejerce sobre los finos vasos sanguíneos de la retina, el tejido encargado de captar la luz y convertirla en imágenes para el cerebro.
La visión borrosa en hipertensos puede manifestarse como dificultad para leer, ver detalles o distinguir objetos lejanos (Imagen Ilustrativa Infobae)
Cuando la presión arterial se mantiene en niveles elevados durante un tiempo prolongado, estos diminutos vasos sufren un deterioro progresivo: se estrechan, se endurecen e incluso pueden romperse o filtrar líquido hacia el interior de la retina, reportó la American Academy of Ophthalmology. Este daño interfiere de manera significativa en la capacidad de la retina para enfocar, provocando alteraciones visuales que van desde una ligera falta de nitidez hasta la pérdida severa de la visión.
¿Cómo se manifiesta la visión borrosa por hipertensión?
No todas las personas experimentan la visión borrosa de la misma forma, y en muchos casos su aparición es gradual, lo que retrasa la búsqueda de atención médica.
Algunas personas notan la dificultad para leer o identificar detalles a corta distancia, según reportó la Fundación Española del Corazón. Otras, encuentran complicado distinguir objetos lejanos o sufren una reducción en la claridad visual frente a pantallas o en ambientes de baja iluminación.
Es posible percibir áreas menos nítidas en el campo visual, destellos de luz o la presencia de manchas flotantes que distorsionan la percepción normal de las imágenes.
Síntomas como manchas flotantes, destellos de luz y pérdida de nitidez visual alertan sobre daño retiniano por hipertensión (Imagen Ilustrativa Infobae)
A medida que la presión arterial sigue sin control, pueden aparecer síntomas más severos: pérdida parcial o total de la visión, visión doble, dolores de cabeza persistentes e incluso hinchazón ocular. Estos cambios advierten sobre un compromiso progresivo de la retina y del nervio óptico, tejidos altamente sensibles al entorno metabólico y vascular.
Mecanismos detrás de la visión borrosa hipertensiva
El origen de la visión borrosa está directamente vinculado con el daño estructural que la hipertensión produce en la retina. Cuando los vasos sanguíneos se ven sometidos a una presión superior a la normal, su muro se debilita y aumenta la permeabilidad, permitiendo la filtración de líquidos o sangre hacia los tejidos oculares,reportó el National Eye Institute.
La retinopatía hipertensiva puede derivar en pérdida parcial o total de la visión si no se controla la presión arterial (Imagen Ilustrativa Infobae)
Además, cuando el flujo sanguíneo se altera por el engrosamiento de las paredes arteriales, la retina deja de recibir la cantidad adecuada de oxígeno y nutrientes. Como resultado, se genera un edema macular, pequeñas hemorragias o incluso lesiones en el nervio óptico, todas ellas responsables de la pérdida de definición en la visión.
Uno de los mayores desafíos clínicos es que la visión borrosasuele aparecer de manera silenciosa, y muchas personas se adaptan paulatinamente al descenso de la agudeza visual. Sin embargo, este síntoma no debe ser subestimado. En el paciente hipertenso, la aparición de visión poco clara es una señal objetiva de que la retina está recibiendo un daño evidente y que existe riesgo de pérdida visual permanente.
La coordinación entre oftalmólogo y médico tratante es clave para prevenir daños visuales permanentes por hipertensión (Imagen Ilustrativa Infobae)
Así, cualquier alteración visual en una persona con presión alta debe ser motivo suficiente para consultar con un especialista y descartar la presencia de retinopatía hipertensiva.
Diagnóstico y abordaje multidisciplinar
Ante la queja de visión borrosa en personas con hipertensión, el diagnóstico requiere una evaluación oftalmológica completa. El examen de fondo de ojo mediante oftalmoscopio revela los cambios arteriales, eventuales hemorragias, filtraciones y signos de inflamación, según Mayo Clinic.
El diagnóstico de visión borrosa en hipertensos requiere un examen oftalmológico y pruebas de imagen como la OCT (Imagen Ilustrativa Infobae)
Pruebas de imagen como la tomografía de coherencia óptica (OCT) aportan información valiosa al mostrar el estado de las capas retinianas y detectar acumulaciones de líquido que justifiquen la visión borrosa.
La coordinación entre el oftalmólogo y el médico encargado del tratamiento de la hipertensión es prioritaria, ya que la clave de la recuperación reside en el control eficaz de la presión arterial y en el seguimiento cercano de los cambios visuales.