Como un paso hacia el futuro en el mantenimiento espacial, se presentó Astrobee, una máquina voladora equipada con brazos flexibles inspirados en los tentáculos de un pulpo, desarrollada por la NASA. Cómo funciona y qué tareas puede realizar
La NASA continúa innovando en el ámbito de la robótica espacial con un nuevo avance significativo: la implementación del robot volador libre Astrobee, equipado con brazos flexibles inspirados en los tentáculos de un pulpo.
La encargada de compartir este nuevo desarrollo fue la astronauta Sunnita Williams, una de las dos personas varadas en el espacio, luego de haber volado hasta la Estación Espacial Internacional (EEI) en junio último para probar la nueva cápsula Starliner de Boeing, pero que no pudo regresar en ella por repetidas fallas de seguridad.
Lo cierto es que Williams y su compañero Barry ‘Butch’ Wilmore despegaron el pasado 5 de junio desde Florida (EEUU) a bordo de la Starliner rumbo a la EEI como parte de la misión de prueba Crew Flight Test (CFT), el primer vuelo de Boeing que debía durar 8 días.
Los astronautas Barry ‘Butch’ Wilmore y Sunita ‘Suni’ Williams mientras posan para una foto el 13 de junio de 2024 dentro del vestíbulo entre el puerto delantero del módulo Harmony de la Estación Espacial Internacional y la cápsula Starliner de Boeing. (NASA)
Pero, poco antes de llegar a la estación orbital, la cápsula protagonizó varias fugas de helio y fallos en los sistemas de propulsores que obligaron a extender la duración de la misión. Primero fueron semanas y luego meses. Finalmente, la directiva de la NASA determinó que la nave debía regresar a la Tierra sin tripulación, y que Butch y Suni volverían a bordo de la cápsula Dragon de SpaceX que se usara en la misión Crew-9 en septiembre pasado.
La Starliner partió desde la EEI sin sus dos tripulantes y unas seis horas después aterrizó con éxito en White Sands, en el que fue el cierre de una accidentada misión cuyo objetivo fue la certificación de la cápsula por parte de la NASA para que pueda operar como un servicio de transporte y carga. Cosa que todavía no sucedió.
En las últimas horas, la NASA comunicó que los dos astronautas de la NASA varados no volverán a la Tierra hasta fines de marzo de 2025, debido al retraso del lanzamiento de la próxima misión Crew-10 provocado por la puesta a punto de una nueva nave espacial de SpaceX para dicha misión.
Los astronautas de la NASA Barry ‘Butch’ Wilmore y Sunita ‘Suni’ Williams, deberán esperar hasta marzo para regresar a la Tierra (EFE)
Así, el equipo de la Nasa y SpaceX determinó que la “mejor opción” era lanzar el Crew-10 a fines de marzo, una vez completa la construcción de la nueva nave espacial Dragon, con lo que se lograrían los objetivos de la EEI para 2025.
“La fabricación, el ensamblaje, las pruebas y la integración final de una nueva nave espacial es un esfuerzo minucioso que requiere una gran atención a los detalles”, dijo Steve Stich, gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, sobre el retraso.
Astrobee: un robot multifuncional
El robot Astrobee forma parte de un proyecto desarrollado por la NASA que incluye tres sistemas robóticos con forma de cubo, diseñados para asistir a los astronautas en la EEI.
El robot Astrobee, parte del proyecto de robótica de la NASA, puede realizar diversas tareas como documentar experimentos y realizar inventarios a bordo de la ISS.
Estos robots, que tienen la capacidad de volar libremente, realizan una amplia gama de tareas. Entre sus funciones más destacadas se encuentran la documentación de experimentos, la realización de inventarios, y la navegación autónoma dentro del laboratorio espacial. Una de las ventajas de estos robots es su habilidad para atracar y recargarse sin intervención humana, lo que los convierte en asistentes clave en un entorno tan complejo como la EEI.
A bordo de la estación espacial, la astronauta Suni Williams, comandante de la Expedición 72, se ha convertido en una de las principales figuras en la prueba y demostración de esta nueva tecnología.
En una reciente fotografía compartida por la NASA, Williams aparece posando junto a uno de los robots Astrobee, imitando los movimientos de sus brazos curvos. Estos brazos están diseñados para envolver objetos, lo que abre la puerta a una variedad de aplicaciones.
La NASA está probando un sistema de robots autónomos para realizar tareas de mantenimiento y manejo de objetos en el espacio, mejorando la eficiencia de las misiones espaciales (NASA)
Este experimento no solo destaca la capacidad de los robots para asistir en tareas cotidianas a los astronautas, sino que también abre un abanico de posibilidades para el mantenimiento de satélites y la gestión de desechos espaciales en el futuro.
Una de las características más innovadoras de este experimento es la incorporación de los “brazos de acoplamiento responsivos para cuidado y manejo cautivos” (REACCH), una tecnología que ha sido probada con éxito en uno de los robots Astrobee.
Estos brazos, que se extienden desde el cuerpo del robot, son flexibles y están equipados con almohadillas adhesivas similares a las que poseen los lagartos, lo que les permite adherirse a diversas superficies. Esta capacidad es fundamental para futuras aplicaciones espaciales, ya que podría permitir a las naves espaciales capturar objetos en el espacio, como satélites y escombros, independientemente de su tamaño, forma o material de superficie.
Los astronautass Sunita Williams, Nick Hague, Barry Wilmore, y Donald Pettit se preparan para cenar en la EEI (NASA) .
El equipo de la NASA ha utilizado esta tecnología para realizar una serie de pruebas con el robot Astrobee a bordo de la EEI. Uno de los principales objetivos del experimento ha sido estudiar cómo los brazos flexibles se comportan en el entorno de microgravedad, y cómo estos pueden interactuar con objetos flotantes. La tecnología REACCH también está diseñada para observar la física de las interacciones entre varios objetos en órbita, y evaluar la capacidad del robot para capturar y reubicar objetos en el espacio de forma segura y eficiente.
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan las agencias espaciales es la creciente cantidad de desechos espaciales que orbitan alrededor de la Tierra. Con miles de satélites, partes de cohetes y otros objetos flotando en el espacio, la acumulación de escombros representa un riesgo para las futuras misiones espaciales. El sistema REACCH, con sus brazos de tentáculo, tiene el potencial de revolucionar la forma en que se gestionan estos desechos.
Este enfoque innovador no solo ofrece una solución práctica para la gestión de desechos espaciales, sino que también abre nuevas oportunidades para realizar tareas de mantenimiento que anteriormente solo podían llevarse a cabo de manera costosa y compleja a través de misiones tripuladas o robots más grandes.
El futuro de la robótica espacial
Los robots Astrobee de la NASA, que realizan tareas autónomas en la ISS, son clave en el desarrollo de nuevas tecnologías para la robótica espacial en el futuro cercano. (NASA)
La tecnología REACCH es solo uno de los muchos avances que se están desarrollando para hacer más eficientes las operaciones en el espacio. A medida que los humanos exploran el espacio y establecen bases en la Luna o Marte, las necesidades de soporte y mantenimiento en órbita se vuelven cada vez más esenciales.
Los robots como Astrobee, equipados con tecnologías avanzadas como los brazos flexibles REACCH, podrían ser los futuros asistentes de los astronautas, permitiéndoles centrarse en tareas más complejas y peligrosas mientras los robots manejan el trabajo más repetitivo o peligroso.
La posibilidad de tener robots autónomos que puedan realizar tareas de mantenimiento y reparación sin intervención humana directa también ofrece la ventaja de reducir los riesgos para los astronautas. Además, las misiones espaciales a largo plazo, como las que se planean hacia Marte, se beneficiarán enormemente de la robótica avanzada, ya que estos podrían realizar tareas esenciales sin la necesidad de regresar constantemente a la Tierra.
A pesar de las posibilidades prometedoras, la tecnología REACCH y otros avances en robótica espacial enfrentan varios desafíos. La principal dificultad radica en la capacidad de los robots para operar de manera eficiente en el espacio, donde las condiciones de microgravedad y la falta de atmósfera presentan obstáculos técnicos únicos.
El presidente de Estados Unidos evitó calificar el diálogo como positivo o negativo y no precisó qué asuntos se abordaron ni los alcances del intercambio
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este domingo que habló por teléfono con el dictador venezolano Nicolás Maduro, aunque evitó ofrecer detalles sobre el intercambio.
El anuncio se produjo a bordo del Air Force One, donde el mandatario fue consultado por la prensa acerca de reportes publicados por distintos medios.
“La respuesta es sí”, dijo al confirmar la llamada. Ante preguntas sobre cómo transcurrió la conversación, señaló: “No diría que salió bien ni mal. Fue una llamada telefónica”.
Añadió que se trata de un asunto “muy complicado”, sin ampliar el contenido del diálogo.
La confirmación del contacto ocurre en un contexto de creciente presión por parte de Washington. Según fuentes consultadas , Trump, acompañado por el secretario de Estado Marco Rubio, comunicó a Maduro que Estados Unidos intensificará las acciones militares si no abandona el poder.
El presidente de Estados Unidos evitó calificar el diálogo con el dictador chavista, Nicolás Maduro, como positivo o negativo (REUTERS/Leonardo Fernández Viloria)
Sobre las distintas versiones de la prensa sobre el contenido de la conversación, un vocero negó que Trump y Maduro estén evaluando un encuentro para negociar una transición.
“Es un invento”, afirmó la fuente a Infobae al descartar cualquier tipo de acercamiento bilateral orientado a otorgar margen de maniobra al régimen chavista.
En este escenario, los líderes opositores Edmundo González Urrutia y María Corina Machado esperan que se produzca un cambio definitivo en el poder para asumir una transición democrática y pacífica.
Las recientes declaraciones de Trump también evidencian el endurecimiento de las acciones sobre el dictador chavista.
Durante el intercambio con los periodistas a bordo del avión presidencial, el mandatario estadounidense argumentó que elespacio aéreo venezolano debía considerarse cerrado porque su gobierno no considera al país “amistoso”.
Aseguró que desde allí ingresó al territorio estadounidense un elevado flujo de personas que, según él, provienen de “cárceles, pandillas y redes de narcotráfico”. Cuando se le preguntó si esa advertencia implicaba acciones militares inminentes, respondió: “No interpreten nada”.
Donald Trump confirmó que habló con el dictador venezolano Nicolás Maduro (REUTERS/Anna Rose Layden)
Tras la advertencia de Trump, seis aerolíneas internacionales suspendieron vuelos hacia y desde Venezuela, lo que llevó a la dictadura chavista a revocar sus permisos en represalia y acusarlas de “sumarse a las acciones de terrorismo de Estado promovido por el gobierno de los Estados Unidos”.
Entretanto, el senador republicano Markwayne Mullin confirmó que Washington puso sobre la mesa una oferta de salida para Maduro.
“Le dimos la oportunidad de irse. Le dijimos que podía ir a Rusia o a otro país”, afirmó en una entrevista con CNN, precisando que la administración Trump busca elevar la presión sin planear el despliegue de tropas en territorio venezolano.
Mullin, miembro del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, subrayó que el objetivo del gobierno es “proteger nuestras propias costas”.
Estas gestiones diplomáticas se desarrollan en medio de un amplio operativo estadounidense cerca de Venezuela.
Trump advirtió esta semana que los esfuerzos para frenar el narcotráfico venezolano “por tierra” comenzarían “muy pronto”.
Trump advirtió esta semana que los esfuerzos para frenar el narcotráfico venezolano “por tierra” comenzarían “muy pronto” (REUTERS)
Diversos sitios de rastreo de aeronaves han registrado una actividad constante de aviones de combate estadounidenses apenas a unas decenas de kilómetros de las costas venezolanas en los últimos días. Países vecinos como República Dominicana autorizaron a Estados Unidos el uso de infraestructuras aeroportuarias, mientras Trinidad y Tobago albergó ejercicios recientes del Cuerpo de Marines estadounidense.
El refuerzo militar incluye mayor presencia de escuadrones y ataques selectivos a embarcaciones en el Caribe y el Pacífico oriental, medidas que Washington justifica como parte de la lucha contra el tráfico de drogas que, según sus informes, coordina el régimen venezolano.
Un despliegue militar sin precedentes en el Caribe intensifica la presión internacional sobre el régimen de Maduro, mientras la oposición busca sumar apoyo interno y externo para propiciar la transición en Venezuela
“Necesitamos reunir todas nuestras fuerzas para lograr un golpe capaz de variar la suerte del país”. Lo escribió Simón Bolívar en 1823, en una carta desde Guayaquil dirigida al general Antonio José de Sucre, en plena expedición colombiana al Perú.
Pero, aceptadas las licencias históricas, podría ser una cita del “Manifiesto de Libertad” que estos días ha lanzado María Corina Machado, en plena ofensiva contra el régimen de Maduro.
“El pueblo se alzará desde esta oscura era de opresión con una sola misión: la libertad”, asegura en su proclama al pueblo venezolano, después de haber pedido al Ejército que acompañe la transición pacífica: “Se parte del futuro luminoso de Venezuela y no de la ruina que la tiranía destruyó”.
En el remate final, una afirmación epifánica: “Lo que va a pasar ya está pasando. Esa hora decisiva es inminente”.
¿Es así, tal como asegura la líder venezolana? ¿Lo que va a pasar ya está pasando, y la hora decisiva es inminente? Ciertamente, el presente continuo es indiscutible, porque los acontecimientos se están precipitando a un ritmo extraordinario. Pero que ello implique una hora decisiva e inminente, es decir, un momento histórico, es una afirmación tan entusiasta como precipitada.
María Corina Machado publicó el Manifiesto de Libertad
Son tantas las variables que están interfiriendo en la cuestión venezolana, que solo es seguro afirmar dos cosas: una, que ha llegado la hora de Venezuela; y dos, que la rueda que ha empezado a girar ya no puede pararse. Sin embargo, confirmado el movimiento, cualquier análisis que intente descifrar qué dirección tomará, entra en el terreno de la especulación.
Los hechos son claros: Venezuela sufre un régimen criminal asentado en estructuras del narco, infiltrado por la inteligencia cubana, apoyado por Irán y Rusia y gobernado por un poder autárquico y represivo que ha destruido a tal nivel los recursos del país, que su colapso no tiene parangón en la historia reciente de Latinoamérica. Más de un millar de presos políticos, una represión sistémica, una destrucción masiva de la actividad económica, y la perversa impunidad de mantenerse en el poder robando literalmente las elecciones.
A ello cabe añadir la nefasta influencia en todo el eje bolivariano, la exportación de sus estructuras narco en países cercanos, y su capacidad de mimetismo en los entornos vecinos, con Colombia como preocupación urgente.
Si el régimen de Maduro cae, Cuba es insostenible, no en vano sobrevive gracias a la vampirización que perpetra de los recursos venezolanos, y con ella tampoco se mantiene el régimen de Nicaragua. Pero, sobre todo, como avisa la oposición colombiana, la caída de Maduro frenará la bolivarización que Petro lidera en Colombia.
Los dictadores de Cuba y Venezuela: Miguel Díaz-Canel y Nicolás Maduro (REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria)
En definitiva, la caída del régimen es necesaria a todos los niveles: para acabar con la brutal represión que sufre el pueblo venezolano; para luchar contra el crecimiento ingente del narco; para sanear la economía del país y de toda la región; y, en definitiva, para convertir el hub criminal que ahora es Venezuela, en un hub económico y energético que dinamice toda la región.
Pero, con los hechos claros, la cuestión es cómo se consigue que caiga el régimen, y a pesar de que el ruido militar en el Caribe pudiera sugerir que solo hay una posibilidad, lo cierto es que hay cuatro opciones para la caída de Maduro: la intervención militar exterior; la intervención militar interior; la sublevación militar interior, combinada con una insurrección interior; y un pacto con el régimen para una transición pacífica.
Cabría imaginar una quinta, la opción del mantenimiento del régimen, pero ello, a estas alturas, es altamente improbable. La maquinaria política y militar que se ha puesto en marcha es enorme, el momento es oportuno y la degradación del régimen ha entrado en barrena. Además, es impensable que la administración Trump deje inconcluso el proceso que ha iniciado.
Donald Trump prevé hablar con Nicolás Maduro (REUTERS/Anna Rose Layden)
Primera opción, la intervención americana. De momento, Estados Unidos ha desplegado el 20% de su fuerza naval en el Caribe. Los datos son estridentes: el poderoso USS Gerald R. Ford, miles de marines desplegados, los caza F-35 y los destructores afincados en la base Roosevelt Roads de Puerto Rico, los paseos de los aviones de guerra por los cielos de Curazao, el imponente avión de ataque AC-130J Ghostrider, maniobrando con dos otros aviones de guerra en El Salvador, y para rematar, los viajes del jefe del estado mayor americano, el general Dan Caine, por Puerto Rico y ahora en Trinidad y Tobago.
Es evidente que se trata de un despliegue imponente -el más grande en América Latina desde la invasión de Panamá-, con un poder amenazador indiscutible. Pero, ¿su función es intervenir, asustar, u obligar a pactar? O todo a la vez, que también es posible.
Si fuera el caso, no es imaginable una intervención terrestre, que podría convertir a Venezuela en un nuevo Vietnam. Pero, sin infantería, Estados Unidos podría planificar una intervención con drones y mísiles contra sectores estratégicos, como el Puerto Cabello, el más importante, y clave en el tránsito de drogas.
La guerra sería, sin ninguna duda, asimétrica y probablemente tan rápida como lo fue la intervención en Irán, pero sería un terremoto cuyas réplicas llegarían a Rusia. Además, Trump no es un belicista, sino un negociador, un pactista, y cabe imaginar que esta opción será la última y, si es el caso, combinada con la opción interior.
El portaaviones USS Gerald R. Ford (AP foto/John Clark)
La segunda opción cabalga con la tercera, no en vano parece improbable una sublevación militar contra el régimen, a pesar de la alta deserción que sufre el ejército venezolano. Pero también es alta la corrupción de sus dirigentes, y su implicación con el Cártel de los Soles (llamado así precisamente por la insignia del sol que lleva el ejército en el uniforme), que acaba de entrar en la lista OTE norteamericana de organizaciones terroristas.
En cambio, no es tan improbable que, si se consigue una insurrección general ciudadana, auspiciada por el movimiento de María Corina Machado -que ya demostró su enorme fuerza popular con la masiva abstención en los últimos comicios-, se produzca también el apoyo de parte del ejército. Con ello cuenta la oposición, como también debe contar con la ingente presencia de miembros de la CIA en el país.
Pero esa posibilidad necesitaría de la intervención americana en sectores estratégicos, para garantizar el éxito, y es por ello, probablemente, que se ha producido el gran despliegue militar americano. Como decía Philip Gunson, experto del International Crisis Group, “si la presión no funciona, y no hay respuesta militar de Estados Unidos, la flota debería irse sin haber completado su misión, y eso tendría un precio político enorme”.
La recompensa millonaria de Estados Unidos por la captura de Nicolás Maduro
Finalmente, la cuarta, en línea con “la presión” de la que habla Gunson: el pacto para una transición pacífica. No hay duda de que sería la opción deseable, y si es cierto que Trump está dispuesto a hablar con Maduro, según ha publicado el portal Axios y él mismo ha ratificado, la vía de la negociación podría abrirse. Y una negociación con la oposición a punto de calle y con el poderío militar americano a las puertas, podría tener más visos de tener resultados. Ello si finalmente ocurre, lo cual es tan posible, como improbable.
“Lo que va a pasar, está pasando”, decía Corina, y sin duda está pasando de todo. Pero la situación es muy inflamable y de muy difícil pronóstico. Solo cabe esperar que los acontecimientos se precipiten en la dirección de un futuro libre para Venezuela. También para ello, se puede rememorar a Bolívar cuando decía que era el hombre de las mil dificultades. Las venció a todos. Su memoria acoge la esperanza.
El veredicto contra Ali, declarado culpable del homicidio de Rachel Castillo y de violar sus restos tras exhumarlo, conmociona a la sociedad estadounidense y marca un precedente en la lucha contra la violencia de género
Zarbab Ali, de 28 años, fue declarado culpable por el tribunal del condado de Ventura, en California, del asesinato de su exesposa, Rachel Castillo.
El caso generó profunda conmoción en Estados Unidos por el nivel de violencia y la ausencia de remordimiento mostrada por Ali durante el proceso judicial. Los hechos ocurrieron el 10 de noviembre de 2022, cuando Ali ingresó ilegalmente al departamento de Castillo en Simi Valley, donde la atacó por sorpresa y la apuñaló en repetidas ocasiones.
“Abrí el cuchillo y la apuñalé. Ella intentó huir y defenderse, pero la alcancé”, declaró Ali ante el tribunal, según Paris Match y Ventura County Star.
Ali relató que planeó el crimen durante meses, impulsado por celos y el resentimiento tras la separación y el pago de la pensión alimenticia. La noche del asesinato dejó a sus dos hijas, de 2 y 5 años, al cuidado de sus padres, anticipando que no podría responsabilizarse de ellas después del crimen. “La quería muerta… Me enfurecía que no me dejara pasar página”, explicó en la audiencia.
El juicio se llevó a cabo en la Corte Superior del condado de Ventura, donde el acusado relató con frialdad y detalle cómo ideó y ejecutó el crimen (Ventura County District Attorney’s Office)
Detalles del caso y confesión del acusado
Después de asesinar a Castillo, Ali envolvió el cuerpo en una manta e intentó limpiar el lugar antes de trasladarlo a una zona remota de Antelope Valley.
Allí, la enterró en una tumba poco profunda. Sin embargo, la violencia no terminó. Horas después, cerca de las dos de la madrugada, regresó al sitio, exhumó el cadáver y lo violó. En su confesión policial, que fue proyectada en la sala, afirmó: “Solo para confirmar que soy un monstruo, la violé. Si no hubiera asumido mi naturaleza monstruosa, ella habría muerto inútilmente”. Tras esa acción, volvió a enterrar el cuerpo.
La desaparición de Castillo fue reportada el 10 de noviembre, luego de que su hermana encontrara una gran cantidad de sangre en el apartamento y observara que tanto el teléfono, las llaves como el coche de Rachel seguían allí.
El 13 de noviembre, el cuerpo fue hallado en Antelope Valley por las autoridades. Ali fue arrestado el 14 de noviembre y, tras varias declaraciones, confesó de manera detallada sus actos. Los investigadores y la fiscalía presentaron pruebas contundentes que llevaron al veredicto de culpabilidad.
Zarbab Ali fue arrestado el 14 de noviembre de 2022, apenas un día después de que la policía hallara el cuerpo enterrado de Rachel Castillo en una zona desértica del Antelope Valley (Ventura County District Attorney’s Office)
Impacto en la familia y próxima sentencia
El fiscal David Russell destacó el sufrimiento de los familiares de Rachel: “Nuestros pensamientos están con la familia de Rachel, que ha soportado un dolor inimaginable desde el día en que se la arrebataron”. Russell subrayó que esta condena “asegura que el acusado pase el resto de su vida en prisión y que la comunidad quede protegida de él para siempre”.
Tras el fallo, los familiares de Castillo, entre ellos su tía Renee Redding, expresaron alivio por el veredicto, a la vez que desmintieron los argumentos de Ali sobre una supuesta vida sexual promiscua de la víctima.
“Era una estudiante brillante de máster, no una adicta ni una ninfómana”, declaró Redding al Ventura County Star.
Los allegados de Rachel Castillo enfrentan la imposibilidad de reparar la pérdida, mientras esperan que la condena definitiva brinde algo de justicia el próximo 12 de enero (Familia Castillo)
Castillo, madre de dos hijas pequeñas, cursaba un máster en psicología clínica en la Universidad Pepperdine y aspiraba a ser terapeuta.
Ali fue condenado por homicidio en primer grado, exhumación de cadáver y violación de restos humanos. La sentencia definitiva se dará a conocer el 12 de enero de 2026.
La crudeza de los hechos, la planificación y la total falta de arrepentimiento de Ali convirtieron este caso en uno de los más estremecedores del estado. El recuerdo de Rachel Castillo permanece vivo entre sus seres queridos, quienes destacan el vacío profundo que deja en la vida de sus hijas y familiares.