Salud
Cuando dormir no es suficiente: qué es la hipersomnia idiopática
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12 meses atráson
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Este trastorno neurológico raro provoca somnolencia extrema durante el día, incluso tras haber alcanzado las horas recomendadas de sueño. Cuáles son sus síntomas y cómo se diagnostica esta condición, según expertos consultados.
Para quienes padecen hipersomnia idiopática, despertar no siempre significa iniciar el día. A pesar de haber dormido toda la noche, la sensación de cansancio extremo domina las horas diurnas, una situación que dificulta hasta las actividades más simples. Este trastorno neurológico del sueño, poco frecuente pero que puede ser profundamente incapacitante, se manifiesta con una somnolencia excesiva que no cede ni con largos períodos de descanso nocturno. De qué se trata, cuáles son sus síntomas y cómo se diagnostica, según expertos consultados por Infobae
La necesidad de sueño puede irrumpir en cualquier momento, incluso en actividades peligrosas como conducir, aumentando significativamente el riesgo de accidentes. Asimismo, aunque la hipersomnia idiopática puede aparecer a cualquier edad, los casos más frecuentes se observan entre los 10 y los 30 años, y afecta más a las mujeres que a los hombres.

¿Qué es la hipersomnia idiopática?
“La hipersomnia significa una excesiva somnolencia en momentos en los que una persona debería estar despierta. En el caso de la hipersomnia idiopática, como su nombre indica, se trata de una somnolencia excesiva sin una causa neurofisiológica demostrable. Esto la diferencia de otras hipersomnias de origen central, como la narcolepsia”, afirmó en diálogo con Infobae la doctora Stella Valiensi (MN 94777), neuróloga especialista en Medicina del Sueño en el Hospital Italiano y presidenta de la Asociación Argentina de Medicina del Sueño (AMSUE).
“Hay una gran cantidad de trastornos del sueño que se clasifican en insomnios, trastornos respiratorios del sueño, trastornos del ritmo circadiano, parasomnias, trastornos de movimientos durante el sueño e hipersomnias. Éstas últimas se caracterizan por un sueño excesivo, persistente e involuntario, siendo que la hipersomnia idiopática pertenece a este grupo”, comentó a Infobae el doctor Agustín Folgueira, médico especialista en Neurología y Medicina del Sueño del Hospital Italiano de Buenos Aires y miembro de la Asociación Argentina de Medicina del Sueño.

En ese sentido, el experto destacó que “el trastorno del sueño más frecuente es el insomnio, que, a diferencia de la hipersomnia, se caracteriza por una dificultad para conciliar o mantener el sueño, a pesar de contar con buenas condiciones para lograrlo. Asimismo, otro trastorno muy común son las apneas del sueño, que también presentan somnolencia excesiva, pero suelen incluir ronquidos y pausas en la respiración en pacientes, frecuentemente con sobrepeso”, es por eso que para su diagnóstico “en general, es necesario descartar trastornos respiratorios del sueño (como las apneas del sueño), trastornos psiquiátricos como la depresión o el trastorno bipolar, fatiga crónica, alteraciones del ritmo circadiano o sueño insuficiente (dormir menos de lo que el cuerpo necesita por obligaciones sociales)”.
Según el estudio publicado en Sleep Advances, “esta condición comparte síntomas con otros trastornos del sueño, como la narcolepsia tipo 2, pero se distingue por la ausencia de cataplejía (pérdida súbita del control muscular, comparable a un apagón momentáneo del cuerpo mientras se está consciente) y alucinaciones hipnagógicas (percepciones irreales al quedarse dormido o al despertar, como sueños vívidos que parecen reales), así como por un sueño nocturno prolongado sin interrupciones significativas”.
Lo cierto es que este fenómeno provoca que quienes lo padecen sientan una necesidad constante de descansar, aunque las siestas no aporten sensación de recuperación. Según Mayo Clinic, uno de los rasgos distintivos de este trastorno es la inercia del sueño, una dificultad extrema para despertar que suele acompañarse de confusión y torpeza. Y su impacto trasciende el cansancio físico. Según el estudio publicado en Sleep Advances, afecta profundamente la calidad de vida, abarcando desde la esfera emocional hasta la funcionalidad cognitiva, con dificultades que van de problemas de atención hasta incapacidad para realizar actividades diarias.

En ese tono, el trabajo asegura, además, que la hipersomnia idiopática aparece con mayor frecuencia entre los 10 y los 30 años, siendo más común en mujeres que en hombres. Las tasas de prevalencia, por su parte, oscilan entre 2 y 10 casos por cada 100.000 habitantes, dependiendo de los criterios diagnósticos aplicados, siendo que los científicos aseguran que existen dificultades para identificar correctamente esta condición, con lo cual se advierten subdiagnósticos y errores en su clasificación.
De causas a síntomas: cómo se identifica a la hipersomnia idiopática
Hasta el momento, la causa de la hipersomnia idiopática no se comprende en su totalidad. Sin embargo, este reciente estudio afirma que esta condición es considerada un trastorno de exclusión, ya que su diagnóstico depende de descartar otros trastornos del sueño.

“Lo más frecuente es diferenciarla de la narcolepsia, ya que en ese caso las siestas son cortas y reparadoras; muchas veces duran 10 minutos, y el paciente se levanta con toda la energía. Además, en los estudios, como el test de latencias múltiples, en las narcolepsias de tipo 1 y 2, se demuestra que el sueño REM comienza mucho antes de lo normal y, durante las siestas, presentan dos o más episodios de sueño REM. En cambio, en la hipersomnia idiopática, el inicio del sueño REM es normal. Sólo pueden presentar un episodio REM o ninguno, pero el promedio de latencia para iniciar el sueño es de 8 minutos o menos”, destacó Valiensi.
Y continuó: “En estos estudios, se constata que duermen prácticamente en todas las siestas, pero es difícil encontrar sueño REM. Además, a diferencia de la narcolepsia, suelen haber dormido muchas horas la noche previa. En la hipersomnia idiopática, los síntomas desaparecen con el tiempo en hasta el 50% de los pacientes”.
“El síntoma principal es la somnolencia excesiva diurna, que no mejora con un mayor tiempo de sueño. Los pacientes suelen tener dificultades para despertarse, especialmente por la mañana, y experimentan una sensación de confusión o letargo, conocida como ‘borrachera del sueño’. Aunque necesiten siestas largas durante el día, estas no son reparadoras, lo que refuerza la sensación de cansancio constante”, destacó Folgueira.

Y agregó: “Es importante descartar otras causas que puedan explicar la somnolencia diurna excesiva, como trastornos del ritmo circadiano, enfermedades metabólicas como el hipotiroidismo, o condiciones neurológicas relacionadas con lesiones, infecciones o enfermedades degenerativas. También debemos considerar factores psiquiátricos, el consumo de sustancias o medicamentos que pueden generar sedación”.
Desde Mayo Clinic afirmaron que factores externos, como episodios de estrés agudo o infecciones, podrían influir en la aparición o agravamiento de los síntomas. Asimismo, resaltaron que, además de la somnolencia diurna excesiva, las siestas prolongadas no reparadoras y la dificultad para despertarse, esta condición a menudo es acompañada de confusión, irritabilidad y problemas de coordinación. Estas alteraciones, descritas por los pacientes como episodios de “niebla mental”, afectan funciones cognitivas como la atención, la memoria y el pensamiento lógico, impactando en el rendimiento laboral y académico.
En algunos casos, las personas también experimentan comportamientos automáticos, como realizar actividades cotidianas sin plena conciencia. Según Mayo Clinic, este trastorno no solo afecta la salud física, sino también el bienestar emocional, ya que la constante somnolencia y la incomprensión social pueden derivar en ansiedad, depresión e incluso aislamiento social, disminuyendo significativamente la calidad de vida.
Cómo se diagnostica la hipersonmia idiopática

Lo cierto es que se llega al diagnóstico de esta condición tras descartar otros trastornos, según advierten los expertos. Es por eso que aseguran que depende de una evaluación cuidadosa y de pruebas específicas.
En palabras de la doctora Valiensi, “el interrogatorio es fundamental, donde la somnolencia excesiva diurna en los últimos meses es lo típico. Duermen muchas horas y sienten que no pueden despertarse, es una de las formas de presentación. Pero el diagnóstico diferencial, como se dijo antes, es con narcolepsia, entonces es importante hacer estudios de sueño, como polisomnografía pero no de 6 o más horas, sino de 11 o más horas (estudio realizado en pocos centros en Argentina), al igual que el test de múltiple latencia de inicio de sueño, donde, como se dijo antes, no deberían presentar 2 sueños REM, pero la latencia promedio es de 8 minutos o menos”.
Asimismo, la experta advirtió que “también hay que diferenciarla de otros trastornos como alteraciones del ritmo circadiano, alteraciones endócrinas, por ejemplo, hipotiroidismo, o trastornos neurológicos como lesiones por accidente cerebrovascular, lesiones asociadas a tumores, lesiones por infecciones del sistema nervioso o por enfermedades neurodegenerativas, como Alzheimer y Parkinson, trastornos psiquiátricos, o el uso de drogas o medicamentos sedantes, lo cual es mucho más frecuente de lo que se piensa”.

“La sospecha y el diagnóstico son clínicos”, destacó Folgueira. Y continuó: “Se estudia mediante una polisomnografía nocturna con oximetría, que evalúa la estructura y calidad del sueño durante la noche para descartar otros diagnósticos diferenciales. Esto es seguido por un test de latencias múltiples de sueño, que analiza la estructura del sueño durante las siestas”. De acuerdo con el experto, “también se utiliza la actigrafía, un sensor de pulsera que se lleva durante una semana para analizar el sueño. Este dispositivo, similar a un reloj inteligente, permite un análisis más profundo de los datos”.
En ese sentido, el doctor Daniel Pérez Chada (MN 47.085), presidente de la Fundación Argentina del Sueño, había explicado a Infobae que “la polisomnografía es un estudio que se utiliza para confirmar diagnósticos específicos relacionados con trastornos del sueño. Este análisis evalúa las distintas etapas del sueño y la actividad cardiorrespiratoria durante estas etapas”. Realizado en un laboratorio del sueño, este análisis mide parámetros como la actividad electroencefalográfica, los movimientos oculares, la respiración y la función cardíaca mientras el paciente duerme, con lo cual brinda una visión integral del descanso nocturno.
En palabras de los expertos, debido a la ausencia de marcadores biológicos específicos y la similitud de sus síntomas con otros trastornos del sueño, su diagnóstico implica evaluaciones clínicas detalladas, pruebas específicas del sueño y la exclusión de causas secundarias de somnolencia. En ese sentido, a modo de resumen, desde Mayo Clinic indicaron que las pruebas estándar para el diagnóstico incluyen la polisomnografía nocturna y el test de latencias múltiples del sueño, que mide la rapidez para conciliar el sueño y los patrones de descanso durante varias siestas diurnas.

“Todos los cuadros deben ser analizados por médicos expertos en medicina del sueño, teniendo en cuenta parámetros clínicos y de laboratorio. Es fundamental descartar condiciones como anemia, déficit de hierro, deficiencia de vitaminas, trastornos renales, hiperamoniemia, problemas endócrinos como hipotiroidismo o la presencia de anticuerpos antitiroideos, entre otros. Además, siempre es importante consultar sobre la medicación que esté tomando el paciente”, recalcó Valiensi. Y completó: “Es necesario recordar que, por definición, los cuadros de hipersomnia idiopática deben tener una duración de tres meses o más. Por eso, antes de llegar a un diagnóstico, deben haberse realizado estudios de laboratorio sanguíneo y análisis específicos en laboratorios de medicina del sueño”.
Cómo puede tratarse la hipersomnia idiopática
Debido a que no existe una cura conocida para este trastorno, Mayo Clinic advierte que el tratamiento de la hipersomnia idiopática se enfoca en aliviar los síntomas. Por ese motivo, se centran en medicamentos estimulantes, como el modafinilo, que suelen recetarse para ayudar a los pacientes a mantenerse despiertos durante el día. Sin embargo, estos fármacos no están exentos de efectos secundarios. Además, se recomiendan medidas no farmacológicas, como mantener un horario regular de sueño y evitar el consumo de alcohol y sustancias que puedan alterar el descanso.
“En el tratamiento de la hipersomnia idiopática, existen medicamentos que mejoran el nivel de alerta, llamados estimulantes, como el modafinilo o el metilfenidato, los cuales deben ser recetados por un médico acreditado en medicina del sueño. Recientemente, han surgido nuevos fármacos, conocidos como antagonistas o agonistas inversos de los receptores H3 de la histamina”, explicó Folgueira.

Asimismo, en el manejo de los síntomas, los hábitos de sueño juegan un papel fundamental. “Planificar siestas es muy importante en estos casos, aunque sean largas y no resulten reparadoras. Indicar siestas terapéuticas puede ser una opción en el manejo de la hipersomnia idiopática. Además, es fundamental diferenciar la inercia del sueño de los síntomas depresivos, ya que esta distinción influye directamente en la elección del tratamiento farmacológico adecuado”, señaló la doctora Valiensi.
Además, los especialistas recomiendan cambios en el estilo de vida como parte del manejo integral del trastorno. “Dado que las causas de la hipersomnia idiopática son desconocidas, el tratamiento se centra en aliviar el síntoma de somnolencia”, recalcó Folgueira. Y destacó la importancia de mantener una adecuada higiene del sueño, siguiendo estos pasos:
- Respetar horarios regulares de sueño.
- Tomar cafeína o medicamentos recetados para mantenerse alerta y activo.
- Evitar conducir si se siente somnoliento.
- Evitar medicamentos que puedan afectar el sueño y generar más somnolencia.
- Evitar el alcohol.
- Descartar otros trastornos del sueño.
- Evaluar y descartar condiciones médicas o psiquiátricas que puedan generar somnolencia.
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Salud
Cómo influye la cocción del huevo en su valor nutricional
Publicado
15 horas atráson
2 diciembre, 2025Por
Admin
Optar por técnicas suaves y evitar aceites facilita la digestión, promueve el adecuado uso de micronutrientes y contribuye a una alimentación enfocada en el bienestar general
La capacidad del huevo para adaptarse a distintas formas de preparación lo convirtió en uno de los pilares de la alimentación mundial. No obstante, el modo en que se cocina puede modificar de manera significativa el aporte de proteínas, vitaminas y minerales. Desde la seguridad alimentaria hasta el impacto en la biodisponibilidad de nutrientes esenciales, el proceso de cocción va mucho más allá del simple cambio de textura y sabor.
Cuál es la forma más saludable de comer huevo

No obstante, exponer el huevo a temperaturas excesivas puede reducir la presencia de antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, dos compuestos esenciales para la salud ocular y especialmente sensibles al calor. Por ello, los métodos como hervir los huevos o cocinarlos al vapor son los más recomendados por los especialistas.
Estas técnicas no solo preservan la mayoría de los nutrientes, sino que también disminuyen el riesgo de infecciones alimentarias, ya que eliminan la posible presencia de patógenos en el alimento. Además, evitan la incorporación de aceites o grasas adicionales, haciéndolos aptos para personas que buscan una dieta baja en grasas o controlar su consumo calórico.

Como recalca el estudio citado, la clara contiene el 60% de la proteína total del huevo, mientras que la yema aporta la mayoría de las vitaminas y minerales, así como la colina, fundamental para el desarrollo cerebral, especialmente en mujeres embarazadas y niños en crecimiento. Por estas razones, la elección de un método de cocción adecuado resulta determinante para aprovechar las virtudes nutricionales del huevo.

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Cómo afecta la forma de cocinar el huevo en su valor nutricional
El impacto del tipo de cocción va mucho más allá del simple contenido calórico. Freír los huevos, según un análisis en Science Direct, puede llevar a que absorban entre el 64% y el 88% del aceite o manteca utilizada, multiplicando fácilmente la cantidad de grasa presente en la ingesta final.
Aunque los ácidos grasos originales del huevo permanecen estables, la fritura expone el alimento a compuestos oxidativos y, si el aceite es reutilizado o calentado durante largos periodos, pueden generarse sustancias potencialmente nocivas para el organismo.

Por el contrario, hervir o cocinar al vapor contribuye a conservar los micronutrientes esenciales, como proteínas, colina, vitamina D y folato, fundamentales para diversas funciones fisiológicas, desde la regulación del metabolismo hasta el mantenimiento de los huesos. Además, estos métodos evitan que se añadan calorías indeseadas y ayudan a promover la saciedad, característica ampliamente valorada en regímenes de control de peso.
Para quienes deben disminuir la ingesta de colesterol, se recomienda optar por la clara, que contiene una menor concentración de esta sustancia, mientras aporta una parte importante de las proteínas totales del huevo. Conforme destacan entidades como Mayo Clinic, es clave evitar añadir ingredientes ricos en grasas como manteca, panceta o queso, para no aumentar el perfil calórico del plato. De esta manera, es posible disfrutar de todo el potencial nutricional del huevo con un mínimo de riesgo para la salud cardiovascular.

Cuántos huevos se pueden comer por día
Durante años el consumo de huevo estuvo inmerso en la polémica, principalmente por su presunta relación directa con el aumento del colesterol en sangre. Sin embargo, investigaciones recientes han desmentido este mito. Según la Comisión Internacional del Huevo (IEC) y estudios de la Universidad de Castilla, el huevo, sobre todo la yema, contiene colesterol dietético, pero su impacto en el colesterol sanguíneo resulta ser mucho menor de lo que tradicionalmente se pensaba.
Además, existe evidencia científica que asocia un consumo regular de huevos con la mejora del perfil lipídico, en particular con el aumento de la lipoproteína Apolipoproteína A1, conocida como “colesterol bueno”, lo que contribuye a la protección frente a enfermedades cardiovasculares.

Para la mayoría de las personas sanas, la ingestión de un huevo diario se considera segura y beneficiosa, pues aporta alrededor de seis gramos de proteína de alta calidad, todos los aminoácidos esenciales y nutrientes clave para la salud muscular y metabólica.
Asimismo, expertos de la Universidad de Castilla sostienen que consumir uno o hasta dos huevos al día dentro de una dieta equilibrada no implica riesgos significativos en adultos sin contraindicaciones médicas específicas. Se recomienda adaptar la cantidad conforme a las particularidades individuales, como el estado de salud, la actividad física y el consumo total de grasas saturadas y calorías en la dieta diaria.
Salud
Tos convulsa en Argentina: confirmaron la muerte de siete niños y remarcaron la importancia de la vacunación
Publicado
15 horas atráson
2 diciembre, 2025Por
Admin
El último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud detalló las cifras y la situación a nivel nacional de los casos de coqueluche. Cuáles son las regiones más comprometidas
El incremento de casos de coqueluche, también conocida como tos convulsa, preocupa a las autoridades sanitarias: hay notificaciones en 20 jurisdicciones y una marcada concentración en las regiones Centro y Sur, especialmente en la Provincia de Buenos Aires y en relación con el brote de Tierra del Fuego, según datos del Ministerio de Salud.
Entre las semanas uno y 47 de 2025 -mediados de noviembre-, se reportaron 5.110 casos sospechosos, de los cuales 688 fueron confirmados, lo que representa una incidencia acumulada de 1,45 casos por cada 100.000 habitantes. Este aumento supera las cifras registradas en el mismo período desde 2020 y se sitúa por encima de los registros de 2023, año en el que la provincia de Salta notificó el mayor número de casos.
“Existen vacunas seguras y efectivas para prevenir la infección por Bordetella pertussis. Sin embargo, se registra a nivel mundial, regional y nacional un descenso progresivo de las coberturas que redunda en una acumulación de personas susceptibles a contraer la enfermedad”, repasaron en el documento.

“A partir de la semana 27 de 2025 -principios de julio- se registra un nuevo ascenso, inicialmente asociado al brote en Ushuaia (Tierra del Fuego) y al aumento de casos confirmados en la Región Centro, especialmente en la provincia de Buenos Aires. En las últimas semanas el crecimiento continúa en curso, con notificaciones provenientes de múltiples jurisdicciones del país, predominando en las regiones Centro y Sur (particularmente casos relacionados con el brote en Río Grande, Tierra del Fuego)“, escribieron en el Boletín.
La coqueluche, también conocida como tos convulsa o tos ferina, es una enfermedad respiratoria aguda prevenible mediante vacunación, que puede afectar a personas de todas las edades.
Sin embargo, los lactantes y niños pequeños presentan las tasas más elevadas de morbilidad y mortalidad. Los adolescentes y adultos jóvenes pueden cursar la enfermedad de manera leve o atípica, aunque también pueden presentar las manifestaciones clásicas, constituyéndose en una fuente relevante de transmisión hacia los más pequeños.
La importancia de la vacunación
La vacunación se mantiene como la principal herramienta de prevención y protección frente a la coqueluche. El Ministerio de Salud subraya la necesidad de mejorar las coberturas y reducir las desigualdades entre jurisdicciones. Provincias como Tierra del Fuego, La Pampa, Jujuy, Neuquén, Mendoza y San Juan exhiben altas tasas de vacunación, con buen inicio de esquemas y refuerzos sostenidos, lo que se traduce en una menor acumulación de personas susceptibles.
En contraste, Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Formosa, Santa Fe, Corrientes y Misiones presentan coberturas intermedias o bajas, especialmente en los refuerzos administrados a los cinco y once años, donde se observan los valores más críticos. En el caso de las embarazadas, la cobertura también varía considerablemente entre provincias, con algunas alcanzando niveles óptimos y otras manteniéndose en rangos subóptimos.
En Argentina, el esquema de vacunación contempla la administración de la vacuna con componente pertussis a los dos, cuatro, seis, quince a dieciocho meses y a los cinco años. Desde 2009, se incorporó la dosis a los once años para reducir los reservorios en adolescentes. En 2012, se recomendó la vacunación contra la tos convulsa para todas las personas gestantes a partir de la semana veinte de gestación, y en 2013 esta indicación se integró al Calendario Nacional de Vacunación.

El objetivo es lograr el pasaje transplacentario de anticuerpos y proteger al lactante durante los primeros meses de vida, disminuyendo así la morbi-mortalidad en este grupo. Las recomendaciones actuales establecen la aplicación de la vacuna dTpa (triple bacteriana acelular) después de la semana veinte de gestación, en cada embarazo, sin importar la edad, antecedentes de vacunación ni el tiempo transcurrido desde el embarazo anterior.
La introducción de las vacunas antipertussis ha permitido reducir la incidencia global de la enfermedad. En este contexto, la vigilancia epidemiológica resulta esencial para evaluar el impacto de la vacunación, monitorear tendencias nacionales, identificar poblaciones en riesgo y orientar estrategias de prevención y control. La coqueluche presenta un patrón cíclico, con picos epidémicos cada tres a cinco años, y su desarrollo clínico se divide en tres fases: catarral, paroxística y de convalecencia. Las formas clínicas pueden variar desde leves hasta graves, especialmente en lactantes menores de seis meses.
Según Mayo Clinic, la tos ferina es una infección de las vías respiratorias altamente contagiosa. En muchas personas, se manifiesta como una tos seca intensa seguida de un sonido agudo al inhalar, similar a un chillido. Antes de la introducción de la vacuna, la tos ferina era considerada una enfermedad propia de la infancia, pero actualmente afecta principalmente a niños que no han completado el esquema de vacunación y a adolescentes y adultos que han perdido la inmunidad.

Las muertes asociadas a la tos ferina son poco frecuentes, aunque ocurren con mayor frecuencia en bebés. Por este motivo Mayo Clinic enfatiza la importancia de que las mujeres embarazadas y quienes estarán en contacto directo con el bebé reciban la vacuna contra la tos ferina. Una vez que se produce el contagio, los signos y síntomas suelen aparecer entre siete y diez días después, aunque en ocasiones pueden demorar más. Inicialmente, los síntomas son leves y se asemejan a los de un resfriado común: moqueo, congestión nasal, ojos enrojecidos y llorosos, fiebre y tos.
Después de una o dos semanas, los síntomas se agravan debido a la acumulación de mucosidad espesa en las vías respiratorias, lo que provoca una tos incontrolable. Los ataques graves y prolongados de tos pueden inducir vómitos, enrojecimiento o coloración azulada del rostro, fatiga extrema y, en ocasiones, terminan con un sonido silbante y chillón al inhalar aire. No obstante, muchas personas no presentan este sonido característico, y en adolescentes o adultos, una tos seca persistente puede ser el único indicio de la enfermedad. En los bebés, la tos puede estar ausente, pero pueden experimentar dificultades respiratorias o incluso pausas temporales en la respiración.
Mayo Clinic recomienda consultar al médico si una persona o su hijo presentan ataques de tos prolongados que provoquen vómitos, cambios de coloración en la piel, dificultad para respirar, pausas notables en la respiración o inhalaciones acompañadas de un sonido chillón.
Salud
El síntoma inesperado que muchas personas ignoran y que puede indicar hipertensión, según expertos
Publicado
1 semana atráson
25 noviembre, 2025Por
AdminProfesionales de la salud señalan que ciertos cambios sutiles en el organismo pueden servir como una advertencia temprana de un desbalance en la presión, permitiendo una detección más rápida y una intervención oportuna
La hipertensión arterial es una de las enfermedades crónicas más comunes en la población adulta, y suele asociarse a síntomas ampliamente reconola Institución de Mayo Clinic.
El impacto de la presión arterial alta en la retina

Cuando la presión arterial se mantiene en niveles elevados durante un tiempo prolongado, estos diminutos vasos sufren un deterioro progresivo: se estrechan, se endurecen e incluso pueden romperse o filtrar líquido hacia el interior de la retina, reportó la American Academy of Ophthalmology. Este daño interfiere de manera significativa en la capacidad de la retina para enfocar, provocando alteraciones visuales que van desde una ligera falta de nitidez hasta la pérdida severa de la visión.
¿Cómo se manifiesta la visión borrosa por hipertensión?
Algunas personas notan la dificultad para leer o identificar detalles a corta distancia, según reportó la Fundación Española del Corazón. Otras, encuentran complicado distinguir objetos lejanos o sufren una reducción en la claridad visual frente a pantallas o en ambientes de baja iluminación.
Es posible percibir áreas menos nítidas en el campo visual, destellos de luz o la presencia de manchas flotantes que distorsionan la percepción normal de las imágenes.

A medida que la presión arterial sigue sin control, pueden aparecer síntomas más severos: pérdida parcial o total de la visión, visión doble, dolores de cabeza persistentes e incluso hinchazón ocular. Estos cambios advierten sobre un compromiso progresivo de la retina y del nervio óptico, tejidos altamente sensibles al entorno metabólico y vascular.
Mecanismos detrás de la visión borrosa hipertensiva
El origen de la visión borrosa está directamente vinculado con el daño estructural que la hipertensión produce en la retina. Cuando los vasos sanguíneos se ven sometidos a una presión superior a la normal, su muro se debilita y aumenta la permeabilidad, permitiendo la filtración de líquidos o sangre hacia los tejidos oculares,reportó el National Eye Institute.

Además, cuando el flujo sanguíneo se altera por el engrosamiento de las paredes arteriales, la retina deja de recibir la cantidad adecuada de oxígeno y nutrientes. Como resultado, se genera un edema macular, pequeñas hemorragias o incluso lesiones en el nervio óptico, todas ellas responsables de la pérdida de definición en la visión.
Uno de los mayores desafíos clínicos es que la visión borrosa suele aparecer de manera silenciosa, y muchas personas se adaptan paulatinamente al descenso de la agudeza visual. Sin embargo, este síntoma no debe ser subestimado. En el paciente hipertenso, la aparición de visión poco clara es una señal objetiva de que la retina está recibiendo un daño evidente y que existe riesgo de pérdida visual permanente.

Así, cualquier alteración visual en una persona con presión alta debe ser motivo suficiente para consultar con un especialista y descartar la presencia de retinopatía hipertensiva.
Diagnóstico y abordaje multidisciplinar
Ante la queja de visión borrosa en personas con hipertensión, el diagnóstico requiere una evaluación oftalmológica completa. El examen de fondo de ojo mediante oftalmoscopio revela los cambios arteriales, eventuales hemorragias, filtraciones y signos de inflamación, según Mayo Clinic.

Pruebas de imagen como la tomografía de coherencia óptica (OCT) aportan información valiosa al mostrar el estado de las capas retinianas y detectar acumulaciones de líquido que justifiquen la visión borrosa.
La coordinación entre el oftalmólogo y el médico encargado del tratamiento de la hipertensión es prioritaria, ya que la clave de la recuperación reside en el control eficaz de la presión arterial y en el seguimiento cercano de los cambios visuales.
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