El análisis de FMyA identifica una serie de diferencias y similitudes entre el panorama actual y el de principios de los ´90. Entre los aspectos favorables del presente, se destaca la existencia de un superávit fiscal equivalente al 1,5% del PBI y un balance comercial proyectado en USD 10.000 millones para el próximo año, gracias al superávit energético, mientras que en los ´90 se registraban déficits primario y comercial. Además, la situación de partida es más sólida, ya que en los ´90 la Convertibilidad surgió tras una hiperinflación y crisis de deuda, situaciones que no se observan actualmente.
También se resalta el impacto de las inversiones recientes. Si bien en los ´90 las privatizaciones generaron ingresos equivalentes a USD 30.000 millones en cinco años, el blanqueo de capitales aportó USD 22.000 millones en solo dos meses, y se espera que el Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones (RIGI) sume USD 20.000 millones entre 2025 y 2026.
Los servicios públicos, ciertos alimentos, alquileres, combustibles, educación privada y actividades de ocio, como gimnasios y cines, figuran entre los rubros más baratos
Sin embargo, también hay elementos que resultan desfavorables en comparación con los ´90. La presión tributaria actual es mayor, alcanzando el 30% del PBI, frente al 20% que representaba en la década de 1990, lo que afecta la competitividad y podría requerir un dólar más alto para compensar. Además, las reformas estructurales de hoy son más limitadas, con cambios microeconómicos que no alcanzan la profundidad de las implementadas durante la Convertibilidad. Los costos laborales también son más elevados que en 1991.
Como conclusión, FMyA consideró que el dólar oficial parece sostenible en su nivel actual, especialmente para sectores como Vaca Muerta y la minería, que no requieren un tipo de cambio elevado. No obstante, otras áreas, como el turismo y ciertas economías regionales, podrían enfrentar dificultades mientras no se reduzca la presión tributaria. Según la consultora, el dólar oficial se mantendría estable durante 2025, con una posible corrección leve luego de las elecciones de octubre o en 2026.