El sistema nervioso de los chicos está en pleno desarrollo y los expertos consultados por Infobae advirtieron que la exposición prolongada al teléfono móvil y redes sociales, afecta su maduración emocional. Cuantas más horas se sumergen en el mundo virtual, mayor es su desconexión con los vínculos reales
La época más globalizada y conectada que hemos conocido como humanidad encierra una gran paradoja: asistimos a la “era de la desconexión” de los niños y adolescentes, jóvenes que sumergidos en el mundo virtual por tiempos cada vez más extensos, pierden el contacto con el mundo real, lo que afecta las amistades, los vínculos con sus pares y familia.
Lo cierto es que el impacto de la adicción a las pantallas se manifiesta de manera alarmante entre adolescentes de todo el mundo. Las redes sociales, el contenido en línea y los videojuegos no solo capturan la atención, sino que reconfiguran hábitos, relaciones y hasta la percepción que los jóvenes tienen de sí mismos.
El término pantallismo se refiere a la adicción a las pantallas de los dispostivos digitales, un fenómeno creciente entre los adolescentes que se caracteriza por el uso excesivo de redes sociales y videojuegos en línea. Este comportamiento, impulsivo y prolongado, perjudica su salud física y mental, así como sus relaciones familiares, sociales y académicas.
Infobae consultó a seis expertos iberoamericanos de distintas disciplinas, la psicología, la psiquiatría, la psicopedagogía y la sociología para profundizar en un fenómeno que se aceleró en la postpandemia.
Los especialista destacan que el uso abusivo de los dispositivos desencadena alteraciones en la atención, la memoria, el aprendizaje y dificultades para la interacción social (Imagen ilustrativa Infobae)
Los especialistas remarcaron en que el abordaje de la adicción a las pantallas es tan complejo como tratar adicciones a sustancias o trastornos alimenticios, pero la recuperación es posible. Y resaltaron un aspecto fundamental: la prohibición no es el camino, la clave para padres y escuelas es acompañar a los chicos, enseñarles a utlizar el móvil de una manera saludable y no compulsiva, sin convertirlo en sustituto de las relaciones sociales reales.
En junio de este año, la máxima autoridad de Salud de los Estados Unidos, el Cirujano General Dr. Vivek Murthy, propuso colocar etiquetas de advertencia en las plataformas de redes sociales, alertando sobre su asociación con daños en la salud mental de los adolescentes. Según declaró en un ensayo publicado en el New York Times, “la crisis de salud mental entre los jóvenes es una emergencia, y las redes sociales se han convertido en un importante contribuyente”.
Como detalló Infobae, el doctor Murthy alertó sobre las consecuencias del pantallismo: “Los adolescentes que pasan más de tres horas al día en las redes sociales se enfrentan al doble de riesgo de síntomas de ansiedad y depresión. Además, casi la mitad de los adolescentes dicen que las redes sociales los hacen sentir peor con sus cuerpos”.
#ModoSeguro, la serie de Infobae
Google, Infobae, Unicef y Clubes Ted se unieron para concientizar acerca de los riesgos online, cómo detectarlos y prevenirlos. En esta edición los chicos hablan del bienestar digital. Controlar el tiempo que usamos las redes sociales y las herramientas que tenemos para poder lograrlo.
En 2023, Infobae impulsó la serie #ModoSeguro, en colaboración con Google, Unicef y Clubes TED-Ed, para explorar las claves para un uso responsable de la tecnología. La iniciativa dio herramientas útiles para medir el tiempo dedicado a los dispositivos y consejos personalizados adaptados a cada caso.
La relación con la tecnología es única para cada individuo, cada dispositivo y aplicación dispone de herramientas que permiten a los usuarios decidir cómo y cuánto quieren interactuar con la tecnología. Preguntas como “¿Pierdo la noción del tiempo mientras uso mi teléfono?”, “¿Reviso de inmediato si el dispositivo vibra o emite algún sonido?” o “¿Me distraigo con el móvil en reuniones familiares o con amigos?” invitan a reflexionar sobre nuestra interacción con estos dispositivos.
La propuesta de Infobae subrayó la importancia de desarrollar hábitos saludables frente al creciente protagonismo de la tecnología en nuestras vidas, especialmente con la aparición de la Inteligencia Artificial, que redefine el entorno digital.
Fomentar espacios ajenos al ámbito virtual y preservar la salud mental deben ser prioridades esenciales, para los jóvenes y los adultos.
El bienestar digital, definido como el equilibrio en nuestra interacción con dispositivos y aplicaciones, se convierte en un tema central de la salud mental de las nuevas generaciones. Aplicaciones populares entre los centennials, como Instagram y TikTok, demandan una revisión consciente del tiempo que les dedicamos.
“La pantalla era mi extensión”
La virtualidad puede borrar los límites entre lo real y lo digital, esto es aún más pronunciado en los niños o adolescentes, cuyo sistema cognitivo está en desarrollo (Imagen Ilustrativa Infobae)
En ese sentido, la iniciativa #TenemosMuchoQueDecir de la ONG global Aldeas Infantiles SOS, también incluyó el uso de la tecnología entre las grandes problemáticas que afectan a los adolescentes y su salud mental. Uno de los episiodios mostró a Max, un adolescente de 15 años que, tras ser absorbido por el pantallismo durante el encierro, decidió someterse a una terapia para retomar el control sobre su vida y lleva 8 meses en rehabilitación. Su historia, junto al testimonio de la gamer Tania Santana y del psicólogo Jordi Royo, mostró de cerca hasta dónde llegan los peligros de estar permanentemente conectados.
“Durante la pandemia, la pantalla era mi extensión, y ahora estoy en un proceso para reconectar con mi vida. Me acuerdo de pasar hasta 10 horas jugando en la consola de juegos, comiendo y cenando en la habitación, completamente aislado”, contó el adolescente a Aldeas Infantiles SOS.
“Uno de cada cinco niños, niñas y adolescentes tiene adicción a las pantallas, pudiendo desarrollar falta de atención, desorientación, trastornos de conducta o falta de autoestima.“El mundo se divide en dos partes: antes de los teléfonos inteligentes y después, cuando realmente hemos tenido, entre comillas, una pandemia de chicos y chicas enganchados a las pantallas”, describió el licenciado español especializado en adolescentes y director de la clínica de rehabilitación Amalgama 7.
Las voces de los expertos
Aldeas infantiles – Pantallismo y adicción al celular
Cuál es el efecto de las pantallas en el cerebro
La profesora Rosario J. Marrero Quevedo, especialista en Psicología y directora académica del Máster en Psicología General Sanitaria de la Unversidad de la Laguna, Tenerife, España, lideró un estudio de meta-análisis que revisó 21 investigaciones sobre los efectos en el control cognitivo de la adicción a internet y al teléfono móvil.
Ante la consulta de Infobae, la profesora Marreno Quevedo señaló que la investigación “encontró que había un deterioro en el procesamiento de la recompensa (concretamente, en áreas cerebralescomo el córtex cingulado anterior, la ínsula y la amígdala). La amígdala es el principal centro de control emocional. Sus conexiones no sólo producen una respuesta emocional, sino que también intervienenen la inhibición cognitiva. Además, la ínsula permite la integraciónde la emoción y la cognición, por tanto, las anomalías en esta región pueden provocar un deterioro de la autoconciencia y de la regulaciónde las emociones”.
“En adolescentes con adicción a internet se ha encontrado -describió la investigadora- una mayor sensibilidad ante las opciones de ganar mientras que disminuye la sensibilidad a la pérdida, de ahí que continúen abusando de los dispositivos tecnológicos a pesar de las consecuencias negativas”.
El fenómeno de ficcionalización de la realidad y ensoñación que imponen los videos cortos de TikTok o Instragram, genera en los niños problemas para enfrentar los vaivenes de la realidad (Imagen Ilustrativa Infobae)
Según explicó, el uso excesivo de dispositivos tecnológicos genera problemas atencionales y emocionales, que incluyen baja tolerancia a la frustración, déficit en la capacidad atencional, escasa disciplina, y deterioro en habilidades como la caligrafía, ortografía y comprensión de textos.
Las áreas cerebrales afectadas incluyen el córtex cingulado anterior, la ínsula y la amígdala, fundamentales para la integración emoción-cognición y el control emocional. Estas alteraciones generan una mayor sensibilidad a las recompensas, disminuyendo la percepción de las pérdidas, lo que fomenta un uso compulsivo a pesar de las consecuencias negativas. Además, las funciones ejecutivas, asociadas a regiones como la corteza dorsolateral prefrontal y los lóbulos frontal y parietal, se ven comprometidas, dificultando el control atencional y la regulación emocional, elementos esenciales para una conducta adaptativa.
La profesora Marrero Quevedo destacó que algunos adolescentes son más vulnerables a desarrollar adicciones tecnológicas debido a características psicológicas como alta impulsividad, problemas emocionales o disfunciones familiares. En contraste, factores como la estabilidad emocional, la responsabilidad y un entorno familiar adecuado pueden actuar como elementos protectores.
En la escuela, es clave enseñar a usar el móvil
Otro riesgo importante relacionado con el uso de dispositivos antes de dormir es el impacto negativo en el sueño (Imagen Ilustrativa Infobae)
En diálogo con Infobae, Pepe Menéndez, experto español en innovación pedagógica quien participó del reconocido proyecto Horizonte 2020, que renovó la propuesta pedagógica en escuelas de Barcelona, y fue director adjunto de la Red de Colegios Jesuitas de Cataluña, destacó la importancia de educar a los jóvenes en el uso adecuado de los teléfonos móviles.
El experto subrayó que los dispositivos móviles se conviertieron en un sustituto de la falta de acompañamiento de los jóvenes por parte de los adultos: “El uso (excesivo) de móviles es solo la punta del iceberg; no renunciemos a acompañar a los jóvenes, por que en definitiva lo que hace el dispostifo es sustituir la soledad.”
Según Menéndez, prohibir completamente el uso de estos dispositivos en las escuelas no es la solución adecuada, ya que implica renunciar a la oportunidad de “educar en su uso responsable”. En cambio, él cree que tanto padres como instituciones educativas deben adoptar un enfoque regulador en el que se enseñe cómo usar el móvil.
El camino que sugieren los especialistas para los padres es trabajar la tolerancia a la frustración, es transmitir que el placer no siempre es inmediato, porque el placer inmediato inevitablemente es adictivo (Imagen Ilustrativa Infobae)
Autor de obras como “Escuelas que valgan la pena” y su reciente libro “Educar para la vida”, Menéndez comentó a Infobae que desde hace años, los recreos en los patios generan dinámicas sociales donde emergen situaciones de exclusión y bullying. Para él, es crucial que los adultos supervisen y cuiden estos espacios, independientemente de la presencia de móviles.
Menéndez comparó el uso del móvil con otros hábitos como el consumo de alcohol o la ludopatía, indicando que es necesario analizar las razones detrás de un uso excesivo en los jóvenes. “No es un arma diabólica”, afirmó, sino un sustituto que satisface necesidades emocionales y sociales insatisfechas, como la timidez o la falta de herramientas para relacionarse. “Escribimos lo que no nos animamos a decir en persona”, explicó, poniendo énfasis en cómo las tecnologías median las relaciones interpersonales de los jóvenes.
El especialista llamó a los adultos a reflexionar sobre su papel en la educación digital de los menores, destacando que no se debe renunciar a enseñar disciplina y autocontrol en el uso de la tecnología. Según Menéndez, “la prohibición resuelve lo urgente, pero no el problema a largo plazo”, generando incluso más dificultades. En lugar de aplicar medidas drásticas, abogó por un enfoque educativo que permita a los jóvenes desarrollar criterios sólidos y habilidades para manejar los dispositivos de manera equilibrada y consciente.
El equilibrio entre vida online y offline
Un niño se sumerge en el mundo de los videojuegos, jugando con un smartphone mientras está cómodamente sentado en un sillón. Esta imagen captura un aspecto común de la infancia moderna, donde los teléfonos celulares se convierten en una puerta a juegos online e internet, reflejando cómo la tecnología forma parte integral de la niñez actual. (Imagen ilustrativa Infobae)
Gabriel Ianni, presidente y docente de Asociación de Escuela de Clínica Psicoanalíticacon Niños y Adolescentesde Madrid, señaló a Infobae que “todos conocemos los indiscutibles aportes de las nuevas tecnologías en todos los ámbitos; sin duda el ámbito educativo ha sido uno de los más beneficiados, y en los últimos años asistimos cambios extraordinarios y muy rápidos. He sido el primer Psicoanalista de mi entorno en incorporar una tableta en la caja de juegos a disposición de niños y adolescentes en mi consulta, allá por el año 2013, y realmente si sabemos gestionarla, se convierte en una herramienta muy útil para potenciar la exploración del mundo interno del paciente.”
Sin embargo, Ianni planteó que numerosos estudios demostraron que el uso prolongado de dispositivos electrónicos en la infancia y en la adolescencia, mientras el cerebro aún se está desarrollando, “tiene un impacto directo en el desarrollo cognitivo, emocional y – desde luego- social del individuo, dando lugar a dificultades en concentrarse y en prestar atención, dificultades en el aprendizaje, y dificultades en el control de los impulsos, así como una mayor predisposición a sufrir problemas de irritabilidad, o incluso de ansiedad y/o depresión.
Enseñar a distinguir la vida online de la vida offline, en vivo y en directo, es una estrategia ineludible para los padres según el especialista.
“Evitar reemplazar la sana interacción con sus hijos por horas de pantalla y establecer límites claros en los tiempos de usos de pantallas, así como decretar de forma clara los lugares, espacios o momentos del día en que su uso esté prohibido. Fomentar la interacción presencial con amigos y familiares, fomentar la lectura de libros en papel impreso; fomentar el deporte, sobre todo al aire libre, así como las formas de juego que no requieran la utilización de pantallas”, enumeró Ianni, quien es miembro titular de APdeBA (Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires) y está radicado hace 25 años en España.
Ser capaces de distinguir y enseñarles a identificar los tipos de utilización que se le puede dar al dispositivo (juego, redes sociales, entretenimiento audiovisual, lectura, contenido de información, contenido formativo etc), y saber pautarlos y definir los tiempos de uso teniendo en cuenta el valor que aporta cada categoría de actividad, es un desafío que lleva tiempo pero que es importante que los padres fomenten, explicó Ianni.
Fomentar las actividades lúdicas al aire libre, que generen “emociones reales” es otra estrategia para los padres (Imagen Ilustrativa Infobae)
En tanto, la socióloga Manuela Gutiérrez, doctora en Salud Colectiva de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de México, consideró en charla con Infobae que el impacto del uso de internet en los adolescentes tiene dos vertientes principales: “Por un lado, los beneficios, como el acceso a información y la conexión social; por otro, los riesgos, especialmente en términos de salud mental, como ansiedad, depresión y baja autoestima”.
La relación de los jóvenes con las pantallas está marcada por un diseño que busca generar dependencia, especialmente en redes sociales y videojuegos, “donde las notificaciones y recompensas activan mecanismos de gratificación inmediata que pueden fomentar adicciones digitales”, destacó la experta que actualmente está cursando un posdoctorado en la Facultad de Medicina de la UNAM.
Según Gutiérrez, “el tiempo prolongado frente a pantallas puede afectar el rendimiento académico, reducir el tiempo dedicado al estudio, alterar los patrones de sueño y fomentar comportamientos impulsivos debido a la gratificación instantánea”.
“Para transitar hacia un uso responsable de internet, es necesario un enfoque colaborativo entre educadores, familias y la sociedad que permita aprovechar sus beneficios mientras se minimizan los riesgos”, recomendó la socióloga y destacó: “Para mitigar los riesgos del uso de pantallas en jóvenes, es esencial establecer un equilibrio entre actividades online y offline, fomentando alternativas recreativas como deportes, música o lectura, además de promover un diálogo abierto sobre los riesgos y beneficios de la tecnología”.
Investigaciones sobre pantallismo y plasticidad cerebral
(Imagen Ilustrativa Infobae)
La adolescencia, es una etapa llena de transformaciones que se distingue por una intensa plasticidad cerebral, que permite a los jóvenes adaptarse a su entorno y adquirir nuevas habilidades. Sin embargo, esta característica, esencial para su desarrollo, también los hace más vulnerables a estímulos externos. Estudios recientes, como el análisis publicado en Plos Mental Health en 2024, han demostrado cómo el uso excesivo de internet puede alterar la conectividad funcional del cerebro adolescente, con efectos directos en su comportamiento y desarrollo emocional.
La investigación llevada adelante por un equipo del University College London, destacó que la adicción a internet no solo se traduce en conductas compulsivas, sino que también genera cambios significativos en redes neuronales clave. Estas modificaciones dificultan la autorregulación emocional y fomentan un patrón de búsqueda constante de gratificación inmediata, típico en conductas adictivas.
Ante la consulta de Infobae, el licenciado en Psicología Mariano Ruperthuz Honorato, presidente de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis, consideró que “internet puede interpretarse como un espacio donde los adolescentes proyectan sus deseos inconscientes, buscan validación y construyen su identidad. Sin embargo, la constante exposición a redes sociales puede intensificar ansiedades internas, como el miedo al rechazo o la comparación, lo que afecta su bienestar emocional”.
Ruperthuz explicó que “el tiempo excesivo frente a las pantallas alimenta una necesidad inconsciente de gratificación inmediata, lo que puede dificultar la concentración y el pensamiento reflexivo, ambos esenciales para el aprendizaje”.
Por otro lado, el sistema de recompensa también experimenta una hiperconectividad en regiones como el núcleo accumbens, lo que intensifica la dependencia de los estímulos digitales.
La dificultad para procesar y expresar las frustraciones es la contracara de la gratificación constante de los videos en redes sociales (Imagen Ilustrativa Infobae)
En relación a esto, el psicólogo colombiano Fernando Orduz, expresidente de la Federación Psicoanalítica de América Latina (FEPAL), señaló a Infobae: “Es difícil de entender el déficit de atención de los jóvenes con el uso de las pantallas porque los veo demasiado atentos a sus juegos y desatentos a unos pedagogos o adultos, que no captan la lógica de sus intereses. Sin embargo, no se puede negar los daños posibles de estas tecnologías. Uno de los mayores ‘daños’ está en la dinámica del inmediatismo, del acelere, y en la negación de la lentitud y la procrastinación reflexiva como un valor”.
“Cualquier exceso genera daños, eso decían los griegos. El problema de nuestra sociedad es la hybris, la desmesura. Nuestra sociedad está enferma de excesos y no mira la viga en su ojo sino la paja en el ojo de los jóvenes”, agregó Orduz.
Por último, desde una perspectiva cultural, Orduz brindó una visión crítica: “Internet y su pantalla son un universo más, con un lenguaje y unos códigos particulares. Esos mismos niños que juegan interactivamente con las pantallas también juegan fútbol, van al colegio, se abrazan y se pelean. Habitan menos los árboles y los lagos, pero navegan más en mares virtuales. Habitan ambos mundos, y eso no debe satanizarse”.
Impacto del uso excesivo de redes sociales en la salud mental de los adolescentes
El uso de las redes sociales se ha convertido en una actividad casi universal entre los adolescentes. Según datos del Departamento de Salud de los Estados Unidos, hasta el 95 % de los jóvenes de entre 13 y 17 años utiliza alguna plataforma digital, y más de un tercio afirma que está conectado “casi constantemente”. Aunque estas herramientas digitales ofrecen beneficios como el fortalecimiento de vínculos sociales y la posibilidad de expresión creativa, investigaciones recientes subrayan los riesgos que su uso excesivo plantea para la salud mental de esta población.
La UNESCO ha advertido que la presencia de teléfonos móviles en las aulas afecta la capacidad de los estudiantes para concentrarse en sus tareas, y ha señalado que un número creciente de países ha comenzado a prohibir el uso de estos dispositivos en los colegios (Imagen Ilustrativa Infobae)
Un estudio de meta-análisis de 2023 publicado en la revista Addictive Behaviors, que revisó datos de 139 estudios realizados en 32 países, reveló que el uso problemático de redes sociales (PSMU, por sus siglas en inglés) está relacionado con síntomas como la depresión, la ansiedad y la baja autoestima. Este uso problemático se caracteriza por la incapacidad para controlar el tiempo dedicado a las redes, pensamientos obsesivos sobre estar en línea y una preferencia por la interacción virtual sobre las relaciones cara a cara.
Según Mariano Ruperthuz Honorato, presidente de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis: “Desde el psicoanálisis, las redes sociales no solo funcionan como un espejo en el que los adolescentes buscan reconocimiento, sino también como un espacio donde enfrentan conflictos internos, como la comparación constante y el miedo al rechazo. Esta dinámica puede alimentar una espiral de insatisfacción personal y refuerza patrones que dañan su autoestima”.
Por su parte, Fernando Orduz, psicoanalista y expresidente de FEPAL, apunta: “Es curioso cómo en un medio pensado para favorecer los nexos, los jóvenes pueden terminar aislándose más. Pero no sé si esto es causa o efecto. La sociedad del consumo fomenta el uso abusivo de cualquier objeto, y las redes sociales no son la excepción”. Además, Orduz reflexiona: “Los influencers son los nuevos sacerdotes de la era digital, y, como siempre, hay ídolos e idolatrías que capturan las mentes juveniles. Hoy los nuevos cristos con mensajes salvadores para la humanidad pululan en las redes, lo cual no deja de tener riesgos”.
El impacto en la calidad del sueño es otro de los problemas señalados por los estudios científicos. Según un informe del Cirujano General de los EE. UU. de 2023, las redes sociales no solo reducen la cantidad de horas dormidas, sino que también alteran los patrones de sueño debido a la exposición prolongada a la luz azul de las pantallas y la estimulación cognitiva asociada al contenido digital. Esto agrava los efectos negativos del uso excesivo de plataformas como Instagram, TikTok y Snapchat, exacerbando los niveles de ansiedad y depresión.
Orduz subraya un aspecto central en este debate: “No podemos medir todo con estadísticas y fórmulas. La obsesión por cuántas horas son ‘muchas’ horas frente a las pantallas o cuánta interacción es ‘poca’ interacción presencial, responde a una lógica pitagórica que olvida el contexto emocional y social de cada joven. Vivimos en una sociedad adicta a todo: al dinero, al trabajo, a las redes. Los jóvenes son solo un reflejo de ese funcionamiento”.
Un bajo consumo de energía puede afectar el metabolismo, la recuperación muscular y hasta la salud ósea. Cómo mejorar la dieta para evitar problemas a largo plazo
A menudo se subestima la importancia de una alimentación adecuada para el rendimiento físico. Los expertos en nutrición deportiva advierten que no consumir suficientes calorías en relación con el gasto energético puede desencadenar una serie de problemas metabólicos, hormonales y de salud en general.
El impacto de la baja disponibilidad de energía en el cuerpo
El cuerpo necesita un equilibrio entre la energía que consume y la que gasta. Cuando esta ecuación se rompe y la ingesta calórica no es suficiente para cubrir las demandas diarias, se puede desarrollar una condición conocida como deficiencia relativa de energía en el deporte (RED-S).
Esta afección afecta múltiples funciones biológicas, desde la regulación hormonal hasta la densidad ósea, el estado de ánimo y el sistema inmunológico.
La deficiencia energética relativa en el deporte (RED-S) afecta funciones biológicas clave como la regulación hormonal y la densidad ósea (Imagen ilustrativa Infobae)
Rebecca McConville, dietista deportiva y autora de Finding Your Sweet Spot, explicó a la revista de salud SELF que muchas personas pueden sufrir esta deficiencia sin darse cuenta.
No siempre es una cuestión de restricción intencional de calorías, sino que factores como la falta de planificación en la alimentación o la desinformación sobre las necesidades nutricionales pueden contribuir al problema.
Señales de advertencia de la falta de energía
Identificar los síntomas de una ingesta calórica insuficiente es clave para evitar consecuencias graves. Entre las señales más comunes, los especialistas destacaron en SELF las más importantes o impactantes.
1- Pérdida de motivación y fatiga extrema
Las sesiones de ejercicio que antes resultaban manejables comienzan a sentirse extenuantes. A medida que el cuerpo se queda sin energía disponible, la sensación de agotamiento se vuelve más frecuente, incluso después de descansar.
“Presta atención a lo que te dicen tus pensamientos. Si constantemente dices: ‘Esto es muy difícil. Esto apesta. ¿Por qué estoy haciendo esto? Esto no es divertido’, eso es señal de que tienes poca energía”, explicó Stephanie Roth-Goldberg, terapeuta especializada en psicología del deporte y recuperación de trastornos alimentarios.
Al finalizar el ejercicio uno se siente cansado y eso está bien y es normal. Lo que no debe ocurrir es sentirse sin energía para realizar tareas cotidianas como jugar con hijos, mascotas, llevar las bolsas de las compras y demás.
2- Problemas digestivos
Estreñimiento, hinchazón y alteraciones en la microbiota intestinal pueden ser señales de que el cuerpo está en modo de conservación de energía, afectando el funcionamiento del sistema digestivo.
Además, la insuficiencia de energía puede desequilibrar el sistema digestivo y modificar la microbiota intestinal, desencadenando molestias como diarrea o dolor abdominal.
McConville señaló que, ante molestias digestivas, muchas personas tienden a eliminar ciertos alimentos o grupos alimenticios, como los lácteos o el gluten, en un intento de aliviar los síntomas.
3- Desequilibrios hormonales
En las mujeres, la ausencia o irregularidad del ciclo menstrual puede ser un indicador de baja disponibilidad de energía. En los hombres, una caída en los niveles de testosterona puede manifestarse en una disminución del deseo sexual.
McConville explicó que una disminución repentina en el interés sexual podría ser una estrategia del cerebro para ahorrar energía, lo que indica un posible desequilibrio que no debe pasarse por alto.
Problemas digestivos como estreñimiento o hinchazón pueden indicar que el cuerpo está en modo de conservación de energía (Imagen Ilustrativa Infobae)
4- Trastornos del sueño
La dificultad para conciliar el sueño o los despertares nocturnos pueden ser resultado de un metabolismo alterado por la falta de nutrientes. Bajos niveles de azúcar en sangre durante la noche pueden generar episodios de ansiedad y afectar la calidad del descanso, según McConville en SELF.
5- Sensación constante de frío y cambios en la piel y el cabello
La ralentización del metabolismo como respuesta a la falta de energía puede hacer que las personas se sientan más frías de lo normal.
La dietista deportiva Holley Samuel, advirtió en SELF que los desequilibrios hormonales, la falta de micronutrientes y el déficit de proteínas pueden afectar la piel, el cabello y las uñas.
Algunas personas experimentan caída o debilitamiento del cabello, piel deteriorada y uñas frágiles. Además, señaló que este problema va más allá de una simple deficiencia y no puede resolverse solo con suplementos como la biotina.
6- Atracones de comida
Un patrón frecuente en quienes no consumen suficiente energía durante el día es la aparición de episodios de hambre extrema en la tarde o la noche, lo que puede generar un ciclo de restricción y sobrealimentación difícil de romper.
“Si le das a la gente la cantidad adecuada de calorías, pero las distribuyes a lo largo del día de manera uniforme y se alimentan antes y después de los entrenamientos, tendrán un buen equilibrio energético”, aseveró Samuel.
7- Aumento de peso inesperado
Aunque pueda parecer contradictorio, la falta de calorías puede ralentizar el metabolismo y provocar una mayor acumulación de grasa corporal como mecanismo de defensa del organismo, aseguró McConville.
Atracones nocturnos pueden surgir por una distribución inadecuada de calorías durante el día (Imagen Ilustrativa Infobae)
8- Alteraciones en la frecuencia cardíaca y niveles de colesterol
Un metabolismo desacelerado puede reflejarse en una frecuencia cardíaca inusualmente baja. Al mismo tiempo, los desbalances hormonales pueden elevar los niveles de colesterol LDL, asociado a un mayor riesgo cardiovascular, de acuerdo con el artículo de SELF.
9- Mayor riesgo de lesiones y recuperación lenta
Las fracturas óseas fueron durante mucho tiempo una consecuencia asociada a los trastornos alimentarios. La insuficiencia de nutrientes esenciales para la salud ósea, como el calcio y la vitamina D, junto con un bajo nivel de energía, puede alterar el equilibrio hormonal y debilitar los huesos, aumentando el riesgo de fracturas por estrés.
Sin embargo, expertos en medicina deportiva advirtieron que la falta de energía también compromete la recuperación muscular, según SELF
Los desequilibrios hormonales pueden interferir en la reparación de los tejidos después del ejercicio, haciendo que músculos, tendones y articulaciones sean más vulnerables al dolor y las lesiones. Además, los tiempos de recuperación pueden prolongarse, lo que dificulta el proceso de sanación.
Cómo corregir la falta de energía
Recuperar el equilibrio energético requiere un enfoque integral que combine cambios en la alimentación y ajustes en la rutina de ejercicio. Los especialistas recomendaron:
Consultar a un experto: un dietista deportivo o un profesional de la salud con experiencia en nutrición deportiva puede evaluar las necesidades energéticas individuales y ayudar a planificar una dieta adecuada.
Ajustar la alimentación: es clave distribuir mejor las comidas a lo largo del día, asegurando un consumo adecuado de carbohidratos, proteínas y grasas saludables.
Prestar atención a los signos del cuerpo: identificar síntomas tempranos y hacer ajustes oportunos puede prevenir problemas de salud a largo plazo.
La advertencia fue planteada por el Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires. ¿Hay vacunas disponibles para una campaña masiva? La población objetivo supera por mucho el stock confirmado por Nación. Además, en 2024 fue desoída una recomendación de la CONAIN.
Ante el brote de sarampión iniciado en la Ciudad de Buenos Aires en febrero, que ya se expandió hacia territorio bonaerense y lleva ocho casos confirmados, el Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires emitió un comunicado para advertir que “sin una campaña de vacunación efectiva, el brote de sarampión es imparable”.
“Nuestra entidad solicita a las autoridades nacionales y provinciales en materia sanitaria, instrumentar y/o reforzar todas las políticas para plasmar campañas vacunatorias e informativas, de modo de garantizar de manera efectiva la salud de la población”, difundió días atrás.
¿Hay vacunas disponibles para una campaña masiva? Este diario consultó al Ministerio de Salud sobre el stock de vacuna triple viral, la que incluye protección contra el sarampión (además de rubéola y paperas). La respuesta fue: “vacunas tienen que entrar vía OPS (hay compradas 500 mil), pero están con problemas de abastecimiento porque se las acaparan USA e Inglaterra. Hay falta de stock mundial”.
Luego, desde la cartera que conduce Mario Lugones añadieron que “hay más de 200 mil repartidas y disponibles en las jurisdicciones y MinSal tiene más de 30 mil en stock”.
Los números no dan
Según el informe de coberturas de 2023, la población objetivo ese año era de 487.796 bebés de un año para la primera dosis, y 682.154 para la dosis de refuerzo, en el quinto año de vida. En total, 1.169.950. Pese a la baja de natalidad que se viene registrando, las cifras actualizadas no varían demasiado: en 2023 hubo 460.902 nacidos vivos (bebés que cumplieron un año a lo largo de 2024) y en 2020 esa cifra fue de 533.299: es la población que cumple cinco este año.
Sea cual sea el dato que se tome de referencia, ni las 200 mil distribuidas, ni las 30 mil en stock en manos de Nación, ni las 500 mil en espera ya compradas a la Organización Panamericana de la Salud resultan suficientes para la población objetivo actual. A ella hay que sumarle la población con esquema incompleto que no se vacunó en los años previos, cuando le correspondía, y la indicación de dosis extra –por el momento, en Provincia de Buenos Aires- para personas de 13 meses a 4 años que hayan tenido contacto con casos confirmados, así como para bebés de entre 6 y 11 meses que hayan tenido contacto con esos casos (para este grupo se denomina ‘dosis cero’ y no cuenta para el esquema regular a completar luego).
De acuerdo al informe antes mencionado, la cobertura en 2023 para la primera dosis fue del 81,6% a nivel nacional, con casos muy por debajo de ese promedio, como CABA, con el 66%. Para la segunda dosis el resultado fue marcadamente peor: 54,8% promedio en todo el país.
Acefalía y recomendaciones desoídas
El panorama se agrava por la situación de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DiCEI), el área que se ocupa de las vacunas en el Ministerio de Salud. Tras el despido del 30% del equipo, otra gran parte presentó su renuncia ante la imposibilidad de sostener las políticas básicas, como explicaron los profesionales mediante un comunicado. Luego, fue la directora nombrada por la actual gestión quien dio un paso al costado. Así, el área quedó acéfala.
Este lunes, el Ministerio de Salud mantuvo una reunión con la Comisión Nacional de Inmunización (CoNaIn), el organismo técnico que asesora a las autoridades para la toma de decisiones en materia de vacunación. No hubo un resultado cerrado aún: el encuentro continuará este jueves.
Pero lo cierto es que, según figura en las actas –publicadas días atrás- por el Ministerio de Salud, la CoNaIn ya había emitido en agosto del año pasado recomendaciones para evitar el avance del sarampión. Esas recomendaciones no se tradujeron en medidas.
“La CoNaIn recomienda avanzar en la modificación del CNV (Calendario Nacional de Vacunación) con la disminución de la edad de aplicación de la segunda dosis de SRP (sarampión, rubéola y parotiditis) a los 15- 18 meses”, plantearon por entonces desde la comisión de especialistas. Además, “sugiere promover acciones para elevar las coberturas de Vacunación de las primeras y segundas dosis, reforzar la Vigilancia Epidemiológica de las EFE (Enfermedades Febriles Exantemáticas) y avanzar en el recupero de esquemas para cerrar brechas en cada cohorte de edad”.
Sin campañas en los medios masivos de comunicación, en plena proliferación de discursos antivacunas y con las coberturas en descenso, la situación no hizo más que empeorar. El brote en curso se da con el área de Vacunas de Nación desmantelada y sin siquiera stock sólido de gammaglobulina, necesaria para la profilaxis en caso de contacto con enfermos: “quedan muy pocas, porque se demoró un proceso de compra”, confirmó a Tiempo la propia cartera sanitaria. “Debería entrar en breve”, prometió.
La meta es el 95%
El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas del mundo. Para prevenir brotes se necesita una cobertura de al menos el 95 por ciento.
La alarma no sólo está encendida en la Argentina. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una alerta epidemiológica ante al aumento de casos en varios países de la región de las Américas. Hasta la semana epidemiológica 8 de este año (21 de febrero de 2025) se habían confirmado 268 contagios -incluyendo una defunción- en Argentina, Canadá, Estados Unidos y México. “Este aumento representa un incremento significativo en comparación con el mismo período de 2024, cuando se registraron 60 casos durante las primeras ocho semanas del año”, contrastó el organismo.
Para completar esquemas se necesitan dos dosis, y no hay que esperar a cumplir cinco años para la segunda. “En el antiguo esquema de vacunación antisarampionosa, que se llamaba ‘ingreso escolar’, la segunda dosis se colocaba a los cinco años. Hoy por hoy, es en diferentes cohortes. Este año deben aplicarse a todos los niños nacidos en el 2020, sin necesidad de que tengan cinco años cumplidos”, explicó Liliana Bertoni, jefa de Epidemiología de San Juan.
Fundamental para la coagulación sanguínea, la salud ósea y la protección cardiovascular, este nutriente es vital en funciones biológicas clave que el cuerpo no puede realizar sin ella
Las vitaminasson compuestos esenciales para el funcionamiento adecuado del cuerpo humano. Aunque en pequeñas cantidades, su presencia es vital para numerosos procesos biológicos, desde la regulación de las funciones metabólicas hasta el mantenimiento de los sistemas inmunológico, óseo y cardiovascular.
Sin la cantidad adecuada de vitaminas, el cuerpo no podría realizar funciones clave, lo que podría resultar en una serie de trastornos y enfermedades. Entre todas las vitaminas, la vitamina Kocupa un lugar destacado debido a su influencia en la coagulación sanguínea, la salud ósea y la protección de los vasos sanguíneos.
En este contexto, la vitamina K, especialmente en su forma K2 (menaquinona), ha generado creciente interés en la investigación médica debido a sus posibles beneficios más allá de la coagulación, como la protección ósea y cardiovascular. A pesar de ser menos conocida que otras vitaminas, su deficiencia puede traer consecuencias graves, como problemas en la coagulación sanguínea, mayor riesgo de fracturas óseas y enfermedades arteriales.
La falta de vitamina K favorece la calcificación arterial, un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares graves como la hipertensión y la arteriosclerosis – (Imagen Ilustrativa Infobae)
Cuáles son los síntomas de deficiencia de la vitamina K
La deficiencia de vitamina K puede ser silenciosa al principio, pero con el tiempo puede manifestarse en síntomas graves que afectan la coagulación sanguínea, los huesos y el sistema cardiovascular. Estos son cinco de los síntomas más destacados asociados con la falta de vitamina K en el organismo.
Sangrado excesivo y moretones frecuentes: la vitamina K juega un papel esencial en la coagulación sanguínea al activar proteínas clave, como la protrombina, que son necesarias para detener el sangrado. Según un estudio de la Universidad de Harvard, la deficiencia de vitamina K puede interferir con este proceso, lo que lleva a una coagulación sanguínea deficiente y, como resultado, a un sangrado más prolongado y a la aparición de moretones con facilidad. Este síntoma es particularmente evidente en personas que sufren heridas o cirugías, donde el sangrado puede ser más difícil de controlar.
Osteoporosis y mayor riesgo de fracturas: la vitamina K es clave para la mineralización ósea. Esta vitamina ayuda a activar proteínas como la osteocalcina, que regula la fijación del calcio en los huesos. La deficiencia de vitamina K puede contribuir a una mayor pérdida de densidad ósea, lo que aumenta el riesgo de fracturas y osteoporosis. Según un artículo publicado en la revista The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, las personas con niveles bajos de vitamina K tienen mayor probabilidad de sufrir fracturas óseas, especialmente en las caderas.
Calcificación arterial y enfermedades cardiovasculares: la calcificación de las arterias es un proceso patológico en el cual el calcio se acumula en los vasos sanguíneos, lo que puede llevar a un endurecimiento arterial y aumentar el riesgo de hipertensión y enfermedades del corazón. La vitamina K desempeña un papel crucial en la inhibición de este proceso, activando proteínas como la matrix Gla-protein (MGP), que impide que el calcio se deposite en las arterias. La deficiencia de vitamina K puede contribuir a la calcificación arterial.
Fatiga inexplicable y debilidad general: la falta de vitamina K también puede provocar fatiga generalizada, ya que esta vitamina está involucrada en varios procesos metabólicos, incluida la regulación de la producción de energía. En una revisión publicada en Nutrition Reviews, se destacó que los déficits vitamínicos pueden influir en la capacidad del cuerpo para generar energía celular, lo que podría traducirse en una sensación persistente de cansancio y debilidad.
Alteraciones en la coagulación durante procedimientos médicos: las personas con niveles bajos de vitamina K pueden experimentar dificultades durante procedimientos médicos, como cirugías o intervenciones invasivas, debido a la alteración en la coagulación sanguínea. Un estudio realizado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) señala que aquellos con deficiencia de vitamina K tienen mayor probabilidad de experimentar hemorragias excesivas durante procedimientos quirúrgicos, ya que su cuerpo no produce suficiente proteína coagulatoria.
La deficiencia de vitamina K compromete la mineralización ósea, aumentando la probabilidad de fracturas y desarrollando osteoporosis – (Imagen Ilustrativa Infobae)
Por qué la vitamina K es importante para el organismo
La vitamina K es indispensable para una serie de funciones biológicas fundamentales, especialmente para la coagulación sanguínea, la salud ósea y la protección cardiovascular.
En términos de coagulación, esta vitamina facilita la activación de diversas proteínas que permiten que la sangre forme coágulos eficaces cuando es necesario. Sin suficiente vitamina K, el riesgo de sangrados excesivos aumenta, lo que pone en peligro la salud, especialmente en situaciones de trauma o durante cirugías.
Además, la vitamina K tiene un impacto directo en la salud ósea, ya que activa la osteocalcina, una proteína que permite que el calcio se deposite correctamente en los huesos, fortaleciendo su estructura y evitando la pérdida de densidad ósea. La deficiencia de vitamina K puede llevar a un mayor riesgo de fracturas y enfermedades como la osteoporosis.
En términos cardiovasculares, la vitamina K previene la calcificación de las arterias, lo cual es crucial para evitar enfermedades cardiovasculares graves como la arteriosclerosis y la hipertensión.
Las yemas de huevo son buenas fuentes de vitamina K (Imagen Ilustrativa Infobae)
Qué alimentos contienen vitamina K
La vitamina K se encuentra principalmente en alimentos de origen animal y en productos fermentados. Algunas de las mejores fuentes de esta vitamina incluyen:
Alimentos fermentados: el natto, un alimento tradicional japonés hecho de soja fermentada, es extremadamente rico en vitamina K, especialmente en su forma K2. Otros alimentos fermentados, como el chucrut y ciertos quesos curados (como el gouda y el queso suizo), también contienen cantidades significativas de vitamina K.
Carnes y vísceras: la carne de res, el pollo y especialmente el hígado son fuentes importantes de vitamina K, particularmente en su forma K2, que es valioso para la salud ósea y cardiovascular.
Pescados grasos: el salmón y otros pescados grasos contienen vitamina K, que es clave para el mantenimiento de la salud cardiovascular y ósea.
Huevos y lácteos: las yemas de huevo y ciertos quesos son buenas fuentes de vitamina K. Los productos lácteos de animales alimentados con pasto, como la mantequilla, también contienen este nutriente.