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Sociedad

El testimonio de la amiga secreta de Diego Maradona: cuando le contuvo las lágrimas y la trastienda de su despedida más íntima

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Se llama María Fernanda Márquez Miranda, conoció al Diez a mediados de 1996 y, aunque nunca se mostró públicamente con él, se convirtió en su confidente durante varios años hasta que perdió su contacto. “Él siempre decía que lo que le gustaba de mí, era que yo lo trataba como un tipo común”, contó

Mirá que sos rara vos”, le dijo Diego Maradona cuando la conoció, a mediados de 1996. Pero María Fernanda Márquez Miranda no era rara. Simplemente era distinta a las mujeres que él solía conocer en aquellas largas noches en las que la droga y el alcohol eran protagonistas. Cuentan, los que saben, que el Diez llegó a enamorarse de ella. Pero que la respetaba demasiado. Y que prefirió conformarse con su amistad antes que intentar algo más y correr el riesgo de perderla para siempre. Porque ella logró ver al hombre más allá del ídolo. Y lo hizo muy lejos de las cámaras.

—Para saber un poco de usted, ¿qué edad tiene, a qué se dedica, tiene hijos…?

—¿Y cómo lo conoció a Diego?

—Yo estaba cenando con mi prima en un restaurante y boliche que se llamaba Sky Ranch. Me acuerdo que yo siempre decía que el día que lo conociera a Maradona le iba a decir que era el mejor jugador del mundo y le iba a pedir una foto. Pero, cuando lo vi, me quedé muda. Es más, junto a él estaba Leo Sucar, que es mi amigo, y me lo quiso presentar. Pero cuando Diego me iba a dar un beso le corrí la cara…

—¿Por qué?

—¡Por los nervios que me agarraron! Cuando me calmé y reaccioné, lo busqué a mi amigo para decirle que por favor me lo presentara. Y él me dijo: “Fer, te saludó y le diste vuelta la cara”. Entonces le dije que había sido por la emoción, que le prometía que no lo iba a volver a hacer. Así que nos acercamos de nuevo y él, súper humilde, se presentó diciendo: “Soy Diego”.

"Esa noche lo conocí a Diego y años más tarde me firmó la foto. Por eso la tengo en un cuadro", cuenta Fernanda“Esa noche lo conocí a Diego y años más tarde me firmó la foto. Por eso la tengo en un cuadro”, cuenta Fernanda

—¿Entonces?

—Yo le dije: “Soy Fernanda”. Y lo primero que se me ocurrió comentarle fue: “¡Qué lindos zapatos tenés!”. A lo que él me contestó diciéndome la marca.

—¿Y qué marca eran?

—Versace.

—Claro.

—Entonces se quedó como helado.

—Era evidente que no se esperaba un elogio a su calzado…

—¡Totalmente! Ahí me dijo: “¿Mirá que sos rara vos, eh? Nunca nadie me miró los zapatos cuando me presentaron”. Pero a mí me salió eso. La cosa es que él estaba en una mesa de la izquierda intentando cenar, porque la verdad es que la gente no lo dejaba comer en paz. Y al rato nos invitó a mi prima y a mí, que estábamos esperando a otras amigas, a que nos sumáramos con ellos. Pero lo mío era una torpeza tras otra…

—¿Qué pasó?

—Yo trataba de mostrarme lo más natural posible, pero no me salía. Como yo no tomo alcohol, me llevé el vaso de gaseosa con limón que tenía en mi mesa. Y Diego me dijo: “Pero mirá que te estoy invitando, eh”.

—¿Pensó que lo hacía para no gastar?

—Exacto. Y yo le dije: “Ya sé que me estás invitando, pero como veo que están tomando alcohol y yo no tomo”. Entonces él me respondió: “Pero yo te juro que si te pedís una gaseosa con limón yo te la pago igual, no hace falta que te traigas la de tu mesa”.

"Este es un altar que tengo de Diego en mi casa, donde está el único autógrafo que le pedí para mí, porque siempre le pedía para otros, y los dos frasquitos del perfume Angel qué él usaba", describe Fernanda“Este es un altar que tengo de Diego en mi casa, donde está el único autógrafo que le pedí para mí, porque siempre le pedía para otros, y los dos frasquitos del perfume Angel qué él usaba”, describe Fernanda

—Suena lógico.

—Yo estaba muy nerviosa. Y él siguió: “¡Mirá que sos rara, eh! Me mirás los zapatos, no tomás alcohol…”. Pero al rato nos sentamos y empezamos a charlar. Y ahí pude empezar a conocer al otro Diego, al que no se podía ver por la televisión. Justo era la época en la que a Guillermo Cóppola lo habían metido preso. Y me acuerdo que en el programa de Mauro Viale se hablaba todos los días de ese tema. Así que era todo un escándalo.

—Era una época complicada para Maradona en cuanto a las adicciones…

—Gracias a Dios yo nunca lo vi en mal estado. Sí te puedo decir que algunas veces lo noté como más exaltado y todo eso. Pero bueno, el champagne era moneda corriente en sus mesas…

—¿Cómo continuó la noche?

—Yo en ese momento estaba de novia con el que después fue mi marido y padre de mis hijos, que casualmente también se llama Diego. Él no había ido conmigo ese día, así que le pedí a Maradona si lo podía llamar para saludarlo.

—¿Lo llamó?

—Sí, fue tan amable que lo llamó. Pero era un jueves, día laboral, a la una de la mañana. ¡Imaginate que te llamen a esa hora y te digan: “Hola, soy Maradona”! Mi novio no le creyó y le cortó. Así que lo volvió a llamar y le dijo: “Acá estoy con tu novia, Fernanda”. La cuestión es que se pusieron a charlar. Y, cuando yo quise regresar a mi casa, Diego me acompañó a tomarme un taxi y me pidió el teléfono para ver si llegaba bien.

—¿Se lo dio?

—Le di el de mi casa, porque en esa época eran muy pocos los que tenían teléfonos celulares. Y, efectivamente, calculó cuánto tiempo podía tardar y me llamó para chequear que había llegado bien. Ese fue el primer llamado.

Fernanda junto a Maradona el día que el astro invitó a merendar a sus hermanos para conocerlosFernanda junto a Maradona el día que el astro invitó a merendar a sus hermanos para conocerlos

—¿Y cuál fue el siguiente?

—En ese momento Diego estaba viviendo en hoteles. Lo digo en plural, porque se mudaba de uno a otro cada vez que la prensa averiguaba dónde estaba. Así que me llamó para que fuera con mi novio a cenar con él adonde estaba parando, para que él también pudiera conocerlo personalmente. Así que comimos, charlamos y nos intercambiamos los teléfonos para seguir en contacto. Es sabido que Maradona cambiaba los celulares todo el tiempo porque enseguida se lo viralizaban. Pero pudimos entablar una relación muy linda durante años. Y él siempre decía que lo que le gustaba de mí, era que yo lo trataba como un tipo común.

—¿Pudo llegar al ser humano más allá del ídolo?

—Claro. Yo siempre había sido fanática suya. Pero no sé, me salió naturalmente tratarlo como a cualquier otra persona. Y a él le gustaba eso. Por darte un ejemplo, un día me llamaba para pedirme que fuera a visitarlo, me decía que me mandaba un auto. Y yo yo le respondía que no podía porque estaba planchando. Entonces él se reía y me increpaba: “¡Mirá que sos un personaje vos! ¿Le estás diciendo que no a Diego Armando Maradona porque estás planchando?”. Pero yo le decía: “Sí, estoy planchando”.

—¿Y de qué le hablaba en esos encuentros? ¿Mencionaba a sus hijas, Dalma y Gianinna?

—Muchísimo. La experiencia más movilizante que tuve con él, fue una vez que se puso a llorar en mi falda. Estaba llorando como un nene diciendo que él no podía cumplirle la promesa que le había hecho a Dalma de llevarla al cine, porque la gente no se lo permitía. A él le daban las películas para que las viera en su casa. Pero él quería ir al cine con sus hijas como todos los padres y no podía. Esas situaciones lo ponían muy mal. Como otro día que Gianinna le había pedido que la llevara a un shopping y tampoco le pudo dar el gusto.

—¿Le hacía referencia a Claudia Villafañe?

—Sí. En ese momento ellos estaban que iban y venían, pero él siempre la valoró como mujer. Hablaba maravillas de ella y remarcaba el amor que sentía hacia sus hijas.

Un ejemplar del libro Yo soy el Diego dedicado para Fernanda y su maridoUn ejemplar del libro Yo soy el Diego dedicado para Fernanda y su marido

—¿De Diego Junior decía algo? Porque Jana nació el mismo año en que ustedes se conocieron y Dieguito llegó mucho después…

—No, no, no… Nunca me habló de él. Pero de las nenas sí.

—Se decía que en esa época no iba a visitarlas mucho porque no quería que ellas lo vieran mal. ¿Le consta esto?

—Sí, eso también me lo decía. Yo siempre le puse las cosas en claro, en el sentido de que yo no tomaba alcohol, no era una chica de la noche ni consumía drogas, así que él nunca se presentó conmigo estando mal. Ni hizo nada delante mío. Pero sí sabía que en ese momento Diego estaba luchando contra sus adicciones.

—¿Y usted intentaba ayudarlo de alguna manera? En aquella época las drogas eran un tabú y había menos herramientas para tratar el tema…

—Tal cual. Siempre se habló del entorno de Maradona. Y era cierto, porque sacando a Guillermo era como que todos se la creían más que él. Diego era una persona súper humilde. Por lo menos, el Diego que yo conocí. Y quería compartir todo lo que tenía. Si te invitaba a tomar algo, por ejemplo, te insistía para que te pidieras más y más. Para darte una idea, un día invitó a merendar a mis hermanos, Axel y Guido, para poder conocerlos. Y los esperó con comida como para quince personas.

—¡Qué momento para sus hermanos!

—Imaginate, estaban enloquecidos. En ese momento, Diego estaba en un hotel céntrico y me pidió que fuera con ellos. Le causaba mucha gracia que uno se llamara Axel. Me decía: “¿Va a venir a verme Axel Rose?”. Y estaba muy entusiasmado por verlos. Pero cuando subimos a la habitación nos abrió él mismo, no era que tenía un séquito de asistentes como alguno se puede imaginar. Él nos estaba esperando, nos servía la gaseosa, nos convidaba las masitas…Y en un momento les dijo preocupado: “Chicos, no tengo ningún regalo para darles”. Mis hermanos no podían emitir una palabra de la emoción. ¡Y él encima quería hacerles un regalo!

—De más está decir que a Maradona le gustaban mucho las mujeres y que usted es particularmente atractiva, así que imagino que en más de una oportunidad la debe haber querido cortejar…

—Sí y no.

Fernanda y Diego en uno de sus tantos encuentros de amigosFernanda y Diego en uno de sus tantos encuentros de amigos

—¿Cómo sería eso?

—Él respetaba muchísimo que yo tuviese novio. Y, sobre todo, que fuera alguien a quien él conocía. Así que, aunque siempre me decía que yo era muy linda y que si me hubiera encontrado soltera la cosa hubiera sido distinta, nunca intentó nada más. Porque, además, en ese momento yo estaba con todos los preparativos de mi boda. Y de hecho, cuando me casé en el ‘98, lo invité a la fiesta.

—¿Fue?

—No, nos dijo a mi novio y a mí que nos agradecía mucho la invitación pero que no iba a ir, porque si no nos iba a opacar la celebración.

—Muy sensato de su parte…

—Es que era cierto. Estando Maradona, nadie le iba a prestar atención a los recién casados.

—Y su novio y luego marido, ¿no sentía celos de su relación con Diego?

—No, porque él casi siempre estaba con nosotros. Me acuerdo que Diego nos invitaba a cenar o a ir a La Diosa, que también era boliche bailable, pero íbamos los dos juntos. Y era al contrario: Maradona se ponía celoso si nosotros íbamos a saludar a otro famoso. Una vez, por ejemplo, estaba Alejandro Lerner y yo le dije que me encantaría conocerlo. Pero él me respondió: “Ustedes están conmigo. ¿Quién es Alejandro Lerner al lado mío?”.

—Convengamos que era bastante posesivo con sus afectos…

—Sí, era como si fueran de su propiedad. Pero nunca hubo celos que tuvieran que ver con la pareja.

"Este plato me lo firmó Diego antes de irse a Cuba en una cena. La frase dice mucho de lo que él sentía...", confiesa Fernanda“Este plato me lo firmó Diego antes de irse a Cuba en una cena. La frase dice mucho de lo que él sentía…”, confiesa Fernanda

—Le pregunto como mujer: más allá del amor que sentía por su novio, ¿nunca tuvo la fantasía de estar con el ídolo?

—No, porque la persona superó ampliamente lo que yo esperaba del crack del fútbol. Era tan terrenal, a pesar de ser la persona más conocida mundialmente. Fijate que todos, incluida yo, moríamos por conocerlo y por poder compartir algo con él. Pero él era un tipo humilde. Y yo siempre valoré más la amistad que él me dio que cualquier otra cosa. El hecho de que me contara su vida, que no tuviera tapujos a la hora de llorar adelante mío y que quisiera a mi familia me conmovía. Por darte un ejemplo, a uno de mis hermanos que se había ido a vivir a los Estados Unidos le mandó una copia autografiada del libro Yo soy el Diego. Eso habla de cómo era él.

—Si hubiera pasado otra cosa entre ustedes, tal vez, luego se habría perdido esa amistad. ¿Es así?

—Claro, pero más allá de eso, cuando lo conocí yo ya estaba planeando mi casamiento. Y, después de la boda, seguimos la relación. De hecho, yo quedé embarazada de mi primer hijo y tenía fecha de parto para el 30 de octubre, día del cumpleaños de Diego, aunque después se adelantó y nació el 28. Pero lo sentí como un homenaje a él.

—En el 2000 Maradona tuvo su gran crisis en Punta del Este y, después, se decidió su internación en Cuba. ¿Usted siguió en contacto con él en ese tiempo?

—Sí. El episodio que mencionás fue terrible. Y yo lo viví con mucha angustia. Justo en ese momento había perdido su número, por esto que te contaba que siempre cambiaba su teléfono. Pero después, por intermedio de un amigo, lo pude recuperar y me pude volver a comunicar con él. Nosotros nunca nos peleamos y, los períodos en los que no hablábamos, fue por esto. Pero yo tampoco quería ser un estorbo para su familia con todo lo que estaba viviendo. Así que preferí manejarme a través de otras personas para saber cómo estaba.

—Debe haber sufrido mucho por él.

—Fue muy complicado. Después, cuando se fue a Cuba, yo me puse contenta porque pensé que quizá iba a poder estar más tranquilo para afrontar el tratamiento que necesitaba. Y ahí empezamos a hablar de nuevo. Hasta nos invitó a mi marido y a mí a que fuéramos a visitarlo a la isla, pero yo le expliqué que ese no era el plan y que él tenía que ocuparse de su salud. “La idea es que estés allá solo o con tus seres más cercanos”, le dije. En ese momento estaba mucho con Claudia y con sus padres, don Diego y doña Tota.

"Tengo tatuado el 10 hecho por el propio Maradona", cuenta Fernanda“Tengo tatuado el 10 hecho por el propio Maradona”, cuenta Fernanda

—¿Alguna vez se los presentó?

—No.

—¿Y a Laura Cibilla que era su novia de entonces?

—Yo sabía de ella, pero tampoco me la presentó. A la única que vi una vez que fui a visitarlo a un hotel con mi marido fue a Gianinna, que era muy chiquita. La saludamos y compartimos un ratito, pero nada más. No conocí a nadie más de su círculo íntimo. Mi relación era solo con él.

—¿Hasta cuándo siguieron en contacto?

—Más o menos hasta fines de 2002. Ahí le perdí el rastro por este tema de los celulares y de la gente que lo empezó a rodear, que ya era bastante diferente.

—En 2003 Cóppola dejó de trabajar con él y cambió parte de su entorno…

—Claro. Y ya con la gente nueva que se sumó a Diego yo no me di.

—O sea que el resto de la historia la siguió por los medios.

—Exacto. También por boca de algún amigo en común que nos quedó. Pero ya no hablamos Diego y yo de manera directa.

—¿Cómo siguió su vida?

—Estuve casada, di a luz a mi hija menor y después de un tiempo me separé. Pero digamos que tuve una vida normal.

Otro de los recuerdos firmados que Maradona le regaló a FernandaOtro de los recuerdos firmados que Maradona le regaló a Fernanda

—¿Les contó a sus hijos sobre su amistad con Maradona?

—Sí, por supuesto. Ellos lo vieron en fotos. Yo tengo en mi casa muchas cosas firmadas por Diego, desde un plato hasta un libro. Y hasta tengo los envases de los perfumes que él me regalaba, el Angel que usó siempre. También están las camisetas que tiene su papá. Y la verdad es que siempre les contamos las historias que vivimos con él. Mi hijo, que es fanático, dice que le hubiera gustado conocerlo. Y yo lo intenté pero, lamentablemente, no fue posible llegar a él.

—Para entonces se había cerrado demasiado su entorno, ¿verdad?

—Exactamente.

—¿Qué pasó cuando se enteró de la muerte de Diego?

Se me vino el mundo abajo. Sé que puede sonar fuerte. Pero, aunque ya hacía muchos años que no lo veía, era una persona a la que yo quería de verdad. Siempre me demostró una amistad, un cariño y un respeto fabuloso. Me acuerdo que, ese día, yo llegaba de trabajar cuando leí un mensaje de mi hijo que decía: “No puedo parar de llorar”. Yo, asustada, le pregunté: “¿Qué pasó?”. Y él me puso: “Murió el Diego”. Yo no lo podía creer. Enseguida prendí la tele y, cuando vi la noticia, me desmoroné. Estaba en la cocina, me arrodillé en el piso y exploté en llanto. No podía admitir que fuese cierto. Porque su salud siempre estuvo pendiente de un hilo, pero….

—¿Las veces que había vencido a la muerte le hacían creer que era inmortal?

—Tal cual. Me quedé viendo la tele, esperando que dijeran que era una fake news. Pero bueno, lamentablemente, no lo fue.

—Usted tuvo acceso al sepelio íntimo en Casa Rosada, al que solo pudieron ingresar unas pocas personas. ¿Cómo vivió ese momento?

—Fue súper movilizante. Como recordarás, era en plena pandemia, así que yo no salía mucho. Estaba en un sector privado, no con el público que era multitudinario, pero igual éramos bastantes. Y es difícil poner en palabras lo que viví ahí. Pero terminé de entender que va a ser difícil que lo dejen descansar en paz. Porque yo tenía adelante mío su cajón. Y me enteraba por los medios que se decían cosas que no eran ciertas, que ahí no estaban ocurriendo.

Fernanda en una foto actualFernanda en una foto actual

—¿Se refiere a las supuestas indicaciones para que censuraran el ingreso de ciertas personas?

—Sí, ese tipo de cosas. O que hablaran de la presencia de algunos que realmente no habían ido.

—¿Cómo quiénes?

—No importan los nombres. Pero yo no vi ninguna de las situaciones que se mencionaron. No vi a nadie pidiendo que no dejaran entrar al alguien. Las hijas, Dalma y Gianinna, estaban ahí despidiendo a su padre. También la vi a Jana, que estaba muy mal, pero nadie la dejó de lado. Todas estaban unidas en ese momento. Igual que Claudia, a la que todos se acercaban para darle el pésame. No pasó nada raro.

—¿Alguien preguntó quién era usted?

—Que yo sepa, no. Yo había llegado con un par de amigos y me mantuve al margen, porque no conocía a nadie más. Sin embargo, ¿viste cuando se armó el lío con la gente, que empezaron las corridas y tuvieron que cerrar todo?

—Sí.

—Dalma, su marido, Gianinna y Jana estaban al lado del cajón, viendo a la gente que pasaba. Y Claudia me dijo: “Por favor, traeme a las nenas”. Ella estaba adentro de un salón en el que había un servicio de catering, más resguardada, donde estábamos la mayoría de los que habíamos participado de la despedida íntima. Así que fui a buscarlas. Y me vi en la situación de tener que agarrar la Copa del Mundo para que nadie se la llevara. Se la di a Fernando Burlando. Y acompañé a las chicas hasta donde estaba su mamá.

—Es increíble que, sin que nadie la conociera, terminara ayudando a la familia de Diego en ese momento tan triste….

—Sí. Ahora que lo decís, fue muy loco… Porque Claudia, sin conocerme, me pidió por favor que buscara a sus hijas. Gritaba desesperada: “¡¿Dónde están las nenas?!”. Entonces yo le dije: “Están al lado del cajón. ¿Querés que las llame?”. Y me rogó que lo hiciera. Así que yo salí de ese lugar resguardado y logré convencer a las chicas de que fueran con ella.

—Se cumple el cuarto aniversario del fallecimiento de Maradona. ¿Qué le pasa en estos días?

—Siento mucha tristeza. Es como que no termino de caer, o que no lo quiero aceptar… Me cuesta creer que ya no está más. Y me dolió mucho cuando ganamos el mundial. ¿Cómo podía ser que él no estuviera? También me pega mucho la fecha de su cumpleaños, porque no tengo a quién saludar ni con quien festejar. Pero la verdad es que tengo muy lindos recuerdos con Diego y prefiero quedarme con eso. Él hacía que todos fueran partícipes de sus reuniones y la pasaran espectacular.

—Habiendo logrado ese grado de intimidad con él, ¿podría decir que logró ser feliz?

—La felicidad está compuesta de pequeños momentos. Y yo pienso que Diego, en muchos momentos, fue feliz. Sobre todo, con su familia. Me lo dijo.

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Un turista de 21 años se metió al Río Paraná para buscar una pelota y murió ahogado

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Ocurrió en el balneario municipal de Santa Elena. El joven habría cruzado la zona habilitada, que estaba delimitada por boyas

Un joven de 21 años murió ahogado este martes por la tarde tras adentrarse en las aguas profundas del río Paraná para recuperar una pelota. El trágico accidente ocurrió en el balneario Santa Elena, situado en la ciudad homónima, en Entre Ríos.

El cuerpo no ha sidoEl cuerpo no ha sido encontrado y la búsqueda continúa.

Si bien un compañero intentó ayudarlo, tuvo que soltarlo debido a que la víctima comenzó a arrastrarlo mientras se ahogaba. El joven fue identificado como Logan Daniel Videla, oriundo de La Matanza, provincia de Buenos Aires. En el caso intervinieron agentes de la Comisaría de Santa Elena, del Departamento La Paz, junto con personal de Prefectura Naval.

El trágico accidente ocurrió enEl trágico accidente ocurrió en Río Ceballos (Foto: Prensa Policía)

Alarmante cifra de ahogamientos durante el verano

Según se pudo reconstruir, al notar que no podía mantenerse a flote, comenzó a pedir auxilio. A pesar de los esfuerzos de una persona que logró sacarlo del agua, ya no presentaba signos vitales, según informó El Doce TV.

En lo que va del verano, las víctimas fatales sufrieron accidentes en las localidades cordobesas de La Calera (Sierras Chicas), Nono (Traslasierra), Villa Rumipal (Valle de Calamuchita), Villa Carlos Paz (Valle de Punilla), el dique Piedras Moras (Calamuchita), Mina Clavero (Traslasierra) y Río Tercero (Tercero Arriba).

Las autoridades locales y los organismos de emergencia suelen emitir recomendaciones para evitar accidentes en los cursos de agua. Entre las medidas más comunes se encuentran evitar ingresar a zonas profundas, prestar atención a las corrientes y no nadar en áreas no habilitadas. Sin embargo, los incidentes registrados este verano reflejan que, en muchos casos, estas advertencias no son suficientes para prevenir tragedias.
Un turista de 65 añosUn turista de 65 años falleció en La Toma.

Solo dos días antes de la muerte de Lucas Iván Paz, falleció otro hombre identificado como Horacio Quiroga en la ciudad de Río Tercero. La víctima, de 37 años, disfrutaba de una jornada familiar cerca del balneario municipal; cuando ingresó al agua en la zona del predio del Centro Tradicionalista alrededor de las 19 horas. Testigos relataron que, tras lanzarse al río, Quiroga no volvió a salir a la superficie, lo que generó alarma entre los presentes.

Ante la emergencia, las autoridades locales y los Bomberos Voluntarios acudieron rápidamente al lugar. Según detalló Telefe Córdoba, lograron rescatar al hombre y trasladarlo de inmediato al hospital de la localidad. Sin embargo, pese a los esfuerzos médicos, se confirmó su fallecimiento horas después. Habría sufrido un paro cardiorrespiratorio tras ingresar al agua.

Días atrás, un hombre de 65 años, identificado como Norberto Jorge Amadeo, falleció en el balneario La Toma, ubicado en la localidad de Mina Clavero. El turista, oriundo de la provincia de Buenos Aires, resbaló mientras intentaba cruzar el río a nado, golpeó su cabeza contra una piedra y fue arrastrado por la corriente, lo que resultó en su trágico deceso.

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Temporal en Bahía Blanca, en vivo: se reactivó el transporte público y será gratis por 30 días

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La ciudad bonaerense vuelve poco a poco a la normalidad. El funcionamiento de los colectivos, la recolección de residuos y la entrega de donaciones. La atención al público en lugares habilitados para circular. Qué pasará con las clases y el clima

Bahía Blanca se reconstruye después del fuerte temporal que azotó a la ciudad el viernes pasado, provocando grandes daños y destrozos. La ciudad recibió la llegada del.

En el medio de la angustia que prevalece por las personas que aún están desaparecidas, incluyendo a las hermanas Delfina y Pilar Hecker, de uno y cinco años, las autoridades del municipio se mantienen trabajando en su búsqueda.

Por lo pronto las clases estarán suspendidas hoy y mañana debido a las complicadas condiciones de infraestructura en las que se encuentran las instituciones relevadas.

En tanto, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires anunció un paquete de medidas como créditos blandos, subsidios, transporte gratis y beneficios impositivos.

Alfredo Dagna, presidente del Club Olimpo de Bahía Blanca: “El club está colapsado con las ayudas”
Alfredo Dagna, presidente del Club Olimpo, confirmó que suspendieron el fútbol en Bahía Blanca, para ayudar a la ciudad

El presidente del Club Olimpo de Bahía BlancaAlfredo Dagna, destacó la ayuda de gran parte de las instituciones deportivas de la Argentina: “Es un aluvión de donaciones que vienen. Me han llamado casi todos los presidentes de clubes para decirme que enviaban uno o dos camiones”. E informó que la idea es entregarlo “en forma inmediata” a la gente, ya que hay una situación de desesperación.

Respecto al rol de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), Dagna comentó que el organismo se encuentra recibiendo donaciones en el predio de la AFA, en Ezeiza, que provienen de los clubes del interior. Y subrayó que lo que más se necesita son elementos de higiene: “El tema es lo que pueda pasar desde el punto de vista sanitario en la Ciudad”.

Alfredo Dagna, presidente del ClubAlfredo Dagna, presidente del Club Olimpo de Bahía Blanca

En cuanto a medidas, el dirigente relató: “En el fútbol lo que hicimos fue suspender el partido que teníamos ahora, jugábamos el domingo. Tengo dos helicópteros de la Policía Federal en la cancha de fútbol y suben y bajan todos los políticos que vinieronEl club está colapsado con las ayudas”.

Por último y sobre la situación actual en la localidad bonaerense, Dagna calificó al temporal como “una situación difícilmente de entender” y estimó que es poco probable que vuelva a suceder. “Son situaciones que uno las explica y las cuenta, pero el que las vive es una situación traumática porque pierde todo. Eso es como el Juego de la Oca, retrocedes 20 casilleros porque perdés todo. Hechos como estos desbordan cualquier previsibilidad posible”.

En este punto, concluyó: “Es dramático lo que pasó, de tal forma que, toda la ayuda que llega, si bien es un bálsamo para la gente, cuando pase la ayuda la gente va a tener que arrancar de cero. Y eso es lo más preocupante”.

10:28 hsHoy

Cómo están las rutas en Bahía Blanca

El desigual estado de lasEl desigual estado de las rutas en Bahía Blanca (Gustavo Gavotti)

Según informó Vialidad Nacional, el estado de las rutas nacionales que conectan la ciudad con el resto del país presenta diversas restricciones, incluyendo cortes totales y tramos transitables con precaución.

De acuerdo con el reporte oficial, la Ruta Nacional 3 (RN 3), muestra diferentes niveles de accesibilidad dependiendo del tramo. El segmento entre Azul y el empalme con la Ruta Nacional 229 (RN 229) se encuentra transitable sin inconvenientes. El tramo que conecta la RN 229 con El Triángulo y el que va desde este último punto hasta la calle Charlone (kilómetro 691) requieren precaución debido a las condiciones del camino.

Por otro lado, el tramo entre el Canal Maldonado (kilómetro 692) y el empalme con la Ruta Nacional 33 (RN 33) permanece completamente cerrado al tránsito.

Los trabajos para recuperar laLos trabajos para recuperar la circulación vial en algunos accesos a la ciudad de Bahía Blanca

El resto de los tramos de la RN 3 presentan una situación mixta. Desde el empalme con la RN 33 hasta el empalme con la Ruta Nacional 22 (RN 22), el tránsito es posible pero con precaución, mientras que el trayecto entre el empalme con la RN 22 y Patagones está habilitado sin restricciones.

Asimismo, el segmento que conecta el empalme con la RN 3 y Río Colorado, perteneciente a la RN 22, también es transitable con normalidad.

El pavimento resquebrajado, producto deEl pavimento resquebrajado, producto de las tormentas del viernes pasado

La Ruta Nacional 33 (RN 33) también presenta condiciones variables. El tramo entre el empalme con la RN 3 y La Vitícola está habilitado, pero se recomienda circular con precaución. Por su parte, el trayecto que conecta La Vitícola con Pigüé no presenta inconvenientes. Sin embargo, el tramo que une Pigüé con Trenque Lauquen requiere precaución debido a las condiciones del camino.

En cuanto a la Ruta Nacional 35 (RN 35), el panorama es más crítico. El tramo que conecta Bahía Blanca con el límite de la provincia de La Pampa se encuentra totalmente cerrado.

La Ruta 35, una deLa Ruta 35, una de las más afectadas por el temporal

Por su parte, la Ruta Nacional 228 (RN 228), que conecta Necochea con Tres Arroyos, está habilitada sin restricciones. Por otro lado, la Ruta Nacional 229 (RN 229), que une el empalme con la RN 3 y Balneario Marisol en Punta Alta, es transitable, pero con precaución.

La Ruta Nacional 249 (RN 249), que conecta el empalme con la RN 3 y el empalme con la RN 229 en Punta Alta, también requiere precaución para su tránsito. Asimismo, la Ruta Nacional 252 (RN 252), que abarca el tramo entre la Rotonda de Villa Sarsfield y el puente La Niña, presenta condiciones similares.

Finalmente, la Ruta Nacional 1V03 (RN 1V03), que conecta el empalme con la RN 3 y la Rotonda Ex Indiada, también está habilitada, pero se recomienda circular con precaución.

10:12 hsHoy

El Hospital Penna reactiva algunos de sus servicios

El acceso a guardia delEl acceso a guardia del Hospital José Penna (REUTERS/Juan Sebastián Lobos)

El Hospital Provincial José Penna, principal centro de salud de Bahía Blanca, comenzó a recuperar su funcionamiento tras los graves daños sufridos durante el temporal del pasado viernes.

El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires implementó un amplio Plan de Contingencia que incluye la adecuación de espacios, la reorganización de servicios y el envío de recursos humanos y materiales para garantizar la atención médica en la región.

Más de 200 agentes sanitarios fueron enviados al hospital, junto con equipamiento médico, medicamentos, vacunas y personal especializado en salud mental. Estas medidas buscan restablecer la operatividad del establecimiento, que es clave para la atención de la población local.

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Sociedad

“¿Dónde está mi bebé?”: la angustia de una madre adolescente y la hazaña de una enfermera en medio de la inundación en Bahía Blanca

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La tormenta arrasó con el Hospital Penna y decenas de niños tuvieron que ser evacuados de la Neonatología. Saira Delmiro, de 16 años, vivió una odisea para reencontrarse con su hija, Amely. Su historia y la de la enfermera que la salvó

El viernes 7 de marzo, Saira Delmiro (16) se despertó sobresaltada en su casa del barrio 9 de Noviembre, en Bahía Blanca. Eran las cuatro de la madrugada y afuera llovía sin parar. Horas después, cuando ya se había desatado el peor temporal de la historia de la ciudad, llegó a su teléfono un video que le heló la sangre: el hospital Penna, donde su hija Amely llevaba tres semanas internada en el sector de Neonatología, se había inundado.

“Me agarró un ataque de nervios. No veía a mi bebé desde la noche anterior y en las imágenes no aparecía el sector donde ella estaba. Me desesperé. Pensé que no se iba a salvar”, recuerda Saira en diálogo con Infobae.

Amely nació el 15 de febrero pasado, con solo 27 semanas de gestación y un peso de 940 gramos. Desde entonces, la beba pasaba sus días en una incubadora, con respirador y asistencia médica constante. Saira, que recibió el alta tres días después de traerla al mundo, la visitaba dos veces al día. “Trataba de pasar la mayor cantidad de tiempo en la Neonatología. Le cambiaba los pañales, me sacaba leche para que se alimentara y le hablaba permanentemente. Me costaba mucho verla así, tan chiquita y llena de cables”, explica.

A pesar del buen cuidado, en sus primeras semanas de vida, la evolución de Amely era inciertaprimero tuvo ictericia (NdR: una afección frecuente en los neonatos que provoca que la piel y las partes blancas de los ojos se tornen amarillas a partir de un exceso de bilirrubina en la sangre) y, luego, una infección que le comprometió los pulmones. “Todo venía siendo muy cuesta arriba”, explica su mamá

Pero la prueba más dura todavía estaba por llegar.

La primera imagen de Amely.La primera imagen de Amely. La beba nació el 15 de febrero con solo 27 semanas de gestación y un peso de 940 gramos

“¿Dónde está mi bebé?“

Después de ver los videos, aquel viernes 7 de marzo, Saira decidió ir al hospital Penna a buscar a su bebé. Llegó alrededor de las 17 y ahí se enteró de que Amely ya no estaba allí. “Pregunté adónde estaba mi hija y me dijeron que la habían trasladado. ‘Ella está bien, pero la llevamos a OSECAC’, me explicó el director de Neonatología. El problema es que eso quedaba pasando el centro y, con mi mamá, no teníamos cómo llegar. Paramos una camioneta que se ofreció a llevarnos, pero tuvimos que bajarnos antes. Cuando salimos del coche, el agua nos llegaba por encima de la cintura y la corriente te llevaba. Tuvimos miedo”, cuenta.

Durante horas, Saira y su madre se quedaron atrapadas en una vereda, sin poder avanzar. “Tuvimos que esperar a que bajara el agua. Estábamos empapadas y embarradas. Al final, empezamos a caminar por calles sin luz. ‘No vamos a llegar’, le decía a mi mamá”, cuenta Saira.

Finalmente, cerca de las 21:30, llegaron a la clínica. “Entré y dije: ‘Soy la mamá de Amely, una de las bebés que trajeron del Penna’. Ahí me llevaron a la sala de padres para que me cambiara y después nos reencontramos. Cuando la vi, me largué a llorar. No podía creerlo. Creí que no iba a sobrevivir”, dice.
Luciana Marrero, la enfermera queLuciana Marrero, la enfermera que cobijó a Amely en su pecho, debajo de su ambo, para darle calor y así salvarle la vida

“No tenés nada que agradecer”

Quien repone la otra parte de la historia, ahora, es Luciana Marrero, la enfermera que cobijó a Amely en su pecho, debajo de su ambo, para darle calor y así salvarle la vida. Junto a sus compañeras del Penna, Luciana puso en marcha un operativo de rescate que se extendió durante 18 horas ininterrumpidas hasta que lograron trasladar a todos los recién nacidos a un lugar seguro.

“Actuamos con el corazón y pensando en las madres que no pudieron llegar hasta sus hijos debido a la tormenta. Si no nos saliera del corazón, no podríamos haberlo hecho. La prioridad siempre son los bebés”, comentó la enfermera en una entrevista días atrás.

Luciana, quien trabaja en el turno noche de la Neonatología, conocía a Amely, pero no a Saira. Recién se vieron por primera vez días después de la tormenta. “Fue muy emotivo el encuentro. Ella estaba superagradecida por lo que hice. ‘No tenés nada que agradecer. Yo también soy mamá y te entiendo. Vos hubieras hecho lo mismo’, le dije. Me emocionó mucho verla afrontar una tarea tan enorme como la maternidad, siendo tan chiquita”, contó la enfermera a Infobae.
Así fue el encuentro entre Saira Delmiro y Luciana Marrero, la enfermera de neonatología del Hospital Penna de Bahía Blanca, que rescató a su bebé (Video/Telefe Noticias)

“A Luciana nunca la había visto porque yo me iba del hospital a las 21 y ella llegaba a las 24. El encuentro fue muy lindo. Me abrazó y me dijo que hizo lo que yo hubiera hecho. Si no fuera por ella, Amely no estaría hoy acá”, asegura Saira.

Pese a la incertidumbre por lo que vendrá, la joven se aferra a la esperanza. “Gracias a Dios, mi casa no se inundó y puedo ir y volver de OSECAC, aunque está mucho más lejos que el Penna. Amely sigue ganando peso y mientras ella esté bien, yo también lo estaré”, se despide Saira.

Amely, hoy. "Ya pesa másAmely, hoy. “Ya pesa más de un kilo. Mientras ella esté bien, yo también lo estaré”, dice su mamá

Volver a ponerse de pie

Tras la inundación, el hospital Penna, que también recibe pacientes de Tres Arroyos, Carmen de Patagones y otras localidades del sur de Buenos Aires, se encuentra en una situación crítica.

Ante la devastación, el personal de la institución solicitó la colaboración de la comunidad para reconstruir la sala de Neonatología y reponer los equipos perdidos. “Bahía necesita de la población. Nuestro sueño es volver a ver nuestra Neo en pie“, aseguraron las enfermeras.

Al cierre de esta nota, según informaron las autoridades locales, la ciudad comienza a reactivarse con la restauración de los medios de transporte y la recolección de basura. En tanto, este lunes, la Policía Científica logró establecer la identidad de 15 de las 16 víctimas fatales, quedando solo una, de entre 50 y 55 años, sin identificar. A su vez, se conoció que el número de evacuados descendió a 523 y que continúa la búsqueda de las hermanas Delfina y Pilar Hecker, de 1 y 5 años, quienes fueron arrastradas por la corriente durante el temporal.

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