El desempeño de Donald Trump en las elecciones desató una intensa reacción en los mercados financieros, con subas generalizadas en los principales activos de riesgo aún antes de que la victoria sea oficial.
La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos provocó un impacto inmediato en los mercados globales. A medida que avanzaba el conteo de votos y Trump consolidaba su liderazgo en estados clave, los futuros de las principales bolsas de Wall Street mostraron un marcado incremento. Los contratos vinculados al Dow Jones Industrial Average llegaron a subir 1.133 puntos, un alza del 2,7%, mientras que los futuros del S&P 500 y del Nasdaq 100 registraron subas del 2,4% y el 1,8% respectivamente. La perspectiva de recortes impositivos y eliminación de regulaciones impulsa a las acciones mientras que genera expectativas de peores números fiscales y datos más altos de inflación.
Este rally en las acciones se extendió a otros activos, como el dólar y el Bitcoin, que experimentaron un alza importante ante la expectativa de un retorno de las políticas de Trump. El dólar se fortaleció frente a las principales divisas, mientras que Bitcoin alcanzó un nuevo máximo histórico con un avance de más del 8%. Además, el índice Russell 2000, que agrupa a empresas de menor capitalización con una exposición más directa al mercado estadounidense, incrementó sus contratos futuros en un 5%.
El impacto de la victoria de Trump no se limitó a las acciones y las criptomonedas. El mercado de deuda también experimentó movimientos significativos: el rendimiento de los bonos del Tesoro de EE.UU. a 10 años saltó 15 puntos básicos, situándose en torno al 4,435%, el nivel más alto desde julio. Este repunte reflejó la expectativa de los inversores de que un segundo mandato de Trump impulsaría políticas de crecimiento económico a través de recortes de impuestos y un incremento del gasto fiscal, lo que podría ampliar el déficit y reavivar la inflación. Jeremy Siegel, profesor de finanzas de la Universidad de Pensilvania, comentó en CNBC que, en un escenario de “sweep” republicano en el Congreso y la presidencia, “el mercado de bonos mostraría inestabilidad ante los posibles recortes de impuestos de Trump”.
A lo largo de la noche, medios como NBC News proyectaron que Trump había obtenido triunfos en estados clave como Carolina del Norte, Pensilvania y Georgia, situándolo a sólo cuatro votos del total necesario en el Colegio Electoral. La Associated Press estimó pasadas las 5,30 de la mañana de Washington DC que el candidato republicano había superado los 270 votos electorales necesarios para volver oficial su victoria por sobre la actual vicepresidenta Kamala Harris.
Aumento en la deuda pública y presión en los bonos
El alza en las tasas de los bonos del Tesoro generó una reacción en cadena en los precios a lo largo de toda la curva de rendimiento, destacando una preocupación por el crecimiento del déficit. Según Stephanie Roth, economista jefe de Wolfe Research, se podría esperar que el rendimiento de los bonos a 10 años se acerque al 4,5% en el caso de una victoria de Trump, según declaraciones citadas por CNBC. Esta proyección responde al temor de los inversores de que la administración republicana aplique fuertes recortes fiscales sin una disciplina presupuestaria, lo que llevaría a una emisión constante de deuda en los próximos años. Byron Anderson, jefe de renta fija en Laffer Tengler Investments, expresó en una nota mencionada por el mismo medio que “los bonos están experimentando una venta masiva en toda la curva de rendimiento”, en lo que denominó como una aplicación del “Trump trade”.
La posibilidad de un retorno de las políticas de Trump también elevó el optimismo entre algunos inversores en sectores específicos. De acuerdo con un informe de Morgan Stanley citado por la agencia Bloomberg, las posiciones largas en futuros de índices como el S&P 500 y el Nasdaq 100 alcanzaron niveles cercanos a los 400.000 millones de dólares, el doble de la cifra registrada hace dos años. Este cambio en las posiciones se vio reflejado en los sectores de banca y salud, que registraron subas en sus valores: JPMorgan, Bank of America y Wells Fargo, tres de los principales bancos del país, avanzaron más de un 6% en el pre-market, mientras que Humana, una de las aseguradoras de salud más grandes, subió un 5%. Sin embargo, las acciones de compañías vinculadas a la energía limpia como First Solar y SolarEdge Tech experimentaron caídas superiores al 12%, ante la falta de perspectiva de apoyos de la administración entrante hacia el sector.
El retorno de políticas asociadas a la administración Trump, como los recortes fiscales y la desregulación, fue bien recibido en los mercados bursátiles. El índice S&P 500, que ya había ganado un 23% en 2024, se encontraba en su mejor rendimiento para un año electoral en casi nueve décadas. Las expectativas de una continuidad de medidas pro-mercado impulsaron las posiciones largas en activos de riesgo, con fondos de cobertura y otros inversores apostando por una apreciación continua de los índices estadounidenses. “Mientras más peso tenga la reducción de impuestos y la desregulación en la agenda, mayor será el impacto positivo en los activos de riesgo”, comentó George Saravelos, jefe de investigación de divisas en Deutsche Bank, citado por Bloomberg.
Suba en criptomonedas y expectativa de tarifas
Uno de los activos que reflejó el impacto de una posible victoria de Trump fue Bitcoin, que subió un 8% en la madrugada, alcanzando un nuevo récord histórico. Este movimiento se atribuyó a la postura de Trump respecto a los activos digitales y su posible interés en promover su uso. En paralelo, las posiciones en el dólar alcanzaron un saldo neto positivo de 17.800 millones de dólares, según la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos, lo que destacó una sólida expectativa en el mercado de cambios.
A medida que avanzaban los reportes de resultados electorales, el consenso en Wall Street indicaba que la victoria de Trump podría traer consigo tarifas adicionales en el comercio internacional. Se especula que este retorno de los aranceles podría impactar en la inflación global y en el comercio exterior, reviviendo tensiones de la administración anterior.
El 1,5% de mayo fue más bajo respecto a los pronósticos previos, pero será difícil que se repita este mes, porque se registra un repunte en alimentos. Caputo sacó rédito a su política de privilegiar la desinflación por sobre el fortalecimiento de reservas
La abrupta caída de la inflación de mayo a 1,5%, el menor registro en cinco años, representa un triunfo para la estrategia elegida por el ministro de Economía. Luis Caputo privilegió la estabilidad cambiaria y el estricto control de los agregados monetarios por sobre la acumulación de reservas. El objetivo de esta política fue justamente poner como prioridad la desaceleración de precios, reflejado ayer en los datos divulgados por el INDEC.
El objetivo cada vez más explícito del Gobierno es mostrar el éxito alcanzado en la lucha contra la inflación. Y sobre todo transmitir que el ajuste fiscal y el control del gasto público finalmente tienen su premio.
Lo más destacado del dato conocido ayer es que el rubro alimentos y bebidas subió apenas 0,5%, mientras que la canasta alimentaria cayó 0,4%. Se trata de datos claves, ya que la desaceleración de precios en este segmento impacta positivamente en la base de la pirámide social. Son las familias de menores ingresos las que más se ven favorecidas, teniendo en cuenta que la mayor parte de su gasto se dedica a compras en supermercados y autoservicios.
Aún con todo lo positivo, el dato de mayo tuvo algunas señales amarillas. Por un lado, la fuerte desaceleración en alimentos se explicó por fuertes caídas de precios en frutas y verduras, algo que difícilmente se repita hacia adelante. Por otra parte, la inflación núcleo -que excluye productos regulados y estacionales- se mantuvo bastante más arriba, arrojando un 2,2%.
La inflación de servicios también se ubicó bien por encima de la promedio, llegando a 2,7%, reflejando el impacto real de los ajustes de precios sobre la clase media. Aquí entran tarifas de servicios públicos, alquileres, Internet, prepagas, restaurantes y cuotas de colegios, entre otros rubros.
Con estos datos, la pregunta razonable es si semejante caída de la inflación es sostenible en los próximos cuatro meses, es decir en la previa electoral.
Existe una probabilidad alta que se mantenga efectivamente por debajo del 2% mensual. Sin embargo, es menor claro que se pueda mantener la tendencia descendente desde los niveles actuales en los próximos meses.
La consultora LCG, por ejemplo registró un fuerte repunte en alimentos en la segunda semana de junio, con incrementos de 1,7% tras haber registrado estabilidad de precios en la primera semana. Entre los productos que lideran las subas hay varios de la canasta básica: aceites aumentaron 5,9%, verduras 4% (tras la caída de junio) y carnes 1,3%. La inflación promedio para las últimas cuatro semanas en este rubro fue de 1,6%, bien por encima del registro de mayo.
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Por lo tanto, no será fácil que este mes se mantenga un nivel similar al de mayo, pero sí existe una probabilidad alta de que se mantenga por debajo del 2%. La probabilidad de que este comportamiento se mantenga hasta la medición de septiembre también aumentó considerablemente.
La expectativa del Gobierno es que mantener la inflación en niveles acotados sea clave para conseguir un buen resultado electoral en octubre. Javier Milei siempre tuvo claro que la principal demanda de la sociedad cuando asumió era la reducción de la inflación, que pasó del 25,5% en diciembre de 2023 (producto de la devaluación) a solo 1,5% en la última medición.
Que la baja se explique sobre todo en la mayor estabilidad registrada en alimentos también es una buena noticia para la Casa Rosada, ya que el impacto se siente en sectores populares, históricamente más cercanos al peronismo o al kirchnerismo.
Por supuesto que por delante quedan muchos desafíos, en particular consolidar la reactivación para que se transforme en crecimiento genuino. También la necesidad de crear puestos de trabajo para al menos compensar la destrucción de empleo de sectores como las pymes industriales. Pero posiblemente esto sean temas que figurarán en las demandas de los próximos dos años, ya pensando en la elección presidencial de 2027.
La magnitud de la inundación que afectó a las ciudades de Bahía Blanca y General Daniel Cerri impactó a toda la comunidad y también dañó gravemente al Complejo Industrial, uno de los pilares productivos de la trasportadora de gas
Después de la inundación y la tragedia que sufrió la ciudad bonaerense de Bahía Blanca, y tras tres meses de trabajo intenso e ininterrumpido, la trasportadora de gas TGS anunció que su Complejo Cerri se encuentra nuevamente 100% operativo.
Se trata de una planta cuya principal actividad es la producción de líquidos derivados del gas natural —etano, propano, butano y gasolina natural— con una capacidad anual superior a 1.050.000 toneladas. “Además, allí, se realiza el fraccionamiento y envío de estos líquidos por ductos hacia la Planta Galván, también de tgs, donde se almacenan antes de su despacho al mercado local y regional”, explicaron desde la empresa cuyo 51% pertenece en partes iguales a Pampa Energía y a un grupo de inversores liderado por la familia Sielecki.
“En nombre de todo TGS, quiero agradecer profundamente a nuestros colaboradores, proveedores, contratistas, vecinos y a toda la comunidad de Bahía Blanca por su apoyo incondicional y su compromiso durante estos meses. Lo que logramos en este tiempo récord no solo demuestra capacidad técnica, sino también una enorme vocación de servicio, solidaridad y sentido de pertenencia. Gracias a todos por ayudarnos a poner nuevamente de pie una instalación clave para la energía del país, luego de lo tristemente sufrido”, afirmó Oscar Sardi, CEO de TGS.
Oscar Sardi, CEO de TGS, en el centro, acompañado por los accionistas Marcelo Mindlin (Pampa Energía) y Daniel Sielecki, en octubre del 2024, en el NYSE de Nueva York, cuando se celebraron los 30 años de cotización de la empresa en Wall Street
Desde la compañía energética destacaron que para la recuperación, trabajaron no solo colaboradores de TGS provenientes de distintos puntos del país, sino también más de 150 proveedores y contratistas de servicios y materiales, cuyo trabajo coordinado y compromiso resultaron clave para la recuperación del complejo.
“A pesar de la magnitud del evento climático y del hecho de que el complejo alberga dos plantas compresoras esenciales para el sistema de transporte de gas natural, TGS nunca interrumpió la provisión del servicio. Gracias a una rápida respuesta operativa y a la implementación de maniobras extraordinarias, la compañía logró mantener la continuidad del suministro con los más altos estándares de seguridad, garantizando así el abastecimiento de gas natural en todo momento”, cerró el comunicado de TGS.
El Ejecutivo eliminó barreras para la operación de fondos internacionales con títulos públicos y redujo las condiciones para el retiro de divisas
El Gobierno nacional avanzó con un nuevo paquete de medidas orientadas a estimular la entrada de divisas mediante la flexibilización de normas que hasta ahora limitaban la operatoria de capital extranjero en el mercado financiero local. Las decisiones, tomadas en simultáneo por la Comisión Nacional de Valores (CNV) y el Banco Central (BCRA), apuntaron a facilitar tanto el ingreso como el egreso de fondos especulativos de corto plazo que inviertan en instrumentos de deuda emitidos por el Tesoro Nacional.
Desde el lado regulatorio, la CNV publicó la Resolución General N.º 1068, por la cual se amplió el conjunto de excepciones al límite diario de $200 millones que regía para transferencias al exterior de valores negociables por parte de inversores no residentes. A partir de esta disposición, esa restricción dejó de aplicarse en casos en los que se trate de bonos del Tesoro con vencimiento igual o mayor a 180 días desde su fecha de emisión y que hayan sido adquiridos en colocación primaria, siempre hasta el valor nominal suscripto.
El presidente del organismo, Roberto Silva, indicó que esta medida se enmarca en una política general de remoción de trabas al funcionamiento del mercado de capitales. Según el comunicado oficial, la CNV buscó avanzar con la normalización de operaciones y acompañar la estrategia general del Ejecutivo nacional, que prioriza el financiamiento en moneda extranjera sin intervención directa del Banco Central.
En paralelo, el BCRA confirmó que eliminará el plazo mínimo de permanencia de 180 días para los fondos del exterior que ingresen al país y participen en operaciones en el Mercado Libre de Cambios (MLC) o en licitaciones primarias de títulos públicos del Ministerio de Economía. Esta condición, vigente desde abril de este año tras la Comunicación “A” 8230, había sido parcialmente modificada en mayo con la Comunicación “A” 8245 para permitir la suscripción del Bonte 2030 en dólares. Ahora, la permanencia mínima se suprime completamente.
El presidente del BCRA, Santiago Bausili, explicó que la decisión respondió a una revisión del esquema de restricciones cambiarias vigente. Consideró que el “cepo” aplicado desde 2019 había dejado de cumplir su función original y se transformó en un obstáculo para el ingreso de nuevos fondos. Según declaraciones públicas, el funcionario sostuvo que los inversores que querían salir ya lo habían hecho y que actualmente no existían trabas relevantes que justificaran mantener el régimen anterior.
El Bonte 2030, con tasa elevada y suscripción en dólares, se volvió una herramienta central para el financiamiento del Tesoro y la compra de dólares para las reservas (Reuters)
Estas modificaciones se dieron en un contexto de estrategia coordinada entre la autoridad monetaria y el Ministerio de Economía, orientada a reforzar las reservas internacionales mediante el ingreso de divisas del exterior. Para ello, el equipo liderado por Luis Caputo activó dos mecanismos: por un lado, la firma de un acuerdo de financiamiento tipo REPO con siete bancos internacionales por un monto de US$2.000 millones; por el otro, una nueva licitación del Bonte 2030, que permite suscripción en dólares por parte de inversores locales y extranjeros.
El llamado a licitación se programó para el viernes 13 de junio y apuntó a captar US$500 millones, la mitad del monto obtenido en la primera colocación de abril, que se orientó exclusivamente a no residentes. En esta oportunidad, tanto residentes como no residentes pudieron participar en la oferta, lo que amplió el universo potencial de suscriptores.
En su debut, el Bonte 2030 ofreció una tasa del 29,5%, superior a las expectativas de mercado. Esta rentabilidad, combinada con la eliminación de las restricciones de salida, representó un atractivo importante para los fondos internacionales, que encontraron mejores condiciones para operar en el mercado local. Además, se estableció un límite mensual de US$1.000 millones para este tipo de colocaciones, lo que permitió mantener cierto grado de control sobre los flujos.
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, confirmó que el menú de la licitación incluiría además letras capitalizables con vencimientos en julio, agosto, septiembre y noviembre, orientadas a captar el interés de fondos comunes de inversión. Asimismo, se pusieron en oferta dos Bonos Capitalizables (BONCAP) con vencimientos en enero y junio de 2026.
Desde el Ministerio de Economía, el subsecretario de Política Económica, José Luis Daza, consideró que estas decisiones formaban parte de un plan para anticipar el regreso a los mercados voluntarios de deuda con legislación extranjera. En declaraciones a medios, sostuvo que el programa económico avanzaba mejor de lo previsto y que la colocación de instrumentos en moneda dura reflejaba ese ritmo.
Por otro lado, el Tesoro anunció que a partir de este mes se publicará un cronograma anual de licitaciones de deuda pública. Esta medida apunta a brindar previsibilidad y permitir que los agentes financieros planifiquen su participación de forma más ordenada, tanto en moneda local como extranjera.
El objetivo del Gobierno nacional consistió en asegurar un flujo constante de divisas que le permita reforzar las reservas internacionales, cumplir los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y enfrentar el segundo semestre sin sobresaltos financieros. En este período, se proyecta una baja en la liquidación de exportaciones agroindustriales, así como un aumento en la dolarización de portafolios minoristas en vísperas del calendario electoral.
Diversos analistas interpretaron que la relajación de controles podría facilitar el ingreso de capitales de corto plazo que busquen aprovechar el diferencial de tasas. Al mismo tiempo, advirtieron sobre la posibilidad de que esos flujos generen mayor volatilidad en caso de una salida masiva o imprevista. Aunque destacaron que estas medidas podían ayudar a sostener el tipo de cambio en el corto plazo, también consideraron que podrían consolidar un nivel mínimo más alto para el dólar.
Con esta serie de anuncios, el Gobierno argentino consolidó una estrategia de financiamiento basada en el mercado voluntario local, con foco en la emisión de instrumentos que puedan ser suscriptos en dólares y liquidados en pesos. El desafío de las próximas semanas será evaluar la respuesta del mercado y la capacidad del esquema para sostener la acumulación de reservas sin necesidad de intervención directa del BCRA.