Salud
Por la tarde, su hija sonrió para una foto y esa noche se quitó la vida: hoy lucha para concientizar sobre el suicidio
Publicado
8 meses atráson
Por
Admin
Naty Scheller es la mamá de Milagros Micelli, que el 9 de diciembre de 2020 terminó con su vida a los 19 años. La dolorosa etapa de duelo que transitó junto a su esposo y su hijo menor. Las herramientas que aprendió a usar para salir de la oscuridad. Y su incesante campaña para alertar a las familias que están en riesgo
El martes 8 de diciembre de 2020, Milagros Micelli jugó toda la tarde en la pileta de su casa. Su sonrisa quedó congelada en una foto que subió a su Instagram. Es su última foto. Por la noche, Natalia Scheller, su mamá, le puso una película en la tele de su habitación. La arropó. Le dijo que la amaba. A las 12 de la noche se fue a dormir. Nunca más la vio con vida.
A las 7:30 del miércoles 9, cuando la empleada de la familia llegó, halló muerta a Milagros en el jardín. Se había quitado la vida durante la madrugada. Alertada por el grito de la mujer, su mamá, Natalia, corrió a su lado, gritó su nombre y la abrazó. Desesperada, llamó a su mejor amiga. Llegó el padre Alfredo, su acompañante espiritual. “Le dije: ‘Yo de esta no voy a salir’. Y él me respondió: ‘Naty, vamos a rezar’. Nos sentamos a rezar y sentí mucha paz”. Apareció una ambulancia, la policía, los forenses, el fiscal, que era compañero de la escuela de Natalia. El trámite judicial se resolvió rápido. Al mediodía, la familia enterró a Milagros. La joven no dejó ni una carta, solo quedó esa foto: “Ella estaba en bikini, en la pileta, con una sonrisa. La gente se quedó con esa imagen. Pero nadie sabía la lucha que nosotros llevábamos”.
Los años felices
Natalia tiene 49 años. Nació en Goya, Corrientes, donde vive. Es profesora de geografía en un colegio secundario desde hace 22 años. Su esposo, Gustavo Micelli, tiene 59. Es ingeniero, pero se dedica a la docencia: es rector de un colegio católico, el Instituto Alberdi. Tuvieron una historia de amor “muy especial”, cuenta. Se conocieron como profesor y alumna en el profesorado. “Yo ya era mayor de edad”, aclara. “Nos enamoramos, estuvimos dos años y medio de novios y nos casamos”, continúa. Hace 24 años que están juntos. “A pesar del dolor que tuvimos, nos amamos profundamente. Siempre digo que la muerte de un hijo te separa o te une. Y a nosotros nos unió más”, subraya.
María Milagros nació el 14 de marzo de 2001. “Fue una niña muy buscada. Para mí siempre va a ser mi hija de ojos color del cielo”, dice. Un año y dos meses más tarde tuvieron a Juan Francisco. “Fue como criar mellizos”, asegura. Milagros estudió en el colegio Santa Teresa, el mismo donde estaba la hermana Marta Pelloni.
Los Micelli eran conocidos en la ciudad. Una familia de clase media como tantas, que trabajaba duro para darse algunos gustos y ofrecerles lo mejor a sus hijos. Sobre todo, viajar. “Siempre tratábamos de ir a Brasil, que nos queda cerca y era el sueño de los chicos, sobre todo de Mili; le gustaba mucho el mar. Estuvimos en Río, en Natal, en Salvador”.

La edad difícil
Cuando comenzó la adolescencia, Natalia recuerda que notó un cambio en su hija. “Veía otro comportamiento. Era súper extrovertida. Todos me decían que era la rebeldía de la edad. Chocaba mucho conmigo, tenía cambios de humor. A los 15 le pudimos cumplir otro sueño: se fue a Disney y a Nueva York con un grupo de quinceañeras”.
Cuando estaba por terminar el secundario, Milagros les pidió “un año sabático” a sus padres. “Nos decía que no sabía qué iba a estudiar, qué quería hacer. Yo vi que no iba a terminar bien. Sentí que ella entraba en depresión, algo que no sé cómo poner en palabras. Se llevó algunas materias además”, señala. Natalia cuenta que mientras ella estaba en su casa, sus amigas comenzaban la universidad. “Estaba mucho tiempo en el sillón, que la empezó a chupar. Dormía de día y de noche estaba despierta. Empezó a estar sola. Es muy triste decir lo que pasó mi hija, contar que hasta pasaba tres días sin bañarse, pero lo menciono porque hay que alertar a otros padres. Por eso hablo de salud mental”.
Intentaron con terapia. “Fue a una psicóloga y a mediados de 2019, Mili me dijo que iría a la ciudad de Santa Fe a estudiar Terapia Ocupacional. Con Gustavo hablamos y coincidimos: ‘vamos a darle esta oportunidad’. Todavía no eran tan acentuados los síntomas. Pensamos que al salir de Goya iba a conocer gente nueva. Nuestra esperanza era que tuviera otro círculo, que se airee. Todos los sábados iba a hacer un curso, a veces la llevaba el padre, otras se iba en colectivo. Y le pusimos un departamento para que en el 2020 comenzara la carrera”.
Pero lo que empezó en marzo de 2020 fue la pandemia. Y para Natalia, “eso terminó de detonar su enfermedad. La fui a visitar. No la noté bien. Un día nos llamó para decirnos que tenía ataques de pánico. La trajimos. Cuando tenía clases por Zoom, lo ponía y se acostaba a dormir”. Milagros comenzó terapia con una psiquiatra. “Seguía con los ataques de pánico, pero si la veías fuera de casa te parecía divina, como que nada pasaba. La gente no se daba cuenta. Adentro, vivía muy angustiada. Comenzamos a sospechar que tenía una bipolaridad, pero no diagnosticada…”.
El peor dolor
Hacia septiembre de 2020, Naty y Gustavo vieron que el estado depresivo de su hija empeoraba. Sucedió una charla, una de las pocas veces que Milagros pudo expresarles algo de la angustia que la dominaba. “Me llegó a decir que se sentía vacía, que la vida le dolía”. Natalia se desesperó. “Estaba muy mal. Yo pedía ayuda a gritos. Comencé con un acompañante espiritual. Me quería morir, le decía a Gustavo: ‘Soy yo, ¿qué es lo que está pasando como familia?’”. Naty es muy católica, practicante. Dice que “eso me ayudó mucho. Pero Mili se rebelaba. Quería rezar por ella y me decía que no quería saber nada con eso ni con un acompañante espiritual. Yo quería que bendijeran la casa. Y ella me decía: ‘No reces por mí’. Y la respetaba. Pero después me di cuenta de que era su enfermedad la que chocaba conmigo y con la religión. Lo supe luego de su muerte, porque me metí en un montón de zoom con psicólogos, psiquiatras, con expertos en bipolaridad. Y entendí un montón de cosas que no terminaba de ver…”
Preocupada, Naty llamó al psiquiatra de su hija y este le dijo que tenía depresión, que la llevara a una clínica. “Todo fue por teléfono. Le respondí que ahí me iban a dar un clonazepam y la iban a mandar a casa. Acá no hay un sistema de salud”.

Natalia jamás imaginó el final que tendría Milagros. “Yo llamo a la depresión como el cáncer del alma. Lo que sucede es que la gente no se da cuenta, porque no sangra. Pero la veía a mi hija sufrir, llorar de noche. Claro, después subía una foto divina y afuera nadie lo notaba. Era muy amiguera, pero sus amigas no sabían mirar. Porque si no te bañás durante tres días, por ahí alguien le hubiera dicho: ‘Che, Nati, ¿por qué no te bañás?’. Pensé que al final la íbamos a tener que internar, hacer un tratamiento. El papá, el hermano y yo veíamos que Mili estaba enferma. Pero los demás no. Lo que nunca se nos cruzó por el pensamiento fue un suicidio”, admite.
El duelo
Después de aquel trágico 9 de diciembre, los Micelli reaccionaron como pudieron. Tres días después, Natalia desarmó toda la habitación de Milagros. “A muchos les choca que diga esto. Pero llamé a mi primo y le dije: ‘Vení, sacá las camas’. Me preguntó si estaba segura. Saqué todo a la calle, tiré los colchones. Quería la pieza vacía para tirarme en el piso a llorar y llorar y llorar. Fue lo que me surgió en ese momento. El duelo es muy difícil. Es individual. Y el duelo por suicidio es terrible, un lugar muy oscuro. No por sentir culpa, porque sentí que médicamente había hecho todo. Pero la sociedad nos hizo sentir culpables. Se dijeron muchas cosas. Yo pedí un año de licencia. Me costó mucho tiempo salir de mi casa. Mi esposo, en cambio, aunque estaba en carne viva, me cuidaba y se aferraba mucho a su trabajo”.
Con las cosas que eran de Mili, Natalia aplicó algo que aprendió en el proceso de duelo con una de sus psicólogas, Valeria Schwalb, que son “las tres cajas”: una para lo que se dona, otra para lo que se guarda y una tercera para lo que no se sabe qué hacer. “Yo di mucha de su ropa a la parroquia, porque Mili era muy generosa con lo suyo. Hay otras cosas que no terminé de dar, como su vestido de 15. Y otras nunca voy a dar, como su remera de promoción o sus peluches de Disney”, cuenta. Hoy, en la habitación que pertenecía a Milagros duerme su hermano, Juan Francisco.
Durante un largo período de tiempo, Natalia se sintió como “debajo del agua, hasta que logré tomar impulso y salir”. Cuenta que decidió ponerse de pie por Juan Francisco, su hijo. “Juan tomó una postura de ser padre de sus padres y eso no correspondía”. Armó una red de contención con una psicóloga y una psiquiatra, y siempre con su acompañante espiritual. Se anotó en grupos de autoayuda. “Necesitaba hablar con personas a las que les había pasado lo mismo. Al final me incliné por un grupo que no era de suicidio, sino uno donde me hablaba una viuda, una persona que perdió al hermano o que perdió al papá. Tenía 45 años y debía volver a trabajar. Necesitaba saber cómo le iba a contestar a la gente, cómo le iba a contestar a mis alumnos, cómo me iba a enfrentar al mundo. No podía vivir encerrada”.
En todo ese proceso, el cambio que sufrió Natalia fue hasta físico. “A lo largo de la enfermedad de Mili, yo tenía mucha ansiedad y comía un montón. Y después, en mi proceso de duelo, hice un cambio de vida. Comencé a caminar mucho, a ocuparme de mí. Bajé tanto de peso que la ropa de Mili me empezó a entrar. Ahora uso ropa de mi hija, y me encanta que mis alumnos me digan: ‘Profe, me encanta su buzo’. Y les cuento que era de Mili”, explica.

Al mismo tiempo, comenzó a escribir cartas para Milagros y en las redes sociales. Todo eso se convirtió en un libro llamado Y un día te convertiste en ángel. Luego hizo un video hablando del duelo, que se transformó en un reel, y después hizo otro y otro más… “Ahí plasmé todo mi dolor, lo que vivimos como familia. Saqué todo de adentro. También escribieron mis amigas, que siempre estuvieron conmigo, y las personas que me acompañaron. Yo digo que a mí me salvó poder transformar el dolor en amor. Elaborar el duelo, pasar por la ira, el enojo. Y hoy, ayudar”.
La resiliencia
Con el dolor convertido en acción, Natalia creó un grupo de apoyo junto a un sacerdote de San Nicolás, el padre Matías, para acompañar a personas que pasan por el mismo trance que ella. Empezó a trabajar activamente en campañas de prevención del suicidio en su comunidad. En septiembre, el mes de la prevención del suicidio a nivel mundial, Natalia presentó un proyecto en el Consejo Deliberante de Goya para crear un programa municipal que brinde apoyo a personas en riesgo y acompañamiento a sus familias. Además, se conectó con otras figuras públicas que también trabajan por la salud mental, como Marina Charpentier, la madre de Chano, que lucha por cambiar la ley de salud mental en Argentina. “La ley actual no permite que las familias internemos a nuestros hijos aunque veamos que están en peligro. Se necesita su consentimiento, y en muchos casos eso es imposible”, explica. Y añade: “Es importante hablar, es importante visibilizar. La salud mental no es algo de lo que se deba tener miedo de hablar”.
Los sueños que tenía Mili hoy también los quiere cumplir en su nombre. El viaje que planeaba a Los Ángeles. Los recitales que vieron juntas, como uno de Ricardo Montaner en Buenos Aires. Ahora, el 15 de octubre, Natalia estará en el Movistar Arena para ver a Florencia Bertotti con una remera con el dibujo de una margarita, el nombre de Mili y la frase “haz que tu cuento valga la pena”: “Perdoná que me emocione, pero siempre que venía de la escuela nos poníamos a ver Floricienta y cantábamos Flores Amarillas. En la música siento su ausencia y la hago presencia. ¿Y sabés qué? Sobre el mismo lugar donde la encontramos aquel 9 de diciembre, donde falleció, crecieron flores amarillas. No lo podíamos creer”.
En sus charlas, Naty recuerda a Mili a cada segundo. “Todo el tiempo hablo de ella. Quiero que la nombren, que la conozcan, porque Mili no fue la forma en que se fue. No fue su enfermedad. Era la persona que cantaba conmigo Flores Amarillas. Era la persona a la que le gustaba el mar. Pienso que está orgullosa de mí. Y vive en mi corazón, y en Dios”.
La conclusión de la psicóloga Valeria Schwalb
Alrededor del suicidio existen numerosos prejuicios. A menudo se lo percibe como un acto egoísta o, en contraste, como un acto valiente; se tilda a quienes lo cometen de malas personas, cobardes o débiles. La estigmatización es común, así como la tendencia a culpar a las familias que enfrentan esta tragedia por no brindar la contención adecuada.
El suicidio representa un profundo dolor y sufrimiento. Aquellos que optan por esta salida no siempre desean morir, sino liberarse del sufrimiento que los agobia. Es esencial que el sistema de salud no solo se enfoque en la prevención, sino que también brinde apoyo a los familiares que sufren enormemente debido a estas pérdidas. Las largas esperas para recibir atención y la falta de preparación entre los profesionales dificultan la reducción de las alarmantes cifras, y a menudo, agravan la situación.
En Argentina, una persona se quita la vida cada dos horas y media, sumando entre 10 y 11 muertes diarias, lo que equivale a 3,955 al año. En 2023, se registraron 4,195 suicidios, la cifra más alta en la última década. La tasa de suicidios supera a la de accidentes de tránsito y homicidios. A nivel mundial, cada 40 segundos, una persona elige poner fin a su vida debido al dolor.
La muerte por suicidio genera un profundo sentimiento de culpa en quienes quedan atrás. Es vital abordar este tema para aliviar las cargas emocionales que surgen de la necesidad de encontrar respuestas. La verdad de lo ocurrido solo la conoce quien ha partido, y esa persona no es culpable, sino alguien que, al no poder superar su angustia, encontró en la muerte una solución definitiva a problemas que no percibía como temporales o solucionables.
Hablar sobre el suicidio no incita a la acción, sino que actúa como un mecanismo de prevención. No todas las personas que consideran la muerte como una salida lo expresan abiertamente. Sin embargo, cuando esto ocurre, reconocerlo como un llamado urgente de ayuda puede marcar la diferencia. Escuchar con atención, validar sus emociones en un ambiente seguro y brindar apoyo puede hacer que se sientan acompañados. Poder verbalizar sus sentimientos puede ser un gran alivio. Todos podemos ser agentes de prevención en un mundo que a veces puede parecer cruel. La labor de prevención colectiva es fundamental, al igual que el acompañamiento profesional.
Es urgente implementar estrategias de prevención, intervención y posvención. Se puede sanar el duelo por suicidio mediante un trabajo especializado, reconociendo que el acto suicida no define a la persona que amamos, ni el amor que sentimos por ella. Aceptar que en ese momento hizo lo que pudo, así como nosotros hicimos lo que estuvo a nuestro alcance, nos permitirá avanzar y honrar su vida con amor.
La licenciada Valeria Schwalb es psicóloga especialista en duelo y resiliencia. MN 358 67 @resilienciaenred
Datos útiles:
– 0800 999 0091: Línea nacional de Argentina para orientación y apoyo en urgencias de salud mental. Gratuita, disponible las 24 horas, los 365 días del año y confidencial.
– 135: Desde CABA o GBA.
– 0800 345 1435: Centro de asistencia al suicida (CAS), ONG atendida por voluntarios durante más de 50 años. Gratuito, disponible todos los días del año, de 8 a 00:00 hs y confidencial.
– 0800 333 1665: Salud mental responde. Solo para personas de CABA, gratuito, disponible las 24 horas, los 365 días del año y confidencial.
– 0800 222 5462: Subsecretaría de Salud Mental, consumos problemáticos, provincia de Buenos Aires. Para la provincia de Buenos Aires, gratuito, disponible las 24 horas, los 365 días del año y confidencial.
Te sugerimos
-
Fin del plan Procrear: qué va a pasar con los créditos ya otorgados y con las viviendas que aún no están terminadas
-
Celulares, televisores y aires acondicionados: cuánto bajaron los precios y cómo incidirá en la inflación de junio
-
¿Pollos de exportación?: qué mercados asiáticos se reabrieron al ingreso de carne aviar de la Argentina
-
Inflación: pese a los aumentos tarifarios, en junio se espera un índice de precios similar al de mayo
-
Las elecciones de septiembre en la provincia de Buenos Aires y la falta de acumulación de reservas preocupan a las consultoras y desalientan a inversores
-
El empresario chino multado por capturas ilegales y daño ambiental denunció al Consejo de Pesca: quiere “cuota” de merluza negra, la especie más valiosa del Mar Argentino
Salud
Un cardiólogo que estudia a los “superancianos” identifica el único hábito que garantiza vivir muchos años y con buena salud: “Es lo único que reduce nuestro reloj biológico”
Publicado
6 días atráson
4 junio, 2025Por
Admin
Tras analizar los factores que comparten los “superancianos”, el reconocido cardiólogo Eric Topol concluye que la longevidad depende, sobre todo, de una costumbre cotidiana
El doctor Eric Topol, cardiólogo y genetista estadounidense, lleva décadas investigando los secretos de la longevidad. Su reciente libro, Super Agers: An Evidence-based Approach to Longevity (Superancianos: una aproximación a la longevidad basada en pruebas), recopila los resultados de años de análisis sobre personas que superan los 80 años manteniendo la salud y la vitalidad. La publicación aún no ha salido en español, pero ya ha generado debate en foros especializados y en medios de comunicación de todo el mundo.
Pocas son las personas que consiguen cruzar la barrera de los 90 manteniéndose activos y en buena forma. Lejos de secretos inalcanzables o fórmulas mágicas, Topol defiende que la clave se encuentra “más cerca de lo que creemos” y apuesta por rutinas sencillas. En su recorrido profesional – es reconocido como uno de los diez principales expertos mundiales en longevidad -, el médico afirma que pequeños cambios diarios pueden prevenir enfermedades que encabezan la mortalidad global: cáncer, cardiopatías y trastornos neurodegenerativos.

El deporte es “lo único que sabemos que reduce nuestro reloj biológico”
“Sabemos que estas enfermedades tardan al menos 20 años en desarrollarse, así que estamos en condiciones de prevenirlas, sobre todo en personas con mayor riesgo”, afirma. “Tenemos una oportunidad de evitar esas patologías que surgen con la edad”. Para el especialista, modificar ciertos hábitos no supone un esfuerzo desmedido: “No se trata de pastillas ni de trucos mágicos. Podemos trabajar con lo que ya está en nuestras manos”.
El ejercicio – según Topol – destaca por encima del resto de recomendaciones. Basta con observar cómo se estructura la rutina diaria y plantear cambios sencillos en movimiento, dieta y ocio para encarrilar la salud a largo plazo. El cardiólogo recomienda especialmente aquellas actividades dirigidas a trabajar la musculatura en resistencia y los ejercicios de fuerza de prensión (la capacidad que tiene una persona para apretar o suspender objetos en el aire con las manos), dos prácticas que han mostrado una eficacia notable frente al deterioro físico vinculado al paso de los años.
“Resulta que el ejercicio es lo único que sabemos que reduce nuestro reloj biológico. El espacio entre tu verdadera edad y la edad biológica puede ampliarse”, destaca Topol. La recomendación estándar es realizar 30 minutos de ejercicio, cinco días a la semana, aunque el propio cardiólogo reconoce que incluso con dos sesiones semanales ya se obtienen beneficios. “No es sobre volverte más fuerte, es también sobre mejorar tu equilibrio”, insiste. “Nada de lo que podamos hablar supera al ejercicio si hablamos de reducir nuestro proceso de envejecimiento. No lo sabríamos si no hubiese toda esa ciencia detrás”.
Topol subraya que el ejercicio se ha revelado como el hábito más eficaz para mejorar la salud y prolongar la vida. Para quienes buscan una clave en la longevidad de los llamados “superancianos”, el mensaje queda claro: moverse no solo alarga los años, sino que también los llena de salud y vitalidad.
Salud
Qué es el síndrome del “hombro congelado”, la dolencia que afecta principalmente a las mujeres mayores de 40
Publicado
7 días atráson
3 junio, 2025Por
Admin
Durante la mediana edad, esta condición asociada a cambios hormonales interfiere con rutinas básicas y deteriora el bienestar general, advierten desde National Geographic. Cuáles son los síntomas y por qué es esencial el diagnóstico oportuno
Alcanzar el estante de la cocina, atarse el pelo o solo levantar los brazos pueden ser acciones que, aunque simples, se vuelven un desafío inesperado para muchas mujeres en la mediana edad, especialmente después de los 40 años.
Actualmente, esta condición ganó relevancia debido a su impacto prolongado y a la necesidad de repensar su diagnóstico y tratamiento desde una perspectiva informada y equitativa. Es que el dolor persistente y la rigidez en el hombro afectan de manera desproporcionada a mujeres de mediana edad, con una alta prevalencia e impacto en la calidad de vida.

El hombro congelado se caracteriza por una restricción progresiva y dolorosa del movimiento en la articulación, tanto en acciones activas como pasivas.
- Congelación: dolor y rigidez aumentan de forma progresiva.
- Congelada: disminuye el dolor, pero persiste la rigidez, lo que dificulta las actividades cotidianas.
- Descongelación: el rango de movimiento mejora de manera gradual.
Este proceso puede extenderse entre uno y tres años. En algunos casos, la recuperación total no se alcanza.
Vale destacar que, en la fase inicial, el dolor suele ser intenso por la noche y la movilidad del hombro se reduce. En la etapa intermedia, la rigidez se acentúa y puede producirse atrofia muscular. Finalmente, durante la recuperación, disminuye el dolor y mejora la movilidad, aunque no siempre se restablece por completo.
Desde Mayo Clinic advierten que, aunque en la mayoría de los casos se resuelven con el tiempo, la afección puede resultar incapacitante durante su evolución.
Cuáles son los factores de riesgo

Diversos reportes indican que entre el 2% y el 5% de la población desarrolla capsulitis adhesiva. Su frecuencia aumenta significativamente en mujeres de entre 40 y 60 años, especialmente en la transición menopáusica, profundiza National Geographic.
El mismo medio señala que cerca del 75% de los casos se presentan en mujeres, y más del 70% de quienes atraviesan la menopausia padecen síntomas musculoesqueléticos. Es más, una de cada cuatro desarrolla alguna forma de discapacidad funcional.
Aunque sus causas exactas no están completamente establecidas, se estima que el hombro congelado se origina por un proceso inflamatorio que provoca el engrosamiento y la contracción de la cápsula articular. Sobre este punto, el estudio de Climacteric vincula este mecanismo con la disminución de estrógenos durante la menopausia, lo que contribuye a la aparición de síntomas musculoesqueléticos como el dolor articular y la rigidez.
En cuanto a los factores de riesgo, Mayo Clinic identifica a los antecedentes de diabetes, trastornos tiroideos, enfermedades neurológicas o cardiovasculares, así como la inmovilización prolongada del hombro.
Vale destacar que la afección presenta mayor prevalencia entre personas de origen asiático, donde se la conoce como “hombro de los cincuenta años”, según relata National Geographic.

Por otro lado, un estudio publicado en Climacteric propuso el término “síndrome musculoesquelético de la menopausia” para describir síntomas asociados al descenso de estrógenos, como capsulitis adhesiva, artralgia y pérdida de masa muscular.
Al tiempo que una investigación publicada en Journal of Clinical Medicine documentó la alta frecuencia de dolor de hombro en mujeres menopáusicas y las barreras diagnósticas que enfrentan.
Contexto histórico y falta de investigación
Durante décadas, el hombro congelado fue una enfermedad poco comprendida y subestimada por la comunidad médica. National Geographic destaca que hasta hace poco existían escasos estudios sobre sus causas y tratamientos, en parte por un sesgo de género en la investigación.
La cirujana ortopédica Jocelyn Wittstein, citada por el medio, afirmó que “el solo hecho de ser mujer es un factor de riesgo para el hombro congelado” y señaló que la mayoría de los cirujanos ortopédicos no experimentan la menopausia, lo que contribuye a la falta de urgencia en el abordaje de esta afección.

En 2024, Wittstein y su equipo introdujeron el concepto de síndrome musculoesquelético de la menopausia, para describir síntomas como dolor articular, pérdida de masa muscular, disminución de densidad ósea y progresión de la osteoartritis. La revista Climacteric, en ese tono, subrayó la relevancia de esta terminología para aumentar la conciencia médica y social sobre los efectos musculoesqueléticos del climaterio.
Diagnóstico: criterios y relevancia de la detección temprana
Durante años, el hombro congelado fue poco atendido en la práctica clínica. National Geographic vincula esta omisión con un sesgo de género. En ese marco, Jocelyn Wittstein insistió en que el factor de riesgo de ser mujer fue históricamente desestimado y atribuyó esa omisión al desconocimiento clínico de la experiencia menopáusica.
Estas afirmaciones sobre el síndrome musculoesquelético en la menopausia adquirieron respaldo desde la revista Climacteric, ya que se documentó la frecuencia y el impacto de estos síntomas en mujeres en transición hormonal.
El estudio en Journal of Clinical Medicine reforzó esta perspectiva al mostrar la elevada prevalencia de dolor de hombro y la falta de estrategias diagnósticas eficaces, lo que prolonga el sufrimiento y retrasa el tratamiento adecuado.

Lo cierto es que el diagnóstico del hombro congelado es clínico. Se basa en la historia de dolor y rigidez progresiva, y en la limitación del rango de movimiento activo y pasivo. La Cleveland Clinic explica que el examen físico incluye la evaluación comparativa con el otro hombro.
Las radiografías permiten descartar patologías como artritis o lesiones óseas, y técnicas como la resonancia magnética o la ecografía ayudan a confirmar el diagnóstico.
Su identificación oportuna es clave. Intervenir en las primeras fases mejora el pronóstico y acorta la duración de los síntomas. Sobre este punto, y a modo de ejemplo, el estudio publicado en Journal of Ultrasound demostró que la hidrodilatación guiada por ecografía, combinada con fisioterapia, resulta más eficaz si se aplica antes de alcanzar la rigidez completa.
Tratamientos actuales y evidencia disponible
El tratamiento del hombro congelado evolucionó, aunque aún no hay un protocolo unificado. Las estrategias incluyen fisioterapia, analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos, corticoides (orales o inyectables), hidrodilatación y, en casos refractarios (resistes a los tratamientos tradicionales), cirugía.
La fisioterapia es el pilar del abordaje conservador. Mayo Clinic y Cleveland Clinic coinciden en que los ejercicios de amplitud de movimiento, acompañados de un compromiso sostenido con la rehabilitación, son fundamentales para la recuperación.
Las infiltraciones con corticoides alivian los síntomas en las etapas iniciales, aunque su efecto es transitorio. La hidrodilatación —inyección intraarticular de solución salina y corticoides guiada por ecografía— mostró buenos resultados, especialmente al combinarse con fisioterapia personalizada.

El trabajo publicado en Climacteric cita estudios clínicos que muestran que estos tratamientos logran buenos resultados si se inician a tiempo, reduciendo la necesidad de intervenciones más invasivas.
Respecto a la terapia hormonal, National Geographic y la revista Climacteric señalaron que la terapia de reemplazo hormonal (TRH) podría prevenir o aliviar los síntomas musculoesqueléticos, incluido el hombro congelado.
La Dra. Kathleen Jordan, directora médica de Midi Health, afirmó a National Geographic que la TRH es una de las intervenciones más eficaces para el dolor articular vinculado al hipoestrogenismo, aunque debe evaluarse caso por caso.
Las opciones quirúrgicas quedan reservadas, entonces, a cuadros en los que el tratamiento conservador falla. El estudio de Journal of Clinical Medicine advirtió que muchas mujeres menopáusicas no acceden de forma temprana a tratamientos adecuados debido a la subestimación de su dolor, lo que retrasa intervenciones efectivas.

El reconocimiento del hombro congelado como parte del síndrome musculoesquelético amplió la investigación clínica y mejoró el enfoque terapéutico. National Geographic destacó, en ese sentido, que una nueva generación de especialistas en salud femenina favoreció el acceso a tratamientos basados en evidencia.
En paralelo, Climacteric resaltó el rol de intervenciones complementarias como el ejercicio de resistencia y la suplementación con vitamina D, magnesio y vitamina K2 para preservar la masa ósea y muscular en mujeres posmenopáusicas. La hidrodilatación guiada y la fisioterapia personalizada continúan como intervenciones de primera línea, sobre todo si se aplican en fases tempranas.
Salud
Andar en bicicleta o caminar, ¿qué es mejor para la salud cardiovascular?
Publicado
7 días atráson
3 junio, 2025Por
Admin
Ambas prácticas tienen múltiples beneficios para el organismo. En el Día Mundial de la Bicicleta, un repaso por sus efectos en la prevención de enfermedades cardíacas, control metabólico y fortalecimiento muscular
Cada 3 de junio se conmemora el Día Mundial de la Bicicleta, una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que busca fomentar su uso por sus múltiples beneficios sociales, ambientales y de salud.
En 2025, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un análisis al respecto de su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien apuntó: “Caminar y andar en bicicleta mejora la salud y hace que las ciudades sean más sostenibles. Cada paso que damos y cada paseo ayudan a reducir la congestión, la contaminación atmosférica y las enfermedades. No obstante, debemos hacer que los desplazamientos a pie y en bicicleta sean seguros, para que más personas opten por estas opciones más saludables y ecológicas”.

Caminar o andar en bici: sus beneficios para la salud cardiovascular
Tras analizar a 82.297 personas durante 18 años, el trabajo concluyó que “en comparación con los desplazamientos no activos, el uso de la bicicleta se asoció con un menor riesgo de mortalidad por todas las causas, un riesgo un 24% menor de hospitalización por enfermedades cardiovasculares, prescripción de medicación cardiovascular y prescripción por problemas de salud mental”. En cuanto a la caminata, el mismo estudio señaló que las personas “que caminaban al trabajo tenían un riesgo 10% menor de hospitalización por enfermedad cardiovascular y de recibir medicación para tratarla”.
Sin embargo, el trabajo también advirtió sobre un riesgo mayor de lesiones entre ciclistas: “Quienes se desplazaban en bicicleta tenían casi el doble de riesgo de hospitalización por colisiones de tráfico en comparación con los no activos, aunque este fue un evento relativamente infrecuente (83 hospitalizaciones en 18 años)”. Estos eventos reflejan la necesidad de infraestructuras seguras para garantizar los beneficios del ciclismo sin aumentar riesgos viales.

En 2022, la OMS publicó un informe en el que apuntó: “Andar en bicicleta y caminar puede ayudar a combatir el sobrepeso y reducir la inactividad física. Los desplazamientos activos se asocian con una disminución de aproximadamente el 10% del riesgo de enfermedad cardiovascular y una disminución del 30% del riesgo de diabetes tipo 2″.
Fortalecimiento muscular, según la intensidad que se busca
Tanto caminar como andar en bicicleta activan los músculos de las piernas. Según una revisión de Public Health England, “el ciclismo se asocia con mejoras en la composición corporal” y permite reducir el porcentaje de grasa corporal cuando se lo realiza con frecuencia.
El mismo informe destacó que andar en bicicleta “beneficia la capacidad cardiorrespiratoria en adultos”, lo que implica también un refuerzo de la musculatura involucrada en la resistencia aeróbica. Por su parte, caminar actúa sobre músculos estabilizadores, fortalece los tobillos y las caderas, y mejora el equilibrio, especialmente en personas mayores o con movilidad reducida. Además, se asocia con mejoras en la salud musculoesquelética de mujeres posmenopáusicas y personas con dolor lumbar crónico, según precisó el análisis.
Si bien el ciclismo podría promover un fortalecimiento más marcado debido a la carga mecánica del pedaleo, caminar también ofrece beneficios relevantes, particularmente en términos de mantenimiento de la masa muscular con bajo impacto en las articulaciones, de acuerdo a los expertos.
Bajar de peso: ambas son buenas alternativas
Ambas actividades son aliadas eficaces en estrategias de control del peso. La OMS ha indicado que caminar “durante 30 minutos o andar en bicicleta durante 20 minutos la mayoría de los días reduce el riesgo de mortalidad en al menos un 10%”.

En el informe de Public Health England detallaron que caminar con regularidad genera descensos en el índice de masa corporal, el perímetro de cintura y el peso, particularmente en personas inactivas o con sobrepeso. El ciclismo, por su parte, está significativamente asociado con una menor grasa corporal en estudios de cohorte y ensayos clínicos, lo que lo posiciona como una herramienta útil para reducir el exceso de peso.


Fin del plan Procrear: qué va a pasar con los créditos ya otorgados y con las viviendas que aún no están terminadas

Celulares, televisores y aires acondicionados: cuánto bajaron los precios y cómo incidirá en la inflación de junio

¿Pollos de exportación?: qué mercados asiáticos se reabrieron al ingreso de carne aviar de la Argentina

El colapso del Amazonas podría producirse “más rápido de lo que pensamos

La inflación anual de Estados Unidos trepó a 8,6% en mayo y es la más alta en 40 años

El Incucai condenó la propuesta de Javier Milei de permitir la venta de órganos

La respuesta de Cristiano Ronaldo sobre su futuro tras ser campeón con Portugal: qué dijo sobre la chance de jugar en River Plate

Caso Thiago Correa: el último adiós al nene de 7 años baleado en Ciudad Evita

Milei dio detalles de las medidas para liberar dólares del colchón: “Es como si fuera un blanqueo pero sin pago de impuestos”
Mas Leidas
-
Internacionales3 días atrás
Se acabó el amor: Elon Musk pidió el juicio político a Trump y la respuesta fue una amenaza de quita de subsidios
-
Nacionales3 días atrás
Pluriempleo y sobreocupación: las dos caras de la pérdida del poder adquisitivo y la precarización
-
Sociedad4 días atrás
Sundar Pichai: “La IA es la tecnología más profunda en la que trabajará la humanidad”
-
Nacionales4 días atrás
Cayó en default Albanesi, uno de los grandes grupos energéticos del país
-
Sociedad4 días atrás
Eric Schmidt alerta sobre el avance imparable de la inteligencia artificial
-
Politica3 días atrás
Elecciones en Misiones: habrá varias opciones libertarias, el peronismo no presentará lista y un ex policía preso será candidato desde la cárcel
-
Economia4 días atrás
Con menos controles y un “blindaje” fiscal, el Gobierno apuesta a hacer circular los dólares y reactivar la economía
-
Politica14 horas atrás
Milei se reunió con Emmanuel Macron en una conferencia de la ONU y firmarán un acuerdo clave