La nueva reducción de la brecha cambiaria reavivó el interrogante sobre una posible salida del cepo antes de fin de año. La apreciación cambiaria sigue haciendo ruido. Ya en Nueva York, Milei y el equipo económico recibieron pedidos de reunión bilateral por parte de varios bancos internacionales.
El carry trade volvió a ser un espectacular negocio este año. La inversión en pesos rindió grandes frutos no tanto por las tasas de interés que se mantuvieron negativas en términos reales, sino por la tranquilidad que mostró el dólar. El dato de estas últimas jornadas es que Luis “Toto” Caputo hará todo lo posible para prolongar la “fiesta” también a lo largo de 2025.
El proyecto de Presupuesto que el Ejecutivo giró al Congreso está armado alrededor de esa premisa. Más allá de cierta exageración vinculada con las proyecciones de crecimiento 5%) o el derrumbe de la inflación (18%), el dato más fuerte está relacionado con la estabilidad cambiaria. El dólar se proyecta a $ 1.207 para fin de 2025, o sea el mismo valor del dólar MEP de la actualidad.
No sería la primera vez que el tipo de cambio presenta estabilidad por un largo período, generando fuertes ganancias en moneda local. El carry trade fue muy exitoso entre 2003 y 2007, es decir durante el gobierno de Néstor Kirchner, cuando el tipo de cambio se planchó alrededor de los 3 pesos.
Otro proceso similar -pero más corto- fue durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando el tipo de cambio se mantuvo por más de dos años en la zona de 15 a 17 pesos. La crisis cambiaria desatada a fines de abril de 2018 borró de un plumazo todas las ganancias que se habían conseguido con las tasas en pesos.
En la primera etapa del kirchnerismo, ayudaron mucho los superávit gemelos. Pero fue clave haber arrancado con un tipo de cambio real muy alto post convertibilidad. En el caso de Macri, el dólar estaba más bajo, pero se pudo mantener por mucho tiempo congelado por el ingreso de divisas generada por el endeudamiento.
¿Es sostenible?
Es razonable preguntarse si este proceso es sostenible o terminará igual que aquellas dos experiencias. Pero a diferencias de esos casos ahora hay cepo cambiario, que contrasta con la libertad cambiaria de esos momentos.
Con la nueva caída de la brecha cambiaria a menos de 25%, se instaló una pregunta razonable en el mercado: ¿habrá llegado el momento de levantar el cepo, aprovechando que el riesgo de salto cambiario disminuyó considerablemente?
“Entendemos que medidas como la de esta semana allanan el camino hacia una unificación cambiaria, con el gobierno reservándose la discreción para llevarla adelante cuando encuentre circunstancias propicias”, señaló un reporte para clientes de Consultatio Financial Services.
Tanto en la proyección del Presupuesto con en declaraciones públicas, el ministro de Economía buscó dar todas las señales positivas de estabilidad cambiaria por delante. La necesidad de mantener el tipo de cambio sin grandes sobresaltos es lo que hace dudar sobre la unificación cambiaria en el corto plazo
El comentario está relacionado con medidas de la Comisión Nacional de Valores (CNV)) que generaron críticas externas e internas sobre la economía: Moody’s alertó el “dilema político” de Milei y un informe local dijo que la dinámica fiscal “puede volverse preocupante que flexibilizaron el acceso al contado con liquidación para inversores locales. Se trata de un alivio para las restricciones cambiarias, pero claramente se mantuvieron sin modificaciones las principales trabas.
FILE PHOTO: Signage is seen outside the Moody’s Corporation headquarters in Manhattan, New York, U.S., November 12, 2021. REUTERS/Andrew Kelly/File Photo
El ex ministro de Economía, Hernán Lacunza, también considera que se acerca el momento para tomar decisiones en relación al cepo: “A mí me toco en 2019 volver a poner restricciones cambiarias porque las perspectivas luego del regreso del kirchnerismo eran muy malas. Pero ahora el Gobierno tiene la oportunidad de normalizar el mercado cambiario, aún cuando eso signifique un salto inflacionario por un única vez”. Fue en un encuentro con compañías de seguros organizado por Facimex.
En su presentación ante mil personas en la Bolsa de Rosario, Caputo insistió en que la remonetización de la economía debe darse tanto en pesos como en dólares. En el primer caso es clave que el tipo de cambio ser mantenga estable. Para aceitar el circuito en moneda extranjera será fundamental el resultado del blanqueo, que ya está sumando a un ritmo de USD 500 millones diarios al sistema bancario local.
Actividad
La recuperación económica también es un dato fundamental para que se consolide la recuperación de la demanda de pesos. Un informe de Fernando Marull reflejó un fuerte optimismo sobre lo que podría suceder en 2025. Proyectó una caída de 3,4% del PBI para este año, pero una mejora de 4,8% para el próximo, prácticamente en línea con las proyecciones del Presupuesto 2025 presentado al Congreso la semana pasada.
Las opciones que se barajan en el mercado para la unificación cambiaria son básicamente dos: se sale del cepo cambiario a fin de año o se pasa todo para después de las elecciones legislativas.
Las experiencias pasadas demuestran que es perfectamente posible mantener la estabilidad cambiaria sin cepo. Pero no hay seguridad de lograrlo.
Los activos argentinos siguen reaccionando favorablemente. En parte este fuerte rebote tiene que ver con la fiesta de Wall Street por la baja de tasas definida por la Reserva Federal. Pero también se notó mayor entusiasmo de los inversores ante el compromiso del Gobierno de sostener el superávit fiscal cueste lo que cueste
Un argumento muy favorable ahora pasa por el elevado superávit fiscal. En eso el proceso actual se parece a los primeros años del kirchnerismo, que llegó a tener un excedente de casi 5% del PBI. En aquel momento 2004-2005, la economía crecía más de 7% y la inflación se mantenía en el 5% anual.
Pero las dudas aparecen cuando se analiza el valor real del dólar. El tipo de cambio actual ya perdió toda la suba que hubo tras la devaluación de diciembre pasado (desde $ 400 a $ 800). Además, a fin de año se elimina el impuesto PAIS, lo que implica un abaratamiento adicional de las importaciones.
Milei, cuando presentó en el Congreso el Presupuesto 2025 y la “regla de oro” para garantizar el equilibrio fiscal Fotos: Charly Diaz Azcue / Comunicación Senado
Por lo tanto, ir hacia una unificación cambiario podría llevar a un salto del dólar oficial que tendría traslado a precios de corto plazo. Según distintos informes que circulan entre analistas locales, un movimiento de estas características podría llevar la inflación a niveles de entre 6% y 8% en un mes.
Levantar el cepo, por otro lado, podría generar una ola de mayor optimismo entre los inversores y acelerar el ingreso de capitales. Sería la apuesta para continuar con la baja del riesgo país y regresar así más rápido a los mercados financieros, alejando cualquier posibilidad de reestructuración de la deuda en 2025.
El riesgo país cayó a 1.300 puntos y los bonos volvieron a sus niveles máximos del año, que se habían alcanzado en mayo. El AL30 volvió a rozar esta semana los USD 60, mientras que la curva más larga de bonos dolarizados superó (al menos en algunos casos) los USD 50.
Nuevamente surge la pregunta válida si a $ 1.200 el mercado se puede equilibrar entre la oferta y la demanda. Es difícil contestar porque el mercado se encuentra hoy muy intervenido.
Se sostiene el “dólar blend”, por lo que 20% de las exportaciones entran por el contado con liquidación. Y al mismo tiempo tanto el blanqueo como el régimen especial de bienes personales generaron una importante oferta adicional de divisas al menos hasta fin de septiembre.
Javier Milei visitará Nueva York para participar de la reunión anual de la ONU, pero también aprovechará el buen momento con los inversores para mantener algunas reuniones con bancos de Wall Street, aunque todavía no se dio a conocer la agenda oficial. Estará acompañado por parte del equipo económico, incluyendo a Luis “Toto” Caputo
Para aquellos que estén tentados a quedarse en pesos y hacer “carry trade”, los bonos en pesos que ajustan por CER brindan una gran oportunidad de ganarle a la inflación. Algunas series ya rinden arriba de 10% anual sobre CER. Claro que se trata de bonos que vencen en 2026, es decir hay que conservarlos más allá de las elecciones de medio término con los riesgos que esto implica.
El viaje de Javier Milei para participar de la reunión anual de las Naciones Unidas tiene un condimento especial porque irá acompañado por Caputo y buena parte del equipo económico. Será la oportunidad para seguir enviando señales de confianza a los grandes inversores, además de la “foto” del Presidente tocando la campana en Wall Street.
Se trata, por otra parte, de un momento inmejorable para aprovechar el “viento de cola” del contexto internacional, tras la primera baja de tasas en cinco años por parte de la Reserva Federal norteamericana. Se trata de una gran oportunidad para los mercados emergentes y que esta vez Argentina podría explotar a pleno.
El ministro de Economía, Luis Caputo, sostuvo que no hay que preocuparse por la meta de acumulación con el FMI, pero varios economistas advirtieron que la compra de divisas mejoraría este indicador clave
De cara a los vencimientos en moneda extranjera de 2026, el equipo económico que lidera el ministro Luis Caputo tiene un plan A y B. El primero de ellos depende de que el riesgo país baje y la Argentina pueda acceder a los mercados internacionales de deuda. Si bien luego de la victoria electoral del oficialismo el indicador que mide el JP Morgan tuvo una baja considerable, parece haber encontrado un piso que lo complica.
El principal interrogante que sobrevuela hoy en el mercado es qué se necesita para que el riesgo país perfore los 600 puntos básicos. Las consultoras privadas calculan que para acceder a una tasa preferencial en los mercados internacionales se necesitaría que esté y se mantenga entre las 400 y 500 unidades.
La variable arrancó diciembre a 648 puntos, a pesar de que a principios de noviembre tocó un mínimo de 598. Esta baja desde los 1.100 estuvo influida por el envión que le dio la victoria en las urnas al Gobierno, pero también la versión que llegó desde Washington D. C. por parte de Bloomberg de que Caputo le adelantó a inversores la recompra de deuda, a la par de modificaciones en el régimen cambiario de bandas.
El viernes las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) cayeron a USD 40.000 millones por el pago de Bopreal y movimientos de encajes de bancos de fin de mes.
No obstante, para el director de la consultora PxQ, Emmanuel Álvarez Agis, la acumulación de reservas internacionales ayudaría a que el riesgo país baje. “Todo esto se basa en el problema libertario de no comprar reservas porque eso implica emitir dinero (…)”, destacó en Ahora Play.
A la vez, el ex viceministro de Economía señaló que el nivel de reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) se ubica en un peor nivel que el que heredó el oficialismo actual. “Y lo que recibiste es la peor herencia en materia de reservas netas en la historia de la Argentina (…)”, comentó. Y detalló que el riesgo país tiene tres drivers: el político, el fiscal y el de reservas internacionales: “Milei está bien en lo político y bien en lo fiscal, por eso el riesgo vale 650 y no 1.500, pero en el de reservas está horrible”.
A pesar de las advertencias de los analistas, la no compra de reservas no es un problema para el ministro de Economía, Luis Caputo, quien acordó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de tener netas por USD -2.600 millones para diciembre de 2025. “Lejos de ser algo que nosotros subestimamos, para nosotros es una prioridad, pero hoy por hoy está separado lo que es acumulación de reservas de lo que es el pago de nuestras deudas (…). Hoy estamos en una situación que cambió, se abrieron varias avenidas desde lo financiero. No solo tenemos el swap chino y el apoyo de Estados Unidos, sino que ahora se han abierto otras alternativas que es la que escuchan, también estamos hablando con bancos”, afirmó el ministro durante su participación en la Conferencia Industrial de la UIA.
Para el director de la consultora Analytica, Claudio Caprarulo, más allá del buen resultado electoral y del apoyo concreto de los Estados Unidos, el equipo económico aún no logró dar señales respecto a cambios que permitan mejorar la sostenibilidad del actual esquema cambiario lo que complica la baja. “Entre otras cosas, por el momento el pago de USD 4.216 millones el próximo 9 de enero con bonistas debería hacerse activando nuevamente el swap de monedas con el Tesoro de Estados Unidos y/o con los dólares que desembolsó el FMI en abril. Resta ver si en las próximas semanas hay anuncios que den mayor certidumbre sobre la deuda argentina y permitan reducir el riesgo país en el corto plazo”, comentó.
Una postura similar tuvo el director de C&T Asesores Económicos, Camilo Tiscornia, para quien la publicación del Wall Street Journal sobre que se habría suspendido el préstamo por USD 20.000 millones de bancos norteamericanos para hacer operaciones en el mercado de deuda, generó ruido entre los inversores. “Fue un cambio en las expectativas, al no estar seguro o claro lo que va a pasar con eso, gana peso el tema de la acumulación de reservas”, destacó. Bajo su perspectiva, no hay dudas que la administración libertaria pagará los vencimientos de enero de 2026.
La clave para Tiscornia va a estar en cómo reaccione el Gobierno este mes, cuando quienes compraron dólares para resguardarse en la previa de las elecciones los venda porque necesita pesos y comience a aparecer la cosecha de trigo que será récord. “Si el BCRA aparece comprando los dólares, el Tesoro es más complicado porque no tiene tantos pesos”, concluyó el consultor.
En noviembre se notó una caída notoria en la cantidad demandada de dólares. El Central relajó los encajes para satisfacer la necesidad de moneda local y se espera que el sector privado venda divisas para afrontar el medio aguinaldo y las fiestas
Las próximas semanas tendrán un fuerte incremento de la demanda de dinero, como sucede en cada fin de año. La combinación del pago del medio aguinaldo y los gastos de las fiestas provocan este fenómeno, que según los expertos implica un aumento estacional de la cantidad de pesos equivalente a 10% de la base monetario. Esto implica una suba en pocas semanas cercana a $4 billones.
El dólar oficial ya viene mostrando desde las elecciones legislativas una demanda mucho menor y se alejó del techo de la banda cambiaria. Ayer la cotización minorista cerró a $ 1.475 y el mayorista lo hizo a $ 1.451, sin mayores variaciones respecto al cierre del viernes.
Las necesidades de pesos se pueden abastecer de distinta manera. El Banco Central ya alivió la semana pasada la exigencia de encajes a los bancos, lo que libera fondos. De hecho, en las últimas horas muchas entidades salieron a ofrecer adelantos de corto plazo para que las empresas puedan enfrentar el pago del medio aguinaldo a mediados de mes.
Otra forma es que elBCRA intervenga en elmercado cambiario para comprar dólares e inyecte pesos de manera simultánea. Pero hasta ahora el equipo económico se mostró muy cuidadoso con este esquema, que en realidad es parte de un plan mucho más amplio para remonetizar la economía.
También es factible que aumente la venta de dólares luego de compras récord en los últimos meses. Desde que se abrió el cepo cambiario las compras del público e indirectamente de las empresas superaron los USD 35.000 millones en todo concepto. En octubre, mes electoral, la demanda de dólares neta de libre disponibilidad fue de USD 4.000 millones.
Sin embargo, la expectativa es que a partir de una mejora de la confianza, como está sucediendo ahora, esa compra de dólares afloje notoriamente. Esta reducción en el ritmo de demanda de divisas es lo que le permitió al tipo de cambio acomodarse sin intervención por debajo del techo de la banda cambiaria.
La semana pasada elTesoro norteamericano confirmó que vendió USD 2.500 millones previo a las elecciones para calmar el tipo de cambio y defender el techo de la banda. Se trató de una intervención inédita que cumplió su objetivo. Ahora recompró esas divisas pero le otorgó al Central un swap de monedas por una cifra equivalente para que no hubiera impacto en el nivel de reservas.
El aumento de la demanda de pesos y la presión a la baja del tipo de cambio es un arma de doble filo. Sucede que puede dar la falsa idea de una situación controlada, que puede llevar a una expansión de dinero exagerada con el objetivo de impulsar el nivel de actividad.
El equipo económico quiere evitar una expansión descontrolada de pesos, pese al crecimiento de la demanda. REUTERS/Matias Baglietto
Esto ya ha sucedido en otros períodos, incluso en los gobiernos de Alberto Fernández y también de Mauricio Macri. Todavía se recuerda la decisión del macrismo el 28 de diciembre de 2017 de aumentar el objetivo de inflación para el año siguiente, acompañado de una baja de tasas y mayor expansión monetaria. A los pocos meses estallaba la crisis cambiaria que terminó con un salvataje récord del FMI.
Para fin de año y sobre todo en enero se espera que crezca la demanda de dólares para turismo y en particular para hacer frente al pago de la tarjeta en el caso de los que viajaron al exterior. Pero, más allá de la evolución del dólar en el corto plazo, en el mercado no terminan de ponerse de acuerdo sobre lo que podría ocurrir en 2026.
Según un informe para inversores de Delphos Investment, el tipo de cambio real tendería a mantenerse estable el año próximo. “De hecho el mercado no cree que el techo de la banda permanezca con un ajuste del 1% mensual, como promete Economía, sino que aguarda un incremento del orden del 2% por mes”, señalaron.
Por su parte, Fernando Marengo, economista jefe de Black Toro, opinó que el escenario más probable es el de una apreciación del tipo de cambio: “Si se mantienen estos niveles de confianza van a entrar más dólares por la cuenta capital. Esto va a generar que el dólar tienda a caer y allí se verá en qué nivel el Tesoro o el Central están dispuestos a comprar, pero no debería ser muy lejos de los $ 1.400. Hoy el problema que tenemos por delante no es que el tipo de cambio toque el techo de la banda, sino que caiga rápido”.
Las mediciones de alta frecuencia de las consultoras proyectaron un rango de entre 2,3% y 2,5% para el mes anterior. La estrategia de recorte de subsidios del Gobierno
Terminó noviembre y las consultoras privadas difundieron sus relevamientos de inflación en un mes en el que el Gobierno levantó el pie en los subsidios económicos al transporte y los servicios públicos, a lo que se suma el aumento de la carne, lo que impactaría de lleno en el indicador mensual.
Luego de que en octubre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicara en 2,3%, tercer mes consecutivo de aceleración, la expectativa se focaliza en qué pasó en noviembre y si se logró cortar con esa tendencia. En ese contexto, la decisión del equipo económico de recordar subsidios económicos tras el triunfo electoral podría complicar la dinámica inflacionaria.
Con la confianza que le dieron las urnas, durante el mes pasado el Gobierno primero autorizó un incremento en las boletas de luz y gas del 3,8% promedio y luego en el caso de los colectivos que entran y salen de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) un aumento de casi el 10%. Frente a estos movimientos, las consultoras privadas estiman que la inflación de noviembre se ubicará entre el 2,5% y 2,3%. De confirmarse este último dato, se ubicaría por segundo mes consecutivo en el mismo nivel.
La estimación más “pesimista”, aunque por mínimas diferencias, es de la consultora Eco Go: calcularon que el IPC arrojará 2,5%. Una cifra a la que llegan porque relevaron aumento en el rubro “Alimentos y bebidas no alcohólicas” del 3%. “Carnes arrancó a subir fuerte a fines de octubre y por la ponderación que tiene, eso empujó bastante el nivel general. Además, regulados viene con incidencia alta también”, explicó el economista de Eco Go, Lucio Garay Méndez.
La inflación de octubre fue de 2,3%, según el Indec.
Desde Equilibra estimaron que el IPC Nacional subió 2,5% impulsado por Regulados (3,3%) y el componente Núcleo (+2,4%), “tras subas significativas en Carnes (4,5%) que impulsaron el rubro de Alimentos y bebidas no alcohólicas (2,8%)”. “Los Regulados (naftas + tarifas) lideraron (+3,3%) y el rubro Carnes subió 4,5% (la Vacuna trepó 5,7%), impulsando AyB no estacionales 2,8% (máximos desde abril). La estabilidad cambiaria trajo calma en bienes del Resto del IPC Núcleo (2,2%)”, especificó Gonzalo Carreras, economista de la consultora.
Según el relevamiento en el Gran Buenos Aires (GBA) de C&T Asesores Económicos, la inflación de noviembre fue del 2,4%. “La dinámica de los precios durante el mes estuvo particularmente influida por tres factores: el precio de la carne vacuna, el Cyber Monday y los servicios regulados“, marcaron.
Si bien la carne ya venía acelerándose desde octubre, en noviembre profundizó esa tendencia y le dio un impulso significativo al rubro de alimentos consumidos en el hogar (que es el de mayor ponderación), que aumentó 2,6% en el mes, por encima del promedio. “El alza del rubro no fue mayor aún debido a una baja de 12 % en las verduras, que constituyen un componente estacional; en otros componentes también hubo algo de moderación con respecto a octubre”, destacó.
Equilibra registró un incremento de la inflación a 2,5% en noviembre.
Otro contrarresto vino por el Cyber Monday. El evento de ofertas virtuales derivó en una reducción de precios en varios rubros durante la primera semana del mes, con particular impacto en equipamiento del hogar, en donde se incluyen diversos electrodomésticos. En lo que hace a servicios regulados, transporte público, electricidad y gas mostraron alzas superiores a las de meses previos.
Un diagnóstico más “optimista” tuvieron en la consultora LCG. Según sus estimaciones,la inflación de noviembre se ubicará en torno al 2,3% nuevamente. En el relevamiento de precios de alimentos y bebidas registraron un incremento del 3,3%. Con una tendencia de fuertes aumentos en las primeras semanas. Siendo la misma proyección general que tienen en Analytica.
Por su parte, el sondeo de Fundación Libertad y Progreso registró una suba de 2,3%. “Con este resultado, la inflación acumulada en el año alcanzaría el 27,7%, mientras que la variación interanual se ubicaría en 31,2%, consolidando veintiún meses consecutivos de desaceleración”, aseguraron desde el think tank liberal.
“A lo largo del mes, la dinámica semanal mostró comportamientos dispares. La primera semana arrancó con un salto del 1,0%, explicado en gran parte por el aumento de precios regulados que, en línea con los meses anteriores, volvieron a traccionar al alza: las prepagas aumentaron alrededor de 2,1% y el transporte registró un avance del 4,1%. Luego, el ritmo se moderó, con incrementos de 0,2% y 0,1% en la segunda y tercera semana, respectivamente, mientras que la última semana cerró con una suba similar a la inicial”, reza el informe.
Para la Fundación Libertad y Progreso, la inflación se mantuvo en 2,3% en noviembre.
En el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que publicó el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la mediana de las consultoras encuestadas indicó que en noviembre la inflación sería del 1,9%. Para diciembre anticiparon un 2%; recién en enero de 2026 comenzaría la desaceleración. Vale destacar que las proyecciones se publicaron antes de que el Gobierno oficializara los aumentos en los servicios públicos. El dato oficial del mes previo se dará a conocer el jueves 11 de diciembre por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
La estrategia de recorte
No obstante, todavía quedan precios de la economía atrasados, según la consultora Invecq. “Pese a que haya habido avances significativos —especialmente en el 1.º cuatrimestre de 2024, antes de que el Gobierno comenzara a priorizar la desinflación—, el proceso de realineamiento continúa incompleto. Comparando la estructura vigente con la del 1.º semestre de 2019 —última etapa previa de orden macroeconómico—, la ‘inflación reprimida’ asciende a 4,2 puntos. Los mayores ajustes pendientes se concentran en servicios públicos“, destacaron en un reporte.
Para la consultora Invecq hay atraso en 14 rubros.
Entre los segmentos con retrasos de entre 30 % y 40 % figura “Energía eléctrica y gas”, seguido por Transporte entre un 30 % y 20 %, al igual que Teléfono e internet y combustibles. Sobre esta última variable clave de la economía, un informe de Energía y Economía expuso que Caputo resignó ingresos por más de USD 2.100 millones al no aplicar las actualizaciones correspondientes del impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono en lo que va del año.
Este se oficializó un aumento del 4,3 % (2,3 % por inflación y 2 % por recorte de subsidios) en colectivos, subtes y peajes en CABA; mientras que en la provincia de Buenos Aires se autorizó una suba del 14,8% en colectivos. En simultáneo, el Gobierno oficializó otro incremento en las boletas de luz y gas promedio del 2,8%. Lo que revela la convicción del ministro de Economía, Luis Caputo de avanzar con la estrategia de recorte de subsidios, tal como pactó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).