Connect with us

Salud

El incómodo problema ginecológico que disparó el estrés y cómo detectarlo

Publicado

on

La candidiasis afecta al 75% de las mujeres al menos en algún momento de su vida.

Sus diferencias con la vaginosis bacteriana, otra infección muy común.

Solo en Estados Unidos genera pérdidas anuales por casi 1,4 millones de dólares, es más frecuente en quienes tienen altos niveles de estrés, propicia la depresión y complica fatalmente las relaciones sexuales. ¿Qué es? La candidiasis vaginal, infección que con la vaginosis bacteriana conforma una dupla ginecológica insoportable de la que casi no se habla. Ni siquiera, del todo, entre las mujeres. Y ni siquiera cuando las ventas de antimicóticos ginecológicos crecieron 66% entre 2019 y 2023, según datos del Observatorio de Salud, Medicamentos y Sociedad de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA).

Esta nota pretende clarificar el ABC de dos patologías que no son de transmisión sexual y que para las mujeres resultan un suplicio. Ambas parten de un simple desequilibrio en la flora de la vagina, donde deberían convivir pacíficamente hongos, bacterias y virus.

Sin embargo, por distintas razones (desde factores hormonales como el embarazo u otros hasta temas de alimentación, estilo de vida o, en gran medida, estrés), unos microorganismos, de repente, crecen por encima de los otros y se desencadena una pequeña batalla. Si la guerra se desmadra, puede derivar en una infección sintomática.

Por lo pronto, al desconocimiento se suma la incomodidad que provoca hablar de estos temas, incluso entre las mujeres. De ahí al autodiagnóstico, hay un paso. Y, dando otro más, llegamos a la automedicación.

Autodiagnóstico y autotests para candidiasis

Apuntando al debate sobre si la automedicación se justifica en estos casos o no, Facundo Gómez Cherey, docente de la UBA y médico del Servicio de Ginecología del Hospital de Clínicas “José de San Martín” en la sección Patología Vulvovaginal, compartió un paper de investigadores estadounidenses publicado hace ya un par de décadas, que resume un fenómeno seguramente vigente: los errores en el autodiagnóstico de las mujeres que creen tener candidiasis.

Aunque la automedicación es usual, conviene consultar al médico ante síntomas de candidiasis o vaginosis bacteriana. Foto Shutterstock.Aunque la automedicación es usual, conviene consultar al médico ante síntomas de candidiasis o vaginosis bacteriana. Foto Shutterstock.

De casi 100 que asumieron tener esa patología, el estudio reveló que solo el 33,7% tenía una infección por el hongo candida; casi 19% tenía vaginosis bacteriana (o sea, no un hongo sino una bacteria); más del 21%, vaginitis mixta; 13,7% estaba “normal”, y 10,5% tenía otros diagnósticos.

La conclusión del trabajo es que “muchas mujeres que se autodiagnostican y utilizan un producto de venta libre para el tratamiento de una presunta candidiasis vulvovaginal, no la tienen”.

Los autores remarcan que “el fácil acceso a estos productos se asocia con gastos financieros desperdiciados, expectativas incumplidas y un retraso en el diagnóstico correcto para un número sustancial de mujeres”.

De la misma manera, mujeres que creen tener -pero no tienen- vaginitis y piden en la farmacia óvulos antibacterianos (en lugar del clásico antimicótico para candida), además de no resolver su problema, engrosan el enorme problema mundial de la resistencia a antimicrobianos, un fenómeno de preocupación internacional, según el cual el consumo desmedido de antibióticos de amplio espectro (que barren no algunos “bichos” sino todos los que tiene la flora del individuo) genera que los microorganismos se acostumbren a las drogas y se vuelven más resistentes.

En la consulta ginecológica, muchos médicos usan pruebas diagnósticas rápidas de ADN para determinar candidiasis o vaginosis. Foto ShutterstockEn la consulta ginecológica, muchos médicos usan pruebas diagnósticas rápidas de ADN para determinar candidiasis o vaginosis. Foto Shutterstock

Dicho todo esto, en algunos países (como España o Chile) se comercializan autotests que miden el ph vaginal. Vale aclarar que el ph es una medida indicativa del nivel de alcalinidad o acidez en cierta sustancia. Si bien el resultado de estas pruebas diagnósticas no es concluyente, los tests hogareños se autopromueven como “guías” útiles conocer si hay una infección y cuál.

En Argentina no se venden. ¿Servirían en alguna medida?

Candidiasis: cómo reconocer los síntomas

Laura Fleider, jefa de Patología Cervical en el Hospital de Clínicas y docente de la UBA, y Lucía Domingo, ginecóloga de planta del Hospital Santojanni (que también atiende en el Instituto de Diagnóstico y Tratamiento, y en el sanatorio Finochietto), coincidieron en que estamos frente a un círculo poco virtuoso y de difícil solución respecto de cómo debería ser el abordaje de estas situaciones.

Un ejemplo de los autotest para detección de candidiasis que se venden fuera de Argentina. Un ejemplo de los autotest para detección de candidiasis que se venden fuera de Argentina.

Los autotests, dijeron ellas -y coincidió Gómez Cherey-, no son una buena estrategia porque el resultado no es concluyente. Su alcance, remarcaron, es muy limitado, en parte porque no solo hay dos patologías (por más que sean las más prevalentes) y además se perdería el ojo sobre los cuadros de cronicidad.

Para Domingo, en cambio, sería indispensable que “todos los centros de salud tuvieran demanda espontánea de ginecología”, precisamente para atajar situaciones que “no son de tanta gravedad, pero en las que la mujer tampoco puede esperar mucho”.

Tiene sentido, tomando en cuenta que el diagnóstico médico no siempre se limita a lo meramente observacional (lo que tampoco es menor). Domingo y Gómez Cherey hablaron de unos tests rápidos que ellos mismos usan en el consultorio, que no están diseñados para autotoma.

Los test para "candidiasis" y "vaginosis bacteriana". Los test para “candidiasis” y “vaginosis bacteriana”.

A esa estrategia Fleider sumó la importancia de mejorar la educación sobre estos temas, de modo que el autodiagnóstico, cuando se hace, sea lo más acertado posible: “Es fundamental que las mujeres aprendan a entender sus síntomas y a leer el flujo vaginal. Siempre es mejor consultar al médico, pero tiene sentido que la mujer aprenda sus síntomas”.

Los tres especialistas acordaron en que los cuadros de reincidencia ameritan acompañamiento clínico, en especial porque algunos tipos de candida son resistentes a los antifungicidas. Por cierto, informó Domingo, “ciertas condiciones como diabetes o inmunosupresión pueden aumentar las chances de reincidencia”.

Veamos los síntomas de la candidiasis. Fleider explicó que el flujo suele ser tipo “leche cortada o ricota” y que “hay mucha irritación vulvovaginal, pero no debería haber olor”.

En cambio, suele haber prurito, remarcó Gómez Cherey, y sumó un dato central, que es el efecto perjudicial de sumar humedad en la forma de tratamiento. Así, recomendó “evitar los asientos de Malva, que pueden generar dermatitis de contacto” y, frente a la picazón, “evitar sobrehigienizarse, ya que la humedad empeora todo el cuadro”.

Candidiasis y estrés, un matrimonio en puerta

Los tres ginecólogos hablaron del influyente factor del estrés, ya que el cortisol (la famosa “hormona del estrés”) puede desequilibrar la microbiota vaginal y beneficiar la proliferación de hongos.

Es un contexto difícil, en ese sentido. Para Fleider, “cada vez se ven más casos de candidiasis” y, encima, remarcó Domingo, “hay mucha candidiasis resistente, en parte asociada a la resistencia a antimicrobianos y a la disbiosis (N. de la. R: el desbalance de la microbiota), asociada a los malos hábitos alimentarios”.

La "candidiasis" y "vaginosis bacteriana". Foto ShutterstockLa “candidiasis” y “vaginosis bacteriana”. Foto Shutterstock

En este punto, vale la pena recordar los datos de la COFA enunciados arriba: entre 2019 y 2023, le venta de óvulos antibióticos para vaginosis bacteriana y una infección parasitaria menos común llamada trichomona vaginalis, cayeron 13%, mientras que los antimicóticos (para candida, en sus múltiples versiones) subieron 66%.

La vaginosis bacteriana y sus síntomas

Domingo aclaró que “el estrés es causa de candidiasis, pero no de vaginosis”, patología que, dicho sea de paso, “no pica, no irrita la vulva y en cambio sí trae un olor específico”.

“Muchas mujeres tienen este cuadro después de menstruar o de tener relaciones sexuales, como una alcalinización transitoria del ph vaginal que hace que se alteren las bacterias en la vagina”, agregó.

Los tres médicos destacaron que si el flujo no es blanquecino, los síntomas apuntan a una vaginosis y la flora no se reacomoda sola a lo largo de un par de días, conviene consultar al médico, ya que podría estar oculta una infección parasitaria (trichomona) que, como la vaginosis, se trata con antibióticos, pero con otra dosificación.

¿Por qué bajó la venta de esos óvulos? Gómez Cherey no llegó a una conclusión definitiva, pero marcó dos cuestiones para tener en cuenta: que tanto la mala alimentación como el consumo de tabaco tienen un rol importante en el desarrollo de vaginosis bacteriana.

Son datos que conviene aprender y compartir. Porque, como explicó Gómez Cherey, guste o no, “el 75% de las mujeres tendrá al menos un episodio de candidiasis a lo largo de su vida”.

Salud

Un cardiólogo que estudia a los “superancianos” identifica el único hábito que garantiza vivir muchos años y con buena salud: “Es lo único que reduce nuestro reloj biológico”

Publicado

on

Por

Tras analizar los factores que comparten los “superancianos”, el reconocido cardiólogo Eric Topol concluye que la longevidad depende, sobre todo, de una costumbre cotidiana

El doctor Eric Topolcardiólogo y genetista estadounidense, lleva décadas investigando los secretos de la longevidad. Su reciente libro, Super Agers: An Evidence-based Approach to Longevity (Superancianos: una aproximación a la longevidad basada en pruebas), recopila los resultados de años de análisis sobre personas que superan los 80 años manteniendo la salud y la vitalidad. La publicación aún no ha salido en español, pero ya ha generado debate en foros especializados y en medios de comunicación de todo el mundo.

Pocas son las personas que consiguen cruzar la barrera de los 90 manteniéndose activos y en buena forma. Lejos de secretos inalcanzables o fórmulas mágicas, Topol defiende que la clave se encuentra “más cerca de lo que creemos” y apuesta por rutinas sencillas. En su recorrido profesional – es reconocido como uno de los diez principales expertos mundiales en longevidad -, el médico afirma que pequeños cambios diarios pueden prevenir enfermedades que encabezan la mortalidad global: cáncer, cardiopatías y trastornos neurodegenerativos.

El deporte es “lo único que sabemos que reduce nuestro reloj biológico” (Imagen Ilustrativa Infobae)

El deporte es “lo único que sabemos que reduce nuestro reloj biológico”

“Sabemos que estas enfermedades tardan al menos 20 años en desarrollarse, así que estamos en condiciones de prevenirlas, sobre todo en personas con mayor riesgo”, afirma. “Tenemos una oportunidad de evitar esas patologías que surgen con la edad”. Para el especialista, modificar ciertos hábitos no supone un esfuerzo desmedido: “No se trata de pastillas ni de trucos mágicos. Podemos trabajar con lo que ya está en nuestras manos”.

El ejercicio – según Topol – destaca por encima del resto de recomendaciones. Basta con observar cómo se estructura la rutina diaria y plantear cambios sencillos en movimiento, dieta y ocio para encarrilar la salud a largo plazo. El cardiólogo recomienda especialmente aquellas actividades dirigidas a trabajar la musculatura en resistencia y los ejercicios de fuerza de prensión (la capacidad que tiene una persona para apretar o suspender objetos en el aire con las manos), dos prácticas que han mostrado una eficacia notable frente al deterioro físico vinculado al paso de los años.

“Resulta que el ejercicio es lo único que sabemos que reduce nuestro reloj biológico. El espacio entre tu verdadera edad y la edad biológica puede ampliarse”, destaca Topol. La recomendación estándar es realizar 30 minutos de ejercicio, cinco días a la semana, aunque el propio cardiólogo reconoce que incluso con dos sesiones semanales ya se obtienen beneficios. “No es sobre volverte más fuerte, es también sobre mejorar tu equilibrio”, insiste. “Nada de lo que podamos hablar supera al ejercicio si hablamos de reducir nuestro proceso de envejecimiento. No lo sabríamos si no hubiese toda esa ciencia detrás”.

Topol subraya que el ejercicio se ha revelado como el hábito más eficaz para mejorar la salud y prolongar la vida. Para quienes buscan una clave en la longevidad de los llamados “superancianos”, el mensaje queda claro: moverse no solo alarga los años, sino que también los llena de salud y vitalidad.

Seguir leyendo

Salud

Qué es el síndrome del “hombro congelado”, la dolencia que afecta principalmente a las mujeres mayores de 40

Publicado

on

Por

Durante la mediana edad, esta condición asociada a cambios hormonales interfiere con rutinas básicas y deteriora el bienestar general, advierten desde National Geographic. Cuáles son los síntomas y por qué es esencial el diagnóstico oportuno

Alcanzar el estante de la cocina, atarse el pelo o solo levantar los brazos pueden ser acciones que, aunque simples, se vuelven un desafío inesperado para muchas mujeres en la mediana edad, especialmente después de los 40 años.

Actualmente, esta condición ganó relevancia debido a su impacto prolongado y a la necesidad de repensar su diagnóstico y tratamiento desde una perspectiva informada y equitativa. Es que el dolor persistente y la rigidez en el hombro afectan de manera desproporcionada a mujeres de mediana edad, con una alta prevalencia e impacto en la calidad de vida.

La capsulitis adhesiva limita elLa capsulitis adhesiva limita el movimiento del hombro y puede prolongarse entre uno y tres años, afectando la calidad de vida (Créditos: Freepik)

El hombro congelado se caracteriza por una restricción progresiva y dolorosa del movimiento en la articulación, tanto en acciones activas como pasivas.

  • Congelación: dolor y rigidez aumentan de forma progresiva.
  • Congelada: disminuye el dolor, pero persiste la rigidez, lo que dificulta las actividades cotidianas.
  • Descongelación: el rango de movimiento mejora de manera gradual.

Este proceso puede extenderse entre uno y tres años. En algunos casos, la recuperación total no se alcanza.

Vale destacar que, en la fase inicial, el dolor suele ser intenso por la noche y la movilidad del hombro se reduce. En la etapa intermedia, la rigidez se acentúa y puede producirse atrofia muscular. Finalmente, durante la recuperación, disminuye el dolor y mejora la movilidad, aunque no siempre se restablece por completo.

Desde Mayo Clinic advierten que, aunque en la mayoría de los casos se resuelven con el tiempo, la afección puede resultar incapacitante durante su evolución.

Cuáles son los factores de riesgo

Tres fases del hombro congelado:Tres fases del hombro congelado: dolor inicial, rigidez persistente y recuperación parcial del movimiento (Créditos: Freepik)

Diversos reportes indican que entre el 2% y el 5% de la población desarrolla capsulitis adhesiva. Su frecuencia aumenta significativamente en mujeres de entre 40 y 60 años, especialmente en la transición menopáusica, profundiza National Geographic.

El mismo medio señala que cerca del 75% de los casos se presentan en mujeres, y más del 70% de quienes atraviesan la menopausia padecen síntomas musculoesqueléticos. Es más, una de cada cuatro desarrolla alguna forma de discapacidad funcional.

Aunque sus causas exactas no están completamente establecidas, se estima que el hombro congelado se origina por un proceso inflamatorio que provoca el engrosamiento y la contracción de la cápsula articular. Sobre este punto, el estudio de Climacteric vincula este mecanismo con la disminución de estrógenos durante la menopausia, lo que contribuye a la aparición de síntomas musculoesqueléticos como el dolor articular y la rigidez.

En cuanto a los factores de riesgoMayo Clinic identifica a los antecedentes de diabetes, trastornos tiroideos, enfermedades neurológicas o cardiovasculares, así como la inmovilización prolongada del hombro.

Vale destacar que la afección presenta mayor prevalencia entre personas de origen asiático, donde se la conoce como “hombro de los cincuenta años”, según relata National Geographic.

Los ejercicios de amplitud deLos ejercicios de amplitud de movimiento, acompañados de un compromiso sostenido con la rehabilitación, son fundamentales para la recuperación (Créditos: Freepik)

Por otro lado, un estudio publicado en Climacteric propuso el término “síndrome musculoesquelético de la menopausia” para describir síntomas asociados al descenso de estrógenos, como capsulitis adhesiva, artralgia y pérdida de masa muscular.

Al tiempo que una investigación publicada en Journal of Clinical Medicine documentó la alta frecuencia de dolor de hombro en mujeres menopáusicas y las barreras diagnósticas que enfrentan.

Contexto histórico y falta de investigación

Durante décadas, el hombro congelado fue una enfermedad poco comprendida y subestimada por la comunidad médica. National Geographic destaca que hasta hace poco existían escasos estudios sobre sus causas y tratamientos, en parte por un sesgo de género en la investigación.

La cirujana ortopédica Jocelyn Wittstein, citada por el medio, afirmó que “el solo hecho de ser mujer es un factor de riesgo para el hombro congelado” y señaló que la mayoría de los cirujanos ortopédicos no experimentan la menopausia, lo que contribuye a la falta de urgencia en el abordaje de esta afección.

Las radiografías permiten descartar patologíasLas radiografías permiten descartar patologías como artritis o lesiones óseas (Créditos: Freepik)

En 2024, Wittstein y su equipo introdujeron el concepto de síndrome musculoesquelético de la menopausia, para describir síntomas como dolor articular, pérdida de masa muscular, disminución de densidad ósea y progresión de la osteoartritis. La revista Climacteric, en ese tono, subrayó la relevancia de esta terminología para aumentar la conciencia médica y social sobre los efectos musculoesqueléticos del climaterio.

Diagnóstico: criterios y relevancia de la detección temprana

Durante años, el hombro congelado fue poco atendido en la práctica clínica. National Geographic vincula esta omisión con un sesgo de género. En ese marco, Jocelyn Wittstein insistió en que el factor de riesgo de ser mujer fue históricamente desestimado y atribuyó esa omisión al desconocimiento clínico de la experiencia menopáusica.

Estas afirmaciones sobre el síndrome musculoesquelético en la menopausia adquirieron respaldo desde la revista Climacteric, ya que se documentó la frecuencia y el impacto de estos síntomas en mujeres en transición hormonal.

El estudio en Journal of Clinical Medicine reforzó esta perspectiva al mostrar la elevada prevalencia de dolor de hombro y la falta de estrategias diagnósticas eficaces, lo que prolonga el sufrimiento y retrasa el tratamiento adecuado.

La detección temprana del hombroLa detección temprana del hombro congelado mejora el pronóstico con tratamientos como fisioterapia e hidrodilatación (Créditos: Freepik)

Lo cierto es que el diagnóstico del hombro congelado es clínico. Se basa en la historia de dolor y rigidez progresiva, y en la limitación del rango de movimiento activo y pasivo. La Cleveland Clinic explica que el examen físico incluye la evaluación comparativa con el otro hombro.

Las radiografías permiten descartar patologías como artritis o lesiones óseas, y técnicas como la resonancia magnética o la ecografía ayudan a confirmar el diagnóstico.

Su identificación oportuna es clave. Intervenir en las primeras fases mejora el pronóstico y acorta la duración de los síntomas. Sobre este punto, y a modo de ejemplo, el estudio publicado en Journal of Ultrasound demostró que la hidrodilatación guiada por ecografía, combinada con fisioterapia, resulta más eficaz si se aplica antes de alcanzar la rigidez completa.

Tratamientos actuales y evidencia disponible

El tratamiento del hombro congelado evolucionó, aunque aún no hay un protocolo unificado. Las estrategias incluyen fisioterapiaanalgésicosantiinflamatorios no esteroideos, corticoides (orales o inyectables), hidrodilatación y, en casos refractarios (resistes a los tratamientos tradicionales), cirugía.

La fisioterapia es el pilar del abordaje conservador. Mayo Clinic y Cleveland Clinic coinciden en que los ejercicios de amplitud de movimiento, acompañados de un compromiso sostenido con la rehabilitación, son fundamentales para la recuperación.

Las infiltraciones con corticoides alivian los síntomas en las etapas iniciales, aunque su efecto es transitorio. La hidrodilatación —inyección intraarticular de solución salina y corticoides guiada por ecografía— mostró buenos resultados, especialmente al combinarse con fisioterapia personalizada.

La investigación clínica reciente priorizaLa investigación clínica reciente prioriza un abordaje integral y temprano del síndrome musculoesquelético en mujeres menopáusicas (Créditos: Freepik)

El trabajo publicado en Climacteric cita estudios clínicos que muestran que estos tratamientos logran buenos resultados si se inician a tiempo, reduciendo la necesidad de intervenciones más invasivas.

Respecto a la terapia hormonal, National Geographic y la revista Climacteric señalaron que la terapia de reemplazo hormonal (TRH) podría prevenir o aliviar los síntomas musculoesqueléticos, incluido el hombro congelado.

La Dra. Kathleen Jordan, directora médica de Midi Health, afirmó a National Geographic que la TRH es una de las intervenciones más eficaces para el dolor articular vinculado al hipoestrogenismo, aunque debe evaluarse caso por caso.

Las opciones quirúrgicas quedan reservadas, entonces, a cuadros en los que el tratamiento conservador falla. El estudio de Journal of Clinical Medicine advirtió que muchas mujeres menopáusicas no acceden de forma temprana a tratamientos adecuados debido a la subestimación de su dolor, lo que retrasa intervenciones efectivas.

La terapia hormonal y laLa terapia hormonal y la fisioterapia personalizada son clave para aliviar los síntomas del hombro congelado y mejorar la movilidad (Créditos: Freepik)

El reconocimiento del hombro congelado como parte del síndrome musculoesquelético amplió la investigación clínica y mejoró el enfoque terapéutico. National Geographic destacó, en ese sentido, que una nueva generación de especialistas en salud femenina favoreció el acceso a tratamientos basados en evidencia.

En paralelo, Climacteric resaltó el rol de intervenciones complementarias como el ejercicio de resistencia y la suplementación con vitamina Dmagnesio y vitamina K2 para preservar la masa ósea y muscular en mujeres posmenopáusicas. La hidrodilatación guiada y la fisioterapia personalizada continúan como intervenciones de primera línea, sobre todo si se aplican en fases tempranas.

Seguir leyendo

Salud

Andar en bicicleta o caminar, ¿qué es mejor para la salud cardiovascular?

Publicado

on

Por

Ambas prácticas tienen múltiples beneficios para el organismo. En el Día Mundial de la Bicicleta, un repaso por sus efectos en la prevención de enfermedades cardíacas, control metabólico y fortalecimiento muscular

Cada 3 de junio se conmemora el Día Mundial de la Bicicleta, una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que busca fomentar su uso por sus múltiples beneficios sociales, ambientales y de salud.

En 2025, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un análisis al respecto de su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien apuntó: “Caminar y andar en bicicleta mejora la salud y hace que las ciudades sean más sostenibles. Cada paso que damos y cada paseo ayudan a reducir la congestión, la contaminación atmosférica y las enfermedades. No obstante, debemos hacer que los desplazamientos a pie y en bicicleta sean seguros, para que más personas opten por estas opciones más saludables y ecológicas”.

Caminar y andar en biciCaminar y andar en bici son dos actividades saludables y amigables con el medioambiente (Imagen Ilustrativa Infobae)

Caminar o andar en bici: sus beneficios para la salud cardiovascular

Tras analizar a 82.297 personas durante 18 años, el trabajo concluyó que “en comparación con los desplazamientos no activos, el uso de la bicicleta se asoció con un menor riesgo de mortalidad por todas las causas, un riesgo un 24% menor de hospitalización por enfermedades cardiovasculares, prescripción de medicación cardiovascular y prescripción por problemas de salud mental”. En cuanto a la caminata, el mismo estudio señaló que las personas “que caminaban al trabajo tenían un riesgo 10% menor de hospitalización por enfermedad cardiovascular y de recibir medicación para tratarla”.

Sin embargo, el trabajo también advirtió sobre un riesgo mayor de lesiones entre ciclistas: “Quienes se desplazaban en bicicleta tenían casi el doble de riesgo de hospitalización por colisiones de tráfico en comparación con los no activos, aunque este fue un evento relativamente infrecuente (83 hospitalizaciones en 18 años)”. Estos eventos reflejan la necesidad de infraestructuras seguras para garantizar los beneficios del ciclismo sin aumentar riesgos viales.

El ciclismo estimula los músculosEl ciclismo estimula los músculos de las piernas, activando especialmente glúteos, muslos y pantorrillas (Imagen Ilustrativa Infobae)

En 2022, la OMS publicó un informe en el que apuntó: “Andar en bicicleta y caminar puede ayudar a combatir el sobrepeso y reducir la inactividad física. Los desplazamientos activos se asocian con una disminución de aproximadamente el 10% del riesgo de enfermedad cardiovascular y una disminución del 30% del riesgo de diabetes tipo 2″.

Fortalecimiento muscular, según la intensidad que se busca

Tanto caminar como andar en bicicleta activan los músculos de las piernas. Según una revisión de Public Health England, “el ciclismo se asocia con mejoras en la composición corporal” y permite reducir el porcentaje de grasa corporal cuando se lo realiza con frecuencia.

El mismo informe destacó que andar en bicicleta “beneficia la capacidad cardiorrespiratoria en adultos”, lo que implica también un refuerzo de la musculatura involucrada en la resistencia aeróbica. Por su parte, caminar actúa sobre músculos estabilizadores, fortalece los tobillos y las caderas, y mejora el equilibrio, especialmente en personas mayores o con movilidad reducida. Además, se asocia con mejoras en la salud musculoesquelética de mujeres posmenopáusicas y personas con dolor lumbar crónico, según precisó el análisis.

Si bien el ciclismo podría promover un fortalecimiento más marcado debido a la carga mecánica del pedaleo, caminar también ofrece beneficios relevantes, particularmente en términos de mantenimiento de la masa muscular con bajo impacto en las articulaciones, de acuerdo a los expertos.

Bajar de peso: ambas son buenas alternativas

Ambas actividades son aliadas eficaces en estrategias de control del peso. La OMS ha indicado que caminar “durante 30 minutos o andar en bicicleta durante 20 minutos la mayoría de los días reduce el riesgo de mortalidad en al menos un 10%”.

La OMS señala que caminarLa OMS señala que caminar 30 minutos o andar en bicicleta 20 reduce al menos un 10 por ciento el riesgo de mortalidad general (Imagen Ilustrativa Infobae)

En el informe de Public Health England detallaron que caminar con regularidad genera descensos en el índice de masa corporal, el perímetro de cintura y el peso, particularmente en personas inactivas o con sobrepeso. El ciclismo, por su parte, está significativamente asociado con una menor grasa corporal en estudios de cohorte y ensayos clínicos, lo que lo posiciona como una herramienta útil para reducir el exceso de peso.

Seguir leyendo

Mas Leidas

© 2022 FM Integracion 90.1. Todos los Derechos Reservados. | Desarrollado por Conexión Streaming

FM Integracion 90.1