Bienvenido a Independiente, Julio Vaccari. A este sufrido Independiente en el que nada es fácil, por el contrario. Este Independiente en el que todo cuesta el triple. Este Independiente que raspa el fondo de la olla, como dice su presidente Néstor Grindetti, para ver si logra levantar las inhibiciones y que debe arrancar el semestre sin sus refuerzos. Este Independiente que parece devorarse entrenadores de manera voraz… Vaccari tuvo en su estreno oficial un baño de realidad y cayó sin atenuantes en Córdoba ante Instituto por 3 a 1.

Se lo llevó puesto Instituto. Como un viento que todo empuja arremetió desde el primer instante contra el arco de Rodrigo Rey. Aprovechó cada ocasión para sacar ventaja. En el primer tiro de esquina a favor, facturó. Fue a los 2 minutos nomás. Ignacio Russo, el hijo de Miguel Ángel (DT de Rosario Central) no perdonó después de un rechazo defectuoso de Iván Marcone.

A puro córner, el local lo acorraló al Diablo. En menos de 10 minutos le generó media docena. Y Russo clavó un doblete por esa vía, uno con cada pierna. El segundo fue también a puro oportunismo al capitalizar un rebote de un tapadón de Rey. La defensa roja, estática. Por eso el arquero se peló la garganta de los gritos que pegó para despertar a sus compañeros. No hubo caso, la siesta fue eterna y cada pelota aérea era medio gol de la Gloria cordobesa.

Independiente encontraba descanso y algo de ilusión cuando la pelota lograba pasar la mitad de la cancha para llegar hasta la suela de Santiago López. El pibe maravilla de la cantera arrancaba como wing izquierdo y tiraba la diagonal para quedar perfilado hacia el arco con su pierna hábil, la derecha. Un tiro suyo pasó cerca. Y de una arremetida de este pibe nacido en Nono, a algunos kiómetros de la capital de Córdoba, nació el descuento. Desbordó López y la pasó hacia Tata Martínez, que remató. Ese tiro dio en un defensor rival y el rebote lo transformó en gol Alex Luna con un lindo zurdazo esquinado.

Los de Avelaneda parecían reaccionar. Apenas había pasado un cuarto de hora y la noche entregaba emociones a granel. Ese primer tiempo entretenidísimo daría más. Otro gol de Instituto. Sí, los de Diego Dabove nunca aflojaron y fueron pura efectividad. Esta vez de la mano de su otro delantero, el goleador Santiago Rodríguez, pretendido por San Lorenzo. Mortadela tuvo tiempo y espacio, como casi todos los atacantes locales ante una defensa pasiva, para levantar la cabeza, acomodarse y sacar el disparo de zurda que se desvió en Iván Marcone y se le clavó en el segundo palo a un impotente Rey.

Todo se hizo de pronto de ida y vuelta. Independiente mostraba dos caras y de mitad de cancha hacia adelante presentaba interesantes conexiones entre sus delanteros. Gabriel Avalos, de cabeza, obligó una salvada de Manuel Roffo. Del otro lado, Instituto era mucho más claro y punzante. Un cabezazo en el palo de Gonzalo Requena, que le ganó a Juan Fedorco, provocó nuevamente la furia de Rey.

Vaccari dijo que le “encanta el olor a sangre”. Deberá realizar una transfusión a sus muchachos para generar una reacción, que no hubo en todo el segundo tiempo a pesar de haber acumulado delanteros con los ingresos de Alexis Canelo, Santiago Hidalgo, Rodrigo Márquez y Saltita González.

Instituto manejó los tiempos para cuidar el triunfo, el cuarto en el torneo, que lo deja bien arriba en la tabla de posiciones.