Lionel Scaloni toma natural un proceso que muchos otros entrenadores padecen: el recambio generacional.
Todo con un objetivo central, el Mundial 2026 donde defenderá la corona de Qatar.
El mundo habla de la Selección Argentina. La conquista de la Copa América en el dramático tiempo suplementario ante Colombia en Miami gracias al golazo de Lautaro Martínez le permitió defender el primer paso de la Triple Corona que completan la Finalissima y el Mundial. Ningún otro seleccionado albiceleste consiguió cuatro títulos consecutivos como lo hizo esta camada dirigida por Lionel Scaloni, que dirigió apenas cinco torneos.
Se hablará, y mucho, sobre el desempeño futbolístico que lo ha llevado a este bicampeonato continental en Estados Unidos. De los puntos individuales que fueron un salto de calidad para una identidad colectiva que construyó hace cinco años. Pero hay un rasgo distintivo que la acompaña desde el inicio del ciclo y es la convicción.
Foto Mati Arrascoyta – Enviado especial – CLARIN
A la Scaloneta le costó muchísimo conseguir el prestigio. Sacarse la mochila de los 28 años sin títulos, la cruz de las finales perdidas. Por eso quizás lo defiende en cualquier lugar y contra cualquier rival. Lo dijo Emiliano Dibu Martínez en la conferencia previa al duelo contra Colombia: “El que piensa que porque ya somos campeones estamos un poco relajados está totalmente equivocado”.
Y se sustenta en hechos. Porque en una gira por Asia, en un amistoso en Estados Unidos, en un partido homenaje en el Monumental, por las Eliminatorias o cualquier torneo ‘grande’ la Selección Argentina intenta jugar igual. Hay matices del rival, de los desempeños de los propios futbolistas que son seres humanos y los contextos que, más que nunca en la Copa América que terminó, influyeron en el juego.
Pero bien, también hay un futuro. Y se ha mencionado que este certamen fue una especie de cierre de ciclo. No abrupto, como los que se reclamaban por los medios o redes sociales en otra época, sino natural. Las despedidas oficiales (como Ángel Di María o Franco Armani), las que se empiezan a acercar (Lionel Messi y Nicolás Otamendi) y un recambio generacional que el cuerpo técnico de Scaloni empezó mucho antes de tener que nombrar a los 26 campeones de Miami.
La partida de ‘Fideo’ será un vacío difícil de llenar en el extremo. Asoman intérpretes que ya han tenido mucho rodaje como Nicolás González -de buen desempeño en la final- y los nuevos valores. En ese subgrupo están Alejandro Garnacho y Valentín Carboni. El del Manchester United se volvió un convocado recurrente pero le resta explotar en un partido oficial. Tuvo su chance contra Perú, donde fue de mayor a menor. ¿Desaprovechó su chance? No parece, se repitió durante estos 45 días de concentración que lo que debe mejorar es la toma de decisiones y para eso una de las mejores formas es equivocarse.
Copa América USA 2024. Final. Argentina 1 Colombia 0. Alejandro Garnacho. Foto Mati Arrascoyta.
El hijo del ‘Kely’ llenó los ojos del cuerpo técnico principalmente en los entrenamientos, porque apenas sumó 13 minutos y tocó seis pelotas en la Copa América. Pero está muy bien catalogado hacia el futuro, se lo pondera desde su versatilidad y ese prototipo europeo que tiene incorporado.
A sus 37 años, Lionel Messi está en otra etapa. Tiene que dosificar sus minutos, necesita mayor recuperación post partido y eso provoca que se busque una mayor red de contención, sobre todo defensiva. Tuvo una Copa América -otra vez- determinante, con intervención directa o indirecta en cinco de los nueve goles que convirtió la Albiceleste.
La ausencia de Di María, además, refrescará en loop el debate que ya se volvió una constante: en su contraste de estilos, Julián Álvarez y Lautaro Martínez (autores de siete de los tantos de la Selección) seguirán peleando por ser el ‘9’, ¿o hay espacio para los dos juntos volcando a la Araña a la izquierda como ocurrió en semis y final?.
Lautaro Martínez, con la Copa América en sus manos. Foto Mati Arrascoyta – Enviado especial – CLARIN
El mediocampo es una sinfonía con pluralidad de recursos, juventud y un techo que todavía tiene infinidad de variantes que mostrar. Rodrigo De Paul es el puntal y la prueba fehaciente es que el recambio en la final permitió ganar el título: Paredes y Lo Celso entraron para reemplazar a Enzo Fernández y Mac Allister, gestando el gol del Toro Martínez.
Gio Lo Celso. Foto Mati Arrascoyta – Enviado especial – CLARIN
En la defensa los laterales están bastante alineados. En la derecha Gonzalo Montiel y Nahuel Molina alternan, y en la izquierda al ‘relojito’ Nicolás Tagliafico siempre se le suma Marcos Acuña, que en caso de seguir agobiado por las lesiones tiene a Valentín ‘Colo’ Barco en las gateras.
El liderazgo de Otamendi también será necesario de suplir. No solo en el vestuario, donde el grupo de Leandro Paredes, Gio Lo Celso y De Paul llevan la batuta de la nueva camada, sino también en la zaga central. La Copa América de Cristian Cuti Romero y Lisandro Martínez fue sublime. Lo del cordobés descoloca por su tiempo perfecto para el anticipo y su calidad para sacar el balón desde abajo, mientras que el entrerriano es su complemento ideal por velocidad y capacidad aeróbica para los relevos.
Lisandro Martinez y Cuti Romero. Foto: Mati Arrascoyta. Enviado especial – CLARIN
A la Selección Argentina no le convirtieron goles en este torneo cuando ellos dos estuvieron en cancha -contra Ecuador, el único que le anotó a Dibu Martínez, Licha le había dejado su lugar a Ota-. El punto estará en quienes queden de alternativas, con Germán Pezzella a los 33 años como opción de una mayor altura, más Lucas Martínez Quarta y Leonardo Balerdi, que estuvieron en esta convocatoria para la Copa América aunque solo el de la Fiorentina integró los 26 definitivos. También Nehuén Pérez que es seguido de cerca por el cuerpo técnico y estuvo en los amistosos de marzo pasado. Abajo vienen los del Sub 23,
Ya hay una nueva zanahoria para la Selección. Esto no para. En septiembre (Chile de local y Colombia de visitante), octubre y noviembre habrá en total seis partidos de Eliminatorias que permitirán cerrar la anticipada clasificación al Mundial 2026, el de la defensa del título. Solo Italia (1934 y 1938) y Brasil (1958 y 1962) pudieron ganar Copas del Mundo consecutivas. Solo un aviso, tengan cuidado con lo que desean porque se puede hacer realidad.
El defensor de 37 años fue el gran protagonista del duelo por el Grupo C con un tanto que gritó de cara a los fanáticos del Xeneize. “Todo el mundo sabe que soy hincha de River”, aclaró
Nicolás Otamendi fue el gran protagonista del electrizante duelo que marcó el estreno de Boca Juniors en el Mundial de Clubes. El defensor argentino fue clave para que el Benfica recorte los dos goles que había sufrido en el primer tiempo y se lleve un empate 2-2 sobre el final en el Hard Rock Stadium de Miami en el duelo que marcó el estreno de ambos por el Grupo C.
El capitán del elenco portugués subió a su feed de Instagram19 fotos de su actuación en este encuentro, pero eligió abrir el posteo con cinco escenas de su tanto de cabeza. En el festejo se lo vio gritando de cara a unas de las tribunas, que tuvieron una nutrida concurrencia de fanáticos del Xeneize. Tras poner una citación a su club y al torneo en el texto, eligió musicalizar con el tema “Para la gilada”, de la banda de cumbia “Meta Guacha”.
“Salte capitán”, le firmó su compañero Ángel Di María. “Ídolo”, se sumó el delantero brasileño Arthur Cabral, que acaba de dejar Benfica para disputar el Mundial de Clubes en Botafogo, una transferencia que significó un costo en torno a los 15 millones de euros para el club sudamericano. Entre los “me gusta” del posteo hubo otros jugadores destacados como el arquero de la selección argentina Walter Benítez, el ex guardametas albiceleste Mariano Andújar, el defensor del Manchester United Lisandro Martínez o el ex mediocampista Javier Pastore.
“Todo el mundo sabe que soy hincha de River. Y meter un gol lo festejo como cualquier gol que le convierta a cualquier rival. La verdad que son goles que uno tiene que festejarlos, me tocó festejarlos”, dijo el futbolista de 37 años en zona mixta luego. “Todo el partido me silbaron, se dio que yo tenga que meter el gol y muy feliz. Lo grité mucho como todos los goles que me toca convertir. Más que feliz. Sabíamos la exigencia que nos iban a dar ellos y nosotros también debíamos mentalizarnos en hacerlo bien para poder obtener los tres puntos. El próximo partido para nosotros también tiene que ser una final como hoy”, agregó con mira al duelo ante Auckland.
“Íbamos 2-0 abajo y mi gol sirvió para poder empatar. Ya sabemos cómo juega Boca, lo exigente que es en los duelos y esas cosas. Encontramos el empate y muy feliz. Sabemos que ellos en los duelos son fuertes. Enfrentar siempre a un equipo argentino después de mucho tiempo creo que es lindo, es una competición que hay que disfrutar y hacerlo de la mejor forma posible para nosotros en la personal seguir avanzando”, analizó.
Al mismo tiempo, se refirió a los pasos a seguir en su carrera, teniendo en cuenta que todavía no se sabe si continuará en Portugal: “Todavía mi futuro no lo tengo resuelto. Estoy disfrutando de esta competición, que es una competición que le gustaría a cualquier jugador”.
El defensor de la Selección fue protagonista también de las tapas de los principales medios deportivos de Portugal. “Capitán América”, lo definió el periódico A Bola, que destacó que además del tanto también fue protagonista del penal que Ángel Di María cambió por el descuento sobre el cierre de la primera etapa. “Nico cala boca”, tituló el Récord en su edición de papel, en un juego de palabras aprovechando al rival. El diario O Jogo no puso una foto de Otamendi en su portada, pero hizo también un juego de palabras: “Amargo de boca” (amargo en la boca), en referencia a que sufrieron dos goles en seis minutos y debieron alcanzar un empate sobre el final.
“Nunca se sabe. Todavía me queda un año de contrato con Benfica y trato por respeto al club estar enfocado siempre acá”, había dicho hace unos meses el General en diálogo con ESPN sobre un posible arribo a River. “Una vez que finalice el contrato se verá que será de mi futuro. No quiero ilusionar a la gente porque sino me cagan a puteadas pero saben que soy hincha, miro todos los partidos, tengo un montón de relación con los dirigentes y con los chicos que están en el club. Dios dirá lo que pasa de acá a mi fin de contrato”, agregó.
Otamendi surgió de Vélez en la temporada 2007/08, pero desde hace 15 años milita en el exterior. Emigró inicialmente al Porto de Portugal, tuvo un breve retorno a Sudamérica para jugar en el Atlético Mineiro de Brasil durante una parte del 2014 pero inmediatamente regresó a Europa para jugar en Valencia de España y posteriormente en Manchester City de Inglaterra, club en el que se asentó como un referente a lo largo de cinco años. Desde 2020 es uno de los pilares del Benfica, aunque todavía no se sabe si seguirá en ese club.
El cabezazo de Otamendi para el gol (Foto: Dan Mullan/Getty Images/AFP (Photo by Dan Mullan / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP)
Nico viene de alcanzar los 140 juegos con la camiseta de la selección argentina en la última doble fecha de Eliminatorias para convertirse en uno de los jugadores con más partidos en el combinado nacional. Fue campeón del Mundial de Qatar 2022, bicampeón en la Copa América (2021 y 2024) y completó su vitrina con la Finalíssima del 2022.
Esta temporada fue una de las más agitadas de su carrera, ya que tras ser campeón de la Copa América con la Mayor, viajó a París para ser líder del combinado que disputó los Juegos Olímpicos. Más allá de las competencias locales y la Champions League que disputó con Benfica, tuvo Eliminatorias con la Selección y cerró su calendario en este Mundial de Clubes.
La actividad para ambos elencos seguirá el próximo viernes 20 de junio. Benfica se enfrentará al Auckland City desde las 13:00 (hora argentina), mientras que Boca hará lo propio contra el Bayern Múnich a partir de las 22:00. El Grupo C bajará el telón el martes 24: desde las 16, los dos equipos europeos se enfrentarán entre sí y el Xeneize jugará contra los neozelandeses.
El Merengue finalmente se quedó con la joya argentina que buscaban los principales clubes de Europa
La novela finalmente terminó. Una promesa de River Plate, que rompe récords y llama la atención de todo el continente, se marcha al Real Madrid, el club que ha transformado la exportación de talento joven en una política de Estado. Franco Mastantuono, a los 17 años, rubricó con su presente un destino reservado solo para unos pocos elegidos.
“El 11 de junio de 2025, Franco Mastantuono ejecutó su cláusula de rescisión, en conjunto con el Real Madrid, finalizando de forma anticipada su contrato con River Plate. El jugador se incorporará al club español tras la disputa del Mundial de Clubes FIFA 2025. El monto total de la operación fue de € 63,2 millones, equivalentes a USD 72,6 millones, constituyéndose como la mayor transferencia en la historia del fútbol argentino. River Plate percibirá € 45 millones netos (USD 51,7 millones)“, informó el Millonario en su sitio oficial.
En su anuncio, el conjunto de Núñez también aclara que el resto del dinero se dividió de la siguiente manera: € 11,8 millones (USD 13,6 millones) al fisco español, € 1,4 millones (USD 1,6 millones) a Futbolistas Agremiados, € 0,9 millones (USD 1 millón) a Fondos Estructurales AFA, € 3,6 millones (USD 4,1 millones) por el Decreto 510/2023 y € 0,5 millones (USD 0,6 millones) por otras tasas.
“Gracias, Franco, por tu entrega y talento. Un orgullo verte crecer en el Club. Te deseamos lo mejor en esta nueva etapa que viene post Mundial de Clubes“, añadió el club.
La Casa Blanca, por su parte, no profundizó en cuanto a los números de la operación a la hora de anunciar la contratación de la joven joya argentina. “El Real Madrid C. F. comunica que Franco Mastantuono será jugador de nuestro club durante las próximas seis temporadas, desde el 14 de agosto de 2025 hasta el 30 de junio de 2031. Mastantuono se formó en la cantera de River Plate entre 2019 y 2024, y ha formado parte del primer equipo en la pasada temporada 2024-2025. En febrero de 2024, se convirtió en el goleador más joven en la historia de River Plate, equipo con el que ha ganado una Supercopa de Argentina. A sus 17 años, también es el jugador más joven en jugar un partido oficial con la selección de Argentina en toda su historia”, informó.
En el desenlace de su traspaso, otro nombre merece un apartado: Juni Calafat. Para comprender la dimensión de este pase, hay que entender la relevancia que el directivo español tiene en la estructura del Real Madrid. Calafat, de 52 años, Chief Scout y Director de Fútbol Internacional, fue el protagonista silencioso detrás de los fichajes de Vinicius Jr., Rodrygo, Fede Valverde, Militao, Camavinga, Bellingham y Arda Güler, entre otros. Su metodología no reside únicamente en el análisis técnico y el seguimiento de videos, sino en el vínculo personal, la empatía con las familias y la capacidad de interpretar el entorno sudamericano mejor que nadie en Europa.
La intervención de Calafat fue determinante en la puja con el PSG. Ante la avanzada del club francés, el Real Madrid aceleró y envió a Buenos Aires a su principal estratega. El español tomó contacto con el entorno íntimo de Mastantuono, ofreció más que un proyecto deportivo, y tejió el mismo lazo de confianza que supo emplear en anteriores operaciones exitosas. Su presencia, además de ser una declaración de intenciones, inclina hacia el club blanco a casi cualquier talento sudamericano codiciado en el continente.
Fuentes de la negociación indican que Juni fue el principal interlocutor en la fase clave de las charlas con el representante Walter Tamer y la familia Mastantuono. Por eso, el joven acordó un contrato hasta 2031 con el Real Madrid, en una de las operaciones más resonantes de la historia reciente millonaria.
LA HISTORIA DE FRANCO MASTANTUONO:
El informe de Franco Mastantuono en España
La historia de Mastantuono es, ante todo, la de un chico que respiró deporte desde la cuna. Nació el 14 de agosto de 2007 en Azul. Cristian, su padre, fue su guía en los primeros pasos futboleros en River de Azul, la escuelita donde empezó a codearse con la pelota a los tres años, mientras en su casa compartía juegos y rutinas con su madre Sofía y sus hermanos Lucila y Valentín.
Lo extraordinario de su formación radica en que su destino parecía bifurcarse entre dos disciplinas: el fútbol y el tenis. Durante varios años, Franco dividió sus energías entre la genética de un mediocampista incisivo y los movimientos técnicos de un tenista entre los mejores Sub 12 del país. Sus entrenadores en el club Azul lo recuerdan como un talento innato, con una capacidad poco común para resolver situaciones complejas. Físicamente ágil, mentalmente predispuesto y con una táctica asombrosa para la edad, Mastantuono parecía destinado al alto rendimiento sin importar el deporte que eligiera. Ocupaba desde muy chico el top 10 de los juveniles de su categoría, venció a varios de los mejores proyectos nacionales y dejó a los técnicos con la sensación de que en la raqueta también había nacido para estar entre los mejores.
Eligió el fútbol finalmente, no porque el tenis lo haya vencido, sino porque su vocación por la pelota y el césped fue más fuerte. River Plate, a través de un trabajo paciente de su captador Daniel Brizuela, convenció a la familia con argumentos deportivos e institucionales sólidos: “Fue una pulseada de dos años con la familia. Él seguía destacándose en el tenis y nos decían que el fútbol era un juego, pero cuando lo vimos supimos que teníamos que traerlo”, rememoró el encargado de llevárselo a Núñez.
Su llegada formal a River fue en 2019, a los 12 años, aunque la seducción de los cazatalentos millonarios había comenzado antes. En su debut, en la última fecha de una liga local y con apenas un par de entrenamientos en el lomo, jugó como si ya llevara años en el club, contribuyó al título del equipo y rápidamente convenció a todos.
Franco Mastantuono brilló desde sus inicios con la camiseta de River Plate
Pocos futbolistas en la historia reciente del fútbol argentino irrumpieron con tanta naturalidad en todas las categorías como Mastantuono. Inicialmente, la zurda exquisita sobresalió en la Séptima y la Octava División, donde no solo fue goleador sino capitán y líder del grupo. Su eventual salto a las Juveniles nacionales llegó rápido: convocado a la Sub 17 y hasta fue llamado por Javier Mascherano a la Sub 20 a los 15 años.
Ya en el club de Núñez, técnicos como Martín Pellegrino y Pablo Fernández coincidieron en cuestiones clave: Franco reúne atributos técnicos superlativos y una mentalidad de competencia fuera de lo usual. Describe Pellegrino: “Es muy vertical, determinante en el uno contra uno, con una pegada formidable; de los que no ves todos los días. Hace rato que no veía a alguien golpear la pelota así”. Fernández, por su parte, le sumó: “Es líder natural, tranquilo, pero de gran personalidad. Y tiene recursos para llegar al gol de todas las formas: pelota parada, media distancia, cabeza”.
La racha de récords, en consecuencia, se dio de manera natural. El 28 de enero de 2024 debutó en Primera frente a Argentinos Juniors, con solo 16 años, 5 meses y 14 días, tercero más joven en estrenarse en el club después de Mateo Mussachio y Tomás Rossi. Apenas un par de semanas después, marcó de zurda un gol ante Excursionistas y se convirtió en el goleador más joven de la historia de River. Luego, su sello ganador se desparramó por todo Sudamérica: en abril de ese año anotó en su primer partido de Copa Libertadores en Asunción, transformándose en el más joven en lograrlo con la camiseta millonaria. Y la obra cumbre: su gol de tiro libre a Boca en el último Superclásico, que le dio a River una victoria memorable y a él el privilegio de ser también el más joven con la banda roja en anotar en ese partido con apenas 17 años, 8 meses y 13 días.
Mientras tanto, en Selección Argentina, la estadística y la historia se rindieron a sus pies. Scaloni lo citó a la Mayor y lo hizo debutar en un partido oficial a los 17 años, 9 meses y 22 días, quedando como el debutante más joven de la historia en ese contexto, superando récords previos de Alejandro Garnacho y Facundo Buonanotte.
La selección de Scaloni mostró carácter en un juego complejo, supo sobreponerse a la desventaja y con uno menos, por la expulsión de Fernández, llegó al empate 1-1.
En un partido cargado de tensión en la previa y que terminó con empujones y muchos nervios, Argentina y Colombia empataron anoche 1-1 en el Monumental por la fecha 16ª de las eliminatorias de Conmebol.
La igualdad premió al campeón del mundo, que nunca bajó los brazos y que cuando se vio en desventaja fue al frente, buscó el gol y no disminuyó en su esfuerzo hasta conseguirlo.
Al mismo tiempo, el resultado castigó a Colombia, porque, después de un inteligente primer tiempo y de irse en ventaja, se quedó sin osadía, se refugió y trató de aguantar sin lograr el objetivo.
La Albiceleste ya sacó su boleto al Mundial 2026 hace rato, pero el juego sirvió para ratificar el presente de Almada y de Álvarez, y mostró que hay equipo para un largo tiempo.
Pegó Colombia
La primera parte tuvo movilidad por ambos lados, una presión alta de Colombia y el intento de manejar con criterio la pelota por el lado de Argentina en cada una de las salidas desde el fondo.
La Albiceleste se vio un poco sorprendida por el juego del Cafetero, quien no le dejó manejar con tranquilidad la pelota y siempre colocó gente cerca de Messi como para que el capitán no pudiera manejar la pelota con simpleza.
La salida rápida y la contra fueron el arma utilizada por el equipo visitante, y desde el juego de James Rodríguez, más la velocidad de Luis Díaz, nació lo mejor del equipo de Lorenzo.
Un par de aproximaciones de los locales hizo que la gente se levantara, pero el campeón no tuvo la precisión habitual en los metros finales.
A los 23, una pelota profunda terminó en los pies de “Lucho” Díaz y el atacante del Liverpool dejó parado a “Cuti”, a Otamendi y a Molina para definir ante la salida del “Dibu”.
La transición paciente y con pases precisos en el campeón del mundo se diluyeron en los metros finales, y aunque hubo un par de buenas combinaciones entre Almada, Julián Álvarez y Messi, el final no fue el soñado por la multitud.
Con el 0-1 colocado en el marcador, los dirigidos por Scaloni se mostraron confundidos y por momentos perdieron la línea.
La chapa del campeón
En la segunda parte, y con la ventaja a su favor, la visita decidió cambiar la manera de jugar y ello fue clave para que el partido tomara un rumbo totalmente distinto, porque el técnico Lorenzo colocó un 4-5-1 y decidió resistir la diferencia.
En su afán por defenderse, dejó en libertad a Messi y el capitán generó juego y, en un par de ocasiones, el equipo estuvo cerca de llegar al gol.
Colombia apostó a una corrida de Díaz, quien en soledad siguió manejando los ataques visitantes y complicando a los locales. Pero pagó la idea de jugar unos metros más atrás.
González exigió a Mier y después el propio González estrelló un remate en el poste. Y cuando Fernández levantó el pie y vio la roja tras pegarle a un adversario y Messi dejó el campo, el campeón siguió jugando mejor, hasta que Almada la clavó cruzada y abajo para poner el empate.
Fue justicia en el Monumental, porque Colombia no se animó a ser protagonista ante Argentina y porque el campeón nunca se da por vencido.