Alfio Coco Basile es sinónimo de la Selección Argentina, y en medio del furor que vive el país por una nueva final de la Copa América para el equipo albiceleste, el histórico DT bicampeón en 1991 y 1993 es noticia por preocupantes versiones vinculadas a su salud.

Según pudo confirmar Clarín, Coco se encuentra internado en una clínica de neurorehabilitación para recuperarse de un “tema cognitivo” que lo viene aquejando, vinculado a su vida cotidiana.

Basile, hombre que siempre se destacó por su intesa actividad social, en el último tiempo dejó de mostrarse en las reuniones habituales en el restaurante de Palermo donde suele coincidir con otros exfutbolistas y entrenadores de su generación.

Coco, de 80 años de edad, brindó hace poco una entrevista para la señal deportiva ESPN, ocasión en la que estuvo en el estudio para recordar algunas de las anécdotas de su prolongada carrera y opinar sobre la actualidad del fútbol argentino.

Además de dejar sus divertidos y agudos comentarios sobre Diego Martínez y Martín Demichelis, los entrenadores de Boca Juniors y River Plate, el Coco recordó a la Selección que armó para jugar el Mundial 1994 y se emocionó al hablar de quien era el símbolo de aquel equipo, Diego Maradona.

Basile, símbolo, referente y multicampeón como futbolista, se consagró en el inolvidabe Racing de José Pizzuti, el primer campeón intercontinental argentino, y luego de ganar todo con la Academia formó parte del Huracán del 73, dirigido por César Luis Menotti, para muchos uno de los mejores equipos de la historia del fútbol argentino.

El año pasado, en ocasión de los 50 años del título de aquel Globo campeón “al que los rivales aplaudían de pie”, Clarín reunió al Coco con Carlos Babington y Miguel Brindisi, integrantes de aquel plantel. Los tres hablaron de aquellos tiempos y Basile daba precisiones con una memoria prodigiosa, especialmente para hablar de René Houseman, el crack que falleció en marzo de 2018 para convertirse en leyenda.

“Estábamos en el hotel y apareció, chiquitito, bajito, con una valija roja. Nos miramos y dijimos ‘ese debe ser el refuerzo’. Lo fui a recibir, me presenté, tímido, apenas balbuceaba. Lo llevé para presentárselo al Flaco, que creo ni lo conocía. Nos generó alguna duda, pero a la tarde, en la primera práctica, la rompió, y volvió loco a Lavorato. Ahí advertimos que estábamos ante un fenómeno”, dijo Coco en aquel entrañable reencuentro quemero.

Más alla de su bohemia, su risotada y su vozarrón (que en el último tiempo ya no truena como antes), el cuerpo y el alma del Coco venían sufriendo castigos severos que pusieron a prueba su resistencia.

Unos años después, en 2021, el Coco debió luchar contra el Covid-19, enfermedad que lo tuvo comprometido debido a sus antecedentes como fumador, aunque el dolor más grande para Basile y su familia fue la muerte de Cuqui Chiangaglini, la madre de sus hijos.

Retirado de las canchas desde 2012, cuando dejó la dirección técnica de Racing y nunca más volvió a calzarse el buzo de entrenador, Coco se encuentra ante una nueva batalla vinculada a su salud y la lleva adelante acompañado por sus hijos, sus amigos más cercanos y el afecto de todo el ambiente del fútbol argentino.