El cruce entre Mayra Mendoza y Jorge Ferraresi reactivó las disputas entre La Cámpora y los intendentes que respaldan a Axel Kicillof.
Los movimientos que deja correr la ex presidenta para condicionar las definiciones en el espacio.
El cruce entre Mayra Mendoza y Jorge Ferraresi en La Plata quebró la tregua de las últimas semanas y expuso otra vez la disputa en el interior del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires. Fue en la sede de la gobernación, en una actividad encabezada por Axel Kicillof, decidido a mantenerse al margen de la pelea aunque con las esquirlas cada vez más cerca.
La oposición a Javier Milei funciona para ambos sectores como un argumento para aplacar las discusiones, pero sin un liderazgo definido en el peronismo descuentan que se prolongará el escenario inestable y que se sucederán los cortocircuitos hasta que se pueda encauzar el conflicto o la pelea termine de estallar.
Con la definición de las autoridades del PJ prevista para los próximos meses -en caso de concretarse las elecciones, con fecha el 17 de noviembre tanto a nivel nacional como en la provincia-, resuena el nombre de Cristina Kirchner como la posible llave para “ordenar” el espacio.
¿Podría presidir por primera vez el partido? Los dirigentes más cercanos a la ex presidenta coinciden en que no se trata de un lugar que la entusiasme, por lo que no le asignan demasiadas chances de concretarse, pero no lo descartan. De ese modo, con esa carta latente, La Cámpora buscará condicionar la discusión a su favor. Lo mismo ocurriría con la definición de las candidaturas, el año próximo.
El episodio en el Salón de Acuerdos de la Gobernación bonaerense, en la firma de contratos de leasing con 10 municipios, dejó otra vez al descubierto la puja en marcha por las decisiones políticas y la próxima lapicera electoral entre un grupo de intendentes que impulsa la mayor centralidad de Kicillof y los referentes de la agrupación conducida por Máximo Kirchner.
“Sos un cagón”, le dedicó Mendoza a Ferraresi. La intendenta de Quilmes descargó su enojo por un acto que había encabezado su par de Avellaneda en Bernal, partido de Quilmes, con dirigentes enfrentados a su sector. A Ferraresi le pasaron factura por haber hecho lo mismo en Merlo y San Fernando, gobernados por el peronista Gustavo Menéndez y el massista Juan Andreotti. Y repitió este viernes en Lanús, distrito gestionado por el camporista Julián Alvarez.
“No está bien que un intendente se meta en otro municipio sin avisar. No se hace eso, hay reglas no escritas en la política que hay que respetar. La reacción de Mayra fue natural”, se acumularon desde el Instituto Patria los reproches a Ferraresi, hasta hace un tiempo uno de los jefes comunales más alineados con Cristina Kirchner.
En Quilmes también apuntaron contra Kicillof, por “desentenderse” de los movimientos de los dirigentes que integran su armado político y por la “falta de tacto” para convocar a esa actividad. “No la pueden invitar al otro día a un acto con Ferraresi como si no pasara nada. Es un error lo que están haciendo, lo mismo que adelantar las discusiones políticas, que puede traer consecuencias”, advirtieron.
Desde La Cámpora incluso dejaron correr como conjetura si el jefe comunal de Avellaneda forma parte de una estrategia para “debilitar al peronismo y ayudar al mileismo o al PRO” en los partidos del conurbano bonaerense en manos de Unión por la Patria.
En Avellaneda negaron que Mendoza hubiera insultado a Ferraresi y las acusaciones sobre los motivos de la disputa. “No creemos en la división del espacio. Justamente hablamos siempre de un armado amplio, en todos los municipios que hemos visitado”, replicaron.
Otros intendentes que respaldan a Kicillof aunque con menor exposición y sin confrontar con La Cámpora, como Julio Alak, Andrés Watson y Mariano Cascallares, se diferencian de Ferraresi aunque le endilgan a La Cámpora la insistencia por exhibir el conflicto y tensionar el espacio.
Más allá del cruce puntual entre Mendoza y Ferraresi, las implicancias más abarcativas potencian los riesgos de que el conflicto escale. Kicillof sostiene como propósito ubicarse por encima y al margen de la disputa. “Lo tienen que arreglar ellos. Es un problema personal, de vecinos, que hagan una reunión de consorcio y que cada uno asuma lo que hace. Tenemos demasiado como para ocuparnos de una pavada así”, aseguraron cerca del gobernador bonaerense.
En el Instituto Patria, a su vez, interpretaron los movimientos contra la agrupación conducida por Máximo Kirchner como un ataque por elevación a la ex presidenta. “La Cámpora ya está estigmatizada. Lo que puede haber es un deseo de que Cristina no opine en lo que tiene que ver con el armado político”, evaluó un dirigente de estrecha confianza de la ex mandataria, y descontó que eso no a suceder: “¿Cómo no vas a escuchar a alguien que fue dos veces presidenta, con sus errores y todo lo que quieras, y que mantiene el 30% del voto duro del espacio?”.
En ese contexto comenzó a circular la posibilidad de que la ex mandataria decida ir por la conducción por el PJ, por el momento una variante en caso de que se profundice la crisis y la dispersión del espacio. “La foto de hoy es no. Si es necesario ordenar el peronismo bajo una palabra que respeten los gobernadores y referentes de cada provincia, lo puede hacer. Pero ella no tiene la cabeza puesta ahí. Está muy preocupada por la economía, ni Milei sabe dónde vamos”, desactivaron la versión, aunque sin descartarla.
Kicillof mantiene el vínculo con Cristina -la visitó en el Instituto Patria-, pero todavía sigue pendiente el encuentro que estaba acordado con Máximo Kirchner. La mesa política del gobernador prepara un acto para el 1° de julio, a 50 años de la muerte de Perón, en la Quinta Museo de San Vicente. Estarán “todos invitados”, aunque esperan una asistencia similar al plenario de hace un mes en Varela. Esa vez no hubo referentes de La Cámpora.
En La Plata mantienen las dudas sobre el accionar de la agrupación ultra K en los acuerdos subterráneos. Entre los intendentes creen que lograrán acercar posturas
Idas y vueltas. Una vez más. Van y vienen los pedidos de apoyo para que el Gobierno bonaerense tenga la habilitación para endeudarse y respire hondo en el medio de una gestión asfixiada por la falta de fondos de la Casa Rosada. Detrás de esas negociaciones cruzadas, permanentes e inestables, está presente la interna del peronismo. La relación tormentosa y furiosa que tienen el kicillofismo y el cristinismo.
Ayer por la tarde, Kicillof hizo un pedido concreto y directo. Tomó la precaución de dejar expuesta la necesidad que tiene su gobierno de obtener el endeudamiento y la situación de debilidad en la que deja a la gestión si la ley no sale. En La Plata se encargaron de reforzarlo. “Si no logramos sacarlo, quedamos en una situación crítica”, precisaron.
“La provincia de Buenos Aires necesita las herramientas para no desproteger a nuestro pueblo. Es una emergencia económica del país y de la provincia. Estamos atravesando una profunda recesión que afecta a todos los sectores”, expresó el Gobernador durante una conferencia de prensa que brindó en La Plata.
Kicillof aseguró que se perdieron “5.000 empresas en la provincia” y “172.000 puestos de trabajo”, además de destacar que hay “mil obras frenadas en todos los rubros” con una gran cantidad de “despidos, suspensiones y cierres de empresas”. El Gobernador habló de “asfixia financiera” por parte del gobierno de Milei.
En la conferencia, que buscó ser una muestra de alineamiento detrás del pedido del Gobernador, había referentes del Frente Renovador, La Cámpora y el peronismo bonaerense, identificado, sobre todo, en los intendentes y el sector sindical.
La cuestión por el endeudamiento deja al descubierto la interna peronista en la Provincia de Buenos Aires (Adrián Escandar)
Sin embargo, hay dos versiones de una misma historia. El presidente del bloque de diputados de Fuerza Patria en la Legislatura Bonaerense, Facundo Tignanelli, es el vocero de la postura del kirchnerismo. En los últimos días no se ha movido un centímetro de su discurso público. Consideró que es necesario sacar la ley de endeudamiento “para poder cumplir con todas las obligaciones que la provincia tiene”. Además, sostuvo que en el peronismo vienen “trabajando para tratar de lograr esa ley tan necesaria”.
La unidad que expresa el legislador camporista, no es decodificada de la misma forma en el kicillofismo, donde desconfían, en forma permanente, de cada una de las negociaciones de la que es parte el cristinismo. “Nos corren el arco todo el tiempo. A la mañana dicen una cosa, a la tarde otra y a la noche una nueva”, se quejó un importante funcionario platense.
En el Gobierno bonaerense y en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) hay una desconfianza permanente sobre cada movimiento del cristinismo. Tiene que ver con que, en el fondo, advierten que la relación política está rota y que nadie de esa tribu quiere que Kicillof sea el candidato a presidente del peronismo ni que se convierta en el sucesor de Cristina Kirchner.
Kicillof en la presentación del Presupuesto 2026
Si no quieren el objetivo de fondo, tampoco van a querer el objetivo a corto plazo. Entonces, el desgaste de la gestión estará siempre presente como una postura del cristinismo para con el kicillofismo. “Quieren ver cuántos nos sacan, cuánto nos debilitan. Están jugando en tándem con algunos sectores de la oposición”, indicaron en una oficina importante de la gobernación.
Entre los intendentes hay una visión más moderada. Creen que no hay “temas sensibles“ sin cerrar y que este miércoles el peronismo llegará con una posición unificada. La clave, entonces, será buscar los votos en los sectores más blandos de la oposición.
La vocación de cerrar acuerdos va a contramano de los sentimientos que atraviesan la relación política entre el kicillofismo y La Cámpora. No se eligen, no se quieren, pero el contexto y las necesidades de ambas partes los lleva a tener que buscar un punto de acuerdo forzado.
En una llamada, de menos de 15 minutos, el presidente de Estados Unidos le dijo al líder del régimen chavista que tenía una semana para abandonar Venezuela con su familia. Ese plazo habría expirado el viernes, según dos fuentes
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se está quedando sin opciones para dimitir y salir de su país bajo un salvoconducto garantizado por Estados Unidos, tras una breve llamada con el presidente estadounidense, Donald Trump, el mes pasado, donde el presidente rechazó una serie de solicitudes del líder venezolano, según cuatro fuentes informadas sobre la llamada.
El llamado, del 21 de noviembre, se produjo después de meses de creciente presión estadounidense sobre Venezuela, incluidos ataques contra presuntos barcos de tráfico de drogas en el Caribe, reiteradas amenazas de Trump de extender las operaciones militares a tierra y la designación del Cártel de los Soles, un grupo que la administración Trump dice incluye a Maduro, como una organización terrorista extranjera.
Maduro y su gobierno siempre han negado todas las acusaciones criminales y dicen que Estados Unidos está buscando un cambio de régimen para tomar el control de los vastos recursos naturales de Venezuela, incluido el petróleo.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa, incluida la eliminación de todas las sanciones estadounidenses y el fin de un caso emblemático que enfrenta ante la Corte Penal Internacional, dijeron tres de las fuentes.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa (REUTERS)
También solicitó el levantamiento de las sanciones a más de 100 funcionarios del gobierno venezolano, muchos de ellos acusados por Estados Unidos de abusos a los derechos humanos, tráfico de drogas o corrupción, según las tres personas.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes.
Trump rechazó la mayoría de sus solicitudes en la llamada, que duró menos de 15 minutos, pero le dijo a Maduro que tenía una semana para salir de Venezuela al destino de su elección junto con sus familiares.
Ese pasaje seguro expiró el viernes, lo que llevó a Trump a declarar el sábado que el espacio aéreo de Venezuela estaba cerrado, dijeron dos de las fuentes. El Miami Herald informó previamente varios detalles de la llamada. La fecha límite del viernes no se había revelado previamente.
Trump confirmó el domingo que había hablado con Maduro, sin proporcionar detalles. La Casa Blanca se negó a dar más detalles, y el Ministerio de Información de Venezuela, encargado de todas las consultas de prensa del gobierno, no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes (REUTERS)
El gobierno de Trump ha declarado que no reconoce a Maduro, en el poder desde 2013, como presidente legítimo de Venezuela. Maduro se proclamó reelegido el año pasado en unas elecciones nacionales que Estados Unidos y otros gobiernos occidentales calificaron de farsa y que, según observadores independientes, obtuvo una victoria abrumadora de la oposición.
El lunes, al dirigirse a los manifestantes, Maduro juró “absoluta lealtad” al pueblo venezolano.
No está claro si Maduro aún puede presentar una nueva propuesta que incluya un salvoconducto. Trump se reunió este lunes con sus principales asesores para abordar la campaña de presión sobre Venezuela, entre otros temas, según informó un alto funcionario estadounidense.
Una fuente con sede en Washington informada sobre las discusiones internas de la administración Trump no descartó la posibilidad de una salida negociada de Maduro, pero enfatizó que aún quedan desacuerdos significativos y detalles importantes sin resolver.
La recompensa millonaria por la captura del dictador Nicolás Maduro
Estados Unidos ha aumentado a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro y ofrece 25 millones de dólares por otros altos funcionarios del gobierno, incluido el ministro del Interior, Diosdado Cabello, acusado en Estados Unidos de presunto narcotráfico, entre otros delitos. Todos han negado las acusaciones.
La administración de Maduro ha solicitado otra llamada con Trump, según las tres fuentes.
El oficialismo podría presentar un bloque de 94 miembros. Mientras, busca que los gobernadores le quiebren la bancada al peronismo
El mundo libertario se encamina a tener el primer festejo parlamentario con la nueva composición del Congreso de la Nación.
Luego del fallido intento por Lorena Villaverde en el Senado, el bloque de LLA tendrá algo para mostrar a la exigente Casa Rosada que solo quiere triunfos y no perdona derrotas. Por estas horas estará ingresando el documento que lleva la firma de Gabriel Bornoroni con el listado de los legisladores que conformarán el bloque de LLA y se quedaría con la primera minoría de laCámara de Diputados.
“En solo 4 años pasamos de dos diputados –Javier Milei y Victoria Villarruel– a ganar la presidencia y sumar 94, 95 diputados” señala, exultante, un diputado de LLA que va a empezar a transitar su tercer año de mandato en pocos días.
Mientras la oposición buscaba reorganizarse y trabajaba sus propias versiones de los proyectos de reformas, el oficialismo se dedicó a salir de caza por el recinto y se llevó en solo un mes más de 14 diputados.
Al término de la elección, el bloque de LLA iba a estar conformado por 79 legisladores. Hubo un principio de conversación con el PRO por un interbloque y el partido amarillo aseguró que iba a apostar por la independencia. Luego de esa decisión, y antes de que comenzara noviembre, se fueron Damián Arabia, Sabrina Ajmechet, Laura Rodríguez Machado, Patricia Vásquez y Silvana Giuidici. Luego se sumaron Marilú González Estevarena, Belén Avico, Carlos Almena y en las últimas horas Verónica Razzini y Alejandro Bongiovanni.
Verónica Razzini junto a Patricia Bullrich y Martín Menem
A este grupo se le sumó el bloque de los radicales con peluca con el tucumano Mariano Campero, el cordobés Luis Picat y el correntino Federico Tournier. Hasta acá, los libertarios sumaban 91 diputados.
Pero los pases no parecen haber terminado y en las últimas horas los libertarios apuestan a sumar entre tres y cuatro diputados más y, por otro lado, incentivan a los gobernadores peronistas no kirchneristas para que se vayan del bloque de UP y armen uno nuevo.
En lo que se refiere a posibles incorporaciones al mundo libertario, se espera la llegada de José Nuñez y de Lorena Petrovich, ambos del PRO. Esta última asumirá para completar el mandato de Silvia Lospennato y todos tienen en Patricia Bullrich su terminal política.
De completarse todos estos pases, el bloque que conduce el cordobés Gabriel Bornoroni llegará a la sesión preparatoria con 94 diputados.
Ese número los dejaría a las puertas de arrebatarle al peronismo la primera minoría y ya sin “peceras” a dónde ir a pescar, la estrategia libertaria se concentró en “empujar” a los gobernadores peronistas a romper el bloque en el Congreso. Principalmente al catamarqueño Raúl Jalil que viene amagando desde hace tiempo con retirar a sus legisladores del bloque de UP.
El peronismo logró contener en las urnas la cantidad de legisladores y el 27 de octubre el bloque que conduce Germán Martínez amaneció con 98 integrantes.
El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, y el de Tucumán, Osvaldo Jaldo (NA)
Pero al poco tiempo el tucumano Javier Noguera anunció que no iba a asumir en el bloque y se iba a Independencia, el bloque del gobernador de esa provincia, Osvaldo Jaldo. Un camino similar seguiría el diputado por San Luis, Jorge “Gato” Fernández.
Pero lo que busca el oficialismo es que los cuatro diputados catamarqueños que responden todos al gobernador Raúl Jalil; o los siete santiagueños que responden a Gerardo Zamora.
“No necesitamos que los gobernadores rompan, necesitamos que uno solo lo haga, con eso nos alcanza”, reconoció un libertario que transita los pasillos de Diputados.
Las negociaciones se mantienen. El oficialismo promete a los gobernadores vía el ministro del Interior, Diego Santilli, y la oposición les recuerda que en dos años no les cumplieron la promesa.
“No sé que van a hacer los catamarqueños, lo que sí te adelanto es que los santiagueños están adentro” aseguró una alta fuente del bloque del peronismo en Diputados.
Los bloques tienen tiempo hasta hoy para presentar su conformación por lo que las negociaciones continuarán durante toda la jornada. En el oficialismo la expectativa es la de pegar el “zarpazo” y quedar como la primera minoría que, más allá del título, los deja muy bien posicionados para lo que será el reparto de las sillas en las comisiones; y con una posición de fortaleza que habrá que ver cómo se traduce en el recinto.