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Salud

¿Es seguro el sexo después de un infarto?: qué precauciones tener

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Es común experimentar miedos y dudas.

También son normales los cambios en la actividad sexual.

Un infarto puede suponer un antes y un después en la vida. También el diagnóstico de una enfermedad cardiovascular. Todo se mira desde otra perspectiva cuando se percibe al corazón en riesgo. ¿Puedo hacer lo mismo que hacía antes, de la misma manera? ¿Qué debo evitar y qué modificar? Toda la rutina es revisada y puesta bajo la lupa, incluida la vida sexual.

De hecho, cuándo y cómo volver a tener relaciones sexuales es uno de los aspectos que más dudas y temores despierta entre quienes sufren un infarto o una enfermedad cardiovascular crónica.

¿Es común que los pacientes experimenten cambios en su vida sexual luego de un evento cardíaco? ¿Cuándo es seguro retomar la actividad sexual después de un episodio cardíaco? ¿Hay alguna diferencia en las recomendaciones para hombres y mujeres? ¿Cómo influyen la edad y la condición física en la reanudación de la actividad sexual? ¿Qué papel juegan los medicamentos para el corazón en la vida sexual? ¿Los fármacos para la disfunción eréctil son seguros para el corazón? ¿Y las alternativas “naturales”? Son algunas de las preguntas que surgen con frecuencia.

“Otros pacientes, peor aún, presentan cuadros de ansiedad y depresión ante la idea, que volver a retomar una vida sexual plena pueda gatillar un nuevo infarto de miocardio o hasta una muerte súbita. Muchas veces estos sentimientos no se externalizan, generando hasta disfunción sexual“, añade Boskis, miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).

Según él, es tarea del profesional, “poder abordar el tema con su paciente (y pareja idealmente) para evacuar dudas y temores”.

Sexo y corazón: ¿hay riesgos?

“El sexo suele ser una forma moderada de ejercicio, ya que generalmente está dentro del mismo nivel de actividad que subir uno o dos tramos de escaleras”, explica la cardióloga Rekha Mankad de la Clínica Mayo (Rochester, Estados Unidos), en un artículo publicado por la institución.

Por lo tanto, no es infrecuente que a las personas con insuficiencia cardíaca (que suelen experimentar fatiga al hacer ejercicio) o que se estén recuperando de una cirugía o un procedimiento cardiovascular, les preocupe tener relaciones sexuales.

“Diversos estudios determinaron que el riesgo absoluto de desencadenar un infarto luego de la actividad sexual es extremadamente bajo, aun en pacientes con antecedentes coronarios, siempre y cuando el cuadro esté controlado”, tranquilizó Boskis.

Mankad destaca que la Asociación Americana del Corazón también indica que las relaciones sexuales rara vez causan ataques cardíacos. “Sin embargo, es una buena idea no tener relaciones sexuales hasta que tu médico te diga que tu enfermedad cardíaca está estable”.

“Es por ello que cuando el paciente entra en un plan de rehabilitación cardiovascular, debemos estratificar su riesgo, estableciendo en base a sus antecedentes, su estado físico actual, su edad y síntomas o ausencia de ellos, un protocolo de estudio que muchas veces implica una ergometría o un ecoestrés, a fin de intentar detectar si existe isquemia residual, síntomas inducidos por el esfuerzo y la real capacidad funcional cardiovascular”, amplió Boskis.

Cuándo, cómo y cuánto

Tras realizar esa evaluación, “surgen las recomendaciones de cómo, cuándo y cuánto y la prescripción que siempre debe ser personalizada, ya que pueden variar de acuerdo al sexo/género, la edad y los antecedentes previos”, dijo.

La médica de la Clínica Mayo subraya la importancia de seguir el plan fijado en la rehabilitación cardíaca. “La rehabilitación cardíaca es un programa supervisado que incluye asesoramiento, formación y actividad física. Ayuda a mejorar la salud del corazón y a desarrollar resistencia después de un evento cardíaco”, explica.

La rehabilitación cardíaca y el ejercicio pueden reducir el riesgo de complicaciones relacionadas con las relaciones sexuales en las personas que sufren eventos cardiovasculares o enfermedades cardíacas crónicas.

Medicamentos para el corazón y actividad sexual

“También es muy importante tener en cuenta que ciertos medicamentos,como los diuréticos o los betabloqueantes, pueden alterar la calidad de la erección, por lo que muchas veces es necesario la consulta con un sexólogo que evaluará la necesidad de tratamiento farmacológico adicional para mejorar la calidad del acto sexual”, apunta Boskis.

“Más de la mitad de las personas con insuficiencia cardíaca dicen que tienen muchas menos relaciones sexuales o ninguna debido a la salud del corazón. Más de 3 de cada 10 personas informan problemas con el desempeño sexual”, refiere Mankad.

Pero la insuficiencia cardíaca no es la única enfermedad cardiovascular que puede asociarse a complicaciones sexuales. “Es frecuente que pacientes con hipertensión arterial crónica puedan consultar por disfunción eréctil, ya que estudios han demostrado que hombres con presión elevada tienen el doble de posibilidades de tener alteraciones en la circulación de las arterias penianas“, dijo Boskis.

“Otra enfermedad frecuente como la diabetes es responsable en el hombre de trastornos similares. Y en mujeres podemos observar disminuciones de la libido, generalmente asociadas a una reducción del flujo sanguíneo a los genitales y neuropatías que llevan a menor lubricación y frecuentes infecciones.”

A raíz de eso, Boskis insiste en que es importante que los profesionales de la cardiología “brinden la confianza necesaria para que los pacientes puedan retomar una vida sexual plena y saludable” tras el diagnóstico de una enfermedad cardiovascular crónica o un evento cardíaco.

—¿Hay alguna diferencia en las recomendaciones para hombres y mujeres sobre cuándo y cómo reanudar la vida sexual tras un evento cardíaco?

—Tanto hombres como mujeres siguen los lineamientos generales, siempre sabiendo que las recomendaciones deben ser personalizadas, ya que cada caso y cada paciente tiene particularidades que le son únicas -respondió el médico de la SAC-.

Y destacó que un trabajo publicado en JAMA en 2016 encontró que luego de un infarto más de la mitad y de las mujeres y casi la mitad de los varones refirieron disfunción sexual. Lo más característico fue disfunción eréctil en el hombre y falta de interés en la mujer.

—¿El uso de sildenafil y otros fármacos en personas con riesgo cardiovascular es seguro?

—Una revisión reciente del uso de sildenafil en pacientes con antecedentes de enfermedad coronaria que se encontraban estable y sin síntomas, demostró que su utilización fue sumamente segura y no incrementó el riesgo de sufrir un infarto de miocardio durante su administración.

Es importante saber que siempre debe ser autorizado por su médico, ya que pacientes con patologías como hipertensión arterial o insuficiencia cardíaca pueden presentar cierto grado de hipotensión arterial, debido a que estos medicamentos tienen efectos vasodilatadores. Es conocida la contraindicación absoluta de tomar viagra o similares en pacientes que utilizan nitritos, drogas para el tratamiento específico de la enfermedad coronaria. Mi consejo es siempre preguntar antes de tomar y nunca automedicarse.

—¿Qué pasa con los “viagras naturales”?

—Ciertos suplementos como la L-Arginina, el ginseng o la carnitina han demostrado cierta evidencia en que puede mejorar la disfunción eréctil en los hombres y son generalmente seguros. De cualquier manera, no han sido lo debidamente estudiados aun como para poder recomendarlos en forma habitual. El consejo sigue siendo siempre, que a pesar que sean de venta libre, debe consultarse a un profesional si su uso es seguro y no interfiere con la metabolización de alguna otra droga que el paciente esté tomando.

5 tips antes de retomar la actividad sexual

En síntesis, Boskis aconseja:

  • Consultar siempre sus dudas o temores con el profesional acerca de posibles riesgos que pueda sufrir.
  • Si su médico lo autorizó, es importante que previamente haya practicado algo de actividad física, para ver qué le dice su cuerpo.
  • Consulte si los medicamentos que le prescribieron pueden influir en la esfera sexual.
  • Consulte si usted sería candidato a poder tomar medicamentos tales como el sildenafil o derivados.
  • Hable con su pareja acerca de los miedos o temores que pueda tener y juntos evacuen dudas acerca de qué puede ser riesgoso para ambos en esta nueva etapa.

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Salud

Un cardiólogo que estudia a los “superancianos” identifica el único hábito que garantiza vivir muchos años y con buena salud: “Es lo único que reduce nuestro reloj biológico”

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Tras analizar los factores que comparten los “superancianos”, el reconocido cardiólogo Eric Topol concluye que la longevidad depende, sobre todo, de una costumbre cotidiana

El doctor Eric Topolcardiólogo y genetista estadounidense, lleva décadas investigando los secretos de la longevidad. Su reciente libro, Super Agers: An Evidence-based Approach to Longevity (Superancianos: una aproximación a la longevidad basada en pruebas), recopila los resultados de años de análisis sobre personas que superan los 80 años manteniendo la salud y la vitalidad. La publicación aún no ha salido en español, pero ya ha generado debate en foros especializados y en medios de comunicación de todo el mundo.

Pocas son las personas que consiguen cruzar la barrera de los 90 manteniéndose activos y en buena forma. Lejos de secretos inalcanzables o fórmulas mágicas, Topol defiende que la clave se encuentra “más cerca de lo que creemos” y apuesta por rutinas sencillas. En su recorrido profesional – es reconocido como uno de los diez principales expertos mundiales en longevidad -, el médico afirma que pequeños cambios diarios pueden prevenir enfermedades que encabezan la mortalidad global: cáncer, cardiopatías y trastornos neurodegenerativos.

El deporte es “lo único que sabemos que reduce nuestro reloj biológico” (Imagen Ilustrativa Infobae)

El deporte es “lo único que sabemos que reduce nuestro reloj biológico”

“Sabemos que estas enfermedades tardan al menos 20 años en desarrollarse, así que estamos en condiciones de prevenirlas, sobre todo en personas con mayor riesgo”, afirma. “Tenemos una oportunidad de evitar esas patologías que surgen con la edad”. Para el especialista, modificar ciertos hábitos no supone un esfuerzo desmedido: “No se trata de pastillas ni de trucos mágicos. Podemos trabajar con lo que ya está en nuestras manos”.

El ejercicio – según Topol – destaca por encima del resto de recomendaciones. Basta con observar cómo se estructura la rutina diaria y plantear cambios sencillos en movimiento, dieta y ocio para encarrilar la salud a largo plazo. El cardiólogo recomienda especialmente aquellas actividades dirigidas a trabajar la musculatura en resistencia y los ejercicios de fuerza de prensión (la capacidad que tiene una persona para apretar o suspender objetos en el aire con las manos), dos prácticas que han mostrado una eficacia notable frente al deterioro físico vinculado al paso de los años.

“Resulta que el ejercicio es lo único que sabemos que reduce nuestro reloj biológico. El espacio entre tu verdadera edad y la edad biológica puede ampliarse”, destaca Topol. La recomendación estándar es realizar 30 minutos de ejercicio, cinco días a la semana, aunque el propio cardiólogo reconoce que incluso con dos sesiones semanales ya se obtienen beneficios. “No es sobre volverte más fuerte, es también sobre mejorar tu equilibrio”, insiste. “Nada de lo que podamos hablar supera al ejercicio si hablamos de reducir nuestro proceso de envejecimiento. No lo sabríamos si no hubiese toda esa ciencia detrás”.

Topol subraya que el ejercicio se ha revelado como el hábito más eficaz para mejorar la salud y prolongar la vida. Para quienes buscan una clave en la longevidad de los llamados “superancianos”, el mensaje queda claro: moverse no solo alarga los años, sino que también los llena de salud y vitalidad.

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Salud

Qué es el síndrome del “hombro congelado”, la dolencia que afecta principalmente a las mujeres mayores de 40

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Durante la mediana edad, esta condición asociada a cambios hormonales interfiere con rutinas básicas y deteriora el bienestar general, advierten desde National Geographic. Cuáles son los síntomas y por qué es esencial el diagnóstico oportuno

Alcanzar el estante de la cocina, atarse el pelo o solo levantar los brazos pueden ser acciones que, aunque simples, se vuelven un desafío inesperado para muchas mujeres en la mediana edad, especialmente después de los 40 años.

Actualmente, esta condición ganó relevancia debido a su impacto prolongado y a la necesidad de repensar su diagnóstico y tratamiento desde una perspectiva informada y equitativa. Es que el dolor persistente y la rigidez en el hombro afectan de manera desproporcionada a mujeres de mediana edad, con una alta prevalencia e impacto en la calidad de vida.

La capsulitis adhesiva limita elLa capsulitis adhesiva limita el movimiento del hombro y puede prolongarse entre uno y tres años, afectando la calidad de vida (Créditos: Freepik)

El hombro congelado se caracteriza por una restricción progresiva y dolorosa del movimiento en la articulación, tanto en acciones activas como pasivas.

  • Congelación: dolor y rigidez aumentan de forma progresiva.
  • Congelada: disminuye el dolor, pero persiste la rigidez, lo que dificulta las actividades cotidianas.
  • Descongelación: el rango de movimiento mejora de manera gradual.

Este proceso puede extenderse entre uno y tres años. En algunos casos, la recuperación total no se alcanza.

Vale destacar que, en la fase inicial, el dolor suele ser intenso por la noche y la movilidad del hombro se reduce. En la etapa intermedia, la rigidez se acentúa y puede producirse atrofia muscular. Finalmente, durante la recuperación, disminuye el dolor y mejora la movilidad, aunque no siempre se restablece por completo.

Desde Mayo Clinic advierten que, aunque en la mayoría de los casos se resuelven con el tiempo, la afección puede resultar incapacitante durante su evolución.

Cuáles son los factores de riesgo

Tres fases del hombro congelado:Tres fases del hombro congelado: dolor inicial, rigidez persistente y recuperación parcial del movimiento (Créditos: Freepik)

Diversos reportes indican que entre el 2% y el 5% de la población desarrolla capsulitis adhesiva. Su frecuencia aumenta significativamente en mujeres de entre 40 y 60 años, especialmente en la transición menopáusica, profundiza National Geographic.

El mismo medio señala que cerca del 75% de los casos se presentan en mujeres, y más del 70% de quienes atraviesan la menopausia padecen síntomas musculoesqueléticos. Es más, una de cada cuatro desarrolla alguna forma de discapacidad funcional.

Aunque sus causas exactas no están completamente establecidas, se estima que el hombro congelado se origina por un proceso inflamatorio que provoca el engrosamiento y la contracción de la cápsula articular. Sobre este punto, el estudio de Climacteric vincula este mecanismo con la disminución de estrógenos durante la menopausia, lo que contribuye a la aparición de síntomas musculoesqueléticos como el dolor articular y la rigidez.

En cuanto a los factores de riesgoMayo Clinic identifica a los antecedentes de diabetes, trastornos tiroideos, enfermedades neurológicas o cardiovasculares, así como la inmovilización prolongada del hombro.

Vale destacar que la afección presenta mayor prevalencia entre personas de origen asiático, donde se la conoce como “hombro de los cincuenta años”, según relata National Geographic.

Los ejercicios de amplitud deLos ejercicios de amplitud de movimiento, acompañados de un compromiso sostenido con la rehabilitación, son fundamentales para la recuperación (Créditos: Freepik)

Por otro lado, un estudio publicado en Climacteric propuso el término “síndrome musculoesquelético de la menopausia” para describir síntomas asociados al descenso de estrógenos, como capsulitis adhesiva, artralgia y pérdida de masa muscular.

Al tiempo que una investigación publicada en Journal of Clinical Medicine documentó la alta frecuencia de dolor de hombro en mujeres menopáusicas y las barreras diagnósticas que enfrentan.

Contexto histórico y falta de investigación

Durante décadas, el hombro congelado fue una enfermedad poco comprendida y subestimada por la comunidad médica. National Geographic destaca que hasta hace poco existían escasos estudios sobre sus causas y tratamientos, en parte por un sesgo de género en la investigación.

La cirujana ortopédica Jocelyn Wittstein, citada por el medio, afirmó que “el solo hecho de ser mujer es un factor de riesgo para el hombro congelado” y señaló que la mayoría de los cirujanos ortopédicos no experimentan la menopausia, lo que contribuye a la falta de urgencia en el abordaje de esta afección.

Las radiografías permiten descartar patologíasLas radiografías permiten descartar patologías como artritis o lesiones óseas (Créditos: Freepik)

En 2024, Wittstein y su equipo introdujeron el concepto de síndrome musculoesquelético de la menopausia, para describir síntomas como dolor articular, pérdida de masa muscular, disminución de densidad ósea y progresión de la osteoartritis. La revista Climacteric, en ese tono, subrayó la relevancia de esta terminología para aumentar la conciencia médica y social sobre los efectos musculoesqueléticos del climaterio.

Diagnóstico: criterios y relevancia de la detección temprana

Durante años, el hombro congelado fue poco atendido en la práctica clínica. National Geographic vincula esta omisión con un sesgo de género. En ese marco, Jocelyn Wittstein insistió en que el factor de riesgo de ser mujer fue históricamente desestimado y atribuyó esa omisión al desconocimiento clínico de la experiencia menopáusica.

Estas afirmaciones sobre el síndrome musculoesquelético en la menopausia adquirieron respaldo desde la revista Climacteric, ya que se documentó la frecuencia y el impacto de estos síntomas en mujeres en transición hormonal.

El estudio en Journal of Clinical Medicine reforzó esta perspectiva al mostrar la elevada prevalencia de dolor de hombro y la falta de estrategias diagnósticas eficaces, lo que prolonga el sufrimiento y retrasa el tratamiento adecuado.

La detección temprana del hombroLa detección temprana del hombro congelado mejora el pronóstico con tratamientos como fisioterapia e hidrodilatación (Créditos: Freepik)

Lo cierto es que el diagnóstico del hombro congelado es clínico. Se basa en la historia de dolor y rigidez progresiva, y en la limitación del rango de movimiento activo y pasivo. La Cleveland Clinic explica que el examen físico incluye la evaluación comparativa con el otro hombro.

Las radiografías permiten descartar patologías como artritis o lesiones óseas, y técnicas como la resonancia magnética o la ecografía ayudan a confirmar el diagnóstico.

Su identificación oportuna es clave. Intervenir en las primeras fases mejora el pronóstico y acorta la duración de los síntomas. Sobre este punto, y a modo de ejemplo, el estudio publicado en Journal of Ultrasound demostró que la hidrodilatación guiada por ecografía, combinada con fisioterapia, resulta más eficaz si se aplica antes de alcanzar la rigidez completa.

Tratamientos actuales y evidencia disponible

El tratamiento del hombro congelado evolucionó, aunque aún no hay un protocolo unificado. Las estrategias incluyen fisioterapiaanalgésicosantiinflamatorios no esteroideos, corticoides (orales o inyectables), hidrodilatación y, en casos refractarios (resistes a los tratamientos tradicionales), cirugía.

La fisioterapia es el pilar del abordaje conservador. Mayo Clinic y Cleveland Clinic coinciden en que los ejercicios de amplitud de movimiento, acompañados de un compromiso sostenido con la rehabilitación, son fundamentales para la recuperación.

Las infiltraciones con corticoides alivian los síntomas en las etapas iniciales, aunque su efecto es transitorio. La hidrodilatación —inyección intraarticular de solución salina y corticoides guiada por ecografía— mostró buenos resultados, especialmente al combinarse con fisioterapia personalizada.

La investigación clínica reciente priorizaLa investigación clínica reciente prioriza un abordaje integral y temprano del síndrome musculoesquelético en mujeres menopáusicas (Créditos: Freepik)

El trabajo publicado en Climacteric cita estudios clínicos que muestran que estos tratamientos logran buenos resultados si se inician a tiempo, reduciendo la necesidad de intervenciones más invasivas.

Respecto a la terapia hormonal, National Geographic y la revista Climacteric señalaron que la terapia de reemplazo hormonal (TRH) podría prevenir o aliviar los síntomas musculoesqueléticos, incluido el hombro congelado.

La Dra. Kathleen Jordan, directora médica de Midi Health, afirmó a National Geographic que la TRH es una de las intervenciones más eficaces para el dolor articular vinculado al hipoestrogenismo, aunque debe evaluarse caso por caso.

Las opciones quirúrgicas quedan reservadas, entonces, a cuadros en los que el tratamiento conservador falla. El estudio de Journal of Clinical Medicine advirtió que muchas mujeres menopáusicas no acceden de forma temprana a tratamientos adecuados debido a la subestimación de su dolor, lo que retrasa intervenciones efectivas.

La terapia hormonal y laLa terapia hormonal y la fisioterapia personalizada son clave para aliviar los síntomas del hombro congelado y mejorar la movilidad (Créditos: Freepik)

El reconocimiento del hombro congelado como parte del síndrome musculoesquelético amplió la investigación clínica y mejoró el enfoque terapéutico. National Geographic destacó, en ese sentido, que una nueva generación de especialistas en salud femenina favoreció el acceso a tratamientos basados en evidencia.

En paralelo, Climacteric resaltó el rol de intervenciones complementarias como el ejercicio de resistencia y la suplementación con vitamina Dmagnesio y vitamina K2 para preservar la masa ósea y muscular en mujeres posmenopáusicas. La hidrodilatación guiada y la fisioterapia personalizada continúan como intervenciones de primera línea, sobre todo si se aplican en fases tempranas.

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Salud

Andar en bicicleta o caminar, ¿qué es mejor para la salud cardiovascular?

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Ambas prácticas tienen múltiples beneficios para el organismo. En el Día Mundial de la Bicicleta, un repaso por sus efectos en la prevención de enfermedades cardíacas, control metabólico y fortalecimiento muscular

Cada 3 de junio se conmemora el Día Mundial de la Bicicleta, una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que busca fomentar su uso por sus múltiples beneficios sociales, ambientales y de salud.

En 2025, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un análisis al respecto de su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien apuntó: “Caminar y andar en bicicleta mejora la salud y hace que las ciudades sean más sostenibles. Cada paso que damos y cada paseo ayudan a reducir la congestión, la contaminación atmosférica y las enfermedades. No obstante, debemos hacer que los desplazamientos a pie y en bicicleta sean seguros, para que más personas opten por estas opciones más saludables y ecológicas”.

Caminar y andar en biciCaminar y andar en bici son dos actividades saludables y amigables con el medioambiente (Imagen Ilustrativa Infobae)

Caminar o andar en bici: sus beneficios para la salud cardiovascular

Tras analizar a 82.297 personas durante 18 años, el trabajo concluyó que “en comparación con los desplazamientos no activos, el uso de la bicicleta se asoció con un menor riesgo de mortalidad por todas las causas, un riesgo un 24% menor de hospitalización por enfermedades cardiovasculares, prescripción de medicación cardiovascular y prescripción por problemas de salud mental”. En cuanto a la caminata, el mismo estudio señaló que las personas “que caminaban al trabajo tenían un riesgo 10% menor de hospitalización por enfermedad cardiovascular y de recibir medicación para tratarla”.

Sin embargo, el trabajo también advirtió sobre un riesgo mayor de lesiones entre ciclistas: “Quienes se desplazaban en bicicleta tenían casi el doble de riesgo de hospitalización por colisiones de tráfico en comparación con los no activos, aunque este fue un evento relativamente infrecuente (83 hospitalizaciones en 18 años)”. Estos eventos reflejan la necesidad de infraestructuras seguras para garantizar los beneficios del ciclismo sin aumentar riesgos viales.

El ciclismo estimula los músculosEl ciclismo estimula los músculos de las piernas, activando especialmente glúteos, muslos y pantorrillas (Imagen Ilustrativa Infobae)

En 2022, la OMS publicó un informe en el que apuntó: “Andar en bicicleta y caminar puede ayudar a combatir el sobrepeso y reducir la inactividad física. Los desplazamientos activos se asocian con una disminución de aproximadamente el 10% del riesgo de enfermedad cardiovascular y una disminución del 30% del riesgo de diabetes tipo 2″.

Fortalecimiento muscular, según la intensidad que se busca

Tanto caminar como andar en bicicleta activan los músculos de las piernas. Según una revisión de Public Health England, “el ciclismo se asocia con mejoras en la composición corporal” y permite reducir el porcentaje de grasa corporal cuando se lo realiza con frecuencia.

El mismo informe destacó que andar en bicicleta “beneficia la capacidad cardiorrespiratoria en adultos”, lo que implica también un refuerzo de la musculatura involucrada en la resistencia aeróbica. Por su parte, caminar actúa sobre músculos estabilizadores, fortalece los tobillos y las caderas, y mejora el equilibrio, especialmente en personas mayores o con movilidad reducida. Además, se asocia con mejoras en la salud musculoesquelética de mujeres posmenopáusicas y personas con dolor lumbar crónico, según precisó el análisis.

Si bien el ciclismo podría promover un fortalecimiento más marcado debido a la carga mecánica del pedaleo, caminar también ofrece beneficios relevantes, particularmente en términos de mantenimiento de la masa muscular con bajo impacto en las articulaciones, de acuerdo a los expertos.

Bajar de peso: ambas son buenas alternativas

Ambas actividades son aliadas eficaces en estrategias de control del peso. La OMS ha indicado que caminar “durante 30 minutos o andar en bicicleta durante 20 minutos la mayoría de los días reduce el riesgo de mortalidad en al menos un 10%”.

La OMS señala que caminarLa OMS señala que caminar 30 minutos o andar en bicicleta 20 reduce al menos un 10 por ciento el riesgo de mortalidad general (Imagen Ilustrativa Infobae)

En el informe de Public Health England detallaron que caminar con regularidad genera descensos en el índice de masa corporal, el perímetro de cintura y el peso, particularmente en personas inactivas o con sobrepeso. El ciclismo, por su parte, está significativamente asociado con una menor grasa corporal en estudios de cohorte y ensayos clínicos, lo que lo posiciona como una herramienta útil para reducir el exceso de peso.

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