Los sobrevivientes del accidente del avión uruguayo buscaron ayuda en Chile.
Las ruinas de un lujoso hotel termal, construido en 1938, permanecen silenciosas en la Cordillera de Los Andes.
Están en El Sosneado, San Rafael, sur de Mendoza, a solo 30 kilómetros del Valle de las Lágrimas, el sitio del accidente aéreo de los uruguayos de la Tragedia de los Andes.
El hotel Termas El Sosneado fue construido por la Compañía de Hoteles Sudamericanos Ltda, y por iniciativa de Frank Romero Day, un ingeniero mendocino, ministro de Industrias y Obras Públicas, en la década de 1930, famoso también por ser el creador de la Fiesta Nacional de la Vendimia.
Frecuentado por la alta sociedad de la época, solo funcionaba en temporada de verano y, en los años con mayores nevadas, resultaba poco rentable e inaccesible.
Las instalaciones del lujoso hotel quedaron abandonadas en 1953.
Por su ubicación, era de difícil acceso. Para llegar, hay que recorrer 60 kilómetros de tierra y ripio, que se empantanan por la crecida de los ríos de montaña.
A 70 años del cierre, hoy solo queda en pie parte de su estructura. Impacta una pileta de piedra y hormigón al aire libre, de aguas termales y con sus propiedades curativas intactas.
El hotel funcionaba solo en temporada de verano, pero era de difícil acceso. Foto Dirección de Turismo de San Rafael
En la zona, hay también una antigua mina abandonada, y a pocos kilómetros las salinas del río Diamante, donde se practica la pesca deportiva, cabalgatas, trekking, mountain bike y travesías 4×4, entre otras actividades de turismo aventura.
La Tragedia de los Andes
Hay dudas en relación a si el hotel Termas El Sosneado, abandonado desde 1953, pudo haber sido un refugio para los sobrevivientes uruguayos de la Tragedia aérea de los Andes, en caso de que hubieran emprendido su ruta de escape hacia Mendoza y en vez de hacia Chile.
Las ruinas están a 30 kilómetros del lugar donde ocurrió el accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea uruguaya, y los 72 días de supervivencia que narra la película de Netflix La Sociedad de la Nieve.
Y sobre esto hay distintas teorías sobre esta ruta que demanda una caminata de apenas dos o tres días hacia los puestos cordilleranos del lado argentino.
Los ríos son difíciles de cruzar en verano por su caudal. Foto Dirección de Turismo de San Rafael
Expertos guías de montaña aseguran que por el tamaño y el caudal de los ríos del Sosneado, hubiera sido imposible cruzar si no lo hacían a caballo o con una balsa.
De todos modos, hoy la expedición al Valle de las Lágrimas también se realiza a pie, buscando márgenes más estrechas de los ríos y arroyos de los Andes.
El guía mexicano Ricardo Peña, de los pocos que ha logrado replicar la ruta de escape a los Maitenes, que hicieron los sobrevivientes Roberto Cannesa y Nando Parrado, sostiene que Mendoza estaba más cerca, pero nada aseguraba que podía ser una vía más exitosa.
“Como dijo Cannesa, ellos lograron salvarse caminando hacia Chile, por lo que fue un plan perfecto”, destaca Peña.
Los sobrevivientes pensaron que el avión había caído en Chile. Foto Dirección de Turismo de San Rafael
Y explica por qué: “Salir hacia el este, por el Sosneado, puede parecer más fácil porque es en bajada, no es tan rocoso ni empinado el trayecto como cruzar los Andes”.
Según opina Peña, quien conoce a la perfección el lugar y vuelve cada año con turistas, en un proyecto conjunto con Eduardo Strauch -uno de los sobrevivientes-, la primera parte del descenso hacia Mendoza, hubiera sido más sencillo.
“El río el Barroso lo hubieran pasado porque hay nieve y se camina por encima, pero después lo difícil era cruzar los ríos grandes“, opina.
Describe que si los uruguayos se hubieran quedado del lado derecho del río Lágrimas, hubiera sido más difícil porque se pone muy empinado el terreno y hay peligro de avalanchas y de desbarrancarse.
Más abajo está el río Atuel, y a finales de noviembre y diciembre, crece mucho su caudal de agua y no se puede cruzar. “En ocasiones, hemos tenido que usar un gomón para cruzar porque era imposible que un caballo atravesara esa corriente”, apunta el guía, que documentó la travesía para National Geographic.
Y en caso de que alguno de los sobrevivientes hubiera logrado llegar hasta las ruinas del hotel, dependían de que hubiera arrieros con su ganado en esa temporada.
En caso de que no encontraran a algún arriero, tendrían que haber caminado 70 kilómetros hasta el pueblo más cercano.
Postales de los alrededores del hotel. Foto Dirección de Turismo de San Rafael
La ruta hacia Chile funcionó. “Es una ruta dura y muy peligrosa. Es difícil sin equipamiento de montaña subir la cresta de los Andes y volver a bajar hasta los Maitenes, pero increíblemente lo calcularon bien y lo lograron”, dice Peña.
Y destaca que Cannesa y Parrado tuvieron buen clima, con cielo despejado y poco viento, y la suerte de encontrar al arriero chileno Sergio Catalán, que dejó a sus animales pastando para ir en busca de ayuda y salvar estos expedicionarios perdidos.
Un dato que han comentado los 16 sobrevivientes en distintas entrevistas, es que ellos creyeron en las últimas palabras del piloto del avión que chocó en la cordillera, quien moribundo les dijo que habían cruzado a Chile, que estaban en Curicó.
“Pensaron que era más conveniente salir hacia el oeste, porque hacía allá estaban los valles chilenos. Además, que al mirar al este se ve el cerro El Sosneado, de 5.169 metros de altura, y parecía que había que treparlo, aunque podrían haberlo rodeado para salir”, detalla Peña.
Cómo llegar al viejo hotel
El camino es accesible sólo para vehículos 4×4, debido a la irrupción de corrientes de agua por el deshielo de la cordillera sobre el camino que es de tierra.
Se pueden contratar excursiones con agencias de viajes locales, en vehículos grandes adaptados, ideales para este tipo de salidas.
El circuito abarca 67 kilómetros. Incluye la visita al cerro El Sosneado, la Laguna y las ruinas del Hotel Termal.
Después de recorrer las viejas instalaciones del hotel, está la posibilidad de utilizar las piscinas de aguas termales a cielo abierto, que aún poseen propiedades terapéuticas.
Los guías de San Rafael explican que las piscinas sufrieron una intrusión de corrientes de aguas frías en sus fuentes cálidas. Fue por movimientos del suelo provocados por el terremoto de Chile del 27 de febrero de 2010, lo que hizo que se temperatura descendiera unos grados.
La piscina del hotel todavía tiene agua termal. Foto Dirección de Turismo de San Rafael
En la zona, los turistas suelen realizar un almuerzo, ya que el trayecto es muy largo. Son 209 kilómetros de recorrido total, desde la ciudad de San Rafael.
Otras empresas especializadas en aventuras de montaña, ofrecen salidas de trekking hasta las Cascadas del Atuel, en la naciente del río que serpentea aguas abajo todo el trayecto que los visitantes recorren.
También, hay cabalgatas o caminatas hasta donde cayó el avión de los uruguayos, un recorrido de tres días y dos noches.
La Dirección de Turismo de San Rafael señala que del circuito El Sosneado se encuentra habilitado desde la primavera hasta finales de verano o principios de otoño, mientras las condiciones climáticas lo permitan.
El hotel quedó abandonado en 1953. Foto Dirección de Turismo de San Rafael
Qué otros atractivos hay en el camino
El viaje arranca en la ciudad de San Rafael por Avenida Balloffet hasta el Distrito de El Sosneado. Al cruzar el segundo puente sobre el cauce del río Diamante, se ingresa a la derecha a la ruta nacional 144, pasa por la Cuesta de Los Terneros, que posee un hermoso mirador.
Una vez descendida la cuesta, por la misma ruta, a mano izquierda, están las Salinas del Diamante, con su Museo de la Sal. El complejo de extracción de este mineral puede ser visitado en esta ápoca, todos los días entre las 9 y 19 horas, con un costo de $4.000 por vehículo.
Al retomar el camino y llegar hasta la Ruta Nacional 40, el pequeño pueblo de El Sosneado tiene la única estación de servicio, la última oportunidad de carga de combustible y de agua y comida, como unos sabrosos sándwiches de jamón crudo, para continuar el circuito con su paisaje majestuoso y sus historias fascinantes.
Ocurrió en el balneario municipal de Santa Elena. El joven habría cruzado la zona habilitada, que estaba delimitada por boyas
Un joven de 21 años murió ahogado este martes por la tarde tras adentrarse en las aguas profundas del río Paraná para recuperar una pelota. El trágico accidente ocurrió en el balneario Santa Elena, situado en la ciudad homónima, en Entre Ríos.
Fuentes policiales precisaron a Infobae que, alrededor de las 16 horas, un grupo de turistas jugaba con una pelota dentro del área delimitada por boyas. En determinado momento, la víctima perdió la pelota y cruzó la zona habilitada hacia aguas más profundas. Al no hacer pie y no saber nadar, comenzó a ahogarse.
El cuerpo no ha sido encontrado y la búsqueda continúa.
Si bien un compañero intentó ayudarlo, tuvo que soltarlo debido a que la víctima comenzó a arrastrarlo mientras se ahogaba. El joven fue identificado como Logan Daniel Videla, oriundo de La Matanza, provincia de Buenos Aires. En el caso intervinieron agentes de la Comisaría de Santa Elena, del Departamento La Paz, junto con personal de Prefectura Naval.
Hasta el momento, el cuerpo no ha sido encontrado y la búsqueda continúa hoy, confirmaron las fuentes. Las playas de Santa Elena, ubicadas a 150 kilómetros de la capital provincial, tienen una extensión de 300 metros.
El trágico accidente ocurrió en Río Ceballos (Foto: Prensa Policía)
Alarmante cifra de ahogamientos durante el verano
Un turista falleció el pasado 4 de febrero en Río Ceballos, Córdoba, convirtiéndose en la novena víctima fatal por ahogamiento del verano en la provincia. Identificado como Lucas Iván Paz, el joven de 24 años ingresó a un río en las proximidades del camino Pozos Verdes, en el barrio La Quebrada, con el objetivo de visitar una cascada junto a su hermana.
Según se pudo reconstruir, al notar que no podía mantenerse a flote, comenzó a pedir auxilio. A pesar de los esfuerzos de una persona que logró sacarlo del agua, ya no presentaba signos vitales, según informó El Doce TV.
En lo que va del verano, las víctimas fatales sufrieron accidentes en las localidades cordobesas de La Calera (Sierras Chicas), Nono (Traslasierra), Villa Rumipal (Valle de Calamuchita), Villa Carlos Paz (Valle de Punilla), el dique Piedras Moras (Calamuchita), Mina Clavero (Traslasierra) y Río Tercero (Tercero Arriba).
Las autoridades locales y los organismos de emergencia suelen emitir recomendaciones para evitar accidentes en los cursos de agua. Entre las medidas más comunes se encuentran evitar ingresar a zonas profundas, prestar atención a las corrientes y no nadar en áreas no habilitadas. Sin embargo, los incidentes registrados este verano reflejan que, en muchos casos, estas advertencias no son suficientes para prevenir tragedias.
Un turista de 65 años falleció en La Toma.
Solo dos días antes de la muerte de Lucas Iván Paz, falleció otro hombre identificado como Horacio Quiroga en la ciudad de Río Tercero. La víctima, de 37 años, disfrutaba de una jornada familiar cerca del balneario municipal; cuando ingresó al agua en la zona del predio del Centro Tradicionalista alrededor de las 19 horas. Testigos relataron que, tras lanzarse al río, Quiroga no volvió a salir a la superficie, lo que generó alarma entre los presentes.
Ante la emergencia, las autoridades locales y los Bomberos Voluntarios acudieron rápidamente al lugar. Según detalló Telefe Córdoba, lograron rescatar al hombre y trasladarlo de inmediato al hospital de la localidad. Sin embargo, pese a los esfuerzos médicos, se confirmó su fallecimiento horas después. Habría sufrido un paro cardiorrespiratorio tras ingresar al agua.
Días atrás, un hombre de 65 años, identificado como Norberto Jorge Amadeo, falleció en el balneario La Toma, ubicado en la localidad de Mina Clavero. El turista, oriundo de la provincia de Buenos Aires, resbaló mientras intentaba cruzar el río a nado, golpeó su cabeza contra una piedra y fue arrastrado por la corriente, lo que resultó en su trágico deceso.
La ciudad bonaerense vuelve poco a poco a la normalidad. El funcionamiento de los colectivos, la recolección de residuos y la entrega de donaciones. La atención al público en lugares habilitados para circular. Qué pasará con las clases y el clima
En el medio de la angustia que prevalece por las personas que aún están desaparecidas, incluyendo a las hermanas Delfina y Pilar Hecker, de uno y cinco años, las autoridades del municipio se mantienen trabajando en su búsqueda.
Por lo pronto las clases estarán suspendidas hoy y mañana debido a las complicadas condiciones de infraestructura en las que se encuentran las instituciones relevadas.
Alfredo Dagna, presidente del Club Olimpo de Bahía Blanca: “El club está colapsado con las ayudas”
Alfredo Dagna, presidente del Club Olimpo, confirmó que suspendieron el fútbol en Bahía Blanca, para ayudar a la ciudad
El presidente del Club Olimpo de Bahía Blanca, Alfredo Dagna, destacó la ayuda de gran parte de las instituciones deportivas de la Argentina: “Es un aluvión de donaciones que vienen. Me han llamado casi todos los presidentes de clubes para decirme que enviaban uno o dos camiones”. E informó que la idea es entregarlo “en forma inmediata” a la gente, ya que hay una situación de desesperación.
Respecto al rol de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), Dagna comentó que el organismo se encuentra recibiendo donaciones en el predio de la AFA, en Ezeiza, que provienen de los clubes del interior. Y subrayó que lo que más se necesita son elementos de higiene: “El tema es lo que pueda pasar desde el punto de vista sanitario en la Ciudad”.
Alfredo Dagna, presidente del Club Olimpo de Bahía Blanca
En cuanto a medidas, el dirigente relató: “En el fútbol lo que hicimos fue suspender el partido que teníamos ahora, jugábamos el domingo. Tengo dos helicópteros de la Policía Federal en la cancha de fútbol y suben y bajan todos los políticos que vinieron. El club está colapsado con las ayudas”.
Por último y sobre la situación actual en la localidad bonaerense, Dagna calificó al temporal como “una situación difícilmente de entender” y estimó que es poco probable que vuelva a suceder. “Son situaciones que uno las explica y las cuenta, pero el que las vive es una situación traumática porque pierde todo. Eso es como el Juego de la Oca, retrocedes 20 casilleros porque perdés todo. Hechos como estos desbordan cualquier previsibilidad posible”.
En este punto, concluyó: “Es dramático lo que pasó, de tal forma que, toda la ayuda que llega, si bien es un bálsamo para la gente, cuando pase la ayuda la gente va a tener que arrancar de cero. Y eso es lo más preocupante”.
10:28 hsHoy
Cómo están las rutas en Bahía Blanca
El desigual estado de las rutas en Bahía Blanca (Gustavo Gavotti)
Según informó Vialidad Nacional, el estado de las rutas nacionales que conectan la ciudad con el resto del país presenta diversas restricciones, incluyendo cortes totales y tramos transitables con precaución.
De acuerdo con el reporte oficial, la Ruta Nacional 3 (RN 3), muestra diferentes niveles de accesibilidad dependiendo del tramo. El segmento entre Azul y el empalme con la Ruta Nacional 229 (RN 229) se encuentra transitable sin inconvenientes. El tramo que conecta la RN 229 con El Triángulo y el que va desde este último punto hasta la calle Charlone (kilómetro 691) requieren precaución debido a las condiciones del camino.
Por otro lado, el tramo entre el Canal Maldonado (kilómetro 692) y el empalme con la Ruta Nacional 33 (RN 33) permanece completamente cerrado al tránsito.
Los trabajos para recuperar la circulación vial en algunos accesos a la ciudad de Bahía Blanca
El resto de los tramos de la RN 3 presentan una situación mixta. Desde el empalme con la RN 33 hasta el empalme con la Ruta Nacional 22 (RN 22), el tránsito es posible pero con precaución, mientras que el trayecto entre el empalme con la RN 22 y Patagones está habilitado sin restricciones.
Asimismo, el segmento que conecta el empalme con la RN 3 y Río Colorado, perteneciente a la RN 22, también es transitable con normalidad.
El pavimento resquebrajado, producto de las tormentas del viernes pasado
La Ruta Nacional 33 (RN 33) también presenta condiciones variables. El tramo entre el empalme con la RN 3 y La Vitícola está habilitado, pero se recomienda circular con precaución. Por su parte, el trayecto que conecta La Vitícola con Pigüé no presenta inconvenientes. Sin embargo, el tramo que une Pigüé con Trenque Lauquen requiere precaución debido a las condiciones del camino.
En cuanto a la Ruta Nacional 35 (RN 35), el panorama es más crítico. El tramo que conecta Bahía Blanca con el límite de la provincia de La Pampa se encuentra totalmente cerrado.
La Ruta 35, una de las más afectadas por el temporal
Por su parte, la Ruta Nacional 228 (RN 228), que conecta Necochea con Tres Arroyos, está habilitada sin restricciones. Por otro lado, la Ruta Nacional 229 (RN 229), que une el empalme con la RN 3 y Balneario Marisol en Punta Alta, es transitable, pero con precaución.
La Ruta Nacional 249 (RN 249), que conecta el empalme con la RN 3 y el empalme con la RN 229 en Punta Alta, también requiere precaución para su tránsito. Asimismo, la Ruta Nacional 252 (RN 252), que abarca el tramo entre la Rotonda de Villa Sarsfield y el puente La Niña, presenta condiciones similares.
Finalmente, la Ruta Nacional 1V03 (RN 1V03), que conecta el empalme con la RN 3 y la Rotonda Ex Indiada, también está habilitada, pero se recomienda circular con precaución.
10:12 hsHoy
El Hospital Penna reactiva algunos de sus servicios
El acceso a guardia del Hospital José Penna (REUTERS/Juan Sebastián Lobos)
El Hospital Provincial José Penna, principal centro de salud de Bahía Blanca, comenzó a recuperar su funcionamiento tras los graves daños sufridos durante el temporal del pasado viernes.
El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires implementó un amplio Plan de Contingencia que incluye la adecuación de espacios, la reorganización de servicios y el envío de recursos humanos y materiales para garantizar la atención médica en la región.
Más de 200 agentes sanitarios fueron enviados al hospital, junto con equipamiento médico, medicamentos, vacunas y personal especializado en salud mental. Estas medidas buscan restablecer la operatividad del establecimiento, que es clave para la atención de la población local.
La tormenta arrasó con el Hospital Penna y decenas de niños tuvieron que ser evacuados de la Neonatología. Saira Delmiro, de 16 años, vivió una odisea para reencontrarse con su hija, Amely. Su historia y la de la enfermera que la salvó
“Me agarró un ataque de nervios. No veía a mi bebé desde la noche anterior y en las imágenes no aparecía el sector donde ella estaba. Me desesperé. Pensé que no se iba a salvar”, recuerda Saira en diálogo con Infobae.
Amely nació el 15 de febrero pasado, con solo 27 semanas de gestación y un peso de 940 gramos. Desde entonces, la beba pasaba sus días en una incubadora, con respirador y asistencia médica constante. Saira, que recibió el alta tres días después de traerla al mundo, la visitaba dos veces al día. “Trataba de pasar la mayor cantidad de tiempo en la Neonatología. Le cambiaba los pañales, me sacaba leche para que se alimentara y le hablaba permanentemente. Me costaba mucho verla así, tan chiquita y llena de cables”, explica.
A pesar del buen cuidado, en sus primeras semanas de vida, la evolución de Amely era incierta: primero tuvo ictericia (NdR: una afección frecuente en los neonatos que provoca que la piel y las partes blancas de los ojos se tornen amarillas a partir de un exceso de bilirrubina en la sangre) y,luego, una infección que le comprometió los pulmones. “Todo venía siendo muy cuesta arriba”, explica su mamá
Diez días después del nacimiento, el 25 de febrero, los médicos le advirtieron a Saira que la beba tenía alto riesgo de mortalidad. “Antes de irme, me pidieron que me despidiera de ella, pero me negué. No quería transmitirle toda mi angustia”, recuerda y se le entrecorta la voz. Sin embargo, su hija resistió. “Le hicieron un drenaje, le sacaron el líquido y, para sorpresa de todos, mejoró. Ella es muy fuerte“, dice.
Pero la prueba más dura todavía estaba por llegar.
La primera imagen de Amely. La beba nació el 15 de febrero con solo 27 semanas de gestación y un peso de 940 gramos
“¿Dónde está mi bebé?“
Después de ver los videos, aquel viernes 7 de marzo, Saira decidió ir al hospital Penna a buscar a su bebé. Llegó alrededor de las 17 y ahí se enteró de que Amely ya no estaba allí. “Pregunté adónde estaba mi hija y me dijeron que la habían trasladado. ‘Ella está bien, pero la llevamos a OSECAC’, me explicó el director de Neonatología. El problema es que eso quedaba pasando el centro y, con mi mamá, no teníamos cómo llegar. Paramos una camioneta que se ofreció a llevarnos, pero tuvimos que bajarnos antes. Cuando salimos del coche, el agua nos llegaba por encima de la cintura y la corriente te llevaba. Tuvimos miedo”, cuenta.
Durante horas, Saira y su madre se quedaron atrapadas en una vereda, sin poder avanzar. “Tuvimos que esperar a que bajara el agua. Estábamos empapadas y embarradas. Al final, empezamos a caminar por calles sin luz. ‘No vamos a llegar’, le decía a mi mamá”, cuenta Saira.
Finalmente, cerca de las 21:30, llegaron a la clínica. “Entré y dije: ‘Soy la mamá de Amely, una de las bebés que trajeron del Penna’. Ahí me llevaron a la sala de padres para que me cambiara y después nos reencontramos. Cuando la vi, me largué a llorar. No podía creerlo.Creí que no iba a sobrevivir”, dice.
Luciana Marrero, la enfermera que cobijó a Amely en su pecho, debajo de su ambo, para darle calor y así salvarle la vida
“No tenés nada que agradecer”
Quien repone la otra parte de la historia, ahora, es Luciana Marrero, la enfermera que cobijó a Amely en su pecho, debajo de su ambo, para darle calor y así salvarle la vida. Junto a sus compañeras del Penna, Luciana puso en marcha un operativo de rescate que se extendió durante 18 horas ininterrumpidas hasta que lograron trasladar a todos los recién nacidos a un lugar seguro.
“Actuamos con el corazón y pensando en las madres que no pudieron llegar hasta sus hijos debido a la tormenta. Si no nos saliera del corazón, no podríamos haberlo hecho. La prioridad siempre son los bebés”, comentó la enfermera en una entrevista días atrás.
Luciana, quien trabaja en el turno noche de la Neonatología, conocía a Amely, pero no a Saira. Recién se vieron por primera vez días después de la tormenta. “Fue muy emotivo el encuentro. Ella estaba superagradecida por lo que hice. ‘No tenés nada que agradecer. Yo también soy mamá y te entiendo. Vos hubieras hecho lo mismo’, le dije. Me emocionó mucho verla afrontar una tarea tan enorme como la maternidad, siendo tan chiquita”, contó la enfermera a Infobae.
Así fue el encuentro entre Saira Delmiro y Luciana Marrero, la enfermera de neonatología del Hospital Penna de Bahía Blanca, que rescató a su bebé (Video/Telefe Noticias)
“A Luciana nunca la había visto porque yo me iba del hospital a las 21 y ella llegaba a las 24. El encuentro fue muy lindo. Me abrazó y me dijo que hizo lo que yo hubiera hecho. Si no fuera por ella, Amely no estaría hoy acá”, asegura Saira.
Pese a la incertidumbre por lo que vendrá, la joven se aferra a la esperanza. “Gracias a Dios, mi casa no se inundó y puedo ir y volver de OSECAC, aunque está mucho más lejos que el Penna. Amely sigue ganando peso y mientras ella esté bien, yo también lo estaré”, se despide Saira.
Amely, hoy. “Ya pesa más de un kilo. Mientras ella esté bien, yo también lo estaré”, dice su mamá
Volver a ponerse de pie
Tras la inundación, el hospital Penna, que también recibe pacientes de Tres Arroyos, Carmen de Patagones y otras localidades del sur de Buenos Aires, se encuentra en una situación crítica.
Ante la devastación, el personal de la institución solicitó la colaboración de la comunidad para reconstruir la sala de Neonatología y reponer los equipos perdidos. “Bahía necesita de la población. Nuestro sueño es volver a ver nuestra Neo en pie“, aseguraron las enfermeras.
Al cierre de esta nota, según informaron las autoridades locales, la ciudad comienza a reactivarse con la restauración de los medios de transporte y la recolección de basura. En tanto, este lunes, la Policía Científica logró establecer la identidad de 15 de las 16 víctimas fatales, quedando solo una, de entre 50 y 55 años, sin identificar. A su vez, se conoció que el número de evacuados descendió a 523 y que continúa la búsqueda de las hermanas Delfina y Pilar Hecker, de 1 y 5 años, quienes fueron arrastradas por la corriente durante el temporal.