En 2003, Luciano Davos Lafitte había sido sentenciado a prisión perpetua.
Pese a sus antecedentes, gozaba del régimen de detención abierto “Casas por cárceles”.
Son las últimas semanas de noviembre y en la cárcel de Batán, a 14 kilómetros de Mar del Plata, Luciano Davos Lafitte, de 73 años, cumple su condena por doble homicidio: le faltan menos de dos años para salir en libertad.
Por eso, y por su buena conducta, participa del régimen de detención abierto conocido como “Casas por cárceles” y, en lugar de los pabellones tradicionales, habita una de las 14 viviendas en las que, según plantea el programa, “se promueve la autogestión como paso previo a la reinserción en la sociedad”.
“Extramuros”, la casa de Davos Lafitte se ubica en un sector del penal donde también hay oficinas y viviendas de empleados del Servicio Penitenciario. A diferencia de los pabellones con rejas y candados, que están separados de la calle por dos muros y un alambrado, las viviendas de “Casas por cárceles” aparecen mucho más cerca de la libertad: cruzando un alambre. O simplemente abriendo una puerta.
Como parte del programa, Davos Lafitte también trabaja en el penal: se ocupa de cortar el pasto. En su caso, la jardinería lo ayuda a mantenerse activo y, tal vez lo más importante, a ocupar la mente. Pero una mañana de fines de noviembre de 2023, escapa.
No es la primera vez que “El Tuerto”, tal como lo llaman porque tiene el ojo izquierdo semicerrado, se fuga de la misma cárcel: ya lo hizo otras dos veces. A esta altura podría decirse que es un especialista en huidas, un virtuoso de la evasión.
“Cuando fui a buscar combustible para las máquinas de cortar pasto, el Tuerto ya no estaba”, comentó otro detenido que goza del mismo beneficio que tenía Davos Lafitte y también se encarga de mantener prolijo el parquizado.
El caso quedó a cargo del fiscal Leandro Arévalo, de la UFI 7 del Departamento Judicial de Mar del Plata. Por estas horas, la Policía busca al asesino por la ciudad de la Costa y alrededores.
¿Cómo es posible que se escape un preso de 73 años? ¿En qué falló el sistema de seguridad? ¿Hasta qué punto es justo que se le conceda un régimen de detención abierto si el detenido se fugo antes?
“Algunas versiones dicen que Davos Lafitte saltó el alambrado colgándose de un cable”, explica el fiscal Arévalo. “Pero no parece una versión muy creíble”.
-El alambrado mide unos tres metros de alto. A los 73 años parece difícil que haya podido saltarlo.
-Sí, claro. Pienso lo mismo… Por eso hay que seguir investigando. Para escaparse, a Davos Lafitte lo pudo haber ayudado algún guardia. O alguno de los presos que viven allí…
Por cada uno de sus flancos, el penal de Batán está a metros de la Ruta 88, del Parque Industrial, del camino que comunica con la Laguna de los Padres, de un descampado… Al salir, el Tuerto pudo tomar alguna de esas direcciones. Caminar, correr y hasta subirse a una moto o un auto que lo estuviera esperando. ¿No lo vieron los agentes que custodian el perímetro de la cárcel?
El penal de Batán está ubicado a 14 kilómetros de la ruta 88.
“El predio de Batán es grande, de varias manzanas…”, explica el fiscal Arévalo, algo resignado en las cuestiones vinculadas con el sistema de seguridad de los penales. “Son varias Unidades: la 15 y 44 para varones, la 55 para mujeres, y Batancito para menores. Si ves la cantidad de guardias que hay en el perímetro externo de la cárcel, te das cuenta de que no se escapan más presos porque no quieren”.
Un pesado
Si bien no llegó a las tapas de los diarios como otros delincuentes, Davos Lafitte tiene un larga historia criminal. En 2000, a los 50 años, pasaba sus días en Batán por haber matado a un policía en Mar del Plata. Pero se escapó y volvió a delinquir: junto con cuatro cómplices organizó el asalto de un camión blindado en Tandil.
El robo terminó a los tiros y el 25 de julio de aquel año, Davos Lafitte mató a dos custodios, Héctor Montenegro y José Mastronardi, y se llevó los 14 mil dólares que los empleados de la empresa Juncadella iban a depositar en un cajero automático de una estación YPF sobre la avenida Monseñor de Andrea y Perón, a metros del Monte Calvario. Lo detuvieron otra vez. Fue a juicio. Y en 2003 lo condenaron a prisión perpetua, una pena que cumpliría en 2025, luego de 25 años tras las rejas.
Con el tiempo, a Davos Lafitte le dieron la posibilidad de salir a trabajar unas horas, de lunes a viernes, y volver a la cárcel. Pero aprovechó el privilegio y no lo vieron más: el 29 de enero de 2016, el homicida debía regresar a Batán y no lo hizo. La Policía lo recapturó seis meses después en Mar del Plata, en la casa de un familiar sobre la calle De los Inmigrantes al 2.100, cerca del campo deportivo del Club Atlético Kimberley.
Tiempo después, y más allá de los antecedentes, la jueza Silvia Torres, de Azul, decidió que “el Tuerto” ingresara en el régimen de detención abierto “Casas por cárceles”. Puesto en marcha en 2010 durante el primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el programa, según explicó en su momento el Ministerio de Justicia, “busca reducir la conflictividad de los internos”.
Fiel a su estilo plagado de optimismo, Daniel Scioli, entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, sumó: “Este programa sirve para que los penales no sean lugares de resentimiento sino de arrepentimiento”.
Las condiciones para acceder a este beneficio son, entre otras, que los detenidos hayan gozado de salidas transitorias, que les falten menos de dos años para cumplir sus condenas o que sean mayores de 60 años de edad. Davos Lafitte cumplía con los tres requerimientos.
“De los 60.000 presos que hay en las cárceles de la Provincia de Buenos Aires, cerca de 1.000 han sido beneficiados con este programa”, detalla Guillermo Baqué, abogado y ex director del Servicio Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires, que en 2003 mató él mismo a dos ladrones que habían entrado a su estudio en Quilmes.
-¿Cómo es el régimen de visitas y de salidas transitorias en “Casas por cárceles”?
-Eso cambia de interno a interno, según las condenas que cumpla cada uno, su comportamiento en el penal, etcétera… En su momento, en las casitas de la cárcel de Martín García, por ejemplo, algunos de los presos vivían con su familia. En otras unidades, como en la 12 de Gorina, había detenidos que salían a trabajar, iban a dormir a su casa y volvían al penal a las 24 ó 48 horas.
-¿Cuántos presos viven en cada “casita”?
-Pueden vivir de a dos, de a cuatro, de a seis personas… También varía. En las viviendas los detenidos tienen de todo: heladera, televisor, computadora, teléfono… Pueden cocinar sus comidas. Y para fomentar el “autocontrol” puede no haber custodia: un empleado del penal revisa cada tanto que los presos no se hayan ido.
Programa imperfecto
En Batán hay 14 viviendas con capacidad para siete detenidos cada una. O sea: allí se pueden vivir 98 personas. Los presos, que pasan los días en una especie de “comunidad”, se sienten a gusto. Pero a veces, queda a la vista, “rompen el pacto de confianza”, agrega Baqué, con mucha experiencia en el trato con reclusos.
El 24 de septiembre de 2022, agentes del Servicio Penitenciario encontraron un revólver calibre 22 cargado, en la casa 11 de Batán, donde vivía Fernando Palomino, condenado en su momento por el homicidio de una docente universitaria y de un policía. El arma estaba escondida bajo un sillón en el que Palomino se había sentado junto a otro preso. Luego de este episodio, los detenidos fueron trasladados al penal de Barker.
Un mes antes, en agosto de 2022, un preso de 23 años, del que no trascendió el nombre, también escapó de la cárcel de Batán aprovechando las ventajas del programa “Casas por cárceles”. Y no sólo eso: fue recapturado cuando intentaba robar una moto en el Parque Industrial. Al momento de su detención, llevaba varias herramientas y cuchillos.
En junio de ese mismo año, Maximiliano Núñez, que habitaba la vivienda 13 del programa, también logró escapar. Sin embargo, la Policía volvió a detenerlo. La Justicia le quitó el beneficio y lo envió a la Unidad 15 de la misma cárcel.
En 2021, Núnez había sido condenado a nueve años de prisión por el delito que había cometido un año antes junto a dos cómplices, cuando amenazó con un cuchillo a un hombre en la esquina de Constitución y Benito Juárez, lo golpeó y le robó 400 pesos y un teléfono celular. Todo, tres semanas después de haber conseguido la libertad condicional por un delito anterior.
Fugas famosas
En la Argentina los presos se escapan de las cárceles de distintas maneras: durante un “traslado”, caminando por los pasillos de Tribunales, a través de algún túnel o como el Gordo Valor, que en 1994 se colgó con sábanas de los muros del penal de Villa Devoto y salió a los tiros, o como el Tractorcito Cabrera, que en 1998 se fugó de la misma cárcel disfrazado de abogado, con corbata y maletín.
Luis “el Gordo” Valor, en una imagen de archivo al ser detenido.
En otros países también hubo escapes cinematográficos. En 2018, el francés Redoine Faid, un famoso ladrón de joyas, se escapó de una cárcel de París en un helicóptero que, conducido por cómplices, había conseguido aterrizar en el patio del penal. Faid cumplía una condena de 25 años por el crimen de un policía durante un robo.
Antes de eso, en 2013, Renoid se había fugado por primera vez de una cárcel generando varias explosiones y tomando de rehenes a cuatro guardias.
El peso ideológico
Con los antecedentes de Davos Lafitte, cuesta creer que no se haya tenido más rigor a la hora de controlarlo. “Si el sistema de seguridad es precario en los pabellones tradicionales, imaginate cómo funciona en estas viviendas del programa ‘Casas por cárceles’”, retoma el fiscal Arévalo.
“Los controles son mínimos. Además, las autoridades del penal confían en que estos presos, como están en una situación beneficiosa, no se van a escapar. O que no se van a escapar porque ya les falta muy poco para quedar en libertad. Y es un error pensar así”.
-¿Y por qué le dieron el beneficio después de que Davos Lafitte ya se había fugado dos veces?
–En la Justicia hay una línea garantista que considera que los beneficios deben otorgarse independientemente de un montón de peros… Que sostiene que puede declararse inconstitucional prohibirle la libertad condicional a un condenado por delitos sexuales. Esto es así. Ya hubo muchos casos que se manejaron con criterios similares.
Fernando Del Río es periodista y trabaja desde hace 30 años con casos policiales. Y es el jefe de la sección en el diario La Capital de Mar del Plata. Según él, la ideología influye en casos como el de Davos Lafitte, “pero también hay que tener en cuenta que muchas veces los detenidos reciben beneficios, las salidas transitorias o la posibilidad de instalarse en casitas, para descomprimir de alguna manera los pabellones, que están colapsados”, comenta.
“Y uno de los motivos del hacinamiento en Batán es que muchos presos piden ser trasladados a este penal para que sus familiares puedan vivir en Mar del Plata, lo que genera un gran malestar entre los marplatenses, que se enojan cuando se enteran de que algún preso peligroso dispone de salidas transitorias y se lo pueden cruzar caminando por las calles de la ciudad”, profundiza Del Río.
Hacinados
En septiembre del año pasado, la Justicia restringió el ingreso de nuevos detenidos y condenados en Batán, “debido a la sobrepoblación y al deterioro estructural del edificio”. La resolución fue firmada por la jueza Mariana Irianni, a cargo del juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil Nº1 de Mar del Plata, y afectó a la Unidad 15.
El fallo establecía la prohibición temporal de nuevos ingresos y ordenó que tampoco se dejarán entrar a “detenidos que padezcan enfermedades contagiosas o que pongan en peligro la vida de los más de 2.000 personas que están alojados y/o laboran diariamente en el predio”.
“Esta prohibición se toma como una medida extrema por la situación de habitabilidad. Estamos en un punto bisagra intentando evitar muertes, que no suceda un Cromañón”, advirtió la jueza.
La Unidad tiene capacidad para alojar 1.106 internos, y en ese momento el número de detenidos era de 1.596. ¿Se acató el fallo de la jueza Irianni? Según publicó el sitio 0223, semana tras semana siguieron entrando detenidos. Y en abril de este año se relevaron en ese complejo penitenciario 1.644 personas presas.
La magistrada, además, había detectado “a simple vista” falencias en la infraestructura, como “profundas perforaciones en los pisos de los pabellones, fisuras en los techos, derrumbes de la estructura del muro de una de las alas del sector de los talleres, pérdidas de agua, baños y letrinas en un estado de decadencia absoluta, tendido eléctrico a la vista, caída de mampostería y rotura de vidrios”. Un año después, las refacciones seguían sin completarse.
Vista aérea de la cárcel de Batán.
Mientras tanto, Davos Lafitte sigue prófugo. Si la Policía lo encuentra, lo enviarán de vuelta a Batán. Le revocarán su beneficio y no más que eso. “Por los testimonios que pudimos recoger, lo que hizo el Tuerto no se califica como evasión”, explica Arévalo, y su enfoque se vuelve más técnico.
-¿Por qué?
-Porque para que sea evasión tiene que haber uso de fuerza o violencia. Y, según parece, Davos Lafitte no lastimó a ningún guardia, no cortó ningún alambrado… En fin, no cometió un nuevo delito, autónomo del que lo llevó a estar detenido.
¿Y qué pasa si lo encuentran cuando ya cumplió su condena? Supongamos que lo localizan pasados dos años después de su fuga. Lo responde el abogado Baqué, que también trabaja como columnista de televisión: “Lo más probable es que la Justicia diga ‘listo, ya está, condena cumplida’”.
A.J, de 49 años, escapó a Santa Fe luego de que la víctima lo denunciara tras cumplir la mayoría de edad. Fue capturado por la División Homicidios de la Policía Federal
A.J, de 49 años, oriundo de Villa Martelli, fue detenido la semana pasada en Villa Ocampo, provincia de Santa Fe, acusado de un delito aberrante: violar a su hijastra durante seis años, desde sus 12 hasta sus 18. Fue capturado por la División Homicidios de la Policía Federal, luego de que los investigadores descubrieran que se refugiaba en la zona. Puntualmente en un domicilio que, supuestamente, le alquilaba un familiar directo.
Tras lograr que saliera, lo arrestaron y lo trasladaron de vuelta a territorio bonaerense, donde ahora deberá responder por la acusación en su contra -realizada por la Unidad Funcional de Instrucción Especializada en Violencia de Género de Vicente López- por el delito de abuso sexual reiterado, agravado por el vínculo.
A.J -ex empleado de una empresa de limpieza- fue denunciado el año pasado por su víctima, que hoy tiene 19 años. En su relato, la joven relató los ataques que sufrió a lo largo de los años y contó que siempre fueron bajo amenazas: su padrastro, supuestamente, aseguraba que los mataría a ella y a sus hermanos si es que hablaba.
La víctima también trazó un mapa de los lugares donde fue abusada. A.J, si es que es culpable, no solo la atacó en la casa que compartían, cuando la madre no se encontraba: además la llevaba a un terraplén del tren Belgrano Norte cercano a su domicilio, donde la abusaba entre las piedras y las plantas. Era en plena vía pública, entre la calle Melo y la avenida Mitre.
Luego, insólitamente, la violó en un punto más lejano: el albergue transitorio O’Brien, ubicada en la calle del mismo nombre, en la zona de Constitución.
El albergue de Constitución donde, según la víctima, ocurrieron los abusos (Google View)
La joven denunció a su padrastro al cumplir la mayoría de edad y, en consecuencia, el hombre escapó de inmediato. Ante esta situación, la División Homicidios de la PFA -que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales, con una larga tradición de capturas de prófugos difíciles de hallar-comenzó a rastrearlo.
Entre los operativos, allanaron la casa de la madre del hombre en Florida Oeste, sin resultado positivo.
Sus registros personales y comerciales, sin embargo, revelaban una pista: un viejo domicilio registrado en Villa Ocampo. Luego, llegaron al dato clave: el alquiler en la zona.
La captura de A.J no es la única detención resonante de la División Homicidios realizada este año. En enero último, capturaron en Mar del Plata a Santiago Nicolás Mallol, alias “Pipa”,acusado de matar 12 años atrás a la psicóloga Martha Landívar en Pinamar.
El cadáver de Landívar, de 37 años, fue descubierto el 20 de mayo de 2012 por un grupo de sus amigas que llegaron a su domicilio en la calle De Las Almejas ante la falta de respuesta a sus mensajes.
Allí, vieron a Landívar ya muerta desde una ventana. Los forenses en la escena detectaron que el cuerpo tenía un disparo en el pecho y otro en su mano. La bala en el pecho, calibre .22, impactó en su clavícula y le perforó la aorta, causando un fuerte sangrado.
El crimen no parecía tratarse de un hecho de inseguridad. La casa no parecía ser el blanco de un robo. Nada estaba revuelto. Tiempo después, se detuvo a un funcionario municipal vinculado a la víctima, que fue liberado por falta de pruebas.
Micaela Garrido, con rango de cabo, se encuentra detenida en un penal bonaerense, acusada de desvalijar a un hombre en Villa La Ñata. El nuevo auge de un delito que termina en muerte y la paradoja del Código Penal
Micaela Alejandra Garrido, cabo de la PFA, se encuentra en prisión, acusada de ser una viuda negra. El fiscal Cosme Iribarren, uno de los encargados de la acusación en el juicio por la muerte de Diego Armando Maradona, la imputó por desvalijar a un hombre en Villa La Ñata, partido de Tigre.
El hecho ocurrió el 14 de diciembre pasado en un bar de Plaza Serrano, en la zona de Palermo, donde Garrido conoció a su supuesto blanco. Enlazar en vivo a una víctima es una técnica en desuso; las viudas negras, hoy, prefieren marcar sus potenciales robos en plataformas de citas como Tinder. Tras compartir unos tragos, Garrido, según la acusación en su contra, le propuso al hombre pasar la noche juntos. Así, se dirigieron a la casa de la víctima en Villa La Ñata, partido de Tigre. Como suele ocurrir en los ataques de viudas negras, los recuerdos del hombre de aquella noche terminaron poco después.
Despertó a la mañana siguiente, aturdido, con su casa revuelta. Faltaban varios objetos de valor. También, faltaba su auto. Luego, formuló la denuncia ante la Policía Bonaerense.
La Unidad N°59 de Merlo, donde Garrido se encuentra detenida (foto: SPB)
El fiscal Iribarren, titular de la UFI de Benavidez, le encargó la investigación a la Sub DDI de Tigre. El auto fue hallado abandonado, cuatro días más tarde. Poco después, los detectives llegaron a Garrido, de 29 años, con un domicilio registrado en Ciudad Oculta. Descubrieron su condición de policía, además del lugar donde se desempeñaba: la comisaría de la terminal de micros de Retiro. Entonces, Iribarren pidió su arresto. El subcomisario de la Federal a cargo de esa dependencia fue notificado. Allí, detuvieron a Garrido, en un operativo conjunto entre la Federal y la Policía Bonaerense e incautaron su celular a fines de enero último.
Hoy, según información policial, la presunta viuda negra continúa detenida en la Unidad N°59, el penal de Merlo del Servicio Penitenciario Bonaerense. La PFA la separó de sus funciones y la colocó en estado de situación pasiva. Según sus registros comerciales, cobró sus aportes, al menos, hasta el mes pasado.
El nuevo auge de las viudas y la paradoja del Código Penal
A mediados del mes pasado, el juez Martín Peluso procesó con prisión preventiva y un embargo de 30 millones de pesos a Juliana J., de 20 años de edad, detenida por la Policía de la Ciudad, acusada de drogar y desvalijar a un informático de 46 años en Palermo. Tras captarlo en Tinder, luego ocho meses de trabajo fino y una noche juntos, Juliana, según la acusación en su contra, le robó casi 24 mil dólares, 1,2 millones de pesos, tres computadoras, lentes Gucci y seis botellas de Champagne Veuve Clicquot. Juliana no fue la única viuda que Peluso procesó y envió a prisión en los últimos tiempos. Shamira Yoselí, con 18 años recién cumplidos, oriunda de la la Villa 21-24, empleada de una estación de servicio en Villa Lugano, fue detenida a fines del año pasado, acusada de drogar y desvalijar a un turista alemán en un departamento del Abasto tras conocerlo en una app de citas.
Los casos de mujeres jóvenes que dopan con clonazepam y le roban a hombres mucho mayores se repiten en las crónicas de este periodista con particular intensidad al menos desde mediados de 2023. La villa Zavaleta es un nodo para la actividad, con varias imputadas que provienen de la zona, con rateros del barrio en autos de apoyo.
Juliana J., presunta viuda negra, presa y procesada
Peluso buscó enviar un mensaje en el procesamiento a Juliana J.: la cárcel y el embargo de Juliana se debían a la particular gravedad del delito, donde el informático, con su bebida dopada, podría haber muerto.
Sucede que, en las últimas semanas, dos hombres murieron por presuntos ataques de viudas negras en el AMBA, un caso en Balvanera y otro en Lanús Oeste, un jubilado de 77 años cuya supuesta asesina fue una mujer de 62.
Sin embargo, el juez aplicó la calificación máxima que el Código Penal ofrece para estos casos: robo simple.
El proceso comenzó hoy y se desarrolla desde las 9.30 Habrá más de 100 testigos y durará casi cinco meses
El juicio contra el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov por la muerte de Diego Armando Maradonacomienza hoy en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) número tres de San Isidro.
Desde las 9.30, están sentados en el banquillo de los acusados por presunto “homicidio simple con dolo eventual” Luque, Cosachov, el enfermero Ricardo Almirón, su jefe Mariano Perroni, el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna, la médica coordinadora de Swiss Medical, Nancy Edith Forlini y el psicólogo Carlos Díaz.
Por su parte, la enfermera Gisela Dahiana Madrid enfrentará un juicio por jurados populares durante el segundo semestre una vez que finalice el debate principal.
09:56 hsHoy
Llegaron Dalma y Gianina Maradona
Las hijas de Diego Maradona ingresaron al tribunal.
09:40 hsHoy
Ojeda a Cosachov: “Perra malparida”
Verónica Ojeda, ex pareja de Diego Maradona (Maximiliano Luna)
Con una remera de Diego, la ex pareja del Diez, Verónica Ojeda, llegó al Tribunal en reclamo de Justicia y se largó a llorar cuando ingresó al edificio. Cuando se cruzó con la psiquiatra Agustina Cosachov, comenzaron los gritos: Ojeda la increpó y comenzó a insultarla.
“Perra malparida”, le gritó la última mujer de Diego. Tuvieron que intervenir las autoridades del tribunal y la policía para calmar la situación.
Tras el incidente, la imputada se alejó hasta la otra punta del pasillo y Ojeda volvió a llorar.
09:36 hsHoy
El cambio físico de Leopoldo Luque
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El neurocirujano, acusado por la muerte de Maradona, llegó irreconocible a la primera audiencia del juicio en su contra que, se estima, durará casi 5 meses.
Ahora es fisicoculturista: según su abogado, desde el fallecimiento del astro se dedica a entrenar diariamente en Adrogué. Antes de entrar a la sala, habló con su colega Agustina Cosachov, también acusada.
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“Diego no se murió”
Un nutrido grupo de fanáticos se ubicaron desde temprano en frente de los Tribunales de San Isidro para pedir Justicia por Diego Maradona, en la primera jornada de juicio contra los siete médicos acusados por su muerte.
“Diego no se murió” y “Justicia por Diego” son algunos de los cantos que repiten mientras las partes van llegando al tribunal.
Además, insultan a los imputados. “No nos olvidamos de lo que hicieron”, le gritaron a la psiquiatra Cosachov, cuando llegó a la audiencia junto a su abogado, Vadim Mischanchuk.
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El documental de Infobae que reveló cómo fueron las últimas horas de Diego Maradona.
09:17 hsHoy
Comienza el primer juicio por la muerte de Maradona: habrá más de 100 testigos y durará casi cinco meses
Se desarrollará desde las 9 en los Tribunales de San Isidro. Son siete los profesionales de la salud que serán juzgados. Las pruebas en su contra
Comienza el juicio por la muerte de Diego Armando Maradona
Tras un largo camino judicial, este martes en los tribunales de San Isidro finalmente comenzará el primer juicio, y el principal, contra siete de los ocho profesionales de la salud acusados de haber tenido responsabilidad en la muerte de Diego Maradona (60), ocurrida en su casa del barrio San Andrés de Tigre el 25 de noviembre de 2020.