A Javier Milei lo desvelan dos cuestiones de cara a su gobierno: resolver “la bomba” de las leliqs –Luis Caputo ya está explorando soluciones- y reformar la estructura del Estado. Para este último punto, el libertario convocará a sesiones extraordinarias y prepara un paquete de leyes, o ley ómnibus, que quiere que se debatan en forma urgente.

“Asumimos el 10 y el 11 mandamos los proyectos”, aseguró a Clarín un referente libertario del Congreso que se viene.

A falta de mayoría en las cámaras quieren aprovechar el contundente envión de las urnas para ejercer presión sobre legisladores de otras fuerzas. “Tiene que ser ahora porque Javier lo necesita, porque el mandato es fuerte y porque en un Congreso que está reestructurándose, muchos actores van a estar viendo para qué lado se acomodan”, señala otro diputado electo.

Mientras tanto, buscan ordenar la tropa propia. La definición sobre quién será el presidente de Diputados mantiene en alerta al espacio y algunos rebeldes ya se plantan en que tiene que ser alguien de su propio grupo, frente a la posible designación de Cristian Ritondo o Florencio Randazzo.

Este lunes habrá una reunión clave del bloque –de 38 miembros- con Guillermo Francos en el Hotel Libertador y se esperan definiciones.

Sin embargo, la palabra final la tiene Milei y puede que la dilate hasta que se reúna con Mauricio Macri.

Más allá de las disputas políticas habituales, los tironeos en Diputados también obedecen a que el nuevo oficialismo tendrá una bancada débil.

Mientras LLA contará con 38 legisladores propios, el peronismo tendrá 107, el peronismo no K 7 y la Izquierda 4. Juntos por el Cambio sumaría 94, pero el número dependerá de qué sucede con ese bloque. Hoy por hoy está partido, aunque aún falta que se oficialice la decisión.

Así, es probable que el oficialismo logre contar con una bancada aliada de alrededor de 40 legisladores del PRO. Juntos orillarán los 80 diputados, muy lejos del quórum (129).

En La Libertad Avanza señalan que el objetivo primario es “poner en caja las cuentas públicas rápidamente” y que lo había prometido el propio Milei en la mesa de Mirtha Legrand.

“Cuando ingresemos al Gobierno vamos a llamar a sesiones extraordinarias, vamos a mandar todas las leyes para desregular la economía, cambiar la estructura tributaria, modernizar el mercado laboral y hacerlo más flexible”, había dicho el líder libertario esa noche.

Todos esos títulos ahora tienen que ser bajados a un proyecto de ley. Todavía no saben si será un paquete de 10 proyectos, una ley de emergencia o ley ómnibus -como hizo Carlos Menem cuando asumió- que le dé las facultades que necesita para disponer con urgencia de ciertas decisiones y fondos.

El director de equipos técnicos y futuro jefe de Gabinete, Nicolás Posse, capitanea esta tarea en línea con los ministros y secretarios que se van confirmando por área. No se sabe quién será el secretario de Legal y Técnica, un área poco marketinera pero clave, por ejemplo, en la redacción de decretos y proyectos de ley enviados por el Ejecutivo.

Tras ganar el balotaje, lejos de dar marcha atrás con la idea de la privatización de empresas del Estado, Milei confirmó ese punto. Buscará cerrar o privatizar Télam, la TV Pública, YPF, AySA y Trenes Argentinos. Según sus asesores, este tipo de sociedades se llevan casi un punto del PBI. Milei apunta a achicar el gasto en 13 puntos el Producto Bruto Interno. El famoso “plan motosierra” de la campaña.

Las bases de la reforma energética y de subsidios también deberá estar planteada en la ley. Milei había planteado públicamente la eliminación de los subsidios a la oferta para subsidiar la demanda, recalibrar contratos, y fomentar la promoción de la infraestructura de transporte de energía.

Mientras tanto, la reducción de impuestos había prometido que vendría una vez hecho el reordenamiento del gasto público. Mientras tanto, confirmó que no reimpondrá el impuesto a las Ganancias y que continuará vigente la devolución del IVA implementada durante la gestión actual de Sergio Massa en Economía.

Todos temas que tienen que pasar por el Congreso, al igual que la sanción del nuevo presupuesto; otro gran desafío para Milei. Por pedido del propio libertario no se puso en discusión el de Sergio Massa. El libertario tendrá que mandar uno propio. En caso de no conseguir aprobarlo puede prorrogar el vigente.

Pero para impulsar esto, además, será clave el brazo político en el propio Congreso. Pero el espacio está en ebullición. La gran incógnita es si Cristian Ritondo o Florencio Randazzo conducirán la Cámara. Aunque los libertarios tampoco descartan que sea uno propio. Este sábado el propio Oscar Zago, legislador clave del armado, reconoció que no se baja de la pelea.

El viernes en el café Tortoni hubo una reunión del grupo más rebelde que se niega a entregarle la conducción de Diputados a alguien ajeno a su espacio. El lunes será clave la reunión que la bancada tendrá con Guillermo Francos.