Por qué la suerte de Juntos por el Cambio está echada.
“La Argentina es un cementerio de hegemonías”, suele describir el politólogo e historiador Natalio Botana. La implosión de Juntos por el Cambio es un ejemplo más de fuerzas amalgamadas para ganar una elección, que subsistieron unos años pero cuyo defecto fue moverse al ritmo de liderazgos unipersonales: le ocurrió a la Alianza UCR-Frepaso entre radicales y peronistas y la conducción de Carlos “Chacho” Alvarez, a la transversalidad del Frente para la Victoria con peronistas y radicales bajo el mando de Néstor Kirchner; a las varias alianzas hizo y deshizo Elisa Carrió; y ahora a la coalición del PRO, radicales y lilitos, con el manejo de Mauricio Macri.
No se trata de un frente de partidos que funcionan institucionalmente y en base a propuestas, como ocurre en Uruguay y en Chile, más allá de nombres propios. Aquí los nombres propios son los que arman y desarman.
“Juntos por el Cambio se rompe, el tema es cómo”, resume un referente del espacio que agoniza. El irremediable final rupturista está atado a dos posibles escenarios. En el primero, Macri va a cogobernar un futuro gobierno de Javier Milei, en caso de que el libertario gane el balotaje del 19 de noviembre. Lo que escindirá la coalición nacida en 2015.
Lo mismo ocurriría en caso contrario, si el vencedor es de Sergio Massa. Macri y Patricia Bullrich abandonarán el espacio o buscarán establecer una oposición acérrima, un anti-massismo, sin votarle una sola ley. Pero ni los radicales ni el sector moderado del PRO -Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal- lo aprobarán. Ergo, salvo que Macri se llame a silencio o se retire de la política -algo muy poco probable-, no habrá chances de revivir la coalición.
Si bien el detonante de la partición de JxC fue la derrota en la elección que dejó tercera y lejos a Bullrich del balotaje, el proceso ya estaba en la mente del expresidente como un Plan B.
El Plan de Macri
El lunes 23 de octubre, horas después de los comicios presidenciales, Macri plasmó ante dirigentes de su riñón su estrategia. Acompañado por Fernando de Andreis, lo escuchaban e interactuaba con Jorge Macri, Hernán Lombardi, Néstor Grindetti, Jorge Triaca, Pancho Cabrera, Guillermo Dietrich y Cristian Ritondo.
“Ya se perdió, la idea es volver al 2007, al PRO puro”, explicó uno de los asistentes. El nuevo objetivo era barajar y dar de nuevo; sacarse de encima al radicalismo y a la Coalición Cívica, y volver al origen del PRO, cuando esa nobel fuerza empezó a gobernar en 2007 la Ciudad. El renacer amarillo ahora estará en manos de Jorge Macri, primo del ex mandatario.
“¿Por qué Jorge le tiene que dar un lugar en el gobierno porteño a los Lousteau o a Carrió?” se preguntaba otro de los asistentes.
Usando como base el distrito porteño, Macri apostó una ficha al triunfo de Javier Milei. Todos buscaron ocultarlo para que no luzca como un acuerdo por cargos, pero en la reunión se habría hablado de la posibilidad de que en un eventual gobierno del libertario, el Ministerio de Justicia sea ocupado por Germán Garavano; el de Seguridad, por la propia Bullrich; y la presidencia de la Cámara de Diputados, por Ritondo. Algunos también suman a la Cancillería. Dicen que Milei aceptó, pero acordaron decir que no hablaron de cargos.
No fue casual que al día siguiente en una entrevista, el propio Milei haya elogiado la política exterior del gobierno de Macri, y a Bullrich por su “exitosa” gestión en el Ministerio de Seguridad.
Para los radicales, no hay vuelta atrás. Salvo Luis Petri, el resto de los boinas blancas que acompañaron a Bullrich son orgánicos y no van a discutir la neutralidad adoptada por el partido.
“Estratégicamente tenemos que ser oposición. Hay algunos gobernadores radicales que ven que Milei ganó en su provincia, entonces la gente en la calle le pide aliarse con él pero la dirigencia radical le dice lo contrario. Entonces prefieren hacerse los boludos”, asume un referente de la UCR.
En el larretismo creen que hasta que no se defina la elección y cada uno deba decir dónde está parado, no habrá ruptura formal. Aseguran que no acompañarán la estrategia de Macri de comenzar todo de cero con el PRO en la Ciudad, sin la UCR y la CC. “Horacio no está a esta altura para un partido vecinal”, aseguraron cerca de Larreta.
La lectura de Massa
Sumergido en la pelea diaria de desdoblarse no sólo entre ministro y candidato presidencial, sino también entre ser parte responsable de la inflación y la falta de combustibles, y a la vez generador de expectativas de que un gobierno suyo cambiará la triste situación de un gobierno del que es parte fundamental, Sergio Massa es consciente que creció con los nuevos votantes que no sufragaron en las PASO.
En su entorno saben que no sumará fácilmente a radicales al gabinete, pero reserva los principales lugares. No tienen dudas que el titular de la Aduana Guillermo Michel podría ser su Jefe de Gabinete, pero prefieren esperar por si deben negociar ese puesto; Juan Manuel Olmos tiene un lugar reservado que bien podría ser la Secretaría General de la Presidencia; Leandro Madcur y Marco Lavagna también están en la lista para ocupar un puesto en un área económica; Leandro Santoro podría recalar en Turismo y Deporte; y se habla de Micaela Ferraro, actual funcionaria de segunda línea de Desarrollo Social, para manejar esa cartera.
Persisten dudas, aunque todos dan por hecho que Martín Redrado y Roberto Lavagna tendrán algún rol clave en una eventual administración massista.
Transcurrida una semana, el equipo de Massa admite que la elección será cabeza a cabeza, pero se muestran confiados. Interpretan que el apoyo de Macri y Bullrich a Milei, si bien le suman al libertario votos duros macristas de quienes siguen al expresidente, creen que “Milei pierde electorales de su propia tribu”.
Incluso, en el massismo se arrogan la idea de que, como muchos dirigentes de la provincia de Buenos Aires y de otros distritos que componen las listas de La Libertad Avanza son peronistas, serán ellos los que administrarán una suerte de sangría de esos dirigentes que en los próximos días empezarán a irse del espacio libertario con la excusa del rechazo al acuerdo con Macri.
La duda que persiste es si el antikirchnerismo profesado por Macri y Bullrich para argumentar el apoyo a Milei tiene su correlato en el candidato de LLA. ¿Qué tan antikirchnerista es en esencia Milei y la composición de su fuerza, si precisamente fueron Cristina Kirchner y el propio Massa quienes lo promovieron y buscaron darle volumen político para quitarle votos a Juntos por el Cambio?
En La Plata mantienen las dudas sobre el accionar de la agrupación ultra K en los acuerdos subterráneos. Entre los intendentes creen que lograrán acercar posturas
Idas y vueltas. Una vez más. Van y vienen los pedidos de apoyo para que el Gobierno bonaerense tenga la habilitación para endeudarse y respire hondo en el medio de una gestión asfixiada por la falta de fondos de la Casa Rosada. Detrás de esas negociaciones cruzadas, permanentes e inestables, está presente la interna del peronismo. La relación tormentosa y furiosa que tienen el kicillofismo y el cristinismo.
Ayer por la tarde, Kicillof hizo un pedido concreto y directo. Tomó la precaución de dejar expuesta la necesidad que tiene su gobierno de obtener el endeudamiento y la situación de debilidad en la que deja a la gestión si la ley no sale. En La Plata se encargaron de reforzarlo. “Si no logramos sacarlo, quedamos en una situación crítica”, precisaron.
“La provincia de Buenos Aires necesita las herramientas para no desproteger a nuestro pueblo. Es una emergencia económica del país y de la provincia. Estamos atravesando una profunda recesión que afecta a todos los sectores”, expresó el Gobernador durante una conferencia de prensa que brindó en La Plata.
Kicillof aseguró que se perdieron “5.000 empresas en la provincia” y “172.000 puestos de trabajo”, además de destacar que hay “mil obras frenadas en todos los rubros” con una gran cantidad de “despidos, suspensiones y cierres de empresas”. El Gobernador habló de “asfixia financiera” por parte del gobierno de Milei.
En la conferencia, que buscó ser una muestra de alineamiento detrás del pedido del Gobernador, había referentes del Frente Renovador, La Cámpora y el peronismo bonaerense, identificado, sobre todo, en los intendentes y el sector sindical.
La cuestión por el endeudamiento deja al descubierto la interna peronista en la Provincia de Buenos Aires (Adrián Escandar)
Sin embargo, hay dos versiones de una misma historia. El presidente del bloque de diputados de Fuerza Patria en la Legislatura Bonaerense, Facundo Tignanelli, es el vocero de la postura del kirchnerismo. En los últimos días no se ha movido un centímetro de su discurso público. Consideró que es necesario sacar la ley de endeudamiento “para poder cumplir con todas las obligaciones que la provincia tiene”. Además, sostuvo que en el peronismo vienen “trabajando para tratar de lograr esa ley tan necesaria”.
La unidad que expresa el legislador camporista, no es decodificada de la misma forma en el kicillofismo, donde desconfían, en forma permanente, de cada una de las negociaciones de la que es parte el cristinismo. “Nos corren el arco todo el tiempo. A la mañana dicen una cosa, a la tarde otra y a la noche una nueva”, se quejó un importante funcionario platense.
En el Gobierno bonaerense y en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) hay una desconfianza permanente sobre cada movimiento del cristinismo. Tiene que ver con que, en el fondo, advierten que la relación política está rota y que nadie de esa tribu quiere que Kicillof sea el candidato a presidente del peronismo ni que se convierta en el sucesor de Cristina Kirchner.
Kicillof en la presentación del Presupuesto 2026
Si no quieren el objetivo de fondo, tampoco van a querer el objetivo a corto plazo. Entonces, el desgaste de la gestión estará siempre presente como una postura del cristinismo para con el kicillofismo. “Quieren ver cuántos nos sacan, cuánto nos debilitan. Están jugando en tándem con algunos sectores de la oposición”, indicaron en una oficina importante de la gobernación.
Entre los intendentes hay una visión más moderada. Creen que no hay “temas sensibles“ sin cerrar y que este miércoles el peronismo llegará con una posición unificada. La clave, entonces, será buscar los votos en los sectores más blandos de la oposición.
La vocación de cerrar acuerdos va a contramano de los sentimientos que atraviesan la relación política entre el kicillofismo y La Cámpora. No se eligen, no se quieren, pero el contexto y las necesidades de ambas partes los lleva a tener que buscar un punto de acuerdo forzado.
En una llamada, de menos de 15 minutos, el presidente de Estados Unidos le dijo al líder del régimen chavista que tenía una semana para abandonar Venezuela con su familia. Ese plazo habría expirado el viernes, según dos fuentes
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se está quedando sin opciones para dimitir y salir de su país bajo un salvoconducto garantizado por Estados Unidos, tras una breve llamada con el presidente estadounidense, Donald Trump, el mes pasado, donde el presidente rechazó una serie de solicitudes del líder venezolano, según cuatro fuentes informadas sobre la llamada.
El llamado, del 21 de noviembre, se produjo después de meses de creciente presión estadounidense sobre Venezuela, incluidos ataques contra presuntos barcos de tráfico de drogas en el Caribe, reiteradas amenazas de Trump de extender las operaciones militares a tierra y la designación del Cártel de los Soles, un grupo que la administración Trump dice incluye a Maduro, como una organización terrorista extranjera.
Maduro y su gobierno siempre han negado todas las acusaciones criminales y dicen que Estados Unidos está buscando un cambio de régimen para tomar el control de los vastos recursos naturales de Venezuela, incluido el petróleo.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa, incluida la eliminación de todas las sanciones estadounidenses y el fin de un caso emblemático que enfrenta ante la Corte Penal Internacional, dijeron tres de las fuentes.
Maduro le dijo a Trump durante la llamada que estaba dispuesto a abandonar Venezuela siempre que él y sus familiares tuvieran una amnistía legal completa (REUTERS)
También solicitó el levantamiento de las sanciones a más de 100 funcionarios del gobierno venezolano, muchos de ellos acusados por Estados Unidos de abusos a los derechos humanos, tráfico de drogas o corrupción, según las tres personas.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes.
Trump rechazó la mayoría de sus solicitudes en la llamada, que duró menos de 15 minutos, pero le dijo a Maduro que tenía una semana para salir de Venezuela al destino de su elección junto con sus familiares.
Ese pasaje seguro expiró el viernes, lo que llevó a Trump a declarar el sábado que el espacio aéreo de Venezuela estaba cerrado, dijeron dos de las fuentes. El Miami Herald informó previamente varios detalles de la llamada. La fecha límite del viernes no se había revelado previamente.
Trump confirmó el domingo que había hablado con Maduro, sin proporcionar detalles. La Casa Blanca se negó a dar más detalles, y el Ministerio de Información de Venezuela, encargado de todas las consultas de prensa del gobierno, no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Maduro pidió a la vicepresidenta Delcy Rodríguez dirigir un gobierno interino de cara a nuevas elecciones, según dos de las fuentes (REUTERS)
El gobierno de Trump ha declarado que no reconoce a Maduro, en el poder desde 2013, como presidente legítimo de Venezuela. Maduro se proclamó reelegido el año pasado en unas elecciones nacionales que Estados Unidos y otros gobiernos occidentales calificaron de farsa y que, según observadores independientes, obtuvo una victoria abrumadora de la oposición.
El lunes, al dirigirse a los manifestantes, Maduro juró “absoluta lealtad” al pueblo venezolano.
No está claro si Maduro aún puede presentar una nueva propuesta que incluya un salvoconducto. Trump se reunió este lunes con sus principales asesores para abordar la campaña de presión sobre Venezuela, entre otros temas, según informó un alto funcionario estadounidense.
Una fuente con sede en Washington informada sobre las discusiones internas de la administración Trump no descartó la posibilidad de una salida negociada de Maduro, pero enfatizó que aún quedan desacuerdos significativos y detalles importantes sin resolver.
La recompensa millonaria por la captura del dictador Nicolás Maduro
Estados Unidos ha aumentado a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro y ofrece 25 millones de dólares por otros altos funcionarios del gobierno, incluido el ministro del Interior, Diosdado Cabello, acusado en Estados Unidos de presunto narcotráfico, entre otros delitos. Todos han negado las acusaciones.
La administración de Maduro ha solicitado otra llamada con Trump, según las tres fuentes.
El oficialismo podría presentar un bloque de 94 miembros. Mientras, busca que los gobernadores le quiebren la bancada al peronismo
El mundo libertario se encamina a tener el primer festejo parlamentario con la nueva composición del Congreso de la Nación.
Luego del fallido intento por Lorena Villaverde en el Senado, el bloque de LLA tendrá algo para mostrar a la exigente Casa Rosada que solo quiere triunfos y no perdona derrotas. Por estas horas estará ingresando el documento que lleva la firma de Gabriel Bornoroni con el listado de los legisladores que conformarán el bloque de LLA y se quedaría con la primera minoría de laCámara de Diputados.
“En solo 4 años pasamos de dos diputados –Javier Milei y Victoria Villarruel– a ganar la presidencia y sumar 94, 95 diputados” señala, exultante, un diputado de LLA que va a empezar a transitar su tercer año de mandato en pocos días.
Mientras la oposición buscaba reorganizarse y trabajaba sus propias versiones de los proyectos de reformas, el oficialismo se dedicó a salir de caza por el recinto y se llevó en solo un mes más de 14 diputados.
Al término de la elección, el bloque de LLA iba a estar conformado por 79 legisladores. Hubo un principio de conversación con el PRO por un interbloque y el partido amarillo aseguró que iba a apostar por la independencia. Luego de esa decisión, y antes de que comenzara noviembre, se fueron Damián Arabia, Sabrina Ajmechet, Laura Rodríguez Machado, Patricia Vásquez y Silvana Giuidici. Luego se sumaron Marilú González Estevarena, Belén Avico, Carlos Almena y en las últimas horas Verónica Razzini y Alejandro Bongiovanni.
Verónica Razzini junto a Patricia Bullrich y Martín Menem
A este grupo se le sumó el bloque de los radicales con peluca con el tucumano Mariano Campero, el cordobés Luis Picat y el correntino Federico Tournier. Hasta acá, los libertarios sumaban 91 diputados.
Pero los pases no parecen haber terminado y en las últimas horas los libertarios apuestan a sumar entre tres y cuatro diputados más y, por otro lado, incentivan a los gobernadores peronistas no kirchneristas para que se vayan del bloque de UP y armen uno nuevo.
En lo que se refiere a posibles incorporaciones al mundo libertario, se espera la llegada de José Nuñez y de Lorena Petrovich, ambos del PRO. Esta última asumirá para completar el mandato de Silvia Lospennato y todos tienen en Patricia Bullrich su terminal política.
De completarse todos estos pases, el bloque que conduce el cordobés Gabriel Bornoroni llegará a la sesión preparatoria con 94 diputados.
Ese número los dejaría a las puertas de arrebatarle al peronismo la primera minoría y ya sin “peceras” a dónde ir a pescar, la estrategia libertaria se concentró en “empujar” a los gobernadores peronistas a romper el bloque en el Congreso. Principalmente al catamarqueño Raúl Jalil que viene amagando desde hace tiempo con retirar a sus legisladores del bloque de UP.
El peronismo logró contener en las urnas la cantidad de legisladores y el 27 de octubre el bloque que conduce Germán Martínez amaneció con 98 integrantes.
El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, y el de Tucumán, Osvaldo Jaldo (NA)
Pero al poco tiempo el tucumano Javier Noguera anunció que no iba a asumir en el bloque y se iba a Independencia, el bloque del gobernador de esa provincia, Osvaldo Jaldo. Un camino similar seguiría el diputado por San Luis, Jorge “Gato” Fernández.
Pero lo que busca el oficialismo es que los cuatro diputados catamarqueños que responden todos al gobernador Raúl Jalil; o los siete santiagueños que responden a Gerardo Zamora.
“No necesitamos que los gobernadores rompan, necesitamos que uno solo lo haga, con eso nos alcanza”, reconoció un libertario que transita los pasillos de Diputados.
Las negociaciones se mantienen. El oficialismo promete a los gobernadores vía el ministro del Interior, Diego Santilli, y la oposición les recuerda que en dos años no les cumplieron la promesa.
“No sé que van a hacer los catamarqueños, lo que sí te adelanto es que los santiagueños están adentro” aseguró una alta fuente del bloque del peronismo en Diputados.
Los bloques tienen tiempo hasta hoy para presentar su conformación por lo que las negociaciones continuarán durante toda la jornada. En el oficialismo la expectativa es la de pegar el “zarpazo” y quedar como la primera minoría que, más allá del título, los deja muy bien posicionados para lo que será el reparto de las sillas en las comisiones; y con una posición de fortaleza que habrá que ver cómo se traduce en el recinto.