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Nuevo billete de $1000: la fórmula de 5 pasos para detectar uno falso al instante

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  • El diseño con San Martín gana terreno en los pagos cotidianos.

    Los billetes de $1.000 con la figura de José de San Martín, lanzados oficialmente en julio, de a poco ganan terreno en los pagos cotidianos. Y se vuelve cada vez más importante saber cómo detectar a tiempo si alguien intenta entregarnos un ejemplar falso.

    En el nuevo diseño, que integra una familia llamada “Heroínas y Héroes de la Patria”, predominan los mismos tonos anaranjados que en los billetes de $1.000 con el hornero.

    Las dimensiones del papel también resultan iguales a las del billete anterior, que se mantiene totalmente vigente.

    Sin embargo, como diferencia más notoria, los “San Martín” fueron pensados para leerse de manera horizontal, en vez de vertical.

    Por otra parte, se introdujeron cambios tanto en la ubicación como en la apariencia de los elementos que ayudan a comprobar si son verdaderos o falsos.

    Estas medidas de seguridad son ahora más parecidas a las que traen los nuevos billetes de $2.000.

    Muchos cajeros automáticos ya entregan los billetes de $1.000. Foto: Ariel Grinberg.Muchos cajeros automáticos ya entregan los billetes de $1.000. Foto: Ariel Grinberg.

    Los signos de autenticidad de cada billete, claves para evitar engaños

    Las medidas de seguridad son características y detalles que se incluyen en los billetes porque resultan complejos y costosos de replicar​ para los falsificadores. Por lo tanto, no suelen aparecer en las réplicas truchas.

    Siempre que se reciba un billete, entonces, conviene hacer una serie de pruebas rápidas táctiles y visuales para asegurarse de que estén los todos los signos de autenticidad del diseño, los cuales pueden siempre consultarse en bcra.gob.ar.

    Un modo práctico de hacer este examen con el billete de $1.000 “San Martín” es seguir cinco pasostocar el billete, inclinarlo, mirarlo a contraluz, observarlo de cerca y -si aún quedan dudas- bajo luz ultravioleta, tal como se explicará en lo que resta de esta nota.

    billete-1000-pesos-medidas-seguridad

    Paso N° 1: tocar el billete de $1.000

    Tal como sucede con los dólares, el billete verdadero tiene zonas algo ásperas: por lo cual, si resulta demasiado suave o resbaladizo, hay que desconfiar. Pero también si se lo percibe excesivamente rugoso o rígido.

    Puntualmente, en el frente del nuevo billete de $1.000, el primer consejo es pasar el dedo sobre ciertas partes que deberían tener un relieve perceptible​ por su impresión calcográfica. Principalmente:

    • El retrato de San Martín.
    • El número “1000” naranja más grande.
    • El texto violeta que dice “BANCO CENTRAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA”.
    • El código de identificación para personas con ceguera que está en los bordes verticales.

    El mismo relieve debe percibirse en el reverso del billete, al tocar la representación del Cruce de los Andes.

    De ambos lados del billete hay partes que deben sentirse con relieve. Foto: Ariel Grinberg.De ambos lados del billete hay partes que deben sentirse con relieve. Foto: Ariel Grinberg.

    Paso N° 2: inclinar el billete

    Al inclinar un billete auténtico de $1.000 -hacia adelante y atrás, hacia la derecha y la izquierda-, ciertos elementos deberían tener movimiento cambios de color. ¿Cuáles son?

    El motivo en forma de llama. Ubicado arriba a la derecha, su tinta cambia de color del violeta al bronce. Además, un efecto tridimensional hace brillar al elemento en distintas partes.

    El hilo de seguridad. Aparece expuesto en tres tramos o “ventanas”, mientras que en otros queda cubierto por el papel. Lo importante es que, al inclinar el billete, los segmentos dorados deberían cambiar de tono y tener un efecto dinámico.

    Paso N° 3: mirar a contraluz

    Al observar el billete con luz detrás, aparecen medidas de seguridad claves. Foto: Ariel Grinberg.Al observar el billete con luz detrás, aparecen medidas de seguridad claves. Foto: Ariel Grinberg.

    También es importante elevar el billete y observarlo con luz detrás o rasante, ya sea solar o artificial. Esto permitirá verificar cuatro medidas de seguridad:

    Marca de agua. En la parte más clara del billete, a trasluz, debe aparecer un retrato de José de San Martín con las iniciales “JSM”. Se ve de ambos lados.

    Motivo de complementación. Junto a la marca de agua, en el ángulo inferior izquierdo, un número “1000” vertical que parece a medio pintar termina de colorearse al observar el billete frente a la luz. Se ve de ambos lados.

    El hilo de seguridad. A trasluz, en vez de verse segmentado, se presenta como una banda continua que lleva caladas las siglas “BCRA”. Se ve de ambos lados.

    La imagen latente. En el ángulo inferior derecho, sobre un motivo violeta, deberían aparecer las iniciales “RA” cuando el billete se mira con luz rasante.

    Paso N° 4: mirar muy de cerca

    Los billetes verdaderos de $1.000, a su vez, tienen palabras y números impresos en microletras tan pequeñas que sólo pueden distinguirse con lupa o acercando el ojo al papel (para quien tenga muy buena vista).

    Si no hay nitidez en estos elementos, lo más probable es que el ejemplar sea apócrifo.

    ¿Qué dicen las microletras? Repiten muchas veces “BCRA1000“.

    ¿Dónde buscarlas?

    Al frente del billete: en la solapa del saco de San Martín y también sobre el borde inferior del motivo violeta que está abajo a la derecha.

    Al reverso del billete: en la representación del Cruce de los Andes, dentro del mástil de la bandera.

    Letras y números minúsculos, ocultos en el nuevo billete de $1.000.Letras y números minúsculos, ocultos en el nuevo billete de $1.000.

    Paso N° 5: mirar bajo luz ultravioleta

    Si todavía quedan dudas, se puede exponer el ejemplar a la luz ultravioleta. Al hacerlo, el número único del billete, que aparece dos veces en el reverso, debería tener una notoria variación.

    -El vertical, sobre el borde izquierdo y en tinta roja, adquiere luminosidad roja.

    -El horizontal, en el ángulo superior derecho y en tinta negra, se ilumina de amarillo.

    Por más detalles, se puede visitar el micrositio oficial del billete de $1.000 “José de San Martín”, en bcra.gob.ar.

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Pese al cientificidio, Argentina sigue destacándose: diez estudiantes ganaron el mundial aeroespacial impulsado por la NASA

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La edición 2025 reunió a 40 equipos universitarios: solo 20 provenían de fuera de Estados Unidos. La meta era desarrollar y poner a prueba un prototipo de satélite. El grupo del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) fue el único de América Latina en competir y lograr un puesto en el Top 5.

Pese a las políticas que desfinancian y buscan desprestigiar al sector de la ciencia y técnica en Argentina, el sector sigue demostrando su altísimo nivel. Diez estudiantes universitarios locales ganaron el mundial aeroespacial que impulsa la NASA. Se trata de la CanSat Competition, un evento anual de relevancia internacional que consiste en desarrollar y poner a prueba un prototipo de satélite. Además de subir al podio, el equipo del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) fue el único de América Latina en competir y lograr un puesto en el Top 5.

El grupo campeón está integrado por Ezequiel Bolzicco, Daniela Maradei, Thomas Marthi y Agustin Pilotto en Estructura y Materiales; Agustin Haarth, Santiago Agosti, Emanuel Albornoz y Rafael Dalzotto en Hardware; Micaela Perillo en Software; Santiago Bolzicco en Operaciones, y Eduardo Barbier como Advisor. Son estudiantes de las carreras de Ingeniería Mecánica, Electrónica, Industrial, Informática y Bioingeniería.

Comenzaron a trabajar en enero, en el marco de una iniciativa extra curricular no obligatoria para participar en la competición internacional de ingeniería organizada por la American Astronautical Society (AAS) con el respaldo de la NASA, Lockheed Martin, Siemens y otras instituciones.

La edición 2025 reunió a 40 equipos universitarios: solo 20 provenían de fuera de Estados Unidos. La competencia se divide en varias etapas, desde el prediseño hasta la misión final. El equipo argentino alcanzó un 99% de cumplimiento técnico en la primera entrega, lo que les permitió clasificarse como uno de los cinco mejores grupos a nivel global antes de viajar a la ciudad de Virginia, donde el certamen comenzó el 3 de junio y terminó este lunes, con el triunfo.

Un mini satélite

El equipo del ITBA tenía la misión de diseñar, construir y lanzar un satélite funcional del tamaño de una lata de gaseosa. Debía transmitir datos en tiempo real, registrar video aéreo y medir variables ambientales durante su descenso controlado desde una altura de 700 metros.

“El satélite se lanza a 700 metros, se abre y unas aspas comienzan a girar a 18 kilómetros por hora en caída. Va girando como un helicóptero. Nosotros usamos una antena direccional que tenemos que ir apuntando a donde va a estar el satélite y ahí empieza la toma de datos”, explicó antes de la final Thomas Marthi, estudiante de Ingeniería Electrónica del ITBA, en diálogo con Infobae. “El dispositivo no entra en órbita, pero transmite datos como temperatura, presión y posición tras ser lanzado”, detalló por su parte Daniela Maradei, estudiante de Ingeniería Mecánica.

El objetivo de la competición es hacer una simulación de un proyecto real aeroespacial, tal como ocurre en la industria. Por eso los dispositivos fueron evaluados por profesionales con trayectoria en la NASA.

Varios de los ganadores ya habían participado en ediciones anteriores de la competencia, y el ITBA había sido finalista en 2021, 2022 y 2024. Solo faltaba el triunfo definitivo.

Pese al cientificidio, Argentina sigue destacándose: diez estudiantes ganaron el mundial aeroespacial impulsado por la NASA

Más logros

El triunfo del equipo argentino en Estados Unidos no fue el único logro del área en el último tiempo. A fines de mayo, un equipo de la Universidad de Buenos Aires (UBA) se ubicó entre los cinco mejores en el mundial de satélites enlatados organizado por la Universidad Nacional de México. El grupo fue seleccionado entre más de 100 equipos participantes.

Los participantes fueron Clara Telesca, Pedro Monczor, Pilar Risso, Santiago Perez Garber y Juan Valle, estudiantes de las carreras de Física y Química de la Facultad de Ciencias Exactas.
Se habían anotado en diciembre de 2024, y tras superar las primeras cuatro etapas recibieron la premiación que los ubicó entre los mejores cinco equipos de la competencia.

A la Luna

Las promesas universitarias argentinas tienen su correlato en el regreso de la exploración humana del espacio profundo después de más de 50 años, que contará con la presencia de un microsatélite desarrollado por investigadores locales.

Se trata del microsatélite ATENEA, resultado de un esfuerzo conjunto entre la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) e instituciones académicas y científicas, entre ellas la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (FIUBA), el Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

Todo tiene aún más valor en el contexto de crisis sin precedentes que atraviesa el sector científico, tecnológico y universitario por las políticas de ajuste –a la par de ataques discursivos– del Gobierno nacional.

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Pluriempleo y sobreocupación: las dos caras de la pérdida del poder adquisitivo y la precarización

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En 2024, el pluriempleo tocó un inédito 12,4%, mientras que la sobreocupación -personas que trabajan más de 45 horas semanales- continuó creciendo. Esto demuestra que la sobreexplotación se muestra como una alternativa a los bajos salarios.

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Cayó en default Albanesi, uno de los grandes grupos energéticos del país

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No pagó una pequeña fracción de intereses correspondientes a una deuda de corto plazo de U$S 220 millones. En total adeuda U$S 1100 millones.

El Grupo Albanesi formalizó este jueves el default de su deuda. El hecho, si bien previsible y anunciado un mes antes por la propia empresa, impactó en los medios financieros locales y del exterior y podría derivar en una nueva venta de activos argentinos, cuyo nivel de riesgo aumentará.

El default de Albanesi sucedió una vez vencidos los 30 días de negociaciones entre la empresa y sus acreedores. En realidad, lo que dejaron de pagar las dos subsidiarias de Albanesi –Generación Mediterránea (Gemsa) y Central Térmica Roca– es una fracción (un tramo de los intereses) de una deuda de corto plazo de U$S 220 millones y una total del grupo de U$S 1100 millones.

El recurso de Albanesi

Albanesi envió a la Comisión Nacional de Valores (CNV) un texto en el que aseguró: “Vencido el plazo de gracia previsto en los términos y condiciones de las Obligaciones Negociables y no habiéndose efectuado el pago de los intereses correspondientes, se ha configurado un Supuesto de Incumplimiento”.

El incumplimiento corresponde al bono Clase XXXIX, identificado en los mercados por el ticker MR390, con vencimiento en 2031. Se trata de un título que había despertado el interés de los inversores por su tasa del 11% anual en dólaresmuy por encima de los rendimientos promedio del sector energético local.

En el mismo comunicado a la CNV, Albanesi consignó que, con la ayuda de sus asesores financieros y legales, locales e internacionales, inició “un proceso de reordenamiento financiero”. Agregó que “el objetivo final es readecuar la carga de nuestras obligaciones al flujo de caja generado por nuestras operaciones».

También anticipó que está «analizando distintas alternativas para resolver esta situación a la mayor brevedad posible, buscando priorizar la continuidad de su operación y preservar los intereses de sus acreedores».

electricidad albanesi

Tiempo observó dos semanas atrás que el desequilibrio financiero de Albanesi empezó con la decisión del gobierno nacional de pagar acreencias acumuladas con un bono y no con cash. Y que luego se acentuó con la modificación de las condiciones cambiarias, que cortó la bicicleta financiera a la que muchas empresas apelaron para arrancar otra con nuevas condiciones.

Pero en ese cambio, las empresas que tomaron deudas en dólares para transformar esos fondos en pesos y ganar renta con las elevadas tasas de interés, perdieron el beneficio y terminaron quedándose con deudas en dólares a tasas elevadas. Albanesi emitió el bono Clase XXXIX el 30 de octubre de 2024, con un valor nominal de US$ 350,25 millones, y posteriormente realizó una emisión adicional el 8 de noviembre de 2024 por US$ 3,7 millones a una tasa de interés del 11%. Ese nivel de renta solo era pagable con la bicicleta financiera (o «carry trade»,en la jerga del sector). Insostenible.

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